1. Estudio exploratorio sobre mitos de la violencia de género en estudiantes de la FES Iztacala Descargar este adjunto (1. Estudio exploratorio sobre mitos de la violencia de género en estudiante~.pdf)

Alba Luz Robles Mendoza1, Guillermina Arenas Montaño2

Facultad de Estudios Superiores Iztacala, UNAM

Resu­men

La vio­len­cia es un apren­di­za­je social cons­trui­do a tra­vés de la expe­rien­cia de los indi­vi­duos en su entorno. Se basa en sis­te­mas peda­gó­gi­cos de repro­duc­ción social, cul­tu­ral y polí­ti­co don­de se apren­de, ense­ña, fomen­ta, legi­ti­ma, auto­ri­za y con­vier­te en valor, vir­tud, cua­li­dad, atri­bu­to de géne­ro, cla­se o edad.

Hablar de vio­len­cia de géne­ro impli­ca el uso legí­ti­mo del poder a tra­vés de los sta­tus socio­eco­nó­mi­cos que per­mi­ten jus­ti­fi­car la pre­sen­cia de la vio­len­cia este­reo­ti­pa­da, ponien­do a los débi­les socia­les en des­ven­ta­ja del géne­ro domi­nan­te.

Al incluir den­tro de sus cla­ses a la equi­dad de géne­ro, la par­ti­ci­pa­ción del pro­fe­so­ra­do uni­ver­si­ta­rio per­mi­ti­rá cons­truir nue­vos ele­men­tos para el apren­di­za­je del com­por­ta­mien­to no vio­len­to. Por ello, se pre­ten­de inves­ti­gar cuá­les son las per­cep­cio­nes que tie­ne el estu­dian­ta­do de las carre­ras que inte­gran la Facul­tad de Estu­dios Supe­rio­res Izta­ca­la de la UNAM acer­ca de los mitos sobre vio­len­cia de géne­ro, para pro­mo­ver polí­ti­cas de equi­dad de géne­ro en el desa­rro­llo de nue­vas rela­cio­nes huma­nas.

Pala­bras cla­ves: Vio­len­cia, géne­ro, mitos, equi­dad, estu­dian­tes.

 

Abs­tract

Vio­len­ce is a social lear­ning, built through the expe­rien­ce of indi­vi­duals in their surroun­ding. It is based on the repro­duc­tion of social, cul­tu­ral and poli­ti­cal peda­go­gi­cal sys­tems, whe­re it is lear­ned, taught, legi­ti­mi­zed and autho­ri­zed, beco­ming a value, a vir­tue, a qua­lity and attri­bu­te of gen­der, class or age.

Spea­king about gen­der vio­len­ce means the legi­ti­ma­te use of power through the socio-eco­no­mi­cal sta­tus which allows jus­tif­ying the pre­sen­ce of ste­reoty­ped vio­len­ce whe­re the socially weak are in disad­van­ta­ge from the pre­vai­ling gen­der.

The par­ti­ci­pa­tion of the University´s Faculty, inclu­ding in their clas­ses the issue of gen­der equity will allow buil­ding new ele­ments to learn a non vio­lent beha­vior. The­re­fo­re, we intend to research which are the insights stu­dents atten­ding to careers of our Faculty have regar­ding myths of gen­der vio­len­ce, in order to offer gen­der equity poli­cies in the deve­lop­ment of human rela­tionships.

Key­words: Vio­len­ce, gen­der, myths, equity, stu­dents.

Introducción

La vio­len­cia social se ha desa­rro­lla­do como un fenó­meno de gran rele­van­cia den­tro de las socie­da­des actua­les. No exis­te acti­vi­dad huma­na de la cual se ten­ga noti­cia que no se encuen­tre per­nea­da por la vio­len­cia en alguno de sus aspec­tos. Dada su impor­tan­cia, ha sido abor­da­da por una mul­ti­pli­ci­dad de dis­ci­pli­nas cien­tí­fi­cas que final­men­te entien­den a este fenó­meno des­de su par­ti­cu­lar pun­to de vis­ta y que per­mi­ten ver­la mul­ti­di­men­sio­nal­men­te. Des­de este enfo­que, en ella con­ver­gen aspec­tos lega­les, eco­nó­mi­cos, bio­ló­gi­cos, psi­co­ló­gi­cos, socia­les y cul­tu­ra­les de los indi­vi­duos.

Los cam­bios y cues­tio­na­mien­tos que día a día se han mar­ca­do den­tro de la pers­pec­ti­va de la equi­dad de géne­ro han ayu­da­do a que los roles y este­reo­ti­pos tra­di­cio­na­les, ges­ta­dos en el hogar, la escue­la y en la rela­ción dia­ria entre hom­bres y muje­res, se modi­fi­quen dan­do pau­ta a una recons­truc­ción del apren­di­za­je de la vio­len­cia que per­mi­te enten­der al otro sin impo­ner ele­men­tos intrín­se­cos de cada géne­ro, hacién­do­nos más seres huma­nos y menos des­igua­les.

En este sen­ti­do, y de acuer­do con la Con­ven­ción Inter­na­cio­nal sobre la Eli­mi­na­ción de todas las for­mas de Dis­cri­mi­na­ción Racial (ONU, 1969), se ha defi­ni­do a la dis­cri­mi­na­ción de géne­ro como la dis­tin­ción, exclu­sión, res­tric­ción o pre­fe­ren­cia basa­da en sexo, raza, reli­gión, con­di­ción social o géne­ro cuyo pro­pó­si­to o resul­ta­do sea anu­lar o dis­mi­nuir el reco­no­ci­mien­to, pre­fe­ren­cia o ejer­ci­cio, en igua­les con­di­cio­nes, de los dere­chos huma­nos y liber­ta­des fun­da­men­ta­les en la polí­ti­ca, la eco­no­mía, la socie­dad, la cul­tu­ra o cual­quier otra esfe­ra de la vida públi­ca.

La dis­cri­mi­na­ción de géne­ro for­ma par­te de la vio­len­cia de géne­ro e impli­ca un fenó­meno social que expre­sa las repre­sen­ta­cio­nes de ambos sexos en una situa­ción espe­cí­fi­ca y don­de no exis­te una igual­dad de géne­ro a par­tir de la cual denun­ciar la dis­cri­mi­na­ción o des­igual­dad. Al con­tra­rio, la base de este fenó­meno es la supues­ta supre­ma­cía de uno de los sexos sobre el otro (Pra­da, 2001). Las dife­ren­cias de géne­ro se defi­nen como una cons­truc­ción social desa­rro­lla­da a par­tir de las iden­ti­da­des de los hom­bres y muje­res. Por lo tan­to, las des­igual­da­des y los des­equi­li­brios de poder no son un resul­ta­do “natu­ral” de las dife­ren­cias bio­ló­gi­cas, sino un cons­truc­to cul­tu­ral apren­di­do a tra­vés de las repre­sen­ta­cio­nes socia­les (Sán­chez, 2009).

A par­tir de este estu­dio, pre­ten­de­mos lograr la equi­dad de géne­ro la cual impli­ca reco­no­cer con­di­cio­nes y aspi­ra­cio­nes dife­ren­cia­das para el ejer­ci­cio de igua­les dere­chos y opor­tu­ni­da­des entre muje­res y hom­bres. Asi­mis­mo, sig­ni­fi­ca imple­men­tar meca­nis­mos de dis­fru­te igua­li­ta­rio en la toma de deci­sio­nes den­tro del estu­dian­ta­do así como una igual­dad de géne­ro, enten­di­da como la ausen­cia de una total dis­cri­mi­na­ción de dere­chos entre los seres huma­nos.

Objetivo general

Iden­ti­fi­car la per­cep­ción que tie­ne una mues­tra de estu­dian­tes hom­bres y muje­res de las dife­ren­tes licen­cia­tu­ras de la Facul­tad de Estu­dios Supe­rio­res Izta­ca­la, UNAM (FESI) sobre los mitos rela­cio­na­dos con la vio­len­cia de géne­ro.

Método

Se entre­vis­tó a 300 per­so­nas volun­ta­rias, estu­dian­tes uni­ver­si­ta­rios de la FESI de cada una de las carre­ras a nivel licen­cia­tu­ra (bio­lo­gía, enfer­me­ría, medi­ci­na, odon­to­lo­gía, opto­me­tría y psi­co­lo­gía), hacien­do un total de 150 hom­bres y 150 muje­res. Se les abor­dó en los jar­di­nes, pasi­llos o luga­res de reu­nión fue­ra de las aulas de cla­se para res­pon­der un cues­tio­na­rio de 10 pre­gun­tas de fal­so o ver­da­de­ro con ase­ve­ra­cio­nes acer­ca de los mitos y reali­da­des rela­cio­na­das con la dis­cri­mi­na­ción de géne­ro, como par­te de la vio­len­cia expre­sa­da entre los sexos.

Resultados

Para la pri­me­ra ase­ve­ra­ción del cues­tio­na­rio de eva­lua­ción se encon­tró que las muje­res, en un 100%, afir­man la exis­ten­cia de la dis­cri­mi­na­ción de géne­ro men­cio­nan­do que social­men­te se favo­re­ce a los hom­bres ante las muje­res. Por otra par­te, un 33% de los varo­nes dicen que esto es fal­so mien­tras un 67% acep­ta este pri­vi­le­gio social basa­do en el sexo (Véa­se Figu­ra 1).

Figura 1. Aseveración 1: “La sociedad favorece a los hombres más que a las mujeres”.

En la ase­ve­ra­ción 2 de la encues­ta, don­de se afir­ma que los hom­bres y las muje­res no dis­fru­tan de las mis­mas opor­tu­ni­da­des labo­ra­les, muje­res y hom­bres coin­ci­den en un 33% que esta es una creen­cia fal­sa mien­tras que un 67% sugie­re que si exis­te dis­cri­mi­na­ción de géne­ro basa­do en la des­igual­dad de opor­tu­ni­da­des labo­ra­les (Véa­se Figu­ra 2).

Figura 2. Aseveración 2: “Los hombres y las mujeres no disfrutan de las mismas oportunidades laborales”.

En la ter­ce­ra ase­ve­ra­ción “La edu­ca­ción uni­ver­si­ta­ria es más impor­tan­te para un hom­bre que para una mujer”, la encues­ta mues­tra con­cor­dan­cia en un 100% entre hom­bres y muje­res para indi­car que es fal­sa ya que ambos sexos le dan la mis­ma impor­tan­cia a la edu­ca­ción. Sin embar­go, en la ase­ve­ra­ción 4 el 86% de las muje­res men­cio­nan que es fal­sa la creen­cia de que los hom­bres tie­nen más dere­cho a tra­ba­jar que las muje­res y un 14% afir­ma que es ver­dad. Mien­tras que un 53% de hom­bres seña­lan que es fal­so y el 47% mani­fies­ta que es ver­da­de­ra, sien­do esta mues­tra más pro­por­cio­nal en sus res­pues­tas que las muje­res (Véa­se Figu­ra 3).

Figura 3. Aseveración 4: “Los hombres tienen más derecho de trabajar que las mujeres”.

Para la quin­ta ase­ve­ra­ción, el 100% de los estu­dian­tes varo­nes encues­ta­dos afir­man que los hom­bres son mejo­res diri­gen­tes polí­ti­cos que las muje­res y el 94% de las muje­res están de acuer­do con esto, obser­van­do sólo que un 6% men­cio­na, es una fal­sa creen­cia. Asi­mis­mo, en la ase­ve­ra­ción sex­ta, el 100% de ambas mues­tras men­cio­nan que las muje­res son mejo­res admi­nis­tra­do­ras que los hom­bres no exis­tien­do dife­ren­cias entre sus res­pues­tas.

En la Figu­ra 4 se mues­tran las res­pues­tas de la ase­ve­ra­ción 7, don­de el 33% de las muje­res opi­nan que es fal­so que los hom­bres no sepan cui­dar a los y las hijas ni hacen las labo­res del hogar bien, mien­tras que un 67% afir­ma que es ver­da­de­ra. Por otro lado, un 40% de los hom­bres dicen que esto es fal­so y el 60% que es ver­da­de­ro lo cual hace que las res­pues­tas de las ambas mues­tras sean pro­por­cio­na­les a la equi­dad de géne­ro.

Figura 4. Aseveración 7: “Los hombres no saben cuidar a los y las hijas ni hacen las labores del hogar bien”.

Por otro lado, en la ase­ve­ra­ción 8, un 95% de los hom­bres pien­san que las muje­res son menos inte­li­gen­tes que los hom­bres, encon­trán­do­se una dife­ren­cia sig­ni­fi­ca­ti­va mar­ca­da en la carre­ra de medi­ci­na y odon­to­lo­gía y sólo un 5% men­cio­na que esta ase­ve­ra­ción es fal­sa, mien­tras que un 94% de las muje­res afir­ma que es fal­sa y, con­tra­ria­men­te, el 6% ase­ve­ra que esto es cier­to. Aquí se obser­va una dife­ren­cia sig­ni­fi­ca­ti­va de des­igual­dad e inequi­dad de géne­ro basa­da en la dis­cri­mi­na­ción entre los sexos debi­do al apren­di­za­je den­tro de las pro­pias carre­ras pro­fe­sio­na­les a las que per­te­ne­cen.

Figura 5. Aseveración 8: “Las mujeres son menos inteligentes que los hombres”.

En la Figu­ra 6 se mues­tran los resul­ta­dos de la ase­ve­ra­ción 9 don­de un 94% de las muje­res afir­man que a los hom­bres les gus­ta domi­nar y gol­pear a las muje­res y sólo un 6% dice que esto no es cier­to. Por otro lado, un 33% de los hom­bres men­cio­nan que esto es fal­so y en el 67% que es cier­to, atri­bu­yen­do carac­te­rís­ti­cas de apren­di­za­je social a esta con­duc­ta.

Figura 6. Aseveración 9: “A los hombres les gusta dominar y golpear a las mujeres”.

Por últi­mo, en la ase­ve­ra­ción déci­ma “Las muje­res y los hom­bres no son igua­les”, el 100% de la mues­tra de hom­bres dicen que es ver­da­de­ra ya que creen que son dife­ren­tes tan­to bio­ló­gi­ca­men­te como social­men­te, mien­tras que el 47% de las muje­res men­cio­nan que es ver­da­de­ro y el 53% fal­sa, sien­do ésta últi­mas las que mane­jan un con­cep­to de igual­dad entre los sexos.

Conclusiones

Las muje­res per­ci­ben mayor dis­cri­mi­na­ción de géne­ro que los hom­bres, basa­da en una des­igual­dad de opor­tu­ni­da­des. Se habla de una dife­ren­cia mar­ca­da por la esen­cia his­tó­ri­co cul­tu­ral y social que el hom­bre ha desa­rro­lla­do a tra­vés de su exis­ten­cia por lo que se mani­fes­ta­ría en una for­ma “natu­ral y social” de com­por­tar­se ante los demás y, prin­ci­pal­men­te, una pre­dis­po­si­ción para actuar ante las muje­res (acti­tud social­men­te con­di­cio­na­da). Por otro lado, el desa­rro­llo de la mujer en nues­tra con­tem­po­ra­nei­dad, así como el avan­ce en terre­nos socia­les, labo­ra­les y edu­ca­ti­vos que ante­rior­men­te eran en exclu­si­vi­dad para los hom­bres, per­mi­te supo­ner la resis­ten­cia por par­te de los varo­nes para afron­tar este cam­bio social así como una defen­sa de sus idea­les ante­pa­sa­dos y de esen­cia de la cual se habla­ba al prin­ci­pio de esta jus­ti­fi­ca­ción (Cas­ta­ñe­da, 2000).

Los datos no mues­tran dife­ren­cias sig­ni­fi­ca­ti­vas de una carre­ra a otra, sin embar­go, es nota­ble una mayor pre­sen­cia de mitos rela­cio­na­dos con la vio­len­cia de géne­ro en estu­dian­tes varo­nes de la carre­ra de medi­ci­na y odon­to­lo­gía, mar­can­do la dife­ren­cia entre los sexos de la des­igual­dad y dis­cri­mi­na­ción de géne­ro. Esto es preo­cu­pan­te ya que sien­do cien­cias de la salud enfo­ca­das al estu­dio fisio­ló­gi­co del ser humano se olvi­dan de la inte­gri­dad social huma­na. Por otro lado, son las alum­nas de enfer­me­ría y opto­me­tría don­de se obser­va mayor dife­ren­cia de géne­ro des­de la dis­cri­mi­na­ción. Esto impli­ca ana­li­zar las cau­sa­li­da­des de estas dos pro­fe­sio­nes, quie­nes des­de su per­cep­ción visua­li­zan la des­igual­dad no sólo en el recin­to uni­ver­si­ta­rio sino en el cam­po labo­ral y social.

Así, iden­ti­fi­ca­mos una nece­si­dad del alum­na­do de nues­tra Facul­tad, sea cual­quie­ra su sexo, de poder hablar sobre la equi­dad de géne­ro y los estu­dios refe­ren­tes a las rela­cio­nes entre hom­bres y muje­res. Sin embar­go, los pla­nes curri­cu­la­res de las carre­ras que se impar­ten en la FES no con­tem­plan dicha temá­ti­ca y aún en enfer­me­ría, en la cual se estu­dia el tema, lo alum­nos varo­nes no la iden­ti­fi­can como tal.

Los estu­dios de géne­ro tie­nen como uno de sus prin­ci­pa­les ejes rom­per con los esque­mas este­reo­ti­pa­dos de dis­cri­mi­na­ción entre los sexos, que per­mi­ta un mayor equi­li­brio entre la igual­dad de opor­tu­ni­da­des y las dife­ren­cias de los hom­bres y las muje­res (Caci­que, 2004). Lograr el reco­no­ci­mien­to y supe­rar la per­sis­ten­te des­igual­dad gené­ri­ca no sólo es asun­to de las muje­res, sino de toda la socie­dad, prin­ci­pal­men­te de los que edu­ca­mos a otros y otras (padres, madres, maes­tros, maes­tras). El día en que nos com­por­te­mos como seres huma­nos valorados(as) y edu­que­mos con res­pe­to, podre­mos dejar de luchar por la igual­dad y con­tra la vio­len­cia ya que la huma­ni­dad no repre­sen­ta des­igual­da­des sólo dife­ren­cias.

Los resul­ta­dos ante­rio­res, nos per­mi­ten con­cluir la impor­tan­cia de la gran labor edu­ca­ti­va que tie­nen los y las pro­fe­so­ras den­tro de la edu­ca­ción gené­ri­ca entre los sexos, que impli­que la ense­ñan­za de la equi­dad de géne­ro des­de el ejem­plo y el reco­no­ci­mien­to de las dife­ren­cias entre los sexos más no el de las des­igual­da­des de géne­ro las cua­les lle­van a expre­sar la vio­len­cia a tra­vés de la dis­cri­mi­na­ción y des­va­lo­ri­za­ción de las muje­res fren­te a los hom­bres.

Referencias

Cacique, I. (2004). Poder y autonomía de la mujer mexicana. México: UNAM, CRIM.

Castañeda, M. (2000). El machismo invisible. Barcelona, España: Paidós.

ONU. (1969). Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial. URL disponible en: http://www2.ohchr.org/spanish/law/cerd.htm

ONU. (1979). Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, 1979. URL disponible en: http://www.un.org/womenwatch/daw/cedaw/text/sconvention.htm

Prada, C. (2001). Relaciones de poder en las instituciones. España: Dykinson, S. I.

Sánchez, A. (2009). Derechos sexuales y reproductivos en México: Feminismo y construcción de la ciudadanía para las mujeres. México: UNAM, FES Acatlán.

Anexo 1. Cuestionario de opinión

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES IZTACALA

TEMA: DISCRIMINACIÓN DE GÉNERO – ENCUESTA DE OPINIÓN

 

SEXO: _________ EDAD: ___________ CARRERA: _______________

 

Argu­men­tos

F

V

  1. La socie­dad favo­re­ce a los hom­bres más que a las muje­res.

 

 

  1. Los hom­bres y las muje­res no dis­fru­tan de las mis­mas opor­tu­ni­da­des labo­ra­les.

 

 

  1. La edu­ca­ción uni­ver­si­ta­ria es más impor­tan­te para un hom­bre que para una mujer.

 

 

  1. Los hom­bres tie­nen más dere­cho a tra­ba­jar que las muje­res.

 

 

  1. Los hom­bres son mejo­res diri­gen­tes polí­ti­cos que las muje­res.

 

 

  1. Las muje­res son mejo­res admi­nis­tra­do­ras que los hom­bres.

 

 

  1. Los hom­bres no saben cui­dar a los hijos ni hacen las labo­res del hogar bien.

 

 

  1. Las muje­res son menos inte­li­gen­tes que los hom­bres

 

 

  1. A los hom­bres les gus­ta domi­nar y gol­pear a las muje­res

 

 

  1. Las muje­res y los hom­bres no son igua­les.

 

 

GRACIAS POR TU PARTICIPACIÓN

Notas

1. Carre­ra de Psi­co­lo­gía FES Izta­ca­la, UNAM. Inte­gran­te del Pro­gra­ma Ins­ti­tu­cio­nal de Estu­dios de Géne­ro. Correo e: albpsic@campus.iztacala.unam.mx.

2. Carre­ra de Enfer­me­ría FES Izta­ca­la, UNAM. Inte­gran­te del Pro­gra­ma Ins­ti­tu­cio­nal de Estu­dios de Géne­ro. Correo e: guillerenas@yahoo.com.mx