10. La disciplina y los valores de jóvenes universitarios Descargar este archivo (10 - La disciplina y los valores de jóvenes universitarios.pdf)

 Adriana Garrido Garduño1, Adriana Guadalupe Reyes Luna,
Patricia Ortega Silva y Laura Evelia Torres Velázquez

Facultad de Estudios Superiores Iztacala,
Universidad Nacional Autónoma de México

Resu­men

El estu­dio de la fami­lia es impor­tan­te por­que se le con­si­de­ra como la pri­me­ra ins­ti­tu­ción que ejer­ce influen­cia en el niño, median­te la trans­mi­sión de valo­res, cos­tum­bres y creen­cias por medio de la con­vi­ven­cia dia­ria; es la pri­me­ra ins­ti­tu­ción edu­ca­ti­va y socia­li­za­do­ra del niño. El obje­ti­vo de la pre­sen­te inves­ti­ga­ción fue des­cri­bir la diná­mi­ca fami­liar de jóve­nes uni­ver­si­ta­rios de la carre­ra de psi­co­lo­gía, con­si­de­ran­do las cate­go­rías a) dis­ci­pli­na y méto­do y, b) sis­te­ma de valo­res. La mues­tra fue de 566 alum­nos a quie­nes se les apli­có un cues­tio­na­rio que ana­li­za la diná­mi­ca fami­liar. En los resul­ta­dos se encon­tró que la madre es quien rea­li­za más acti­vi­da­des enfo­ca­das a la dis­ci­pli­na y al desa­rro­llo de valo­res, aun­que esto no quie­re decir que el padre no par­ti­ci­pa, sino que lo hace en menor medi­da. En gene­ral la mayo­ría de los y las jóve­nes con­si­de­ran que su en su fami­lia hay dis­ci­pli­na y han desa­rro­lla­do un sis­te­ma de valo­res con­sis­ten­te.

Pala­bras cla­ve: diná­mi­ca fami­liar, dis­ci­pli­na, valo­res, edu­ca­ción.

 

Dis­ci­pli­ne and Values in Uni­ver­sity Youths

Abs­tract

The study of fami­lies is impor­tant becau­se family is con­si­de­red the very first ins­ti­tu­tion that influen­ces the chil­dren with values, cus­toms, and beliefs through every day expe­rien­ces. It is the first edu­ca­tio­nal and social ins­ti­tu­tion the chil­dren know. The objec­ti­ve in this inves­ti­ga­tion was to des­cri­be family dyna­mics of uni­ver­sity youths with majors in psy­cho­logy by con­si­de­ring the follo­wing cate­go­ries, a) dis­ci­pli­ne and method, and b) values sys­tem. The sam­ple was com­po­sed by 566 stu­dents who were applied a ques­tion­nai­re focu­sed on family dyna­mics. The results sho­wed it is the mother who carries more acti­vi­ties orien­ted to dis­ci­pli­ne and values deve­lop­ment, which doesn’t mean that the father doesn’t, but that he does it less acti­vely. In gene­ral most youths con­si­der there’s dis­ci­pli­ne in their fami­lies and they have deve­lo­ped a con­sis­tent values sys­tem.

Key words. Family dyna­mics, dis­ci­pli­ne, values, edu­ca­tion

Introducción

La fami­lia es la uni­dad de la socie­dad don­de se desa­rro­llan los seres huma­nos, es un sis­te­ma de inter­re­la­ción que media entre el indi­vi­duo y la socie­dad y se encuen­tra inte­gra­da por un núme­ro varia­ble de indi­vi­duos, uni­dos por víncu­los de con­san­gui­ni­dad, unión, matri­mo­nio o adop­ción; ade­más, des­de el pun­to de vis­ta fun­cio­nal y psi­co­ló­gi­co, impli­ca com­par­tir un mis­mo espa­cio físi­co; aun­que des­de el pun­to de vis­ta socio­ló­gi­co, no impor­ta si se con­vi­ve o no en el mis­mo espa­cio para ser con­si­de­ra­do par­te de la fami­lia (Torres, 2011).

El estu­dio de la fami­lia es impor­tan­te por­que se le con­si­de­ra como la pri­me­ra ins­ti­tu­ción que ejer­ce influen­cia en el niño median­te la trans­mi­sión de valo­res, cos­tum­bres y creen­cias por medio de la con­vi­ven­cia dia­ria; es la pri­me­ra ins­ti­tu­ción edu­ca­ti­va y socia­li­za­do­ra del niño.

La for­ma en que se vin­cu­lan los miem­bros de la fami­lia se cono­ce como diná­mi­ca fami­liar. Oli­vei­ra, Eter­nod y López (cita­dos en Torres, Orte­ga, Garri­do y Reyes, 2008) men­cio­nan que la diná­mi­ca fami­liar es el con­jun­to de rela­cio­nes de coope­ra­ción, inter­cam­bio, poder y con­flic­to que, tan­to en hom­bres como muje­res, y entre gene­ra­cio­nes, se esta­ble­cen en el inte­rior de las fami­lias alre­de­dor de la divi­sión del tra­ba­jo y de los pro­ce­sos de toma de deci­sio­nes. Su estu­dio sur­ge como una crí­ti­ca a los supues­tos de uni­dad, inte­rés común y armo­nía que tra­di­cio­nal­men­te se han pro­pues­to acer­ca de las fami­lias, don­de se con­si­de­ra­ba que todo en éstas era coope­ra­ti­vo y en bene­fi­cio de sus miem­bros, ya que al aso­mar­se a cada fami­lia encon­tra­mos dife­ren­cias, des­igual­da­des y con­flic­tos por lo cual es nece­sa­rio evi­den­ciar qué pasa real­men­te en su inte­rior y pro­po­ner una repre­sen­ta­ción que se ase­me­je a la reali­dad.

Ceba­llos, Vás­quez, Nápo­les y Sán­chez (2004) seña­lan que la diná­mi­ca fami­liar se pue­de defi­nir “como una colec­ción de fuer­zas posi­ti­vas y nega­ti­vas que afec­tan el com­por­ta­mien­to de cada miem­bro de la fami­lia, hacien­do que ésta, como uni­dad, fun­cio­ne bien o mal” (p. 106). Esto quie­re decir que no es sólo posi­ti­va, sino que tam­bién pue­de incluir aspec­tos nega­ti­vos o noci­vos para sus inte­gran­tes. El hecho es que el “ser” fami­lia no es fácil, se tra­ta de un víncu­lo entre varias per­so­nas con ideas, res­pon­sa­bi­li­da­des, fun­cio­nes y com­pro­mi­sos dife­ren­tes que se encuen­tran en dis­tin­tas eta­pas de desa­rro­llo, don­de no sola­men­te se influ­ye en los niños sino en todos los miem­bros que la for­man.

En un estu­dio rea­li­za­do por Vás­quez, Sán­chez, Nava­rro, Rome­ro, Pérez y Kuma­za­wa (2003) desa­rro­lla­ron un ins­tru­men­to de medi­ción de la diná­mi­ca de la fami­lia nuclear mexi­ca­na, con­si­de­ran­do que la diná­mi­ca fami­liar tie­ne como cate­go­rías prin­ci­pa­les:

  1. La diná­mi­ca de los padres como pare­ja.
  2. La for­ma­ción de la iden­ti­dad.
  3. La comu­ni­ca­ción, expre­sión y soli­da­ri­dad en la fami­lia.
  4. La estruc­tu­ra de la auto­ri­dad en la fami­lia.
  5. El mane­jo del con­flic­to y la agre­si­vi­dad.
  6. La dis­ci­pli­na y méto­do.
  7. El sis­te­ma de valo­res.
  8. El ais­la­mien­to o inte­gra­ción social cul­tu­ral.

Con­si­de­ra­mos que este ins­tru­men­to abar­ca aspec­tos impor­tan­tes por lo que se reto­mó para esta inves­ti­ga­ción con las modi­fi­ca­cio­nes per­ti­nen­tes para ana­li­zar la for­ma de rela­ción que se esta­ble­ce con el padre y con la madre, con­si­de­rán­do­los por sepa­ra­do, pues las fun­cio­nes que ambos rea­li­zan al inte­rior de las fami­lias no son las mis­mas. Éste se apli­có a jóve­nes uni­ver­si­ta­rios de la FES Izta­ca­la y en el pre­sen­te tra­ba­jo se repor­tan los resul­ta­dos para las cate­go­rías de dis­ci­pli­na y méto­do y la de sis­te­ma de valo­res.

Si habla­mos de dis­ci­pli­na y méto­do pode­mos seña­lar que es la for­ma en que se lle­van a cabo las reglas que rigen a una fami­lia y ofre­cen carac­te­rís­ti­cas espe­cí­fi­cas de su fun­cio­na­mien­to. El tér­mino “regla fami­liar” sugie­re nor­mas que res­pe­tan la dis­ci­pli­na. Las reglas que man­tie­nen algu­nos sis­te­mas fami­lia­res son mucho más exclu­si­vas y algu­nas veces no coin­ci­den con las que rigen la dis­ci­pli­na de la comu­ni­dad (Vás­quez y cols., 2003). Los indi­ca­do­res que se uti­li­za­ron para medir­la son: la orga­ni­za­ción fami­liar, la dis­ci­pli­na fami­liar, el cui­da­do de la salud y el empleo del tiem­po libre.

En el sis­te­ma de valo­res, el desa­rro­llo de la con­duc­ta moral, indis­pen­sa­ble para la socia­li­za­ción, es un pro­ce­so edu­ca­ti­vo que per­mi­te al niño adqui­rir cier­tas nor­mas y prohi­bi­cio­nes razo­na­bles con las expec­ta­ti­vas y fun­cio­na­mien­to en la socie­dad que le ayu­dan a man­te­ner el orden social, mos­trar res­pe­to por la auto­ri­dad, com­pren­der la nece­si­dad de que exis­tan reglas y adqui­rir una con­cien­cia gober­na­da por idea­les. Sus indi­ca­do­res son: la ambi­ción por la esco­la­ri­dad, reli­gio­si­dad – valo­res mora­les, con­fian­za entre padres e hijos y auto­per­cep­ción de la fami­lia.

Objetivo

Ana­li­zar la diná­mi­ca fami­liar de los jóve­nes uni­ver­si­ta­rios de la Facul­tad de Estu­dios Supe­rio­res Izta­ca­la de la carre­ra de psi­co­lo­gía, con­si­de­ran­do las cate­go­rías de dis­ci­pli­na y méto­do y sis­te­ma de valo­res.

Método

La mues­tra fue de 566 alum­nos de todos los semes­tres de la carre­ra de psi­co­lo­gía, 345 muje­res y 221 hom­bres, con una edad pro­me­dio de 20 años, a los cua­les se les apli­có el cues­tio­na­rio modi­fi­ca­do de la diná­mi­ca fami­liar nuclear mexi­ca­na rea­li­za­do por Vás­quez y cols. (2003).

Resultados

De los resul­ta­dos obte­ni­dos vemos que, con rela­ción al semes­tre, la mues­tra se encon­tró dis­tri­bui­da de la siguien­te mane­ra: 13% de alum­nos de pri­mer semes­tre, 20% de segun­do, 14% de ter­ce­ro, 15% de cuar­to, 4% de quin­to, 17% de sex­to, 4% de sép­ti­mo, 13% de octa­vo y 1% alum­nos que no indi­ca­ron el semes­tre que cur­sa­ban (Véa­se Figu­ra 1).

 

Figura 1. Porcentaje de los alumnos según el semestre que cursan.

Con refe­ren­cia al esta­do civil el 95% eran sol­te­ros mien­tras sola­men­te el 21% de los alum­nos con­ta­ban con una acti­vi­dad labo­ral remu­ne­ra­da.

En cuan­to a la cate­go­ría de Dis­ci­pli­na y méto­do, la cual tie­ne que ver con la ins­truc­ción sis­te­má­ti­ca para seguir o apren­der un deter­mi­na­do orden, se valo­ra­ron los indi­ca­do­res orga­ni­za­ción fami­liar, dis­ci­pli­na fami­liar, cui­da­do de la salud y empleo del tiem­po libre, encon­trán­do­se los siguien­tes resul­ta­dos:

La orga­ni­za­ción fami­liar, explo­ra­da por pre­gun­tas como: ¿En tu fami­lia los debe­res de cada quien están cla­ra­men­te defi­ni­dos? ¿Pue­des decir que tu fami­lia es orga­ni­za­da? ¿Para las cues­tio­nes impor­tan­tes, tu papá/mamá toma en cuen­ta tu opi­nión? ¿El mane­jo del ingre­so fami­liar es com­par­ti­do por tu papá/mamá con su pare­ja? ¿El dine­ro fami­liar se mane­ja cui­da­do­sa­men­te? ¿Tie­nes un hora­rio para hacer tareas y estu­diar? y ¿Las acti­vi­da­des de tu fami­lia en su mayo­ría las panean con ante­rio­ri­dad?, las y los alum­nos con­si­de­ran que ambos padres par­ti­ci­pan en dicha orga­ni­za­ción como se mues­tra en la Figu­ra 2, sien­do la madre con un 64%, en com­pa­ra­ción del padre con un 62%, quien se preo­cu­pa más por desem­pe­ñar dicha orga­ni­za­ción den­tro de la fami­lia.

 

Figura 2. Porcentaje de respuestas de la percepción que tienen las y los estudiantes con respecto a la participación de sus padres en la organización familiar.

En el indi­ca­dor de cui­da­do de la salud, las pre­gun­tas uti­li­za­das fue­ron: ¿En tu fami­lia se preo­cu­pan por comer sana­men­te? y ¿Tu papá/mamá se preo­cu­pa por­que prac­ti­ques depor­te? En la Figu­ra 3 se mues­tra el por­cen­ta­je de la opi­nión de los y las jóve­nes con res­pec­to al inte­rés que tie­nen sus padres para el cui­da­do de la salud de sus hijos, men­cio­nan­do nue­va­men­te la madre, con un 77%, quien se ocu­pa más por la salud de los hijos e hijas en com­pa­ra­ción con un 73% que hacen refe­ren­cia al padre.

 

Figura 3. Porcentaje de respuestas de la percepción que tienen las y los estudiantes de sus padres con respecto al cuidado de la salud.

La pre­gun­ta para medir el tiem­po libre fue: ¿Dis­fru­ta tu mamá / papá el tiem­po libre en acti­vi­da­des fami­lia­res? en don­de según la per­cep­ción de los y las jóve­nes sigue sien­do la mamá, con un 82%, quien valo­ra más el tiem­po libre en com­pa­ra­ción del padre con un 60%. Esto se pue­de con­si­de­rar como una con­duc­ta que está influen­cia­da por los roles de géne­ro en don­de el padre se invo­lu­cra más en cues­tio­nes fue­ra del ámbi­to fami­liar, es decir, en el ámbi­to públi­co, sien­do para la fami­lia sola­men­te un pro­vee­dor y par­ti­ci­pan­do poco en acti­vi­da­des de tiem­po libre.

 

Figura 4. Porcentaje de respuestas de la percepción que tienen las y los estudiantes de sus padres con respecto al empleo del tiempo libre.

Final­men­te, para la valo­ra­ción de la dis­ci­pli­na fami­liar las pre­gun­tas fue­ron ¿En tu fami­lia hay reglas que deben cum­plir­se? y ¿En tu casa la dis­ci­pli­na se basa en rega­ños?

En la Tabla 1 pode­mos ver el por­cen­ta­je de res­pues­ta de los y las jóve­nes de acuer­do a las pre­gun­tas del indi­ca­dor don­de se obser­va que en la mayo­ría de las fami­lias de los y las estu­dian­tes exis­ten reglas fami­lia­res (89%), en don­de la dis­ci­pli­na no se basa en rega­ños (72%), sin embar­go, habría que inda­gar más sobre las estra­te­gias que uti­li­zan para gene­rar dis­ci­pli­na y esta­ble­cer reglas en todos los inte­gran­tes de la fami­lia.

Tabla 1. Porcentaje de los reactivos del indicador disciplina familiar.

Pre­gun­tas

Si

No

¿En tu fami­lia hay reglas que deben cum­plir­se?

 

89%

 

11%

¿En tu casa la dis­ci­pli­na se basa en rega­ños

 

28%

 

72%

Para ana­li­zar el eje de Sis­te­ma de valo­res, el cual per­mi­te com­pren­der la impor­tan­cia de que exis­tan reglas y nor­mas en el pro­ce­so edu­ca­ti­vo de una per­so­na se valo­ra­ron los indi­ca­do­res ambi­ción por la esco­la­ri­dad, reli­gio­si­dad – valo­res mora­les, con­fian­za padres e hijos y auto­per­cep­ción de la fami­lia, obte­nien­do los siguien­tes resul­ta­dos.

En cuan­to al indi­ca­dor de ambi­ción por la esco­la­ri­dad, con­for­ma­do por las pre­gun­tas: ¿Cree tu papá/mamá que la gen­te con una carre­ra uni­ver­si­ta­ria vale más? ¿A tu papá/mamá le pare­cen úti­les los estu­dios uni­ver­si­ta­rios? ¿Cree tu papá/mamá que es más impor­tan­te ganar dine­ro que tener un títu­lo? en la Figu­ra 4 vemos que los y las jóve­nes con­si­de­ran que es mayor el inte­rés o inclu­so pre­sión por par­te de su papá (73%) para ter­mi­nar algu­na carre­ra uni­ver­si­ta­ria que la de su mamá (60%).

 

Figura 5. Porcentaje de respuestas de la percepción que tienen las y los estudiantes de sus padres con respecto a la ambición por la escolaridad.

En cuan­to al indi­ca­dor de reli­gio­si­dad – valo­res mora­les, don­de las pre­gun­tas son: ¿Tu papá/mamá pla­ti­ca con­ti­go sobre lo que pien­sa acer­ca de la moral e inmo­ra­li­dad? ¿En tu fami­lia la reli­gión es un tema del que se habla mucho? y ¿En tu fami­lia acos­tum­bran rezar (orar, hacer ora­ción)?, como se obser­va en la Figu­ra 5, los y las estu­dian­tes con­si­de­ran que su mamá le da mayor impor­tan­cia al aspec­to reli­gio­so y moral (37%) en com­pa­ra­ción a su papá (33%).

 

Figura 6. Porcentaje de respuestas de la percepción que tienen las y los estudiantes de sus padres con respecto a la religiosidad y valores morales.

Para el indi­ca­dor de con­fian­za padres e hijos, medi­do por las pre­gun­tas ¿Pue­des hablar con tu papá/mamá sobre tus curio­si­da­des, dudas e inquie­tu­des rela­cio­na­das con el sexo?, como se mues­tra en la Figu­ra 7, los y las jóve­nes opi­nan, con un 64%, que exis­te mayor con­fian­za con su mamá cuan­do se tra­ta de cues­tio­nes rela­cio­na­das con la sexua­li­dad y no tan­to con su papá (38%).

 

Figura 7. Porcentaje de respuestas de la percepción que tienen las y los estudiantes con respecto a la confianza padres e hijos.

Y, final­men­te, para el indi­ca­dor de auto­per­cep­ción fami­liar que con­tem­pla dos pre­gun­tas: ¿En tu fami­lia todos tie­nen ideas muy pare­ci­das sobre el bien, el mal, la jus­ti­cia, la reli­gión, etc.? y ¿Crees que te tocó cre­cer en una bue­na fami­lia? los resul­ta­dos mues­tran que los y las estu­dian­tes con­si­de­ran que les tocó cre­cer en una bue­na fami­lia (90%), en don­de todos sus inte­gran­tes tie­nen ideas pare­ci­das sobre el bien, el mal, etc. (57%) (Véa­se Tabla 2).

Tabla 2. Porcentaje de los reactivos del indicador autopercepción familiar.

Pre­gun­tas

Si

No

¿En tu fami­lia todos tie­nen ideas muy pare­ci­das sobre el bien, el mal, la jus­ti­cia, la reli­gión, etc.?

57%

43%

¿Crees que te tocó cre­cer en una bue­na fami­lia?

90%

10%

Discusión y conclusiones

De acuer­do con Estra­da, (1993) entre las fun­cio­nes bási­cas de la fami­lia se encuen­tran la repro­duc­ción, comu­ni­ca­ción, afec­ti­vi­dad, edu­ca­ción, apo­yo social, apo­yo eco­nó­mi­co, gene­ra­ción de auto­no­mía, adap­ta­ción, crea­ción de nor­mas e inclu­so el logro de obje­ti­vos y metas en común por sus inte­gran­tes. Asi­mis­mo, men­cio­na que los obje­ti­vos de toda fami­lia son: 1) resol­ver las tareas o cri­sis que va enfren­tan­do en las dife­ren­tes eta­pas de desa­rro­llo, y 2) apor­tar los com­ple­men­tos a las nece­si­da­des de sus miem­bros, con el fin de lograr una satis­fac­ción en el pre­sen­te y una pre­pa­ra­ción segu­ra y ade­cua­da para el futu­ro.

Pala­cios (cita­do en Fal­fan, 2011), coin­ci­de en que las fun­cio­nes de la fami­lia, en rela­ción con los hijos son ase­gu­rar su super­vi­ven­cia, su sano cre­ci­mien­to y su socia­li­za­ción en las con­duc­tas bási­cas de comu­ni­ca­ción, diá­lo­go y sim­bo­li­za­ción ade­más de apor­tar un cli­ma de afec­to y apo­yo sin los cua­les el desa­rro­llo psi­co­ló­gi­co sano no resul­ta posi­ble. Así mis­mo es impor­tan­te apor­tar la esti­mu­la­ción que haga de ellos seres con capa­ci­dad para rela­cio­nar­se com­pe­ten­te­men­te con su entorno físi­co y social, lo que per­mi­ti­rá res­pon­der a las deman­das y exi­gen­cias plan­tea­das por su adap­ta­ción al mun­do en el que les toca vivir.

Den­tro de esta inves­ti­ga­ción, y toman­do en cuen­ta los obje­ti­vos y fun­cio­nes de la fami­lia, vemos que efec­ti­va­men­te si se cum­plen las fun­cio­nes bási­cas para la revi­sión de nues­tros ejes de aná­li­sis (dis­ci­pli­na y méto­do, y sis­te­ma de valo­res), sin embar­go, cubrir­los en la prác­ti­ca no es fácil, debi­do a las deman­das socia­les y cul­tu­ra­les, así como la asig­na­ción de roles que deter­mi­nan el com­por­ta­mien­to y edu­ca­ción que se fomen­ta en los hijos e hijas.

En cuan­to a la dis­ci­pli­na y méto­do fami­liar, encon­tra­mos que la madre es más reco­no­ci­da por los y las jóve­nes como la encar­ga­da de diri­gir­los en estos aspec­tos, ya que es quien está más al pen­dien­te y al cui­da­do de ellos, pro­cu­ran­do una ade­cua­da for­ma­ción y desa­rro­llo de habi­li­da­des para el futu­ro, den­tro de las cua­les se encuen­tra el ser dis­ci­pli­na­do y tener orga­ni­za­ción. Sin embar­go, el padre no está ausen­te a ello, tam­bién cum­ple con la guía de los hijos, pero resul­ta impor­tan­te seña­lar que al pre­gun­tar­les si su padre dis­fru­ta el tiem­po libre con la fami­lia vemos que su par­ti­ci­pa­ción dis­mi­nu­ye en com­pa­ra­ción con la madre, esto pue­de estar influen­cia­do por los roles tra­di­cio­na­les de géne­ro, ya que lo habi­tual es que éste vele por su fami­lia y sea pro­vee­dor, vien­do a la fami­lia como una res­pon­sa­bi­li­dad y no como un gru­po don­de rela­jar­se y dis­fru­tar la com­pa­ñía de sus miem­bros. Esto refle­ja lo que Olvie­ra, Eter­nod y López (cita­dos en Torres, 2011) men­cio­nan que tra­di­cio­nal­men­te hace y se espe­ra de cada uno: la mujer desem­pe­ña el tra­ba­jo domés­ti­co, en el ámbi­to pri­va­do, y el hom­bre las acti­vi­da­des de pro­vee­dor por lo que tie­ne que tra­ba­jar en el ámbi­to públi­co.

Por otro lado, en el eje de sis­te­ma de valo­res, se encon­tró que para la per­cep­ción de los y las estu­dian­tes, es la figu­ra pater­na quien se mues­tra con una par­ti­ci­pa­ción mayor con res­pec­to a la for­ma­ción aca­dé­mi­ca de sus hijos e hijas, lo cual se obser­va que el padre le da mayor impor­tan­cia y/o ejer­ce mayor pre­sión a este aspec­to, ya que den­tro de éste adquie­ren habi­li­da­des, cono­ci­mien­tos y herra­mien­tas que en un futu­ro se ten­drán que uti­li­zar para acce­der más fácil­men­te al mer­ca­do labo­ral, dejan­do a un lado las cues­tio­nes reli­gio­sas y valo­res mora­les, cate­go­rías en las que nue­va­men­te es la madre quien se ocu­pa de fomen­tar los valo­res.

Es impor­tan­te des­ta­car la cate­go­ría de con­fian­za padres e hijos, don­de la mayo­ría de los jóve­nes con­si­de­ran que exis­te mayor con­fian­za con su mamá cuan­do se tra­ta de cues­tio­nes impor­tan­tes como la sexua­li­dad o dis­tin­tos con­flic­tos emo­cio­na­les, lo cual nos lle­va a supo­ner, nue­va­men­te, que a la mujer se le edu­ca con valo­res enfo­ca­dos al amor y cui­da­do de sus hijos y que inclu­so, la mater­ni­dad se con­vier­te en muchos casos en la mayor rea­li­za­ción de toda mujer. Al res­pec­to Alber­di, Esca­na­rio y Hai­mo­vich (1984) men­cio­nan que el tener hijos, criar­los y edu­car­los apa­re­ce en la super­fi­cie del dis­cur­so feme­nino como una face­ta de supe­rio­ri­dad sobre el hom­bre, como una de las ven­ta­jas o pri­vi­le­gios mayo­res del ser mujer y como una de las fuen­tes de satis­fac­ción más impor­tan­tes, lle­gan­do inclu­so, muchas veces, a mani­fes­tar­se como la jus­ti­fi­ca­ción de la vida de la mujer.

En resu­men, vemos que la madre sigue sien­do reco­no­ci­da como prin­ci­pal trans­mi­so­ra de valo­res y dis­ci­pli­na, pero que aho­ra la figu­ra del padre se ve pre­sen­te casi de igual mane­ra que la de la madre. En este sen­ti­do tan­to el padre como la madre se vuel­ven par­ti­ci­pa­ti­vos en las cues­tio­nes fami­lia­res empe­zan­do a ser evi­den­te que el varón tie­ne una par­ti­ci­pa­ción más acti­va y reco­no­ci­da por los hijos e hijas den­tro de su diná­mi­ca fami­liar.

En la actua­li­dad y reco­no­cien­do la impor­tan­cia de lograr una igual­dad entre hom­bres y muje­res en cual­quier ámbi­to, Eló­se­gui (2009) pro­po­ne un mode­lo de corres­pon­sa­bi­li­dad en don­de los dos sexos deben estar simul­tá­nea­men­te pre­sen­tes en el mun­do de lo pri­va­do y de lo públi­co. A la vez que recla­ma más pre­sen­cia de la mujer en la vida públi­ca, con­si­de­ra igual­men­te nece­sa­ria una mayor pre­sen­cia del varón en los asun­tos domés­ti­cos, y en el mun­do de la edu­ca­ción de los hijos. Don­de el varón tie­ne dere­cho a asu­mir unas tareas antes reser­va­das a las muje­res. El prin­ci­pio de igual­dad des­de esta pers­pec­ti­va requie­re ana­li­zar en con­jun­to la rela­ción entre los sexos. Es más aña­de una nota muy posi­ti­va por­que se diri­ge a que exis­ta una inter­re­la­ción de tareas en los dos ámbi­tos; pater­ni­dad-mater­ni­dad de la mano en el ámbi­to pri­va­do, y coope­ra­ción crea­ti­va hom­bre-mujer en el mer­ca­do labo­ral.

Referencias

Alberdi, I., Escanario, P. y Haimovich, P. (1984). Actitudes de las mujeres hacia el cambio familiar. REIS, 27, 41-59.

Ceballos, G., Vásquez, G., Nápoles, R. y Sánchez, T. (2004). Influencia de la dinámica familiar y otros factores asociados al déficit en el estado nutricio de preescolares en guarderías del sistema desarrollo integral de la familia (DIF) Jalisco. Hospital Civil de Guadalajara, Instituto de Nutrición Humana. México: Universidad de Guadalajara.

Elósegui, M. (2009). Educar en la corresponsabilidad entre mujeres y hombres. La igualdad necesaria. Revista General de Derecho Canónico y Derecho Eclesiástico del Estado, 20, 1-28.

Estrada, L. (1993). El ciclo vital de la familia. México: Posada.

Falfan, M. (2011). El fomento de la disciplina familiar y el comportamiento del niño en la escuela primaria, Tesis para obtener el título de Licenciado en Psicología Educativa. México, D.F.: Universidad Pedagógica Nacional.

Torres, L. (2011). Familia y género, En: M. A. Dorantes y L. E. Torres (Coord.) Perspectiva de género. México: FESI-UNAM.

Torres, L., Ortega, P., Garrido, A. y Reyes, A. (2008). Dinámica familiar en familias con hijos e hijas. Revista Intercontinental de Psicología y Educación, 10 (2), 31-56.

Vásquez, G., Sánchez, T., Navarro, L., Romero, E., Pérez, C. y Kumazawa, I. (2003). Instrumento de medición de la dinámica de la familia nuclear mexicana: un enfoque cuantitativo. Instituto de Nutrición Humana, Centro Universitario de Ciencias de la Salud. México: Universidad de Guadalajara.

Notas

1. Corres­pon­den­cia: Facul­tad de Estu­dios Supe­rio­res Izta­ca­la. Divi­sión de Inves­ti­ga­ción y Pos­gra­do. UIICSE. Av. de los Barrios No. 1, Los Reyes Izta­ca­la, Tlal­ne­pantla, Esta­do de Méxi­co, C.P. 54090 Méxi­co. Correos elec­tró­ni­cos: moyuki@yahoo.com, reyeslunagpe@yahoo.com.mx, patosi@unam.mx y lauratv@unam.mx.