Análisis de la Demanda de Atención Psicológica en un Programa de Terapia Familiar Sistémica

Analysis of the Demand for Psychological Care in a Systemic Family Therapy Program

Alberto Efraín Meza-Alejos[1], Bertha Ramos del Río[2][3]

Facultad de Estudios Superiores Zaragoza, Universidad Nacional Autónoma de México

Resumen

La des­crip­ción de las carac­te­rís­ti­cas de los usua­rios de un pro­gra­ma de aten­ción psi­co­ló­gi­ca pro­por­cio­na infor­ma­ción rele­van­te para la mejo­ra del ser­vi­cio. En este tra­ba­jo se des­cri­ben las carac­te­rís­ti­cas y evo­lu­ción de usua­rios de un ser­vi­cio de aten­ción psi­co­ló­gi­ca de tera­pia fami­liar sis­té­mi­ca de un pro­gra­ma de maes­tría en psi­co­lo­gía de una uni­ver­si­dad mexi­ca­na. Se reali­zó un estu­dio des­crip­ti­vo con 53 usua­rios del ser­vi­cio. Se obser­vó que el 69.8% de eran muje­res, con una edad media de 36.11 años, la esco­la­ri­dad más común fue secun­da­ria (34%) y la ocu­pa­ción prin­ci­pal fue estu­diar (28.3%). Se iden­ti­fi­có que el moti­vo de con­sul­ta más común fue pro­ble­mas de pare­ja (26.8%), se ofre­cie­ron en pro­me­dio 5 sesio­nes. Se con­clu­ye que estos estu­dios per­mi­ten iden­ti­fi­car las áreas de opor­tu­ni­dad en el ser­vi­cio de psi­co­lo­gía que ofre­ce el pro­gra­ma de pos­gra­do, así como dar­le retro­ali­men­ta­ción, al for­mar tera­peu­tas fami­lia­res sis­té­mi­cos.

Pala­bras cla­ve: Tera­pia fami­liar sis­té­mi­ca; Estu­dio des­crip­ti­vo; Ser­vi­cios de aten­ción psi­co­ló­gi­ca; Super­vi­sión clí­ni­ca.

Abstract

The des­crip­tion of the cha­rac­te­ris­tics of the users of a psy­cho­lo­gi­cal care pro­gram pro­vi­des rele­vant infor­ma­tion for impro­ving the ser­vi­ce. This paper des­cri­bes the cha­rac­te­ris­tics and evo­lu­tion of users of a psy­cho­lo­gi­cal care ser­vi­ce of sys­te­mic family the­rapy of a master’s pro­gram in psy­cho­logy at a uni­ver­sity of Mexi­co. A des­crip­ti­ve study was carried out with 53 ser­vi­ce users. It was found that 69.8% were women, with an ave­ra­ge age of 36.11 years, the most com­mon schoo­ling was midd­le school (34%) and the main occu­pa­tion was stud­ying (28.3%). It was iden­ti­fied that the prin­ci­pal pro­ble­ma­tic was rela­tionship issues (26.8%), an ave­ra­ge of 5 ses­sions were given. The­se stu­dies allow to iden­tify impro­ve­ment areas in the psy­cho­lo­gi­cal care ser­vi­ce offe­red by the master’s pro­gram, as well as to pro­vi­de feed­back, sin­ce it also trains sys­te­mic family the­ra­pists.

Key­words: Sys­te­mic family the­rapy; Des­crip­ti­ve study; Psy­cho­lo­gi­cal care ser­vi­ces; Cli­ni­cal super­vi­sion.

Introducción

Repor­tes rea­li­za­dos por la Orga­ni­za­ción Mun­dial de la Salud (OMS, 2022) men­cio­nan que 1 de cada 8 per­so­nas en el mun­do pade­ce algu­na pro­ble­má­ti­ca emo­cio­nal. Por otro lado, la Secre­ta­ría de Salud (2018) resal­ta que al menos el 25% de los mexi­ca­nos pre­sen­tan pro­ble­mas de salud men­tal, mien­tras que el Ins­ti­tu­to Nacio­nal de Esta­dís­ti­ca y Geo­gra­fía (INEGI, 2021) repor­ta que el 15.4% de la pobla­ción tie­ne sín­to­mas aso­cia­dos a la depre­sión y que el 31.3% han teni­do algún gra­do de con­duc­tas rela­cio­na­das a la ansie­dad. La inves­ti­ga­ción en salud y en las enfer­me­da­des men­ta­les com­pren­de una amplia gama de cien­cias bio­ló­gi­cas, socio­ló­gi­cas y de la con­duc­ta huma­na y regu­lar­men­te rea­li­za estu­dios y des­cri­be las carac­te­rís­ti­cas clí­ni­cas, psi­co­so­cia­les y demo­grá­fi­cas de la pobla­ción aten­di­da, ade­más ana­li­za el fun­cio­na­mien­to de los pro­gra­mas y ser­vi­cios en salud men­tal, cuyos resul­ta­dos refle­jan las nece­si­da­des y deman­das de aten­ción en cues­tión de salud men­tal, tan­to en lo indi­vi­dual como en lo fami­liar (Medi­na-Mora et al., 2003; Bor­ges et al. 2004).

En los últi­mos años, en par­ti­cu­lar a par­tir de la pan­de­mia por COVID-19, la prác­ti­ca psi­co­te­ra­péu­ti­ca es per­ci­bi­da social­men­te con mayor acep­ta­ción y por tan­to con una mayor deman­da. Es por ello que la acti­vi­dad pro­fe­sio­nal de los psi­co­te­ra­peu­tas es con­si­de­ra­da como útil, nece­sa­ria y efi­caz; sus ser­vi­cios son bus­ca­dos y los usua­rios se mues­tran gene­ral­men­te satis­fe­chos (Bue­la-Casal et al., 2005). La infor­ma­ción sobre cómo se rea­li­za la prác­ti­ca de la psi­co­te­ra­pia en con­tex­tos asis­ten­cia­les es peque­ña, en com­pa­ra­ción con los ámbi­tos de inves­ti­ga­ción (Díaz, 2012); a pesar de ello, estas prác­ti­cas con­ti­núan sien­do rela­ti­va­men­te esca­sas (Labra­dor et al. 2010; Teje­do, 2019; Stoll et al., 2020; Galle­go et al., 2021; Galin­do-Soto et al., 2022).

La OMS (2011), en una eva­lua­ción del sis­te­ma de salud men­tal en Méxi­co, repor­tó que sólo se desig­na­ba el 2% del pre­su­pues­to de salud a este rubro, recur­sos que en su mayo­ría se des­ti­na­ban a hos­pi­ta­les psi­quiá­tri­cos, lo cual indi­ca que el eje prin­ci­pal es la aten­ción de ter­cer nivel, por lo que los ser­vi­cios comu­ni­ta­rios se pue­den ver sobre­pa­sa­dos por la deman­da y la fal­ta de recur­sos, lo que impli­ca que haya un por­cen­ta­je ele­va­do de mexi­ca­nos que no pue­dan asis­tir a ser­vi­cios de salud men­tal, debi­do a que no podrían cos­tear­lo, en caso de que la aten­ción fue­ra pri­va­da o se enfren­tan a lar­gas filas de espe­ra, si la aten­ción fue­ra públi­ca.

Relevancia social de la salud mental familiar

Los Cen­tros de Inte­gra­ción Juve­nil de Méxi­co (CIJ, 2022) plan­tean que duran­te el pri­mer tri­mes­tre del 2022, hubo un incre­men­to del 24% de la vio­len­cia fami­liar, así como un 25% de pro­ble­mas de salud men­tal, des­de el 2020, ello debi­do al alto impac­to que gene­ró el con­fi­na­mien­to pro­vo­ca­do por el COVID-19 pues hubo mayor con­vi­ven­cia con fami­lias que ejer­cen vio­len­cia, hacien­do ver que al menos el 63% de niñas, niños y ado­les­cen­tes han vivi­do algún tipo de mal­tra­to.

Todo esto mues­tra que la influen­cia que tie­nen las fami­lias en la salud men­tal de sus inte­gran­tes es uno de los fac­to­res más impor­tan­tes a tomar en cuen­ta al momen­to de esta­ble­cer polí­ti­cas públi­cas en pro del cui­da­do del bien­es­tar de la socie­dad. No es de extra­ñar que ins­ti­tu­cio­nes como la Secre­ta­ría de Salud (2013), nom­bren a la fami­lia como una pro­mo­to­ra de la salud men­tal. Por lo que pro­por­cio­nar una aten­ción inte­gral en don­de la fami­lia se encuen­tre en el cen­tro de las inter­ven­cio­nes en psi­co­te­ra­pia resul­ta impe­ran­te, como lo ilus­tran Zda­no­wicz et al. (2004) quie­nes encon­tra­ron que ado­les­cen­tes que venían de fami­lias cohe­sio­na­das y más adap­ta­bles solían no pre­sen­tar algún tipo de tras­torno men­tal.

Terapia Familiar Sistémica

La tera­pia fami­liar sis­té­mi­ca es uno de los mode­los de psi­co­lo­gía clí­ni­ca más repre­sen­ta­ti­vos y uti­li­za­dos en la aten­ción fami­liar, ya que ha logra­do mar­car una dife­ren­cia cla­ra entre los mode­los más hege­mó­ni­cos de la psi­co­te­ra­pia al pro­po­ner una visión epis­té­mi­ca dis­tin­ta. Sus prin­ci­pios se encuen­tran fun­da­men­ta­dos en tres pro­pues­tas prin­ci­pa­les, la Teo­ría Gene­ral de Sis­te­mas, la Ciber­né­ti­ca y los axio­mas de la comu­ni­ca­ción (Var­gas, 2004).

La pri­me­ra pro­pues­ta refe­ren­te a la Teo­ría Gene­ral de los Sis­te­mas, plan­tea­da por Lud­wig von Ber­ta­lanffy, esta­ble­ce que un sis­te­ma es “un con­jun­to de ele­men­tos que al mis­mo tiem­po de estar inter­re­la­cio­na­dos entre sí, lo están con su medio” (Álva­rez et al., 2016, p. 164). Por otro lado, la Ciber­né­ti­ca plan­tea el con­cep­to de retro­ali­men­ta­ción, defi­ni­da como “un méto­do para con­tro­lar un sis­te­ma rein­tro­du­cién­do­le los resul­ta­dos de su desem­pe­ño en el pasa­do” (Kee­ney, 1994, p. 83), la retro­ali­men­ta­ción se divi­de en nega­ti­va, don­de el sis­te­ma detie­ne el flu­jo de infor­ma­ción que reci­be del exte­rior para poder corre­gir su res­pues­ta, y la posi­ti­va, en la que se soli­ci­ta un nue­vo ingre­so de infor­ma­ción por par­te del exte­rior para res­pon­der de una mane­ra dis­tin­ta. Res­pec­to a los 5 axio­mas de la comu­ni­ca­ción, Watz­la­wick et al. (1981), refie­ren que estos son, es impo­si­ble no comu­ni­car; toda comu­ni­ca­ción pre­sen­ta al menos dos nive­les, uno de con­te­ni­do y uno de rela­ción; la pun­tua­ción en la secuen­cia de los hechos; exis­ten dos tipos de comu­ni­ca­ción, la digi­tal y la ana­ló­gi­ca; y la rela­ción de la comu­ni­ca­ción pue­de ser de tipo simé­tri­co o com­ple­men­ta­rio.

Tabla 1.
Modelos principales de la Terapia Familiar Sistémica.
Tera­pia Auto­res prin­ci­pa­les Pos­tu­la­dos para inter­ve­nir
Tera­pia estruc­tu­ral (TE) S. Minu­chin y B. Mon­tal­vo. Modi­fi­car la estruc­tu­ra fami­liar para que el sín­to­ma que se obser­va des­apa­rez­ca.
Tera­pia estra­té­gi­ca (TES) J. Haley y C. Mada­nes. Explo­rar y loca­li­zar las secuen­cias orga­ni­za­cio­na­les y pro­po­ner una estra­te­gia para cam­biar dichas secuen­cias.
Tera­pia bre­ve cen­tra­da en reso­lu­ción de pro­ble­mas (TRP). J. Wea­kland, P. Watz­la­wick y R. Fisch. Iden­ti­fi­car los inten­tos de solu­ción e inte­rrum­pir­los hacien­do un giro de 180 gra­dos.
Tera­pia bre­ve cen­tra­da en solu­cio­nes (TOS). S. De Sha­zer, W. O’Hanlon, I. K. Berg. Iden­ti­fi­car excep­cio­nes de la pro­ble­má­ti­ca, otor­gar­le el con­trol al clien­te y expan­dir­las.
Tera­pia de Milán ™. M. Sel­vi­ni Palaz­zo­li, L. Bos­co­lo, G. Cec­chin y G. Pra­ta. Cen­trar­se en las pre­mi­sas bási­cas, ela­bo­rar hipó­te­sis, tomar una pos­tu­ra neu­tral y reca­bar infor­ma­ción des­de la cir­cu­la­ri­dad, gene­ran­do en el clien­te un cam­bio de visión.
Nota. Elaboración propia con base en Eguiluz, L. d. L. (Ed.). (2004). Terapia familiar. Su uso hoy en día. Pax.

Con el paso del tiem­po y el tra­ba­jo de diver­sos teó­ri­cos se gene­ra­ron varios mode­los de tera­pias bajo el mar­co sis­té­mi­co, los más repre­sen­ta­ti­vos se mues­tran en la Tabla 1. Dada la impor­tan­cia que tie­ne la fami­lia en la salud men­tal, los tra­ta­mien­tos que se enfo­can en la fami­lia, como lo es la tera­pia fami­liar sis­té­mi­ca, podrían pro­por­cio­nar recur­sos para inter­ve­nir des­de una pers­pec­ti­va más amplia y con una visión rela­cio­nal.

Atención psicológica en instituciones de formación de terapeutas

Par­te de la aten­ción públi­ca en psi­co­lo­gía sue­le ser impar­ti­da por las clí­ni­cas uni­ver­si­ta­rias, como men­cio­nan Labra­dor et al. (2010), Teje­do (2019) y Galin­do-Soto et al. (2022), en estu­dios hechos tan­to en uni­ver­si­da­des mexi­ca­nas como espa­ño­las. Lo ante­rior per­mi­te acer­car los ser­vi­cios en cues­tión de salud men­tal a pobla­cio­nes de esca­sos recur­sos. Ade­más de dar la opor­tu­ni­dad a futu­ros tera­peu­tas desa­rro­llar en su for­ma­ción, la prác­ti­ca clí­ni­ca y de inves­ti­ga­ción in situ, son suma­men­te bene­fi­cio­sas, tan­to para los ser­vi­cios asis­ten­cia­les, como los edu­ca­ti­vos.

Por los moti­vos refe­ri­dos ante­rior­men­te, se deci­dió ana­li­zar la infor­ma­ción reca­ba­da del ser­vi­cio de aten­ción psi­co­ló­gi­ca que ofre­ce el pro­gra­ma de maes­tría con resi­den­cia en tera­pia fami­liar de una Uni­ver­si­dad en Méxi­co. Este pro­gra­ma tie­ne la fina­li­dad de for­mar tera­peu­tas fami­lia­res bajo un pro­gra­ma pro­fe­sio­na­li­zan­te fomen­tan­do en sus estu­dian­tes todas las com­pe­ten­cias pro­fe­sio­na­les nece­sa­rias para aten­der a fami­lias, pare­jas e indi­vi­duos, a tra­vés de la con­jun­ción entre lo teó­ri­co y la prác­ti­ca super­vi­sa­da, la cual se rea­li­za en cin­co esce­na­rios de tra­ba­jo en ins­ti­tu­cio­nes (públi­cas y pri­va­das) don­de se pres­ta la aten­ción clí­ni­ca a una diver­si­dad de pro­ble­má­ti­cas psi­co­ló­gi­cas.

Método

Objetivo general

Des­cri­bir las carac­te­rís­ti­cas y evo­lu­ción de los usua­rios aten­di­dos en un ser­vi­cio de aten­ción psi­co­ló­gi­ca des­de la tera­pia fami­liar sis­té­mi­ca en un pro­gra­ma de maes­tría en psi­co­lo­gía de una uni­ver­si­dad del cen­tro de Méxi­co.

Objetivos específicos
  • Iden­ti­fi­car las carac­te­rís­ti­cas socio­de­mo­grá­fi­cas y los moti­vos de con­sul­ta de los usua­rios aten­di­dos por el pro­gra­ma de ser­vi­cio de aten­ción psi­co­ló­gi­ca basa­do en la tera­pia fami­liar sis­té­mi­ca.
  • Des­cri­bir los tra­ta­mien­tos y los resul­ta­dos obte­ni­dos en los usua­rios del ser­vi­cio.
Diseño

Se lle­vó a cabo un estu­dio no expe­ri­men­tal, cuan­ti­ta­ti­vo y trans­ver­sal con un alcan­ce des­crip­ti­vo.

Participantes

Se reali­zó un mues­treo no pro­ba­bi­lís­ti­co por con­ve­nien­cia (Her­nán­dez et al., 2014), con 53 usua­rios inte­gra­dos en 41 casos. Por usua­rio se entien­de como aque­lla per­so­na que soli­ci­tó el ser­vi­cio de psi­co­lo­gía o bien for­ma par­te de una pare­ja o fami­lia, mien­tras que por caso se refie­re a la per­so­na, pare­ja o fami­lia que vie­ne a con­sul­ta, por lo que varios usua­rios pue­den for­mar par­te de un sólo caso. Dichos usua­rios soli­ci­ta­ron aten­ción en algu­na de las sedes clí­ni­cas del pro­gra­ma duran­te agos­to de 2022 a diciem­bre de 2023. Todos los usua­rios fir­ma­ron un con­sen­ti­mien­to infor­ma­do antes de ini­ciar con el pro­ce­so tera­péu­ti­co. Asi­mis­mo, fue­ron aten­di­dos por un tera­peu­ta en for­ma­ción super­vi­sa­do por un exper­to en tera­pia fami­liar sis­té­mi­ca.

Escenarios

La aten­ción de los usua­rios se lle­vó a cabo en cin­co ins­ti­tu­cio­nes, las cua­les fue­ron un cen­tro comu­ni­ta­rio (CC) ubi­ca­do en la Alcal­día Izta­pa­la­pa, una uni­ver­si­dad de ense­ñan­za depor­ti­va (UED) loca­li­za­da en la Alcal­día Izta­cal­co, ambas en la Ciu­dad de Méxi­co; una clí­ni­ca uni­ver­si­ta­ria (CU), una ins­ti­tu­ción asis­ten­cial que atien­de a muje­res (IAM) y una uni­dad de reha­bi­li­ta­ción físi­ca de otra ins­ti­tu­ción asis­ten­cial (URF), todas situa­das en el muni­ci­pio de Ciu­dad Nezahual­có­yotl, Esta­do de Méxi­co.

Procedimiento

Una vez que el usua­rio soli­ci­ta­ba el ser­vi­cio éste era asig­na­do a un tera­peu­ta en for­ma­ción bajo super­vi­sión de un exper­to en tera­pia fami­liar sis­té­mi­ca. Todas las per­so­nas que tuvie­ron al menos una sesión fue­ron inclui­das en el estu­dio.

Duran­te la pri­me­ra sesión se le expli­ca­ba al usua­rio la diná­mi­ca de tra­ba­jo y se apli­ca­ba una entre­vis­ta que inte­gra­ba infor­ma­ción socio­de­mo­grá­fi­ca, clí­ni­ca y del moti­vo de con­sul­ta. Pos­te­rior­men­te se con­ti­nua­ba con el pro­ce­so de tera­pia has­ta cerrar el caso, ya fue­ra por alta tera­péu­ti­ca o por baja volun­ta­ria del usua­rio.

Resultados

Las varia­bles ana­li­za­das se divi­die­ron en dos, pri­me­ro, las carac­te­rís­ti­cas socio­de­mo­grá­fi­cas como sexo, edad, esco­la­ri­dad y ocu­pa­ción; y segun­do, las carac­te­rís­ti­cas del pro­ce­so tera­péu­ti­co, don­de se inclu­ye­ron el moti­vo de con­sul­ta, tipo de tera­pia, mode­lo de inter­ven­ción, ins­ti­tu­ción, esta­tus del caso, moti­vo de la baja y núme­ro de sesio­nes. Se rea­li­za­ron los aná­li­sis de fre­cuen­cias y medi­das de ten­den­cia cen­tral (media, media­na, moda y des­via­ción están­dar) a tra­vés del Paque­te Esta­dís­ti­co para las Cien­cias Socia­les (SPSS) ver­sión 27.0.

Características sociodemográficas

En este apar­ta­do se inclu­ye­ron a los 53 usua­rios que fue­ron aten­di­dos. Se encon­tró que la edad media fue de 36.11 (DE = 17.462), las modas fue­ron 19 y 40 años y una media­na de 35, con un ran­go de 3 a 79 años. El res­to de las carac­te­rís­ti­cas socio­de­mo­grá­fi­cas se mues­tran en la Tabla 2.

Tabla 2.
Características sociodemográficas.
Varia­ble Cate­go­ría Por­cen­ta­je (Fre­cuen­cia)
Sexo Mujer

Hom­bre

69.8%

30.2%

(37)

(16)

Esco­la­ri­dad Sin esco­la­ri­dad

Pre­es­co­lar

Pri­ma­ria

Secun­da­ria

Media Supe­rior

Licen­cia­tu­ra

Pos­gra­do

3.8%

1.9%

5.7%

34%

20.8%

32.1%

1.9 %

(2)

(1)

(3)

(18)

(11)

(17)

(1)

Ocu­pa­ción Auto­em­pleo

Empleo

Estu­dian­te

Jubilación/ Sin ocu­pa­ción

24.5%

26.4%

28.3%

20.8%

(13)

(14)

(15)

(11)

Características del proceso terapéutico

En este apar­ta­do sólo se ana­li­za­ron los 41 casos:

  1. Moti­vo de con­sul­ta: El 26.8% (n=11) de los casos repor­ta­ron asis­tir por pro­ble­mas de pare­ja; el 17.1% (n=7) por ansie­dad, el 14.6% (n=6) por fal­ta de con­trol paren­tal y pro­ble­mas fami­lia­res, res­pec­ti­va­men­te; los pro­ble­mas de auto­es­ti­ma y due­lo tuvie­ron el 9.8% (n=4) cada uno; el 4.9% (n=2) por depre­sión y el 2.4% (n=1) por sín­to­mas psi­có­ti­cos. Resul­ta impor­tan­te acla­rar que los moti­vos de con­sul­ta no son diag­nós­ti­cos psi­quiá­tri­cos, sino que se cla­si­fi­ca­ron acor­de a la que­ja expre­sa­da por los usua­rios.
  2. Tipo de tera­pia: El 82.9% (n=34) de los casos soli­ci­ta­ron aten­ción indi­vi­dual; el 14.6% (n=6) fami­liar y el 2.4% (n=1) de pare­ja.
  3. Mode­lo de inter­ven­ción: El 48.8% (n=20) de los casos fue­ron aten­di­dos des­de la TRP; el 29.3% (n=12) con la TES; el 12.2% (n=5) con la TOS; el 7.3% (n=3) con la TM y el 2.4% (n=1) con la TE.
  4. Ins­ti­tu­ción: El 41.5% (n=17) de los casos fue­ron aten­di­dos en la CU; el 19.5% (n=8) en la UED; el 14.6% (n=6) en el IAM y el CC y la URF reci­bie­ron el 12.2% (n=5), cada uno.
  5. Esta­tus del caso: El 34.1% (n=14) de los casos con­clu­ye­ron en baja, el 29.3% (n=12) por tér­mino de ser­vi­cio; el 26.8% (n=11) fue­ron alta y el 9.8% (n=4) fue­ron reasig­na­dos.
  6. Moti­vo de la baja: En esta varia­ble sólo se inclu­ye­ron los 14 casos que con­clu­ye­ron en baja, por lo que el 57.1% (n=8) fue debi­do a la incom­pa­ti­bi­li­dad en los hora­rios de los usua­rios y los de la sede, el 28.6% (n=4) fue baja volun­ta­ria y el 14.3% (n=2) de estos fue debi­do a tener más fal­tas de las per­mi­ti­das por la sede.
  7. Núme­ro de sesio­nes: El núme­ro pro­me­dio de sesio­nes fue de 4.95 (DE=4.201), tenien­do como moda 1 y una media­na de 4, con un ran­go de 1 a 17 sesio­nes.

Con res­pec­to a los cru­ces de las varia­bles del pro­ce­so tera­péu­ti­co, se encon­tró que los casos aten­di­dos de for­ma indi­vi­dual fue­ron prin­ci­pal­men­te por pro­ble­mas de pare­ja, con un 29.4% (n=10) y ansie­dad con el 20.6% (n=7), mien­tras que el 50% (n=3) de los casos fami­lia­res por fal­ta de con­trol paren­tal y el úni­co caso de tera­pia de pare­ja fue debi­do a pro­ble­mas de pare­ja.

Los casos aten­di­dos por la TRP, el 25% (n=5) fue­ron debi­do a fal­ta de con­trol paren­tal, mis­mo por­cen­ta­je para pro­ble­mas de pare­ja. En el mode­lo de la TOS, el 60% (n=3) por pro­ble­mas de pare­ja. El 33.3 % (n=1) de los casos aten­di­dos des­de la TM fue­ron por ansie­dad, pro­ble­mas de pare­ja y pro­ble­mas fami­lia­res, res­pec­ti­va­men­te. La ansie­dad y los pro­ble­mas fami­lia­res fue­ron el moti­vo más común de los casos aten­di­dos des­de la TES con un 25% (n=3) res­pec­ti­va­men­te, mien­tras que el úni­co caso de la TE fue por due­lo.

El 40% (n=2) de los casos aten­di­dos en el CC fue­ron debi­do a pro­ble­mas fami­lia­res, mien­tras que la mayo­ría de los casos de la CU, el 23.5% (n=4), fue­ron por pro­ble­mas de pare­ja. En la UED, los casos por pro­ble­mas de pare­ja fue­ron los más comu­nes, con el 37.5% (n=3). En el IAM, los moti­vos más comu­nes se pre­sen­ta­ron por pro­ble­mas de pare­ja y pro­ble­mas fami­lia­res con el 33.3% (n=2), res­pec­ti­va­men­te. En la URF, el 40% (n=2) de los casos fue­ron por fal­ta de con­trol paren­tal.

El alta se dio en el 36.4% (n=4) de los casos de fal­ta de con­trol paren­tal, sien­do el moti­vo de con­sul­ta con el mayor por­cen­ta­je. Con res­pec­to a la baja, el por­cen­ta­je más gran­de fue el de pro­ble­mas de pare­ja con un 35.7% (n=5). Los cua­tro casos que fue­ron reasig­na­dos tenían como moti­vo de con­sul­ta la ansie­dad, depre­sión, pro­ble­mas de pare­ja y pro­ble­mas fami­lia­res con un 25% (n=1) res­pec­ti­va­men­te. Los casos más comu­nes que con­clu­ye­ron por tér­mino de ser­vi­cio fue­ron por pro­ble­mas de pare­ja, con el 33.3% (n=4).

El 50% (n=1) de los casos que se die­ron de baja por fal­tas tenía como moti­vo de con­sul­ta pro­ble­mas de pare­ja y ansie­dad. Por otro lado, el 50% (n=4) de los casos dados de baja por incom­pa­ti­bi­li­dad en el hora­rio tam­bién fue por pro­ble­mas de pare­ja. La baja volun­ta­ria se pre­sen­tó en casos de ansie­dad, depre­sión, fal­ta de con­trol paren­tal y sín­to­mas psi­có­ti­cos con un 25% (n=1) cada uno.

Figura 1.
Número promedio de sesiones por Motivo consulta.

Como se pue­de obser­var en la Figu­ra 1, los casos que se pre­sen­ta­ron por due­lo fue­ron aque­llos que más sesio­nes tuvie­ron, con un pro­me­dio de 7.25 sesio­nes, mien­tras que los que asis­tie­ron por depre­sión sólo tuvie­ron una media de 1 sesión. Los casos indi­vi­dua­les tuvie­ron un pro­me­dio de 4.68 sesio­nes, mien­tras que el caso de pare­ja tuvo 5 sesio­nes y los casos fami­lia­res tuvie­ron como media 6.50 sesio­nes.

Los casos aten­di­dos des­de la TRP tuvie­ron en pro­me­dio 3.75 sesio­nes, mien­tras que la TOS fue­ron 4, la TM 4.33, la TES 7.08 y la TE 10. Con res­pec­to a las sesio­nes pro­me­dio en las sedes, el CC tuvo 4.60, la CU 4.65, la UED 5.75, el IAM 6.33 y la URF 3.40 sesio­nes. Se iden­ti­fi­ca que los casos que con­clu­ye­ron en alta tuvie­ron 9.09 sesio­nes en pro­me­dio, los casos dados de baja asis­tie­ron una media de 2.29, la reasig­na­ción de los casos se dio en 2.25 sesio­nes en pro­me­dio y el tér­mino de ser­vi­cio se hizo en una media de 5.17 sesio­nes.

En la Figu­ra 2 se obser­va que para dar de alta un caso que se pre­sen­tó por due­lo tomó un pro­me­dio de 14 sesio­nes, sien­do el moti­vo de con­sul­ta más exten­so. Por otro lado, el moti­vo de con­sul­ta con la mayor media de sesio­nes que con­clu­ye­ron en baja fue pro­ble­mas fami­lia­res con 5. Con res­pec­to a la reasig­na­ción de caso, el moti­vo fue pro­ble­mas de pare­ja, don­de se tuvie­ron en pro­me­dio 6 sesio­nes. Final­men­te, con el tér­mino de ser­vi­cio el moti­vo más exten­so fue pro­ble­mas fami­lia­res, el cual tuvo una media de 7.33.

Figura 2.
Número promedio de sesiones por Motivo consulta y Estatus del caso.

Discusión

Con base en los resul­ta­dos, se pue­de men­cio­nar que el usua­rio tipo es una mujer con una edad media de 36.11 años, cuya esco­la­ri­dad es secun­da­ria y su ocu­pa­ción actual es ser estu­dian­te. Por otro lado, un caso tipo se pre­sen­tó debi­do a pro­ble­má­ti­cas rela­cio­na­das a la pare­ja, fue aten­di­do de for­ma indi­vi­dual a tra­vés de la TRP en la CU, tenien­do como esta­tus del caso la baja, debi­do a la incom­pa­ti­bi­li­dad en los hora­rios, tenien­do una media de 5 sesio­nes

Si bien la mues­tra del pre­sen­te estu­dio es mucho menor que la de otras inves­ti­ga­cio­nes, es impor­tan­te resal­tar que el perio­do de reco­lec­ción en estas iba des­de los 3 has­ta los 17 años (Labra­dor et al., 2010; Teje­do, 2019; Galle­go et al., 2021; Galin­do-Soto et al., 2022), en com­pa­ra­ción con el año y cua­tro meses de esta inves­ti­ga­ción. No obs­tan­te, se obser­van resul­ta­dos simi­la­res, sien­do que más del 60% de la mues­tra son muje­res, situa­ción que pue­de notar­se en Labra­dor et al. (2010), Teje­do (2019) y Galle­go et al. (2021) y que el grue­so de los par­ti­ci­pan­tes tie­nen entre 18 a 40 años, como se repor­ta en los tra­ba­jos cita­dos ante­rior­men­te y tam­bién en Galin­do-Soto et al. (2022). Si bien Galle­go et al. (2021) y Labra­dor et al. (2010) repor­tan una pobla­ción con edu­ca­ción a nivel licen­cia­tu­ra supe­rior al 40.0%, es nece­sa­rio resal­tar que dichos estu­dios se rea­li­za­ron en Espa­ña, al com­pa­rar la esco­la­ri­dad en un estu­dio hecho en Méxi­co, Galin­do-Soto et al. (2022), se obser­va que la esco­la­ri­dad más común es la secun­da­ria, situa­ción simi­lar al pre­sen­te estu­dio.

Por otro lado, en rela­ción a los moti­vos de con­sul­ta, tan­to la ansie­dad como pro­ble­má­ti­cas rela­cio­na­les (de pare­ja o fami­lia) sue­len ser los más comu­nes tan­to en la pre­sen­te inves­ti­ga­ción como en lo encon­tra­do por Labra­dor et al. (2010), Teje­do (2019) y Galle­go et al. (2021). Se obser­va que la media y media­na de sesio­nes repor­ta­das por Labra­dor et al. (2010) es mayor a la encon­tra­da en el pre­sen­te estu­dio, no obs­tan­te, dada la natu­ra­le­za bre­ve de algu­nos mode­los uti­li­za­dos en tera­pia sis­té­mi­ca resul­ta com­pren­si­ble un menor núme­ro de sesio­nes que en otros tipos de psi­co­te­ra­pia. Se obser­va que el por­cen­ta­je de bajas es lige­ra­men­te mayor al pre­sen­ta­do por Labra­dor et al. (2010), debi­do a que no se repor­ta el moti­vo del aban­dono del pro­ce­so, no es posi­ble com­pa­rar dicha varia­ble, ya que en este estu­dio, la cau­sa prin­ci­pal de la baja fue debi­do a la incom­pa­ti­bi­li­dad en los hora­rios de los usua­rios con los de la sede, por esto, pudie­ra ser impor­tan­te o bien fle­xi­bi­li­zar los mis­mos, a tra­vés de ampliar las hora­rios o días de aten­ción, así como fomen­tar y for­ta­le­cer dis­tin­tas moda­li­da­des de aten­ción, como la de tele­asis­ten­cia, acor­de a lo pro­pues­to por Gutié­rrez (2020).

Rea­li­zar este tipo de estu­dios no sólo per­mi­te cono­cer con más deta­lle el tipo de pobla­ción que se reci­be en las dis­tin­tas sedes, sino que tam­bién per­mi­te desa­rro­llar estra­te­gias espe­cí­fi­cas para poder aten­der de for­ma más efi­caz las pro­ble­má­ti­cas que repor­tan los usua­rios, por lo que resul­ta­ría con­ve­nien­te ins­ti­tu­cio­na­li­zar un pro­gra­ma de mejo­ra con­ti­nua para iden­ti­fi­car cam­bios en las nece­si­da­des de aten­ción. Una reco­men­da­ción para futu­ros estu­dios como el que aquí se pre­sen­ta, es ana­li­zar al núme­ro total de usua­rios que acu­dan al ser­vi­cio de psi­co­lo­gía con la inten­ción de estu­diar con más deta­lle las carac­te­rís­ti­cas socio­de­mo­grá­fi­cas y clí­ni­cas que dife­ren­cian las dis­tin­tas sedes, los moti­vos de con­sul­ta, el efec­to de la tera­pia psi­co­ló­gi­ca y el man­te­ni­mien­to de los cam­bios eva­lua­dos en perío­dos de segui­mien­to. Así como eva­luar la cali­dad del ser­vi­cio y la efi­ca­cia de los tra­ta­mien­tos impar­ti­dos.

Por otro lado, la uti­li­dad de la infor­ma­ción aquí reca­ba­da pue­de emplear­se para sub­sa­nar las posi­bles áreas de opor­tu­ni­dad iden­ti­fi­ca­das, como lo es el por­cen­ta­je de bajas en el ser­vi­cio, así como robus­te­cer la inves­ti­ga­ción sobre psi­co­te­ra­pia en esce­na­rios reales, un aspec­to fre­cuen­te­men­te poco estu­dia­do en el con­tex­to de la inves­ti­ga­ción en tera­pia fami­liar (Díaz, 2012). Tam­bién abre la opor­tu­ni­dad de nue­vas líneas de inves­ti­ga­ción, como sería el eva­luar la for­ma­ción de los tera­peu­tas en pro­gra­mas de pos­gra­do con el for­ma­to de resi­den­cia. Esto con la fina­li­dad de for­mar pro­fe­sio­na­les de la salud, par­ti­cu­lar­men­te psi­co­te­ra­peu­tas fami­lia­res com­pe­ten­tes para aten­der las nece­si­da­des de la pobla­ción que deman­da los ser­vi­cios.

Final­men­te, se con­si­de­ra que la inves­ti­ga­ción clí­ni­ca en psi­co­te­ra­pia y en par­ti­cu­lar de la tera­pia fami­liar sis­té­mi­ca, debe impul­sar­se como par­te de la for­ma­ción de tera­peu­tas sis­té­mi­cos des­de sus diver­sas ver­tien­tes meto­do­ló­gi­cas. Esto con el pro­pó­si­to de eva­luar los resul­ta­dos, los pro­ce­sos y el pro­gre­so de la tera­pia fami­liar sis­té­mi­ca como una for­ma de inter­ven­ción cuyo pro­pó­si­to explí­ci­to es la modi­fi­ca­ción de las inter­ac­cio­nes que se pro­du­cen entre una pare­ja, una fami­lia y otros sis­te­mas inter­per­so­na­les, con la meta de redu­cir los pro­ble­mas de salud men­tal de los miem­bros en lo indi­vi­dual, los sub­sis­te­mas fami­lia­res o la fami­lia com­ple­ta.

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Notas

  1. Facul­tad de Facul­tad de Estu­dios Supe­rio­res Zara­go­za, Uni­ver­si­dad Nacio­nal Autó­no­ma de Méxi­co. Con­tac­to: alberto.meza@comunidad.unam.mx
  2. Facul­tad de Facul­tad de Estu­dios Supe­rio­res Zara­go­za, Uni­ver­si­dad Nacio­nal Autó­no­ma de Méxi­co.
  3. Finan­cia­mien­to. Los auto­res agra­de­cen el apo­yo eco­nó­mi­co del Con­se­jo Nacio­nal de Huma­ni­da­des, Cien­cia y Tec­no­lo­gía (CONAHCyT), con la beca nacio­nal de pos­gra­do, CVU 1222386.