Fundamentos marxistas de la escuela histórico cultural
Roberto Arzate Robledo1, Rubén González Vera2, Herminia Mendoza Mendoza3, Norma Leticia Cabrera Fermoso4
UNAM-FES IZTACALA
Resumen
En el presente artículo se expondrán algunos fundamentos marxistas de la escuela histórico-cultural vigotskiana, así como de su surgimiento como ciencia. La estrategia para la obtención del conocimiento concreto-abstracto-concreto es uno de los soportes del método marxista, la dialéctica de la totalidad concreta y de esta manera su derivación en una concepción psicológica histórico cultural, que se concretiza en una serie de principios y categorías que guiaron a Vigotsky hacia diversos intereses investigativos y metodológicos. La concepción de ciencia que desarrolló Vigotsky, está conformada por principios encarnados en una visión histórico-cultural, dialéctica, reflexiva, integradora y crítica brindándole a los aspectos social, histórico, cultural, político y ético un lugar importante.
Palabras clave: Psicología histórico cultural, metodología marxista, método genético-experimental, método concreto-abstracto-concreto pensado
Abstract
In this article, we will present some Marxist foundations of the historical cultural school of Vygotsky, as well as its emergence as a science. The strategy for obtaining concrete-abstract-concrete knowledge is one of the supports of the Marxist method, the dialectic of the concrete totality and thus its derivation in a cultural historical psychological conception, which is concretized in a series of principles and categories which guided Vigotsky to various research and methodological interests. Vigotsky’s conception of science is made up of principles embodied in a historical-cultural, dialectical, reflective, integrative and critical vision, giving the social, historical, cultural, political and ethical aspects an important place.
Keywords: Cultural-historical Psychology, Marxist Methodology, Genetic-experimental Method, Concrete-abstract Method, Specific Plan
La psicología de Vigotsky (1997) basada en una concepción marxista soviética, se fundó a principios del siglo XX con una característica importante: ser una psicología que se considera, entre otras particularidades, integrativa y crítica.
Las investigaciones que realizó Vigotsky estuvieron en correspondencia con el pensamiento de su época, tanto psicológico, como cultural, económico, social, político y estético, entre otros; es decir, son investigaciones permeadas de su ambiente social como producto de la revolución soviética, de un espíritu de transformación social en todos los niveles, así como de la búsqueda de un sistema propio de principios filosóficos, sociales y científicos que diera cuenta de esa transformación, de la sociedad y del hombre, por lo que implicaba también una posición ética.
Desde esta perspectiva, el para qué de una ciencia es fundamental, y en ese sentido, es importante lo que tiene que ver con la posición ética; por tal razón Duarte (2011), Duarte y Suárez (2009), Colussi (2007), Hobsbawm (2011) y Woods (2009) mencionan que Vigotsky más bien presenta puntos de partida a investigar y un método investigativo, y para comprenderlo hay que entender también a Marx y al marxismo, ya que lo sustenta la búsqueda de la justicia, la equidad, la igualdad y la utopía.
Vigotsky (1997) con respecto a su posición ética general señaló: “En la nueva sociedad, nuestra ciencia se hallará en el centro de la vida. El salto del reino de la necesidad al reino de la libertad” (p. 406), porque la nueva sociedad creará al hombre nuevo, dado que la psicología será la ciencia del hombre nuevo; se hablará de la re-fundación del hombre como rasgo distintivo de la nueva humanidad, pretendiendo no sólo transformar la sociedad, sino promover el desarrollo del ser humano
Su ensayo El sentido histórico de la crisis de la psicología constituyó su plataforma conceptual sistemática y crítica; en él, la construcción teórica y crítica de la ciencia psicológica estuvo orientada al desarrollo de una meta-teoría que permitiera la comprensión e integración de diversos fenómenos, entre ellos la imagen, la sensación, el acto, el reflejo, la conducta, el inconsciente, la forma gestáltica, que habían sido descritos de modo parcial desde los marcos de las diferentes micro-teorías, modelos específicos que intentaban explicar los fenómenos, a partir de marcos psicológicos que se habían establecido en el estudio de la psicología (Vigotsky, 1997). Es por ello que su orientación científica en general se orientaba en plantear la labor de construir medios, métodos de investigación y conceptos sobre los objetos que se concebían organizados de modo complejo, como sistemas (Vigotsky, 1997, 1997b).
Vigotsky (s/f, 1996,1997 y 2000) encontró que el método dialéctico constituía el sustento epistemológico de la ciencia, que integraba lo individual y lo social en una unidad contradictoria, capaz de reflejar la dinámica de desarrollo del objeto de estudio de la psicología: el de la psiquis, con una génesis fundamentalmente social e histórica, determinante de diversas funciones psicológicas y de sistemas de regulación; de organización, de comprensión integral, a veces refiriéndola como conciencia, autoconciencia, sistema, sentido, campo de sentidos, personalidad, y subjetividad, vinculadas a la emoción y a su carácter generador.
Febles (2015) dice que el método dialéctico en la escuela histórico-cultural concibe la participación activa de los sujetos en la solución del problema interno por medio de objetos externos; que trata de representar el camino que sufren los estímulos antes de ser analizados e interiorizados por el sujeto, describiendo las etapas o tareas que estructuran “las formas superiores de conducta”, y que van desde el método de la doble estimulación hasta las estrategias metodológicas más complejas creadas hoy para la formación de funciones complejas de la personalidad.
González, Mendoza, Arzate y Cabrera (2012, 2014) señalan que para Vigotsky lo social es esencial en la construcción de lo psíquico en cuanto al rescate del potencial de recursos que los individuos tienen para lograr transformaciones, muchas veces invisibles para ellos debido a condiciones históricas, culturales y concretas —ésta última entendida como aquella realidad en que cada sujeto se desarrolla. Es una síntesis de lo interno y lo externo (situación social de desarrollo), en donde la acción tiene importancia para la transformación.
La concepción de ciencia que desarrolló Vigotsky, está conformada por principios encarnados en una visión histórico-cultural, dialéctica, reflexiva, integradora y crítica brindándole a los aspectos social, histórico, cultural, político y ético un lugar importante; una ciencia orientada al desarrollo del sujeto, de su personalidad y capacidad de actuar, por lo que el conocimiento de lo singular es clave de toda psicología, de lo individual.
Fundamentación del método marxista de la escuela histórico cultural
Para Galindo (1990) la psicología histórico-cultural es marxista, entre otras cosas, por retomar el método de Marx en la investigación científica en psicología, y que los estudios realizados desde esta visión son resultado de un extenso proceso de construcción que se han definido desde distintas posturas y se caracterizan entre otros aspectos por ser integrativos y críticos.
Fariñas (2015) planteó que para comprender y llevar a los hechos el enfoque histórico-culturalista es necesario entender su filosofía y en consecuencia su lógica de pensamiento, no sólo sus conceptos aislados. Indicó que “la concepción histórico culturalista no fue construida como una generalización lineal y directa desde la práctica (inducción) en el sentido empirista, sino de la elaboración de una plataforma conceptual crítica, cuyo referente principal fue lógicamente la práctica, pero no en el sentido de la lógica formal, sino del método de ascensión de lo abstracto a lo concreto pensado […] que no es otro que el método de Marx” (p. 34). Fariñas también resaltó que la explicación histórico-culturalista de los procesos y fenómenos del desarrollo humano debe ser construida básicamente a través del método dialéctico de ascensión de lo abstracto a lo concreto pensado, o posiciones que se aproximen a dicho marco (dialéctica de la totalidad concreta).
Desde el punto de vista de De la Garza (1983), el método marxista se puede concebir como una estrategia constructora de teoría, fuertemente relacionada con lo empírico y con la práctica, que parte de que al hombre no se le presentan el mundo y las cosas directamente como son, no puede penetrar directamente en la esencia de ellas, sino que tiene que dar un rodeo para conocerlas, que las puede llegar a descubrir, obteniendo un conocimiento de las mismas a través de un circuito que va de lo concreto a lo abstracto, retornando a lo concreto (concreto pensado). En dicho proceso se va construyendo la teoría para el objeto y no como tradicionalmente se concibe, a partir de la explicación del objeto desde un sistema teórico fijo. Dicho método o estrategia para la obtención del conocimiento pretende dar cuenta del movimiento de lo real, de su transformación y de cómo se capta este movimiento. Desde esta perspectiva, constructora de teoría, este método es la vía para alcanzar la esencia de las cosas, no intentando evitar el esfuerzo que implica realizar la teorización constante sobre el objeto, y no queriendo captar directamente la esencia de las cosas.
De modo semejante Kosik (1967) indica que sólo la creación de la teoría vinculada a su objeto y a lo empírico asegura la no imposición al objeto de modelos que pudiesen resultar obsoletos, y de esta manera ser congruente con una metodología que concibiese a la realidad en constante movimiento, en concordancia con el supuesto epistemológico de que la materia está en movimiento espiral, orientado al conocimiento del objeto hacia un nivel superior de comprensión, distinto del que se partió originalmente. De la Garza (1983) señala: “si movimiento significa transformación del objeto, incluso de sus leyes de funcionamiento y cambio, sólo la creación teórica puede asegurar la no imposición al objeto de modelos” (p. 23). Es decir, una teoría específica se construye para explicar el movimiento de un objeto particular.
Kosik (1967) menciona que el método de Marx, modelado en la estrategia concreto-abstracto-concreto pensado, permite destruir el mundo de la pseudoconcreción, “el mundo de los fenómenos externos; el mundo de la praxis fetichizadas; el mundo de las representaciones comunes; el mundo de los objetos fetichizados” (p. 14), entendiendo este mundo como aquel de los conocimientos que no tienen relación entre sí, la mayoría de las veces superficiales, como acumulación de hechos, bajo un modo espontáneo de conocer, irreales; una percepción caótica, adquirida de manera directa, por el contacto con otros hombres y cosas sin reflexión (nivel de lo concreto real); condiciones irreales, de representación caótica e inmediata del todo, que se pueden destruir.
Tal percepción caótica se puede eliminar cuando se permite llegar al pensamiento, al concepto, a la determinación conceptual abstracta (articulación de lo general y lo particular), que abandonan esa realidad caótica, incomprendida de la percepción inmediata, retornando al punto de partida, al concepto de realidad, que concibe a los objetos y a los fenómenos de dicha realidad en su vida viva, al todo ricamente articulado y comprendido (nivel de lo concreto pensado).
El camino de la representación caótica del todo (mundo de la pseudoconcreción) a la rica totalidad de las múltiples determinaciones y relaciones (concreto pensado, construcción de la teoría) coincide con la comprensión de la realidad. El método de ascenso de lo abstracto a lo concreto es el método del pensamiento, un movimiento que opera en los conceptos, en la abstracción; un movimiento de la parte al todo y del todo a la parte, del fenómeno a la esencia y de la esencia al fenómeno, de la totalidad a la contradicción y de la contradicción a la totalidad, del objeto al sujeto y del sujeto al objeto, denominado “un proceso de correlación en espiral, en el que todos los conceptos entran en movimiento recíproco y se iluminan mutuamente, alcanzando la concreción” (p. 62).
El progreso de lo abstracto a lo concreto, es el método materialista del conocimiento de la realidad, es la dialéctica de la totalidad concreta, en la que se reproduce idealmente la realidad en todos sus planos y dimensiones. En este proceso no únicamente se presenta el todo trasparente de los conceptos, sino que durante este proceso se diseña, determina y comprende, al mismo tiempo, el todo mismo. Es por ello que la categoría de totalidad concreta es primero y antes que nada una concepción sobre la realidad (ontología). Se considera la realidad como una totalidad concreta, un principio epistemológico (una estrategia de obtención de conocimiento que va de lo concreto a lo abstracto y regresa a lo concreto, pero ya conceptualizado) y metodológico (que implica no conformar una metodología general, buena para toda ocasión, sino criterios metodológicos abiertos y flexibles). Es por eso que Kosik señala que el hombre, para captar la esencia de una cosa, debe dar un rodeo, empleando dos actividades especiales, que son la ciencia y la filosofía, pues a través del método científico se puede establecer “la distinción de lo esencial y lo accesorio como sentido objetivo de los hechos” (p. 68), existiendo una oscilación entre los hechos y el contexto, siendo el centro mediador activo de está oscilación el método de investigación, como fue mencionado anteriormente en su vínculo con la epistemología, con la dialéctica de la totalidad concreta, que sería la filosofía que lo sustenta.
Kosik subraya que la obra de Marx, El Capital, es un buen ejemplo del método científico empleado en el proceso de desarrollo del conocimiento concreto-abstracto-concreto pensado, y de cómo su concepción genético-dinámica de la totalidad es un supuesto de la comprensión del surgimiento de nuevas cualidades, en donde se esclarecen las condiciones del surgimiento del capitalismo y las condiciones de su existencia histórica. El análisis del intercambio de mercancías en el capitalismo, en esa misma obra, señala a los hombres como simples vendedores o compradores, lo que resulta ser una apariencia, la cual se encuentra determinada y mediatizada por procesos intensos y esenciales del sistema capitalista (mercancía, valor, plusvalía, trabajo, división del trabajo, lucha de clases, entre otras), así como por la explotación del trabajo asalariado y la producción de mercancías, lo que se desarrolla y realiza como desigualdad y falta de libertad.
Para De la Garza (1983) se trata de llevar la percepción vivida al pensamiento abstracto y de éste a la práctica, pues “tal es el camino dialéctico del conocimiento de la realidad” (p. 18). Flores (2014), por su parte, menciona que en el conocimiento de lo real los valores son igual de importantes que la razón, en donde la visión del sujeto está relacionada con el sistema de creencias vinculado a su historia y actitudes, y constituyen parte de la praxis investigadora; es un sujeto histórico social que transforma su medio social y se transforma a sí mismo. Kosik (1967) indica que dicho nivel del concreto real como el verdadero punto de partida —en donde la cuestión principal es cómo se produce la relación sujeto y objeto—la incidencia del objeto sobre el sujeto no se da como contemplación o aplicación de la teoría al objeto, sino como praxis principalmente histórica y social, no individual y abstracta. Si el objeto está en relación de praxis/conocimiento con el sujeto, el concreto real sería la unidad entre objeto y sujeto en relación práctica.
Para Kosik (1967) la totalidad en un sentido materialista es creación de la producción social del hombre. A diferencia del estructuralismo, en donde la totalidad surge de la acción recíproca de las conexiones y estructuras autónomas, Kosik la denomina mala totalidad; en ella, la realidad social se comprende como la forma de objetos, de resultados y de hechos ya dados, y no subjetivamente, como praxis humana; es decir, los frutos de la actividad son separados de la actividad misma. Dicha falsa totalidad se manifiesta de tres maneras: 1) como totalidad vacía, sin la determinación de elementos aislados y su análisis; 2) como totalidad abstracta, en la que todo es formalizado frente a las partes. La totalidad es un todo cerrado, le falta la génesis y su desarrollo; y 3) como mala totalidad el auténtico sujeto es sustituido por un sujeto mitologizado. Es decir, se prescinde de “su dimensión genético-dinámica, la relación interna entre fenómeno y la esencia y en el desarrollo de las contradicciones propias de esta relación” (p. 76–77).
Para Ander- Egg (1987) el pensamiento no puede deslindarse de lo real, es decir de: 1) su contexto y de la categoría de totalidad concreta; 2) de la opción científica e ideológica desde la cual se aborda la realidad; y 3) de la posición de clase y de los factores psicológicos de una personalidad. La realidad, el hombre la transforma a través de su actividad, de las relaciones de los hombres entre sí y de estos con la naturaleza exterior —relaciones que se expresan en la actividad productiva, en las relaciones de producción, y a través de los modos de conocer, de un determinado cuerpo de conocimientos, desde un marco referencial como lo es la ciencia, el arte y la moral, que son a su vez formas de práctica social. Estas relaciones del hombre con la realidad son dinámicas, en unidad dialéctica con la sociedad y la naturaleza.
Se puede complementar con Concheiro (2012) al decir que la construcción teórica de Marx no “queda atrapada en una concepción que segmenta la vida social y, por tanto, en una incomprensión del análisis crítico marxiano de la totalidad” (p. 21), de la cual únicamente se pueden comprender sus aportaciones teóricas, entrelazadas con su práctica política, su impetuosa toma de postura, su compromiso con las intensas luchas que en su tiempo se produjeron, así como su labor organizativa.
Desde otra perspectiva, Cabrera (2008) sugiere que el sentido del mundo —que puede expresarse en una filosofía como la materialista dialéctica— sólo puede captarse a través de una combinación estratégica y amorosa de sentido y sensibilidad, definida como una racionalidad lógica y afectiva al mismo tiempo, y propone que una manera didáctica de apropiarse del sentido del mundo desde esta perspectiva filosófica puede encontrarse en la literatura, en el cine y en el video. Como ejemplo, Cabrera plantea lo siguiente: el cine contribuye a la apropiación de la experiencia vivida de un problema filosófico; entenderlo implica, entre otros aspectos, asumirlo en un lenguaje emocional y poético; en ese sentido, recomienda para la vivencia y comprensión de la posición marxista comentada con anterioridad ver la película Z de Costa-Gavras y JFK de Oliver Stone, así como los filmes políticos de Sergei Eisenstein, orientados a producir emociones que de manera persuasiva produzcan la convicción para la transformación de la realidad a través de la praxis. Estos filmes muestran la manera en que los hechos sociales aislados son abstracciones, elementos separados del conjunto de manera artificiosa, en las cuales sólo el acoplamiento al todo, al conjunto, adquieren veracidad y concreción.
Un fenómeno social es un hecho histórico en cuanto se le examina como movimiento, como elemento del todo; se define al mismo tiempo a sí mismo y al conjunto. Así, la investigación histórica cultural en psicología de la conducta no es algo que complementa o ayuda al estudio teórico, sino que constituye su fundamento. Estudiar algo históricamente significa estudiar en movimiento su desarrollo histórico. Esa es la exigencia fundamental del método dialéctico. Cuando una investigación descubre el proceso de desarrollo de algún fenómeno en todas sus fases y cambios, desde que surge hasta que desaparece, eso implica dar visibilidad a su naturaleza, conocer su esencia, ya que sólo en movimiento el cuerpo demuestra que existe (Vigotsky, 1995, en Fariñas, 2015).
Conclusión
La estrategia marxista en la escuela histórico-cultural implica apertura del método, vacía de contenido y regulado por criterios epistémico-metodológicos, en el que el criterio metodológico central es el de totalidad, que implica: 1) reconstrucción; 2) articulación de niveles y redefinición; 3) apertura de teoría; 4) proceso reconstructivo; 5) intervención abierta en lo teórico y lo histórico; y 6) explicación de lo concreto pensado (entendida ésta como teoría, como síntesis de múltiples determinaciones). De la Garza (1983) señala que “el circuito concreto-abstracto-concreto pensado no termina en éste último, sino en la praxis” (p. 30).
Dialéctica significa cambio; cambio significa ausencia de fijezas, ausencia de esencias, de comportamientos constantes —significa visión de y desde la totalidad dinámica; dialéctica significa interpenetración y apropiación de y entre los niveles ontológicos del mundo, así como de los niveles epistemológicos; es el análisis del movimiento y el movimiento como totalidad, la totalidad como modificación que revoluciona el mundo.
El método dialectico en la psicología histórico-cultural es siempre genético y, como toda realidad humana, es tanto material como psíquico: el estudio genético del hecho humano implica su historia material y la historia de las doctrinas que se le relacionan. La producción científica de filiación dialéctico-marxista se ejerce en dos niveles más o menos simultáneos: el “particular” y el “general”. Es importante, rescatar, en el campo de la investigación científica, la dialéctica que se establece entre esos dos niveles. La lógica de estos principios y categorías de la dialéctica no son establecidos a priori, sino que son la expresión teórica de la historia real de las contradicciones del desarrollo psicológico, las cuales dan cuenta del movimiento y obsolescencia de dichos sistemas psicológicos.
Referencias
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Notas
1. Profesor Asociado Definitivo de la carrera de Psicología y Responsable del Proyecto de Investigación “Psicología de la Actividad”. Adscrito a la División de Investigación y Posgrado de la FES. Iztacala. UNAM. Participante del proyecto PAPIME de la Dirección General de Asuntos Académicos (DGAPA), clave PE300112 “Enseñanza didáctica de los conceptos de Ciencia, Investigación y Metodología en Psicología”. Email: arzater@unam.mx
2. Profesor Titular de la carrera de Psicología de la FES. Iztacala. UNAM y Responsable del proyecto PAPIME de la Dirección General de Asuntos Académicos (DGAPA), clave PE300112 “Enseñanza didáctica de los conceptos de Ciencia, Investigación y Metodología en Psicología”. Email: rubengv@unam.mx
3. Profesora Asociado Definitivo de la carrera de Psicología de la FES. Iztacala. UNAM y corresponsable del proyecto PAPIME de la Dirección General de Asuntos Académicos (DGAPA), clave PE300112 “Enseñanza didáctica de los conceptos de Ciencia, Investigación y Metodología en Psicología”. Email: herminiamendoza@prodigy.net.mx
4. Profesora de la carrera de Psicología de la FES. Iztacala. UNAM. Participante del proyecto PAPIME de la Dirección General de Asuntos Académicos (DGAPA), clave PE300112 “Enseñanza didáctica de los conceptos de Ciencia, Investigación y Metodología en Psicología”. Email: nlfermoso@hotmail.com