Los alcances de la Terapia de Atención Inmediata desde la voz de Irma: Un estudio de caso Descargar este archivo (3.pdf)

Anayanci Alvarez Sevilla[1], Patricia Trujano Ruíz[2]

Doctoranda en el Programa de Posgrado en Psicología UNAM
Facultad de Estudios Superiores Iztacala, UNAM

Resumen

La Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta, que poco a poco se ha ido imple­men­tan­do en varios paí­ses, ha resul­ta­do ser un recur­so útil para muchas per­so­nas, al reci­bir un ser­vi­cio tera­péu­ti­co de mane­ra acce­si­ble, efi­cien­te y a bajo cos­to. La pre­sen­te inves­ti­ga­ción, que fue un estu­dio de caso des­de un enfo­que pos­mo­derno y socio­cons­truc­cio­nis­ta, tuvo como pro­pó­si­to cono­cer los alcan­ces de esta moda­li­dad de ser­vi­cio des­de la voz de Irma (una con­sul­tan­te). Para su rea­li­za­ción uti­li­za­mos como méto­do una entre­vis­ta con­ver­sa­cio­nal semi­es­truc­tu­ra­da. A tra­vés del aná­li­sis de los rela­tos que cons­trui­mos con Irma, sig­ni­fi­ca­mos los alcan­ces de la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta en tér­mi­nos de con­si­de­rar que, para ella, esta fue un ser­vi­cio tera­péu­ti­co útil, que cola­bo­ró en ideas para que pudie­se con­ver­sar y esta­ble­cer acuer­dos con su novio sobre cier­tos temas, y de satis­fac­ción, por asis­tir a un ser­vi­cio que le brin­dó una aten­ción acce­si­ble, inme­dia­ta y reso­lu­ti­va.

Pala­bras cla­ve: tera­pia de aten­ción inme­dia­ta; inves­ti­ga­ción cua­li­ta­ti­va; estu­dio de caso; útil; satis­fac­ción

Abstract

The Walk-in The­rapy it has been gra­dually imple­men­ted in some coun­tries, has tur­ned out to be a use­ful resour­ce for many peo­ple, as they recei­ve a the­ra­peu­tic ser­vi­ce in an acces­si­ble, effi­cient and low-cost way. The pre­sent research, which was a case study from a post­mo­dern and socio-cons­truc­tio­nist approach, had the pur­po­se of kno­wing the sco­pe of this ser­vi­ce moda­lity from the voi­ce of Irma (a con­sul­tant). To carry it out, we use a semi-struc­tu­red con­ver­sa­tio­nal inter­view as a method. Through the analy­sis of the sto­ries that we built with Irma, we sig­nify the sco­pe of Walk-in The­rapy in terms of con­si­de­ring that for her, this was a use­ful the­ra­peu­tic ser­vi­ce, that colla­bo­ra­ted on ideas so that she could talk and esta­blish agree­ments with her boy­friend on cer­tain issues, and satis­fac­tion, for atten­ding a ser­vi­ce that pro­vi­ded acces­si­ble, imme­dia­te and deci­si­ve atten­tion.

Key­words: walk-in the­rapy; qua­li­ta­ti­ve research; case study; use­ful; satis­fac­tion.

Introducción

La tera­pia psi­co­ló­gi­ca es uno de los medios al cual des­de hace muchos años han acu­di­do las per­so­nas para poder solu­cio­nar algu­na difi­cul­tad. Si bien exis­ten diver­sos ser­vi­cios de salud públi­cos y pri­va­dos que ofre­cen la aten­ción tera­péu­ti­ca, muchas per­so­nas no acce­den a ella o dejan de asis­tir por moti­vos rela­cio­na­dos con su con­tex­to social-fami­liar, por fac­to­res con­cer­nien­tes al tra­ba­jo del o la tera­peu­ta y/o por la dis­tan­cia, cos­to y acce­so de algu­nos ser­vi­cios psi­co­ló­gi­cos (Alcá­zar, 2007; Bados et al., 2002; Gar­cía & Rodrí­guez, 2005; Velas­co & Her­nán­dez, 2016), por lo que se requie­re aten­der esta pro­ble­má­ti­ca para que las per­so­nas pue­dan reci­bir el ser­vi­cio que soli­ci­tan.

Para dar mayor con­tex­to a dicha pro­ble­má­ti­ca, en varios estu­dios se ha seña­la­do que el índi­ce de deser­ción tera­péu­ti­ca y psi­quiá­tri­ca es supe­rior al de otras dis­ci­pli­nas de la salud, con un por­cen­ta­je entre el 25 y 50% a nivel mun­dial (Ron­dón et al., 2009). Según Barret et al. (2008), el 50% de las per­so­nas que tie­nen cita en tera­pia no lle­gan y de aque­llos que com­ple­tan un pro­ce­so de admi­sión, apro­xi­ma­da­men­te el 35% no asis­te a la pri­me­ra sesión y el 40% asis­te a menos de tres. En Méxi­co, por ejem­plo, se ha docu­men­ta­do que la asis­ten­cia a tera­pia psi­co­ló­gi­ca es en pro­me­dio de tres sesio­nes (Alcá­zar, 2007).

Lo ante­rior sig­ni­fi­ca que, por dife­ren­tes cir­cuns­tan­cias, muchas per­so­nas deja­rán de asis­tir a tera­pia psi­co­ló­gi­ca o no podrán acce­der a ella, aun­que lo deseen. En ese sen­ti­do, la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta, basa­da en las ideas de Sli­ve y Bobe­le (2011, 2012), es una opción de ser­vi­cio que pue­de cola­bo­rar en la solu­ción de algu­nos de los moti­vos que par­ti­ci­pan en la deser­ción tera­péu­ti­ca y de las barre­ras de acce­so que pre­sen­tan muchos de los ser­vi­cios psi­co­ló­gi­cos.

La Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta, se defi­ne ―prin­ci­pal­men­te― como una moda­li­dad de ser­vi­cio que tie­ne la misión de ofre­cer aten­ción tera­péu­ti­ca de mane­ra acce­si­ble, efi­cien­te y a bajo cos­to cuan­do las per­so­nas lo nece­si­tan y soli­ci­tan, sin tener que pasar por una lar­ga lis­ta de espe­ra ni por pro­ce­sos eva­lua­ti­vos o tra­ta­mien­tos lar­gos, que sue­len can­sar a las per­so­nas por no cum­plir con sus expec­ta­ti­vas res­pec­to a lo que desean de un ser­vi­cio de tera­pia (Sli­ve & Bobe­le, 2011, 2012).

En la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta, que ya se ha imple­men­ta­do en muchos paí­ses, con­tex­tos y situa­cio­nes y que está basa­da en ideas sis­té­mi­cas, pos­mo­der­nas y socio­cons­truc­cio­nis­tas, se tra­ba­ja con tres pre­mi­sas prin­ci­pa­les: 1) todas las per­so­nas cuen­tan con sabe­res, recur­sos, for­ta­le­zas y habi­li­da­des; 2) una sola hora de sesión pue­de ser sufi­cien­te para rea­li­zar un cam­bio sig­ni­fi­ca­ti­vo, inclu­so para cues­tio­nes que algu­nas per­so­nas pien­san que lle­va­rían más tiem­po, y 3) sólo tene­mos el aquí y el aho­ra, es decir, no hay garan­tía de que las per­so­nas pue­dan regre­sar a otra sesión, por lo que cada una pue­de ser la últi­ma o la úni­ca (Sli­ve & Bobe­le, 2011, 2012).

Bajo estas pre­mi­sas, en la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta no hay mane­ra de pro­du­cir deser­ción tera­péu­ti­ca. Median­te una escu­cha y una con­ver­sa­ción sen­si­ble a las expec­ta­ti­vas y nece­si­da­des de las(os) con­sul­tan­tes, se mira cada sesión como una tera­pia com­ple­ta y se cola­bo­ra con ellas(os) para que esta sea efec­ti­va y útil des­de sus voces, dejan­do abier­ta la posi­bi­li­dad para que asis­tan o regre­sen cuan­do lo eli­jan con­ve­nien­te y no cuan­do lo dice el o la tera­peu­ta (Miller, 2008; Sli­ve & Bobe­le, 2011, 2012; Young & Dry­den, 2019).

Des­de la inves­ti­ga­ción cua­li­ta­ti­va se han docu­men­ta­do las voces de muchas per­so­nas que han expre­sa­do lo que les ha sig­ni­fi­ca­do haber asis­ti­do a la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta como son, por ejem­plo, la inves­ti­ga­ción de Crow (2011), que fue un estu­dio de caso des­de una mira­da pos­mo­der­na y socio­cons­truc­cio­nis­ta; la de Kyle Green (cita­da en Sli­ve & Bobe­le, 2011), que fue un tra­ba­jo reco­pi­la­to­rio de once estu­dios de caso de sesión úni­ca; la inves­ti­ga­ción de Bobe­le et al. (2008), que fue­ron dos estu­dios de caso, así como la de Young y Cooper (2008), que con­tó con la par­ti­ci­pa­ción de ocho per­so­nas.

Aun­que en Méxi­co ya se ha imple­men­ta­do la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta, prin­ci­pal­men­te en ins­ti­tu­cio­nes edu­ca­ti­vas como la UNAM, la Uni­ver­si­dad Ibe­ro­ame­ri­ca­na y otras, la inves­ti­ga­ción sobre su apli­ca­bi­li­dad y resul­ta­dos es esca­sa. De ahí el inte­rés para rea­li­zar la pre­sen­te inves­ti­ga­ción, basa­da en un estu­dio de caso con una pers­pec­ti­va pos­mo­der­na y socio­cons­truc­cio­nis­ta, cuyo pro­pó­si­to fue cono­cer los alcan­ces de esta moda­li­dad de ser­vi­cio des­de la voz de Irma (una con­sul­tan­te).

Método

Participante

Con­ta­mos con la par­ti­ci­pa­ción y cola­bo­ra­ción de una mujer de 36 años, habi­tan­te de la Ciu­dad de Méxi­co; hemos omi­ti­do su nom­bre real por razo­nes de con­fi­den­cia­li­dad, y emplea­do en su lugar el seu­dó­ni­mo de Irma.

La elec­ción de Irma fue por con­ve­nien­cia (Vasi­la­chis de Gial­dino, 2006), tenien­do como con­tac­to el semi­na­rio de Sesión Úni­ca que se impar­te y se super­vi­sa en la maes­tría de Tera­pia Fami­liar, en la Facul­tad de Psi­co­lo­gía de la Uni­ver­si­dad Nacio­nal Autó­no­ma de Méxi­co (UNAM), por­que ahí se ofre­ce la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta.

La Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta es un ser­vi­cio tera­péu­ti­co (que por aho­ra es brin­da­do a tra­vés de Zoom debi­do al Covid-19), por un equi­po tera­péu­ti­co con­for­ma­do por estu­dian­tes de la maes­tría, que cons­ta de una o un tera­peu­ta res­pon­sa­ble de la sesión y de un equi­po refle­xi­vo que par­ti­ci­pa y cola­bo­ra tam­bién en la mis­ma. La dura­ción de cada sesión es de 90 minu­tos.

Vale la pena decir que el tra­ba­jo tera­péu­ti­co, tenien­do la opor­tu­ni­dad de con­tar con la par­ti­ci­pa­ción de un equi­po refle­xi­vo, invo­lu­cra de for­ma con­ti­nua posi­cio­nes de escu­cha y refle­xión, lo cual per­mi­te —ade­más de equi­li­brar la rela­ción entre tera­peu­ta y con­sul­tan­te, al tener más voces par­ti­ci­pan­tes en la sesión— cons­truir y ofre­cer múl­ti­ples pers­pec­ti­vas para que los y las con­sul­tan­tes pue­dan tomar las que ten­gan más sen­ti­do para ellas(os) en ese momen­to (Ander­sen, 1987, 1992).

El úni­co cri­te­rio de elec­ción fue que Irma asis­tie­ra a este ser­vi­cio tera­péu­ti­co, fue­ra mayor de 18 años y acep­ta­ra par­ti­ci­par volun­ta­ria­men­te en la inves­ti­ga­ción.

Procedimiento

La opción de dise­ño cua­li­ta­ti­vo que ele­gi­mos para esta inves­ti­ga­ción fue la de estu­dio de caso, por­que a tra­vés de este es posi­ble abor­dar un tema a par­tir de la mira­da y la narra­ti­va par­ti­cu­lar de una per­so­na y por­que favo­re­ce tam­bién el desa­rro­llo de nue­vas ideas al con­si­de­rar los recur­sos y los con­tex­tos loca­les de cada per­so­na (Ito & Var­gas, 2005; Simons, 2011; Vasi­la­chis de Gial­dino, 2006).

Asi­mis­mo, deci­di­mos que nues­tro len­te epis­te­mo­ló­gi­co para lle­var­lo a cabo esté situa­do en las pers­pec­ti­vas pos­mo­der­nas y socio­cons­truc­cio­nis­tas, por dis­tin­guir­se como movi­mien­tos crí­ti­cos y como prác­ti­cas poli­fó­ni­cas dis­cur­si­vas que invi­tan a la refle­xión y al cues­tio­na­mien­to de lo que con­si­de­ra­mos aca­ba­do, dicho y esta­ble­ci­do, y por­que ofre­cen al mis­mo tiem­po cami­nos que tran­si­tan por las múl­ti­ples posi­bi­li­da­des y cons­truc­cio­nes de enten­di­mien­tos, sig­ni­fi­ca­dos y cono­ci­mien­tos sobre dis­tin­tos temas, en don­de el len­gua­je, la con­ver­sa­ción, lo rela­cio­nal y lo cola­bo­ra­ti­vo tie­nen un lugar pre­pon­de­ran­te (Ander­son, 1999).

Bajo estos enten­di­dos, con una pos­tu­ra fle­xi­ble, dia­ló­gi­ca y cola­bo­ra­ti­va, uti­li­za­mos una entre­vis­ta con­ver­sa­cio­nal semi­es­truc­tu­ra­da para la co-cons­truc­ción de la infor­ma­ción de este estu­dio de caso (Ander­son, 1999; Brink­mann, 2018; Simons, 2011), con­si­de­ran­do para ello los siguien­tes ejes de entre­vis­ta: posi­bi­li­da­des, recur­sos y solu­cio­nes, expec­ta­ti­vas, satis­fac­ción con el ser­vi­cio y la tera­pia en los entor­nos fami­liar y social.

La entre­vis­ta la hici­mos un mes des­pués de la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta, tam­bién median­te Zoom, debi­do a la con­tin­gen­cia sani­ta­ria que esta­mos vivien­do por el Covid-19. Su dura­ción fue de apro­xi­ma­da­men­te de dos horas y gra­ba­da en audio y video. Pre­vio a esta, tam­bién por Zoom, expli­ca­mos a deta­lle los pro­pó­si­tos de la inves­ti­ga­ción y las con­si­de­ra­cio­nes éti­cas para su rea­li­za­ción, infor­ma­ción que igual­men­te vino asen­ta­da en el con­sen­ti­mien­to infor­ma­do que fue envia­do para la apro­ba­ción y fir­ma de Irma.

Una vez trans­cri­ta la entre­vis­ta y con­for­me al pro­pó­si­to que plan­tea­mos en la inves­ti­ga­ción, rea­li­za­mos un aná­li­sis de con­te­ni­do en el que pudi­mos hacer una serie de dis­tin­cio­nes para dar­le sen­ti­do y sig­ni­fi­ca­do a los rela­tos que co-cons­trui­mos con Irma, deri­ván­do­se de este pro­ce­so las cate­go­rías que a con­ti­nua­ción pre­sen­ta­mos (Cof­fey & Atkin­son, 2003; Smith, 2000).

Resultados

Con­si­de­ran­do que el pro­pó­si­to de inves­ti­ga­ción fue cono­cer los alcan­ces de la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta des­de la voz de Irma, en el aná­li­sis de con­te­ni­do que efec­tua­mos a par­tir de los ejes de entre­vis­ta ya men­cio­na­dos pudi­mos esta­ble­cer cua­tro cate­go­rías que, según nues­tra inter­pre­ta­ción, die­ron sen­ti­do y sig­ni­fi­ca­do a este pro­pó­si­to (Cof­fey & Atkin­son, 2003; Smith, 2000). Estas son: 1) la lle­ga­da a la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta; 2) la uti­li­dad de la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta; 3) la satis­fac­ción con el ser­vi­cio de la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta y 4) las mejo­ras a la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta. En este tra­ba­jo hemos ele­gi­do mos­trar tres de estas cate­go­rías, que para ilus­trar­las de mejor mane­ra irán acom­pa­ña­das de algu­nos frag­men­tos de los rela­tos de Irma.

Es impor­tan­te men­cio­nar que has­ta el momen­to en que se efec­tuó la entre­vis­ta con Irma para esta inves­ti­ga­ción (un mes des­pués de la asis­ten­cia a la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta), sólo había acu­di­do una vez a este ser­vi­cio tera­péu­ti­co, por lo que todo lo que se con­ver­só en la entre­vis­ta y lo que aquí se docu­men­tó, corres­pon­de a lo que una sesión le sig­ni­fi­có.

La llegada a la Terapia de Atención Inmediata

Par­tien­do de la idea de que los sig­ni­fi­ca­dos de uti­li­dad y satis­fac­ción que pue­den otor­gár­se­le a un ser­vi­cio de tera­pia psi­co­ló­gi­ca están rela­cio­na­dos de algu­na for­ma con el con­tex­to bajo el cual se asis­te a este, en este espa­cio com­par­ti­re­mos cómo es que Irma lle­gó a la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta.

Nues­tro plan­tea­mien­to es que cuan­do las per­so­nas dicen que una tera­pia les fue útil y satis­fac­to­ria, sus pala­bras pro­vie­nen, no sólo de que hayan podi­do cam­biar, resol­ver o resig­ni­fi­car la situa­ción que les lle­vó a ella, que no es cosa menor, sino tam­bién del con­tex­to que acom­pa­ñó su lle­ga­da, de las ideas que ten­gan sobre lo que sig­ni­fi­ca la asis­ten­cia a un pro­ce­so tera­péu­ti­co, así como de las expe­rien­cias tera­péu­ti­cas pre­vias (Beni­to, 2009).

En el caso de Irma, que acu­dió a la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta debi­do a algu­nas difi­cul­ta­des en la rela­ción de pare­ja, su lle­ga­da vino mati­za­da por una expe­rien­cia tera­péu­ti­ca pre­via, pro­ve­nien­te de un con­tex­to hos­pi­ta­la­rio con el que se ha rela­cio­na­do duran­te algún tiem­po, en este caso, en el Hos­pi­tal Psi­quiá­tri­co Fray Ber­nar­dino Álva­rez, así como de un esce­na­rio de pan­de­mia pro­vo­ca­do por el Covid-19 que ha tras­to­ca­do nues­tra vida y nues­tras diná­mi­cas, entre ellas, las de la asis­ten­cia a un ser­vi­cio tera­péu­ti­co. Como ella lo rela­ta:

Por pan­de­mia tam­bién dejé de ir a mi tera­pia psi­quiá­tri­ca por­que yo tomo, bueno ya no tomo los medi­ca­men­tos psi­quiá­tri­cos… aho­ri­ta me estoy aten­dien­do con can­na­bis… veía a mi psi­quia­tra y pues por pan­de­mia no lo pude ver como 8 meses, casi 10 meses, casi el año yo creo… esta­ba como muy frus­tra­da sabes, o sea, sí nece­si­ta­ba como su retro­ali­men­ta­ción… en el 2016 que tuve un bro­te psi­có­ti­co, yo estoy con psi­quia­tra… me estoy aten­dien­do en el Fray Ber­nar­dino… en 2019, tuve otro bro­te y otra vez estu­ve inter­na­da y pues a prin­ci­pios del 2020 yo ya esta­ba dopa­dí­si­ma, así horri­ble y lue­go vino pan­de­mia, enton­ces pues ya no pude dar­le segui­mien­to.

Como ha suce­di­do con otras per­so­nas, que por dife­ren­tes cau­sas han deja­do de asis­tir a un ser­vi­cio psi­co­ló­gi­co o psi­quiá­tri­co (Alcá­zar, 2007; Gar­cía & Rodrí­guez, 2005), Irma tuvo que dejar de hacer­lo.

Si bien la pan­de­mia es algo que ha trans­for­ma­do la vida en gene­ral, es impor­tan­te men­cio­nar que, en nues­tro país, las difi­cul­ta­des de acce­so y asis­ten­cia a un ser­vi­cio médi­co o psi­co­ló­gi­co es un aspec­to que sue­le vivir­se de for­ma recu­rren­te. De acuer­do con Beren­zon et al. (2013), sólo uno(a) de cada cin­co mexicanos(as) de entre 18 y 65 años, que han pre­sen­ta­do un pro­ble­ma (o como las auto­ras lo lla­man, un “tras­torno men­tal”) en algún momen­to de su vida ha reci­bi­do tra­ta­mien­to ante la soli­ci­tud de un ser­vi­cio.

Para Irma, esta con­tin­gen­cia sani­ta­ria no sólo vino a tras­to­car la asis­ten­cia y la rela­ción que regu­lar­men­te tenía con el hos­pi­tal Fray Ber­nar­dino y con su psi­quia­tra tra­tan­te, al no poder ver­lo como lo solía hacer, sino tam­bién, como ella nos com­par­te a con­ti­nua­ción, la mane­ra en que des­pués pudo regre­sar a dicho hos­pi­tal:

Yo no podía ir, o sea, el hos­pi­tal esta­ba cerra­do a visi­tas… has­ta que ya se puso en semá­fo­ro naran­ja y fue un rollo poder, entré yo sola, nun­ca había entra­do sola (llan­to)… salí chi­llan­do como de no que­rer estar sola y apar­te los olo­res, como la gen­te, o sea, si me que­dé muy toca­da… la siguien­te vez que fui, sí deja­ron pasar a mi mamá pero ella, pues no podía acom­pa­ñar­me a todos lados de los trá­mi­tes, ella ya está gran­de y no pue­de cami­nar… por­que apar­te de que te pedían el sello para no sé qué, te pedían for­mar­te para no sé… me sen­tí un poco más tran­qui­la, pero aun así los trá­mi­tes los hice sola.

Esta expe­rien­cia de Irma sobre su regre­so al hos­pi­tal nos lle­va a reto­mar algu­nas de las ideas de Sli­ve y Bobe­le (2011), sobre lo buro­crá­ti­co y poco ami­ga­ble que pue­de ser la aten­ción en muchos cen­tros de salud, al reque­rir­se de varios pasos pre­vios para poder reci­bir el ser­vi­cio soli­ci­ta­do. ¿Será que esos trá­mi­tes son extre­ma­da­men­te nece­sa­rios? ¿Sería posi­ble cons­truir alter­na­ti­vas para fle­xi­bi­li­zar algu­nos pro­ce­di­mien­tos en la soli­ci­tud y aten­ción?

Agre­gán­do­se a estas expe­rien­cias y anda­res de Irma en el esce­na­rio tera­péu­ti­co, a fina­les del 2020 bus­có aten­ción psi­co­ló­gi­ca a tra­vés de una ins­ti­tu­ción en otro país}, sin embar­go, no le pudo dar segui­mien­to a su soli­ci­tud. Aquí des­de su voz:

Bus­qué el ser­vi­cio de una ins­ti­tu­ción que está en Madrid… la ver­dad no le di segui­mien­to… esta aso­cia­ción en Madrid me lle­vó a la casa Man­da­ri­na, a la red femi­nis­ta en Méxi­co… sí me man­da­ron como muchas opcio­nes… enton­ces yo pre­gun­té por la tera­pia como por prin­ci­pios de Diciem­bre y ellas me con­tes­ta­ron has­ta Febre­ro, enton­ces, cuan­do ya me lle­gó a mí la infor­ma­ción, yo ya tenía topa­do, o sea, topa­do de cham­ba, yo ya no tenía tiem­po…

Lue­go enton­ces, con todo lo com­par­ti­do y rela­ta­do por Irma, pode­mos dar cuen­ta de que la tera­pia psi­co­ló­gi­ca, como otros ser­vi­cios de aten­ción a la salud, son acti­vi­da­des que no son aje­nas a los diver­sos con­tex­tos que con­for­man la socie­dad y el lugar en don­de vivi­mos, como tam­po­co lo son a las con­di­cio­nes par­ti­cu­la­res de las per­so­nas, ni a los pro­ce­sos ins­ti­tu­cio­na­les de los ser­vi­cios de salud, por lo que para su asis­ten­cia se requie­re de cier­tas cir­cuns­tan­cias que, o bien pue­den faci­li­tar­la, vol­ver­la un tan­to com­pli­ca­da u obs­ta­cu­li­zar­la por com­ple­to.

Final­men­te nos pre­gun­ta­mos qué tan­to las prác­ti­cas ins­ti­tu­cio­na­les y/o la fal­ta de una res­pues­ta inme­dia­ta de muchos cen­tros de salud pue­den des­ani­mar a cual­quie­ra de soli­ci­tar y espe­rar un ser­vi­cio, y tam­bién qué tan­to se pue­den con­ver­tir o son ya un pro­ble­ma para que dichos cen­tros cum­plan con la fun­ción para la cual fue­ron crea­dos, esto es, la de brin­dar un ser­vi­cio psi­co­ló­gi­co o psi­quiá­tri­co cuan­do las per­so­nas lo nece­si­tan (Sli­ve & Bobe­le, 2011).

La utilidad de la Terapia de Atención Inmediata

Es impor­tan­te hacer la dis­tin­ción de que esta cate­go­ría (la uti­li­dad de la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta), la hemos sig­ni­fi­ca­do toman­do aque­llos rela­tos de Irma que hicie­ron alu­sión a lo que la sesión le sir­vió y/o le cau­só en tér­mi­nos de pro­ve­cho o bene­fi­cio para cam­biar, resol­ver o resig­ni­fi­car la situa­ción que le tra­jo a ella.

En la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta, se cola­bo­ra y se con­ver­sa en cada sesión des­de una pers­pec­ti­va pos­mo­der­na y socio­cons­truc­cio­nis­ta. Lo que se con­si­de­ra como un pro­ble­ma, lo mira­mos como algo que se ha cons­trui­do en lo rela­cio­nal, en lo lin­güís­ti­co y en lo dia­ló­gi­co; que ade­más está media­do por los dis­cur­sos de los diver­sos con­tex­tos (fami­liar, cul­tu­ral, social, polí­ti­co, etc.) en los que vivi­mos; por lo tan­to, los pri­me­ros pasos para cam­biar una situa­ción o sus posi­bles solu­cio­nes tam­bién serán construidos(as) des­de esos enten­di­dos (Ander­son, 1999; Ger­gen, 2006).

Con­si­de­ran­do que Irma acu­dió a la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta debi­do a algu­nas difi­cul­ta­des en la rela­ción de pare­ja, como pro­duc­to de algu­nas con­duc­tas y acti­tu­des por par­te de su novio que fue­ron refe­ri­das por ella como micro­ma­chis­mos, ante la pre­gun­ta duran­te la entre­vis­ta con­ver­sa­cio­nal de “¿en qué sien­tes que te sir­vió?”, Irma pudo com­par­tir­nos lo siguien­te:

No sola­men­te me sir­vió a mí sino a la con­tra­par­te de la escu­cha (refi­rién­do­se a su novio)… por­que obvia­men­te hubo bron­ca, o sea, hubo con­fron­ta­mien­to pero sobre el con­fron­ta­mien­to hubo una plá­ti­ca más con­sen­sua­da y se lle­ga­ron a muchos acuer­dos… estoy aho­ri­ta así en un espa­cio don­de, o sea, el escu­cha (novio) está en otro rollo… por­que dijo, sí nece­si­tas espa­cio, lo entien­do total­men­te…

Para la pos­mo­der­ni­dad y el socio­cons­truc­cio­nis­mo, las per­so­nas que acu­den a tera­pia lo hacen en cali­dad de par­ti­ci­pan­tes en una red de rela­cio­nes que se extien­de hacia el exte­rior, la cual inclu­ye todos los víncu­los exis­ten­tes y las prác­ti­cas coti­dia­nas que se tie­nen. En ese sen­ti­do, la tera­pia, como coor­di­na­ción rela­cio­nal, esta­rá intere­sa­da en esta­ble­cer un espa­cio para el diá­lo­go que ten­ga como pro­pó­si­to el crear en cola­bo­ra­ción con las(os) con­sul­tan­tes, alter­na­ti­vas dis­tin­tas para cada situa­ción (Ander­son, 1999; Ger­gen, 2006).

En el caso de Irma, par­tien­do de la pre­mi­sa de que cual­quier cam­bio, resig­ni­fi­ca­ción, pri­mer paso o solu­ción que ella cons­tru­ye­se en la sesión se tras­la­da­ría de algu­na mane­ra a su rela­ción de pare­ja, se cola­bo­ró en gene­rar posi­bi­li­da­des que le per­mi­tie­sen dar­le énfa­sis a su agen­cia per­so­nal para expre­sar esos aspec­tos que esta­ban pro­vo­cán­do­le males­tar, de tal mane­ra que pudie­sen lle­gar a cier­tos acuer­dos sin que eso sig­ni­fi­ca­se poner en ries­go su segu­ri­dad y bien­es­tar. Como lo com­par­te Irma des­de su voz:

Yo se lo ten­go que decir a ese escu­cha (refi­rién­do­se a su novio) pero no encuen­tro las pala­bras ade­cua­das… por­que se lo ten­go que decir de algu­na mane­ra, pero era la inse­gu­ri­dad pro­pia de no encon­trar las pala­bras ade­cua­das o más bien de decir las pala­bras como son, para pos­te­rior­men­te encon­trar las pala­bras ade­cua­das y esas pala­bras como son, a veces, son hirien­tes, gene­ran con­flic­to… pero sobre ese con­flic­to, este, se lle­ga­ron a acuer­dos, o sea, pos­te­rior se pre­sen­tan aspec­tos ya es como a otro mun­do, te lo juro, te lo juro… fue así como otro rollo…

Lo que se pri­vi­le­gió en la con­ver­sa­ción con Irma ―tan­to con la tera­peu­ta como con el equi­po refle­xi­vo―, fue la co-cons­truc­ción de ideas, de alter­na­ti­vas o de pri­me­ros pasos que ella pudie­se poner en prác­ti­ca, pero des­de su pro­pio cono­ci­mien­to de lo que esta­ba ocu­rrien­do en su rela­ción y de lo que que­ría que fue­se dife­ren­te.

Des­de una mira­da pos­mo­der­na y socio­cons­truc­cio­nis­ta, con­si­de­ra­mos que Irma ―como otras(os) con­sul­tan­tes―, sabe más sobre su vida que las expli­ca­cio­nes que una teo­ría pue­de dar, por lo cual, en la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta se valo­ra­ron sig­ni­fi­ca­ti­va­men­te todos sus recur­sos, sabe­res y expe­rien­cias, con­fian­do en que a par­tir de estos(as) ella pudie­se salir de la sesión con algo que le fue­se de uti­li­dad. Des­de su voz:

Yo sí le dije que no esta­ba a favor de muchos pun­tos… por­que son, o sea, si esos micro­ma­chis­mos muy mar­ca­dos, enton­ces, o sea, si fue como ya con las pala­bras ade­cua­das y sin eno­jos, yo pude expre­sar­me más cla­ra­men­te y él pudo escu­char mejor. Eso estu­vo increí­ble… por­que yo tam­bién le dije, es par­te de la con­fian­za don­de yo te estoy dicien­do, nece­si­to un lugar y un espa­cio y por qué lle­gas y lo rom­pes, o sea, no, enton­ces él dijo si, o sea, has­ta hubo dis­cul­pas…

En resu­men, con­si­de­ra­mos que Irma, al lle­gar a la sesión, ya tenía cla­ro aque­llos aspec­tos de su rela­ción de pare­ja que no le hacían sen­tir cómo­da e inclu­so algu­nas ideas de posi­bles solu­cio­nes; sin embar­go, cree­mos que la con­ver­sa­ción con la tera­peu­ta y el equi­po refle­xi­vo le posi­bi­li­tó cons­truir aún más opcio­nes y ele­gir las que con­si­de­ra­se más úti­les y con­ve­nien­tes res­pec­to a su situa­ción.

En con­clu­sión, hacien­do refe­ren­cia a Ger­gen (2006), lo que valo­ra­mos impor­tan­te en la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta, es que las posi­bi­li­da­des gene­ra­das en la sesión, como cree­mos que así ocu­rrió con Irma, sean tras­la­da­das hacia el exte­rior, es decir, a la vida y las rela­cio­nes de las per­so­nas de modo que las trans­for­men útil­men­te. Cuan­do las y los con­sul­tan­tes pue­den esta­ble­cer un víncu­lo entre lo que se con­ver­sa en la sesión y lo que suce­de en su vida, la tera­pia tie­ne mayo­res posi­bi­li­da­des de resul­tar sig­ni­fi­ca­ti­va y/o satis­fac­to­ria.

La satisfacción con el servicio de la Terapia de Atención Inmediata

En este espa­cio abor­da­re­mos la satis­fac­ción que a Irma le sig­ni­fi­có el haber asis­ti­do a la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta. Para este enten­di­mien­to, rela­cio­na­mos esta cate­go­ría con la expre­sión de con­for­mi­dad por el ser­vi­cio uti­li­za­do en tér­mi­nos de la faci­li­dad de acce­so a este, de su efec­ti­vi­dad y del agra­do por la rela­ción que se tuvo con el equi­po tera­péu­ti­co.

Cabe des­ta­car que entre los moti­vos de insa­tis­fac­ción que han seña­la­do algu­nas per­so­nas ―docu­men­ta­das en varias inves­ti­ga­cio­nes― para dejar de asis­tir a un ser­vi­cio psi­co­ló­gi­co o psi­quiá­tri­co, o desis­tir en su soli­ci­tud, son: la difi­cul­tad de acce­so (debi­do a pro­ce­sos admi­nis­tra­ti­vos y eva­lua­to­rios y a la fal­ta de aten­ción opor­tu­na); por tra­ta­mien­tos lar­gos y cos­to­sos; y por no sen­tir­se escuchada(o), valorada(o) y atendida(o) en las expec­ta­ti­vas y nece­si­da­des (Cait et al., 2016; Stal­ker et al., 2016).

Así, al pre­gun­tar­le a Irma ―quien pudo acce­sar a la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta a los 5 días des­pués de haber hecho con­tac­to con esta―, cómo le pare­ció el ser­vi­cio tera­péu­ti­co y si este le resul­tó satis­fac­to­rio, ella nos com­par­tió lo siguien­te:

No tuve que pasar mucho tiem­po, o sea, fue de que, de que 5 días antes, le dio el segui­mien­to la tera­peu­ta… sí tuve satis­fac­ción de la tera­pia… es como si yo me hubie­ra meti­do a un lugar y a un espa­cio y uste­des hubie­ran esta­do ahí para dar­me, ¡ah mira!, aquí tie­nes, este, un cuchi­llo, ¡ah mira!, aquí tie­nes una metra­lle­ta, ¡ah mira!, aquí tie­nes una hacha para que pue­das cor­tar sabes… como si me hubie­ran dado herra­mien­tas, o sea, armas para ir a una bata­lla… aquí están, tú sal y enton­ces te empu­jan a hacer­lo, o sea, de ver­dad, te empu­jan a hacer­lo, el tema que sea… empie­zas a tra­ba­jar­lo tú, enton­ces esa apro­pia­ción está bien padre… esa llu­via de ideas, de todos, o sea, está padri­si­si­sí­si­mo, o sea, a mí me encan­tó… ayer que esta­ba mi ami­ga, dije, tie­nes que tener esta tera­pia.

Como ya lo hemos seña­la­do ante­rior­men­te, en la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta se mira cada sesión como una tera­pia com­ple­ta y des­de ese lugar, tenien­do pre­sen­te las nece­si­da­des y expec­ta­ti­vas de las per­so­nas, se con­ver­sa y se cola­bo­ra con ellas para que sal­gan con la sen­sa­ción de haber sido escu­cha­das y com­pren­di­das, así como con una mayor con­cien­cia de su agen­cia, es decir, de las accio­nes que pue­den rea­li­zar para lograr un cam­bio des­de sus recur­sos, sabe­res, habi­li­da­des y for­ta­le­zas (Miller, 2008; Sli­ve & Bobe­le, 2011, 2012).

Posi­ble­men­te algu­nas per­so­nas cues­tio­na­rán o esta­rán en des­acuer­do en con­si­de­rar que una sola sesión pue­da ser sufi­cien­te para que las per­so­nas lle­guen a mirar dife­ren­te, cam­biar o solu­cio­nar una situa­ción; sin embar­go, las ideas rela­cio­na­das con la noción de que una tera­pia “deba” ser lar­ga para lograr un “buen” resul­ta­do, pue­de no coin­ci­dir con lo que muchas per­so­nas bus­can, esto es, que la tera­pia sea lo más bre­ve posi­ble (Sli­ve & Bobe­le, 2011). Des­de la voz de Irma:

No entra­mos más a deta­lle de mi vida… como que yo empe­cé a tomar otro rum­bo… es como un ali­via­ne por­que no me voy a engan­char en ese tema para mi siguien­te sesión y voy a estar 30 sesio­nes hablan­do de lo perra mis­mo… lo veo mucho más reso­lu­ti­vo, mucho más inme­dia­to, o sea, por­que no te enfras­cas, o sea, y te resuel­ve… lle­gar a ese gra­do de resol­ver­te algo es como de ¡guau!, o sea, se agra­de­ce cañón…

Al res­pec­to de lo rela­ta­do por Irma, muchas veces no se otor­ga sufi­cien­te impor­tan­cia a escu­char y saber lo que las per­so­nas desean y espe­ran cuan­do lle­gan a una sesión. Se da por supues­to que van a poder y que­rer asis­tir a una tera­pia duran­te meses o años. Des­de nues­tra pers­pec­ti­va el poder está en las y los con­sul­tan­tes; son ellas y ellos las(os) que saben cuán­do nece­si­tan ayu­da y lo que es mejor para sus vidas (Har­per-Jaques et al., 2008; Miller & Sli­ve, 2004; Sli­ve & Bobe­le, 2011).

Final­men­te, y para dar mayor sen­ti­do a esto que seña­la­mos, com­par­ti­mos este últi­mo rela­to de Irma, sig­ni­fi­cán­do­lo como una invi­ta­ción que nos hace a que escu­che­mos lo que ella ―y qui­zá otras per­so­nas usua­rias de un ser­vi­cio psi­co­ló­gi­co o médi­co― nece­si­ta y quie­ren:

A mí me hubie­ra encan­ta­do y a la fecha, poder jun­tar a todos los psi­quia­tras y psi­có­lo­gos que me han vis­to… lite­ral, me den una sesión, una sesión y que el tema sea el tras­torno bipo­lar de, o sea, me encan­ta­ría, me encan­ta­ría, o sea, no sabes… por­que me gus­ta­ría tener una con­clu­sión de todos, por­que con todos me que­do a la mitad o me que­do al 10% o al 20… en 5 años me han aten­di­do alre­de­dor de 9 psi­quia­tras y 6 psi­có­lo­gos…

Discusión y Reflexiones

Si bien la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta ya se ha imple­men­ta­do en nues­tro país, prin­ci­pal­men­te en los ser­vi­cios psi­co­ló­gi­cos de algu­nas ins­ti­tu­cio­nes edu­ca­ti­vas como la UNAM, entre otras, poco se ha inves­ti­ga­do sobre su apli­ca­bi­li­dad y resul­ta­dos des­de las voces de quie­nes asis­ten a ella, es decir, de las y los con­sul­tan­tes; de ahí que el pro­pó­si­to de esta inves­ti­ga­ción fue­se cono­cer los alcan­ces de esta moda­li­dad de ser­vi­cio tera­péu­ti­co des­de la voz de una con­sul­tan­te, en este caso, des­de la voz de Irma.

A par­tir de la con­ver­sa­ción que tuvi­mos con Irma pudi­mos dar cuen­ta de que, para ella, como para otras per­so­nas (Bobe­le et al., 2008; Crow, 2011; Young & Cooper, 2008), el alcan­ce fue sig­ni­fi­ca­do en el sen­ti­do de que una sola sesión en la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta resul­tó útil y satis­fac­to­ria. En el caso par­ti­cu­lar de Irma, esta le cola­bo­ró para que cons­tru­ye­se un camino que le posi­bi­li­ta­se expre­sar con mayor con­fian­za algu­nos aspec­tos que no esta­ban hacién­do­le sen­tir cómo­da en su rela­ción de pare­ja, y con ello lle­gar a acuer­dos para con­vi­vir y vin­cu­lar­se de mane­ra dis­tin­ta.

Dis­tin­gui­mos que lo que posi­bi­li­tó que Irma sig­ni­fi­ca­se la sesión como útil y satis­fac­to­ria fue la com­bi­na­ción de diver­sos aspec­tos. Refle­xio­na­mos que para ella fue valio­so acce­sar de mane­ra pron­ta al ser­vi­cio de tera­pia, sen­tir­se escu­cha­da y toma­da en cuen­ta en sus nece­si­da­des y salir de una sola sesión miran­do posi­bi­li­da­des, y que algu­nas de estas, al poner­se en prác­ti­ca, resul­ta­sen sig­ni­fi­ca­ti­vas para que la con­tra­par­te, como ella lla­mó a su novio, se movie­ra del lugar en el que esta­ba.

Posi­ble­men­te para Irma, lo ante­rior cobró mayor rele­van­cia si tam­bién trae­mos a cuen­ta su con­tex­to de lle­ga­da a la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta, en el que men­cio­nó como ante­ce­den­te la inte­rrup­ción de la aten­ción que le pro­por­cio­na­ban en el Fray Ber­nar­dino, así como algu­nas difi­cul­ta­des para acce­sar de nue­vo a esta y a un ser­vi­cio psi­co­ló­gi­co, agre­gán­do­se ade­más estas ideas o qui­zá expec­ta­ti­vas que aho­ra tie­ne de reu­nir en una sola sesión a todos(as) sus médi­cos y psicólogas(as) tra­tan­tes para con­ver­sar con ellos(as) y de no engan­char­se en un tema para estar hablan­do de él duran­te 30 sesio­nes. Pare­ce que a par­tir de la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta se cons­tru­yó en Irma una mane­ra dis­tin­ta de con­ce­bir la aten­ción psi­quiá­tri­ca y psi­co­ló­gi­ca.

Como par­te de nues­tra labor de inves­ti­ga­ción, deci­di­mos incluir y dar­le impor­tan­cia al con­tex­to de lle­ga­da de Irma, por­que como ya hemos seña­la­do, muchas(os) con­sul­tan­tes dejan de asis­tir a un ser­vi­cio psi­quiá­tri­co o psi­co­ló­gi­co por dife­ren­tes moti­vos, algu­nos inclu­so pro­pi­cia­dos por estos mis­mos ser­vi­cios. Como lo refie­ren Bados et al. (2002), la fal­ta de coin­ci­den­cia entre lo que el/la con­sul­tan­te espe­ra­ba y reci­bie­ra, el cos­to eco­nó­mi­co y el tiem­po de los tra­ta­mien­tos son algu­nas de las cau­sas de la deser­ción tera­péu­ti­ca. Para estos auto­res, muchas per­so­nas, como Irma, espe­ran reci­bir tra­ta­mien­tos bre­ves que cola­bo­ren en la solu­ción de situa­cio­nes con­cre­tas.

Auna­do a los dis­tin­tos moti­vos que pue­den cola­bo­rar para que las per­so­nas dejen de asis­tir a un ser­vi­cio psi­co­ló­gi­co o psi­quiá­tri­co, es nece­sa­rio seña­lar tam­bién que, de acuer­do con Tena-Suck (2017), se ha pre­sen­ta­do un aumen­to en la deman­da de ser­vi­cios de salud men­tal, de for­ma espe­cí­fi­ca en la Ciu­dad de Méxi­co, sin que se haya incre­men­ta­do para­le­la­men­te la capa­ci­dad de aten­ción. De acuer­do con este autor, en Méxi­co, como en otros paí­ses de Amé­ri­ca Lati­na, los recur­sos huma­nos des­ti­na­dos para esta área son insu­fi­cien­tes, con­cen­tra­dos en la mayo­ría de los casos en hos­pi­ta­les psi­quiá­tri­cos, a pesar de que las últi­mas polí­ti­cas y accio­nes mun­dia­les con­si­de­ran que la aten­ción pri­ma­ria debe estar cen­tra­da en la salud men­tal comu­ni­ta­ria.

Lue­go enton­ces, esti­man­do el aumen­to en la deman­da de los ser­vi­cios de salud men­tal y la fal­ta de recur­sos físi­cos y huma­nos para aten­der las nece­si­da­des de una pobla­ción, como lo ha indi­ca­do Tena-Suck, así como las cir­cuns­tan­cias que pue­den par­ti­ci­par en la deser­ción tera­péu­ti­ca ―que se pue­den aso­mar en cual­quier momen­to duran­te los pro­ce­sos―, la aten­ción inme­dia­ta y la bre­ve­dad de la tera­pia, ade­más de tener un valor tera­péu­ti­co cla­ro al posi­bi­li­tar que los(as) con­sul­tan­tes pue­dan con­se­guir bene­fi­cios lo antes posi­ble con el menor cos­to, per­mi­te tam­bién que se pue­da aten­der a un mayor núme­ro de per­so­nas que están soli­ci­tan­do un ser­vi­cio (Gómez, 2013).

Así, a dife­ren­cia de otros enfo­ques de tera­pia, que miran a las per­so­nas que asis­ten a esta o a una con­sul­ta psi­quiá­tri­ca como dis­mi­nui­das, enfer­mas o inca­pa­ces, y des­de esa noción esta­ble­cen una rela­ción tera­péu­ti­ca jerár­qui­ca, de poder, en don­de la/el terapeuta/psiquiatra, se con­si­de­ra como el/la experto(a) de lo que se nece­si­ta para vivir “bien”, “nor­mal” o “salu­da­ble” y a par­tir de ello, es capaz de impo­ner su pun­to de vis­ta, en la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta se les mira des­de un lugar de agen­cia; es decir, las per­so­nas son las exper­tas en sus vidas, pues son las que mejor saben sobre su pro­pia expe­rien­cia, sobre lo que les ha fun­cio­na­do, lo que quie­ren, lo que nece­si­tan y lo que podría estar mejor en su dia­rio vivir (Ander­son, 1999; Miller & Sli­ve, 2004).

El que Irma haya rela­cio­na­do la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta con llu­via de ideas, con herra­mien­tas, con empu­je y prin­ci­pal­men­te, con un tra­ba­jo de apro­pia­ción, des­de nues­tra pers­pec­ti­va, sig­ni­fi­ca que ella pudo mirar­se des­de un lugar de com­pe­ten­cia, de par­ti­ci­pa­ción y de reco­no­ci­mien­to sobre su pro­pia voz, y des­de ahí dis­tin­gui­mos que pudo con­fiar en su capa­ci­dad de ima­gi­nar, de cons­truir y de mover­se en la situa­ción que le tra­jo a tera­pia.

Cuan­do la rela­ción entre con­sul­tan­tes y tera­peu­tas deja de ser jerár­qui­ca y se trans­for­ma en una de cola­bo­ra­ción, en don­de ambos(as) se vuel­ven compañeros(as) en una con­ver­sa­ción, es posi­ble gene­rar nue­vos cono­ci­mien­tos, com­pren­sio­nes, sen­ti­dos y posi­bi­li­da­des para cual­quier situa­ción y/o expe­rien­cia. Al esta­ble­cer un pro­ce­so cola­bo­ra­ti­vo se esta­ble­ce la opor­tu­ni­dad para que el diá­lo­go flu­ya, para que los(as) con­sul­tan­tes, al narrar sus his­to­rias, pue­dan sen­tir y reco­no­cer sus pro­pias voces, su poder y auto­ri­dad, y para que el cam­bio o los pri­me­ros pasos de acción ―como lo hizo Irma―, pue­dan cons­truir­se en una sola sesión (Ander­son, 1999).

En con­clu­sión, la pro­pues­ta que hace­mos a tra­vés del ser­vi­cio de aten­ción inme­dia­ta como el que pre­sen­ta­mos en este artícu­lo, es que cual­quier per­so­na que acu­da en bus­ca de un tra­ta­mien­to tera­péu­ti­co pue­da con­tar con un ser­vi­cio pro­fe­sio­nal efi­cien­te, acce­si­ble y de bajo cos­to, que le pro­vea en la mayor medi­da posi­ble de alter­na­ti­vas de cam­bio o solu­ción para sus situa­cio­nes o pro­ble­mas (Sli­ve & Bobe­le, 2011, 2012).

Des­de la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta invi­ta­mos a mirar cada sesión como una tera­pia com­ple­ta. Se tra­ta de com­pren­der­la como una moda­li­dad de pres­ta­ción de ser­vi­cios, que bien podría influen­ciar a dis­tin­tas pers­pec­ti­vas para una revi­sión de sus prác­ti­cas tera­péu­ti­cas. Si tan sólo con­tem­pla­mos que la pri­me­ra sesión tam­bién pue­de ser la últi­ma, se tie­ne un con­tex­to para hacer lo mayor posi­ble en el tiem­po dis­po­ni­ble, es decir, la sesión se cen­tra­ría en lo que las per­so­nas quie­ren lograr y en las alter­na­ti­vas para hacer­lo, reco­no­cien­do y valo­ran­do sus sabe­res, recur­sos, habi­li­da­des y for­ta­le­zas (Sli­ve & Bobe­le, 2011, 2012; Young & Dry­den, 2019).

Final­men­te, para ampliar el cono­ci­mien­to de lo que pue­de apor­tar la Tera­pia de Aten­ción Inme­dia­ta, suge­ri­mos para futu­ras inves­ti­ga­cio­nes con­tar con la par­ti­ci­pa­ción de más voces, es decir, de más par­ti­ci­pan­tes, inclu­yen­do en ellas un enfo­que de inter­sec­cio­na­li­dad, en el que se tomen en cuen­ta los aspec­tos socio­eco­nó­mi­cos, de edad, de etnia, de orien­ta­ción sexual, de géne­ro y otros que pue­dan enri­que­cer el cono­ci­mien­to sobre este tema.

Referencias

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Notas

  1. Licen­cia­da en Psi­co­lo­gía por el Ins­ti­tu­to Poli­téc­ni­co Nacio­nal (IPN). Maes­tra en Psi­co­lo­gía por la Uni­ver­si­dad Nacio­nal Autó­no­ma de Méxi­co (UNAM), con sede en la Facul­tad de Psi­co­lo­gía. Doc­to­ran­da en el Pro­gra­ma de Pos­gra­do en Psi­co­lo­gía por la Uni­ver­si­dad Nacio­nal Autó­no­ma de Méxi­co (UNAM), con sede en la Facul­tad de Estu­dios Supe­rio­res Izta­ca­la. Para la rea­li­za­ción de esta inves­ti­ga­ción, esta auto­ra reci­be una beca en Méxi­co por par­te del Con­se­jo Nacio­nal de Cien­cia y Tec­no­lo­gía (CONACYT), con núme­ro de CVU: 696942. Agra­de­ci­mien­tos a CONACYT por el apo­yo brin­da­do. Correo elec­tró­ni­co: ana_alse@yahoo.com.mx

  2. Licen­cia­da en Psi­co­lo­gía y Maes­tra en Modi­fi­ca­ción de la Con­duc­ta por par­te de la Uni­ver­si­dad Nacio­nal Autó­no­ma de Méxi­co. Doc­to­ra en Psi­co­lo­gía Clí­ni­ca por par­te de la Uni­ver­si­dad Autó­no­ma de Bar­ce­lo­na. Es miem­bro del Sis­te­ma Nacio­nal de Inves­ti­ga­do­res (CONACYT). Es inves­ti­ga­do­ra y pro­fe­so­ra titu­lar C defi­ni­ti­vo en la Licen­cia­tu­ra en Psi­co­lo­gía de la Facul­tad de Estu­dios Supe­rio­res Izta­ca­la, de la Uni­ver­si­dad Nacio­nal Autó­no­ma de Méxi­co (UNAM). Correo elec­tró­ni­co: trujano@unam.mx