Atención al sordo en la perspectiva de psicólogos clínicos: estudio de caso colectivo Descargar este archivo (9 - Atención al sordo en la perspectiva de psicólogos clínicos.pdf)

Mariele Miriam Milbradt 1, Cristiana Rezende GonçalvesCaneda 2, Arlei Peripolli 3

Universidad Luterana de Brasil

Resumen

 

El obje­ti­vo de este tra­ba­jo es inves­ti­gar cómo se da la aten­ción psi­co­ló­gi­ca al pacien­te sor­do en la pers­pec­ti­va de psi­có­lo­gos clí­ni­cos. Para ello, se recu­rrió a cues­tio­nes orien­ta­do­ras, como espe­ci­fi­ci­da­des de la aten­ción clí­ni­ca; un enfo­que teó­ri­co que sus­ten­ta la prác­ti­ca del pro­fe­sio­nal; y for­ma­ción del estu­dian­te de psi­co­lo­gía para aten­ción a los sor­dos. Se reali­zó una inves­ti­ga­ción explo­ra­to­ria, con abor­da­je cua­li­ta­ti­vo, en la que par­ti­ci­pa­ron tres psi­có­lo­gos. Se uti­li­zó una entre­vis­ta semi­es­truc­tu­ra­da, pos­te­rior­men­te trans­cri­ta y some­ti­da al aná­li­sis temá­ti­co de Yin. Los resul­ta­dos y la dis­cu­sión ver­sa­ron bajo cin­co cate­go­rías, según la orien­ta­ción del guion de entre­vis­ta. Por últi­mo, se con­clu­yó que la aten­ción al sor­do fue moti­va­da por viven­cias per­so­na­les de los pro­fe­sio­na­les, los cua­les rela­ta­ron desa­fíos y la nece­si­dad de una for­ma­ción gene­ra­lis­ta que con­tem­ple varia­das expe­rien­cias.

Pala­bras cla­ve: Psi­co­lo­gía, clí­ni­ca, Aten­ción clí­ni­ca.

Resumo

O obje­ti­vo des­te tra­balho é inves­ti­gar como se dá o aten­di­men­to psi­co­ló­gi­co ao pacien­te sur­do na pers­pec­ti­va de psi­có­lo­gos clí­ni­cos. Para tan­to, per­co­rreu-se ques­tões nor­tea­do­ras, como espe­ci­fi­ci­da­des do aten­di­men­to clí­ni­co; abor­da­gem teó­ri­ca que sus­ten­ta a prá­ti­ca do pro­fis­sio­nal; e for­mação do estu­dan­te de psi­co­lo­gia para aten­di­men­to aos sur­dos. Foi rea­li­za­da uma pes­qui­sa explo­ra­tó­ria, com abor­da­gem qua­li­ta­ti­va, da qual par­ti­ci­pa­ram três psi­có­lo­gos. Uti­li­zou-se de uma entre­vis­ta semi-estru­tu­ra­da, pos­te­rior­men­te trans­cri­ta e sub­me­ti­da à aná­li­se temá­ti­ca de Yin. Os resul­ta­dos e dis­cus­são ver­sa­ram sob cin­co cate­go­rias, con­for­me orien­tação do rotei­ro de entre­vis­ta. Por fim, con­cluiu-se que o aten­di­men­to ao sur­do foi moti­va­do por vivên­cias pes­soais dos pro­fis­sio­nais, os quais rela­ta­ram des­afios e a neces­si­da­de de uma for­mação gene­ra­lis­ta que con­tem­ple varia­das expe­riên­cias.

Pala­vras-Cha­ve: Psi­co­lo­gia, Clí­ni­ca, Aten­di­men­to clí­ni­co.

Introducción

Datos del Ins­ti­tu­to Bra­si­le­ño de Geo­gra­fía y Esta­dís­ti­ca (IBGE) en aso­cia­ción con el Minis­te­rio de la Salud (Bra­sil, 2013) reve­lan que el 6,2% de la pobla­ción bra­si­le­ña posee algún tipo de dis­ca­pa­ci­dad. De ellas, el 1,1% pre­sen­ta defi­cien­cia audi­ti­va y el 21% de estos tie­ne un gra­do inten­so de limi­ta­cio­nes, que com­pro­me­te acti­vi­da­des habi­tua­les. Se entien­de por defi­cien­cia audi­ti­va cual­quier defi­cien­cia en la audi­ción, que pue­de mani­fes­tar­se de las siguien­tes for­mas: sor­de­ra en los dos oídos; sor­de­ra en un oído y audi­ción redu­ci­da en el otro; o una audi­ción redu­ci­da en ambos oídos (Sou­za, 2015).

Según ese estu­dio, la defi­cien­cia audi­ti­va fue más fre­cuen­te para las per­so­nas sin ins­truc­ción o con la ense­ñan­za fun­da­men­tal incom­ple­ta (1,8%) y en el gru­po de 60 años o más de edad (5,2%). La defi­cien­cia audi­ti­va fue la úni­ca que pre­sen­tó resul­ta­dos esta­dís­ti­ca­men­te dife­ren­cia­dos por color o raza: la pro­por­ción para los blan­cos (1,4%) fue supe­rior a la obser­va­da para los negros y par­dos (0,9% en ambos).

La comu­ni­dad sor­da está cons­ti­tui­da por per­so­nas que usan Len­gua de Seña­les (LS) como pri­mer medio de comu­ni­ca­ción, tenien­do cul­tu­ra pro­pia y carac­te­rís­ti­cas úni­cas; la LS es reco­no­ci­da por la Lin­güís­ti­ca, pero, aun­que pre­sen­te en todos los con­ti­nen­tes, no tie­ne una estruc­tu­ra uni­ver­sal. Es un len­gua­je de moda­li­dad espa­cio-visual, pues el sis­te­ma de sig­nos com­par­ti­do es reci­bi­do por los ojos y su pro­duc­ción es rea­li­za­da por las manos, en el espa­cio. La Len­gua Bra­si­le­ña de Seña­les (LIBRAS) tuvo su ori­gen en la Len­gua de Seña­les Fran­ce­sa, y fue reco­no­ci­da como medio legal de comu­ni­ca­ción y expre­sión de la comu­ni­dad sor­da por la Ley Fede­ral n. 10.436/2002, la cual fue regu­la­da por el Decre­to n. 5.626, de 22 de diciem­bre de 2005.

Así pues, se entien­de que a par­tir del momen­to en que los paí­ses reco­no­cen ofi­cial­men­te Libras como len­gua natu­ral de la comu­ni­dad sor­da, el pro­fe­sio­nal de psi­co­lo­gía pasa a ser con­vo­ca­do a pre­pa­rar­se para aten­der a esta pobla­ción. En el área de salud, y sobre todo en la psi­co­lo­gía, las habi­li­da­des de comu­ni­ca­ción inter­per­so­nal son impres­cin­di­bles y sus accio­nes están pau­ta­das por la comu­ni­ca­ción, inde­pen­dien­te­men­te de don­de ejer­zan su pro­fe­sión. El psi­có­lo­go tie­ne como herra­mien­ta-base de su tra­ba­jo las rela­cio­nes huma­nas. Por lo tan­to, inver­tir en su rela­ción pro­fe­sio­nal con la per­so­na sor­da es con­di­ción nece­sa­ria para cali­fi­car sus ser­vi­cios pres­ta­dos a la pobla­ción sor­da.

El encuen­tro clí­ni­co entre el psi­có­lo­go y la per­so­na sor­da ocu­rre fue­ra de la ruti­na pro­fe­sio­nal. El psi­có­lo­go y la per­so­na sor­da se ven ante limi­ta­cio­nes de comu­ni­ca­ción que influen­cia­rán en el víncu­lo tera­péu­ti­co. Este hecho se agra­va cuan­do se con­si­de­ra que la LS es des­co­no­ci­da por la mayo­ría de los psi­có­lo­gos. Para algu­nos que se arries­gan en ese tipo de aten­ción, la solu­ción encon­tra­da está en soli­ci­tar intér­pre­te como media­dor en las aten­cio­nes. Lo que sig­ni­fi­ca la inclu­sión de una ter­ce­ra per­so­na en el set­ting tera­péu­ti­co. En tér­mi­nos de psi­co­lo­gía, el hecho de tener un media­dor en la rela­ción tera­péu­ti­ca-pacien­te alte­ra el set­ting, enten­di­do aquí como aque­llo que cons­ti­tu­ye todos los pro­ce­di­mien­tos que orga­ni­zan, nor­ma­li­zan y posi­bi­li­tan el pro­ce­so tera­péu­ti­co.

Por otro lado, poco se dis­cu­te sobre la aten­ción a la pobla­ción sor­da en la for­ma­ción de psi­có­lo­gos. Hecho que impi­de a muchas per­so­nas sor­das bus­car aten­ción psi­co­ló­gi­ca, pues difí­cil­men­te encuen­tran pro­fe­sio­na­les cono­ce­do­res de la len­gua de sig­nos, y que se preo­cu­pan en cali­fi­car su con­tac­to con la per­so­na sor­da como otra for­ma de inclu­sión, ade­más de faci­li­tar el víncu­lo y la aten­ción tera­péu­ti­ca.

Así, via­bi­li­zar la acce­si­bi­li­dad es una cues­tión fun­da­men­tal para garan­ti­zar la aten­ción psi­co­ló­gi­ca, de modo que se garan­ti­ce la pres­ta­ción de un ser­vi­cio tera­péu­ti­co de cali­dad, tan­to como la rea­li­za­da con per­so­nas con­si­de­ra­das nor­ma­les. Ante la com­ple­ji­dad que invo­lu­cra la rela­ción entre la per­so­na sor­da y el psi­co­te­ra­peu­ta, se pre­gun­ta: ¿Cuá­les son las espe­ci­fi­ci­da­des de la aten­ción clí­ni­ca psi­co­ló­gi­ca al sor­do? ¿Cuá­les son las moti­va­cio­nes pro­fe­sio­na­les para la rea­li­za­ción de ese tipo de aten­ción, seña­lan­do los desa­fíos, las difi­cul­ta­des y las estra­te­gias en el tra­ba­jo clí­ni­co? ¿Y cómo fue la for­ma­ción pro­fe­sio­nal del psi­có­lo­go?

El obje­ti­vo de este estu­dio fue carac­te­ri­zar la aten­ción clí­ni­ca en la visión de psi­có­lo­gos y des­cri­bir cues­tio­nes refe­ren­tes a la aten­ción y la for­ma­ción de los pro­fe­sio­na­les.

Método

Deli­nea­mien­to del estu­dio y par­ti­ci­pan­tes

Se reali­zó una inves­ti­ga­ción explo­ra­to­ria-des­crip­ti­va de natu­ra­le­za cua­li­ta­ti­va, indi­ca­da para este estu­dio por pri­vi­le­giar sig­ni­fi­ca­dos, expe­rien­cias, sen­ti­mien­tos, acti­tu­des y valo­res de los suje­tos invo­lu­cra­dos, con sus creen­cias y valo­res. A par­tir del estu­dio de casos, se vis­lum­bró la posi­bi­li­dad de con­tri­buir con los cono­ci­mien­tos de fenó­me­nos indi­vi­dua­les y/o gru­pa­les. La rea­li­za­ción del estu­dio de caso es rele­van­te cuan­do una cues­tión “cómo“ o “por qué“ se rea­li­za sobre even­tos con­tem­po­rá­neos o sobre algo de lo cual el inves­ti­ga­dor ten­ga poco con­trol. Ade­más de per­mi­tir que los inves­ti­ga­do­res reten­gan carac­te­rís­ti­cas holís­ti­cas y sig­ni­fi­ca­ti­vas de los acon­te­ci­mien­tos de la vida real (Yin, 2010).

La inves­ti­ga­ción for­ma par­te de un pro­yec­to de inves­ti­ga­ción envia­do al Comi­té de Éti­ca e Inves­ti­ga­ción con Seres Huma­nos de la Uni­ver­si­dad Lute­ra­na de Bra­sil (ULBRA), apro­ba­do en el año 2018, bajo el núme­ro CAAE n⁰. 93072218.6.0000.5349, Dic­ta­men 3.087.887. Para rea­li­zar esta inves­ti­ga­ción fue­ron entre­vis­ta­dos tres psi­có­lo­gos clí­ni­cos, reclu­ta­dos a tra­vés de un gru­po en la apli­ca­ción WhatsApp, que uti­li­zan la len­gua de seña­les para aten­der per­so­nas sor­das, con­fi­gu­rán­do­se una mues­tra por con­ve­nien­cia. Los cri­te­rios de inclu­sión eli­gie­ron a pro­fe­sio­na­les clí­ni­cos y habi­li­ta­dos en Libras, sien­do exclui­dos aque­llos pro­fe­sio­na­les que no atien­den sor­dos.

Ins­tru­men­tos y pro­ce­di­mien­tos de reco­pi­la­ción de datos

Pri­me­ro, se reali­zó un con­tac­to pre­vio con una psi­có­lo­ga sor­da que par­ti­ci­pa, en el WhatsApp, de un gru­po de psi­có­lo­gos habi­li­ta­dos en Libras. La cole­ga sor­da envió la invi­ta­ción de par­ti­ci­pa­ción en la inves­ti­ga­ción a los demás inte­gran­tes del gru­po; tres seña­la­ron posi­ti­va­men­te, auto­ri­zán­do­la a infor­mar sus con­tac­tos a las inves­ti­ga­do­ras. Vale men­cio­nar que los pro­fe­sio­na­les son pocos y están espar­ci­dos por el país. Así, se reali­zó el pri­mer con­tac­to con los entre­vis­ta­dos, a fin de hacer la invi­ta­ción y obte­ner auto­ri­za­ción para par­ti­ci­par en la inves­ti­ga­ción. Pos­te­rior­men­te, fue envia­do el guion de entre­vis­ta semi­es­truc­tu­ra­da a los par­ti­ci­pan­tes por e‑mail. El iti­ne­ra­rio con­te­nía cues­tio­nes rela­ti­vas a las moti­va­cio­nes, desa­fíos, espe­ci­fi­ci­da­des, pres­ta­ción de ser­vi­cio y la pre­pa­ra­ción en la for­ma­ción en psi­co­lo­gía para la aten­ción a la per­so­na sor­da. Des­pués del retorno del ins­tru­men­to res­pon­di­do fue posi­ble ini­ciar el aná­li­sis de con­te­ni­do.

Aná­li­sis de datos y aspec­tos éti­cos

Las entre­vis­tas fue­ron some­ti­das al aná­li­sis temá­ti­co de Yin (2011). Los datos reco­gi­dos en este tra­ba­jo fue­ron ana­li­za­dos e inter­pre­ta­dos cua­li­ta­ti­va­men­te uti­li­zan­do como base el refe­ren­cial teó­ri­co pro­pues­to obje­ti­van­do la ela­bo­ra­ción de estu­dios de caso. Los datos fue­ron some­ti­dos a un aná­li­sis de con­te­ni­do para que fue­ra posi­ble com­pren­der lo que se esta­ba dicien­do o escri­bien­do sobre el tema estu­dia­do y lue­go se hizo la trian­gu­la­ción de los datos. Esta inves­ti­ga­ción siguió las orien­ta­cio­nes expre­sa­das en la Reso­lu­ción nº 466/2012 del Con­se­jo Nacio­nal de Salud. La invi­ta­ción a los pro­fe­sio­na­les ase­gu­ró el carác­ter volun­ta­rio de par­ti­ci­pa­ción en la inves­ti­ga­ción, la pri­va­ci­dad y el secre­to de las infor­ma­cio­nes, median­te el Tér­mino de Con­sen­ti­mien­to Libre Acla­ra­do (TCLE).

Resultados y Discusión

A tra­vés de las entre­vis­tas rea­li­za­das con psi­có­lo­gos que atien­den a per­so­nas sor­das, y que se comu­ni­can a tra­vés de la LS, fue posi­ble inves­ti­gar y cono­cer cómo ocu­rre la aten­ción clí­ni­ca. Para fines de aná­li­sis, se crea­ron las siguien­tes temá­ti­cas: 1) Moti­va­cio­nes para la aten­ción al sor­do; 2) Desa­fíos en el tra­ba­jo; 3) Espe­ci­fi­ci­da­des de la aten­ción clí­ni­ca al sor­do; 4) De los ser­vi­cios de aten­ción psi­co­ló­gi­ca clí­ni­ca a la per­so­na sor­da; y 5) For­ma­ción pro­fe­sio­nal. Todas fue­ron basa­das en la lite­ra­tu­ra y divi­di­das en sub­ca­te­go­rías, con­for­me fue­ron pre­sen­ta­das y dis­cu­ti­das a con­ti­nua­ción, ejem­pli­fi­can­do con ver­ba­li­za­cio­nes ilus­tra­ti­vas de los pro­fe­sio­na­les entre­vis­ta­dos.

Temá­ti­ca 01 – Moti­va­cio­nes para la aten­ción al sor­do

Esta pri­me­ra cate­go­ría temá­ti­ca se refie­re a lo que moti­vó el tra­ba­jo clí­ni­co del psi­có­lo­go con el sor­do. Los rela­tos se cla­si­fi­ca­ron en dos sub­ca­te­go­rías: Moti­vos y Tiem­po de Aten­ción Clí­ni­ca. En cuan­to a las moti­va­cio­nes para el tra­ba­jo con sor­dos, a tra­vés de las ver­ba­li­za­cio­nes, fue refe­ri­do que ese tipo de aten­ción clí­ni­ca se dio por moti­va­ción per­so­nal y expe­rien­cia par­ti­cu­lar con parien­te sor­do: “… ten­go una pri­ma sor­da… cre­cí viven­cian­do la indi­fe­ren­cia ante la len­gua de sig­nos y el suje­to sor­do…” (E1); con­tac­to con el sor­do duran­te la gra­dua­ción: “… en 2005 tuve mi pri­mer con­tac­to con sor­dos, toda­vía hacía la facul­tad. Me que­dé ins­ti­ga­da sobre cómo se comu­ni­ca­ban, se enten­dían, y yo sólo obser­van­do… En aquel momen­to, tuve la cer­te­za de que­rer apren­der Libras, pri­me­ro para con­se­guir comu­ni­car­me, segun­do para uti­li­zar como un ins­tru­men­to de tra­ba­jo… des­pués que fui cono­cien­do y par­ti­ci­pan­do de la comu­ni­dad sor­da, per­ci­bí varias deman­das que podrían ser tra­ba­ja­das…” (E2); y, ade­más, el amor por apren­der len­guas “… empa­tía con la fal­ta de comu­ni­ca­ción con la socie­dad. El hecho de que yo ame len­guas, saber inglés y fran­cés y no con­se­guir comu­ni­car­me con ellos, fue muy malo… por eso, el deseo de apren­der la len­gua… ade­más de encon­trar­la muy boni­ta… des­pués, tra­jo para la psi­co­lo­gía…” (E3). Se per­ci­be, a par­tir de las pala­bras de los entre­vis­ta­dos, que para algu­nos de ellos la moti­va­ción sur­ge antes del tra­ba­jo pro­fe­sio­nal como psi­có­lo­go, ins­ti­gan­do al pro­fe­sio­nal a bus­car más cono­ci­mien­to a tra­vés del estu­dio de Libras, la len­gua de los sig­nos, a fin de comu­ni­car­se con el sor­do y, pos­te­rior­men­te, uti­li­zán­do­la como recur­so de tra­ba­jo del psi­có­lo­go (Sou­za, 2015). Otro aspec­to con­si­de­rar es el énfa­sis en las deman­das de aten­ción al sor­do (Perei­ra, Lou­renço, 2017).

Sobre lo que los man­tie­nen moti­va­dos a aten­der sor­dos, tuvi­mos: el inte­rés y com­pro­mi­so del sor­do en el tra­ta­mien­to, como per­ci­bi­mos en el habla “… el inte­rés de los sor­dos por la psi­co­te­ra­pia ha aumen­ta­do y sus esfuer­zos en cola­bo­rar y apro­ve­char cada sesión, pro­mo­vien­do bene­fi­cios para sí mis­mo…” (E1); y la pro­mo­ción de una psi­co­lo­gía bilin­güe y con un enfo­que del psi­co­dra­ma, como en el pasa­je del dis­cur­so siguien­te: “… me moti­va poder desa­rro­llar una psi­co­lo­gía bilin­güe, don­de hay tan esca­sas inves­ti­ga­cio­nes, y desa­rro­llar una teo­ría psi­co­dra­má­ti­ca para el sor­do…” (E3). De acuer­do con Barro­so (2016), la bús­que­da de psi­co­te­ra­pia ha sido un espa­cio don­de los sor­dos logran expo­ner sus sen­ti­mien­tos, inclu­yen­do situa­cio­nes coti­dia­nas, para obte­ner mayor cono­ci­mien­to sobre sí mis­mos. Por su par­te, el tra­ba­jo clí­ni­co con pacien­tes sor­dos exi­ge más que la for­ma­ción aca­dé­mi­ca de gra­dua­ción pro­por­cio­na­da a los futu­ros pro­fe­sio­na­les. Tos­tes y Baro­ni (2015) men­cio­nan que el psi­co­dra­ma colo­ca al pacien­te en un esce­na­rio don­de pue­de expre­sar sus pro­ble­mas con la ayu­da de algu­nos acto­res tera­péu­ti­cos. Es un méto­do de diag­nós­ti­co, así como de tra­ta­mien­to, y pue­de ser adap­ta­do a cual­quier tipo de pro­ble­ma, per­so­nal o gru­pal, en niños o adul­tos. Es apli­ca­ble a todos los nive­les de edad. Sien­do así, su prác­ti­ca bene­fi­cia la aten­ción al sor­do.

En la sub­ca­te­go­ría tiem­po de aten­ción clí­ni­ca, un pro­fe­sio­nal pre­sen­ta: “… un año y medio…” (E1); otro: “… ini­cié en la ver­dad en 2010…” (E2); y otro aún: “… Hace un año como gra­dua­do y hace un año y medio, con­tan­do con la pasan­tía en la clí­ni­ca escue­la de psi­co­lo­gía de la UFC…” (E3). Perei­ra y Lou­re­nço (2017) pre­sen­tan la impor­tan­cia de ofre­cer el ser­vi­cio de psi­co­te­ra­pia para sor­dos y plan­tean impor­tan­tes con­si­de­ra­cio­nes éti­cas para el pro­fe­sio­nal psi­co­ló­gi­co. Los auto­res men­cio­nan la cues­tión de la com­pe­ten­cia del pro­fe­sio­nal, de la con­fi­den­cia­li­dad, de la eva­lua­ción y enfa­ti­zan la comu­ni­ca­ción. Según los auto­res, la prác­ti­ca clí­ni­ca exi­ge de los psi­có­lo­gos cono­ci­mien­to, entre­na­mien­to y recur­sos, para que pue­dan obte­ner ins­truc­cio­nes y lle­gar a ser com­pe­ten­tes para ofre­cer aten­ción éti­ca a los sor­dos.

Temá­ti­ca 02 – Desa­fíos, difi­cul­ta­des y estra­te­gias en el tra­ba­jo con sor­dos

En cuan­to a la cate­go­ría de los desa­fíos del tra­ba­jo clí­ni­co con el sor­do, tuvi­mos: la depen­den­cia de los sor­dos con sus fami­lias: “… la gran depen­den­cia de los sor­dos, prin­ci­pal­men­te adul­tos, con sus fami­lias, aca­ba por sobre­car­gar al psi­có­lo­go…” (E1); esca­sez de pro­fe­sio­na­les con cono­ci­mien­to y domi­nio de la len­gua de sig­nos “… soy la úni­ca psi­có­lo­ga que sabe Libras en la ciu­dad. Enton­ces hay difi­cul­tad de los pro­pios sor­dos en sepa­rar mi papel…” (E2); “… La fal­ta de habi­li­dad lin­güís­ti­ca de los pro­pios sor­dos, sea por fal­ta de domi­nio de Libras o del pro­pio por­tu­gués o por retra­so cog­ni­ti­vo…” (E3).

Según Casa­li (2012), una carac­te­rís­ti­ca común, per­ci­bi­da a tra­vés de la aten­ción al sor­do, es el alar­ga­mien­to de la infan­cia o de la ado­les­cen­cia. De acuer­do con la auto­ra, la media­ción con la fami­lia en el set­ting tera­péu­ti­co pue­de traer a la luz cues­tio­nes fami­lia­res no resuel­tas, una vez que los geni­to­res hablan por los hijos, impo­si­bi­li­tan­do al sor­do expre­sar­se como suje­to.

Perei­ra y Lou­re­nço (2017) afir­man que son sig­ni­fi­ca­ti­vas las difi­cul­ta­des de len­gua­je en los pacien­tes sor­dos. Algu­nos de ellos tie­nen mucha difi­cul­tad para comu­ni­car­se duran­te la aten­ción psi­co­ló­gi­ca, lo que tal vez con­tri­bu­ya al desin­te­rés de los pro­fe­sio­na­les de psi­co­lo­gía, tenien­do en vis­ta que la lite­ra­tu­ra men­cio­na que son raros los pro­fe­sio­na­les del área que se intere­san en ofre­cer aten­ción clí­ni­ca a la pobla­ción sor­da. Mucho de eso se debe, posi­ble­men­te, a la difi­cul­tad de la comu­ni­ca­ción, al des­co­no­ci­mien­to de Libras, que es esen­cial para la aten­ción con el sor­do. De este modo, el tra­ba­jo clí­ni­co con el sor­do deman­da dedi­ca­ción y per­sis­ten­cia, pues no se limi­ta sólo a él, se extien­de tam­bién a la fami­lia (Gonçal­ves, 2016 apud Perei­ra, 2017).

En cuan­to a las com­ple­ji­da­des en la aten­ción clí­ni­ca al sor­do, es nece­sa­rio con­si­de­rar: la difi­cul­tad del sor­do para entrar en cues­tio­nes sub­je­ti­vas, como se obser­va en el pasa­je: “… es hacer el pacien­te sor­do entrar en tera­pia, enten­der lo sub­je­ti­vo, lo que demo­ra un poco más de tiem­po que una per­so­na oyen­te…” (E1); la con­fian­za tam­bién se men­cio­na en el dis­cur­so: “… la con­fian­za. Algu­nos, por ser ami­gos, se aver­güen­zan en rela­tar situa­cio­nes de su vida. Pero no hay otro pro­fe­sio­nal en la ciu­dad. Enton­ces algu­nos ter­mi­nan ape­nas ini­cian­do la aten­ción …” (E2); y la difi­cul­tad de com­pren­sión del tra­ta­mien­to: “… com­pren­sión del pro­ce­so tera­péu­ti­co …” (E3).

De acuer­do con Sou­za (2015), cuan­do se tra­ta del desa­rro­llo de los pro­ce­sos de sub­je­ti­va­ción del sor­do, la psi­co­lo­gía nece­si­ta tener aten­ción dife­ren­cia­da de los demás, una vez que el sor­do com­pren­de a tra­vés de diná­mi­cas dis­tin­tas de las inves­ti­ga­das con los oyen­tes. Esto requie­re un enfo­que meto­do­ló­gi­co espe­cí­fi­co, empe­zan­do por el hecho de que el sor­do se comu­ni­ca por Libras. San­tos y Assis (2015) sub­ra­yan la caren­cia expre­si­va de pro­fe­sio­na­les capa­ci­ta­dos en Libras para la aten­ción de ese públi­co. Dutra (2004 apud Sou­za, 2015) comen­ta que la clí­ni­ca psi­co­ló­gi­ca abar­ca el cam­po de cono­ci­mien­to e inter­ven­ción psi­co­ló­gi­ca y, por lo tan­to, está éti­ca­men­te com­pro­me­ti­da con lo humano y el dere­cho de todos.

En cuan­to a las estra­te­gias en la aten­ción clí­ni­ca con el sor­do, los entre­vis­ta­dos men­cio­nan: el rap­port y el víncu­lo: “… la prin­ci­pal estra­te­gia es tra­ba­jar el víncu­lo y el rap­port…” (E1); la aco­gi­da: “… mi tra­ba­jo es den­tro de una ins­ti­tu­ción de per­so­nas con dis­ca­pa­ci­da­des. Enton­ces, inten­to hacer que par­ti­ci­pen más de la ins­ti­tu­ción, para que se sien­tan aco­gi­dos y más a gus­to para bus­car la aten­ción…” (E2); y la acti­vi­dad lúdi­ca: “… tra­ba­jo bas­tan­te con lo lúdi­co, que es visual, y el abor­da­je del psi­co­dra­ma, don­de trai­go téc­ni­cas visua­les …” (E3).

Casa­li (2012) enfa­ti­za la impor­tan­cia del víncu­lo como una vía de acce­so al pacien­te en la rela­ción tera­péu­ti­ca y hace refe­ren­cia al rap­port y el víncu­lo como estra­te­gias en la aten­ción fren­te a los desa­fíos en el tra­ba­jo con sor­dos. Tam­bién resal­ta el uso de la len­gua de sig­nos, por par­te del tera­peu­ta, como estra­te­gia que via­bi­li­za y faci­li­ta el pro­ce­so tera­péu­ti­co, ya que la cues­tión de la comu­ni­ca­ción esta­rá difi­cul­ta­da y podrá com­pro­me­ter el víncu­lo.

De este modo, es impor­tan­te reco­no­cer la diver­si­dad cul­tu­ral y lin­güís­ti­ca de la pobla­ción sor­da (for­ma­ción de la iden­ti­dad, his­to­rias de vida, sub­je­ti­vi­dad, expe­rien­cias de vida y for­mas de rela­cio­nar­se con el otro). Es nece­sa­rio dar visi­bi­li­dad y posi­bi­li­tar espa­cios de aco­gi­da ins­ti­tu­cio­nal que reco­noz­can al sor­do como suje­to capaz (Stro­bel, 2008 apud San­tos, Asis 2015).

Temá­ti­ca 03 – Espe­ci­fi­ci­da­des de la aten­ción clí­ni­ca al sor­do

En esta temá­ti­ca que se refie­re a las espe­ci­fi­ci­da­des de la aten­ción clí­ni­ca al sor­do, los rela­tos fue­ron cla­si­fi­ca­dos en sub­ca­te­go­rías: Dife­ren­cias de la aten­ción al sor­do com­pa­ra­do con el oyen­te, Tiem­po de sesión, For­ma­ción y uso de la len­gua de sig­nos y La pre­sen­cia de un intér­pre­te en sesión.

En cuan­to a las dife­ren­cias de la aten­ción al sor­do cuan­do se com­pa­ra con el oyen­te, dos entre­vis­ta­dos men­cio­na­ron que el úni­co dife­ren­cial sería la len­gua: “… la mayor dife­ren­cia entre sor­dos y oyen­tes es la len­gua…” (E1), “… para mí, sólo la len­gua…” (E2); y adap­ta­ción de las expre­sio­nes: “… expre­sio­nes que, de por sí, a menu­do tie­nen que adap­tar­se a for­mas total­men­te nue­vas, para ser trans­mi­ti­das a los sor­dos…” (E3).

De acuer­do con Sil­va y Car­mo (2016), la comu­ni­ca­ción es una herra­mien­ta fun­da­men­tal a cual­quier aten­ción; pero al hablar de psi­co­te­ra­pia, es fun­da­men­tal que se com­pren­dan la cul­tu­ra y los medios de comu­ni­ca­ción uti­li­za­dos por los sor­dos, sobre todo la len­gua de sig­nos, nece­sa­ria para que se esta­blez­ca la rela­ción tera­péu­ti­ca.

En cuan­to a la dura­ción de una sesión con el sor­do, todos los entre­vis­ta­dos rela­ta­ron cin­cuen­ta minu­tos: “… 50 min…” (E1), “… 50 min…” (E2), “…50 min…” (E3). La aten­ción psi­co­ló­gi­ca al sor­do es la mis­ma que cual­quier otra aten­ción clí­ni­ca. Sin embar­go, la dura­ción de la sesión psi­co­ló­gi­ca pue­de ser fle­xi­ble y depen­de­rá de la deman­da de cada caso en par­ti­cu­lar, pero tie­ne como pará­me­tro apro­xi­ma­da­men­te cin­cuen­ta minu­tos (Moze­na, Cury, 2010).

En cuan­to a algu­na for­ma­ción para el uso de la len­gua de sig­nos, los entre­vis­ta­dos rela­ta­ron haber rea­li­za­do cur­sos de per­fec­cio­na­mien­to o pos­gra­do, como per­ci­bi­mos en los extrac­tos de las siguien­tes decla­ra­cio­nes: “… ya he rea­li­za­do y aún reali­zo cur­sos, espe­cia­li­za­cio­nes en Libras, ade­más de la maes­tría…” (E1), “… sí, cur­so bási­co, inter­me­dio y un pos­gra­do…” (E2), “ten­go cur­sos y Pro-Libras por el MEC…” (E3).

Ante lo expues­to, per­ci­bi­mos que los entre­vis­ta­dos invir­tie­ron en cur­sos de cua­li­fi­ca­ción pro­fe­sio­nal. En la salud o en cual­quier otra área, los pro­fe­sio­na­les nece­si­tan rea­li­zar capa­ci­ta­cio­nes, para mejo­rar la comu­ni­ca­ción y pro­mo­ver aten­cio­nes de cali­dad, superan­do algu­nas barre­ras (Ramos, Almei­da, 2017).

En cuan­to a la uti­li­za­ción de la len­gua de sig­nos (Libras) en la aten­ción psi­co­ló­gi­ca, los entre­vis­ta­dos la men­cio­nan como indis­pen­sa­ble para la comu­ni­ca­ción y rea­li­za­ción de la aten­ción al sor­do: “… sí, el uso es indis­pen­sa­ble…” (E1), “… sí…” (E2), “… sí, soy tam­bién intér­pre­te pro­fe­sio­nal…” (E3).

Para Barro­so (2016), para hacer posi­ble la escu­cha al sor­do , los psi­có­lo­gos pasa­ron a con­si­de­rar las par­ti­cu­la­ri­da­des de la cul­tu­ra sor­da y, a su vez, la nece­si­dad de cono­cer y uti­li­zar la len­gua de sig­nos. Uti­li­zan­do Libras, el psi­có­lo­go con­si­gue pro­mo­ver un espa­cio que faci­li­ta­rá al sor­do expo­ner sus sen­ti­mien­tos, sus aflic­cio­nes y sus angus­tias.

La posi­bi­li­dad de recu­rrir a un intér­pre­te de la len­gua de sig­nos fue refu­ta­da por los entre­vis­ta­dos que se comu­ni­can a tra­vés de Libras, como vemos en las pala­bras: “… las aten­cio­nes a mis pacien­tes sor­dos son hechas direc­ta­men­te por mí, sin la pre­sen­cia de intér­pre­te…” (E1), “… sin la pre­sen­cia…” (E2), “… hago aten­ción indi­vi­dual­men­te, sin la nece­si­dad de media­ción de intér­pre­te…” (E3). De ese modo, saber Libras es impres­cin­di­ble al psi­có­lo­go que desea aten­der sor­dos. Ade­más, no hacer uso de un ter­ce­ro en el set­ting tera­péu­ti­co favo­re­ce­rá la vin­cu­la­ción del psi­co­te­ra­peu­ta con el pacien­te (SOUZA, 2015).

En cuan­to al abor­da­je teó­ri­co uti­li­za­do por los psi­có­lo­gos que atien­den sor­dos, tuvi­mos: Psi­co­aná­li­sis: “… el abor­da­je uti­li­za­do en el con­sul­to­rio es el psi­co­aná­li­sis…” (E1); Tera­pia Cog­ni­ti­vo-Com­por­ta­men­tal: “… TCC…” (E2); y Psi­co­dra­ma: “… uti­li­zo el psi­co­dra­ma…” (E3). En lo que se refie­re a eso, la lite­ra­tu­ra indi­ca que cual­quie­ra de los enfo­ques men­cio­na­dos pue­de ser usa­do, siem­pre que el pro­fe­sio­nal ten­ga domi­nio de la len­gua de sig­nos (Casa­li, 2012).

Temá­ti­ca 04 – De los ser­vi­cios de aten­ción psi­co­ló­gi­ca a la per­so­na sor­da

Esta cate­go­ría refie­re a la for­ma en que los pro­fe­sio­na­les eva­lúan los ser­vi­cios pres­ta­dos y se sien­ten capa­ci­ta­dos para la aten­ción al pacien­te sor­do. Uno de los entre­vis­ta­dos dijo que eva­lúa de for­ma posi­ti­va: “… la aten­ción al pacien­te sor­do es muy efi­caz y váli­da, a par­tir de una comu­ni­ca­ción cla­ra para este públi­co…” (E1); otro men­cio­na que no bas­ta ser cono­ce­dor de la len­gua de sig­nos, sino que tam­bién hay que cono­cer la cul­tu­ra sor­da, a fin de que la aten­ción sea exi­to­sa: “… me sien­to capa­ci­ta­da no sólo por saber Libras, sino por­que soy mili­tan­te en la cau­sa de la per­so­na sor­da, conoz­co su cul­tu­ra y lo veo como pri­mor­dial para el éxi­to de la aten­ción…” (E2); y el ter­cer entre­vis­ta­do eva­lúa como un desa­fío: “… lo con­si­de­ro desa­fian­te, pues es una cul­tu­ra muy dife­ren­te a la nues­tra…”, “… me con­si­de­ro extre­ma­da­men­te capa­ci­ta­do…” (E3). En este sen­ti­do, es nece­sa­rio con­si­de­rar que la psi­co­lo­gía tie­ne el papel de tra­ba­jar con la diver­si­dad, ade­más de con­tri­buir a la cons­truc­ción de medios para el ejer­ci­cio de la ciu­da­da­nía (SILVA, 2015).

Temá­ti­ca 05 – De la for­ma­ción pro­fe­sio­nal

La últi­ma cate­go­ría bus­ca pre­sen­tar cómo los entre­vis­ta­dos abor­dan la for­ma­ción en psi­co­lo­gía en lo que se refie­re a la aten­ción al sor­do. En rela­ción con ese aspec­to, todos men­cio­na­ron la fal­ta de pre­pa­ra­ción pro­fe­sio­nal para ese tipo de aten­ción en la gra­dua­ción, con­for­me se per­ci­be a tra­vés de las pala­bras: “… la gra­dua­ción, en nin­gún momen­to, se impor­tó con la acce­si­bi­li­dad a este públi­co con deman­da tan amplia… nece­si­té dis­po­ner de recur­sos finan­cie­ros pro­pios, ade­más de otras capa­ci­ta­cio­nes pos­te­rio­res…” (E1); “… ¡de nin­gu­na mane­ra!… tan pron­to me gra­dué, fui a BH con el obje­ti­vo de pro­fun­di­zar mis cono­ci­mien­tos en esta área…” (E2); “… cier­ta­men­te nece­si­té capa­ci­tar­me, empe­cé mi cur­so de Libras en 2010, mis­mo año que ingre­sé en la uni­ver­si­dad…” (E3).

Fren­te a ello, pare­ce que las ins­ti­tu­cio­nes en que los entre­vis­ta­dos hicie­ron sus cur­sos de gra­dua­ción no pudie­ron dar cuen­ta de la diver­si­dad de deman­das psi­co­ló­gi­cas que, pos­te­rior­men­te, podrían lle­gar a ser sus obje­tos de estu­dio. Hecho que deman­dó que los pro­fe­sio­na­les recién for­ma­dos die­ran con­ti­nui­dad a su for­ma­ción, bus­can­do nue­vos cur­sos de cua­li­fi­ca­ción y per­fec­cio­na­mien­to (Sou­za, 2015).

Consideraciones finales

El pre­sen­te estu­dio se pro­pu­so inves­ti­gar, jun­to a los psi­co­te­ra­peu­tas, cómo se da la aten­ción clí­ni­ca psi­co­ló­gi­ca al pacien­te sor­do, usua­rio de LIBRAS. A tra­vés de cues­tio­nes orien­ta­do­ras, como espe­ci­fi­ci­da­des de la aten­ción clí­ni­ca psi­co­ló­gi­ca al sor­do y moti­va­cio­nes pro­fe­sio­na­les para la rea­li­za­ción de la aten­ción, en que se bus­có pun­tuar los desa­fíos, las difi­cul­ta­des y las estra­te­gias en el tra­ba­jo clí­ni­co, se bus­có cono­cer más sobre la for­ma­ción pro­fe­sio­nal de los entre­vis­ta­dos e inclu­so saber si la gra­dua­ción en psi­co­lo­gía, de cier­ta for­ma, en su per­cep­ción, pre­pa­ra para la aten­ción al sor­do.

Los datos mos­tra­ron que la mayo­ría de los entre­vis­ta­dos fue­ron moti­va­dos por cues­tio­nes per­so­na­les, tales como paren­tes­co, inte­rés en apren­der idio­mas y con­tac­to con sor­dos aún en la gra­dua­ción. La mayo­ría de ellos comen­zó la aten­ción clí­ni­ca al sor­do en la gra­dua­ción o poco des­pués de la con­clu­sión del cur­so. Un fac­tor faci­li­ta­dor de la aten­ción clí­ni­ca al sor­do pare­ce ser el com­pro­mi­so y la adhe­sión del pacien­te al tra­ta­mien­to.

Los desa­fíos, como depen­den­cia del sor­do a la fami­lia, fal­ta de habi­li­dad lin­güís­ti­ca, algu­nos casos de retra­so cog­ni­ti­vo y esca­sez de pro­fe­sio­na­les con cono­ci­mien­to y domi­nio de la len­gua de sig­nos son men­cio­na­dos por los entre­vis­ta­dos. Estos toda­vía apun­ta­ron las difi­cul­ta­des del sor­do para hablar sobre cues­tio­nes sub­je­ti­vas, com­pren­der el tra­ta­mien­to psi­co­ló­gi­co y esta­ble­cer un víncu­lo de con­fian­za con el psi­co­te­ra­peu­ta. En este con­tex­to, los pro­fe­sio­na­les enfa­ti­zan el uso de estra­te­gias como tra­ba­jar el rap­port y el víncu­lo a tra­vés de una aco­gi­da cui­da­do­sa y de la preo­cu­pa­ción en desa­rro­llar un tra­ba­jo lúdi­co en la aten­ción al sor­do.

Ya que la prin­ci­pal dife­ren­cia de aten­ción al sor­do en com­pa­ra­ción al oyen­te es la len­gua de sig­nos, la aten­ción clí­ni­ca a aquel requie­re el domi­nio de Libras y la adap­ta­ción del pro­pio com­por­ta­mien­to no ver­bal del psi­co­te­ra­peu­ta. El psi­có­lo­go que pre­ten­de aten­der sor­dos en su clí­ni­ca con­ta­rá con sesio­nes de apro­xi­ma­da­men­te 50 minu­tos de dura­ción, como con cual­quier otro pacien­te, ade­más de tener su prác­ti­ca fun­da­men­ta­da en cual­quier abor­da­je teó­ri­co de la psi­co­lo­gía. Jun­to a eso, el pro­fe­sio­nal nece­si­ta per­fec­cio­nar­se a tra­vés de cur­sos de exten­sión y pos­gra­do refe­ren­tes a la len­gua de sig­nos.

Los pro­fe­sio­na­les eva­lúan la aten­ción clí­ni­ca al sor­do como algo posi­ti­vo, pero desa­fian­te. Para ellos, no sólo el cono­ci­mien­to y domi­nio de la len­gua de sig­nos son impor­tan­tes para ese tipo de aten­ción, pero tam­bién la com­pren­sión de la cul­tu­ra sor­da pare­ce impres­cin­di­ble para los pro­fe­sio­na­les.

En cuan­to a la for­ma­ción en psi­co­lo­gía, todos los entre­vis­ta­dos comen­tan sobre la ausen­cia de inver­sión por par­te de la uni­ver­si­dad, como si hubie­ra un total desin­te­rés en lo que se refie­re a la aten­ción clí­ni­ca al sor­do. Por eso, la mayo­ría de los pro­fe­sio­na­les nece­si­tan bus­car cua­li­fi­ca­ción des­pués de la con­clu­sión del cur­so.

Por últi­mo, la psi­co­te­ra­pia pare­ce traer bene­fi­cios al sor­do que se encuen­tra con algún sufri­mien­to psí­qui­co. Sin embar­go, la aten­ción clí­ni­ca requie­re pro­fe­sio­na­les cali­fi­ca­dos, bilin­gües, cono­ce­do­res de la len­gua de sig­nos.

En este sen­ti­do, corres­pon­de al cam­po de la psi­co­lo­gía ofre­cer una mira­da sen­si­ble y empá­ti­ca hacia la cul­tu­ra sor­da, pri­man­do por medios que cali­fi­quen la aten­ción clí­ni­ca psi­co­ló­gi­ca. Esto debe ser incen­ti­va­do en la for­ma­ción del psi­có­lo­go como un acto polí­ti­co del área, es decir, el cum­pli­mien­to del papel social de una cate­go­ría que defien­de la diver­si­dad, los dere­chos huma­nos y la igual­dad.

Así, a tra­vés de esta inves­ti­ga­ción, se pre­ten­de con­tri­buir a la pro­duc­ción de estu­dios refe­ren­tes a la aten­ción psi­co­ló­gi­ca al sor­do, ya que per­ci­bi­mos la esca­sez de estu­dios refe­ren­tes a la temá­ti­ca en el área de psi­co­lo­gía, refle­jan­do el desin­te­rés en la cues­tión. Se sugie­re que nue­vos estu­dios explo­ren el tema a tra­vés de dife­ren­tes deli­nea­mien­tos de inves­ti­ga­cio­nes, pues ésta se basó en un estu­dio de caso colec­ti­vo, que con­tó con tres entre­vis­ta­dos y aná­li­sis de con­te­ni­do.

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Notas

1.    Psi­có­lo­ga. Gra­dua­da en Psi­co­lo­gía (ULBRA). Correo elec­tró­ni­co: marielemmilbradt@hotmail.com

2.    Psi­có­lo­ga. Docen­te del Cur­so de Psi­co­lo­gía de la Uni­ver­si­dad Lute­ra­na de Bra­sil. Magís­ter en Psi­co­lo­gía Clí­ni­ca (UNISINOS). Correo elec­tró­ni­co: cristiana.rezende@ulbra.br

3.    Edu­ca­dor Espe­cial. Docen­te en la Uni­ver­si­dad Lute­ra­na de Bra­sil. Magís­ter en Edu­ca­ción (UFSM).