Evidencia de validez de contenido de un instrumento de estilos de identidad profesional en psicólogos Descargar este archivo (1-Abuso-sexual-infantil.pdf)

Daniel Aarón García Dottor, Martha Elizabeth Zanatta Colín[2]

Facultad de Ciencias de la Conducta, Universidad Autónoma del Estado de México

Resu­men

El obje­ti­vo del pre­sen­te tra­ba­jo con­sis­tió en la obten­ción de evi­den­cias de vali­dez de con­te­ni­do de un ins­tru­men­to que tie­ne como fina­li­dad explo­rar los esti­los de iden­ti­dad pro­fe­sio­nal en psi­có­lo­gos, sus­ten­ta­do des­de la teo­ría de Mar­cia (1966) y Ber­zonsky (2011), las cua­les fue­ron fusio­na­das y posi­cio­na­das en las dimen­sio­nes de la iden­ti­dad pro­fe­sio­nal pro­pues­tas por Harrsch (2005). Se empleó el jui­cio de exper­tos quie­nes valo­ra­ron la rele­van­cia de los ítems a tra­vés de una esca­la tipo Likert de cua­tro opcio­nes que fue­ron des­de irre­le­van­te has­ta esen­cial. Se apli­có el índi­ce de vali­dez de con­te­ni­do de Lawshe (1975) con la modi­fi­ca­ción pro­pues­ta por Tris­tán-López (2008) para defi­nir qué ítems con­ser­var. Se valo­ra­ron 164 ítems de los cua­les 141 resul­ta­ron rele­van­tes. Se con­clu­ye que las evi­den­cias basa­das en el con­te­ni­do obte­ni­das dan con­sis­ten­cia y soli­dez al ins­tru­men­to. Se sugie­re con­ti­nuar con la obten­ción de otro tipo de evi­den­cias de vali­dez.

Pala­bras cla­ve: Vali­dez de con­te­ni­do, vali­dez, iden­ti­dad pro­fe­sio­nal.

Abs­tract

The pur­po­se of this work was to obtain con­tent vali­dity evi­den­ce through a test that explo­re the sty­les of pro­fes­sio­nal iden­tity in psy­cho­lo­gists, sup­por­ted by the theory of Mar­cia (1966) and Ber­zonsky (2011), which were inte­gra­ted and stand in the dimen­sions of pro­fes­sio­nal iden­tity sug­ges­ted by Harrsch (2005). The judg­ment of spe­cia­lists was used who rated the rele­van­ce of the items through a Likert-type sca­le f four options that ran­ged from irre­le­vant to essen­tial. The con­tent vali­dity index of Lawshe (1975) was applied the modi­fi­ca­tion pro­po­sed by Tris­tán-López (2008) to defi­ne which items to keep. 164 items were asses­sed, of which 141 were rele­vant. It is assu­med that the evi­den­ce-based on con­tent obtai­ned pro­vi­des con­sis­tency and soli­dity to the ins­tru­ment. It is sug­ges­ted to con­ti­nue obtai­ning other types of valid evi­den­ce.

Key words: Con­tent vali­dity, vali­dity, pro­fes­sio­nal iden­tity.

Introducción

La iden­ti­dad es un con­cep­to inte­gral que hace refe­ren­cia a la for­ma en que una per­so­na se ve a sí mis­ma, se dis­tin­gue en rela­ción con los demás y se pro­yec­ta hacia un futu­ro. La con­for­ma­ción de la iden­ti­dad es un pro­ce­so que for­ma par­te del desa­rro­llo que se cons­tru­ye a tra­vés de las dis­tin­tas eta­pas de la vida. Erik­son sos­tie­ne (en Mar­cia, 1980) que es en la ado­les­cen­cia cuan­do con­ver­gen una serie de ele­men­tos. tan­to físi­cos como psi­co­ló­gi­cos y socia­les, que per­mi­ten un pro­ce­so de con­for­ma­ción de la iden­ti­dad ópti­mo. Es tam­bién duran­te esta eta­pa que el ado­les­cen­te debe ele­gir una for­ma de ganar­se la vida para ingre­sar al mun­do de los adul­tos, en el que gra­dual­men­te pasa­rá de ser una per­so­na depen­dien­te a ser un pro­vee­dor.

Mar­cia (1993) deri­vó de la teo­ría de Erik­son una tipo­lo­gía de los esta­dos de iden­ti­dad, en los que se pue­de cla­si­fi­car a las per­so­nas según el esta­do de desa­rro­llo en que se encuen­tre su iden­ti­dad. Los esta­dos se carac­te­ri­zan por la pre­sen­cia o ausen­cia de com­pro­mi­so con cier­tas ideas, valo­res y creen­cias, así como la pre­sen­cia o ausen­cia de un pro­ce­so de explo­ra­ción pre­vio. Este autor pro­po­ne cua­tro esta­dos de iden­ti­dad: mora­to­ria, son aque­llos que se están esfor­zan­do por alcan­zar un com­pro­mi­so y dedi­can recur­sos a la explo­ra­ción; difu­sa, quie­nes han rea­li­za­do poca o nin­gu­na explo­ra­ción y care­cen de com­pro­mi­so; hipo­te­ca­da, con un com­pro­mi­so asu­mi­do de otras per­so­nas sin un pro­ce­so de explo­ra­ción; y logro de iden­ti­dad, con com­pro­mi­sos alcan­za­dos des­pués de un perio­do de explo­ra­ción (Kro­ger y Mar­cia, 2011).

Ber­zonsky (2011) a su vez pro­po­ne cua­tro esti­los de iden­ti­dad a par­tir del tra­ba­jo de Mar­cia; la con­no­ta­ción esti­lo hace refe­ren­cia a su carác­ter diná­mi­co, mien­tras que el esta­do se con­si­de­ra como un aspec­to más está­ti­co, algo pare­ci­do a una foto­gra­fía de la iden­ti­dad. Los esti­los de iden­ti­dad se cla­si­fi­can en: infor­ma­ti­vo, don­de se encuen­tra en un pro­ce­so de explo­ra­ción acti­vo, con un bajo com­pro­mi­so, pero con dis­po­si­ción para ana­li­zar opcio­nes antes de tomar una deci­sión o com­pro­me­ter­se; nor­ma­ti­vo, con baja explo­ra­ción y alto com­pro­mi­so, sin pre­via explo­ra­ción de las alter­na­ti­vas, don­de sus expec­ta­ti­vas y nor­mas han sido inte­rio­ri­za­das de otras per­so­nas sin pre­vio aná­li­sis; difu­so, con bajo com­pro­mi­so y bajo nivel de explo­ra­ción, se orien­ta a la eva­sión de las deci­sio­nes has­ta que son inevi­ta­bles; y con­for­ma­do, abier­to a las alter­na­ti­vas, con un com­pro­mi­so fir­me des­pués de rea­li­zar un pro­ce­so de explo­ra­ción.

La iden­ti­dad per­so­nal es la base para la con­for­ma­ción de una iden­ti­dad pro­fe­sio­nal, y esta a su vez le da soli­dez a la pri­me­ra. El tra­ba­jo es uno de los ele­men­tos prin­ci­pa­les en la vida de las per­so­nas; la acti­vi­dad labo­ral da sen­ti­do a las per­so­nas y razón de quié­nes son. La iden­ti­dad pro­fe­sio­nal de acuer­do con Zaca­rés y Lina­res (2006, p. 128) se pue­de enten­der como un “ámbi­to de la iden­ti­dad per­so­nal más sen­si­ble a la par­ti­ci­pa­ción en pro­gra­mas for­ma­ti­vos pro­fe­sio­na­li­za­do­res”. Para Dubar (cita­do en Gewerc, 2001, p.7) la iden­ti­dad social y pro­fe­sio­nal con­sis­ten en “las cons­truc­cio­nes socia­les impli­ca­das en la inter­ac­ción entre las tra­yec­to­rias indi­vi­dua­les y los sis­te­mas de empleo, de tra­ba­jo y de for­ma­ción”. La iden­ti­dad pro­fe­sio­nal se vin­cu­la estre­cha­men­te con la iden­ti­dad per­so­nal, comien­za con la for­ma­ción uni­ver­si­ta­ria y con­ti­núa duran­te el ejer­ci­cio pro­fe­sio­nal en el ámbi­to labo­ral.

Harrsch (2005) ana­li­za el pro­ce­so de con­for­ma­ción de la iden­ti­dad pro­fe­sio­nal en psi­có­lo­gos, des­de la for­ma­ción que es cuan­do comien­za a con­fi­gu­rar­se. Tam­bién plan­tea tres dimen­sio­nes que con­fi­gu­ran a la iden­ti­dad pro­fe­sio­nal: la per­so­nal, teó­ri­ca y prác­ti­ca. La dimen­sión per­so­nal com­pren­de las expe­rien­cias, intere­ses y valo­res del estu­dian­te; la teó­ri­ca, los cono­ci­mien­tos adqui­ri­dos, y la prác­ti­ca, las des­tre­zas y habi­li­da­des que los estu­dian­tes deben desa­rro­llar duran­te su for­ma­ción. Los domi­nios por lo gene­ral se encuen­tran deta­lla­dos en for­ma de com­pe­ten­cias en el currí­cu­lum del pro­gra­ma edu­ca­ti­vo, pero pue­den ver­se de mane­ra gene­ral en el per­fil de ingre­so y egre­so. Estos domi­nios se emplea­ron para la cons­truc­ción del ins­tru­men­to de iden­ti­dad pro­fe­sio­nal; se inte­gró un domi­nio éti­co para ana­li­zar los valo­res pro­fe­sio­na­les de for­ma par­ti­cu­lar.

Para el dise­ño del ins­tru­men­to se par­tió de la teo­ría de los esti­los de iden­ti­dad pro­pues­ta por Ber­zonsky (2011) y de los esta­dos de iden­ti­dad de Mar­cia (1966). Se reali­zó un aná­li­sis de las carac­te­rís­ti­cas de cada teo­ría, y se deci­dió fusio­nar­las por los cri­te­rios de con­gruen­cia y cer­ca­nía teó­ri­ca. La com­pa­ti­bi­li­dad teó­ri­ca per­mi­tió inte­grar las ven­ta­jas de cada pro­pues­ta para el aná­li­sis de la iden­ti­dad. Los esti­los de iden­ti­dad se con­fi­gu­ra­ron en los tres domi­nios de la iden­ti­dad pro­fe­sio­nal pro­pues­tos por Harrsch (2005), más la dimen­sión cen­tra­da en el aspec­to éti­co. Una vez pre­sen­ta­dos en for­ma gene­ral los enfo­ques teó­ri­cos de la iden­ti­dad, es con­ve­nien­te ana­li­zar los prin­ci­pios psi­co­mé­tri­cos sobre los que se lle­vó a cabo el pro­ce­so de obten­ción de las evi­den­cias de vali­dez refe­ri­das al con­te­ni­do.

La vali­dez de acuer­do con Cron­bach y Meehl (1955) se divi­de en cua­tro: vali­dez pre­dic­ti­va, vali­dez con­cu­rren­te, vali­dez de con­te­ni­do y vali­dez de cons­truc­to. Los dos pri­me­ros tipos de vali­dez se orien­tan hacia la evi­den­cia empí­ri­ca, pues­to que pre­ci­san de cri­te­rios cla­ra­men­te defi­ni­dos para poder some­ter­se a prue­ba. La vali­dez de con­te­ni­do se esta­ble­ce a tra­vés de cri­te­rios repre­sen­ta­ti­vos de los con­cep­tos defi­ni­dos en la teo­ría; se debe demos­trar que los reac­ti­vos son una mues­tra repre­sen­ta­ti­va del uni­ver­so que se pre­ten­de medir. La vali­dez de cons­truc­to bus­ca la rela­ción entre aque­llos ítems que per­te­ne­cen a un mis­mo domi­nio y pue­den ser agru­pa­dos en lo que se deno­mi­na un fac­tor. Bajo esta pers­pec­ti­va se pue­de decir que un ins­tru­men­to es váli­do cuan­do mide el atri­bu­to que pre­ten­de medir y no otro.

No obs­tan­te, en los están­da­res para la prue­bas edu­ca­ti­vas y psi­co­ló­gi­cas (AERA, APA y NCME, 2018) no se reco­mien­da la cla­si­fi­ca­ción de la vali­dez en tipos, sino más bien se pro­po­ne el empleo de evi­den­cias de vali­dez, como par­te de un con­cep­to uni­ta­rio que se suman para pro­bar la vali­dez como un aspec­to gene­ral. Tam­po­co se acep­ta la expre­sión de ins­tru­men­to váli­do, pues­to que no es el ins­tru­men­to en sí lo que demues­tra vali­dez, sino las inter­pre­ta­cio­nes que demues­tran que el ins­tru­men­to es útil en los usos pre­vis­tos para los que fue dise­ña­do. Con­si­de­rar que una prue­ba es “váli­da” pue­de lle­var a los dise­ña­do­res y usua­rios de ins­tru­men­tos a come­ter el error de no jus­ti­fi­car con evi­den­cia empí­ri­ca el uso de una prue­ba en espe­cí­fi­co. La idea que se pre­ten­de trans­mi­tir es que un ins­tru­men­to debe ser some­ti­do cons­tan­te­men­te a prue­bas que cons­ta­ten su uti­li­dad para los usos pro­pues­tos.

La evi­den­cia de con­te­ni­do “pue­de incluir aná­li­sis lógi­cos o empí­ri­cos de la ade­cua­ción con la que el con­te­ni­do de la prue­ba repre­sen­ta el domi­nio de con­te­ni­dos y de la rele­van­cia del domi­nio de con­te­ni­do” (AERA, APA y NCME, 2018, p. 15). Pedro­sa, Suá­rez-Álva­rez y Gar­cía-Cue­to (2013) refie­ren que la vali­dez de con­te­ni­do es un aspec­to impres­cin­di­ble, pero insu­fi­cien­te para rea­li­zar una inter­pre­ta­ción de los pun­ta­jes arro­ja­dos por las prue­bas. Tam­bién resal­tan el aumen­to en su pro­ta­go­nis­mo como una de las fuen­tes de evi­den­cia de vali­dez. El jui­cio de exper­tos es “una opi­nión infor­ma­da de per­so­nas con tra­yec­to­ria en el tema, que son reco­no­ci­das por otros como exper­tos cua­li­fi­ca­dos en éste, y que pue­den dar infor­ma­ción, evi­den­cia, jui­cios y valo­ra­cio­nes” (Esco­bar-Pérez y Cuer­vo-Mar­tí­nez, 2008, p. 29).

De acuer­do con Prie­to y Del­ga­do (2010) el jui­co de exper­tos es uno de los méto­dos más habi­tua­les para esti­mar la vali­dez de con­te­ni­do. Sin embar­go, recien­te­men­te se emplean otros méto­dos como los basa­dos en la obser­va­ción direc­ta, entre­vis­tas o aná­li­sis de docu­men­tos. Esco­bar-Pérez y Cuer­vo-Mar­tí­nez (2008) refie­ren que para poder defi­nir un ade­cua­do uni­ver­so de reac­ti­vos es nece­sa­rio con­tar con defi­ni­cio­nes ope­ra­cio­na­les de los cons­truc­tos y dimen­sio­nes que se pre­ten­den medir, pues es a par­tir de ellos que se ela­bo­ran los ítems. Los están­da­res para las eva­lua­cio­nes edu­ca­ti­vas y psi­co­ló­gi­cas refie­ren que las evi­den­cias basa­das en el con­te­ni­do se pue­den obte­ner a tra­vés de los jui­cios de exper­tos, quie­nes valo­ran el nivel de rela­ción entre el cons­truc­to a medir y los ítems, ade­más de juz­gar dis­tin­tos aspec­tos como la rele­van­cia, cohe­ren­cia y cla­ri­dad de los ítems (AERA, APA y NCME, 2018).

Método

Población

Se reali­zó una selec­ción no pro­ba­bi­lís­ti­ca de tipo inten­cio­na­da y entre los cri­te­rios de selec­ción se emplea­ron los siguien­tes: Con­tar con el gra­do aca­dé­mi­co de doc­tor o en su caso poseer gra­do de maes­tría, con una expe­rien­cia pro­ba­da en el tema de estu­dio, en la cons­truc­ción de ins­tru­men­tos y en el desa­rro­llo de inves­ti­ga­cio­nes. El gru­po de exper­tos se con­for­mó por seis docen­tes inves­ti­ga­do­res de una uni­ver­si­dad públi­ca en el Esta­do de Méxi­co. Cin­co de ellos con gra­do de Doc­tor y uno con Maes­tría, con expe­rien­cia pro­me­dio de trein­ta años en inves­ti­ga­ción y ela­bo­ra­ción de ins­tru­men­tos. Todos cuen­tan con publi­ca­cio­nes en revis­tas inde­xa­das.

Instrumento

Se envió la soli­ci­tud de apo­yo jun­to con la plan­ti­lla para la revi­sión y los cri­te­rios de valo­ra­ción entre los que se inclu­yó la cla­ri­dad, cohe­ren­cia y rele­van­cia de los reac­ti­vos. En este docu­men­to úni­ca­men­te se pre­sen­tan los resul­ta­dos rela­ti­vos a la rele­van­cia dada la exten­sión de la infor­ma­ción. Se empleó una esca­la tipo Likert con cua­tro opcio­nes de res­pues­ta; los jue­ces valo­ra­ron la rele­van­cia de cada ítem a par­tir de las opcio­nes de la Tabla 1.

Tabla 1. Escala de valoración de la relevancia del ítem

Rele­van­cia:

El ítem es esen­cial o impor­tan­te, es decir, deber ser inclui­do.

1. No cum­ple con el cri­te­rio

El ítem pue­de ser eli­mi­na­do sin que se vea afec­ta­da la medi­ción de la dimen­sión.

2. Bajo nivel

El ítem tie­ne algu­na rele­van­cia, pero otro ítem pue­de estar inclu­yen­do lo que mide éste.

3. Mode­rad nivel

El ítem es rela­ti­va­men­te impor­tan­te.

4. Alto nivel

El ítem es muy rele­van­te y debe ser inclui­do.

Nota: Tomado de “Validez de contenido y juicio de expertos: una aproximación a su utilización” por Escobar-Pérez, J., Cuervo-Martínez, A. (2008).

Se asig­nó 1 cuan­do el ítem se con­si­de­ró irre­le­van­te, 2 cuan­do se con­si­de­ró que el ítem pue­de estar inclui­do en otra dimen­sión, 3 cuan­do el ítem se con­si­de­ró impor­tan­te y 4 cuan­do se con­si­de­ró que el ítem tenía que ser inclui­do. En la plan­ti­lla para la asig­na­ción de pun­ta­jes por par­te de los jue­ces se inclu­yó el obje­ti­vo de la prue­ba, la defi­ni­ción de las varia­bles y dimen­sio­nes que se pre­ten­de medir, así como las ins­truc­cio­nes para su apli­ca­ción y cate­go­rías de res­pues­ta. En la tabla 2 se pue­de obser­var la estruc­tu­ra del ins­tru­men­to en la que se inclu­yen las dimen­sio­nes e indi­ca­do­res.

Tabla 2. Estructura del instrumento
 

Dimen­sión

Indi­ca­dor

ítems

Total

Esti­lo Infor­ma­ti­vo

Per­so­nal

Dis­po­si­ción para explo­rar aspec­tos de la pro­fe­sión en su cre­ci­mien­to per­so­nal

10

41

Teó­ri­ca

Dis­po­si­ción para explo­rar y obte­ner dis­tin­tos apren­di­za­jes teó­ri­cos abier­to a opcio­nes

12

Prác­ti­ca

Dis­po­si­ción para explo­rar y desa­rro­llar dis­tin­tas habi­li­da­des pro­pias de su pro­fe­sión

10

Éti­ca

Dis­po­si­ción para explo­rar y con­for­mar valo­res pro­pios de su pro­fe­sión

9

Esti­lo Nor­ma­ti­vo

Per­so­nal

Con­vic­ción asu­mi­da por otras per­so­nas y fac­to­res exter­nos para for­mar­se pro­fe­sio­nal­men­te

10

41

Teó­ri­ca

Con­vic­ción asu­mi­da de mane­ra orto­do­xa hacia cier­tos enfo­ques y teo­rías, diri­gi­do por otras per­so­nas y fac­to­res exter­nos

12

Prác­ti­ca

Desa­rro­llo de habi­li­da­des ruti­na­rias que se siguen al pie de la letra

10

Éti­ca

Adhe­sión rígi­da hacia valo­res pro­fe­sio­na­les sin pre­vio aná­li­sis

9

Esti­lo Difu­so

Per­so­nal

Fal­ta de dis­po­si­ción e inte­rés para tomar deci­sio­nes y man­te­ner deci­sio­nes y obje­ti­vos pro­fe­sio­na­les por cuen­ta pro­pia

10

41

Teó­ri­ca

Fal­ta de dis­po­si­ción e inte­rés para for­mar pre­fe­ren­cias teó­ri­cas

12

Prác­ti­ca

Sen­sa­ción de inca­pa­ci­dad para desa­rro­llar habi­li­da­des o fal­ta de inte­rés y dis­po­si­ción

10

Éti­ca

Valo­res y creen­cias ende­bles que ajus­tan a las cir­cuns­tan­cias

9

Esti­lo con­for­ma­do

Per­so­nal

Com­pro­mi­sos pro­fe­sio­na­les con­for­ma­dos de mane­ra razo­na­da y per­so­nal

10

41

Teó­ri­ca

Com­pro­mi­so con­for­ma­do de mane­ra razo­na­da y fle­xi­ble hacia las for­ta­le­zas de cada enfo­que y teo­ría

12

Prác­ti­ca

Con­fian­za en sus habi­li­da­des y com­pe­ten­cias pro­fe­sio­na­les

10

Éti­ca

Desa­rro­llo y com­pro­mi­so razo­na­do con los valo­res pro­pios de su pro­fe­sión

9

     

Total

164

Fuente: Elaboración propia

Resultados

Para cal­cu­lar el índi­ce de vali­dez de con­te­ni­do se empleó la ecua­ción pro­pues­ta por Lawshe (1975). Pedro­sa, Suá­rez-Álva­rez y Gar­cía-Cue­to (2013) refie­ren que el IVC es el méto­do actual más emplea­do para cal­cu­lar la vali­dez de con­te­ni­do. Polit, Beck y Owen (2007) refie­ren que entre las ven­ta­jas de usar este méto­do se encuen­tra la faci­li­dad para cal­cu­lar e inter­pre­tar el índi­ce, la infor­ma­ción a nivel de ítem y prue­ba ade­más del acuer­do en la rele­van­cia del ítem y en el con­sen­so entre los jue­ces. Es impor­tan­te seña­lar que esta prue­ba con­si­de­ra como acep­ta­bles aque­llos ítems que tie­nen una pun­tua­ción mayor o igual 0.29; no obs­tan­te, esto apli­ca cuan­do se tie­ne un núme­ro gran­de de jue­ces. Si se desea cal­cu­lar el índi­ce de vali­dez de con­te­ni­do con esta fór­mu­la y pocos jue­ces (3 a 7 por ejem­plo) se ten­drían que obte­ner pun­tua­cio­nes de 1, es decir, que todos los jue­ces estu­vie­ran de acuer­do en la rele­van­cia del ítem. A con­ti­nua­ción, se pre­sen­ta la ecua­ción para obte­ner el índi­ce de vali­dez de con­te­ni­do:

Don­de ne = núme­ro de jue­ces que seña­la­ron al ítem como muy rele­van­te, por lo que debe­ría ser inclui­do. N = núme­ro total de jue­ces.

Tris­tán-López (2008) hace refe­ren­cia a la difi­cul­tad de con­tar con una amplia can­ti­dad de jue­ces exper­tos para res­pon­der a las exi­gen­cias actua­les, hecho que lo moti­vó a plan­tear un mode­lo alter­na­ti­vo para obte­ner índi­ces de vali­dez de con­te­ni­do que per­mi­tan selec­cio­nar ítems de cali­dad sin la nece­si­dad de con­tar con muchos exper­tos, ni tener nive­les de acuer­do uná­ni­mes con pocos jue­ces. De modo que plan­tea la siguien­te fór­mu­la para obte­ner una medi­da más balan­cea­da:

Don­de IVC = La razón de vali­dez de con­te­ni­do para cada ítem. N = núme­ro total de jue­ces.

A par­tir de este ajus­te se obtie­ne una pro­por­ción cons­tan­te del núme­ro de jue­ces, y de acuer­do con Tris­tán-López (2008) el con­sen­so míni­mo para el acuer­do entre jue­ces y la acep­ta­ción de ítem, siem­pre será de 58.23 %. De acuer­do con Urru­tia, Barrios, Gutié­rrez y Mayor­ga (2014) el nivel de acuer­do en la revi­sión de un ítem debe ser de al menos un 80 %, de modo que para este tra­ba­jo se acep­ta­ron sólo los ítems que supe­ra­ron este por­cen­ta­je. Cabe men­cio­nar que las opcio­nes de res­pues­ta se redu­cen a una alter­na­ti­va dico­tó­mi­ca en la que se inclu­ye el acuer­do de muy rele­van­te y rele­van­te, de un lado y algo rele­van­te e irre­le­van­te del otro. Por la exten­sión del ins­tru­men­to no es posi­ble pre­sen­tar todos los ítems y cálcu­los rea­li­za­dos a cada uno; no obs­tan­te, en la tabla 3 se pre­sen­tan los ítems del esti­lo infor­ma­ti­vo en la dimen­sión per­so­nal y en la tabla 4 el pro­ce­so que se lle­vó a cabo para cal­cu­lar el índi­ce de vali­dez de con­te­ni­do.

Tabla 3. Ítems Estilo informativo dimensión personal

ítem

Esti­lo infor­ma­ti­vo Dimen­sión Per­so­nal

1

Estoy en pro­ce­so de cono­cer mis apti­tu­des como psi­có­lo­go

2

Refle­xiono para tener obje­ti­vos pro­fe­sio­na­les cla­ros

3

Me rela­ciono con com­pa­ñe­ros con ideas dife­ren­tes a las mías

4

Con­for­me apren­do me visua­li­zo más como psi­có­lo­go

5

Refle­xiono sobre mis capa­ci­da­des para con­ver­tir­me en psi­có­lo­go

6

Estu­dio psi­co­lo­gía como par­te de mi desa­rro­llo per­so­nal

7

Pien­so con fre­cuen­cia en cómo se va for­man­do mi iden­ti­dad como pro­fe­sio­nal

8

Con­si­de­ro impor­tan­te cono­cer más aspec­tos sobre mi carre­ra

9

Conoz­co más sobre la carre­ra para saber qué me intere­sa

10

Ana­li­zo las deci­sio­nes que pue­dan afec­tar mi for­ma­ción

Fuente: Elaboración propia

En la tabla 4 es posi­ble apre­ciar los pun­ta­jes dados por los jue­ces a cada uno de los ítems del esti­lo infor­ma­ti­vo en el domi­nio per­so­nal. Es impor­tan­te recor­dar que la esca­la en con­jun­to pre­ten­de medir cua­tro esti­los de iden­ti­dad pro­fe­sio­nal en los domi­nios per­so­nal, teó­ri­co, prác­ti­co y éti­co. Ade­más de que se empleó este mis­mo méto­do para valo­rar la cohe­ren­cia y la cla­ri­dad de los ítems. No obs­tan­te, nos cen­tra­re­mos en la rele­van­cia que es el cri­te­rio prin­ci­pal para con­ser­var o eli­mi­nar un ítem, ya que este pue­de ser rele­van­te pero no cla­ro o cohe­ren­te; es decir, con posi­bi­li­dad de ajus­te, pero no pue­de ser cla­ro, cohe­ren­te y no rele­van­te, por­que pue­de pare­cer bien redac­ta­do y lógi­co, pero si no apor­ta nada al domino no tie­ne caso que se inclu­ya.

Tabla 4. Análisis del índice de validez de contenido con corrección

Cons­truc­to

Dimen­sión

Ítems

Muy rele­van­te

Rele­van­te

Algo rele­van­te

Irre­le­van­te

CVR

CVR’

Esti­lo infor­ma­ti­vo

Per­so­nal

1

6

0

0

0

1.00

1.00

2

5

1

0

0

1.00

1.00

3

3

1

0

2

0.33

0.67*

4

6

0

0

0

1.00

1.00

5

6

0

0

0

1.00

1.00

6

5

1

0

0

1.00

1.00

7

5

0

1

0

0.66

0.83

8

6

0

0

0

1.00

1.00

9

4

0

2

0

0.33

0.67*

10

6

0

0

0

1.00

1.00

         

CVI glo­bal

CVI ítem acep­ta­bles

0.83

0.92

0.98

             
Fuente: Elaboración propia a partir de los resultados del análisis por parte del grupo de expertos

Des­pués de la apli­ca­ción del IVC de Lawshe (1975) con la correc­ción de Tris­tán-López (2008), se pue­de obser­var que se con­ser­van 8 de 10 ítems, pues­to que el núme­ro 3 y el 9 no alcan­zan el cri­te­rio míni­mo para con­ser­var el ítem. El CVI glo­bal sin el ajus­te se encuen­tra por arri­ba de .80 y con el ajus­te se incre­men­ta a .92, lo que pro­por­cio­na un índi­ce de vali­dez de con­te­ni­do alto. Para el caso de los ítems acep­ta­bles el pro­me­dio es de .98 muy cer­cano al acuer­do total. En la tabla 5 se mues­tra la estruc­tu­ra del ins­tru­men­to antes y des­pués de que se reali­zó el cálcu­lo del IVC.

Tabla 5. Estructura inicial y final del instrumento
 

Dimen­sión

Ítems ini­cia­les

Total

Ítems fina­les

Total

Esti­lo Infor­ma­ti­vo

Per­so­nal

10

41

8

36

Teó­ri­ca

12

11

Prác­ti­ca

10

9

Éti­ca

9

8

Esti­lo Nor­ma­ti­vo

Per­so­nal

10

41

7

23

Teó­ri­ca

12

7

Prác­ti­ca

10

5

Éti­ca

9

4

Esti­lo Difu­so

Per­so­nal

10

41

5

22

Teó­ri­ca

12

5

Prác­ti­ca

10

6

Éti­ca

9

6

Esti­lo con­for­ma­do

Per­so­nal

10

41

7

26

Teó­ri­ca

12

8

Prác­ti­ca

10

6

Éti­ca

9

5

   

Total

164

Total

107

Fuente: Elaboración propia

Como pue­de obser­var­se el esti­lo que con­ser­vó la mayor can­ti­dad de ítems es el infor­ma­ti­vo, los demás esti­los en gene­ral dis­mi­nu­ye­ron casi a la mitad el núme­ro de ítems que los com­po­nen. En el esti­lo infor­ma­ti­vo sólo 5 de 41 ítems se con­si­de­ra­ron no rele­van­tes. En el esti­lo nor­ma­ti­vo 18 ítems fue­ron con­si­de­ra­dos no rele­van­tes; la mayor dis­mi­nu­ción se dio en los domi­nios prác­ti­co y éti­co. El esti­lo difu­so tuvo una dis­mi­nu­ción de 19 ítems; la mayor dimi­nu­ción se dio en los domi­nios per­so­nal, teó­ri­co y prác­ti­co; ade­más, este esti­lo tuvo la mayor can­ti­dad de ítems eli­mi­na­dos. Final­men­te, el esti­lo con­for­ma­do tuvo una dis­mi­nu­ción de 15 ítems con­ser­van­do la mayor can­ti­dad en el domi­nio per­so­nal y teó­ri­co, y con la mayor pér­di­da en el domi­nio prác­ti­co y teó­ri­co.

Discusión

El ins­tru­men­to sobre esti­los de iden­ti­dad pro­fe­sio­nal arro­jó el mayor núme­ro de ítems rele­van­tes en el esti­lo infor­ma­ti­vo. Los esti­los nor­ma­ti­vo, difu­so y con­for­ma­do con­ser­va­ron un poco menos de la mitad de los ítems pre­sen­ta­dos a los jue­ces. La esca­la es lar­ga, no obs­tan­te, se reco­mien­da con­tar con una can­ti­dad con­si­de­ra­ble de ítems antes de su apli­ca­ción en una mues­tra. Todos los ítems que se con­ser­va­ron tuvie­ron un índi­ce mayor a .80, que es lo míni­mo que se reco­mien­da cuan­do hay de dos a sie­te exper­tos (Polit, Beck y Owen, 2007). Todos los esti­los con­ser­va­ron ítems que per­mi­ten man­te­ner la repre­sen­ta­ti­vi­dad en cada uno de los domi­nios: per­so­nal, teó­ri­co, prác­ti­co y éti­co.

De modo que es posi­ble con­si­de­rar que, aun­que algu­nos domi­nios como en el caso del éti­co per­te­ne­cien­te al esti­lo nor­ma­ti­vo que con­ser­vó 4 ítems, toda­vía no pue­de ser des­car­ta­do como par­te de la esca­la, pues­to que úni­ca­men­te se podrá saber des­pués de reca­bar evi­den­cias basa­das en la estruc­tu­ra inter­na. Para mayor soli­dez y con­sis­ten­cia se pro­ce­de­rá a una prue­ba pilo­to que per­mi­ti­rá la obten­ción de datos para ana­li­zar el com­por­ta­mien­to de los ítems. Las evi­den­cias de vali­dez de con­te­ni­do son la base sobre la cual se pue­de avan­zar en la cons­truc­ción de un ins­tru­men­to. Es posi­ble con­ti­nuar con la reco­pi­la­ción de otros tipos de evi­den­cias de vali­dez, en vir­tud de la con­sis­ten­cia que se repor­ta a par­tir de la valo­ra­ción de los exper­tos.

Sire­ci men­cio­na (2007) que den­tro de la teo­ría de la vali­dez la pre­sen­ta­ción de prue­bas no es per­fec­ta, pero sí es bas­tan­te acep­ta­ble. El desa­rro­llo de ins­tru­men­tos es una de las acti­vi­da­des cen­tra­les de los inves­ti­ga­do­res en psi­co­lo­gía; la expe­rien­cia ha demos­tra­do que no bas­ta con tra­du­cir ins­tru­men­tos de otros paí­ses y apli­car­los sin más en otras pobla­cio­nes. Mora­les, Uro­sa y Blan­co (2003) con­si­de­ran que muchas veces es más con­ve­nien­te gene­rar un ins­tru­men­to nue­vo a par­tir de la teo­ría, pues­to que tra­du­cir y vali­dar un ins­tru­men­to en otro con­tex­to con­lle­va pro­ce­di­mien­tos y gas­to de recur­sos seme­jan­tes a los que se nece­si­tan en la gene­ra­ción de un nue­vo ins­tru­men­to. Bajo esta idea fue que se deci­dió cons­truir un ins­tru­men­to para medir los esti­los de iden­ti­dad pro­fe­sio­nal, a pesar de que exis­ten otros ins­tru­men­tos como el de Ber­zonsky, el de Mar­cia o Adams; dichos ins­tru­men­tos, ade­más de reque­rir un pro­ce­so de adap­ta­ción, no abor­dan las dimen­sio­nes de la iden­ti­dad pro­fe­sio­nal.

Conclusiones

El pre­sen­te tra­ba­jo se enfo­có en la obten­ción de evi­den­cia de vali­dez basa­da en el con­te­ni­do, con­si­de­ra­da como la base para el desa­rro­llo de un ins­tru­men­to. La fina­li­dad del ins­tru­men­to es explo­rar el pro­ce­so de cons­truc­ción de la iden­ti­dad pro­fe­sio­nal. Se par­tió de la teo­ría de los esta­dos de Iden­ti­dad de Mar­cia (1965) y los esti­los de iden­ti­dad de Ber­zonsky (2011). Los esti­los se ubi­ca­ron en las dimen­sio­nes de la iden­ti­dad pro­fe­sio­nal pro­pues­tas por Harrsch (2005), per­so­nal, teó­ri­ca y prác­ti­ca, más una éti­ca que se aña­dió al mode­lo teó­ri­co. La rele­van­cia de cada ítem fue valo­ra­da por exper­tos, quie­nes asig­na­ron una pun­tua­ción. Se empleó el méto­do de Lawshe (1975) con el ajus­te de Tris­tán-López (2008) para esti­mar el índi­ce de vali­dez de con­te­ni­do, por­que per­mi­te tra­ba­jar con pocos exper­tos. Los esti­los nor­ma­ti­vo, difu­so y con­for­ma­do pre­sen­ta­ron la mayor dis­mi­nu­ción de ítems, con 17 en pro­me­dio. El esti­lo infor­ma­ti­vo con­ser­vó el mayor núme­ro de ítems: 36 de 41.

De este modo, se obtu­vo evi­den­cia de vali­dez de con­te­ni­do como par­te de la cons­truc­ción de una esca­la de esti­los de iden­ti­dad pro­fe­sio­nal. Este pro­ce­di­mien­to de obten­ción de evi­den­cias de vali­dez se con­si­de­ra nece­sa­rio, más no sufi­cien­te para pro­bar que un ins­tru­men­to cum­ple con el cri­te­rio de vali­dez, pues­to que es sólo una fuen­te de evi­den­cia. Sire­ci (2007), con­si­de­ra que los pro­ce­sos de vali­da­ción no son infa­li­bles, pero pro­por­cio­nan una base bas­tan­te con­fia­ble. La obten­ción de evi­den­cias de vali­dez es un pro­ce­so diná­mi­co en el que son res­pon­sa­bles tan­to los dise­ña­do­res de ins­tru­men­tos como los pro­fe­sio­na­les que los emplean. Se reco­mien­da con­ti­nuar con el pro­ce­so de reco­pi­la­ción de evi­den­cias de estruc­tu­ra inter­na y corre­la­ción con otras varia­bles.

Referencias

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Notas

  1. Uni­ver­si­dad Autó­no­ma del Esta­do de Méxi­co. Facul­tad de Cien­cias de la Con­duc­ta. Correo elec­tró­ni­co: elizatt12@live.com