Interconductismo y Realismo
Isaac Camacho[1]
Facultad de Estudios Superiores Iztacala UNAM
Resumen
El presente trabajo constituye la continuación de una serie de reflexiones sobre la relación entre el modelo interconductual en psicología y diversos sistemas filosóficos y lógicos. Particularmente, se presenta de forma sintética al realismo considerando su diversidad y fundamentos para mostrar la forma en que dicho sistema puede ser justificable y, más aún, apoyado por algunos de los planteamientos interconductuales. Habiendo establecido este apoyo se concluye con la importancia que tal vinculación puede tener para mostrar la continuidad entre el modelo interconductual y otros campos de conocimiento.
Palabras clave: Interconductismo, realismo, ciencia, experimental, teoría
Abstract
This paper is part of a series of ideas about the relation between interbehavioral model in psychology and diverse philosophical and logical fields. Particularly, realism is presented in a brief way considering its diversity and fundamentals to show that such a system is justifiable and, more so, upheld by some statements developed by cognitive science and the interbehavioral model. Having showed such upholding, the conclusions highlight the importance that such a relation may have to show that the interbehavioral model is continuous with other knowledge fields.
Keywords: Interbehavioral, realism, science, experimental, theory
Introducción
El presente trabajo forma parte de una serie de reflexiones en torno a la relación entre el modelo interconductual y otros campos de conocimiento filosóficos. Previamente se han presentado algunos puntos de contacto específicos entre el Interconductismo y a) la Lógica (Camacho, Arroyo y Serrano, 2011), b) la Filosofía de la Experimentación (Camacho, 2012) y c) la Epistemología Naturalizada (Camacho, 2021). Específicamente, en el primero se mostró un argumento para rechazar el anti-psicologismo en lógica y, a partir de esto, se presentaron formas en las que ésta puede emplear herramientas del modelo interconductual para la construcción de sistemas no monotónicos y para fortalecer su didáctica. En el segundo trabajo se presentaron ideas en contra de actitudes académicas simplistas en torno a la ciencia experimental y derivado de un tratamiento historicista y de la revisión de ejemplos en psicología se formuló la propuesta de la “hélice de la experimentación”, desde la cual se analizaron desarrollos interconductuales tanto experimentales como teóricos. Finalmente, en el tercer trabajo se analizó la forma en que el modelo psicológico interconductual suministra el tipo de información necesaria para elaborar una filosofía natural de la ciencia y del conocimiento. De esta forma se mostró que los avances recientes del modelo permiten presentarlo como una alternativa en psicología relevante y en continuidad con otras formas de conocimiento.
Específicamente, el énfasis se dirige aquí hacia la ontología, esto es, hacia el realismo como perspectiva sobre la existencia y la realidad. Se pretende vincular dicha perspectiva con los planteamientos del modelo interconductual de Kantor (1959) para mostrar líneas de correspondencia y similitud que permitan fortalecer ambas perspectivas: por un lado, al realismo mostrando una fuerte alternativa de apoyo y por el otro, al interconductismo, mostrando su continuidad con otros modos de conocimiento.
Este esfuerzo facilitaría el hacer inteligible una de las ideas más representativas del naturalismo psicológico de Kantor: “Los constructos se derivan del contacto con los eventos” (Kantor & Smith, 1975, p. 407). La inteligibilidad considerada es la de orden filosófico en el sentido de que dicha expresión debe ser separada en sus componentes de significado y extraídas las consecuencias de sostenerla. Específicamente, si en esta idea fundamental interconductual la predicación lógica sobre los constructos es la derivación, entonces los constructos (del hombre) han de ser lógicamente diferenciables del contacto (con el mundo), lo que es una forma de la tesis filosófica de independencia entre el que conoce y lo conocido. Esto abre la siguiente pregunta: ¿Sostener esta afirmación te vuelve un realista en filosofía de la ciencia? El resultado del análisis aquí presentado debería posibilitar la formulación de una respuesta inteligible, la que a su vez debería abonar a la perspectiva académica del interconductismo.
El modelo interconductual constituye una de las variantes del conductismo (O’Donohue & Kitchener, 1999) desde el cual se sostiene que el avance de la ciencia proviene de la liberación de los constructos culturales para dar paso al entendimiento de los eventos psicológicos gracias al experimento y la observación (Kantor, 1959, p. 3).
El modelo define a la unidad de estudio como la interconducta entendida como la relación recíproca entre el organismo y su medio ambiente. Esta relación es discretizada en la forma de elementos constitutivos de un campo psicológico. Dichos elementos son: a) la función de estímulo, b) la función de respuesta, c) el medio de contacto y d) los factores disposicionales (Kantor, 1959). La organización de dicho campo evoluciona y delimita la funcionalidad psicológica vigente y futura dando lugar a la historia ontogenética del individuo.
Desde este esquema interpretativo de la realidad psicológica se ha elaborado una compleja y exhaustiva clasificación de la complejidad de dicha organización del campo. Esta clasificación o taxonomía funcional (Ribes & López, 1985) propone la existencia de cinco niveles funcionales progresivamente inclusivos, los cuales permiten ubicar diferentes fenómenos típicamente reconocidos en la literatura psicológica. Dichos niveles se corresponden con diferentes causalidades o composiciones de la relación entre las contingencias de ocurrencia y las contingencias de función (Ribes, 2010, p. 60–64). Específicamente, se describen los niveles que por su complejidad y funcionalidad se pueden denominar como sigue: 1) Contextual/isomorfismo, 2) Suplementario/Operación, 3) Selector/Permutación, 4) Sustitutivo Referencial/Transitividad y 5) Sustitutivo No Referencial/Reflexivo.
Esta taxonomía se ha constituido como el eje articulador de diversas extensiones y ampliaciones. En términos de extensiones, el análisis se ha dirigido hacia tópicos como el desarrollo (Mares & Rueda, 1993) y la personalidad (Ribes, 2009). Incluso recientemente se han elaborado propuestas multidisciplinarias para abordar relaciones interindividuales, específicamente, el altruismo, la competencia y la cooperación (Ribes, 2018). En lo que toca a las ampliaciones, Ribes (2010) las agrupa como sigue: a) el análisis diferencial y sintético de las funciones psicológicas y b) el desarrollo de un marco teórico para el análisis del comportamiento social y del medio de contacto convencional (p. 9).
En lo que sigue se vinculan las ideas fundacionales de Kantor y estos desarrollos del modelo interconductual con el realismo como filosofía de la ciencia mediante la siguiente estructura narrativa: en la primera parte se presenta una caracterización parcial del realismo, así como las distintas formas que ha adoptado y se retoma un tipo particular de mismo, el realismo crítico por su coincidencia con los planteamientos kantorianos. En la segunda parte se describe el argumento que lo justifica y una de sus posibles fuentes de apoyo. Finalmente, se analizarán tres desideratas del apoyo a dicho realismo y se muestra cómo el interconductismo es una alternativa de apoyo para la resolución de dichas desideratas.
¿El realismo o los realismos?
El realismo sostiene, en términos generales, la validación de una ontología y la idea de que la realidad es independiente de los seres cognoscentes y sus acciones (Haack, 1987). Se trata de la suposición de que los objetos del mundo existen independientemente del agente que trata de conocerlos.
Adicionalmente, el realismo se vincula con un tipo de teoría de la verdad, esto es, la verdad por correspondencia. Esta teoría básicamente sostiene que la verdad de una proposición depende de su correspondencia con los hechos del mundo (Russell, 1912).
Es importante aclarar que existen sutilezas y diferencias de fondo entre diferentes “sentidos o tipos” de realismo. Haack en 1987 retrató esta diversidad con especial cuidado y atención analizando las conexiones entre las tesis fundamentales de los diferentes sentidos de realismo (por ejemplo, el realismo teorético, el realismo progresivo, el realismo escolástico, etc.), de manera que, más que consistir un solo paquete de tesis, el realismo es un sistema filosófico con múltiples sentidos, algunos de los cuales son independientes entre sí, por ejemplo, el realismo teorético y el realismo optimista (Haack, 1987).
Considerando la amplitud de sentidos y delimitaciones relativas a los distintos tipos de realismo, en el presente trabajo se ha optado por seleccionar un sentido que se encuentra en línea con las ideas de Kantor (1988): “…el estudio del trabajo del científico, que revela claramente que el conocimiento depende de las cosas, no las cosas del conocimiento. Para lograr conocimientos y alcanzar descripciones y explicaciones exactas debemos mejorar nuestros contactos con los acontecimientos…” (p. 17). En este sentido, si el conocimiento del mundo, como acto del hombre, es resultado de las cosas y los estados del mundo, entonces estos últimos deben ser independientes del conocimiento derivado a riesgo de caer en un círculo vicioso.
El sistema realista con el que coincide esta postura es el de Bhaskar (1991). Al asumir la intencionalidad reconocida en la ciencia por entender y explicar los acontecimientos del mundo, el sistema de Bhaskar propone un realismo basado en la distinción entre objetos transitivos e intransitivos: “…en breve, los objetos intransitivos del conocimiento son en general invariantes a nuestro conocimiento de ellos: Son las cosas, estructuras, mecanismos, procesos eventos y posibilidades del mundo y, por lo general son bastante independientes de nosotros…” (Bhaskar, 1978, p. 22).
Por otro lado, los objetos transitivos son: “…todo aquello que es socialmente producido con el fin de obtener conocimiento… son todas las prácticas y actividades del hombre… son también los hechos y las teorías, los paradigmas y los modelos, los métodos, las técnicas de investigación, así como las aplicaciones prácticas de los conocimientos…” (Olive, 1994, p. 232).
Ambos conjuntos de objetos no deben interpretarse por separado en el devenir histórico de las distintas especialidades científicas, sino más bien se les debe pensar como complementos en el realismo de Bhaskar (1978): “El principio de la intransitividad existencial de los objetos, de que las cosas en general existen y actúan independientemente de sus descripciones, debe complementarse con el principio de la transitividad histórica del conocimiento, de que sólo podemos conocer aquellas cosas bajo descripciones transformables particulares y potenciales…” (p. 24).
De esta forma se presenta una primera similitud entre el interconductismo y un sentido del realismo, el Realismo Crítico, que acepta la existencia de una realidad independiente (como condición intransitiva) que trasciende, pero posibilita los sistemas de conocimiento (como condición transitiva) que constituyen el saber científico. La propuesta de dicho realismo asume precisamente la existencia de prácticas, actividades y operaciones científicas aceptadas, tal cual son, sin introducir elementos arbitrarios o idealizaciones relativas a una supuesta “complejidad” deseable desde perspectivas filosóficas.
Sin embargo, la simple similitud entre estas ideas de Kantor y de Bhaskar no es suficiente para justificar desde la psicología un sistema filosófico. Más que justificarlo, la idea es que la psicología puede proveer el apoyo necesario para fortalecer su posición como filosofía de la ciencia. Para justificarlo, en cambio, se puede elaborar un panorama intuitivo, y poco controversial, de lo que es la ciencia, el cual deben surgir y ser compartido por otros autores desde diversos campos de la filosofía de la ciencia para, finalmente, mostrar cómo el sentido de realismo adoptado captura dichas intuiciones y en este sentido se le justifica por méritos propios.
Intuiciones sobre la ciencia
Resulta poco controversial, inclusive trivial, el sostener que la ciencia es una forma de conocer el mundo. Pero ¿cómo se ha generado este conocimiento? Las intuiciones dicen que gracias a la práctica experimental y a la elaboración de teorías como explicaciones y descripciones de los hechos del mundo. Adicionalmente, se intuye que se conocen cosas del mundo que los antepasados desconocían, esto es, que hay algo en la ciencia actual que ha cambiado respecto de la ciencia del pasado. Con fines de claridad en la exposición se tratará por separado cada una de estas intuiciones.
La intuición sobre experimentación
Los científicos hacen experimentos. Esta intuición sobre las prácticas experimentales asume que parte del proceder cotidiano de un científico activo es el diseño de situaciones que permitan controlar distintas variables y así garantizar la veracidad de las conclusiones extraídas de dichas prácticas, tal como se señala en los medios oficiales y oficiosos de divulgación de la ciencia. Hacking (2001) claramente expresa esta intuición al señalar que: “…era costumbre usar ‘método experimental’ simplemente como sinónimo de método científico. La imagen popular, ignara, del científico era la de alguien en una bata blanca de laboratorio” (p. 177).
En la segunda parte de su libro Representar e Intervenir, Hacking (2001) muestra (entre otras cosas) la relación estrecha entre experimento y teoría. Sus sugerencias implican no tomar una posición unilateral con respecto al papel del experimento, ya sea subordinándolo o supraordinándolo a la teoría. Esta sugerencia se corresponde con lo señalado por Ferreirós y Ordóñes (2002): “…teorización y experimentación deben ser reconocidos como pares entre los que no hay un primero: la teoría no es el rey” (p. 48).
Si se atiende al trabajo historiográfico de Hacking (2001) y a la propuesta de rechazo al Imperialismo Epistémico (Camacho, 2012) en filosofía de la ciencia, entonces la práctica experimental se vuelve uno de los ejes rectores del conocimiento y no sólo la herramienta de confirmación de la teoría. Si adicionalmente se acepta la validez al argumento inductivo por autoridad señalado por Salmon (1965) se puede confiar en que la intuición sobre la relevancia de la experimentación en la ciencia es correcta.
La intuición sobre la explicación y la descripción
Las teorías científicas representan cómo es/será el mundo y el porqué de dichos estados. La primera parte de esta intuición puede llamarse descripción; en tanto que la teoría informa de las características abstractas de los objetos, de sus relaciones presentes, así como de sus posibles características futuras. Claro que puede realizarse un análisis más detallado de esta primera parte de la intuición; véase el trabajo de Camacho (2019) en el que se señala que:
En la teoría, tomada en aislado, la predicción no tiene lugar. La definición misma de teorización impide el tipo de trabajo que la predicción supone. Sin embargo, al delimitar y reconocer los binomios teorización-extensión y experimentación-teorización e identificar el papel de la predicción en cada uno, resulta clara y pertinente su denominación con “P” mayúscula o minúscula, respectivamente… (p.110)
La segunda parte de la intuición puede llamarse explicación de los procesos, funciones o mecanismos concretizados en dichas descripciones. Resulta indiscutible el hecho de que tanto la explicación como la descripción han ocupado gran cantidad de espacio en la literatura de la filosofía de la ciencia; por ejemplo, si se consideran las ideas de Hempel (1963) y de Popper (1959), prácticamente se ha abarcado la totalidad de las influencias fundacionales relativas a la discusión entre deducción e inducción científica, y siguiendo nuevamente a Salmon (1965), parece que la intuición sobre su relevancia también es correcta.
La intuición sobre el cambio
La ciencia cambia. Esta intuición implica que, por razones culturales y sociales cuyo esclarecimiento rebasa el objetivo del presente trabajo, pero que podrían ser fundamentales para un programa fuerte de sociología del conocimiento científico (Olive, 1994), la ciencia puede ser descrita como un proceso social de “refinamiento” o “avance” hacia el descubrimiento de nuevos hechos del mundo. Esta intuición comienza a cuestionarse cuando se duda de la legitimidad de los criterios empleados para señalar dicho avance. Es en este momento de incertidumbre en el cual los historiadores y filósofos de la ciencia entran en escena, señalando ideas útiles para el entendimiento de la ciencia en su forma dinámica y cambiante. Ejemplos de lo anterior se pueden encontrar en autores como Rachel Laudan (1999), Larry Laudan (1977) o Thomas Kuhn (1982) entre muchos otros. Inclusive si se adoptara la alternativa social de la explicación del conocimiento científico, la idea de cambio se encuentra presente (Bloor, 1994). Independientemente de si se adopta alguno de estos sistemas, la intuición sobre el cambio es compartida y en este sentido la tercera intuición parece estar respaldada.
Estas tres intuiciones, poco controversiales, forman parte de la historiografía y la metodología de la ciencia; en este sentido no constituyen parte del realismo de Bhaskar; sin embargo, a continuación se mostrará cómo dicho realismo captura estas tres intuiciones.
Las intuiciones capturadas
El realismo propuesto por Bhaskar (1978) captura la intuición sobre la experimentación como uno de los elementos utilizados en su argumento para justificar su propuesta. En particular, Bhaskar señala que el análisis de la práctica experimental conduce a la separación entre las leyes causales y las regularidades o secuencias de eventos:
La inteligibilidad de la actividad experimental presupone no sólo la intransitividad sino el carácter estructurado de los objetos investigados en condiciones experimentales… Así, en un experimento somos un agente causal de la secuencia de eventos, pero no de la ley causal que la secuencia de eventos… nos permite identificar… En segundo lugar, a la actividad experimental sólo se le puede dar una justificación satisfactoria si se considera que la ley casual que nos permite identificar prevalece fuera de los contextos en los que se genera la secuencia de eventos… (Bhaskar, 1978, p. 33).
De esta forma, para Bhaskar (1978) el análisis de la práctica experimental apoya su propuesta de la distinción entre regularidades de eventos y leyes causales, una distinción fundamental para dar sentido a lo que llama la dimensión intransitiva de la ciencia.
Por otro lado, su propuesta de realismo captura intuiciones sobre la explicación como parte de su distinción entre mecanismos generativos (sobre los cuales giran las explicaciones) y las conjunciones de eventos (sobre las cuales giran las descripciones). Bhaskar (1978) se refirió a la relación entre leyes causales y explicación como sigue:
Una vez que se establece la independencia categórica de las leyes causales y los patrones de eventos, entonces podemos aceptar fácilmente que las leyes continúen operando en sistemas abiertos, donde no prevalecen conjunciones constantes de eventos. Y la explicación racional de los fenómenos que ocurren en tales sistemas se hace posible (Bhaskar, 1978, p. 33).
Ahora bien, en lo que toca a la descripción, Bhaskar (1991) tocó el tema en su propuesta del modelo Descripción-Explicación-Transformación (DET), al considerar a la descripción como la explicitación de los parámetros característicos de las secuencias o regularidades de eventos producidos en el laboratorio.
Finalmente, el Realismo Crítico captura la intuición de cambio al tratar la distinción entre las condiciones transitivas e intransitivas de la ciencia, siendo la primera la que se enfoca al cambio y la forma dinámica de la ciencia, en especial considerando que existen formas de conocimiento precurrentes de otras. Al respecto Bhaskar (1978) señaló lo siguiente:
Si podemos imaginar un mundo de objetos intransitivos sin ciencia, no podemos imaginar una ciencia sin objetos transitivos, es decir, sin antecedentes científicos o precientíficos. Es decir, no podemos imaginar la producción de conocimiento salvo de, y por medio de, materiales similares al conocimiento. El conocimiento depende de antecedentes similares al conocimiento… (p. 22)
De esta forma, las intuiciones sobre la ciencia relativas a la experimentación, la explicación/descripción y el cambio, son capturadas por el Realismo Crítico sin tener que apelar a conjeturas hipotéticas que extiendan lo que podría ser visto como las premisas triviales respecto de la práctica científica. Esto permite tener confianza en él como un buen sistema filosófico para basar la ontología de la ciencia.
Hasta este punto se ha presentado una caracterización parcial del realismo, de su diversidad y a partir de tres intuiciones compartidas por distintas áreas de la filosofía de la ciencia se le ha justificado como un buen sistema en filosofía de la ciencia. Ahora ha llegado el momento de presentar las fuentes de apoyo de dicho realismo para avanzar hacia la presentación de la manera en que el modelo interconductual puede constituirse como una alternativa de apoyo al mismo.
Apoyo al realismo de Bhaskar
Una forma en que se puede dar el apoyo a un sistema filosófico puede ser por su respaldo dados los desarrollos y postulados de enfoques científicos sustantivos. A continuación, se muestra el apoyo que ha recibido el realismo de Bhaskar desde las Ciencias Cognitivas y cómo el Interconductismo puede suministrar una fuente alternativa de apoyo.
Desde la literatura de las Ciencias Cognitivas (Nellhaus, 2004) se ha señalado que aun cuando el realismo “encarnado” (véase Lakoff & Johnson, 1999) no se ha desarrollado plenamente como realismo crítico, existen puntos en común entre ellos en tanto que ambos asumen que:
- El mundo material existe y el conocimiento sobre este es posible.
- El conocimiento no es absoluto sino relativo a los modos de interacción humano con el mundo.
- El conocimiento no depende de observaciones directas.
- La realidad esta estratificada.
- Entidades reales tienen poderes causales.
- La filosofía debe estar informada de los resultados de la investigación científica.
Estos puntos en común, señalados por Nellhaus (2004), pueden ser agrupados en tres bloques: 1. Sobre el conocimiento (que incluye los puntos a, b y c); 2. Sobre la realidad (que incluye los puntos d y e) y 3. Sobre la naturalización de la filosofía (que incluye el punto f).
A continuación, se mostrará como cada bloque, considerando como desiderata del apoyo cognoscitivo al realismo de Bhaskar, también puede ser satisfecho por el modelo interconductual.
La alternativa interconductual sobre el conocimiento
Considerando las bases del modelo interconductual previamente descritas, el conocimiento es visto como una forma particular de relacionarse con objetos de estímulo. Esta forma de relación se puede estructurar en cualquiera de cinco niveles reconocidos en la teoría de proceso (Ribes & López, 1985). Ahora bien, estas formas evolucionan tanto horizontalmente (diversificando sus aspectos morfológicos) en cada uno de estos niveles, como verticalmente al permitir el tránsito entre los niveles (Mares & Rueda, 1993). De esta forma, las nociones epistémicas de saber cómo y saber que se interpretan ubicando la primera en los primeros tres niveles, que podrían ser llamados situacionales, de tal manera que el saber relativo a cómo mover, modificar o transformar objetos son casos que ejemplifican diversidades morfológicas del mismo tipo funcional. Mientras que la segunda noción se ubicaría en los últimos dos niveles, llamados a su vez extrasituacionales o sustitutivos, los que implican la vinculación simbólica entre sistemas verbales. Esto se ejemplificaría mediante saberes referenciales definicionales o de pertinencia lógica sobre temas específicos o generales.
Lo anterior implica que, desde esta perspectiva, el conocimiento se identifica de forma relativa a los modos de organización de la interacción entre el organismo y el mundo. La investigación al respecto ha posibilitado la identificación de: “…algunos factores que configuran funcionalmente los estados que constituyen las creencias y cómo cambian durante diferentes momentos evolutivos hasta consolidarse en las formas institucionalizadas de la enseñanza de la ciencia y de la cultura científica…” (Camacho, 2021, p. 164). Así, la organización en los niveles situacionales (contextual, suplementario y selector) depende tanto de los parámetros fisicoquímicos del objeto de conocimiento como de las características del organismo, mientras que en los niveles sustitutivos (sustitutivo referencial y sustitutivo no referencial), al caracterizarse por un desligamiento del aquí y el ahora, el conocimiento depende de las propiedades lingüísticas de sistemas de respuesta y de estímulo propias de un medio de contacto convencional.
Finalmente, el conocimiento referencial o teórico, que generalmente se emplea como ejemplar ilustrativo del saber, que también es relativo a los niveles de interacción. En los niveles sustitutivos, este no es función de las propiedades situacionales, ni de las capacidades reactivas del sujeto, ni del contenido semántico o sintáctico, es decir, que los objetos de estímulo con los cuales se entra en contacto sustitutivo no se definen por su morfología o estructura sino por la organización o arquitectura funcional de la interacción que se potencializa y actualiza en la evolución ontogenética.
De esta forma se cumple la primera de las desiderata: Tanto el Realismo Crítico como el Interconductismo asumen que el conocimiento depende de los modos de interacción con el mundo (reconociendo que hay modos en los que la independencia de lo observacional/situacional es total).
La alternativa interconductual sobre la realidad
Son dos los puntos cruciales de la segunda desiderata: a) la estratificación y b) los poderes causales. Para Bhaskar existe un proceso dialéctico del descubrimiento científico. Este proceso consta de tres fases: la descripción de regularidades, la construcción de idealizaciones y, por último, la explicitación de los mecanismos causales. Este proceso constituye la lógica del descubrimiento científico. El inicio de este proceso, tanto para Kantor como para Bhaskar, es indispensable, aunque es necesario señalar que para el último la relevancia se establece sólo hasta que se completa el proceso “trifásico”: “Así, hay en la ciencia un tipo característico de dialéctica en la que se identifica una regularidad, se inventa una explicación plausible para ella y luego se comprueba la regularidad de las entidades y procesos postulados en la explicación” (Bhaskar, 1978, p. 145). De la misma forma, para Kantor el paso de eventos su observación y análisis puede ser descrito atendiendo al siguiente orden: a) nivel existencial, b) nivel evento/observación, c) nivel investigativo, d) nivel primer analítico y e) nivel segundo analítico (Kantor, 1959, p. 252–256).
Dicho proceso se dirige hacia la clarificación de la naturaleza de los eventos del mundo, lo que nuevamente, tanto para Kantor como para Bhaskar es el objetivo de toda ciencia. Respectivamente, el primero propuso que “Todos los contactos científicos con las cosas tienen un objetivo principal: la determinación de su naturaleza: su constitución y organización…” (Kantor, 1988, p. 14), mientras que el segundo señaló que: “…La ciencia se preocupa… con la comprensión de los diferentes mecanismos de producción de fenómenos en la naturaleza…” (Bhaskar, 1978, p. 163).
El paso de un estrato o nivel a otro se aprecia, por ejemplo, en las explicaciones fisicoquímicas. Si se extiende el análisis al dominio de la psicología con un enfoque interconductual, no se percibe gran diferencia entre dicha descripción y la forma en la que un interconductista podría referir su campo de estudio. Específicamente desde el modelo interconductual, se observa el comportamiento de un organismo identificando regularidades y consistencias, identificando dicho comportamiento por su complejidad funcional (primer estrato), se analiza la forma particular y estrictamente idiosincrática de su comportamiento identificable mediante el proceso de individuación (segundo estrato); posteriormente se describen las posibilidades y potencialidades de dicha individuación en diferentes circunstancias futuras apelando a los procesos de desarrollo horizontal y vertical de su comportamiento (tercer estrato). Ahora, una investigación particular no requiere seguir todo este tránsito entre estratos; puede simplemente dirigirse a uno o dos de los mismos, ratificando la realidad de los procesos de estructuración del comportamiento (Ribes & López, 1985), los del desarrollo (Mares & Rueda, 1993) y los de la individuación interconductual (Ribes, 2009).
De esta manera, el planteamiento interconductual constituido por la triada: teoría de Proceso-Desarrollo-Individuación, es similar al modelo de estratificación propuesto por Bhaskar, por lo que se puede sostener que el Interconductismo apoya el planteamiento del Realismo Crítico sobre la estratificación de la realidad y el conocimiento.
Finalmente, respecto del concepto de poderes causales, también llamados mecanismos generadores, Bhaskar (1978) los presentó como los responsables de las regularidades identificadas y definidos como tendencias de los objetos en el mundo. Estas ideas sobre mecanismo generativo se asemejan a la idea interconductual de que el trabajo de investigación psicológico implica estudiar la función estímulo-respuesta y de que no se debe sustantivizar el evento psicológico, esto es, no es ni la respuesta en sus aspectos morfológicos ni el estímulo en sus aspectos temporales o químicos, ni sus regularidades (en tanto eventos discretos) dentro de un eje de coordenadas, los que dotan al evento de especificidad psicológica, sino que es la estructuración de un campo de relaciones reciprocas entre estos lo que define la realidad psicológica interconductual. Es esta estructuración del campo lo que genera patrones de respuesta regulares como ajuste del organismo al medio, lo que a su vez permite la identificación de niveles jerarquizables en los que se desarrolla y se individualiza el comportamiento.
Al respecto, Ribes (2018) ha elaborado la noción de circunstancialidad funcional para describir la forma en que:
…un sistema psicológico es un sistema que incluye la circunstancialidad de las relaciones propias de un subsistema biológico con otros subsistemas biológicos y físico-químicos… no son los subsistemas biológicos y físico-químicos comprendidos, sino las relaciones de circunstancialidad funcional de sus contactos mutuos. Estas relaciones… son las unidades de análisis del campo interconductual y las denominaremos relaciones de contingencia… (p. 104).
De esta manera el planteamiento interconductual acerca de las razones de las regularidades observadas, esto es, de las contingencias como circunstancialidad funcional del evento psicológico, se asemeja a la idea de Bhaskar de que los objetos de estudio de la ciencia son los mecanismos causales, como tendencias funcionales, identificados mediante, pero fundamentalmente distintos de, las regularidades observadas. Con este argumento la segunda parte de la desiderata concerniente a la realidad queda cubierta.
La alternativa interconductual sobre la naturalización de la filosofía
Este punto implica la afirmación de que la ciencia puede proporcionar la clase de información que la filosofía requiere lo que a su vez demanda el análisis de problemas profundos y complejos. Algunos de estos se han presentado previamente (Camacho, 2021) como parte la serie de reflexiones de las cuales forma parte el presente trabajo. Sin embargo, con respecto a lo que aquí compete es posible señalar que tanto Bhaskar como Kantor aceptan la necesidad de una estrecha relación entre la filosofía y la ciencia. Ejemplos de lo anterior se pueden reconocer en las siguientes citas de ambos autores:
Un sistema filosófico puede servir para racionalizar la práctica de una ciencia de otra manera, es decir, a través de sus propias analogías científicas sustantivas y la correspondencia o resonancia que encuentran en la ciencia … (Bhaskar, 1978, p. 243).
…Es en relación con la ciencia de la que se deriva principalmente; la filosofía científica sirve para coordinar los hallazgos de las disciplinas especiales y para proporcionar un sistema postulacional para el control de los constructos (Kantor, 1984, p. 12).
Estas citas permiten apreciar cómo para ambos autores la cercanía entre la ciencia y la filosofía demanda y posibilita un mejor entendimiento de ellas, con lo cual parece demostrarse el cumplimiento de la última desiderata.
De esta forma y habiendo considerado las tres desideratas previamente planteadas, se puede sostener que el modelo interconductual implica el reconocimiento de múltiples elementos filosóficos en línea con los elementos empleados por Nellhaus (2004) para sustentar el apoyo, desde las ciencias cognitivas, al Realismo Crítico. El Interconductismo, al satisfacer de forma equitativa dichas desiderata, puede ser presentado como una genuina alternativa a dicho apoyo, con lo cual se demuestra nuevamente su continuidad con campos de conocimiento distintos a la Psicología.
Conclusión
El presente trabajo ha mostrado una línea de pensamiento en la que se vinculan el modelo interconductual y el sistema del Realismo Crítico. Esto posibilita responder a la pregunta inicial señalada: efectivamente, parece que sostener la afirmación de que “los constructos de derivan del contacto” aproximan el planteamiento a un tipo de realismo en el que tiene sentido suponer que el conocimiento depende de los modos de interacción con el mundo, que la realidad puede describirse de forma estratificada, que los objetos de estudio de la ciencia son las circunstancias funcionales, identificados mediante, pero fundamentalmente distintos de, las regularidades físico-químicas observadas y finalmente, que la cercanía entre la ciencia y la filosofía demanda y posibilita un mejor entendimiento de ambas.
Por otro lado, el considerar al Realismo Crítico como un sistema plausible en filosofía de la ciencia que puede encontrar apoyo en el Interconductismo fortalece amabas perspectivas, a uno como sistema ontológico y al otro como modelo científico específico. Esto no significa que el Interconductismo es totalmente compatible con el Realismo Crítico. Existen puntos que establecen distancias y conflictos entre ambos; por ejemplo, la idea de Kantor de que la explicación no es diferente de la descripción sería rechazada por Bhaskar, quien apelaría a las nociones de mecanismo generativo y de producción experimental para dotar de sentido a tal distinción. Pero considérese que, en ciencia ningún trabajo puede considerarse como definitivo; encontrar similitudes entre dos perspectivas previamente no vinculadas y extraer una conclusión es fundamental para dar paso a nuevas reflexiones considerando posibles diferencias o incluso nuevas similitudes. Si se puede sostener que el Interconductismo y el Realismo Crítico coinciden en la necesidad de que en ciencia los modelos supongan un concepto claro de realidad, cuya postulación y refinamiento dependa de los argumentos filosóficos, mientras que su especificación corresponda al trabajo de investigación científica, entonces se ha mostrado continuidad entre ambos modos de conocimiento. Esto último, ha sido parte de los objetivos de la serie de reflexiones (Camacho, 2012; Camacho, 2021; Camacho, Arroyo & Serrano, 2011) a la que se integra el presente trabajo.
El que el modelo interconductual presente continuidad con otros campos de conocimiento puede ser visto como un signo de una virtud epistémica a la par con criterios como la simplicidad, la precisión, la consistencia, el alcance y la fecundidad (Kuhn, 1982). De ser así, se sugiere que este criterio abone a una revaloración de lo que significa ser una mejor o peor alternativa en psicología. Mediante la exploración de las implicaciones, los compromisos y, por qué no decirlo, las limitaciones de continuidad que cada alternativa presenta se avanzan hacia el posicionamiento de la psicología como una ciencia moderna, pero multiparadigmática.
Referencias
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Notas
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Profesor de la Carrera de Psicología en la FES Iztacala UNAM. isaac_camacho@hotmail.com ↑