La familia, desaparición forzada y duelo Descargar este archivo (2. Fermoso Norma.pdf)

Rubén González Vera[1], Norma Leticia Cabrera Fermoso[2], Herminia Mendoza Mendoza[3] y Roberto Arzate Robledo[4]

Facultad de Estudios Superiores Iztacala
Universidad Nacional Autónoma de México

Resumen

La cien­cia es el cono­ci­mien­to obje­ti­vo, veri­fi­ca­ble y repro­du­ci­ble, que se apli­ca a la cien­cia de la con­duc­ta, al estu­diar el com­por­ta­mien­to indi­vi­dual, de gru­po y en socie­dad. La fami­lia es un gru­po en socie­dad que gene­ra iden­ti­dad y regu­la las prác­ti­cas socia­les en las per­so­nas. Entre sus fun­cio­nes está inte­grar y for­mar indi­vi­duos en una socie­dad, así como pro­veer salud y edu­ca­ción (Zulua­ga, 2007). Sin embar­go, estas estruc­tu­ras fami­lia­res pue­den cam­biar cuan­do sufren algún tipo de vio­len­cia, como la des­apa­ri­ción for­za­da, que afec­ta su modo de fun­cio­na­mien­to. El obje­ti­vo del pre­sen­te artícu­lo es vin­cu­lar la expe­rien­cia viven­cial y de due­lo de los padres ante la des­apa­ri­ción for­za­da de sus hijos des­de las con­cep­cio­nes de la moder­ni­dad y la pos­mo­der­ni­dad en la socie­dad actual; para ejem­pli­fi­car las eta­pas de due­lo de la teo­ría de Kübler-Ross se toma­rá el caso de la des­apa­ri­ción for­za­da de los 43 estu­dian­tes de Ayotzi­na­pa.

Pala­bras cla­ve: eta­pas del due­lo, Moder­ni­dad-pos­mo­der­ni­dad, teo­ría de Kübler-Ross, Caso de Ayotzi­na­pa.

Abstract

Scien­ce is objec­ti­ve, veri­fia­ble and repro­du­ci­ble know­led­ge, which is applied to the scien­ce of beha­vior, stud­ying indi­vi­dual, group and social beha­vior. The family is a group in society that gene­ra­tes iden­tity and regu­la­tes social prac­ti­ces in peo­ple. Among its fun­ctions is to inte­gra­te and form indi­vi­duals in a society, as well as to pro­vi­de health and edu­ca­tion (Zulua­ga, 2007). Howe­ver, the­se family struc­tu­res can chan­ge when they suf­fer some type of vio­len­ce, such as for­ced disap­pea­ran­ce, which affects their mode of fun­ctio­ning. The objec­ti­ve of this arti­cle is to link the expe­rien­tial and mour­ning expe­rien­ce of parents in the face of the for­ced disap­pea­ran­ce of their chil­dren from the con­cep­tions of moder­nity and post­mo­der­nity in toda­y’s society; the case of the for­ced disap­pea­ran­ce of the 43 stu­dents of Ayotzi­na­pa will be used to exem­plify the sta­ges of mour­ning of the Kübler-Ross theory.

Key­words: Sta­ges of grief, Moder­nity-post­mo­der­nity, Kübler-Ross theory, Ayotzi­na­pa case.

Introducción

La cien­cia es el cono­ci­mien­to obje­ti­vo y racio­nal de uni­ver­so que es com­pro­ba­ble, veri­fi­ca­ble, repro­du­ci­ble, impar­cial, apli­ca­do, sis­te­má­ti­co, orde­na­do, legal y demás carac­te­rís­ti­cas. Estos cri­te­rios son los mis­mos que se apli­can, entre otras, en la cien­cia de la con­duc­ta al estu­diar el com­por­ta­mien­to indi­vi­dual, de gru­po y en socie­dad, en cuan­to a su modo de desa­rro­llo de cog­ni­cio­nes y pro­ce­sos emo­cio­na­les y afec­ti­vos. Dichos pro­ce­sos lle­gan a alte­rar­se al cam­biar las con­di­cio­nes exter­nas en que se des­en­vuel­ven indi­vi­duos y gru­pos; por ejem­plo, en situa­cio­nes de ame­na­za que con­tro­lan la con­duc­ta median­te el uso de estra­te­gias repre­si­vas que rom­pen con el orden jurí­di­co, pro­du­cien­do esta­dos de mie­do y terror; y más aún, cuan­do no hay defen­sa legal que esta­blez­ca jus­ti­cia por estar some­ti­da a los apa­ra­tos de gobierno.

En el mis­mo sen­ti­do, la cien­cia jurí­di­ca y los modos de apli­ca­ción del dere­cho se divor­cian en su con­gruen­cia cuan­do entran en jue­go intere­ses de poder eco­nó­mi­co, ideo­ló­gi­co y polí­ti­co. La polí­ti­ca, par­ti­cu­lar­men­te, es el arte de la con­cer­ta­ción, de la nego­cia­ción, del acuer­do entre las par­tes invo­lu­cra­das ante un pro­ble­ma de orden social.

Debi­do a dis­tin­tos intere­ses, en situa­cio­nes polí­ti­cas se rom­pe la obje­ti­vi­dad, impar­cia­li­dad y toda la carac­te­ri­za­ción cien­tí­fi­ca. En los pro­ble­mas polí­ti­cos se actúa casi siem­pre con la fuer­za repre­so­ra y vio­len­ta del poder más que con la razón cien­tí­fi­ca y huma­na al abor­dar­los sin otor­gar en pri­mer lugar posi­bles sali­das de acuer­do legal en los mejo­res tér­mi­nos.

Este pudie­ra ser el caso de lo que ha ocu­rri­do con dis­tin­tos gru­pos disi­den­tes de un gobierno; don­de gene­ral­men­te éste últi­mo ope­ra con medi­das de con­trol endu­re­ci­das de fuer­za que afec­tan mar­ca­da­men­te a los indi­vi­duos en su vida par­ti­cu­lar y a las fami­lias ente­ras en su vida glo­bal. Fami­lias que se enfren­tan a bata­llar con miem­bros paren­ta­les des­apa­re­ci­dos de mane­ra for­za­da y que atra­vie­san por todo un pro­ce­so de due­lo com­pli­ca­do, de sufri­mien­to, sole­dad e impo­ten­cia por la apli­ca­ción del uso del poder guber­na­men­tal y la ausen­cia del papel de la cien­cia para resol­ver deter­mi­na­dos con­flic­tos. Se pue­de afir­mar con toda segu­ri­dad que la cien­cia, en su cono­ci­mien­to rigu­ro­so y espe­cia­li­za­do, está por deba­jo de la ley en el ejer­ci­cio de la jus­ti­cia.

Ante la des­apa­ri­ción for­za­da de un miem­bro paren­tal, la fami­lia tran­si­ta por un due­lo com­pli­ca­do; víc­ti­ma de la injus­ti­cia, cuya estruc­tu­ra de orga­ni­za­ción se trans­for­ma al inte­rior de su diná­mi­ca y al exte­rior en con­tac­to con el mun­do que la rodea. Su for­ma de vida cam­bia y a la vez entra en un pro­ce­so de difí­cil de supera­ción en el que resul­ta poco pro­ba­ble un de cam­bio favo­ra­ble en su fun­cio­na­mien­to en la socie­dad. Tal es el caso de la des­apa­ri­ción de los 43 estu­dian­tes de Ayotzi­na­pa, cuyas fami­lias, en su lucha por encon­trar a sus inte­gran­tes, han que­da­do en el des­am­pa­ro total no reci­bien­do espe­ran­za algu­na de apli­ca­ción de la jus­ti­cia ante la deman­da de apa­ri­ción con vida de los estu­dian­tes y cas­ti­go a los res­pon­sa­bles vin­cu­la­dos al pro­ble­ma. Aquí se pue­de ver cla­ra­men­te la rela­ción de afec­ta­ción diver­sa en la inter­ac­ción fami­lia, des­apa­ri­ción for­za­da y due­lo com­pli­ca­do, que no resul­ta fácil de sanar.

El víncu­lo de estos tres ele­men­tos cons­ti­tu­ye el tema obje­ti­vo del pre­sen­te artícu­lo, que com­pren­de la carac­te­ri­za­ción de cada uno: la expe­rien­cia viven­cial y de due­lo de los padres ante la des­apa­ri­ción for­za­da de sus hijos a la luz de las con­cep­cio­nes de la moder­ni­dad y la pos­mo­der­ni­dad en la socie­dad actual; así como los plan­tea­mien­tos de líneas de inves­ti­ga­ción a desa­rro­llar en con­clu­sio­nes.

El obje­ti­vo de este artícu­lo es plan­tear, en for­ma muy gene­ral, el mar­co de com­pren­sión de la estruc­tu­ra viven­cial y due­lo en los padres de los 43 estu­dian­tes de Ayotzi­na­pa, víc­ti­mas de des­apa­ri­ción for­za­da a la luz de una supues­ta socie­dad abier­ta, plu­ral y diver­sa.

 

a. Caracterización de familia, desaparición forzada y duelo

Fami­lia

De ini­cio, en tér­mi­nos pro­pios, se pue­de plan­tear que la fami­lia es un cons­truc­to que se ins­ti­tu­ye como con­trol de gru­po para regu­lar prác­ti­cas socia­les en las per­so­nas que la inte­gran y que gene­ra iden­ti­dad en las mis­mas. Tam­bién es un sis­te­ma inte­gra­do por dife­ren­tes miem­bros que dan lugar a dife­ren­tes tipo­lo­gías. Es, a la vez, un núcleo de desa­rro­llo bio­ló­gi­co, psi­co­ló­gi­co, social, cul­tu­ral y moral entre indi­vi­duos. Y es la base natu­ral y fun­da­men­tal de la socie­dad. Entre sus fun­cio­nes se encuen­tran: inte­grar indi­vi­duos en una socie­dad, dar iden­ti­dad a los indi­vi­duos de un gru­po, pro­crear y for­mar indi­vi­duos en una socie­dad, así como pro­veer salud y edu­ca­ción. En el sis­te­ma fami­liar se des­en­vuel­ven gru­pos empa­ren­ta­dos con ras­gos comu­nes, patro­nes de ascen­den­cia y des­cen­den­cia que com­par­ten afec­tos, viven­cias, creen­cias y prác­ti­cas socia­les. Ade­más de que la fami­lia posee el dere­cho de reci­bir pro­tec­ción de la socie­dad y del Esta­do. En este sis­te­ma los miem­bros jue­gan roles al inte­rior y exte­rior del cons­truc­to fami­liar y se for­man pau­tas de inter­ac­ción cam­bian­tes y abier­tas en fun­ción del momen­to y del con­tex­to espe­cí­fi­co y gene­ral en que se vive. En este con­jun­to de indi­vi­duos que inter­ac­cio­nan se adap­tan a una cul­tu­ra y la trans­mi­ten median­te la con­duc­ta, el len­gua­je, las creen­cias, los valo­res y el esti­lo de vida entre otros. Ade­más, su con­for­ma­ción le posi­bi­li­ta posi­cio­nar­se a nivel social hacia el mun­do externo.

Para Zulua­ga (2007), la fami­lia es un sis­te­ma per­te­ne­cien­te a un sis­te­ma social en cons­tan­te cam­bio y cuya fun­ción es satis­fa­cer las nece­si­da­des bio­ló­gi­cas y afec­ti­vas de sus miem­bros en for­ma amplia y trans­mi­tir un con­jun­to de valo­res y toda una cul­tu­ra que les per­mi­ta situar­se en una socie­dad. La fami­lia cons­ti­tu­ye el núcleo de la iden­ti­dad per­so­nal y se estruc­tu­ra a par­tir de su fun­cio­na­mien­to, sis­te­ma rela­cio­nal y perío­do evo­lu­ti­vo. Por lo mis­mo, indi­ca que no es posi­ble con­ce­bir a las fami­lias con una sola nor­ma o patrón de obser­va­ción, dado que exis­ten en su con­vi­ven­cia dis­tin­tos tipos y esti­los de actua­ción social y de orga­ni­za­ción jerár­qui­ca y de poder en sus inte­gran­tes. Es un sis­te­ma abier­to que ope­ra en fun­ción de los sub­sis­te­mas que la inte­gran y del sis­te­ma mayor al que se inte­gra. Sin embar­go, estas estruc­tu­ras fami­lia­res pue­den cam­biar cuan­do sufren un acto de vio­len­cia, como es la des­apa­ri­ción for­za­da, que alte­ra la vida y su modo de fun­cio­na­mien­to, par­ti­cu­lar­men­te por un due­lo deri­va­do de la pér­di­da de alguno de sus miem­bros.

Des­apa­ri­ción for­za­da

La des­apa­ri­ción for­za­da es emplea­da como ins­tru­men­to de terror en las per­so­nas de una socie­dad, daña la segu­ri­dad de vivir, afec­tan­do a los parien­tes cer­ca­nos, a su comu­ni­dad y a la socie­dad mun­dial. Ha pro­ve­ni­do de dic­ta­du­ras mili­ta­res y de con­flic­tos espe­cí­fi­cos. Tie­ne como pro­pó­si­to la repre­sión de deter­mi­na­dos opo­nen­tes de un sis­te­ma polí­ti­co. Es una prác­ti­ca de terro­ris­mo, inti­mi­da­ción e impu­ni­dad apli­ca­da a toda per­so­na, inclu­yen­do a las más vul­ne­ra­bles, como niños y dis­ca­pa­ci­ta­dos. La Asam­blea Gene­ral y la Con­ven­ción res­pec­ti­va de la ONU decla­ra­ron y apro­ba­ron, en diciem­bre de 2010 y agos­to de 2011, medi­das de reso­lu­ción y pro­tec­ción a todas las per­so­na­das víc­ti­mas de estas estra­te­gias de terror, decla­ran­do en esta últi­ma fecha el Día Inter­na­cio­nal de las Víc­ti­mas de Des­apa­ri­ción For­za­da (ONU. Dere­chos Huma­nos 2018)

Un caso víc­ti­ma de esta prác­ti­ca terro­ris­ta guber­na­men­tal y de gru­pos de mafias de poder es el de los 43 estu­dian­tes de Ayotzi­na­pa, cuya des­apa­ri­ción no sólo afec­tó a los padres, sino a todo el con­glo­me­ra­do mun­dial por sen­tir­se ame­na­za­do en situa­cio­nes de disi­den­cia polí­ti­ca y que ha lle­va­do a toda una com­pli­ca­ción de due­lo en los fami­lia­res. Caso que pre­sen­ta­re­mos a con­ti­nua­ción que vin­cu­la los ele­men­tos de fami­lia, des­apa­ri­ción y due­lo com­pli­ca­do.

Due­lo

En el due­lo Cor­bin (s/a) men­cio­na que se pro­du­ce gene­ral­men­te en con­di­cio­nes en las que se pre­sen­ta un suce­so que se inter­pre­ta como pér­di­da. Es una expe­rien­cia de dolor que se vive de for­ma per­so­nal y que para ser supe­ra­da cuan­do se com­pli­ca se requie­re tran­si­tar por un con­jun­to de eta­pas para poder nue­va­men­te sen­tir­se bien. No exis­te un pro­ce­di­men­tal lineal que per­mi­ta asi­mi­lar la expe­rien­cia de pér­di­da del mejor modo posi­ble. Se han plan­tea­do, en momen­tos suce­si­vos, dis­tin­tas teo­rías y eta­pas en las que se desa­rro­lla el due­lo, la teo­ría de Kübler-Ross (1969) esta­ble­ce cin­co eta­pas del due­lo que no son estric­tas en su for­ma de ope­ra­ción y suce­sión.

1. Nega­ción: es la pri­me­ra eta­pa del due­lo en la que la per­so­na no acep­ta la pér­di­da de modo cons­cien­te o incons­cien­te, esta­ble­cién­do­se un meca­nis­mo de defen­sa de natu­ra­le­za nor­mal. De momen­to se redu­ce la ansie­dad, se pue­de que­dar atra­pa­da la per­so­na de mane­ra defen­si­va por no desear afron­tar la expe­rien­cia trau­má­ti­ca.

2. Cóle­ra o ira: eta­pa segun­da que con­sis­te en pade­cer tris­te­za, ira y rabia y cul­par­se por la pér­di­da, o a otros, inclu­yen­do obje­tos y ani­ma­les.

3. Nego­cia­ción: en esta ter­ce­ra eta­pa el dolor con­du­ce a ela­bo­rar una nego­cia­ción fic­ti­cia y has­ta divi­na para estar en paz, median­te com­pro­mi­sos con el falle­ci­do, redu­cien­do con ello su dolor, por el momen­to.

4. Depre­sión: en esta cuar­ta eta­pa se mani­fies­ta un dolor inten­so, acom­pa­ña­do de tris­te­za y cri­sis exis­ten­cial por per­ca­tar­se que la per­so­na en cues­tión ya des­apa­re­ció. La sin­to­ma­to­lo­gía es pare­ci­da a la del tras­torno depre­si­vo, con la dife­ren­cia de que la acep­ta­ción de la pér­di­da faci­li­ta la remi­sión del cua­dro.

5. Acep­ta­ción: esta últi­ma eta­pa se carac­te­ri­za por la acep­ta­ción de la con­di­ción dolo­ro­sa, que pue­de tener un tér­mino inme­dia­to o no, depen­dien­do de los recur­sos emo­cio­na­les del afec­ta­do. No es una eta­pa de ale­gría sino de des­ape­go emo­cio­nal y com­pren­sión de lo acon­te­ci­do. Si el due­lo se com­pli­ca y se alar­ga, requie­re de tra­ta­mien­to psi­co­ló­gi­co, para ser supe­ra­do.

Este con­jun­to de eta­pas pue­de ser­vir de refe­ren­te para ela­bo­rar la estruc­tu­ra viven­cial y due­lo de los padres de los 43 estu­dian­tes de Ayotzi­na­pa, des­apa­re­ci­dos de mane­ra for­za­da.

Elaboración vivencial y duelo, en los padres, de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, desaparecidos de manera forzada

Con base en el caso Ayotzi­na­pa, se podría ela­bo­rar des­de una pers­pec­ti­va kuble­ria­na (1969) el con­jun­to de pro­ce­sos viven­cia­les que han sido mani­fes­ta­dos por los padres ante la pér­di­da de sus fami­lia­res a cau­sa de la des­apa­ri­ción for­za­da, lo que los ha con­du­ci­do a per­ma­ne­cer en un due­lo com­pli­ca­do, exten­so y difí­cil de supe­rar. Seme­jan­te a una situa­ción de homi­ci­dio por el uso de vio­len­cia, aquí de mane­ra físi­ca, psi­co­ló­gi­ca, jurí­di­ca y polí­ti­ca, a la que fue­ron some­ti­dos los estu­dian­tes de la Escue­la Isi­dro Bur­gos del Esta­do de Gue­rre­ro de la Repú­bli­ca Mexi­ca­na, se pue­de plan­tear este hecho como un aten­ta­do con­tra la vida, la liber­tad y la dig­ni­dad de las per­so­nas que daña per­ma­nen­te­men­te de modo sig­ni­fi­ca­ti­vo la vida per­so­nal, fami­liar y social de los seres huma­nos. En este pro­ce­so de des­apa­ri­ción, cri­men y pre­sun­to homi­ci­dio colec­ti­vo, el due­lo se hace más com­pli­ca­do, y más aún, debi­do a que no hay cuer­po del deli­to con­fir­ma­do legal­men­te. Sobre el mis­mo no se des­car­ta la posi­bi­li­dad de las múl­ti­ples mira­das del acon­te­ci­mien­to, con­cre­ta­men­te en una socie­dad pos­mo­der­na, plu­ral y diver­sa.

Pri­mer momen­to. Infor­ma­ción del hecho que gene­ró esta­do de shock y coli­sión fami­liar, social e indi­vi­dual, a nivel nacio­nal e inter­na­cio­nal.

Segun­do momen­to. Nega­ción del hecho y con­fir­ma­ción de lo acon­te­ci­do que pro­du­jo esta­lli­do social. Levan­ta­mien­to de lucha­do­res socia­les que exi­gen cla­ri­dad del caso y pre­sen­ta­ción de los res­pon­sa­bles.

Ter­cer momen­to. Desa­rro­llo de ira y vio­len­cia. Enfren­ta­mien­to con­tra el alcal­de Abar­ca, el gober­nan­te Agui­rre, el pre­si­den­te Peña Nie­to, el repre­sen­tan­te del PRD Nava­rre­te y el gobierno en gene­ral.

Cuar­to momen­to. Exi­gen­cia de la pre­sen­ta­ción de los estu­dian­tes con vida bajo el lema: “Vivos se los lle­va­ron, vivos los que­re­mos”.

Quin­to momen­to. Movi­li­za­ción a nivel nacio­nal e inter­na­cio­nal. Cre­ce la fuer­za social de lucha. Cre­cen redes de lucha, inclu­yen­do los medios de línea, a favor de la apli­ca­ción de la jus­ti­cia o en con­tra (sur­ge en inter­net un gru­po de sim­pa­ti­zan­tes del gobierno lla­ma­do anti­ayotzi­na­pa, jun­to con perió­di­cos como Mile­nio o empre­sas tele­vi­si­vas, a saber: Tele­vi­sa, TV Azte­ca y Mile­nio Noti­cias).

Sex­to momen­to. Peti­ción y exi­gen­cia a órga­nos de gobierno per­ti­nen­tes la inves­ti­ga­ción y reso­lu­ción del pro­ble­ma, así como a orga­ni­za­cio­nes de dere­chos huma­nos loca­les y glo­ba­les des­de la ONU has­ta el Vati­cano.

Sép­ti­mo momen­to. Con­ti­núa la exi­gen­cia de jus­ti­cia. Se for­ta­le­ce la lucha social en apo­yo.

Octa­vo momen­to. Ini­cia el ago­ta­mien­to, mie­do y resig­na­ción del movi­mien­to de lucha, enca­be­za­do siem­pre por los padres de fami­lia de los 43. Comien­za la acep­ta­ción de las pér­di­das de mane­ra evi­den­te.

Noveno momen­to. Empie­za el replie­gue y el aban­dono del movi­mien­to por par­te de sus par­ti­ci­pan­tes para con­ti­nuar con sus acti­vi­da­des y sus vidas. Se agu­di­za la acep­ta­ción de las pér­di­das sin renun­ciar a encon­trar­los con vida. El due­lo se com­pli­ca en los padres, fami­lia­res y lucha­do­res cer­ca­nos.

Déci­mo momen­to. Se mani­fies­ta el pro­ce­so de espe­ran­za, de fe, de sen­ti­mien­to, de apo­yo moral; y en todo momen­to, sigue ade­más el apo­yo eco­nó­mi­co, al gru­po de los padres y madres, de los des­apa­re­ci­dos.

Undé­ci­mo momen­to. Se for­ta­le­ce el lema: “Ni per­dón ni olvi­do”. Se escri­be en la his­to­ria no ofi­cial que fue un cri­men de lesa huma­ni­dad o un geno­ci­dio, por exter­mi­nar a un gru­po de una deter­mi­na­da pobla­ción. Esta es la memo­ria his­tó­ri­ca del hecho, son los expe­dien­tes de la ver­güen­za his­tó­ri­ca, pare­ci­dos a los expe­dien­tes no ofi­cia­les del 2 de octu­bre de 1968, 1971, liga 23 de sep­tiem­bre, gru­po de madres hijos y muchos más.

Duo­dé­ci­mo momen­to. Inter­pre­ta­cio­nes y tes­ti­mo­nios apun­tan a que todo fue orques­ta­do para ganar la guber­na­tu­ra del Esta­do de Gue­rre­ro, que final­men­te le arre­ba­tó el PRI al PRD; para repri­mir la movi­li­za­ción de los estu­dian­tes de la Escue­la Isi­dro Bur­gos, que supues­ta­men­te tenía como obje­ti­vo diri­gir­se a boi­co­tear el Infor­me anual del alcal­de Abar­ca y su espo­sa, y de ahí con­du­cir­se a la ciu­dad de Méxi­co para exi­gir la renun­cia del Pre­si­den­te de la Repú­bli­ca Enri­que Peña Nie­to en la mar­cha del 2 de octu­bre de 2014, que en unos días se iba a lle­var a cabo; asi­mis­mo, para aca­bar con la gue­rri­lla ini­cia­da por Gena­ro Váz­quez y Lucio Caba­ñas, erra­di­car el mar­xis­mo de la Escue­la Isi­dro Bur­gos y alcan­zar un mayor con­trol a nivel fede­ral en la lucha de poder del nar­co­trá­fi­co en Gue­rre­ro; entre otras múl­ti­ples razo­nes.

Se pue­de con­si­de­rar que, a par­tir de la obser­va­ción direc­ta y comu­ni­ca­ción per­so­nal con los padres en las mani­fes­ta­cio­nes, el pun­to con­tro­ver­ti­do del due­lo por esta des­apa­ri­ción for­za­da es el siguien­te: a decir de ellos, su lucha será incan­sa­ble has­ta que apa­rez­can con vida sus 43 des­apa­re­ci­dos. Acep­tan la des­apa­ri­ción más no la pér­di­da de sus hijos. Una situa­ción ambi­va­len­te de saber cada día que pro­ba­ble­men­te nun­ca apa­re­ce­rán, pero man­te­nien­do una con­vic­ción de espe­ran­za por el hecho de no haber sido entre­ga­dos los cuer­pos por par­te de las auto­ri­da­des com­pe­ten­tes. Para ellos no han apa­re­ci­do muer­tos, pero tam­po­co con vida, este plan­tea­mien­to com­pli­ca la acep­ta­ción en su due­lo indi­vi­dual y colec­ti­vo.

Elementos de la modernidad y la posmodernidad, en la comprensión del papel de la desaparición, dentro de la sociedad actual

Con base en los prin­ci­pios del cono­ci­mien­to cien­tí­fi­co moderno, pare­ce­ría que habría una sola mira­da de lo acon­te­ci­do en Ayotzi­na­pa 2014: la ofi­cial o ins­ti­tu­cio­nal, sobre la cual no habría posi­bi­li­dad de cues­tio­na­mien­to alguno ni esta­ble­ci­mien­to de diá­lo­go ni de reso­lu­ción del caso. Las cate­go­rías de moder­ni­dad y cien­cia clá­si­ca ven­drían sien­do las orien­ta­do­ras de expli­ca­ción de lo suce­di­do. No obs­tan­te, aún posi­cio­nán­do­se des­de esta pers­pec­ti­va, se recha­zó tan­to la deter­mi­na­ción del labo­ra­to­rio de Vie­na de que el ADN y el mane­jo de mues­tras no corres­pon­día a la gené­ti­ca de los cuer­pos de los estu­dian­tes. En los infor­mes de la Comi­sión y PGR de este país se obvia­ba en todo momen­to el sen­tir y el decir de los padres de fami­lia sobre los hechos vivi­dos que con­for­ma­ba un due­lo difí­cil de ela­bo­rar; por­que se vis­lum­bró el caso de modo racio­nal y polí­ti­co y no emo­cio­nal y dolo­ro­so; tal como lo mar­ca su cua­dro expli­ca­ti­vo posi­ti­vis­ta.

Mien­tras que, en los prin­ci­pios del cono­ci­mien­to pos­mo­derno, fin­ca­dos des­de la decons­truc­ción derri­dia­na de 1967, vin­cu­la­dos al rela­ti­vis­mo con­cep­tual, lo par­ti­cu­lar, la incer­ti­dum­bre, la des­mi­ti­fi­ca­ción del cono­ci­mien­to y la ver­dad de múl­ti­ples modos de sabe­res, la com­pren­sión del suce­so de Ayotzi­na­pa se enfo­ca­ría con múl­ti­ples mira­das de inter­pre­ta­ción como toda una her­me­néu­ti­ca de tra­ba­jo diver­so y plu­ral que con­tem­pla­se fun­da­men­tal­men­te la visión y sen­si­bi­li­dad de los padres en la bús­que­da de expli­ca­ción y reso­lu­ción legal del pro­ble­ma; a tra­vés de la cual se pue­dan otor­gar alter­na­ti­vas diver­sas que logra­ran faci­li­tar un cie­rre emo­cio­nal de su deman­da por dere­cho, de pre­sen­tar los cuer­pos de sus hijos con vida. Esto cobra­ría mayor sen­ti­do de com­pren­sión y actua­ción en la medi­da que se vive en una socie­dad, que ideal­men­te, tien­de al res­pe­to de los dis­cur­sos y prác­ti­cas dife­ren­tes, den­tro de las nor­mas esta­ble­ci­das en un mun­do inclu­yen­te, abier­to y tole­ran­te; en el que no debe exis­tir repre­sión y des­apa­ri­ción algu­na de per­so­nas con tin­tes polí­ti­cos por la razón huma­na de que ponen en cri­sis emo­cio­nal a los fami­lia­res cer­ca­nos, mar­can­do situa­cio­nes de terror al mun­do en su con­jun­to.

Conclusiones

Fren­te a estos hechos de injus­ti­cia, don­de se ven afec­ta­das las fami­lias en sus modos de vida y en su fun­cio­na­mien­to total, se pre­ten­de pro­po­ner ante las ins­tan­cias corres­pon­dien­tes el esta­ble­ci­mien­to obli­ga­do y com­pro­me­ti­do de que se cum­pla con el ejer­ci­cio de la ley para garan­ti­za­rar trans­pa­ren­cia en los pro­ce­sos jurí­di­cos; de tal modo que no vio­len­ten el ciclo evo­lu­ti­vo de los indi­vi­duos y las fami­lias en un con­tex­to de dere­cho que debe pre­va­le­cer en este país y en el mun­do.

Desa­rro­llar ade­más pro­ce­sos de con­cien­cia legal y de sen­si­bi­li­dad fren­te a la injus­ti­cia en los ser­vi­do­res públi­cos por las con­se­cuen­cias que pro­vo­can, por su desem­pe­ño arbi­tra­rio y prác­ti­cas de corrup­ción. Exi­gir a la Comi­sión Nacio­nal de Dere­chos Huma­nos (CNDH), dada su auto­no­mía de labor, que resuel­va los casos que le com­pe­ten en un pla­zo no mayor a seis meses, y más aún, aque­llos que tie­nen que ver con crí­me­nes de lesa huma­ni­dad y geno­ci­dio; cuya reso­lu­ción es deman­da­da por par­te de fami­lias afec­ta­das por las con­se­cuen­cias de estas prác­ti­cas de terro­ris­mo por des­apa­ri­ción for­za­da, ya sea veni­da de par­te del gobierno, del cri­men orga­ni­za­do o del con­jun­to de ambos. Esta­ble­cer por par­te del gobierno pro­gra­mas de apo­yo psi­co­ló­gi­co, tana­to­ló­gi­co, de salud médi­ca, eco­nó­mi­ca y legal a los padres, tuto­res y miem­bros cer­ca­nos

al pro­ce­so de viven­cia de la expe­rien­cia trau­má­ti­ca, que sig­ni­fi­ca para ellos un sumo daño físi­co, finan­cie­ro, emo­cio­nal, moral y espi­ri­tual.

Cons­truir en mayor medi­da gru­pos de auto­ayu­da guber­na­men­ta­les y autó­no­mos, de padres y per­so­nas cer­ca­nas, que viven este tipo de hechos impu­nes y que lle­gan has­ta per­der la vida sin haber logra­do, con su esfuer­zo ruti­na­rio, una solu­ción a la deman­da, que por ley les per­te­ne­ce, de encon­trar a sus hijos des­apa­re­ci­dos median­te el ejer­ci­cio y apli­ca­ción de la ley. For­ta­le­cer las redes socia­les como medio fun­da­men­tal para comu­ni­car cual­quier tipo de suce­so rela­ti­vo a esta pro­ble­má­ti­ca en don­de se invo­lu­cren los usua­rios como obser­va­do­res y par­ti­ci­pan­tes acti­vos en la denun­cia de estos ilí­ci­tos. Tra­tar con la con­ten­ción emo­cio­nal de los padres para estar en con­di­cio­nes con­tro­la­das y así con­ti­nuar su exi­gen­cia de apa­ri­ción de sus per­so­nas y apli­ca­ción de la ley. Esta­ble­cer gru­pos de acom­pa­ña­mien­to y de par­ti­ci­pa­ción ciu­da­da­na que de for­ma libre pro­por­cio­nen recur­sos alter­na­ti­vos de tra­ba­jo a la lucha de los padres, con regis­tro guber­na­men­tal, para ser pro­te­gi­dos y evi­tar de esa mane­ra agre­sio­nes y ame­na­zas por los gru­pos pre­sun­ta­men­te cul­pa­bles de deter­mi­na­das des­apa­ri­cio­nes. De estos gru­pos se podrían con­for­mar comi­sio­nes rota­ti­vas de espe­cia­lis­tas que auxi­lien de modo con­ti­nuo el tra­ta­mien­to al con­jun­to de aspec­tos ya seña­la­dos y den segui­mien­to del cum­pli­mien­to de la ley de for­ma autó­no­ma y en con­jun­to con el gobierno. Y que cons­tan­te­men­te infor­men, tan­to a los fami­lia­res como a la socie­dad en gene­ral, del avan­ce de las inves­ti­ga­cio­nes de las per­so­nas des­apa­re­ci­das, así como de los resul­ta­dos de la aten­ción gene­ral de los padres, sobre todo de tipo físi­co y espi­ri­tual.. La medi­da prin­ci­pal para el abor­da­je de estos pro­ble­mas deri­va prin­ci­pal­men­te de la pre­ven­ción de este tipo de deli­tos por par­te de la socie­dad en su con­jun­to y de comi­sio­nes tan­to civi­les como guber­na­men­ta­les que evi­ten recru­de­cer todo el con­jun­to de viven­cias que tie­nen que vivir fami­lia­res por estas atro­ci­da­des.

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Notas

  1. Pro­fe­sor titu­lar de la carre­ra de psi­co­lo­gía de la FES Izta­ca­la-UNAM. Correo elec­tró­ni­co rubengv@unam.mx

  2. Pro­fe­so­ra de asig­na­tu­ra de la carre­ra de la FES Izta­ca­la-UNAM. Correo elec­tró­ni­co nlfermoso@hotmail.com

  3. Pro­fe­so­ra Aso­cia­da defi­ni­ti­va de la carre­ra de psi­co­lo­gía de la FES Izta­ca­la-UNAM. Correo elec­tró­ni­co herminiamm25@hotmail.com

  4. Pro­fe­sor Aso­cia­do defi­ni­ti­va de la carre­ra de psi­co­lo­gía de la FES Izta­ca­la- UNAM. Correo elec­tró­ni­co arzater@unam.mx