La percepción de jóvenes veracruzanos(as) ante la recolección de basura. Un análisis de género Descargar este archivo (La percepción de jóvenes veracruzanos ante la recolección de basura.pdf)

Alba Luz Robles Mendoza , Mario David Robles Mendoza

Programa Institucional de Estudios de Género de la FES Iztacala

Resu­men

La con­si­de­ra­ción de los efec­tos que cau­san las con­duc­tas y acti­tu­des del ser humano sobre la natu­ra­le­za y las rela­cio­nes entre las muje­res y los hom­bres con su entorno natu­ral son rela­ti­va­men­te recien­tes. A lo lar­go del desa­rro­llo de la civi­li­za­ción ha pri­ma­do una visión meca­ni­cis­ta sobre la natu­ra­le­za; ésta ha sido vis­ta como un meca­nis­mo iner­te que hay que enten­der, domi­nar y explo­tar.

La reco­lec­ción de basu­ra como par­te del cui­da­do del medio ambien­te depen­de de la sen­si­bi­li­dad que el ser humano ten­ga ante esta pro­ble­má­ti­ca mun­dial, pro­duc­to de la indus­tria­li­za­ción de los ali­men­tos y del desa­rro­llo eco­nó­mi­co, polí­ti­co y social de los pue­blos.

Por ello, rea­li­zar estu­dios que nos per­mi­tan eva­luar la par­ti­ci­pa­ción de los hom­bres y las muje­res en la reco­lec­ción de basu­ra nos lle­va­rá a ana­li­zar las deter­mi­nan­tes del géne­ro que se inser­tan en el apren­di­za­je del cui­da­do del medio ambien­te y a infe­rir las cau­sas de su des­truc­ción. Este estu­dio rea­li­za­do, con jóve­nes radi­ca­dos en la ciu­dad de Vera­cruz, ana­li­za la per­cep­ción que tie­nen sobre el ser­vi­cio de lim­pia públi­ca que per­mi­te, des­de la pers­pec­ti­va de géne­ro cono­cer los fac­to­res que inter­vie­nen ante la reco­lec­ción de basu­ra.

Pala­bras cla­ve: ambien­te, basu­ra, géne­ro, jóve­nes uni­ver­si­ta­rios.

 

Abs­tract

Con­si­de­ra­tion of the effects that cau­se the beha­viors and atti­tu­des of human beings on natu­re and rela­tions bet­ween women and men with their natu­ral envi­ron­ment are rela­ti­vely recent. Throughout the deve­lop­ment of civi­li­za­tion it has pre­vai­led a mecha­nis­tic vision of natu­re; it has been seen as an inert mecha­nism for unders­tand, domi­na­te and exploit.

Gar­ba­ge collec­tion, as part of care for the envi­ron­ment, depends on the sen­si­ti­vity that human beings have to this glo­bal pro­blem, resul­ted from the indus­tria­li­za­tion of food and eco­no­mic, poli­ti­cal and social deve­lop­ment of popu­la­tions.

The­re­fo­re, stu­dies that allow us to eva­lua­te the par­ti­ci­pa­tion of men and women in gar­ba­ge collec­tion will take us to analy­ze the deter­mi­nants of gen­der that are inser­ted into the lear­ning envi­ron­ment care and to infer the cau­ses of its des­truc­tion. This study, with young peo­ple resi­ding in the city of Vera­cruz, analy­zes the per­cep­tion of clean public ser­vi­ce, and allows us, from a gen­der pers­pec­ti­ve, to unders­tand the fac­tors invol­ved in gar­ba­ge collec­tion.

Key words: Envi­ro­ment; Gar­ba­ge; Gen­der; Colle­ge stu­dents

Introducción

Las apor­ta­cio­nes rele­van­tes en torno al cui­da­do del medio ambien­te a tra­vés de la pers­pec­ti­va de géne­ro se han incre­men­ta­do a par­tir de los años ochen­ta de acuer­do con las con­tri­bu­cio­nes que ha rea­li­za­do el eco­fe­mi­nis­mo como una inter­pre­ta­ción aca­dé­mi­co-teó­ri­ca, o bien median­te las movi­li­za­cio­nes de gru­pos de muje­res como actua­ción polí­ti­ca fren­te a la degra­da­ción del medio ambien­te.

El eco­fe­mi­nis­mo plan­tea bási­ca­men­te dos ele­men­tos: pri­me­ro, las muje­res y los hom­bres man­tie­nen rela­cio­nes dife­ren­tes con el entorno y, en segun­do lugar, que estas rela­cio­nes dife­ren­cia­les de géne­ro per­mi­ten expli­car las cau­sas de la degra­da­ción del medio ambien­te a tra­vés de la teo­ri­za­ción entre las cone­xio­nes de las muje­res con la natu­ra­le­za, quie­nes ejer­cen una mayor res­pon­sa­bi­li­dad y apor­ta­cio­nes para el cui­da­do (Saba­té, 2000:178).

En este sen­ti­do, el ori­gen de las dife­ren­cias rela­cio­na­les que muje­res y hom­bres man­tie­nen con el entorno está en las fun­cio­nes social­men­te asig­na­das a cada uno de los géne­ros. Es decir, la repro­duc­ción social y el cui­da­do del gru­po fami­liar con­di­cio­nan a las muje­res a ser las que tie­nen un mayor con­tac­to con los recur­sos natu­ra­les y en con­se­cuen­cia a la asig­na­ción de atri­bu­tos de sen­si­bi­li­dad, capa­ci­dad y cono­ci­mien­tos. Asi­mis­mo, se esta­ble­cen las dife­ren­cias de géne­ro en rela­ción a las raí­ces de la pro­pia natu­ra­le­za dife­ren­cial entre hom­bres y muje­res, situan­do a éstas más pró­xi­mas a la natu­ra­le­za y por tan­to más pro­cli­ves para solu­cio­nar los pro­ble­mas medioam­bien­ta­les.

Es impor­tan­te des­ta­car que los plan­tea­mien­tos del eco­fe­mi­nis­mo ponen de mani­fies­to el para­le­lis­mo exis­ten­te entre el domi­nio ejer­ci­do sobre la natu­ra­le­za y sobre las muje­res por el sis­te­ma patriar­cal, tenien­do un carác­ter polí­ti­co ante la nece­si­dad de actua­ción en la esfe­ra públi­ca para corre­gir los des­equi­li­brios en la ges­tión de los recur­sos natu­ra­les que actúan en per­jui­cio de las muje­res (Saba­té, 2000: 179).

Por otro lado, los gru­pos de muje­res como movi­mien­tos socia­les en favor del cui­da­do del medio ambien­te han sido una cons­tan­te des­de los años noven­ta, pro­du­cién­do­se fun­da­men­tal­men­te a par­tir de situa­cio­nes liga­das a la vida coti­dia­na y a la expe­rien­cia y cono­ci­mien­tos medioam­bien­ta­les deri­va­dos de la mis­ma. Las cau­sas con­cre­tas de las movi­li­za­cio­nes varían de acuer­do a las nece­si­da­des de cada región; sin embar­go, recaen en moti­va­cio­nes rela­cio­na­das con los pro­ble­mas ambien­ta­les que afec­tan la salud y/o super­vi­ven­cia del gru­po fami­liar y que impli­ca la inte­gra­ción de estas rei­vin­di­ca­cio­nes medioam­bien­ta­les en las polí­ti­cas públi­cas de los paí­ses.

Este pro­ce­so polí­ti­co ha dado cabi­da a pasar de con­si­de­rar a las muje­res como prin­ci­pa­les víc­ti­mas de la degra­da­ción del medio ambien­te, a depo­si­ta­rias y agen­tes de cam­bio de una serie de cono­ci­mien­tos para una ges­tión del cui­da­do y con­su­mo de recur­sos bási­cos (tipos de ali­men­ta­ción, cali­dad del agua, salu­bri­dad del aire, mane­jo de resi­duos, etc.). Entre los ejem­plos de las polí­ti­cas de los orga­nis­mos inter­na­cio­na­les don­de las muje­res pre­sen­tan una par­ti­ci­pa­ción acti­va del cui­da­do del medio ambien­te encon­tra­mos: la agen­da 21 sobre la Con­fe­ren­cia de las Nacio­nes Uni­dad sobre el Medio Ambien­te y Desa­rro­llo (CNUMAD) en 1992, el Plan de Acción de la FAO para la Mujer en el Desa­rro­llo en 1996, el III Plan de Acción de Igual­dad de Opor­tu­ni­da­des para Muje­res y Hom­bres en 1997, entre otras (Saba­té, 2000: 184).

El papel de las muje­res y los hom­bres ante el cui­da­do del medio ambien­te que se rela­cio­na con el incre­men­to de resi­duos sóli­dos se hace rele­van­te e indis­pen­sa­ble fren­te a una cul­tu­ra de sen­si­bi­li­za­ción sobre la par­ti­ci­pa­ción que todos los seres huma­nos debe­mos tener sobre esta pro­ble­má­ti­ca.

La migra­ción del cam­po a la ciu­dad ha sido un hecho incon­tro­la­ble que ha gene­ra­do una dis­mi­nu­ción de tie­rras dedi­ca­das a la pro­duc­ción de ali­men­tos para ser des­ti­na­das a la cons­truc­ción de vivien­das y así satis­fa­cer esta nece­si­dad pobla­cio­nal.

Este aumen­to de pobla­ción en las ciu­da­des incre­men­ta el con­su­mo de pro­duc­tos de fuen­tes indus­tria­les gene­ran­do volú­me­nes de basu­ra muy altos y cuyos cos­tos de reco­lec­ción ter­mi­nan en fuer­tes insu­mos para el gobierno. Ade­más de cons­ti­tuir­se en un pro­ble­ma ambien­tal cuan­do no exis­te el mane­jo ade­cua­do de los dese­chos.

Los depó­si­tos de basu­ra al aire libre no sólo aca­ban con el hábi­tat natu­ral de los orga­nis­mos, sino que inte­rrum­pen los ciclos bio­geo­quí­mi­cos o ter­mi­nan con los inte­gran­tes de las cade­nas ali­men­ta­rias. La basu­ra y los dese­chos mate­ria­les orgá­ni­cos e inor­gá­ni­cos que se arro­jan en la natu­ra­le­za modi­fi­can sus con­di­cio­nes y pro­vo­can cam­bios que pue­den ir des­de la ero­sión has­ta la extin­ción de las espe­cies.

Como con­se­cuen­cia, el ser humano ten­drá menos recur­sos para ali­men­tar­se, al bus­car nue­vas tie­rras que explo­tar daña­rá aún más las con­di­cio­nes del pla­ne­ta y ade­más podrá con­traer nume­ro­sas enfer­me­da­des oca­sio­na­das por arro­jar basu­ra en el medio natu­ral.

Los Resi­duos Sóli­dos Muni­ci­pa­les (RSM), cono­ci­dos común­men­te como basu­ra, están com­pues­tos por resi­duos orgá­ni­cos (pro­duc­to de la comer­cia­li­za­ción, el trans­por­te, la ela­bo­ra­ción de los ali­men­tos y exce­den­tes de comi­da y res­tos de mate­rial vege­tal), papel, car­tón, made­ra y en gene­ral mate­ria­les bio­de­gra­da­bles e inor­gá­ni­cos como vidrio, plás­ti­co, meta­les y mate­rial iner­te (Robles, 2013:8).

Los RSM pro­vie­nen de las acti­vi­da­des que se desa­rro­llan en el ámbi­to domés­ti­co, esco­lar, labo­ral, sitios y ser­vi­cios públi­cos, demo­li­cio­nes, cons­truc­cio­nes, esta­ble­ci­mien­tos comer­cia­les y de ser­vi­cios, así como de resi­duos indus­tria­les que no se deri­ven de sus pro­ce­sos.

El efec­to ambien­tal más evi­den­te del mane­jo inade­cua­do de los RSM lo cons­ti­tu­ye el dete­rio­ro esté­ti­co de las ciu­da­des, así como del pai­sa­je natu­ral, tan­to urbano como rural, con la con­se­cuen­te deva­lua­ción, tan­to de los pre­dios don­de se loca­li­zan los tira­de­ros como de las áreas veci­nas debi­do al aban­dono y la acu­mu­la­ción de basu­ra, sien­do uno de los efec­tos fácil­men­te obser­va­dos por la pobla­ción.

De los efec­tos ambien­ta­les más serios tene­mos a la con­ta­mi­na­ción del sue­lo y cuer­pos de agua, oca­sio­na­da por el ver­ti­mien­to direc­to de los RSM, así como por la infil­tra­ción en el sue­lo del lixi­via­do (pro­duc­to de la des­com­po­si­ción orgá­ni­ca con­te­ni­da en los resi­duos y mez­cla­da muchas veces con otros resi­duos de ori­gen quí­mi­co). Ade­más del depó­si­to de los RSM en arro­yos y cana­les o su aban­dono en las vías públi­cas, lo que pue­de cau­sar la ero­sión de sue­los e impe­dir la recar­ga de acuí­fe­ros, la pro­li­fe­ra­ción de fau­na noci­va trans­mi­so­ra de enfer­me­da­des, la modi­fi­ca­ción de las carac­te­rís­ti­cas natu­ra­les de los sis­te­mas de arro­yos, la dis­mi­nu­ción de los cau­ses y, duran­te la épo­ca de llu­vias, la obs­truc­ción de los sis­te­mas de dre­na­je y alcan­ta­ri­lla­do, gene­ran­do inun­da­cio­nes y oca­sio­nan­do con ello pér­di­da de cul­ti­vos, bie­nes mate­ria­les y más aún, vidas huma­nas (Robles, 2013: 12).

Méxi­co, al igual que muchos paí­ses del mun­do, enfren­ta gran­des retos en la Ges­tión Inte­gral de los Resi­duos Sóli­dos Muni­ci­pa­les (GIRSM) debi­do por un lado al ele­va­do índi­ce de cre­ci­mien­to demo­grá­fi­co e indus­trial del país (acom­pa­ña­do por la ten­den­cia a aban­do­nar las zonas rura­les y con­cen­trar­se en cen­tros urba­nos) y, por el otro, a la ima­gen crea­da de pro­duc­tos sun­tua­rios que influ­yen en las cos­tum­bres de la pobla­ción indu­cien­do al con­su­mo de artícu­los dese­cha­bles sin pro­mo­ver su mane­jo ade­cua­do.

El mane­jo de la basu­ra se resu­me a un ciclo que comien­za con su gene­ra­ción y acu­mu­la­ción tem­po­ral, con­ti­nuan­do con su reco­lec­ción, trans­por­te y trans­fe­ren­cia, y que ter­mi­na con la acu­mu­la­ción final de la mis­ma. Es a par­tir de esta acu­mu­la­ción que comien­zan los ver­da­de­ros pro­ble­mas eco­ló­gi­cos, ya que los basu­re­ros se con­vier­ten en focos per­ma­nen­tes de con­ta­mi­na­ción.

Exis­ten varias for­mas de acu­mu­la­ción, una de ellas es la de los tira­de­ros a cie­lo abier­to, zonas don­de sim­ple­men­te se acu­mu­lan los dese­chos sin reci­bir nin­gún tipo de tra­ta­mien­to. Otro medio de api­la­mien­to final es el ente­rra­mien­to con­tro­la­do, que con­sis­te en dis­po­ner la basu­ra en algún área rela­ti­va­men­te peque­ña, den­tro de un sitio ele­gi­do para este fin; exten­der­la, com­pri­mir­la y cuan­do lle­gue a una altu­ra de dos metros, cubrir­la con tie­rra traí­da de algu­na obra de exca­va­ción.

Entre los fenó­me­nos que cau­san los pro­ble­mas ambien­ta­les está la mez­cla de los resi­duos indus­tria­les con la basu­ra en gene­ral. Se cal­cu­la que se pro­du­cen más de dos­cien­tas mil tone­la­das de resi­duos indus­tria­les por día y que la mayor par­te de ellos son entre­ga­dos a los ser­vi­cios muni­ci­pa­les de reco­lec­ción, don­de se mez­clan sin nin­gu­na pre­cau­ción con la basu­ra domés­ti­ca y son trans­por­ta­dos a tira­de­ros a cie­lo abier­to (Robles, 2013: 66).

Se con­si­de­ra peli­gro­so cual­quier dese­cho que sea infla­ma­ble, corro­si­vo, reac­ti­vo, tóxi­co, radiac­ti­vo y/o infec­cio­so. En com­pa­ra­ción con los pro­ce­sos natu­ra­les, don­de se pro­du­cen sus­tan­cias quí­mi­cas com­ple­jas en que el impac­to es míni­mo, los pro­ce­sos son cícli­cos y se lle­van a cabo con ayu­da de cata­li­za­do­res muy efi­cien­tes; la indus­tria, en cam­bio, gas­ta gran can­ti­dad de ener­gía y agua, sus pro­ce­sos son linea­les y pro­du­cen muchos dese­chos.

Los basu­ra­les cau­san pro­ble­mas ambien­ta­les que afec­tan el sue­lo, el agua y el aire: la capa vege­tal ori­gi­na­ria de la zona des­apa­re­ce, hay una ero­sión del sue­lo, y se con­ta­mi­na la atmós­fe­ra con mate­ria­les iner­tes y micror­ga­nis­mos.

Debi­do a la situa­ción actual del mane­jo de los resi­duos en el país, es evi­den­te la nece­si­dad de bus­car solu­cio­nes ade­cua­das para erra­di­car esta pro­ble­má­ti­ca.  Es impres­cin­di­ble que tan­to muje­res como hom­bres, y los tres órde­nes de gobierno, afron­ten racio­nal­men­te la GIRSM, tenien­do en cuen­ta, entre otras con­si­de­ra­cio­nes, el nivel de edu­ca­ción ambien­tal de la comu­ni­dad, la capa­ci­dad de pago por la pres­ta­ción del ser­vi­cio de lim­pia, las impli­ca­cio­nes que aca­rrea la mez­cla de dese­chos, el valor eco­nó­mi­co de algu­nos resi­duos con su pro­ba­ble mer­ca­do, la com­ple­men­ta­rie­dad de los sis­te­mas de tra­ta­mien­to y la dis­po­si­ción final y el cos­to inhe­ren­te a los pro­ce­sos que con­lle­van la reco­lec­ción, trans­por­te, tra­ta­mien­to y dis­po­si­ción final (Robles, 2013:13).

Hoy en día, el mane­jo inte­gral de los resi­duos sóli­dos no debe abor­dar­se sola­men­te des­de el pun­to de vis­ta téc­ni­co, sino liga­do a la res­pon­sa­bi­li­dad que los seres huma­nos tene­mos coti­dia­na­men­te fren­te al mane­jo de la basu­ra y a su reci­cla­je.

Deses­de el pun­to de vis­ta de la aca­de­mia uni­ver­si­ta­ria, los miem­bros de esta comu­ni­dad debe­mos inter­ve­nir como edu­ca­do­res ambien­ta­les y agen­tes de cam­bio ante el cui­da­do del medio ambien­te.

El relleno sani­ta­rio de la ciu­dad de Vera­cruz fue una pro­pues­ta enca­mi­na­da al correc­to fun­cio­na­mien­to del Mane­jo Inte­gral de los Resi­duos Sóli­dos Urba­nos; den­tro de la eta­pa de dis­po­si­ción final; la cual es el des­tino final de los resi­duos sóli­dos de la ciu­dad. Este relleno fue inau­gu­ra­do a prin­ci­pios del siglo XXI con­jun­ta­men­te con los reque­ri­mien­tos, nor­mas y reglas esta­ble­ci­das.

Sin embar­go, en la actua­li­dad el relleno sani­ta­rio en cues­tión no cubre con las nece­si­da­des de reco­lec­ción de basu­ra debi­do al incre­men­to de resi­duos sóli­dos que se dese­chan y que impli­ca no sólo un ser­vi­cio de lim­pia efi­cien­te sino una con­cien­ti­za­ción de las muje­res y los hom­bres vera­cru­za­nos que per­mi­ta el desa­rro­llo de cam­pa­ñas muni­ci­pa­les de reci­cla­je de la basu­ra, así como del cui­da­do gene­ral del medio ambien­te.

  Por tan­to, el obje­ti­vo de este tra­ba­jo fue cono­cer la per­cep­ción sobre las accio­nes comu­ni­ta­rias fren­te a la reco­lec­ción de la basu­ra en una mues­tra de jóve­nes que viven en la ciu­dad de Vera­cruz, Méxi­co, a tra­vés de un cues­tio­na­rio de opi­nión sobre el ser­vi­cio de lim­pia públi­ca y de cam­pa­ñas muni­ci­pa­les. El aná­li­sis de esta inves­ti­ga­ción fue rea­li­za­do des­de la pers­pec­ti­va de géne­ro.

Esta inves­ti­ga­ción for­ma par­te de un estu­dio mayor que inte­gra pro­pues­tas jurí­di­cas en torno a los cam­bios de la ley sani­ta­ria del esta­do de Vera­cruz, así como para defi­nir ope­ra­cio­nal­men­te la ley admi­nis­tra­ti­va de resi­duos sóli­dos de esta ciu­dad. En este sen­ti­do, los resul­ta­dos del cues­tio­na­rio de opi­nión que se des­cri­ben en este artícu­lo sir­vie­ron de base para la detec­ción de nece­si­da­des que requie­ren un aná­li­sis jurí­di­co y el desa­rro­llo de pro­pues­tas en el área del dere­cho ambien­tal.

Metodología

Se apli­có un cues­tio­na­rio de opi­nión de 15 reac­ti­vos a 20 jóve­nes radi­ca­dos en la ciu­dad de Vera­cruz que fue­ron abor­da­dos en las calles del cen­tro de la ciu­dad invi­tán­do­los a par­ti­ci­par de for­ma volun­ta­ria.

La encues­ta con­te­nía cin­co pre­gun­tas con res­pues­ta dico­tó­mi­ca de SI y NO sobre el ser­vi­cio de lim­pia públi­ca muni­ci­pal y diez pre­gun­tas tipo esca­la Likert de 3 y 4 opcio­nes de res­pues­ta sobre la par­ti­ci­pa­ción y acti­tud ante la reco­lec­ción de basu­ra en la comu­ni­dad.

Los resul­ta­dos fue­ron vacia­dos en una hoja de excell y ana­li­za­dos des­de la pers­pec­ti­va de géne­ro.

Resultados

Los resul­ta­dos se divi­die­ron en dos apar­ta­dos: En el pri­me­ro se des­cri­ben los datos gene­ra­les de las per­so­nas encues­ta­das; mien­tras que en el segun­do se ana­li­zan los resul­ta­dos de las 15 pre­gun­tas plan­tea­das.

Datos gene­ra­les de la mues­tra

Figura 1. Sexo de la muestra encuestada.

La encues­ta se apli­có a 20 jóve­nes, de los cua­les 12 eran del sexo feme­nino y 8 del sexo mas­cu­lino.

Figura 2. Edad de la muestra encuestada.

Se encon­tró que 4 per­te­ne­cían a la edad de 15 a 19 años, 14 osci­la­ban entre 20 a 24 años de edad y 2 tenían de 25 a 29 años de edad.

Resul­ta­dos de la encues­ta

El aná­li­sis de los resul­ta­dos de la encues­ta está divi­di­do en tres par­tes: La pri­me­ra par­te se con­tes­ta­ba con res­pues­tas de “Si” y “No” (de la pre­gun­ta 1 a la 5); la segun­da par­te se con­tes­ta­ba con una esca­la Likert de 3 opcio­nes de res­pues­ta, Siem­pre, Algu­nas veces y Nun­ca (de la pre­gun­ta 6 a la 10); y la ter­ce­ra par­te igual­men­te se con­tes­ta­ba des­de una esca­la Likert pero de 4 opcio­nes de res­pues­ta: Muy bueno, Bueno, Regu­lar y Malo (de la pre­gun­ta 11 a la 15).

La siguien­te tabla mues­tra las fre­cuen­cias encon­tra­das sobre la opi­nión de las per­so­nas encues­ta­das en rela­ción con las fun­cio­nes del ser­vi­cio de lim­pia públi­ca y las posi­bles mejo­ras al sis­te­ma de reco­lec­ción, tras­la­do y dis­po­si­ción final de los resi­duos sóli­dos urba­nos.

PREGUNTAS

MUJERES

HOMBRES

SI

NO

SI

NO

  1. ¿Con­si­de­ra usted que al cobrar el ser­vi­cio de lim­pia públi­ca mejo­ra­ría?

13

7

4

16

  1. ¿Con­si­de­ra usted que las cam­pa­ñas de lim­pia públi­ca han fun­cio­na­do? (ejem­plos: llan­tas, pilas, acei­tes)

10

10

15

5

  1. ¿Está usted satis­fe­cho con el ser­vi­cio de lim­pia públi­ca?

7

13

12

8

  1. ¿Cla­si­fi­ca usted la basu­ra?

17

3

3

17

  1. ¿Tira usted basu­ra en luga­res públi­cos?

9

11

11

9

Tabla 1. Fre­cuen­cia de las pre­gun­tas de la 1 a la 5 de la encues­ta por sexo.

Los resul­ta­dos mues­tran una dife­ren­cia de opi­nión por géne­ro, 16 de los hom­bres con­si­de­ran que el ser­vi­cio de lim­pia no debe cobrar­se, en con­tras­te con las muje­res, don­de 13 de ellas opi­nan que es nece­sa­rio el cobro del ser­vi­cio para su mejo­ría. Ade­más, las muje­res encues­ta­das repor­tan que no fun­cio­nan las cam­pa­ñas de lim­pia públi­ca y por tan­to no se encuen­tran satis­fe­chas con este ser­vi­cio (13 muje­res). Sin embar­go, los hom­bres creen que las cam­pa­ñas actua­les son efi­cien­tes en 15 de los casos, estan­do satis­fe­chos 12 de ellos con el ser­vi­cio. Estos datos mar­can la dife­ren­cia­ción de géne­ro sobre la per­cep­ción del cos­to eco­nó­mi­co del ser­vi­cio de lim­pia en rela­ción a la satis­fac­ción que se tie­ne sobre las fun­cio­nes y res­pon­sa­bi­li­da­des del gobierno hacia la reco­lec­ción, tras­la­do y dis­po­si­ción final de los resi­duos sóli­dos urba­nos. Estos datos reve­lan el valor que hom­bres y muje­res atri­bu­yen dife­ren­cial­men­te a la eco­no­mía en esta área. Es decir, los hom­bres invier­ten menos dine­ro en la reco­lec­ción de la basu­ra que las muje­res.

Por otro lado, tene­mos que exis­te un mayor núme­ro de muje­res que cla­si­fi­can la basu­ra (17 per­so­nas) evi­tan­do tirar basu­ra en la calle, mien­tras que los varo­nes no cla­si­fi­can la basu­ra (17 de ellos) y tien­den más a tirar la basu­ra en la calle (11 varo­nes). Esto podría deber­se al mayor tiem­po que los hom­bres pasan en el ámbi­to públi­co o esce­na­rios abier­tos, los varo­nes pasan más tiem­po en la calle, don­de los depó­si­tos de basu­ra y de reci­cla­je de la mis­ma no exis­ten, mien­tras que las muje­res se ubi­can en esce­na­rios domés­ti­cos o pri­va­dos don­de el ejer­ci­cio de reci­cla­je y cui­da­do del ambien­te se con­tro­la y pue­de rea­li­zar­se.

En la tabla siguien­te se obser­van las fre­cuen­cias rela­cio­na­das con el cui­da­do del ambien­te a tra­vés del reci­cla­je, cla­si­fi­ca­ción y reco­lec­ción de la basu­ra.

PREGUNTAS

MUJERES

HOMBRES

SIEMPRE

A VECES

NUNCA

SIEMPRE

A VECES

NUNCA

  1. ¿Tiras la basu­ra en luga­res prohi­bi­dos?

5

12

3

6

8

6

  1. ¿Tus calles se man­tie­nen lim­pias?

0

13

7

2

14

4

  1. ¿Tie­ne difi­cul­ta­des para tirar su basu­ra?

14

6

0

8

4

8

  1. ¿Usted cla­si­fi­ca su basu­ra?

9

7

4

1

4

15

  1. ¿Se orga­ni­zan entre sus veci­nos para man­te­ner su colo­nia lim­pia?

0

7

13

0

3

17

Tabla 2. Frecuencia de las preguntas de la 6 a la 10 de la encuesta por sexo.

Los resul­ta­dos nos dicen que las per­so­nas encues­ta­das rea­li­zan dis­tin­tas acti­vi­da­des en bene­fi­cio de su entorno ambien­tal pero que es suma­men­te difí­cil orga­ni­zar­se y apo­yar­se en las auto­ri­da­des muni­ci­pa­les para el desa­rro­llo de las mis­mas. La fre­cuen­cia dife­ren­cial por sexo en esta segun­da par­te fue que 14 de las muje­res con­tes­ta­ron que SIEMPRE tie­nen difi­cul­ta­des para tirar la basu­ra, lo que quie­re decir que el mane­jo inte­gral en su eta­pa de reco­lec­ción no es efi­caz en la ciu­dad, sien­do este tema poco impor­tan­te para los varo­nes (en 8 de ellos). Esto nue­va­men­te nos demues­tra la par­ti­ci­pa­ción de la mujer como agen­te acti­va para el tira­do de la basu­ra de uso domés­ti­co, así como su mayor res­pon­sa­bi­li­dad en el reci­cla­je y cla­si­fi­ca­ción de la mis­ma (9 de las muje­res en SIEMPRE y 7 en A VECES mien­tras que en los hom­bres 15 en NUNCA lo rea­li­za).

Un dato impor­tan­te sobre la cul­tu­ra ciu­da­da­na del cui­da­do ambien­tal es que se men­cio­na que 13 de las muje­res y 17 de los hom­bres NUNCA se orga­ni­zan con sus veci­nos para man­te­ner la colo­nia lim­pia. Lo pone en evi­den­cia que no exis­ten pro­gra­mas ciu­da­da­nos en don­de las auto­ri­da­des muni­ci­pa­les moti­ven a los colo­nos a orga­ni­zar­se y así tra­tar de pre­ser­var la lim­pie­za en los par­ques, cen­tros depor­ti­vos o ban­que­tas cer­ca­nas a sus casas; esto expli­ca­ría los resul­ta­dos de la pre­gun­ta sobre man­te­ner lim­pia sus calles, don­de el 13 de las muje­res y 14 de los hom­bres men­cio­na­ron que A VECES lo rea­li­zan.

Por últi­mo, la siguien­te tabla pre­sen­ta las fre­cuen­cias para cono­cer lo que opi­nan las y los jóve­nes encues­ta­dos sobre las cam­pa­ñas de lim­pie­za del muni­ci­pio.

PREGUNTAS

MUJERES

HOMBRES

MUY BUENO

BUENO

REGULAR

MALO

MUY BUENO

BUENO

REGULAR

MALO

  1. ¿Cómo cali­fi­ca usted el ser­vi­cio de lim­pia públi­ca?

0

4

8

8

0

9

9

2

  1. ¿Cómo cali­fi­ca­ría a las cam­pa­ñas de lim­pia públi­ca?

0

1

9

10

0

2

8

10

  1. ¿Cómo con­si­de­ra usted el apo­yo del Muni­ci­pio para la lim­pia públi­ca?

0

8

8

4

0

6

8

6

  1. ¿Cuál es el resul­ta­do de los anun­cios sobre las cam­pa­ñas de lim­pie­za?

1

7

9

3

1

6

10

3

  1. ¿Cómo cali­fi­ca­ría la dis­po­si­ción de la gen­te res­pec­to al pro­ble­ma de la basu­ra?

0

5

11

4

1

4

12

3

Tabla 3. Frecuencia de respuesta de la pregunta 11 a la 15 de la encuesta por sexo

En esta tabla encon­tra­mos que la opi­nión gene­ral es que las accio­nes de polí­ti­cas públi­cas y cam­pa­ñas de lim­pia públi­ca de la ciu­dad de Vera­cruz son regu­la­res ten­dien­tes a malas; lo que sig­ni­fi­ca una acti­tud de indi­fe­ren­cia ante la posi­bi­li­dad de que los ciu­da­da­nos se invo­lu­cren en el cui­da­do del medio ambien­te y en el mane­jo de los resi­duos sóli­dos urba­nos en coor­di­na­ción con el muni­ci­pio o el res­to de la pobla­ción.

Un dato rele­van­te es que 10 per­so­nas de la mues­tra, tan­to de hom­bres como muje­res, opi­nan que las cam­pa­ñas de lim­pia públi­ca son MALAS, lo que deno­ta la fal­ta de polí­ti­cas públi­cas por par­te de las auto­ri­da­des muni­ci­pa­les para imple­men­tar­las den­tro del ámbi­to de la cul­tu­ra ambien­tal en el hogar y prin­ci­pal­men­te en las calles; que es don­de más se nota el des­cui­do del mane­jo inte­gral de los resi­duos sóli­dos urba­nos.

En resu­men, este estu­dio sir­vió para cono­cer las opi­nio­nes e inquie­tu­des que las y los jóve­nes tie­nen acer­ca del bien­es­tar ambien­tal.

La edu­ca­ción de los hijos e hijas, así como de todos los miem­bros de la fami­lia, requie­re de una cons­tan­te labor de sen­si­bi­li­za­ción y cons­truc­ción de con­cien­cia social hacia el cui­da­do del medio ambien­te; así como la imple­men­ta­ción de estra­te­gias domés­ti­cas y de polí­ti­cas comu­na­les que per­mi­tan la mejo­ría y mane­jo ade­cua­do e inte­gral de la basu­ra.

Por ello no solo se tra­ta de enfo­car­se en la ciu­da­da­nía, sino tam­bién en las mejo­ras de aten­ción de las auto­ri­da­des muni­ci­pa­les y esta­ta­les, pues ellas son las que moti­van y echan a andar los pro­gra­mas espe­cia­li­za­dos en el buen fun­cio­na­mien­to y mejo­ras del relleno sani­ta­rio y de los resi­duos sóli­dos urba­nos de la ciu­dad.

Conclusiones

Una de las prin­ci­pa­les ense­ñan­zas de Wan­ga­ri Muta Maathai, Pre­mio Nobel de la Paz en 2004, es que “debe­mos pen­sar glo­bal­men­te y actuar local­men­te” 1.

En este sen­ti­do, la par­ti­ci­pa­ción de las muje­res y los hom­bres en el mane­jo de la reco­lec­ción de basu­ra, así como en las accio­nes de cui­da­do del medio ambien­te, impli­ca no sólo la par­ti­ci­pa­ción de aque­llos que se encuen­tran direc­ta­men­te invo­lu­cra­dos en su desa­rro­llo, sino de la pobla­ción en gene­ral y en par­ti­cu­lar de la juven­tud, que día a día tie­ne con­tac­to con este tipo de resi­duos sóli­dos den­tro de los recin­tos uni­ver­si­ta­rios.

El enfo­que de géne­ro debe ser com­pren­di­do como una opor­tu­ni­dad para mejo­rar la situa­ción no sólo de las muje­res sino de la socie­dad en su con­jun­to, lo que impli­ca incluir en los pro­gra­mas y pro­yec­tos de desa­rro­llo muni­ci­pal (en el caso del estu­dio plan­tea­do) y a nivel nacio­nal, la pro­mo­ción de la igual­dad entre hom­bres y muje­res que per­mi­ta la equi­dad de géne­ro en la par­ti­ci­pa­ción en el cui­da­do del medio ambien­te y la reco­lec­ción de basu­ra, como una res­pon­sa­bi­li­dad de todos los seres huma­nos.

Si bien no pode­mos negar la res­pon­sa­bi­li­dad indi­vi­dual que cada per­so­na tie­ne con su medio coti­diano tan­to físi­co como social, esta inves­ti­ga­ción apor­ta a la edu­ca­ción ambien­tal en torno al reci­cla­je de la basu­ra un ele­men­to fac­ti­ble de ges­tión para for­ta­le­cer la cul­tu­ra del cui­da­do del medio ambien­te en jóve­nes uni­ver­si­ta­rios, pro­pi­cian­do la for­ma­ción de un nue­vo reto peda­gó­gi­co ante una nue­va repro­duc­ción de edu­ca­do­res ambien­ta­les con capa­ci­dad de pro­du­cir cam­bios en la cien­cia y en la con­cien­cia indi­vi­dua­li­za­da.

El equi­li­brio glo­bal debe pres­tar aten­ción a la ins­ti­tu­cio­na­li­za­ción de la eco­no­mía y estra­te­gias fami­lia­res para adap­tar­se al nue­vo orden eco­nó­mi­co, mar­ca­do por las nue­vas rela­cio­nes de géne­ro y las nue­vas for­mas de uti­li­za­ción de los espa­cios pri­va­dos (domés­ti­cos) y públi­cos por par­te de muje­res y hom­bres, que con­lle­ven a for­mas inno­va­do­ras de divi­sión del tra­ba­jo ante la pro­ble­má­ti­ca de la reco­lec­ción de la basu­ra. Estos pro­ce­sos glo­ba­les obli­gan a modi­fi­car las con­duc­tas fami­lia­res y a tener una par­ti­ci­pa­ción más igua­li­ta­ria ante el cui­da­do ambien­tal, ade­más de crear una con­cien­cia social sobre el papel que debe­mos tener en la trans­for­ma­ción eco­ló­gi­ca mun­dial (San­ger­man y Ramí­rez, 2006. Cita­dos en: Quin­te­ro y Fon­se­ca, 2006:286).

Exis­ten muchos gru­pos socia­les encar­ga­dos de pro­yec­tar, infor­mar e imple­men­tar pro­gra­mas de lim­pie­za, reci­cla­je y reno­va­ción de ener­gía natu­ral, los cua­les pro­vo­can inquie­tud en lo jóve­nes, quie­nes son los más aptos para trans­for­mar su entorno eco­ló­gi­co y ambien­tal en un pla­ne­ta más lim­pio y con mayor con­trol en el dese­cho y reno­va­ción de los resi­duos sóli­dos urba­nos. Una de estas ins­ti­tu­cio­nes es la lla­ma­da “Red Gire­sol”, la cual fomen­ta la cul­tu­ra ambien­tal sobre todo en el área de resi­duos sóli­dos, ade­más de difun­dir noti­cias uti­li­zan­do la red, que es la pre­sen­te y futu­ra herra­mien­ta de glo­ba­li­za­ción de infor­ma­ción para las masas, lo que nos per­mi­ti­ría imple­men­tar pro­gra­mas ambien­ta­les en Méxi­co que han sido crea­dos en toda Amé­ri­ca Lati­na, Euro­pa y Asia.

Referencias

Robles, Mario David (2013) Propuesta de ley para un plan de manejo integral de los residuos sólidos municipales. Tesis de Licenciatura en Derecho. Escuela Libre de Derecho. Veracruz, México.

Quintero, María Luisa y Carlos Fonseca (2006) El género y sus ámbitos de expresión en lo cultural, económico y ambiental. México: Porrúa / Cámara de Diputados.

Sabaté, Ana (2000) “Género, Medio Ambiente y Acción política: Un debate pendiente en la Geografía actual”. Anales de Geografía de la Universidad Complutense. Vol. 20. Pp. 177-191. ISSN: 0211-9803.

Notas

1. Doc­to­ra en Cien­cias por la Uni­ver­si­dad de Ale­ma­nia y Nai­ro­bi. Fun­da­do­ra del movi­mien­to Green Belt, que ha sem­bra­do millo­nes de árbo­les para redu­cir la pobre­za en comu­ni­da­des de Áfri­ca.