Las creencias ambientales en la adultez. Un estudio mediante la escala Nuevo Paradigma Ecológico[1] Descargar este archivo (Las creencias ambientales en la adultez.pdf)

José Eduardo Moreno[2], María Eugenia Prestofilippo[3] y Jésica Verónica Favara[4]

Universidad del Salvador, Argentina

Resumen

El obje­ti­vo del tra­ba­jo es ana­li­zar y com­pa­rar las creen­cias proam­bien­ta­les, según el Nue­vo Para­dig­ma Eco­ló­gi­co (NEP), en sus tres dimen­sio­nes y en gene­ral, en la adul­tez tem­pra­na, adul­tez media y adul­tez tar­día. Para ello se obtu­vo una mues­tra por con­ve­nien­cia y en cuo­tas según edad y géne­ro, que com­pren­dió a 151 suje­tos de la ciu­dad de Para­ná, Argen­ti­na. El ins­tru­men­to admi­nis­tra­do fue la adap­ta­ción de la Esca­la NEP al espa­ñol (Voz­me­diano y San Juan, 2005). Los resul­ta­dos del aná­li­sis uni­va­ria­do de varian­za del pun­ta­je total de la esca­la NEP y el aná­li­sis mul­ti­va­ria­do de varian­za de las dimen­sio­nes del NEP, nos mues­tran que en cuan­to a las creen­cias ambien­ta­les no exis­ten dife­ren­cias entre los adul­tos tem­pra­nos, medios y tar­díos de la mues­tra estu­dia­da, como tam­po­co según géne­ro. Se obser­va una gran homo­ge­nei­dad del sis­te­ma de creen­cias proam­bien­ta­les duran­te toda la vida adul­ta y tam­bién según géne­ro.

Pala­bras cla­ve: Psi­co­lo­gía Ambien­tal, Creen­cias ambien­ta­les, Adul­tez.

Abstract

The objec­ti­ve of the pre­sent paper is to analy­ze and com­pa­re pro-envi­ron­men­tal beliefs, accor­ding to the New Eco­lo­gi­cal Para­digm (NEP), in its three dimen­sions and gene­rally, in early adulthood, midd­le adulthood, and late adulthood. For this, a con­ve­nien­ce and age and gen­der quo­ta sam­ple were obtai­ned, that com­pri­sed 151 sub­jects from the city of Para­ná, Argen­ti­na. The ins­tru­ment NEP Sca­le, adap­ted to Spa­nish by Voz­me­diano and San Juan, was admi­nis­te­red. The results of the uni­va­ria­te analy­sis of varian­ce of NEP Sca­le total sco­re and mul­ti­va­ria­te analy­sis of varian­ce of NEP dimen­sions, show us that, in terms of envi­ron­men­tal beliefs, the­re are no dif­fe­ren­ces among the early, midd­le and late adults in the stu­died sam­ple, nor accor­ding to gen­der. A great homo­ge­neity of the pro-envi­ron­men­tal belief sys­tem is obser­ved throughout adult life and also accor­ding to gen­der.

Key­words: Envi­ron­men­tal Psy­cho­logy, Envi­ron­men­tal beliefs, Adulthood.

Introducción

Una con­cien­cia ambien­tal inte­gral supo­ne una cone­xión entre varios cons­truc­tos psi­co­ló­gi­cos (cono­ci­mien­tos, infor­ma­ción, nor­mas, valo­res, acti­tu­des, creen­cias, etc.) los cua­les des­en­ca­de­nan com­por­ta­mien­tos que posi­bi­li­tan la bue­na con­vi­ven­cia con el medio ambien­te, así como de su pre­ser­va­ción y trans­for­ma­ción en fun­ción de las pro­pias nece­si­da­des, sin com­pro­me­ter con ello la posi­bi­li­dad de las gene­ra­cio­nes futu­ras al satis­fa­cer­las (Alea, 2006). El gra­do de adhe­sión a creen­cias favo­ra­bles a la pro­tec­ción y al res­pe­to del medio ambien­te tie­ne una espe­cial rele­van­cia, dado que las creen­cias con­fi­gu­ran las ver­da­des bási­cas sobre la reali­dad físi­ca y social, como tam­bién de la natu­ra­le­za de uno mis­mo, sien­do los pará­me­tros que usa­mos para dar­le sen­ti­do a nues­tro mun­do (Murray, 2011).

El deno­mi­na­do “Nue­vo Para­dig­ma Eco­ló­gi­co” (en inglés NEP, New Eco­lo­gic Para­digm) es un enfo­que con­cep­tual que apun­ta a un cam­bio radi­cal hacia una socie­dad más proam­bien­tal (Amé­ri­go, Ara­go­nés, Sevi­llano y Cor­tés, 2005). El NEP pro­po­ne un nue­vo sis­te­ma social que, como con­se­cuen­cia del dete­rio­ro medioam­bien­tal pro­vo­ca­do por el ser humano, pro­mue­va un cam­bio en las creen­cias, acti­tu­des, valo­res y esti­los de vida. Fren­te al para­dig­ma actual­men­te pre­do­mi­nan­te, que defi­ne como antro­po­cen­tris­ta (dado que pone al hom­bre como eje cen­tral del eco­sis­te­ma, al cual mani­pu­la y gobier­na en todos los com­po­nen­tes, ele­men­tos y fac­to­res), el NEP es una pro­pues­ta de tipo eco­cén­tri­ca, cen­tra­da en la natu­ra­le­za, en el ser humano inmer­so en el mun­do natu­ral. Esto es, que da prio­ri­dad a la con­ser­va­ción de todas las espe­cies y los eco­sis­te­mas sobre la con­ser­va­ción de los indi­vi­duos, inclui­dos los seres huma­nos. Dun­lap y Van Lie­re (1978, 1984) ela­bo­ra­ron la Esca­la NEP, un ins­tru­men­to que ana­li­za el sis­te­ma de creen­cias según este nue­vo para­dig­ma, sien­do capaz de medir con fia­bi­li­dad las creen­cias sobre la rela­ción de la huma­ni­dad con el pla­ne­ta y el impac­to de sus acti­vi­da­des sobre el mis­mo (Amé­ri­go y Gon­zá­lez, 2001). La Esca­la NEP ha sido muy uti­li­za­da para el estu­dio de las creen­cias ambien­ta­les, enten­di­das como la valo­ra­ción y posi­cio­na­mien­to ante los pro­ble­mas ambien­ta­les.

Dun­lap y sus cola­bo­ra­do­res pre­sen­ta­ron en el año 2000 una ver­sión mejo­ra­da de la esca­la, que com­pren­de de modo más exhaus­ti­vo las dis­tin­tas face­tas de una visión eco­ló­gi­ca del mun­do, equi­li­bran­do el núme­ro de ítems en direc­ción pro y anti-NEP y actua­li­zan­do la ter­mi­no­lo­gía de la pri­me­ra ver­sión (Dun­lap, Van Lie­re, Mer­tig y Jones, 2000).Si bien la esca­la NEP ori­gi­nal es uni­di­men­sio­nal, inclu­yen­do ítems pro-NEP y anti-NEP, estu­dios pos­te­rio­res demos­tra­ron el carác­ter mul­ti­di­men­sio­nal de esta esca­la y median­te estu­dios fac­to­ria­les obtu­vie­ron tres fac­to­res de las creen­cias ambien­ta­les: “eco­cen­tris­mo”, “antro­po­cen­tris­mo” y “con­cien­cia de lími­te” (Voz­me­diano y San Juan, 2005; Gome­ra, Villa­man­dos y Vaque­ro, 2013).

Aun­que en un prin­ci­pio la esca­la NEP estu­vo con­ce­bi­da para medir un úni­co cons­truc­to, se estruc­tu­ra en un núme­ro varia­ble de fac­to­res y se con­fir­mó una estruc­tu­ra sub­ya­cen­te (Amé­ri­go et al., 2005; Her­nán­dez, Corral, Hess y Suá­rez, 2001; Voz­me­diano y San Juan, 2005). Por lo ante­rior es razo­na­ble eva­luar tan­to las tres dimen­sio­nes o fac­to­res antes men­cio­na­dos, así como el pun­ta­je total.

La dimen­sión “antro­po­cen­tris­mo” com­pren­de ítems tales como: “Los seres huma­nos tie­nen dere­cho a modi­fi­car el medio ambien­te para adap­tar­lo a sus nece­si­da­des”. En cam­bio, la dimen­sión “eco­cen­tris­mo” com­pren­de ítems como: “Las plan­tas y los ani­ma­les tie­nen tan­to dere­cho como los seres huma­nos a exis­tir”. Por su par­te, la dimen­sión “con­cien­cia de lími­te” (de los recur­sos de la bios­fe­ra) com­pren­de ítems como: “Si las cosas con­ti­núan como has­ta aho­ra, pron­to expe­ri­men­ta­re­mos una gran catás­tro­fe eco­ló­gi­ca”.

Este tra­ba­jo se foca­li­za en el estu­dio de las creen­cias ambien­ta­les por el papel cen­tral que jue­gan en la con­cien­cia ambien­tal, así como por ser una varia­ble pre­dic­to­ra de las acti­tu­des y con­duc­tas proam­bien­ta­les (Amé­ri­go, 2006).

Inves­ti­ga­cio­nes como las de Harris (2006) y Chen et al. (2011) con­fir­man que exis­te una corre­la­ción posi­ti­va entre el pun­ta­je de la esca­la NEP y el com­por­ta­mien­to ambien­tal. Chen et al. (2011) obser­va­ron que los adul­tos mayo­res tie­nen menos posi­bi­li­da­des de par­ti­ci­par en acti­vi­da­des proam­bien­ta­les que los jóve­nes. Las dife­ren­cias de impac­to del com­por­ta­mien­to proam­bien­tal en rela­ción con la edad pue­den expli­car­se por el efec­to de cohor­te (But­tel, 1979), don­de los más jóve­nes han alcan­za­do la mayo­ría de edad duran­te un perío­do de degra­da­ción ambien­tal inten­sa. Tam­bién se encon­tró en Chi­na que las per­so­nas con mayor nivel de estu­dios, de zonas más urba­ni­za­das, más jóve­nes y las muje­res, demos­tra­ron más com­por­ta­mien­tos proam­bien­ta­les (Chen et al., 2011; Gong y Lei, 2007; Harris, 2006). Estos hallaz­gos coin­ci­den en gran medi­da con los de estu­dios de com­por­ta­mien­to proam­bien­tal en paí­ses occi­den­ta­les (Tin­dall, Davies y Mau­bou­les, 2003). Los pri­me­ros estu­dios (Hines, Hun­ger­ford y Tome­ra, 1986/87; Roberts, 1996) en adul­tos, así como otros más recien­tes (Gilg, Barr y Ford, 2005; Pin­to, Nique, Aña­ña y Her­ter, 2011; Swa­mi, Cha­mo­rro-Pre­mu­zic, Snel­gar y Furnham, 2011) encuen­tran que las per­so­nas mayo­res infor­man que tie­nen un com­por­ta­mien­to más proam­bien­tal que las per­so­nas más jóve­nes. Estos hallaz­gos apo­yan la hipó­te­sis de que algo impor­tan­te le suce­dió a una gene­ra­ción ante­rior que no le suce­dió a la gene­ra­ción más joven. Si es así, dicho efec­to de cohor­te no sería cau­sa­do por el enve­je­ci­mien­to en sí, sino por even­tos que tuvie­ron un mayor impac­to en un gru­po de edad que en otro.

Hallin (1995) sos­tie­ne que los gru­pos de mayor edad tie­nen hábi­tos de con­su­mo más eco­ló­gi­cos por­que están más pre­dis­pues­tos a aho­rrar y com­pen­sar por sus expe­rien­cias de caren­cia, dado que per­te­ne­cen a las gene­ra­cio­nes de la Segun­da Gue­rra Mun­dial o de la pos­gue­rra.

Asi­mis­mo, las per­so­nas mayo­res tie­nen más com­por­ta­mien­tos posi­ti­vos de ges­tión de resi­duos (englo­ba las acti­vi­da­des nece­sa­rias para hacer­se car­go de un resi­duo). Aun­que esto con­tras­ta con que los jóve­nes tie­nen mayor ten­den­cia a reuti­li­zar los resi­duos, un aspec­to de esta ges­tión (Swa­mi et al., 2011). Pare­ce ser que la edad con­lle­va cam­bios en las con­duc­tas proam­bien­ta­les, pero en menor medi­da en los valo­res y creen­cias proam­bien­ta­les. Por todo lo men­cio­na­do, se con­si­de­ró impor­tan­te rea­li­zar en nues­tro país un estu­dio de las creen­cias ambien­ta­les que explo­re si exis­ten varia­cio­nes entre los 18 y los 65 años, perío­do más lar­go del ciclo vital al que se deno­mi­na adul­tez.

El obje­ti­vo gene­ral de esta inves­ti­ga­ción fue eva­luar y com­pa­rar las creen­cias proam­bien­ta­les, según el Nue­vo Para­dig­ma Eco­ló­gi­co, en gene­ral y en sus tres dimen­sio­nes, en la adul­tez tem­pra­na, adul­tez media y adul­tez tar­día.

Metodología

Diseño

Es un estu­dio no expe­ri­men­tal cuan­ti­ta­ti­vo y trans­ver­sal. El dise­ño mues­tral es no pro­ba­bi­lís­ti­co por con­ve­nien­cia y en cuo­tas según edad y géne­ro.

Participantes

La mues­tra com­pren­dió a 151 adul­tos, 76 varo­nes (50,3%) y 75 muje­res (49,7%). Esta mues­tra abar­ca tres sub­mues­tras: a) adul­tez tem­pra­na: 51 suje­tos (29 varo­nes, 56,9 % y 22 muje­res, 43,1%); b) adul­tez media: 51 suje­tos (24 varo­nes, 47,1 % y 27 muje­res, 52,9%), y c) adul­tez tar­día: 49 suje­tos (23 varo­nes, 46,9 % y 26 muje­res, 53,1%). La sub­mues­tra de adul­tez tem­pra­na com­pren­de adul­tos de 18 a 30 años (Media= 24,0; des­vío= 4,1), la de adul­tez media a suje­tos de 31 a 45 años (Media= 37,5; des­vío= 2,4) y la de adul­tez tar­día a suje­tos de 46 a 65 años (Media= 53,9; des­vío= 7,8). Cri­te­rios de inclu­sión: ser resi­den­tes de la ciu­dad de Para­ná y Gran Para­ná (Entre Ríos, Argen­ti­na), tener estu­dios pri­ma­rios com­ple­tos y no per­te­ne­cer a pobla­cio­nes mar­gi­na­les de esta área urba­na.

Instrumentos

Se uti­li­zó la adap­ta­ción de la Esca­la NEP al espa­ñol de Voz­me­diano y San Juan (2005) y de Gome­ra et al. (2013). Estos auto­res mos­tra­ron su fia­bi­li­dad (con­sis­ten­cia inter­na > 0.7) y la vali­dez con­ver­gen­te a tra­vés de las corre­la­cio­nes con una serie de varia­bles con­si­de­ra­das como cri­te­rio de vali­dez teó­ri­ca (valo­res eco­ló­gi­cos de la Esca­la de Sch­wartz y valo­ra­ción de la res­pon­sa­bi­li­dad en el dete­rio­ro medioam­bien­tal). Diver­sos auto­res han pro­pues­to tra­duc­cio­nes y adap­ta­cio­nes al cas­te­llano de esta esca­la; la más des­ta­ca­da fue la rea­li­za­da por Amé­ri­go y Gon­zá­lez (2001). Por su par­te, Voz­me­diano y San Juan (2005) pro­pu­sie­ron una adap­ta­ción al espa­ñol con un ítem más, hacien­do un total de 16 ítems. Sus 16 ítems, de res­pues­ta tipo Likert, valo­ran de uno a cin­co el gra­do de acuer­do o des­acuer­do con una serie de afir­ma­cio­nes sobre dife­ren­tes creen­cias ambien­ta­les. En la esca­la NEP los ítems se pre­sen­tan orde­na­dos de modo que el acuer­do con los núme­ros impa­res y el des­acuer­do con los pares indi­can res­pues­tas pro-NEP. De este modo indi­can res­pues­tas pro-NEP el acuer­do con los ítems 2, 3, 4, 8, 9, 11, 13, 14, 15 y el des­acuer­do con los ítems 1, 5, 6, 7, 10, 12, 16​.La esca­la NEP fue dimen­sio­na­da a par­tir de una com­bi­na­ción de ítems siguien­do las suge­ren­cias de Voz­me­diano y San Juan (2005) y el tra­ba­jo de Gome­ra et al. (2013). Así se obtu­vie­ron 5 ítems tan­to para Antro­po­cen­tris­mo como para Eco­cen­tris­mo. Cabe des­ta­car que Voz­me­diano y San Juan (2005) obtu­vie­ron valo­res de con­sis­ten­cia de 0.71 (alfa de Cron­bach), tan­to para Eco­cen­tris­mo como Antro­po­cen­tris­mo, mien­tras que Gome­ra et al. (2013) obtu­vie­ron 0.84 y 0.68 para Eco­cen­tris­mo y Antro­po­cen­tris­mo res­pec­ti­va­men­te. Los res­tan­tes ítems hacen refe­ren­cia a la dimen­sión con­cien­cia de las limi­ta­cio­nes de la biós­fe­ra.

Procedimientos de administración

Todos los suje­tos fue­ron entre­vis­ta­dos indi­vi­dual­men­te, y pre­via­men­te infor­ma­dos de la natu­ra­le­za del estu­dio, par­ti­ci­pan­do de mane­ra volun­ta­ria y anó­ni­ma.

Resultados

Se reali­zó un aná­li­sis uni­va­ria­do de varian­za (ver tabla 1) para eva­luar la exis­ten­cia de dife­ren­cias sig­ni­fi­ca­ti­vas entre las medias obte­ni­das según tipo de adul­tez en el pun­ta­je total del NEP: adul­tez tem­pra­na (M= 3,63; DS= 0,37), adul­tez media (M= 3,67; DS= 0,33) y adul­tez tar­día (M= 3,54; DS= 0,34). Se obtu­vo evi­den­cia que indi­ca ausen­cia de dife­ren­cias sig­ni­fi­ca­ti­vas en cuan­to a las creen­cias proam­bien­ta­les entre los adul­tos tem­pra­nos, medios y tar­díos (F= 2,01; p= 0,14). Ade­más no se halla­ron dife­ren­cias sig­ni­fi­ca­ti­vas según géne­ro en cuan­to a las creen­cias ambien­ta­les (F= 0,0035; p= .85). No se encon­tró inter­ac­ción entre las varia­bles géne­ro y tipo de adul­tez (F= 0,252; p= .14).

Los pun­ta­jes medios de las tres sub­mues­tras de adul­tez fue­ron supe­rio­res a 3,5. Tenien­do en cuen­ta que los valo­res pro­me­dios de esta esca­la varían de 1 a 5, se pue­de afir­mar que los adul­tos que se adhie­ren mayo­ri­ta­ria­men­te a las creen­cias proam­bien­ta­les, con­si­de­ran acep­ta­bles o total­men­te acep­ta­bles dichas creen­cias.

Res­pec­to a la rela­ción edad (toma­da sin agru­par por perío­do) y proam­bien­ta­li­dad, se obtu­vo un coefi­cien­te de corre­la­ción r de Pear­son esta­dís­ti­ca­men­te sig­ni­fi­ca­ti­vo (r= ‑0,164; p= .04), con corre­la­ción inver­sa. Es decir que, a mayor edad es menor el Pro-NEP que pre­sen­tan. Esta corre­la­ción nega­ti­va, si bien es baja, va en un sen­ti­do con­tra­rio a lo obser­va­do en otras inves­ti­ga­cio­nes y paí­ses.

Tabla 1.
Análisis Univariado de Varianza (ANOVA). Diferencias de valores medios de los puntajes totales proambientales del NEP según período de adultez y género.

Adul­tez

Mues­tra Total

Varo­nes

Muje­res

N

M

DS

M

DS

M

DS

Tem­pra­na

3,63

0,37

3,61

0,34

3,66

0,34

51

Media

3,67

0,33

3,70

0,25

3,65

0,40

51

Tar­día

3,54

0,34

3,51

0,39

3,55

0,33

49

Total Adul­tos

3,62

0,36

3,61

0,36

3,62

0,36

151

N

 

151

 

76

 

75

En la tabla 2 se pue­den obser­var los resul­ta­dos del Aná­li­sis Mul­ti­va­ria­do de Varian­za (MANOVA) en el que se eva­luó la exis­ten­cia de dife­ren­cias sig­ni­fi­ca­ti­vas entre las medias de las dimen­sio­nes del NEP según perío­do de adul­tez. Se obtu­vo un Fde Hote­lling(6, 284) = 1,73 y p=.11, es decir que no exis­ten dife­ren­cias sig­ni­fi­ca­ti­vas entre las medias de las tres dimen­sio­nes del NEP según perío­do de adul­tez. En la tabla 2 figu­ran los F uni­va­ria­dos en los que se evi­den­cia la no exis­ten­cia de dife­ren­cias para cada una de las dimen­sio­nes según eta­pa de la adul­tez. Tam­po­co se encon­tra­ron dife­ren­cias sig­ni­fi­ca­ti­vas según sexo (F= 1,29; p= .28), ni inter­ac­ción géne­ro – eta­pa de adul­tez (F= 1,02; p= .41).

Cabe seña­lar que en el cálcu­lo del pun­ta­je total pro-NEP los ítems de antro­po­cen­tris­mo se invir­tie­ron por ser los con­tra­rios al nue­vo para­dig­ma eco­ló­gi­co. En cam­bio, en la tabla 2 la media de antro­po­cen­tris­mo refle­ja la adhe­sión a estas creen­cias cen­tra­das en la supre­ma­cía del ser humano fren­te al medio ambien­te, por lo cual no fue­ron inver­ti­dos sus pun­ta­jes.

Tabla 2.
Análisis Multivariado de Varianza (MANOVA). Diferencias de valores medios de las dimensiones del NEP según período de adultez.

Dimen­sio­nes NEP

Adul­tez tem­pra­na

Adul­tez media

Adul­tez tar­día

F

p

M

DS

M

DS

M

DS

Eco­cen­tris­mo

4,11

0,48

4,28

0,46

4,07

0,66

2,39

.09

Antro­po­cen­tris­mo

2,41

0,57

2,36

0,61

2,57

0,51

1,88

.15

C. de lími­te

3,66

0,56

3,57

0,47

3,62

0,52

0,35

.70

N

51

 

51

 

49

     

Tan­to el ANOVA del pun­ta­je total de la esca­la NEP como el MANOVA de las dimen­sio­nes del NEP, nos mues­tran que en cuan­to a las creen­cias ambien­ta­les no exis­ten dife­ren­cias entre los adul­tos tem­pra­nos, medios y tar­díos de la mues­tra estu­dia­da.

Para pro­fun­di­zar más este estu­dio, tam­bién se rea­li­za­ron com­pa­ra­cio­nes de las media­nas de cada uno de los 16 ítems de la esca­la NEP según eta­pa de la adul­tez, pero no se obtu­vie­ron prue­bas t con dife­ren­cias sig­ni­fi­ca­ti­vas. Sin embar­go, se obser­vó una ten­den­cia en el ítem 10 (“La idea de que la huma­ni­dad va a enfren­tar­se a una cri­sis eco­ló­gi­ca glo­bal se ha exa­ge­ra­do enor­me­men­te”). En este reac­ti­vo el 17,7% de los adul­tos tem­pra­nos y el 19,6% de los adul­tos medios estu­vie­ron de acuer­do o total­men­te de acuer­do, mien­tras que en los adul­tos tar­díos fue del 30,6%. Se podría decir que, con el incre­men­to de la edad, espe­cial­men­te des­pués de los 45 años, esta­ría pre­sen­te en mayor medi­da la creen­cia en negar la posi­bi­li­dad de una pró­xi­ma cri­sis eco­ló­gi­ca glo­bal. Tam­bién a las tres dimen­sio­nes del NEP se las corre­la­cio­nó con la varia­ble edad no agru­pa­da. Se obtu­vie­ron un r= -.060 y p= .46, en eco­cen­tris­mo, r= .153 y p= .06 en antro­po­cen­tris­mo y r= -.069 y p= .40 en con­cien­cia de lími­te. Es decir que no hubo corre­la­cio­nes sig­ni­fi­ca­ti­vas entre la edad y las creen­cias proam­bien­ta­les.

Discusión y conclusiones

Los resul­ta­dos obte­ni­dos nos per­mi­ten pro­fun­di­zar en el cono­ci­mien­to de cómo se estruc­tu­ran y desa­rro­llan las per­cep­cio­nes bási­cas sobre la rela­ción ser humano-natu­ra­le­za y la pre­dis­po­si­ción de actuar de mane­ra más o menos eco­ló­gi­ca. Estos resul­ta­dos coin­ci­den con algu­nos estu­dios, pero difie­ren con muchos otros.En una inves­ti­ga­ción con 215 estu­dian­tes uni­ver­si­ta­rios bra­si­le­ños sobre las creen­cias ambien­ta­les (eco­cén­tri­cas y antro­po­cén­tri­cas) y las con­duc­tas proam­bien­ta­les, Pato, Ros y Tama­yo (2005) afir­man que la edad y el géne­ro están aso­cia­dos a las creen­cias y com­por­ta­mien­tos eco­ló­gi­cos. Las muje­res y los estu­dian­tes de más edad fue­ron los más preo­cu­pa­dos por las cues­tio­nes ambien­ta­les y mani­fes­ta­ron tener más com­por­ta­mien­tos proam­bien­ta­les.

Otros estu­dios mues­tran que los hom­bres mani­fies­tan una menor preo­cu­pa­ción ambien­tal por mos­trar un mayor opti­mis­mo tec­no­ló­gi­co en la solu­ción de los pro­ble­mas ambien­ta­les que las muje­res (Gómez Beni­to y Pania­gua Mazo­rra, 1996).

Moyano Díaz y Palo­mo Vélez (2014) en un estu­dio de pobla­ción chi­le­na con la esca­la NEP encon­tra­ron resul­ta­dos seme­jan­tes res­pec­to al géne­ro en algu­nos estu­dios pre­vios, según los cua­les los hom­bres son más eco­cén­tri­cos que las muje­res, a dife­ren­cia de lo encon­tra­do por McCright (2010). Es decir que exis­ten resul­ta­dos disí­mi­les según la cul­tu­ra (Ame­ri­go, Ara­go­nés y Gar­cía, 2012) en la que se lle­va a cabo la inves­ti­ga­ción sobre las varia­bles edad y géne­ro y su rela­ción con el proam­bien­ta­lis­mo. Ade­más, cabe seña­lar que muchos estu­dios difie­ren con los ins­tru­men­tos o adap­ta­cio­nes uti­li­za­dos, lo que hace difí­cil su com­pa­ra­ción.

En el pre­sen­te estu­dio, por el con­tra­rio, se obser­va una gran homo­ge­nei­dad del sis­te­ma de creen­cias proam­bien­ta­les duran­te toda la vida adul­ta y tam­bién según géne­ro; si bien no nie­ga la exis­ten­cia de dife­ren­cias posi­bles en cuan­to a las acti­tu­des y con­duc­tas proam­bien­ta­les, dado que se limi­tó al estu­dio de las creen­cias. Sin embar­go, pre­sen­ta como limi­ta­ción que se reali­zó sola­men­te en una ciu­dad de la Argen­ti­na, no sien­do repre­sen­ta­ti­va de la pobla­ción del país. Es nece­sa­rio repli­car­la tan­to en las gran­des urbes, en otras ciu­da­des y pue­blos, como tam­bién en las zonas rura­les. Tam­bién se sugie­re rea­li­zar­lo con otros gru­pos eta­rios como niños, ado­les­cen­tes o adul­tos mayo­res.

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Notas

  1. Este trabajo es parte del Proyecto de Investigación (PI 1814): “Evaluación del bienestar, la preocupación ambiental y las conductas proambientales en jóvenes y adultos mayores” del Instituto de Investigación de la Facultad de Psicología y Psicopedagogía de la Universidad del Salvador. (USAL), Argentina.

  2. Doctor en Psicología. Profesor Emérito e Investigador del Instituto de Investigación de la Facultad de Psicología y Psicopedagogía de la Universidad del Salvador (USAL), Buenos Aires, Argentina. Correo electrónico: jemoreno1@yahoo.com

  3. Licenciada en Psicología. Miembro del Centro de Investigación Interdisciplinar en Valores, Integración y Desarrollo Social, Facultad “Teresa de Ávila”, UCA – sede Paraná.

  4. Licenciada en Psicología. Profesora Asistente de la Facultad de Psicología y Psicopedagogía de la Universidad del Salvador (USAL) e Investigadora Adjunta del Instituto de Investigación de la Facultad de Psicología y Psicopedagogía (USAL).