Las sibilas y las profetas en la Capilla Sixtina
Mtra. María de los Ángeles Herrera Romero
Programa Institucional de Estudios de Género
Facultad de Estudios Superiores Iztacala UNAM
Resumen
En las culturas griega y romana, las sibilas eran mujeres profetas. Ellas hablaron sobre la venida del Salvador, su nacimiento y su agonía. Estas profecías hicieron que Miguel Ángel las tomara en cuenta para plasmarlas en la Capilla Sixtina junto con las escenas bíblicas. Sin embargo, no se habla mucho de su presencia dentro de este lugar.
Palabras clave: Capilla Sixtina, sibilas, profecías.
Abstract
In Greek and Roman culture, the sybils were women prophets. They spoke about the coming of the Savior, his birth and his agony. These prophecies led Michelangelo to take them into account in order to capture them in the Sistine Chapel along with the biblical scenes. However, nobody talks about them.
Key words: Sistine Chapel, sibyls, prophecies.
Introducción
La capilla Sixtina2 debe su nombre al Papa Sixto IV, fue remodelada entre el año 1477 y en el 1480. La decoración de las paredes incluye: las falsas cortinas, las historias de Moisés, de Cristo y los retratos de los Pontífices. La realización de los frescos tuvo comienzo en 1481 y se concluyó en 1482. A esta época se remontan también las siguientes obras en mármol: el tranqueo, el coro y el escudo pontificio encima de la puerta de entrada. El 15 de agosto de 1483 se consagró la nueva capilla a la Asunción de la Virgen y se dedicó a ella.
Julio II, sobrino de Sixto IV, decidió modificar parcialmente la decoración, confiando el encargo a Miguel Ángel en 1508, quien pintó la bóveda y los lunetos en la parte alta de las paredes. En octubre de 1512 el trabajo había terminado y el 1° de noviembre se inauguró. En los nueve recuadros centrales se hallan representadas las historias del Génesis, desde la creación hasta la caída del hombre, el diluvio y el nuevo renacer de la humanidad con la familia de Noé. En los espacios entre las enjutas aparecen sentadas sobre tronos, cinco sibilas y siete profetas. En las cuatro pechinas angulares se observan las salvaciones milagrosas de Israel, mientras que en las enjutas y lunetos se muestran los antepasados de Cristo.
Hacia fines de 1533, Clemente VII encargó nuevamente a Miguel Ángel que modificara la decoración, pintando en la pared del altar el juicio universal, esto ocasionó la pérdida del retablo con la Virgen Asunta entre los apóstoles y los primeros dos episodios de las historias de Moisés y Cristo. En este fresco, Miguel Ángel represento el retorno glorioso de Cristo a la luz de los textos del Nuevo Testamento.
En el presente artículo analizaremos la representación de las Sibilas y las Profetas dentro de la capilla Sixtina.
Las sibilas
La palabra sibila es la contracción y composición de dos palabras griegas, una es sios, que significa dios, y la otra es belle que significa mente, al traducirlo se entiende como mente divina y se interpreta como “iluminado por Dios” (Costa, 1846). Se consideraba que las sibilas eran mujeres que anunciaban “verdades” sobre los misterios e historias del salvador, la venida del supremo juez y los últimos sucesos de los tiempos como el apocalipsis, por lo que se les llego a considerar como las mujeres que conocían la ciencia de Dios.
Los habitantes de Asia occidental recitaban versos considerados como declaraciones oraculares de profetisas llamadas sibyllai.
Algunas tradiciones refieren que hubo una joven hija del troyano Dárdano y de Neso, hija del gobernador Teucro, que estaba dotada del don de la profecía y tenía una gran reputación como adivina. Esta joven se llamaba Sibila y por eso se les llamó así a todas las mujeres que ejercieron la capacidad de profetizar. En Grecia y Roma se consideraba que eran mujeres que gozaban de una facultad de desentrañar el futuro para profetizar acontecimientos de toda índole, describiéndolas como longevas, con vidas aisladas y misteriosas, habitando en lugares atípicos y poco accesibles como grutas o sitios escondidos cercanos a cursos de agua. Sus palabras o predicciones eran realizadas casi siempre en estado de trance, originadas por consultas de los visitantes (Ojeda, 2011).
Una leyenda dice que Sibila fue el nombre de una vidente de Marpeso, cerca de Troya, que enunciaba sus oráculos en forma de acertijos, escribiéndolos en hojas de plantas.
Otra historia hace referencia a que las sibilas eran inspiradas por el dios Apolo, ya que eran sus sacerdotisas, y para sumirse en trance profético masticaban hojas de laurel (el árbol de Apolo) o se sentaban en un trípode sobre una grieta del terreno con el propósito de inhalar vapores volcánicos tóxicos, con esto el dios les daba su inspiración, enunciando a través de ellas sus ambiguos oráculos. Al ser el dios de la música y la poesía, inspiración de poetas y oradores, se consideraba que las sibilas se expresaban en hexámetros que se transmitían por escrito.
La tradición de las sibilas fue trasmitida a los griegos y de ellos a los romanos, localizándose en lugares concretos. El autor romano Varrón (116–27 AC) menciona diez repartidas por todo el mundo, entre las que destacaba la de Cumas.
Los primeros escritores griegos3 sólo mencionaron a la sibila llamada Herófila, que fue quien profetizó la guerra de Troya. Posteriormente, se comenzó a nombrar a más sibilas, siempre con su nombre de procedencia, creándose una lista de trece sibilas, de las que se tiene registro en la literatura: la sibila Herófila (de Troya); Helespontina (de Marpeso, en el monte Ida); Tiburtina (de Tibur); Cumana (de Eritras, es considerada la más importante en la mitología romana); Frigia (de Anzira, ciudad de la Asia menor); Cimeria, Cumea o Itálica (de Cimerio); Samia (de Samos); Délfica (de Delfos); Eritrea (de Eritras, en Jonia); Líbica (del oasis de Siwa, en el desierto de Libia); Babilónica o Pérsica (de Persia); Europea (de Creta); y Agrippa, Egipcia o Hebraica (de Egipto).
Los doctores escolásticos las consideraban profetizas y refirieron que eran mujeres llenas del “espíritu de Dios”, que negaron los dioses de los gentiles y confesaron la existencia de un solo dios. Guardaron perpetua virginidad y predijeron las cosas que estaban por venir.
Los cristianos hablan de diez o doce sibilas en algunos de sus escritos. Diodoro Sículo mencionaba que eran mujeres llenas de dios; para Marcos Varron escucharlas era como escuchar el “consejo de dios”; San Agustín las menciona resaltando su “espíritu profético”; San Gerónimo refería que este espíritu profético era un premio a su virginidad; Santo Tomas de Aquino mencionaba que ellas predijeron muchos de los hechos de Jesucristo; y Clemente Alejandrino señalaba que dios les dio a los griegos y gentiles a estas profetizas para que les anunciaran la venida del hijo de dios. Muchos gentiles no acogieron el mensaje y consideraban que eran “mujeres locas” por hablar de una “madre virgen” y del “mesías hombre y dios”. Y estos quemaron sus oráculos colocando penas a quienes acudieran con ellas. (Costa, 1846).
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Sibila#/media/File:Michelangelo,_sibille,_cumana_01.jpg
Miguel Ángel plasmo en la capilla Sixtina a la sibila Cumana, Délfica, Babilónica o Pérsica, Eritrea y Líbica. La sibila Cumana, también fue conocida como Deífoba, palabra que significa deidad o forma de dios. Era natural de Eritras, ciudad de Jonia (en la costa oeste de Turquía). Su padre era Teodoro y su madre una ninfa nacida en una gruta del monte Córico.
Nació con el don de la profecía y hacía sus predicciones en verso, considerándose que ya profetizaba en el periodo de los reyes romanos en el año 500 A.C., cuando reinaba Tarquinio el Soberbio como rey. La leyenda dice que atendió a los reyes romanos y a importantes personajes de la época republicana de Roma como Craso, Pompeyo y Cicerón; y que después atendió los emperadores romanos, siguiendo su actividad hasta la edad media. Incluso es citada en la “Divina Comedia” de Dante Alighieri.
Se cuenta que Apolo le prometió que le concedería un deseo, por lo que ella cogió un puñado de arena en su mano y pidió vivir tantos años como partículas de tierra había cogido; pero no pidió la eterna juventud, así que con los años empezó a consumirse tanto que tuvieron que encerrarla en una jaula que colgaron en el templo de Apolo en Cumas. La leyenda dice que vivió nueve vidas humanas de 110 años cada una.
Dentro de sus predicciones se desacatan la de la Natividad, la flagelación y la pasión de Jesús. La primera la hizo a la edad de 18 años y por ello se le asociaba con una concha, mientras que la segunda la hizo a la edad de 30 años y se le asociaba con un látigo y una columna.
También se cuenta de ella que se presentó ante el rey romano Tarquinio, el Soberbio, como una mujer muy anciana y le ofreció nueve libros proféticos a un precio extremadamente alto. Este se negó a comprarlos y entonces la sibila destruyó tres de los libros. Después le ofreció los seis restantes al mismo precio que al principio; Tarquinio se negó de nuevo y ella destruyó otros tres. Ante el temor de que desaparecieran todos, el rey aceptó comprar los tres últimos, pero pagó por ellos el precio que la sibila había pedido por los nueve.
Estos tres libros fueron guardados en el templo de Júpiter y eran consultados en situaciones especiales. En el año 83 a. C. el fuego destruyó los llamados Libros sibilinos y se formó una nueva colección, que en el año 405 a. C. el general romano Estilicón ordenó destruir; se cree que estos libros ejercieron gran influencia en la religión romana hasta el reinado de Augusto.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Sibila#/media/File:DelphicSibylByMichelangelo.jpg
La sibila Délfica, también llamada Herophila, se representa sentada en una piedra con una lira. Se conocen predicciones de ella desde el año 600 A.C. cuando la localidad de Delfos, en Grecia, se convirtió en la Ciudad Sacerdotal, sede de los célebres Oráculos. Su actuación fue popular y tuvo una enorme importancia durante todo el periodo helénico.
Profetizó el nacimiento de un niño de una virgen y todos los padecimientos que sufrirían, prediciendo, cuando ella tenía 20 años, la coronación de espinas, hablando así de la pasión y crucifixión de Cristo.
La sibila Babilónica o Pérsica, también conocida como Sambeta, Sabea o Saba. Escribió 24 libros de la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Sibila#/media/File:Perzsa.jpg
Esta sibila predijo, a la edad de 30 años, el adviento del Salvador y el que la bestia sería pisoteada, por lo que se le representa con una linterna y una serpiente en sus pies. También se le relaciona con la predicción del nacimiento y la pasión de Cristo.
Ella acompañó a Alejandro Magno en sus conquistas por Asia, desde el año 334 a.C. Se piensa que él dialogaba con ella antes de iniciar sus principales batallas, como la de “Gránico” y la de “Isso”, en el curso de la cual capturó a la familia del Rey de Persia (Darío III), y ella le predijo que sería el “Señor y dueño de toda Asia” (Ojeda, 2011).
La sibila Eritrea, también conocida como Erqiea, Erifila, Herifile, Herófila y Riquea. Nacida en Eritrea, ciudad de Jonia, provincia de la Asia Menor. Se dijo que ella popularizó los acrósticos mediante versos escritos en hojas vegetales y profetizó la destrucción de Troya. Bernardino de Busto y Bartolomé de Piscis, afirman que esta sibila vivió en tiempos de Ezequías y Numa Pompilio, segundo rey de los romanos.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Sibila#/media/File:Erythraean.jpg
Es considerada como la profetiza de la Anunciación, los azotes a Jesús y del juicio final, normalmente es representada a la edad de 15 o 20 años. La pintan con un cordero, por ser esta la insignia de Cristo.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Sibila#/media/File:LibyanSibyl_SistineChapel.jpg
Su profecía decía:
“El verbo Eterno bajará del cielo,
Y nacerá de una doncella hebrea;
Tendrá con su venida gozo el suelo,
Y alcanzará la gloria que desea:
Todo será regalo, paz, consuelo,
Y porque el mundo con sus ojos vea
La faz de Dios eterna y soberana,
Tomará de una Virgen carne humana.
Padecerá desde sus tiernos años
Pobreza, desnudez y dolor fiero
Todo por reparar los graves daños,
Que en el mundo causó el padre primero:
De la fiera serpiente los engaños,
El trato doble, el silvo lisonjero
Serán desechos con la sangre bella
Que verterá en la Cruz muriendo en ella.”
(Costa, 1846, p.p. 165–166)
Busiel (2010) menciona que esta sibila fue canonizada por Constantino y es mencionada por San Agustín en su epistolario y en la Ciudad de Dios, donde reconoce a las sibilas como elementos seminales del Verbo en la gentilidad y atribuye a la Eritrea una profecía sobre el fin del mundo y el Juicio final.
Algunos autores como Arellano (1996) consideran que la sibila Líbica es la sibila sin nombre, y se dice que a la edad de 24 años predijo la resurrección de Jesús, siendo representado el hecho con un sepulcro vacío o un libro cerrado. Presidía el oráculo de Zeus Amón (Zeus representado con los cuernos de Amón) en el oasis de Siwa en el desierto de Libia.
Los griegos decían que era la hija de Zeus y Lamia, una reina libia. Eurípides menciona a la sibila de Libia en el prólogo de su obra Lamia. Se firmaba que fue la primera mujer que cantó oráculos. Vivió la mayor parte de su vida en Samosios (Ojeda, 2011).
Conclusiones
La tradición bizantina hace referencia a un listado de doce sibilas recogidas aisladamente en series distintas. En 1438, en el palacio Orsini de Roma, aparecen pintadas doce sibilas de distintas edades, pero es a partir de 1481 cuando el canon sibilino pasa de diez a doce debido a la obra del dominico Filippo Barbieri. Este hecho generó discordancias entre San Jerónimo y San Agustín, ya que se emparejan los doce profetas del A.T. con las doce sibilas de la gentilidad anunciando ambas series a Cristo (Busiel, 2010).
Como ya hemos visto, las sibilas tenían un papel importante como profetas y debido a ello fueron representadas en la Capilla Sixtina. Sin embargo, a lo largo de la historia se han borrado o nublado sus intervenciones proféticas y sólo se mencionan las profecías hechas por varones.
Los cristianos convencían a los gentiles utilizando las profecías escritas en los libros de las sibilas, por lo que otros gentiles declararon pena de muerte a quienes leyesen dichos libros y Augusto César mando quemar muchos de ellos.
Actualmente, los libros sibilinos se consideran apócrifos (no aceptados por la iglesia), pero no se puede negar que en ellos aparecen muchas de las narraciones que se encuentran en la Biblia sobre el nacimiento, pasión y muerte de Jesús, o versículos que son semejantes a los expuestos en el apocalipsis.
Dentro de la Biblia o los libros religiosos se habla de la llegada del mesías, del salvador y del hijo de dios, pero sólo en boca de los profetas Isaías, Miqueas, Daniel, Malaquías, Zacarías, etc. que profetizaron su llegada, vida y muerte. Esto nos muestra que, aunque las mujeres tenían las mismas profecías y las mismas habilidades que los varones, el sistema patriarcal judío-cristiano las omite de la historia y sólo difunde las profecías de los varones que la iglesia abala como “profetas”.
Es importante remarcar que hoy en día sigue ocurriendo lo mismo, teniendo mujeres con las mismas habilidades que los varones, que hablan y opinan sobre los mismos temas, no son igualmente escuchadas por el sistema o la sociedad.
Referencias
Arellano, A. (1996) La Casa del Deán: un ejemplo de pintura mural civil del siglo XVI en Puebla. México, D.F.: UNAM.
Bautista, J. (1864) Mitología universal: historia y explicación de las ideas religiosas y teológicas. Madrid: Gaspar y Roig, Editores.
Buisel, M. D. (2010) Las sibilas de San Telmo. Auster (15), 59-80. En Memoria Académica. Universidad Nacional de la Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Disponible en: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.4864/pr.4864.pdf
Costa, M. (1846) Las Sibilas: Oráculos divinos entre los gentiles. Documentos científicos e históricos. Barcelona, España: Imprenta de Valentín Torras:
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Ojeda, C. (8 de Agosto de 2011). Odisea 2008. Recuperado el 28 de Marzo de 2018, de http://www.odisea2008.com/2011/08/las-sibilas.html
Notas
1. Profesora de Asignatura de la Carrera de Psicología. Correo Electrónico: angelesherrera04@yahoo.com.mx
2. Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano – Dirección de los Museos Vaticanos. Rosangela Mancusi, Responsable de la Coordinación, actualización, redacción y revisión contenidos (2018), recuperado de: http://www.museivaticani.va/content/museivaticani/es/collezioni/musei/cappella-sistina/storia-cappella-sistina.html
3.Enciclopedia Libre Universal en Español. Sibila. Modificada por última vez el 30 abr. 2008. Recuperado de: http://enciclopedia.us.es/index.php/Sibila