Nota breve sobre la diferencia entre Predecir y predecir Descargar este archivo (8. Nota Breve sobre la Diferencia entre Predecir y predecir.pdf)

Isaac Camacho1, José María Hernández Rivera

Universidad Nacional Autónoma de México, FES Iztacala

Resu­men

En este tra­ba­jo se pre­sen­ta la tesis de que la pre­dic­ción no for­ma par­te de la teo­ri­za­ción y que no guar­da un lugar úni­co en la lógi­ca de la cien­cia. Espe­cí­fi­ca­men­te, se sos­tie­ne que la defi­ni­ción de teo­ría impi­de con­ce­bir a la pre­dic­ción como uno de sus com­po­nen­tes, pero que per­mi­te la iden­ti­fi­ca­ción de su papel en dos bino­mios: teo­ri­za­ción-exten­sión y expe­ri­men­ta­ción-teo­ri­za­ción, y que de tal reco­no­ci­mien­to sur­ge una noción fuer­te y una débil, “Pre­de­cir” con mayús­cu­la y “pre­de­cir” con minús­cu­la, res­pec­ti­va­men­te. Cada noción es per­ti­nen­te en con­tex­tos dife­ren­tes, sien­do la pri­me­ra pro­pia de la aplicación/tecnología y la segun­da de la inves­ti­ga­ción bási­ca. La acep­ta­ción de dicha tesis per­mi­te evi­tar cru­ces de sig­ni­fi­ca­do cuyo resul­ta­do pue­de ser la impo­si­ción de reque­ri­mien­tos epis­té­mi­cos inade­cua­dos des­de la lógi­ca de la cien­cia.

Pala­bras cla­ve: Pre­dic­ción, Cien­cia, Teo­ri­za­ción y Expe­ri­men­ta­ción.

Abs­tract

This paper pre­sents the the­sis that pre­dic­tion is not a part of theory and doesn’t play a uni­que role in the logic of scien­ce. Spe­ci­fi­cally, it sup­ports the notion that the defi­ni­tion of theory impe­des the con­cep­tion of pre­dic­tion as a com­po­nent of it, but that it per­mits the iden­ti­fi­ca­tion of its role in two bino­mials: theo­ri­za­tion-exten­sion and expe­ri­men­ta­tion-theo­ri­za­tion, and that from that iden­ti­fi­ca­tion emer­ges a strong notion and a weak one, “Pre­dict” with capi­tal let­ter and “pre­dict” with lower­ca­se, res­pec­ti­vely. Each notion is per­ti­nent in dif­fe­rent con­texts, the first one belon­ging to application/technology and the second one to basic research. The accep­tan­ce of this the­sis allows the avoi­dan­ce of the mix­tu­re of mea­nings which could result in the impo­si­tion of inade­qua­te epis­te­mic requi­re­ments from the logic of scien­ce.

Key­words: Pre­dic­tion, Scien­ce, Theo­ri­za­tion and Expe­ri­men­ta­tion.

Para el estu­dian­te de psi­co­lo­gía o el inves­ti­ga­dor pro­fe­sio­nal exis­ten varios valo­res de cono­ci­mien­to, como son la obje­ti­vi­dad, la repli­ca­bi­li­dad, la apli­ca­bi­li­dad, etc., cuya impor­tan­cia es inne­ga­ble en el desa­rro­llo de su dis­ci­pli­na. Entre estos se encuen­tra la pre­dic­ción, la cual con­sis­te en “…hacer infe­ren­cias a futu­ro sobre cómo se va a mani­fes­tar u ocu­rrir un fenó­meno dadas cier­tas con­di­cio­nes.” (Her­nán­dez, Fer­nán­dez y Bap­tis­ta, 1991, p. 42).

Diver­sos auto­res han ubi­ca­do a la pre­dic­ción como una fun­ción (véa­se Her­nán­dez, Fer­nán­dez y Bap­tis­ta, 1991) o un pro­pó­si­to de la teo­ría; por ejem­plo, Ker­lin­ger (1987), al defi­nir lo que es una teo­ría, seña­la que ésta “…es un con­jun­to de cons­truc­cio­nes hipo­té­ti­cas (con­cep­tos), defi­ni­cio­nes y pro­po­si­cio­nes rela­cio­na­das entre sí, que ofre­cen un pun­to de vis­ta sis­te­má­ti­co de los fenó­me­nos, al espe­ci­fi­car las rela­cio­nes exis­ten­tes entre varia­bles con obje­to de expli­car y pre­de­cir los fenó­me­nos.” (p. 11).

Otros auto­res que han indi­ca­do la vin­cu­la­ción de la pre­dic­ción con la teo­ría en la prác­ti­ca cien­tí­fi­ca son Ker­lin­ger y Lee (1986):

“Resul­ta evi­den­te que la expli­ca­ción y la pre­dic­ción pue­den ser inclui­das en una teo­ría… En cuan­to a la pre­dic­ción y el con­trol pue­de decir­se que los cien­tí­fi­cos no tie­nen que estar real­men­te invo­lu­cra­dos en la expli­ca­ción y la com­pren­sión. Sólo la pre­dic­ción y el con­trol son ade­cua­dos. Quie­nes pro­po­nen esta pos­tu­ra dirían que el poder pre­dic­ti­vo mar­ca qué tan ade­cua­da resul­ta. Si al uti­li­zar una teo­ría somos capa­ces de pre­de­cir con éxi­to, enton­ces la teo­ría se con­fir­ma y eso es sufi­cien­te…” (Ker­lin­ger & Lee, 1986, p. 11).

Como se pue­de apre­ciar, esta rela­ción entre teo­ría y pre­dic­ción está pre­sen­te en la lite­ra­tu­ra psi­co­ló­gi­ca y es con­si­de­ra­da como espe­cial­men­te impor­tan­te para su ense­ñan­za. Sin embar­go, el pre­sen­te tra­ba­jo desa­rro­lla una for­ma en la que dicha vin­cu­la­ción entre teo­ría y pre­dic­ción pue­de ser rede­fi­ni­da a fin de no dis­tor­sio­nar el sen­ti­do genuino de una teo­ría y el obje­ti­vo de la pre­dic­ción en las apli­ca­cio­nes del cono­ci­mien­to psi­co­ló­gi­co, así como en la prác­ti­ca de inves­ti­ga­ción expe­ri­men­tal.

La for­ma en que la pre­dic­ción y la teo­ría se vin­cu­lan pue­de ana­li­zar­se median­te la expli­ci­ta­ción de la mane­ra en que se orga­ni­zan en la prác­ti­ca cien­tí­fi­ca, es decir, su lógi­ca. Kan­tor (1953), por ejem­plo, seña­ló algu­nos fac­to­res uni­ta­rios a con­si­de­rar­se, como son: a) con­tac­to con datos puros, b) ope­ra­cio­nes mani­pu­la­ti­vas y c) los pro­duc­tos y des­cu­bri­mien­tos (p. 26). Res­pec­to del pri­mer fac­tor, Kan­tor se refi­rió a los con­tac­tos ini­cia­les entre el inves­ti­ga­dor y su obje­to de estu­dio. Este pri­mer fac­tor está aco­ta­do por el gra­do de desa­rro­llo alcan­za­do para la selec­ción de la uni­dad de aná­li­sis. Res­pec­to del segun­do, Kan­tor seña­ló la exis­ten­cia de un con­jun­to de modos de ope­ra­ción y de con­tac­to que inclu­yen la obser­va­ción, la medi­ción y el cálcu­lo, los cua­les están deter­mi­na­dos tan­to por las pro­pie­da­des de los even­tos como por la matriz cul­tu­ral que influ­ye en el con­jun­to. Final­men­te, res­pec­to del ter­cer fac­tor, esto es, la gene­ra­ción de pro­duc­tos como son leyes, teo­rías, ecua­cio­nes y expli­ca­cio­nes, Kan­tor indi­có que su natu­ra­le­za es ser cons­truc­cio­nes con mayor o menor gra­do de vin­cu­la­ción con la ope­ra­cio­nes mani­pu­la­ti­vas u obser­va­cio­na­les (p. 26–34).

Estos fac­to­res uni­ta­rios pue­den ser agru­pa­dos en com­pues­tos bi o mul­ti-nomi­na­les, en los que es posi­ble expre­sar el tipo de vin­cu­la­ción de los ele­men­tos que los con­for­man. En el pre­sen­te tra­ba­jo se con­si­de­ra que los bino­mios: a) la teo­ri­za­ción-exten­sión y b) la expe­ri­men­ta­ción-teo­ri­za­ción, per­mi­ten des­cri­bir la natu­ra­le­za del papel que jue­ga la pre­dic­ción en cada uno.

Teorización-extensión

La teo­ri­za­ción con­sis­te en “…la sis­te­ma­ti­za­ción e inter­re­la­ción de los even­tos y sus fac­to­res com­po­nen­tes por medio de su inter­pre­ta­ción y expli­ca­ción…” (Kan­tor, 1959 p. 32). Dicha inter­re­la­ción es posi­ble gra­cias a la gene­ra­ción de abs­trac­cio­nes median­te la defi­ni­ción y pos­tu­la­ción de ele­men­tos y sus rela­cio­nes. La natu­ra­le­za abs­trac­ta de la teo­ría ha sido seña­la­da por Ribes (2010) al suge­rir que ésta: “…tra­ta con obje­tos y acon­te­ci­mien­tos abs­traí­dos… inten­ta com­pren­der su fun­cio­na­mien­to y estruc­tu­ra… se cons­tru­ye en la for­ma de abs­trac­cio­nes ana­lí­ti­cas del mun­do con­cre­to…” (p. 57). Esta for­ma de con­ce­bir la teo­ría impi­de que la des­crip­ción, en pre­sen­te o futu­ro, de even­tos par­ti­cu­la­res for­me par­te de su con­te­ni­do; dicho de otra for­ma, que la teo­ría es gene­ral y abs­trac­ta mien­tras que la pre­dic­ción es par­ti­cu­lar y con­cre­ta.

Dada esta con­cep­tua­ción, todo inten­to por rea­li­zar des­crip­cio­nes par­ti­cu­la­res de las pro­pie­da­des o carac­te­rís­ti­cas futu­ras de un even­to o fenó­meno (es decir, pre­dic­cio­nes), cons­ti­tu­ye una expan­sión a par­tir de la teo­ría, lo que per­mi­te ver a la pre­dic­ción como un ele­men­to lógi­ca­men­te dife­ren­cia­ble de la teo­ri­za­ción mis­ma. Esta dife­ren­cia­ción entre teo­ri­za­ción y pre­dic­ción con­for­ma el bino­mio teo­ri­za­ción-exten­sión.

El papel que la pre­dic­ción jue­ga en este bino­mio está dado por el cam­bio en la dimen­sión lógi­ca del aná­li­sis, un regre­so a los par­ti­cu­la­res de la situa­ción con la media­ción de la teo­ría. En este pun­to, los par­ti­cu­la­res son inter­pre­ta­dos como casos con­cre­tos o ejem­pla­res, bajo cir­cuns­tan­cias espe­cí­fi­cas, de los “tipos gene­ra­les” reco­no­ci­dos por la teo­ría. Dicho reco­no­ci­mien­to gene­ral­men­te toma la for­ma de mode­los espe­cí­fi­cos en dife­ren­tes cam­pos de tra­ba­jo. Por ejem­plo, Ribes (2006) des­cri­be un pro­gra­ma de inves­ti­ga­ción cien­tí­fi­ca en psi­co­lo­gía, el cual par­te de un plan­tea­mien­to teó­ri­co gene­ral y des­de el cual se des­pren­den exten­sio­nes hacia esce­na­rios apli­ca­dos.

En su des­crip­ción, Ribes (2006) hace notar que la teo­ría sir­ve como herra­mien­ta para la iden­ti­fi­ca­ción y cla­si­fi­ca­ción de fenó­me­nos, en tér­mi­nos de su com­ple­ji­dad y dina­mis­mo evo­lu­ti­vo, la deli­mi­ta­ción de varia­bles rele­van­tes, así como de las con­di­cio­nes nece­sa­rias y sufi­cien­tes para su estu­dio empí­ri­co y repre­sen­ta­ción gené­ri­ca. De esta teo­ría se des­pren­den pro­gra­mas que en cam­pos como los de la edu­ca­ción, la salud y la prác­ti­ca cien­tí­fi­ca posi­bi­li­tan el hacer pro­fe­sio­nal efec­ti­vo gra­cias a la capa­ci­dad para pre­de­cir el resul­ta­do de dichos pro­gra­mas y a su con­duc­ción efi­cien­te.

En este sen­ti­do, las exten­sio­nes de natu­ra­le­za tec­no­ló­gi­ca son pro­duc­to, mas nun­ca par­te, del ejer­ci­cio mis­mo de la teo­ri­za­ción (Ribes, 2010). Exis­ten en un plano cate­go­rial dis­tin­to, su lugar es el de la quin­ta esta­ción de lo que Ribes (2009) deno­mino el “…reco­rri­do que hacen las cien­cias en su pro­ce­so de cons­truc­ción y apli­ca­ción del cono­ci­mien­to sobre el mun­do.” (p. 15)

Sin embar­go, su desa­rro­llo sí tie­ne una espe­ci­fi­ci­dad mis­ma. La tec­no­lo­gía y sus cri­te­rios, como son la efi­cien­cia, orde­na­mien­to y eco­no­mía, esta­ble­cen for­mas per­ti­nen­tes del hacer pro­fe­sio­nal. Estos cri­te­rios en el deve­nir his­tó­ri­co de las dife­ren­tes cien­cias impli­can la acep­ta­ción táci­ta de deman­das de natu­ra­le­za social. Casos ejem­pla­res son la pro­duc­ción de mate­ria­les y la cons­truc­ción de estruc­tu­ras o apa­ra­tos para la físi­ca y la quí­mi­ca, así como la pla­nea­ción y dis­tri­bu­ción de bie­nes para la eco­no­mía. Dicha acep­ta­ción con­du­ce a un com­pro­mi­so, social­men­te deli­mi­ta­do, con la gene­ra­ción de tec­no­lo­gía a par­tir de la cien­cia. Es en reco­no­ci­mien­to de dicho com­pro­mi­so que en el pre­sen­te tra­ba­jo se opta por lla­mar a la pre­dic­ción en el bino­mio teo­ri­za­ción-exten­sión como “Pre­dic­ción” con mayús­cu­la. Tal vez sea ésta, la car­ga social, la que gene­ra el papel tan sin­gu­lar de la pre­dic­ción en la teo­ri­za­ción-exten­sión y posi­ble­men­te sea lo que seña­ló Kan­tor (1953) al decir que: “La pre­dic­ción… gene­ral­men­te invo­lu­cra obje­ti­vos sub­si­dia­rios a los esfuer­zos cien­tí­fi­cos bási­cos para enten­der las cosas y los even­tos.” (p.14)

De esta mane­ra, es posi­ble sos­te­ner que el papel que jue­ga la “pre­dic­ción” en pro­gra­mas de inter­ven­ción social o las inge­nie­rías es el de la des­crip­ción a futu­ro de los resul­ta­dos de las apli­ca­cio­nes y la pro­yec­ción de con­di­cio­nes nece­sa­rias para la trans­for­ma­ción de los fenó­me­nos; es decir, la Pre­dic­ción, con mayús­cu­la, no es par­te de la teo­ría, sino par­te de sus exten­sio­nes.

Experimentación-teorización

La expe­ri­men­ta­ción pue­de ser vis­ta como un modo de tra­ba­jo que esta­ble­ce con­di­cio­nes ope­ra­ti­vas con­tro­la­das sobre los even­tos u obje­tos bajo estu­dio. Este modo está direc­ta­men­te vin­cu­la­do con las posi­bi­li­da­des téc­ni­cas e ins­tru­men­ta­les para la obser­va­ción, la mani­pu­la­ción y la trans­for­ma­ción de los even­tos (Kan­tor, 1953).

Kan­tor (1971) refi­rién­do­se a la mane­ra típi­ca en que trans­cu­rre el tra­ba­jo inves­ti­ga­ti­vo del cien­tí­fi­co seña­ló que “…el desa­rro­llo de hipó­te­sis y de dise­ños expe­ri­men­ta­les para pro­bar­las son tam­bién for­mas de inter­con­duc­ta con situa­cio­nes cien­tí­fi­cas y ope­ra­cio­nes de diver­sos tipos…” (p. 230). Una mane­ra de defi­nir hipó­te­sis es “…un modo de inter­ac­ción entre el cien­tí­fi­co y los even­tos que obser­va. Por lo gene­ral son for­mu­la­cio­nes con­cer­nien­tes a las mane­ras en que los even­tos toman for­ma bajo cier­tas con­di­cio­nes ya sea o no por la ins­tru­men­ta­ción del inves­ti­ga­dor.” (Kan­tor, 1971, p. 23).

Enten­der la “mane­ra en que los even­tos toman for­ma” es resul­ta­do de este modo de tra­ba­jo inves­ti­ga­ti­vo; son los datos vis­tos como evi­den­cia los que con­fi­gu­ran el avan­ce en la for­mu­la­ción con­cep­tual median­te la con­fir­ma­ción o refu­ta­ción de las hipó­te­sis. De nin­gún modo se pue­de pos­tu­lar que los datos mues­tran regu­la­ri­da­des más allá de la con­duc­ta del inves­ti­ga­dor con el mun­do, no mues­tran pro­pie­da­des intrín­se­cas de una reali­dad inde­pen­dien­te del con­tac­to con la mis­ma.

En este sen­ti­do se con­for­ma otro bino­mio: el de la expe­ri­men­ta­ción-teo­ri­za­ción, el cual evo­lu­cio­na según una entra­ma­da red his­tó­ri­ca­men­te defi­ni­da por dos con­di­cio­nes: a) el esta­dio de desa­rro­llo de la cien­cia como ins­ti­tu­ción cul­tu­ral (por ejem­plo, al ini­cio de la cien­cia rena­cen­tis­ta en la que la expe­ri­men­ta­ción era esca­sa, pero con raí­ces fir­mes en los tra­ba­jos de la filo­so­fía natu­ral); y b) en la evo­lu­ción par­ti­cu­lar de cada dis­ci­pli­na cien­tí­fi­ca (por ejem­plo, al incor­po­rar gra­dual­men­te mode­la­mien­tos mate­má­ti­cos). Suge­rir que la expe­ri­men­ta­ción con res­pec­to a la teo­ri­za­ción guar­da un papel secun­da­rio, de mera con­fir­ma­ción ruti­nal-ope­ra­cio­nal de las pos­tu­la­cio­nes y cons­truc­tos teó­ri­cos o que la expe­ri­men­ta­ción, en tan­to cons­ti­tu­ye el con­tac­to direc­to con los even­tos y sus rela­cio­nes pre­ce­da a la con­for­ma­ción de gene­ra­li­da­des y abs­trac­cio­nes, es dotar de una pri­ma­cía injus­ti­fi­ca­da a uno u otro de los com­po­nen­tes del bino­mio. Al res­pec­to, Cama­cho (2012) ha seña­la­do la impor­tan­cia de evi­den­ciar esta pos­tu­ra y tra­ba­jar en torno a un enten­di­mien­to equi­li­bra­do de ambos com­po­nen­tes.

Una diver­si­dad de ejem­plos his­tó­ri­cos de ambas con­di­cio­nes ha sido mos­tra­da por Kan­tor (1953) y por Hac­king (1996). La lec­ción bási­ca deri­va­da de las ideas de ambos auto­res es que en momen­tos espe­cí­fi­cos la expe­ri­men­ta­ción ha esta­do rela­cio­na­da con: a) un sis­te­ma poco desa­rro­lla­do de inter­pre­ta­cio­nes y plan­tea­mien­tos de pro­ble­mas para los cua­les las labo­res de mani­pu­la­ción y obser­va­ción son medios para fines espe­cí­fi­cos; o con b) sis­te­mas sofis­ti­ca­dos de abs­trac­cio­nes en cuyo con­tex­to la expe­ri­men­ta­ción sir­ve como mane­ras de ver la for­ma en que los datos se “ajus­tan” a los pro­ble­mas teó­ri­ca­men­te defi­ni­dos. Tal vez la mejor for­ma de expre­sar el bino­mio es la siguien­te: “…Con­tac­tos y cons­truc­tos van de la mano. Que la mani­pu­la­ción expe­ri­men­tal inclu­ye cons­truc­tos se sigue del hecho de que la expe­ri­men­ta­ción siem­pre ocu­rre en situa­cio­nes que exclu­yen el mane­jo casual y al azar de las cosas.” (Kan­tor, 1953, p. 114)

Al igual que Kan­tor (1938) y Hac­king (1996) en el pre­sen­te tra­ba­jo se sos­tie­ne las nocio­nes de que expe­ri­men­ta­ción y teo­ri­za­ción corres­pon­den con modos espe­cí­fi­cos de ope­ra­ción con res­pec­to al mun­do, y que es posi­ble iden­ti­fi­car momen­tos his­tó­ri­cos de inde­pen­den­cia y coor­di­na­ción entre ambos. En una expre­sión sen­ci­lla pero suge­ren­te: ambos tie­nen vida pro­pia, pero en fami­lia. Esta iden­ti­fi­ca­ción del deve­nir his­tó­ri­co en la rela­ción entre teo­ría y expe­ri­men­ta­ción, nue­va­men­te, apun­ta hacia la des­crip­ción que Cama­cho (2012) hizo de la “héli­ce de la expe­ri­men­ta­ción” en la que teo­ri­za­ción y expe­ri­men­ta­ción ocu­pan un lugar equi­li­bra­do pero diná­mi­co. Esta acla­ra­ción es rele­van­te para mos­trar la impor­tan­cia de no caer en la ten­ta­ción o vicio habi­tual en la filo­so­fía de la cien­cia tra­di­cio­nal de con­si­de­rar a la teo­ría como ideal y ejem­plar del tra­ba­jo inves­ti­ga­ti­vo, a par­tir de la cual se defi­nen y legi­ti­man todos los otros com­po­nen­tes de la cien­cia.

Es en este sen­ti­do, del bino­mio expe­ri­men­ta­ción-teo­ri­za­ción, que la pre­dic­ción toma la for­ma de una ope­ra­ción prag­má­ti­ca ínti­ma­men­te vin­cu­la­da con la obser­va­ción (Kan­tor, 1959, p. 137), con lo que nue­va­men­te se pone de relie­ve su vin­cu­la­ción con los even­tos par­ti­cu­la­res y, por ende, que­da nue­va­men­te fue­ra de la teo­ri­za­ción pura, pero incor­po­ra­da en la vin­cu­la­ción diná­mi­ca y equi­li­bra­da que defi­ne al bino­mio. Dado que los pro­ce­di­mien­tos expe­ri­men­ta­les y la hipó­te­sis son ela­bo­ra­das en estric­to ape­go al pro­ble­ma de inves­ti­ga­ción su rele­van­cia es local y espe­cí­fi­ca; por ende, pue­de ser lla­ma­da “pre­dic­ción” con minús­cu­la. Este carác­ter de rele­van­cia local de la pre­dic­ción (de cier­ta mane­ra dimi­nu­ti­vo) es per­ti­nen­te a la mul­ti­pli­ci­dad de áreas, fenó­me­nos o pro­ce­sos par­ti­cu­la­res sobre los cua­les se cons­tru­yen las afir­ma­cio­nes pre­dic­ti­vas.

Conclusión

En la teo­ría, toma­da en ais­la­do, la pre­dic­ción no tie­ne lugar. La defi­ni­ción mis­ma de teo­ri­za­ción impi­de el tipo de tra­ba­jo que la pre­dic­ción supo­ne. Sin embar­go, al deli­mi­tar y reco­no­cer los bino­mios teo­ri­za­ción-exten­sión y expe­ri­men­ta­ción-teo­ri­za­ción e iden­ti­fi­car el papel de la pre­dic­ción en cada uno, resul­ta cla­ra y per­ti­nen­te su deno­mi­na­ción con “P” mayús­cu­la o minús­cu­la, res­pec­ti­va­men­te. La acep­ta­ción de tal tesis tie­ne como resul­ta­do “imper­mea­bi­li­zar” con­cep­tual­men­te el estu­dio y dis­cur­so sobre la cien­cia, es decir, impe­dir que las dis­cu­sio­nes se defi­nan por cri­te­rios epis­té­mi­cos que cru­cen los pape­les dife­ren­cia­dos que la pre­dic­ción adop­ta en cada uno de los bino­mios.

Un ejem­plo de lo ante­rior es tomar la céle­bre expre­sión de Skin­ner (1979) “…Nece­si­ta­mos esta­ble­cer leyes en vir­tud de las cua­les poda­mos pre­de­cir la con­duc­ta y eso sólo pode­mos hacer­lo hallan­do las varia­bles de las que la con­duc­ta es fun­ción.” (p. 23) y la de Kan­tor (1959) “…sólo cuan­do los estu­dios de apren­di­za­je acu­mu­lan un cono­ci­mien­to con­si­de­ra­ble resul­ta fac­ti­ble la pre­dic­ción y la deduc­ción. En otras pala­bras, es impo­si­ble pre­de­cir y dedu­cir si no se cuen­ta con los even­tos…” (p. 137) y con­cluir que se refie­ren a la pre­dic­ción de la mis­ma for­ma, cuan­do a la luz de los con­tex­tos a los cua­les per­te­ne­cen estas expre­sio­nes, y dado el aná­li­sis aquí pre­sen­ta­do, se pue­de apre­ciar que para Skin­ner se tra­ta de “pre­de­cir” con minús­cu­la mien­tras que para Kan­tor se tra­ta de “Pre­de­cir” con mayús­cu­la.

Final­men­te, esta rede­fi­ni­ción del papel que la pre­dic­ción jue­ga en la cien­cia y su víncu­lo con la teo­ría favo­re­ce un enten­di­mien­to más sofis­ti­ca­do de la prác­ti­ca cien­tí­fi­ca mis­ma. Sofis­ti­ca­ción que pro­vie­ne de incor­po­rar aspec­tos prác­ti­cos jun­to con los teó­ri­cos en una rela­ción de equi­li­brio y balan­ce (Cama­cho, 2012), y des­de la cual el estu­dian­te de psi­co­lo­gía pue­de for­ta­le­cer su for­ma­ción gra­cias a la deter­mi­na­ción his­tó­ri­ca de la uni­dad de aná­li­sis (Kan­tor, 1963), así como a los aspec­tos meto­do­ló­gi­cos actua­les (Cama­cho, 2017), para, con dicho for­ta­le­ci­mien­to, enfren­tar­se a un pano­ra­ma ins­ti­tu­cio­nal com­pli­ca­do en el que la ense­ñan­za de su dis­ci­pli­na pare­ce ser caó­ti­ca y que ha sido carac­te­ri­za­do por Mora­les, Far­fán, Nava­rre­te y Velas­co (2016) de la siguien­te mane­ra:

 “…cre­ci­mien­to des­or­de­na­do de la psi­co­lo­gía en el ámbi­to de la edu­ca­ción supe­rior, así como per­ci­bir que la ense­ñan­za de la psi­co­lo­gía en el país pre­sen­ta en su desa­rro­llo una ten­den­cia de cre­ci­mien­to incon­tro­la­da y anár­qui­ca, ade­más de la pro­pen­sión a repro­du­cir esque­mas de estruc­tu­ra­ción y trans­mi­sión del cono­ci­mien­to psi­co­ló­gi­co sin un aná­li­sis…” (p. 118)

Referencias

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Skinner, B. F. (1979). La Conducta de los organismos (Luis Flaquer, Trad.). Barcelona: Fontanella. (Original publicado en 1938).

Notas

1. isaac_camacho@hotmail.com