¿Perderá su encanto la psicología cognitiva? Un ensayo desde la dialéctica Descargar este archivo (7. Rivas Rolly.pdf)

Rolly Guillermo Rivas Huaman[1]

Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Lima – Perú)

Resumen

La psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va se ocu­pa de los pro­ce­sos men­ta­les, por lo cual, aquí se ana­li­za des­de la dia­léc­ti­ca los ini­cios, la impor­tan­cia, el apo­geo y el futu­ro de esta sub­dis­ci­pli­na. El obje­ti­vo de este tra­ba­jo es mos­trar el sus­ten­to epis­te­mo­ló­gi­co actual de la psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va, ensa­yan­do el pro­ba­ble futu­ro de esta sub­dis­ci­pli­na. Se con­si­de­ra a las cien­cias cog­ni­ti­vas como la madre de la psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va, asi­mis­mo, se rea­li­za un aná­li­sis basa­do en los apor­tes de los psi­có­lo­gos cog­ni­ti­vos Howard Gar­nerd, Mario Carre­te­ro, Robert Stern­berg, y otros psi­có­lo­gos influ­yen­tes; y tam­bién de epis­te­mó­lo­gos como Karl Pop­per y Pablo Gua­da­rra­ma, tra­tan­do de enfa­ti­zar en el pro­ce­so dia­lec­ti­co de la psi­co­lo­gía en gene­ral has­ta lle­gar a la psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va. Se con­clu­ye que el actual apo­geo de la psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va vie­ne res­pal­da­da por la epis­te­mo­lo­gía cien­tí­fi­ca, sin embar­go, al sur­gi­mien­to de nue­vas reali­da­des y epis­te­mo­lo­gías podrían sur­gir nue­vas sub­dis­ci­pli­nas que des­pla­cen a la psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va.

Pala­bras cla­ve: psi­co­lo­gía expe­ri­men­tal, epis­te­mo­lo­gía, lógi­ca.

Abstract

Cog­ni­ti­ve psy­cho­logy deals with men­tal pro­ces­ses, the­re­fo­re, the begin­nings, impor­tan­ce, apo­gee and futu­re of this sub­dis­ci­pli­ne are analy­zed here from the dia­lec­tic point of view. The aim of this paper is to show the current epis­te­mo­lo­gi­cal under­pin­ning of cog­ni­ti­ve psy­cho­logy, rehear­sing the pro­ba­ble futu­re of this sub­dis­ci­pli­ne. Cog­ni­ti­ve scien­ces are con­si­de­red as the mother of cog­ni­ti­ve psy­cho­logy, and an analy­sis is made based on the con­tri­bu­tions of cog­ni­ti­ve psy­cho­lo­gists Howard Gar­nerd, Mario Carre­te­ro, Robert Stern­berg, and other influen­tial psy­cho­lo­gists; and, of epis­te­mo­lo­gists such as Karl Pop­per and Pablo Gua­da­rra­ma, trying to empha­si­ze the dia­lec­ti­cal pro­cess of psy­cho­logy in gene­ral up to cog­ni­ti­ve psy­cho­logy. It is con­clu­ded that the current apo­gee of cog­ni­ti­ve psy­cho­logy is sup­por­ted by scien­ti­fic epis­te­mo­logy, howe­ver, with the emer­gen­ce of new reali­ties and epis­te­mo­lo­gies new sub-dis­ci­pli­nes could emer­ge to dis­pla­ce cog­ni­ti­ve psy­cho­logy.

Key­words: Expe­ri­men­tal psy­cho­logy, epis­te­mo­logy, logic.

Introducción

El apor­te de la Psi­co­lo­gía a la huma­ni­dad y las cien­cias socia­les es inne­ga­ble. Des­de sus diver­sas dis­ci­pli­nas, la Psi­co­lo­gía, que por cier­to ya está con­so­li­da­da como cien­cia, sigue apor­tan­do al bien­es­tar del hom­bre y todo hace supo­ner que el futu­ro de esta cien­cia es aus­pi­cio­so. La psi­co­lo­gía se con­so­li­dó como cien­cia en 1879 con el pri­mer labo­ra­to­rio fun­da­do Wilhelm Wund en Ale­ma­nia, Giar­di­ni et al (2017), sin embar­go, la Psi­co­lo­gia como dis­ci­pli­na ini­ció des­de mucho tiem­po atrás como bien lo refie­ren Mue­ller (1980) y Gar­nerd (1985), es decir, des­de la edad anti­gua cuan­do apa­re­cían los famo­sos y algu­nos no tan famo­sos filo­so­fos grie­gos. El pro­po­si­to de este ensa­yo es enfo­car­se en la psi­co­lo­gía a par­tir de sus ini­cios como cien­cia, es decir des­de el año 1879, con el obje­ti­vo de ana­li­zar bre­ve­men­te la dia­lec­ti­ca en la que ha esta­do invo­lu­cra­da la psi­co­lo­gía, de la cua­llos resul­ta­dos feliz­men­te son bue­nos para noso­tros en pleno siglo XXI.

La dialectica en la historia de la Psicología

Se pue­de enten­der a la dia­léc­ti­ca como un con­tras­te o deba­te entre dos o más para­dig­mas o pers­pec­ti­vas, en reali­dad no se tra­ta de que uno sea mejor que la otra, sino más bien de sacar nue­vas con­clu­sio­nes en bene­fi­cio de la cien­cia, en este caso en bene­fi­cio de la Psi­co­lo­gía (Stern­berg, 2010). Otra expli­ca­ción muy simi­lar es la del mito del mar­co, en don­de se con­si­de­ra que dos ideas o pers­pec­ti­vas que con­tras­ten, serán mucho más bene­fi­cio­sas y enri­que­ce­do­ras que dos ideas que están de acuer­do y que vayan en la mis­ma línea (Pop­per, 1997). La cien­cia de la psi­co­lo­gía feliz­men­te ha par­ti­ci­pa­do de una dia­léc­ti­ca cons­tan­te que se va actua­li­zan­do cada cier­to tiem­po. De esta mane­ra se ini­ció la tesis del Estruc­tu­ra­lis­mo con Wilhelm Wund, que tenía el pro­pó­si­to de estruc­tu­rar la men­te, reco­pi­lan­do infor­ma­ción por medio del aná­li­sis de per­cep­cio­nes (Stern­berg, 2010), lue­go, como una antí­te­sis, apa­re­ció el Fun­cio­na­lis­mo de William James, quien que­ría cono­cer las fun­cio­nes la men­te más que su estruc­tu­ra, por ello se ini­ció en el estu­dio de ani­ma­les como las aves para cono­cer que fun­cio­nes podría tener su cere­bro, lo cual le lle­vo a des­cu­bri­mien­tos intere­san­tes res­pec­to a las acti­vi­da­des que le com­pe­ten al cere­bro. James (1890, 1989) que­ría cono­cer por qué la gen­te se com­por­ta como lo hace, asi­mis­mo, a dife­ren­cia del estruc­tu­ra­lis­mo, que­ría que la psi­co­lo­gía fue­ra de bene­fi­cio para la socie­dad (Giar­di­ni, Estruc­tu­ra­lis­mo y Fun­cio­na­lis­mo, 2017). Lue­go apa­re­ció el impe­rio­so Psi­co­aná­li­sis de Sig­mund Freud, quien inten­tó mapear la men­te, y expli­car el por­qué del ori­gen de los tras­tor­nos men­ta­les, asi­mis­mo, pro­pu­so al psi­co­aná­li­sis como méto­do para curar estos males (Frey-Rohn, 1969, 2006).

De aquí en ade­lan­te con­si­de­ro que la dia­léc­ti­ca den­tro de la psi­co­lo­gía fue evi­den­te­men­te mucho más inten­sa. Pues para el año 1913 apa­re­ce la pro­pues­ta del Con­duc­tis­mo de John Watson, quien en su famo­so libro hace una seve­ra crí­ti­ca a las pro­pues­tas ante­rio­res como al Estruc­tu­ra­lis­mo, al Fun­cio­na­lis­mo y al Psi­co­aná­li­sis, con­si­de­ran­do que nin­gu­na de ellas había logra­do dar­le un sta­tus cien­tí­fi­co a la psi­co­lo­gía, pues las ante­rio­res se apo­ya­ban en sub­je­ti­vi­da­des y nada de con­cre­to, y que había lle­ga­do el momen­to de hacer­lo, uti­li­zan­do el méto­do cien­tí­fi­co en la psi­co­lo­gía. Es decir, inves­ti­gar lo que se pue­de obser­var: la con­duc­ta, con­si­de­ran­do asi­mis­mo que el hom­bre es un ani­mal supe­rior y por lo tan­to, los resul­ta­dos de los expe­ri­men­tos hechos con ani­ma­les tam­bién son apli­ca­bles al hom­bre. Por ello tomó como base fun­da­men­tal de su teo­ría los expe­ri­men­tos del fisió­lo­go Ruso Ivan Pávlov, y sobre ella cons­tru­yó su famo­sa pro­pues­ta Con­duc­tis­ta (Watson, 1945).

Feliz­men­te siguie­ron apa­re­cien­do tesis y antí­te­sis, de las cua­les los psi­có­lo­gos a su vez se van nutrien­do del resul­ta­do: las sín­te­sis. Apa­re­ce en la esce­na his­tó­ri­ca la Psi­co­lo­gía el Apren­di­za­je Vica­rio de Albert Ban­du­ra, mos­tran­do por medio de estu­dios cien­tí­fi­cos que el entorno y las figu­ras influ­yen­tes de un niño pue­den deter­mi­nar su apren­di­za­je. Lue­go apa­re­ce en esce­na el Huma­nis­mo de Abraham Mas­low y Carl Rogers, pro­po­nien­do más bien que el ser humano tie­ne vir­tu­des y cua­li­da­des por lo tan­to hay que poten­ciar­las y sacar lo mejor de cada per­so­na, Mas­low pro­po­nien­do con la pirá­mi­de de las nece­si­da­des la for­ma como el ser humano podría lle­gar a su auto­rrea­li­za­ción y una vez lle­ga­do a ese nivel, pue­de adqui­rir un pen­sa­mien­to soli­da­rio y empá­ti­co con el mun­do (Giar­di­ni, 2017), y así suce­si­va­men­te, cada pers­pec­ti­va como una sín­te­sis de las tesis y antí­te­sis ante­rio­res. De esta for­ma es como se han nutri­do las cien­cias y de mane­ra espe­cí­fi­ca la cien­cia de la psi­co­lo­gía. Jus­ta­men­te por los años del Huma­nis­mo, es decir fina­les de la déca­da de los años 40 del siglo XX, más espe­cí­fi­ca­men­te 1958, en el Sim­po­sio de Hixon, es que se ini­cian de mane­ra ofi­cial las cien­cias cog­ni­ti­vas, y como par­te de las cien­cias cog­ni­ti­vas sur­ge la psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va. Curio­sa­men­te uno de los Ponen­tes de este sim­po­sio fue Karl Lash­ley, psi­có­lo­go con­duc­tis­ta segui­dor de John Watson, sin embar­go, en este sim­po­sio se puso en tela de jui­cio el con­duc­tis­mo, insi­nuan­do que podrían exis­tir fac­to­res que inter­vie­nen entre el estí­mu­lo y res­pues­ta que pro­po­ne el con­duc­tis­mo (Gar­nerd, 1985). A par­tir de enton­ces empie­za la his­to­ria de la psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va, y de mane­ra natu­ral sur­gen algu­nas pre­gun­tas que lue­go se pasa­rá a res­pon­der: ¿cómo sur­gió la psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va? ¿De qué se ocu­pa la psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va? ¿Hacia dón­de apun­ta la psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va? ¿Per­de­rá su encan­to la psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va?

Los Inicios de la psicología cognitiva

Según Gar­nerd (1985), el ini­cio de la cien­cia cog­ni­ti­va pue­de remon­tar­se has­ta el siglo VI y A.C. la épo­ca de los filó­so­fos grie­gos, de mane­ra espe­cí­fi­ca en El Menón de Pla­tón, en don­de apa­re­ce Sócra­tes hacien­do pre­gun­tas de geo­me­tría a un joven y quien final­men­te pudo res­pon­der, con­clu­yen­do enton­ces Sócra­tes que el cono­ci­mien­to esta ya den­tro de noso­tros. Pasa­ron muchos siglos para que recién, a media­dos del siglo XX, se vol­vie­ra a des­per­tar el inte­rés por el cono­ci­mien­to. Como bien lo refie­re Carre­te­ro (2004) espe­cí­fi­ca­men­te en psi­co­lo­gía exis­tía un con­sen­so de acep­ta­ción gene­ral del enfo­que con­duc­tis­ta, que no toma­ba en con­si­de­ra­ción los pro­ce­sos cog­ni­ti­vos, sin embar­go, un psi­có­lo­go con­duc­tis­ta, lla­ma­do Edward Tol­man, pro­pu­so algu­nos cam­bios al enfo­que con­duc­tis­ta que impli­ca­ron un des­per­tar hacia la pis­co­lo­gía cog­ni­ti­va. Tol­man expli­ca­ba que el apren­di­za­je del orga­nis­mo no era solo en base a esti­mu­lo-res­pues­ta, sino que había un ele­men­to más al que lla­mó “expec­ta­ti­va”, es decir el ser humano, tam­bién tenía algu­na creen­cia o expec­ta­ti­va lue­go de reci­bir el estí­mu­lo para des­pués emi­tir una con­duc­ta. Por esta pro­pues­ta algu­nos psi­có­lo­gos lo con­si­de­ran entre los pre­cur­so­res de la psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va. Por esos mis­mos años sur­gió una crí­ti­ca del lin­güis­ta Noam Chomsky al con­duc­tis­mo de Skin­ner, expli­can­do que el len­gua­je no se apren­de por refor­za­mien­to sino más bien que el ser humano nace con un dis­po­si­ti­vo inna­to para la adqui­si­ción de len­gua­je. En tér­mi­nos filo­só­fi­cos, como lo men­cio­na Howard Gar­nerd, del enfo­que empí­ri­co aho­ra se pasa­ba a un enfo­que inna­tis­ta, en don­de se acep­ta­ba el con­sen­so de que el ser humano nace ya con algu­nas habi­li­da­des para ser desa­rro­lla­das, sin dejar de con­si­de­rar tam­bién a la influen­cia del ambien­te en la adqui­si­ción de cono­ci­mien­to.

La psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va no sur­gió por sí mis­ma. Como bien lo expli­ca Gar­nerd (1985), la psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va es par­te de la cien­cia cog­ni­ti­va, cons­ti­tui­da por dis­ci­pli­nas como la filo­so­fía, la inte­li­gen­cia arti­fi­cial, la lin­güís­ti­ca, la antro­po­lo­gía, la neu­ro­cien­cia y la psi­co­lo­gía. Para hablar del sur­gi­mien­to de la psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va debe­mos remon­tar­nos a los comien­zos de la mis­ma psi­co­lo­gía y enton­ces men­cio­na­mos a Stern­berg (2010) quien hace un recuen­to de los enfo­ques prin­ci­pa­les que fue­ron evo­lu­cio­nan­do con el paso de los años. Pri­me­ra­men­te, encon­tra­mos al estruc­tu­ra­lis­mo, que pre­ten­día estruc­tu­rar la men­te, y para lograr ese obje­ti­vo uti­li­za­ba el méto­do de la intros­pec­ción, lue­go sur­gió el fun­cio­na­lis­mo de William James, quien más bien refe­ría que más que cono­cer la estruc­tu­ra de la men­te, era urgen­te cono­cer el con­te­ni­do, es la fun­cio­na­li­dad de la men­te, asi­mis­mo, con­si­de­ra­ba impor­tan­te la uti­li­dad que podía tener la psi­co­lo­gía para la socie­dad. El gran enfo­que que sur­ge lue­go es el con­duc­tis­mo de Watson y Skin­ner, quie­nes con­si­de­ra­ron que la psi­co­lo­gía debe com­por­tar­se como una cien­cia y para ello debía uti­li­zar el méto­do cien­tí­fi­co, es decir, sola­men­te inves­ti­gar sobre sobre lo que se podía ver: la con­duc­ta. Skin­ner con­si­de­ra­ba y acep­ta­ba el rol de la men­te, pero en un papel secun­da­rio, pasi­vo fren­te al apren­di­za­je por refor­za­mien­to. Lue­go sur­ge la teo­ría de Toman y, final­men­te, sur­ge uno de los dis­cí­pu­los de Watson: Karl Spen­cer Lash­ley, quien pro­po­ne que la men­te no es pasi­va, sino que más bien es diná­mi­ca y acti­va. De esta for­ma la psi­co­lo­gía con­duc­tis­ta len­ta­men­te va abrien­do paso al naci­mien­to de la psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va. Pero vere­mos que no solo des­de la psi­co­lo­gía, tam­bién en la déca­da de los años 50 del siglo XX, apa­re­ció la inge­nie­ría, para apor­tar por medio de la compu­tación para expli­car el fun­cio­na­mien­to de los pro­ce­sos men­ta­les, con el apor­te de Ulric Neis­ser por ejem­plo, asi­mis­mo el apor­te de la inte­li­gen­cia arti­fi­cial que­rien­do crear arte­fac­tos con capa­ci­dad de inte­li­gen­cia simi­lar al del ser humano.

Ocupación de la psicología cognitiva

La psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va se ocu­pa de dos aspec­tos: pri­me­ra­men­te, de los pro­ce­sos de menor com­ple­ji­dad como la per­cep­ción, la aten­ción y la memo­ria. Asi­mis­mo, se ocu­pa del estu­dio de los pro­ce­sos supe­rio­res como el len­gua­je y el razo­na­mien­to. En segun­do lugar, tam­bién se ocu­pa de otros aspec­tos rela­cio­na­dos al com­por­ta­mien­to de las per­so­nas (Carre­te­ro, 2004), de aquí pode­mos con­si­de­rar por ejem­plo a la psi­co­te­ra­pia, que se ocu­pa de modi­fi­car con­duc­tas por medio del cam­bio de pen­sa­mien­to. Para ser más espe­cí­fi­cos y saber qué tipos de pre­gun­ta inten­ta res­pon­der la psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va, plas­ma­mos enton­ces algu­nas de ellas: ¿la per­cep­ción deter­mi­na el cono­ci­mien­to? ¿Cuál es el fun­cio­na­mien­to de nues­tra memo­ria? ¿Exis­te varie­dad de memo­rias? ¿Cómo es que cate­go­ri­za­mos y con­cep­tua­mos? ¿Pode­mos razo­nar con lógi­ca? ¿Cómo expli­car la con­cien­cia? (Carre­te­ro, 2004).

Otro tipo de pre­gun­tas que pue­den ayu­dar­nos a com­pren­der mejor la ocu­pa­ción de la psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va serán: ¿el pen­sa­mien­to humano es más influi­do por la natu­ra­le­za indi­vi­dual o por el entorno? ¿Se debe estu­diar y explo­ra al cere­bro mien­tras las per­so­nas rea­li­zan tareas cog­ni­ti­vas? o más bien, ¿se pue­den ana­li­zar las con­duc­tas de las per­so­nas que están eje­cu­tan­do tra­ba­jos cog­nos­ci­ti­vos? (Stern­berg, 2010), estas son solo algu­nas de las pre­gun­tas que la psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va inten­ta res­pon­der y por lo tan­to expli­can su ocu­pa­ción.

Las repre­sen­ta­cio­nes men­ta­les o pro­ce­sos cog­ni­ti­vos comien­zan a reci­bir aten­ción por par­te de los cien­tí­fi­cos a par­tir de los años 50 del siglo pasa­do (Carre­te­ro, 2004). Sin embar­go, es jus­to men­cio­nar los apor­tes de Jean Pia­get y Lev Vigotsky, quie­nes un poco antes ya se habían intere­sa­do en el sur­gi­mien­to del cono­ci­mien­to en la men­te. El psi­có­lo­go ruso Lev Vigotsky pro­pu­so que adqui­ri­mos cono­ci­mien­to de acuer­do con nues­tro con­tex­to cul­tu­ral e his­tó­ri­co, es decir, reci­bi­mos herra­mien­tas, como el cono­ci­mien­to y el len­gua­je, de nues­tro entorno. Esto indi­ca que cuan­to mejor y más com­ple­jo sea el cono­ci­mien­to que nos entre­ga nues­tro con­tex­to, mejor será nues­tro cono­ci­mien­to o repre­sen­ta­ción men­tal. De hecho, pro­po­ne este apren­di­za­je por medio de la “zona de desa­rro­llo pró­xi­mo”. Por otro lado, el psi­có­lo­go Sui­zo Jean Pia­get pro­pu­so que más bien esta cons­truc­ción es inter­na y se va actua­li­zan­do o cons­tru­yen­do de acuer­do con las inter­ac­cio­nes del niño con su entorno, por medio del meca­nis­mo asi­mi­la­ción y aco­mo­da­ción. Lue­go apa­re­ció la figu­ra del psi­có­lo­go esta­du­ni­den­se Jero­me Bru­ner quien pro­pu­so su teo­ría de la inte­li­gen­cia basad en la teo­ría de Vigotsky. Según Carre­te­ro (2004), a par­tir de los años 50 sur­gió ade­más el inte­rés de la inge­nie­ría por cono­cer el fun­cio­na­mien­to de la men­te, creo las compu­tado­res u orde­na­do­res, que inclu­so muchas de ellas tie­nen un nivel de inte­li­gen­cia com­ple­ja a tal pun­to que pue­den com­pe­tir con la inte­li­gen­cia huma­na y ganar­le. Sin embar­go, si bien es cier­to que la cien­cia cog­ni­ti­va está bus­can­do que la inte­li­gen­cia arti­fi­cia sea igual a la del ser humano o inclu­so la supe­ra­re, no deja de ser tam­bién cier­to que las repre­sen­ta­cio­nes men­ta­les del ser humano serían muy difí­ci­les de igua­lar. Final­men­te, con­si­de­ro que la psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va ha logra­do con­so­li­dar­se, sin embar­go, aún tie­ne mucho camino por reco­rrer, has­ta expli­car exac­ta­men­te cómo fun­cio­na la men­te.

Objetivos de la sicología cognitiva

Los obje­ti­vos de la Psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va par­ten de los obje­ti­vos de la cien­cia en gene­ral, es decir, lograr el bien­es­tar del ser humano. Asi­mis­mo, cono­cer la natu­ra­le­za, explo­rar­la e inclu­so lle­gar a pre­de­cir­la, tal fue el pen­sa­mien­to visio­na­rio de Fran­cis Bacon, con su famo­sa obra “la nue­va Atlán­ti­da” (Crea­se, 2020). Enton­ces, la psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va des­de su dis­ci­pli­na inten­ta tam­bién gene­rar el bien­es­tar del hom­bre y lograr su máxi­mo poten­cial, para ello está enfo­ca­do en encon­trar la solu­ción al mis­te­rio de los pro­ce­sos men­ta­les (Gar­nerd, 1985).

¿Perderá su encanto la psicología cognitiva?

El reduc­cio­nis­mo epis­te­mo­ló­gi­co data des­de muchos años atrás y con­sis­te en sin­te­ti­zar de mane­ra dis­tor­sio­na­da, a veces de mane­ra incons­cien­te y otras de mane­ra cons­cien­te, cier­tas ideas y pro­pues­tas. Es así como se entien­de que el Con­duc­tis­mo de John Watson es con­si­de­ra­do por algu­nos epis­te­mó­lo­gos como un reduc­cio­nis­mo meca­ni­cis­ta, es decir, que solo impli­ca reac­ción y reac­ción sin con­si­de­rar los inter­me­dios mul­ti­fac­to­ria­les que podrían estar actuan­do entre la acción y reac­ción (Gua­da­rra­ma, 2018). Para inten­tar res­pon­der a la pre­gun­ta plan­tea­da, men­cio­na­mos al con­duc­tis­mo, pues cono­ci­do es el gran fer­vor que des­per­tó en muchos psi­có­lo­gos y hom­bres de cien­cia, quie­nes encon­tra­ren en el con­duc­tis­mo res­pues­tas a varias inte­rro­gan­tes sobre las con­duc­tas huma­nas, tan­to es así que su rei­na­do fue con­tun­den­te has­ta prin­ci­pios de la déca­da de los años 50, cuan­do la psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va asu­mió pro­ta­go­nis­mo. El decli­ve del con­duc­tis­mo se dio con el sur­gi­mien­to de pre­gun­tas que ya no podía res­pon­der con sol­ven­cia, evi­den­cian­do enton­ces un reduc­cio­nis­mo epis­te­mo­ló­gi­co.

La psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va, invo­lu­cra­da den­tro de las cien­cias cog­ni­ti­vas, hoy en día está en su apo­geo y esplen­dor y ade­más se halla res­pal­da­da por una epis­te­mo­lo­gía que exi­ge con­si­de­rar los inter­me­dios inter­fac­to­ria­les en cada una de sus pro­pues­tas. Hoy en día ya no que­dan, o qui­zá que­dan muy pocos psi­có­lo­gos con­duc­tis­tas, lo que sí hay en mayo­ría, son psi­có­lo­gos que toman herra­mien­tas del con­duc­tis­mo para su labor pro­fe­sio­nal, pero ya no de mane­ra abso­lu­ta como antes. Con­si­de­ra­mos que el con­duc­tis­mo sigue estan­do vigen­te, pero solo como par­te de un rom­pe­ca­be­zas, para aná­li­sis más pro­fun­dos, el con­duc­tis­mo que­da insu­fi­cien­te. Con­si­de­ra­mos que la psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va segui­rá man­te­nien­do su encan­to mien­tras siga res­pal­da­da por la epis­te­mo­lo­gía que exi­ge inter­me­dios mul­ti­fac­to­ria­les, y que, por cier­to, la psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va está cum­plien­do. Por lo tan­to, se augu­ran muchos años más de encan­to. Sin embar­go, que­da abier­ta la posi­bi­li­dad de que sur­jan nue­vos enfo­ques epis­te­mo­ló­gi­cos, nun­ca se podría des­car­tar ello, y que pue­dan dejar insu­fi­cien­te a la psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va. Hoy por hoy, pare­ce impo­si­ble que ello ocu­rra, pero el nota­ble avan­ce de la cien­cia, y a su vez el cons­tan­te cre­ci­mien­to de la epis­te­mo­lo­gía, podrían en un futu­ro lejano o qui­zá cer­cano, traer­nos muchas sor­pre­sas.

Conclusiones

Para Gar­nerd (1985) las cien­cias cog­ni­ti­vas no se enfo­can mucho a la influen­cia de los afec­tos y emo­cio­nes, tam­po­co a los ele­men­tos his­tó­ri­cos y cul­tu­ra­les y mucho menos al con­tex­to y los ante­ce­den­tes en el cual se des­en­vuel­ven, es decir, solo intere­sa el estu­dio de los pro­ce­sos men­ta­les tales como: aten­ción, memo­ria, meca­nis­mos de apren­di­za­je, com­pren­der a la per­so­na que cono­ce, dife­ren­cias entre los indi­vi­duos que apren­den más y los que apren­den menos, lo que pue­de rea­li­zar una per­so­na con lesión cere­bral y tam­bién lo que pue­de rea­li­zar un hom­bre con un nivel inte­lec­tual desa­rro­lla­do. La psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va a su vez no difie­ra mucho de estas ocu­pa­cio­nes, esto lo evi­den­cia­mos en el tra­ba­jo de Carre­te­ro (2004), quien reali­zó una revi­sión de manua­les de psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va y encon­tró que la mayo­ría de estos manua­les refie­ren que la psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va se encar­ga de estu­diar la per­cep­ción y aten­ción, memo­ria, razo­na­mien­to y solu­ción de pro­ble­mas, len­gua­je, con­cep­tos y cate­go­rías, repre­sen­ta­ción, desa­rro­llo cog­ni­ti­vo, apren­di­za­je y con­cien­cia.

Por otro lado, como bien refe­rían Gar­nerd (1985) y Stern­berg (2010), una de las pri­me­ras pers­pec­ti­vas es saber si las cues­tio­nes de los ante­pa­sa­dos filo­só­fi­cos aho­ra ya tie­nen res­pues­ta, como por ejem­plo, al res­pec­to del empi­ris­mo y el racio­na­lis­mo, don­de el empi­ris­mo de Aris­tó­te­les y John Loc­ke deba­tía con el razo­na­mien­to de Des­car­tes, quien afir­ma­ba que había que dudar de las cosas, pero sin caer en el escep­ti­cis­mo crí­ti­co, sino más bien en la duda pro­duc­ti­va (Des­car­tes, 1637, 2019). Si bien es cier­to este fue un deba­te en el cam­po de la filo­so­fía, la psi­co­lo­gía que sur­ge de ella no pue­de ser aje­na. Tam­bién se pro­pu­sie­ron teo­rías con enfo­ques racio­na­lis­tas como las de William James como el fun­cio­na­lis­mo y la teo­ría psi­co­ló­gi­ca de cor­te empí­ri­co, como la con­duc­tis­ta. Pero ama­bas, como ya hemos men­cio­na­do, caen en la ten­ta­ción del reduc­cio­nis­mo epis­te­mo­ló­gi­co (Gua­da­rra­ma, 2018). Tene­mos enton­ces que hay una tesis y su res­pec­ti­va antí­te­sis, lo cual, con el paso de los siglos, se ha ido ana­li­zan­do racio­nal y empí­ri­ca­men­te, dán­do­nos como resul­ta­do una sín­te­sis: el hom­bre cons­tru­ye su estruc­tu­ra y for­ma­ción por un com­po­nen­te racio­nal y otro com­po­nen­te de apren­di­za­je.

Final­men­te, reto­man­do a la dia­léc­ti­ca, hay que bene­fi­ciar­nos de los avan­ces de la psi­co­lo­gía cog­ni­ti­va como una “tesis”, sien­do cons­cien­tes de su rei­na­do y apo­geo, siem­pre a la van­guar­dia de la “antí­te­sis”, que nos per­mi­ti­rá lograr una nue­va “sín­te­sis” para seguir enri­que­cien­do a las cien­cias cog­ni­ti­vas, pero de mane­ra espe­cial a la psi­co­lo­gía como cien­cia, cada vez más cer­ca de deve­lar los mis­te­rios de la men­te.

Referencias

Garnerd, H. (1985). La nueva ciencia de la mente. New York: Paidos.

Carretero, M. (2004). Introduccion a la psicología cognitiva. Buenos Aires: Ayque Grupo Editor.

Mueller, F.-L. (1980). Historia de la Psicología. Paris: Fondo de Cultura Económica.

Giardini, A. B. (2017). Estructuralismo y Funcionalismo. Barcelona: Salvat, S.L.

Popper, K. (1997). El mito del Marco Comun. Barcelona, Buenos Aires, México: Paidós.

Sternberg, R. (2010). Psicología Cognoscitiva. En R. Sternberg, Introducción a la Psicología Cognoscitiva (págs. 1 - 31). México: Cengage Learning Editores S.A. De C.V.

James, W. (1890, 1989). Principios de Psicología. México: Fondo de Cultura Económica.

Frey-Rohn, L. (1969, 2006). De Freud a Jung. México: Fondo de Cultura Económica.

Watson, J. B. (1945). El Conductismo. Buenos Aires: PAIDOS.

Giardini, A. B. (2017). Abraham Maslow. Barcelona: Salvat, S.L.

Crease, R. P. (2020). Los Científicos y el Mundo. Barcelona: Planeta.

Guadarrama, P. (2018). Para que sirve la Epistemología a un investigador y un profesor. Bogotá: Magisterio Editorial.

Descartes, R. (1637, 2019). Discurso del método. Barcelona: Plutón Ediciones.

Notas

  1. Mg. Rolly Gui­ller­mo Rivas Hua­man, correo elec­tró­ni­co: rolly.rivas@unmsm.edu.pe