Predictores del uso del condón en mujeres privadas de la libertad Descargar este archivo (10 - Predictores del uso del condón en mujeres privadas de la libertad.pdf)

Ricardo Sánchez Medina, Anabel de la Rosa Gómez, David Javier Enríquez Negrete y Dulce María Velasco Hernández1

Universidad Nacional Autónoma de México

Resumen

 

El obje­ti­vo de la pre­sen­te inves­ti­ga­ción fue iden­ti­fi­car los pre­dic­to­res de la fre­cuen­cia de uso de con­dón en rela­cio­nes sexua­les en una mues­tra de muje­res pri­va­das de la liber­tad, para lo cual se uti­li­zó como mar­co de refe­ren­cia el mode­lo de Infor­ma­ción-Moti­va­ción-Habi­li­da­des con­duc­tua­les de Fisher y Fisher (1992). Par­ti­ci­pa­ron 94 muje­res per­te­ne­cien­tes a un cen­tro de rein­ser­ción social de la Ciu­dad de Méxi­co quie­nes res­pon­die­ron una encues­ta de mane­ra anó­ni­ma y con­fi­den­cial. Se encon­tra­ron como pre­dic­to­res de la fre­cuen­cia del uso del con­dón, la inten­ción, las creen­cias y acti­tu­des hacia el uso del con­dón, así como la comu­ni­ca­ción con la pare­ja. Los cono­ci­mien­tos y la nego­cia­ción no resul­ta­ron pre­dic­to­res. Los resul­ta­dos se dis­cu­ten en tér­mi­nos de la impor­tan­cia de dise­ñar pro­gra­mas de inter­ven­ción en muje­res pri­va­das de la liber­tad para pro­mo­ver el uso de con­dón.

Pala­bras cla­ve: Muje­res, entorno car­ce­la­rio, pre­ser­va­ti­vo, pre­ven­ción VIH.

Abstract

The pur­po­se of the pre­sent inves­ti­ga­tion was to iden­tify pre­dic­tors of the fre­quency of con­dom use in sexual rela­tionships in a sam­ple of women depri­ved of their liberty. The model of Infor­ma­tion-Moti­va­tion-Beha­vio­ral Skills of Fisher and Fisher was used as a fra­me of refe­ren­ce (1992). 94 women belon­ging to a social rein­te­gra­tion cen­ter in Mexi­co City ans­we­red a sur­vey anony­mously and con­fi­den­tially. The­re were found as pre­dic­tors of the fre­quency of con­dom use, inten­tion, beliefs and atti­tu­des towards con­dom use, as well as com­mu­ni­ca­tion with the part­ner. Know­led­ge and nego­tia­tion were not pre­dic­ti­ve. The results are dis­cus­sed in terms of the impor­tan­ce of desig­ning inter­ven­tion pro­grams for women depri­ved of liberty to pro­mo­te the use of con­doms.

Key­words: Women, pri­son envi­ron­ment, con­dom, HIV pre­ven­tion.

Introducción

La salud sexual se defi­ne como un esta­do gene­ral de bien­es­tar físi­co, men­tal y social, cen­tra­da en la capa­ci­dad de dis­fru­tar de una vida sexual satis­fac­to­ria y sin ries­gos, siem­pre con un enfo­que de pleno res­pe­to a los Dere­chos Huma­nos de los indi­vi­duos, sobre todo de aque­llos en situa­ción vul­ne­ra­ble (Con­se­jo Nacio­nal de Pobla­ción ([CONAPO], 2016).

La edu­ca­ción sexual siem­pre ha sido un tema polé­mi­co y a la vez com­ple­jo; sin embar­go, actual­men­te este tipo de edu­ca­ción se reco­no­ce como fun­da­men­tal y de inte­rés prio­ri­ta­rio para los paí­ses en gene­ral, debi­do a las alar­man­tes esta­dís­ti­cas de Infec­cio­nes de Trans­mi­sión Sexual (ITS) inclu­yen­do el VIH/SIDA (Ofi­ci­na de las Nacio­nes Uni­das con­tra la Dro­ga y el Deli­to [UNODC], 2009; Comi­sión Nacio­nal de los Dere­chos Huma­nos [CNDH], 2018; Cen­tro Nacio­nal para el Con­trol del VIH/SIDA [CENSIDA], 2018; Orga­ni­za­ción Mun­dial de la Salud [OMS], 2019).

La Comi­sión Nacio­nal de los Dere­chos Huma­nos (CNDH, 2016) con­si­de­ra al Virus de la Inmu­no­de­fi­cien­cia Huma­na (VIH) y al Sín­dro­me de la Inmu­no­de­fi­cien­cia Adqui­ri­da (SIDA) como un pro­ble­ma de salud públi­ca, el cual, debi­do al estig­ma y la dis­cri­mi­na­ción que sufren las per­so­nas que pade­cen esta con­di­ción de salud, se agra­va aún más cuan­do dichas per­so­nas se encuen­tran pri­va­das de la liber­tad.

Según esta­dís­ti­cas del CENSIDA (2018) los casos noti­fi­ca­dos de VIH/SIDA en Méxi­co del año 1983 al 2018 fue­ron 202,295; los casos nue­vos diag­nos­ti­ca­dos de VIH y SIDA fue­ron 14,117 en 2017 y 13,137 en 2018, de las cua­les 4,997 son muje­res. Los esta­dos de la Repú­bli­ca Mexi­ca­na con mayor tasa de nue­vos casos en 2018 fue­ron Cam­pe­che, Quin­ta­na Roo, Yuca­tán, More­los, Gue­rre­ro, Vera­cruz, Tabas­co y Yuca­tán.

En el caso par­ti­cu­lar de las muje­res, su salud es espe­cial­men­te preo­cu­pan­te debi­do a que en muchas socie­da­des se encuen­tran en situa­ción de des­ven­ta­ja por la dis­cri­mi­na­ción con­di­cio­na­da por dife­ren­tes fac­to­res socio­cul­tu­ra­les. Ade­más, hay que con­si­de­rar las dife­ren­cias bio­ló­gi­cas y socia­les y su gran impac­to en la salud (OMS, 2019). En el caso par­ti­cu­lar de la infec­ción por VIH, las muje­res son más vul­ne­ra­bles por la com­bi­na­ción de la bio­lo­gía y la des­igual­dad socio­eco­nó­mi­ca deri­va­da de su géne­ro (Oli­va, Saa­ve­dra & Viñas, 2009), y estar en con­tex­tos de ries­go es un agra­van­te más. Por ejem­plo, al estar en un entorno car­ce­la­rio, la situa­ción es más com­pli­ca­da, de acuer­do con Baca-Neglia et al. (2015). Las muje­res en pri­sión son una pobla­ción mino­ri­ta­ria en com­pa­ra­ción con los hom­bres, ade­más de que la mayo­ría de estas muje­res pri­va­das de su liber­tad son jefas de hogar, madres, pobres y con un bajo nivel edu­ca­ti­vo.

En este con­tex­to, la Ofi­ci­na de las Nacio­nes Uni­das con­tra las Dro­gas y el Deli­to (UNODC, 2016) indi­ca que den­tro de las pri­sio­nes exis­te una mayor pre­va­len­cia del VIH en pobla­ción car­ce­la­ria que en la pobla­ción en gene­ral; a su vez, el Pro­gra­ma Con­jun­to de las Nacio­nes Uni­das sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA, 2018) men­cio­na que esta situa­ción se debe a una serie de fac­to­res tales como fal­ta de cono­ci­mien­to, el haci­na­mien­to, la fal­ta de acce­so a la pro­tec­ción, así como a ser­vi­cios de salud de cali­dad y a las con­di­cio­nes de vio­len­cia que se viven en reclu­sión.

Las muje­res pri­va­das de la liber­tad repre­sen­tan un desa­fío muy espe­cí­fi­co para las auto­ri­da­des correc­cio­na­les (Ins­ti­tu­to Nacio­nal de Esta­dís­ti­ca y Geo­gra­fía [INEGI], 2018), y pre­ci­sa­men­te debi­do a esta situa­ción se cono­ce muy poco del per­fil o las razo­nes por las que se encuen­tran en esta con­di­ción; lo que se sabe, sin embar­go, de acuer­do con la UNODC (2009), es que exis­te una pro­por­ción exce­si­va de con­su­mi­do­ras de dro­gas por inyec­ción y tra­ba­ja­do­ras sexua­les, ya que una vez reclui­das, cam­bian las nece­si­da­des psi­co­ló­gi­cas, socia­les y de aten­ción de la salud.

De acuer­do con ONUSIDA (2013), en dife­ren­tes paí­ses inclu­yen­do Méxi­co, los pro­gra­mas inte­gra­les de pre­ven­ción de VIH en los cen­tros de reclu­sión no han logra­do un nivel de aten­ción de salud equi­va­len­te al que pre­va­le­ce fue­ra del con­tex­to car­ce­la­rio. Aun­que exis­te una pro­pues­ta de hacer fren­te al VIH en las cár­ce­les de Amé­ri­ca Lati­na y el Cari­be, las muje­res pri­va­das de la liber­tad con­ti­núan entre las pobla­cio­nes cla­ve de mayor ries­go.

En las últi­mas déca­das, los espe­cia­lis­tas en salud men­tal han estu­dia­do las rela­cio­nes entre el fun­cio­na­mien­to psi­co­ló­gi­co y la pre­ser­va­ción de la salud y la pre­sen­cia de pro­ble­mas de salud sexual; entre los méto­dos de pro­tec­ción se encuen­tra el uso de con­dón en las rela­cio­nes sexua­les, dado que su sen­ci­lla dis­tri­bu­ción y acce­so, si se usa de la for­ma correc­ta, redu­ce las posi­bi­li­da­des de con­traer ITS (Fun­da­ción UNAM, 2014).

De igual for­ma, des­de la psi­co­lo­gía de la salud, se han dise­ña­do mode­los que tra­tan de expli­car qué lle­va a una per­so­na a tener un com­por­ta­mien­to sexual de ries­go o pre­ven­ti­vo. Un ejem­plo de estos es el mode­lo de Infor­ma­ción-Moti­va­ción-Habi­li­da­des con­duc­tua­les de Fisher y Fisher, (1992), IMB, por sus siglas en inglés. Según este mode­lo, el que una per­so­na use con­dón en sus rela­cio­nes sexua­les depen­de­rá del nivel de infor­ma­ción que posea, de la moti­va­ción que ten­ga para pro­te­ger­se y de las habi­li­da­des que cuen­te para lle­var­lo a cabo (ver Figu­ra 1).

Figura 1. Modelo de Información-Motivación-Habilidades conductuales (Fisher & Fisher, 1992)

Inves­ti­ga­cio­nes sobre el mode­lo IMB seña­lan que el des­co­no­ci­mien­to del VIH, sus con­se­cuen­cias, las for­mas de con­ta­gio y pre­ven­ción pare­cen ser las prin­ci­pa­les cau­sas de su con­ta­gio (Arrúe, Duver­gel, Tito, Divó & Gon­zá­lez, 2013; Mari­ño & San­to­ya, 2013); mien­tras que aque­llos con un mejor nivel de cono­ci­mien­tos se aso­cian con una con­duc­ta sexual más pre­ven­ti­va (Cas­tro, 2010; Fadra­gas, 2012).

El com­po­nen­te moti­va­cio­nal se encuen­tra inte­gra­do por las creen­cias, la auto­efi­ca­cia, la inten­ción y la acti­tud hacia el uso del con­dón, en don­de tam­bién se ha encon­tra­do una aso­cia­ción con el uso del pre­ser­va­ti­vo (Espa­da, et al., 2016; Oli­vei­ra, et al., 2012). Por últi­mo, sobre el com­po­nen­te de habi­li­da­des con­duc­tua­les, según dife­ren­tes auto­res (Sán­chez, Enrí­quez & Robles, 2015; Cami­lle­ri, Kohut & Fisher, 2015) la comu­ni­ca­ción con la pare­ja sobre el uso del pre­ser­va­ti­vo es un impor­tan­te pre­dic­tor de su uso, como medi­da pre­ven­ti­va.

Siguien­do esta línea de inves­ti­ga­ción, el inte­rés del pre­sen­te estu­dio es iden­ti­fi­car los pre­dic­to­res de la fre­cuen­cia del uso del con­dón en rela­cio­nes sexua­les en muje­res en situa­ción de cár­cel, toman­do como mar­co de refe­ren­cia las varia­bles del IMB, de tal for­ma que se pue­dan tener indi­ca­do­res para el dise­ño de pro­gra­mas de inter­ven­ción orien­ta­dos a muje­res en con­tex­to de encie­rro que per­mi­tan dis­mi­nuir la infec­ción por VIH y pro­mo­ver la salud sexual.

Método

Par­ti­ci­pan­tes

94 de 221 muje­res per­te­ne­cien­tes a un Cen­tro de Rein­ser­ción Social par­ti­ci­pa­ron en el estu­dio (42% de la pobla­ción); 84 de ellas no desea­ron par­ti­ci­par (38%) y 43 fue­ron exclui­das por pre­sen­tar algu­na dis­ca­pa­ci­dad inte­lec­tual o motriz, o por res­pon­der los cues­tio­na­rios incom­ple­tos (20%). Se uti­li­zó un pro­ce­di­mien­to de selec­ción de la mues­tra lla­ma­do mues­treo inten­cio­na­do (Ker­lin­ger & Lee, 2002); se invi­tó a par­ti­ci­par a todas las muje­res del cen­tro y sola­men­te a aque­llas que acep­ta­ron se les entre­gó un cua­der­ni­llo con los ins­tru­men­tos de eva­lua­ción. El cri­te­rio de inclu­sión fue que repor­ta­ran haber teni­do rela­cio­nes sexua­les con pene­tra­ción algu­na vez en su vida. La edad pro­me­dio de las par­ti­ci­pan­tes fue de 41 años (SD=12.99); 51% repor­tó ser sol­te­ras y el res­to tener pare­ja (casa­das o unión libre); el 41% con estu­dios de secun­da­ria, segui­do de pri­ma­ria (19%) y 10% sin estu­dios; el por­cen­ta­je res­tan­te con­tó con estu­dios de pre­pa­ra­to­ria y uni­ver­si­dad. El 60% repor­tó tener una orien­ta­ción hete­ro­se­xual, 24% bise­xual y el res­tan­te homo­se­xual. El deli­to por el que la mayo­ría se encon­tra­ba en el cen­tro fue por robo (22%), segui­do de pri­va­ción ile­gal de la liber­tad (18%), homi­ci­dio (18%) y delin­cuen­cia orga­ni­za­da (12%); el por­cen­ta­je res­tan­te se divi­dió entre corrup­ción de meno­res, lesio­nes, frau­de, ten­ta­ti­va de homi­ci­dio y tra­ta de per­so­nas.

Instrumentos

Fre­cuen­cia de rela­cio­nes sexua­les. Un reac­ti­vo que eva­lúa la fre­cuen­cia con la que han usa­do con­dón en sus rela­cio­nes sexua­les en for­ma­to tipo Likert con cin­co opcio­nes de res­pues­ta que va de nun­ca a siem­pre.

Prue­ba de cono­ci­mien­tos sobre VIH/SIDA. Se uti­li­za­ron doce reac­ti­vos rela­cio­na­dos con cono­ci­mien­tos sobre el VIH/SIDA, la pre­ven­ción, trans­mi­sión, sin­to­ma­to­lo­gía y carac­te­rís­ti­cas de ITS (Robles y Díaz-Loving, 2011), los cua­les se pre­sen­ta­ron en un for­ma­to de res­pues­ta de cier­to, fal­so y no sé. La prue­ba en su ver­sión ori­gi­nal con­tó con un índi­ce de difi­cul­tad de 0.40, el cual se obtu­vo a par­tir de divi­dir el núme­ro de par­ti­ci­pan­tes que res­pon­die­ron inco­rrec­ta­men­te entre el total de par­ti­ci­pan­tes que res­pon­die­ron al reac­ti­vo; la pre­sen­te inves­ti­ga­ción tuvo un índi­ce de 0.46.

Inten­ción para usar con­dón en rela­cio­nes sexua­les. Un reac­ti­vo que eva­lúa la pro­ba­bi­li­dad de uso con­dón en su pró­xi­ma rela­ción sexual con pare­ja regu­lar, en una esca­la de 7 pun­tos (1=nada pro­ba­ble a 7=totalmente pro­ba­ble).

Auto­efi­ca­cia para usar con­dón en rela­cio­nes sexua­les. Un reac­ti­vo en una esca­la de 1 a 7 que eva­lúa qué tan segu­ro estás de que pue­das usar un con­dón cada vez que tie­nes sexo vagi­nal con tu pare­ja esta­ble, en don­de 1 es muy segu­ro de no poder usar­lo y 7 muy segu­ro de poder usar­lo.

Esca­la de creen­cias favo­ra­bles hacia el uso del con­dón. Ocho reac­ti­vos que eva­lúan creen­cias hacia el uso del con­dón con pare­ja regu­lar (Robles y Díaz-Loving, 2011), pre­sen­ta­dos en una esca­la tipo Likert de 1 (total­men­te en des­acuer­do) a 5 (total­men­te de acuer­do). La con­sis­ten­cia inter­na es de α=0.87; y en la mues­tra eva­lua­da fue de α=0.94.

Esca­la de acti­tu­des hacia el uso del con­dón. Cin­co reac­ti­vos con opcio­nes de res­pues­ta defi­ni­das en una esca­la de dife­ren­cial semán­ti­co de 1 a 7. La con­sis­ten­cia inter­na repor­ta­da por Robles y Díaz-Loving (2011) fue de 0.87; en la mues­tra eva­lua­da fue de 0.87.

Esca­la de comu­ni­ca­ción sobre temas sexua­les con la pare­ja. Diez reac­ti­vos midie­ron la fre­cuen­cia con la cual las muje­res se comu­ni­can con su pare­ja sobre temas sexua­les (Robles y Díaz-Loving, 2011); las opcio­nes de res­pues­ta tuvie­ron valo­res de 1 (nun­ca) a 5 (siem­pre). Su con­sis­ten­cia inter­na es de α=0.90 y en la mues­tra eva­lua­da de α=0.90.

Inven­ta­rio de esti­los de nego­cia­ción sobre el uso del con­dón. 15 reac­ti­vos midie­ron los esti­los cola­bo­ra­ción y equi­dad (Robles y Díaz-Loving, 2011) que uti­li­zan los par­ti­ci­pan­tes al nego­ciar el uso del con­dón con su pare­ja; las opcio­nes de res­pues­ta tuvie­ron un for­ma­to en esca­la tipo Likert con valo­res de 1 (total­men­te en des­acuer­do) a 5 (total­men­te de acuer­do). La con­sis­ten­cia inter­na es de α=0.90 y en la mues­tra eva­lua­da α=0.94.

Procedimiento

El pro­to­co­lo de inves­ti­ga­ción fue vali­da­do por la Direc­ción Eje­cu­ti­va de Pre­ven­ción y Rein­ser­ción Social de la Sub­se­cre­ta­ría de Sis­te­ma Peni­ten­cia­rio de la Ciu­dad de Méxi­co y por el comi­té de éti­ca de la ins­ti­tu­ción de pro­ce­den­cia de los auto­res (CE/FESI/012017/1094). Se acu­dió al Cen­tro Feme­nil de Rein­ser­ción Social para invi­tar a todas las muje­res. A las que deci­die­ron par­ti­ci­par se les entre­gó el con­sen­ti­mien­to infor­ma­do enfa­ti­zan­do la con­fi­den­cia­li­dad y ano­ni­ma­to de la infor­ma­ción. Como par­te de las acti­vi­da­des de devo­lu­ción a aque­llas muje­res que res­pon­die­ron los ins­tru­men­tos se les dio una cons­tan­cia ava­lan­do su par­ti­ci­pa­ción en acti­vi­da­des de rein­ser­ción social que las favo­re­ce para su egre­so. El tiem­po esti­ma­do de res­pues­ta fue de 25 minu­tos.

Análisis de datos

Se uti­li­zó el paque­te esta­dís­ti­co SPSS v.20 para el aná­li­sis de datos. Para pre­sen­tar el nivel de infor­ma­ción sobre VIH, las creen­cias y acti­tu­des hacia el uso del con­dón, así como la fre­cuen­cia con la que se comu­ni­can sobre dife­ren­tes temas sexua­les y el esti­lo de nego­cia­ción para usar con­dón, se uti­li­zó esta­dís­ti­ca des­crip­ti­va repor­tan­do medi­das de ten­den­cia cen­tral y de dis­per­sión; pos­te­rior­men­te se hizo un aná­li­sis de corre­la­ción entre varia­bles para ana­li­zar per­ti­nen­cia del aná­li­sis de regre­sión lineal. De acuer­do con el mode­lo, se uti­li­zó en un pri­mer momen­to como varia­ble depen­dien­te la fre­cuen­cia de rela­cio­nes sexua­les y como varia­bles inde­pen­dien­tes las varia­bles del mode­lo (infor­ma­ción, moti­va­ción y habi­li­da­des con­duc­tua­les). En un segun­do momen­to se uti­li­za­ron las varia­bles de habi­li­da­des con­duc­tua­les como varia­ble depen­dien­te y las varia­bles de moti­va­ción como inde­pen­dien­tes.

Resultados

En la Tabla 1 se obser­va el aná­li­sis des­crip­ti­vo de cada una de las varia­bles. De mane­ra gene­ral, la mayo­ría de las muje­res repor­ta­ron nun­ca usar el con­dón en sus rela­cio­nes sexua­les; res­pec­to al nivel de cono­ci­mien­tos obtu­vie­ron una cali­fi­ca­ción de 5.9 y se sien­ten moti­va­das para usar el con­dón; tam­bién repor­ta­ron comu­ni­car­se con la pare­ja sobre temas sexua­les y de nego­ciar el uso del con­dón a par­tir de lle­gar a un mutuo acuer­do con la pare­ja, aun­que en estas últi­mas dos varia­bles, la media obte­ni­da solo está a una déci­mas de la media teó­ri­ca que es 3.

Tabla 1. Análisis descriptivo de las variables del modelo IMB

Varia­ble

Pun­tua­ción min-máx.

Media

D.E.

Moda

Fre­cuen­cia del uso del con­dón

1–5

2.48

1.71

1

Infor­ma­ción

       
 

Cono­ci­mien­tos sobre VIH/SIDA

0–100

59.33

20.4

75

Moti­va­ción

       
 

Inten­ción para usar el con­dón

1–7

4.95

2.35

7

 

Auto­efi­ca­cia para usar el con­dón

1–7

4.78

2.45

7

 

Creen­cias favo­ra­bles hacia el uso del con­dón

1–5

4.48

1.17

5

 

Acti­tu­des hacia el uso del con­dón

1–7

4.38

2.19

7

Habi­li­da­des

       
 

Comu­ni­ca­ción sobre temas sexua­les con pare­ja

1–5

3.57

1.34

5

 

Esti­los de nego­cia­ción para usar con­dón

1–5

3.53

.835

4

Como aná­li­sis pre­vio a la pre­dic­ción, se reali­zó un aná­li­sis de corre­la­ción entre varia­bles para iden­ti­fi­car aque­llas varia­bles que se rela­cio­nan, toman­do para el aná­li­sis el mode­lo IMB. En ese sen­ti­do, en la Tabla 2 se obser­va que para la fre­cuen­cia del uso del con­dón hubo una corre­la­ción posi­ti­va con varia­bles moti­va­cio­na­les y de habi­li­da­des, pero no las hubo en cono­ci­mien­tos. Tam­bién se encon­tró una rela­ción posi­ti­va entre las habi­li­da­des y las varia­bles de moti­va­ción, y tam­po­co hubo rela­ción entre estas con la infor­ma­ción que poseen las par­ti­ci­pan­tes sobre VIH.

Tabla 2. Correlación de las variables del modelo con la frecuencia del uso del condón
 

2

3

4

5

6

7

8

1. Fre­cuen­cia del uso del con­dón

.184

.489**

.413*

.032

.544**

.397*

.111

2. Cono­ci­mien­tos sobre VIH/SIDA

 

.387

.062

.234

.218

.160

-.095

3. Inten­ción para usar el con­dón

   

.654**

.391*

.421*

.672**

.277

4. Auto­efi­ca­cia para usar el con­dón

     

.265

.390*

.442*

.307

5. Creen­cias favo­ra­bles hacia el uso del con­dón

       

.406*

.582**

.065

6. Acti­tu­des hacia el uso del con­dón

         

.516*

.398

7. Comu­ni­ca­ción sobre temas sexua­les con pare­ja

           

.393*

8. Esti­los de nego­cia­ción para usar con­dón

             
Nota: *p<.05, **p<.01

Con base en los aná­li­sis de rela­ción se pro­ce­dió a iden­ti­fi­car qué varia­bles del mode­lo pre­di­cen la fre­cuen­cia de uso de con­dón en rela­cio­nes sexua­les, y se encon­tró que tener a inten­ción para usar el con­dón, poseer creen­cias y acti­tu­des favo­ra­bles para usar­lo, así como hablar con su pare­ja sobre temas sexua­les son los pre­dic­to­res de la fre­cuen­cia del uso del con­dón (ver Tabla 3), y se exclu­ye­ron las varia­bles de auto­efi­ca­cia para usar el con­dón y el esti­lo de nego­cia­ción de cola­bo­ra­ción-equi­dad.

Tabla 3. Predictores de la frecuencia del uso del condón.

Varia­ble

β

t

IC 95%

Inten­ción para usar el con­dón

.265

2.97*

[.088, -.441]

Creen­cias favo­ra­bles hacia el uso del con­dón

.300

2.69**

[.079, -.521]

Acti­tu­des hacia el uso del con­dón

.566

2.89*

[-.954, -.178]

Comu­ni­ca­ción sobre temas sexua­les con pare­ja

.283

2.14***

[.021, .546]

R

.508

R2

.254

F

8.61****

*p<.005. **p<.01. ***p<.05. ****p<.001.

Final­men­te, se bus­có iden­ti­fi­car si las varia­bles moti­va­cio­na­les (inten­ción, acti­tu­des y creen­cias) son pre­dic­to­res de la comu­ni­ca­ción sobre temas sexua­les (habi­li­da­des), encon­trán­do­se en la Tabla 4 que úni­ca­men­te la inten­ción y las creen­cias del uso del con­dón resul­ta­ron ser pre­dic­to­res.

Tabla 4. Predictores de la comunicación sobre temas sexuales.

Varia­ble

β

t

IC 95%

Inten­ción para usar el con­dón

.281

2.63*

[.046, -.327]

Creen­cias favo­ra­bles hacia el uso del con­dón

.239

2.24**

[.040 -.661]

R

.427

R2

.182

F

9.14***

*p<.01. **p<.05. ***p<.001.

Discusión

El obje­ti­vo de la pre­sen­te inves­ti­ga­ción fue iden­ti­fi­car los pre­dic­to­res de la fre­cuen­cia del uso del con­dón en rela­cio­nes sexua­les toman­do como mar­co de refe­ren­cia el mode­lo de IMB de Fisher y Fisher (1992) en muje­res pri­va­das de la liber­tad; de mane­ra gene­ral, se encon­tró que tener inten­ción para usar el con­dón, poseer creen­cias y acti­tu­des favo­ra­bles para usar­lo, así como hablar con su pare­ja sobre temas sexua­les son los pre­dic­to­res de la fre­cuen­cia del uso del con­dón. Estos hallaz­gos son simi­la­res a los repor­ta­dos en otras inves­ti­ga­cio­nes (Fuller­ton, Rye, Mea­ney & Loo­mis, 2013; Kie­ne, et al, 2013; Liu et al, 2014; Sán­chez, Enrí­quez & Robles, 2015) que demues­tran que la infor­ma­ción y la moti­va­ción pue­den afec­tar el com­por­ta­mien­to pre­ven­ti­vo desa­rro­llan­do habi­li­da­des con­duc­tua­les.

Cabe resal­tar que en el aná­li­sis des­crip­ti­vo de la fre­cuen­cia del uso del con­dón se encon­tró, en pro­me­dio, que sólo algu­nas veces lo uti­li­zan, sien­do la moda los valo­res regis­tra­dos en nun­ca, de tal for­ma que se obser­va que están tenien­do con­duc­tas de ries­go que las expo­ne más fácil­men­te a tener un pro­ble­ma de salud sexual (Baca-Neglia et al., 2015).

Los cono­ci­mien­tos que tie­nen sobre VIH/SIDA estu­vie­ron alre­de­dor del 60% de res­pues­tas correc­tas, lo cual impli­ca que no poseen la infor­ma­ción sufi­cien­te sobre cómo pre­ve­nir las infec­cio­nes, ni tam­po­co sobre cuá­les son los sín­to­mas y cómo se trans­mi­te, situa­ción que pue­de estar rela­cio­na­das con la poca fre­cuen­cia del uso del con­dón. Si bien la infor­ma­ción no es sufi­cien­te para lograr cam­bios en el com­por­ta­mien­to, es nece­sa­rio con­si­de­rar­la como un pri­mer paso que coad­yu­ve en la toma de deci­sio­nes res­pec­to al cui­da­do de la salud sexual (Amirkha­nian, Kelly, Kabak­chie­va, McAu­lif­fe & Vas­si­le­va, 2003).

Res­pec­to al com­po­nen­te moti­va­cio­nal, la inves­ti­ga­ción ha seña­la­do que las creen­cias y la inten­ción son con­sis­ten­tes pre­dic­to­res en el com­por­ta­mien­to, debi­do a que dichas varia­bles desa­rro­lla­das por la per­so­na son el medio para lle­gar al uso del con­dón en las rela­cio­nes sexua­les (Fuller­ton, Rye, Mea­ney & Loo­mis, 2013; Liu et al., 2014).

En la pre­sen­te inves­ti­ga­ción se encon­tró que las muje­res repor­ta­ron pun­ta­jes altos en inten­ción, acti­tu­des, creen­cias y auto­efi­ca­cia hacia el uso del con­dón, lo cual, de acuer­do con el mode­lo, es nece­sa­rio para que las per­so­nas usen con­dón en sus rela­cio­nes sexua­les; con base en estos resul­ta­dos, si bien resul­ta­ron ser pre­dic­to­res de la fre­cuen­cia del uso del con­dón, las muje­res en tér­mi­nos gene­ra­les repor­ta­ron que usan muy poco el pre­ser­va­ti­vo, por lo cual, tal y como lo indi­ca el mode­lo, el com­po­nen­te de habi­li­da­des con­duc­tua­les es el que está direc­ta­men­te rela­cio­na­do con la con­duc­ta pre­ven­ti­va.

Sobre las habi­li­da­des con­duc­tua­les, se encon­tró que la nego­cia­ción del uso del con­dón no fue un pre­dic­tor del uso del con­dón. Este resul­ta­do es con­tra­dic­to­rio a lo repor­ta­do por otros auto­res; por ejem­plo, en la inves­ti­ga­ción rea­li­za­da por Sán­chez, Enrí­quez y Robles (2012) encon­tra­ron que la nego­cia­ción pre­di­jo el uso del pre­ser­va­ti­vo; sin embar­go, la mues­tra eva­lua­da se reali­zó en hom­bres pri­va­dos de la liber­tad; de tal for­ma que es nece­sa­rio gene­rar inves­ti­ga­ción que per­mi­ta iden­ti­fi­car si la nego­cia­ción está atri­bui­da a cier­tos este­reo­ti­pos de géne­ro, en don­de se espe­ra que sea el hom­bre quien deci­da sobre el uso del con­dón (Sán­chez & Enrí­quez, 2017).

Sobre la comu­ni­ca­ción con la pare­ja, las muje­res repor­ta­ron hablar sobre temas sexua­les y resul­tó ser un pre­dic­tor de la fre­cuen­cia de uso del con­dón (Fuller­ton, Rye, Mea­ney & Loo­mis. 2013). En ese sen­ti­do, es nece­sa­rio dise­ñar pro­gra­mas de inter­ven­ción orien­ta­dos a mejo­rar las habi­li­da­des de comu­ni­ca­ción, ya que si bien hablan con la pare­ja de temas sexua­les, tam­bién es nece­sa­rio pro­mo­ver la impor­tan­cia de que ellas nego­cien el uso del con­dón, pues­to que, aun­que no resul­tó ser pre­dic­tor de su uso, sí exis­te evi­den­cia empí­ri­ca de que cuan­do lo hacen es más pro­ba­ble que lo uti­li­cen (Robles & Díaz-Loving, 2011; Sán­chez, Enrí­quez & Robles, 2015).

Adi­cio­nal­men­te se bus­có iden­ti­fi­car qué varia­bles de la moti­va­ción y de la infor­ma­ción pre­de­cían la comu­ni­ca­ción con la pare­ja, de tal for­ma que se pue­dan tener ele­men­tos que coad­yu­ven para que las muje­res hablen con su pare­ja sobre temas sexua­les; úni­ca­men­te se encon­tró que la inten­ción para usar con­dón y las creen­cias favo­ra­bles hacia su uso pre­di­cen la comu­ni­ca­ción. Estos datos son rele­van­tes, ya que, si bien se espe­ra­ba que la nego­cia­ción del uso del con­dón tam­bién se rela­cio­na­ra con la fre­cuen­cia de uso de pre­ser­va­ti­vo, aun­que las muje­res ten­gan la inten­ción de que­rer usar­lo y con­si­de­ren que es bueno para su salud, no se atre­ven a nego­ciar­lo con la pare­ja.

Por últi­mo, los resul­ta­dos de la pre­sen­te inves­ti­ga­ción pro­por­cio­nan ele­men­tos que pue­den ser con­si­de­ra­dos en los pro­gra­mas de inter­ven­ción con muje­res pri­va­das de la liber­tad para pro­mo­ver el uso del con­dón en rela­cio­nes sexua­les, en las cua­les se incre­men­ten los cono­ci­mien­tos sobre VIH/SIDA, así como el desa­rro­llo de habi­li­da­des orien­ta­das a empo­de­rar a las muje­res en la toma de deci­sio­nes sobre su salud sexual y para nego­ciar el uso del con­dón en sus rela­cio­nes sexua­les.

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Notas

1 Inves­ti­ga­ción rea­li­za­da gra­cias al Pro­gra­ma UNAM-DGAPA-PAPIIT IA304317. Con­tac­to: Dr. Ricar­do Sán­chez Medi­na. Correo elec­tró­ni­co: ricardo.sanchez@iztacala.unam.mx