Propiedades psicométricas del Inventario de Maltrato Académico en la Relación Docente-Alumno (IMARDA)1 Descargar este archivo (Propiedades psicométricas del IMARDA.pdf)

Ma. Refugio Ríos Saldaña2, Leticia Osornio Castillo,
Acela Sánchez Reyes y Lilia Isabel Ramírez García3.

Universidad Nacional Autónoma de México
Facultad de Estudios Superiores Iztacala

Resu­men

El obje­ti­vo del pre­sen­te tra­ba­jo fue cons­truir un inven­ta­rio que inda­gue la pre­sen­cia de mal­tra­to aca­dé­mi­co de los docen­tes hacia los estu­dian­tes de medi­ci­na. Se rea­li­za­ron dos estu­dios pilo­to con dos mues­tras dis­tin­tas de estu­dian­tes (hom­bres y muje­res) de 3er semes­tre. El pri­me­ro con 23 ítems y el segun­do con 39. Los resul­ta­dos mos­tra­ron una con­fia­bi­li­dad Alfa de  Cron­bach de .864 y por mita­des de .854 y 775 para la pri­me­ra y segun­da mitad res­pec­ti­va­men­te. El aná­li­sis fac­to­rial iden­ti­fi­có dos fac­to­res bien dife­ren­cia­dos (mal­tra­to psi­co­ló­gi­co —14 ítems— y aco­so sexual con 11 ítems) que­dan­do el inven­ta­rio con 25 ítems. Los 14 res­tan­tes fue­ron eli­mi­na­dos debi­do a su baja satu­ra­ción en los fac­to­res. El inven­ta­rio es una medi­da con­fia­ble y váli­da para eva­luar el mal­tra­to aca­dé­mi­co en los espa­cios edu­ca­ti­vos de áreas de la salud y par­ti­cu­lar­men­te en la carre­ra de medi­ci­na, aun­que habrá que seguir inda­gan­do sobre la per­ti­nen­cia de obte­ner la con­fia­bi­li­dad de los otros dos fac­to­res.

Pala­bras cla­ve: mal­tra­to aca­dé­mi­co, pro­pie­da­des psi­co­mé­tri­cas, estu­dian­tes de medi­ci­na.

Abs­tract

The aim of this study was to crea­te an inven­tory that pro­bes the pre­sen­ce of aca­de­mic teacher’s abu­se to medi­cal stu­dents. Two pilot stu­dies were per­for­med with two dif­fe­rent sam­ples of stu­dents (male and fema­le) of 3cer semes­ter. The first 23 items and the second with 39. The results sho­wed a Cron­bach alpha relia­bi­lity of .864 and .854 and .775 hal­ves for the first and second half res­pec­ti­vely. The fac­to­rial analy­sis iden­ti­fied two dis­tinct fac­tors (psy­cho­lo­gi­cal abu­se and sexual harass­ment items- ‑14 11 items res­pec­ti­vely) remai­ning inven­tory with 25 items. The remai­ning 14 were eli­mi­na­ted becau­se of their low satu­ra­tion fac­tors. Inven­tory is a relia­ble and valid for asses­sing aca­de­mic abu­se in edu­ca­tio­nal spa­ces and areas of health par­ti­cu­larly as a medi­cal career, although we will have to con­ti­nue inves­ti­ga­ting about the rele­van­ce of the relia­bi­lity of the other two fac­tors.

Key words: Aca­de­mic abu­se, Psy­cho­me­tric pro­per­ties, Medi­cal stu­dents

Introducción

La rela­ción docen­te-alumno en la for­ma­ción médi­ca podría ser la base, entre otros aspec­tos, de los logros del apren­di­za­je y de las futu­ras rela­cio­nes que esta­blez­ca el alumno y el pro­fe­sio­nal con el pacien­te (Lar­kin y Mello, 2010). En los últi­mos años, la huma­ni­za­ción de la aten­ción en salud ha sido moti­vo de preo­cu­pa­ción glo­bal y de deman­das por negli­gen­cia y erro­res médi­cos, que­jas por la cali­dad de la asis­ten­cia, dis­tan­cia­mien­to de la rela­ción médi­co-pacien­te y otros aspec­tos rela­cio­na­dos con el bien­es­tar de estos pro­fe­sio­na­les de la salud en su medio labo­ral: des­gas­te pro­fe­sio­nal, depre­sión, ansie­dad, estrés y sui­ci­dio (Midd­le­ton, (2008). Este últi­mo, resu­me actos de inti­mi­da­ción entre igua­les con­sis­ten­tes en malos tra­tos a tra­vés de accio­nes como dife­ren­tes tipos de mal­tra­to y exclu­sio­nes socia­les de for­ma direc­ta o indi­rec­ta (Pare­des, Sana­bria, Gon­zá­lez-Que­ve­do y Moreno, 2010). El abu­so se refie­re a tra­tar a otro en for­ma ofen­si­va, cau­sar lesio­nes físi­cas o psi­co­ló­gi­cas o for­zar­lo a rea­li­zar accio­nes que no desea o en las que no está de acuer­do.

Pocos años atrás, solo había refe­ren­cias infor­ma­les sobre situa­cio­nes abu­si­vas en la carre­ra de medi­ci­na y fue fina­les de los ochen­ta y duran­te los noven­ta cuan­do emer­gió el auge de estu­dios sobre las con­duc­tas abu­si­vas de los docen­tes hacia los estu­dian­tes de medi­ci­na (Sheehan, Sheehan, Whi­te, Lei­bo­witz, et al.; 1990; Sil­ver, Glic­ken, 1990; Man­gus, Hau­kins y Miller, 1998). El mal­tra­to y aco­so sexual del per­so­nal docen­te hacia los estu­dian­tes de medi­ci­na se ha repor­ta­do en muchos estu­dios inter­na­cio­na­les. En varias inves­ti­ga­cio­nes rea­li­za­das en diver­sas facul­ta­des de medi­ci­na del mun­do han ana­li­za­do dife­ren­tes tipos de mal­tra­to per­ci­bi­dos por los estu­dian­tes (ver­bal, aca­dé­mi­co y sexual), así como su seve­ri­dad y con­se­cuen­cias (Rau­tio et al, 2005; Mus­sel­man et al, 2005; Ogden et al, 2005; Wil­kin­son et al 2006; Frank et al, 2006; Haglund et al, 2009). Se ha inves­ti­ga­do (Soria, Gue­rra, Gimé­nez y Esca­ne­ro, 2006; Igle­sias, Zal­dí­var, Ber­mú­dez y Guz­mán, 2005) que el mal­tra­to y aco­so sexual del per­so­nal docen­te hacia los estu­dian­tes es un pro­ble­ma actual que ocu­rre en todos los paí­ses y que, a pesar de los ade­lan­tos aca­dé­mi­cos en la ense­ñan­za de medi­ci­na, sigue tenien­do pre­va­len­cia ele­va­da.

En los noven­ta, el impac­to del abu­so, mal­tra­to, dis­cri­mi­na­ción, aco­so y hos­ti­ga­mien­to cobró impor­tan­cia en la dis­cu­sión den­tro del cam­po de la edu­ca­ción médi­ca —véa­se por ejem­plo, Bermeo, Cas­ta­ño, López, Téllez y Toro, (2014)—. Los cam­bios en la acti­tud de los médi­cos hacia sus pacien­tes podrían ser resul­ta­do del tra­to hos­til y puni­ti­vo reci­bi­do por los docen­tes duran­te su for­ma­ción en las escue­las de medi­ci­na (Bas­tias, Fas­ce, Ortiz, Pérez, et al, 2011). Tam­bién se ha inves­ti­ga­do esta temá­ti­ca en facul­ta­des de Amé­ri­ca Lati­na (Maris­cal, Palle et al, 2007). Más recien­te­men­te se ha inda­ga­do sobre múl­ti­ples aspec­tos de expe­rien­cias de los estu­dian­tes de medi­ci­na de Pakis­tán en la vida uni­ver­si­ta­ria médi­ca, los resul­ta­dos dan cuen­ta de la exis­ten­cia de abu­so ver­bal (56.9%), ges­tos (15.6%), han sido igno­ra­dos (10.9%), han sido exclui­dos (5%), repor­te de mal­tra­to físi­co (2.5%) y abu­so por escri­to (2.5%). Tam­bién se ha repor­ta­do (Joy­se, Miche­lle, Neil et al, 2012) que en Esta­dos Uni­dos el aco­so y el menos­pre­cio ha sido cau­sa­do tam­bién por los resi­den­tes (27%), pro­fe­so­res de mate­rias bási­cas (9%), pro­fe­so­res clí­ni­cos (63%) y pacien­tes (25%). El mal­tra­to pue­de con­si­de­rar­se como un acto inco­rrec­to hacia el alumno y este últi­mo pue­de tomar en cuen­ta otras con­duc­tas del docen­te como igual­men­te inco­rrec­tas, aun­que tam­bién tales per­cep­cio­nes podrían ser toma­das como un hecho sub­je­ti­vo y dife­ren­cial entre alum­nos en fun­ción de su per­so­na­li­dad, creen­cias, acti­tu­des y valo­res, depen­dien­do tam­bién del con­tex­to en que éstas ocu­rran.  Por ello se hace indis­pen­sa­ble el con­tar con ins­tru­men­tos de medi­da con las pro­pie­da­des psi­co­mé­tri­cas inhe­ren­tes que per­mi­tan dar cuen­ta de la vali­dez del cons­truc­to o del con­te­ni­do que se eva­lúa, así como de la exac­ti­tud y pre­ci­sión de la medi­da. Espe­cial­men­te si se toma en cuen­ta que en la elec­ción de una carre­ra pro­fe­sio­nal y su per­ma­nen­cia has­ta el logro de la efi­cien­cia ter­mi­nal inter­vie­nen diver­sos fac­to­res, intrín­se­cos y extrín­se­cos, que, con­jun­ta­men­te con las expec­ta­ti­vas del estu­dian­ta­do, requie­ren de aná­li­sis para hacer evi­den­te su impor­tan­cia en el ejer­ci­cio pro­fe­sio­nal del egre­sa­do.

Se con­si­de­ró el mal­tra­to ver­bal o físi­co en estu­dian­tes como la con­duc­ta que crea un ambien­te inti­mi­dan­te y hos­til en la per­so­na duran­te su adies­tra­mien­to pro­fe­sio­nal, mien­tras que el aco­so sexual es defi­ni­do como una con­duc­ta o acti­tud sexual no acep­ta­da que inter­fie­re con la rea­li­za­ción del tra­ba­jo aca­dé­mi­co, lo cual crea un ambien­te hos­til y ofen­si­vo (Man­gus, Haw­kins y Miller, 1998). Tam­bién se con­si­de­ra aco­so sexual des­de la coer­ción físi­ca has­ta el uso del poder median­te el ofre­ci­mien­to de recom­pen­sas, pre­ben­das o la nega­ción de dere­chos adqui­ri­dos; ade­más de otras moda­li­da­des que van des­de actos y comen­ta­rios sexis­tas y degra­dan­tes, comu­nes en la coti­dia­ni­dad, segui­dos por avan­ces sexua­les no desea­dos y chan­ta­je, has­ta asal­tos o ata­ques físi­cos con fines sexua­les (Cas­ta­ño-Cas­tri­llón, Gon­zá­lez, Guz­mán, Sti­ven, Muri­llo, Páez-Cala, Parra y Sala­zar, 2010).

Si bien los tra­ba­jos que tra­tan el mal­tra­to han dado cuen­ta de la mag­ni­tud y pre­va­len­cia de esta pro­ble­má­ti­ca en el pro­ce­so de for­ma­ción de los futu­ros médi­cos, no se repor­tan datos en torno a los ins­tru­men­tos con pro­pie­da­des psi­co­mé­tri­cas de con­fia­bi­li­dad y vali­dez para la medi­da de dicho cons­truc­to, sal­vo encues­tas de pre­gun­tas abier­tas, por ejem­plo, (Rani­cich, Niz, Capra­na, Aruanno, et al, 2013) quie­nes inves­ti­ga­ron mal­tra­to ver­bal (deni­gra­ción, humi­lla­ción y sub­es­ti­ma­ción), desin­te­rés por el alumno (lle­ga­das tar­de o ausen­tis­mo, reti­rar­se del salón ante la no res­pues­ta de los alum­nos, fumar en el aula, no res­pon­der inquie­tu­des, hablar por celu­lar, no mirar al alumno en su examen oral), eva­lua­ción injus­ta (fal­ta de cri­te­rio, dar impor­tan­cia a con­te­ni­dos espe­cí­fi­cos o que no corres­pon­den al pro­gra­ma o pre­gun­tas impre­ci­sas o con­fu­sas), dis­cri­mi­na­ción o ridi­cu­li­za­ción (por géne­ro, edad, ves­ti­men­ta y bur­la ante res­pues­tas inco­rrec­tas de los alum­nos), comen­ta­rios o humor sexual (chis­tes, pala­bras con doble sen­ti­do, seña­lar par­tes deter­mi­na­das del cuer­po), fal­ta de habi­li­da­des peda­gó­gi­cas (fal­ta de pla­ni­fi­ca­ción y orga­ni­za­ción de la cla­se, nula orga­ni­za­ción y lec­tu­ra de los Power Point, fal­ta de cri­te­rio para selec­ción de con­te­ni­dos, no expo­ner los cono­ci­mien­tos míni­mos, come­ter erro­res a pro­pó­si­to), y mal­tra­to físi­co (gol­pear, pegar, arro­jar algún ele­men­to) .

El pri­mer acer­ca­mien­to a un ins­tru­men­to de eva­lua­ción sobre mal­tra­to en los estu­dian­tes de medi­ci­na es el repor­ta­do por Herre­ra-Sil­va, Tre­vi­ño-Moo­re y Acos­ta-Core­na (2006), quie­nes rea­li­za­ron un estu­dio en el esta­do de Sono­ra, Méxi­co, y repor­ta­ron que el pro­ble­ma de la vio­len­cia al inte­rior de la edu­ca­ción médi­ca se encuen­tra intro­yec­ta­do a mane­ra de “tra­di­ción”, don­de se mues­tran patro­nes de con­duc­ta tan coti­dia­nos y a la vis­ta de todos, que lle­gan a pasar inad­ver­ti­dos y esto crea situa­cio­nes de con­flic­to en las for­mas de con­vi­ven­cia en las que par­ti­ci­pan pro­fe­so­res, alum­nos y auto­ri­da­des aca­dé­mi­cas.

Con la fina­li­dad de carac­te­ri­zar el per­fil epi­de­mio­ló­gi­co de los estu­dian­tes de medi­ci­na, ela­bo­ra­ron un ins­tru­men­to deno­mi­na­do Abu­so en los Estu­dian­tes de Medi­ci­na (ABEM), el cual fue vali­da­do por exper­tos en cuan­to a abu­so físi­co, ver­bal, psi­co­ló­gi­co y sexual y cuya con­fia­bi­li­dad median­te Kuder Richar­son 20 fue de .93. Sin embar­go, no se repor­ta dicho ins­tru­men­to. Al res­pec­to, Igle­sias, Sal­dí­var, Ber­mú­dez y Guz­mán (2005) ela­bo­ra­ron un ins­tru­men­to para deter­mi­nar la per­cep­ción de un gru­po de estu­dian­tes de medi­ci­na de la Uni­ver­si­dad Autó­no­ma de Nue­vo León, Méxi­co, acer­ca del mal­tra­to reci­bi­do por el per­so­nal docen­te y de apo­yo. El ins­tru­men­to con­te­nía 44 ítems (18 refe­ren­tes al mal­tra­to ins­ti­tu­cio­nal, 16 al aco­so sexual y 10 al apo­yo per­so­nal y aca­dé­mi­co que reci­ben de la ins­ti­tu­ción. No obs­tan­te, tam­po­co se repor­tan las pro­pie­da­des psi­co­mé­tri­cas del ins­tru­men­to. Ha sido pues la carre­ra de medi­ci­na la que ha teni­do un núme­ro cada vez más cre­cien­te de inves­ti­ga­cio­nes que se han enfo­ca­do a cues­tio­nes rela­cio­na­das con hechos de abu­so y mal­tra­to: abu­so sexual, aco­so, mal­tra­to y dis­cri­mi­na­ción que se pre­sen­tan de mane­ra recu­rren­te en las escue­las y facul­ta­des de medi­ci­na, clí­ni­cas u hos­pi­ta­les. Estos hechos tie­nen que ver con estu­dian­tes de medi­ci­na a nivel de pre­gra­do (inclui­do el perío­do de inter­na­do rota­to­rio) o pos­gra­do en su cali­dad de resi­den­tes en algu­na de las espe­cia­li­da­des (Ríos, Rome­ro y Oli­vo, 2013).

Den­tro de la pro­ble­má­ti­ca se ha repor­ta­do: a) la pre­sen­cia de vio­len­cia en cer­ca de la mitad de los alum­nos de los cur­sos a todos los nive­les, b) la pre­sen­cia de estrés, como resul­ta­do de esta vio­len­cia, c) pre­sen­cia de vio­len­cia físi­ca e ins­ti­tu­cio­nal-aca­dé­mi­ca y edu­ca­ti­va, vio­len­cia sexual y dis­cri­mi­na­ción y d) incre­men­to sig­ni­fi­ca­ti­vo en su inci­den­cia duran­te los años de entre­na­mien­to clí­ni­co (Kas­se­baum, Cutler, (1998). De ahí que se con­si­de­ra nece­sa­ria la rea­li­za­ción y/o adap­ta­ción de ins­tru­men­tos de medi­da para eva­luar el cons­truc­to de mal­tra­to aca­dé­mi­co y aco­so sexual en estu­dian­tes, por ello el obje­ti­vo del pre­sen­te tra­ba­jo fue cons­truir un ins­tru­men­to que inda­gue la pre­sen­cia de mal­tra­to aca­dé­mi­co y aco­so sexual del per­so­nal docen­te y de salud hacia los estu­dian­tes de médi­co ciru­jano de la FESI.

Metodo

Par­ti­ci­pan­tes

Se tra­ba­jó con una mues­tra de 69 estu­dian­tes de ambos sexos: 34 para un pri­mer estu­dio pilo­to del ins­tru­men­to (8 hom­bres y 26 muje­res) y 35 para el segun­do pilo­ta­je (25 muje­res y 10 varo­nes), con eda­des de 19 a 24 años (19.73 en pro­me­dio y una d. t. de 1.07). Todos con esta­do civil sol­te­ros y que cur­sa­ban el ter­cer semes­tre de la carre­ra de médi­co ciru­jano en la Facul­tad de Estu­dios Supe­rio­res Izta­ca­la (FESI) de la Uni­ver­si­dad Nacio­nal Autó­no­ma de Méxi­co (UNAM).

Ins­tru­men­to de medi­da

Para la ela­bo­ra­ción del Inven­ta­rio de Mal­tra­to Aca­dé­mi­co en la Rela­ción Docen­te-Alumno (IMARDA) se lle­va­ron a cabo dos estu­dios pilo­to:

El pri­me­ro con base en un ins­tru­men­to de 27 ítems toman­do como pun­to de par­ti­da los ya rea­li­za­dos por Mai­da, Hers­ko­vic, Perei­ra, Sali­nas-Fer­nán­dez y Esqui­vel (2006) y el segun­do, con 37 items, se con­for­mó a par­tir del de Igle­sias, Sal­dí­var, Ber­mú­dez y Guz­mán, (2005); el IMARDA con­te­nía una esca­la tipo lic­kert de cin­co pun­tos don­de el 1 era igual a Nun­ca, 2 raras veces, 3 algu­nas veces y 4 siem­pre.

Recur­sos mate­ria­les y huma­nos. El estu­dio fue rea­li­za­do con cua­tro per­so­nas, quie­nes rea­li­za­ron el ins­tru­men­to, las eva­lua­cio­nes y el aná­li­sis de los resul­ta­dos. Se uti­li­za­ron los inven­ta­rios de IMARDA, lápi­ces, gomas para borrar y equi­po de cómpu­to con el soft­wa­re SPSS ver­sión 20 ya ins­ta­la­do.

Procedimiento

Para la apli­ca­ción del pri­mer ins­tru­men­to se soli­ci­tó el per­mi­so de los estu­dian­tes y del docen­te res­pon­sa­ble de los mis­mos y, pre­vio con­sen­ti­mien­to infor­ma­do, se eva­luó sólo a aque­llos que acce­die­ron par­ti­ci­par en el estu­dio. Todas las eva­lua­cio­nes fue­ron rea­li­za­das en las aulas de cla­se de los estu­dian­tes. Se cap­tu­ra­ron los datos en el Paque­te Esta­dís­ti­co para las Cien­cias Socia­les SPSS para Win­dows ver­sión 20 y se ana­li­zó la sen­si­bi­li­dad de los ítems, con­fia­bi­li­dad alfa de Cron­bach, así como la de mita­des, y vali­dez fac­to­rial del ins­tru­men­to.

El mis­mo pro­ce­di­mien­to fue segui­do para el segun­do pilo­ta­je de prue­ba del ins­tru­men­to, solo que en esta oca­sión se modi­fi­có la redac­ción de los ítems cuyas pun­tua­cio­nes de corre­la­ción en el pri­mer pilo­ta­je fue­ron bajas o nega­ti­vas (<.30) y se aña­die­ron 6 ítems más, que­dan­do el ins­tru­men­to con 39 ítems agru­pa­dos en cua­tro áreas o fac­to­res: Mal­tra­to psi­co­ló­gi­co(con 13 ítems), mal­tra­to físi­co (con 7 ítems), mal­tra­to sexual (con 16 ítems)y efec­to per­so­nal(3 ítems). Con estas modi­fi­ca­cio­nes se some­tió a prue­ba el ins­tru­men­to en una segun­da prue­ba pilo­to y con una mues­tra dife­ren­te de estu­dian­tes de medi­ci­na del mis­mo nivel. El cri­te­rio uti­li­za­do para agru­par los ítems en los res­pec­ti­vos fac­to­res fue que éstos tuvie­ran satu­ra­ción más alta y una corres­pon­den­cia con­cep­tual con el fac­tor, sal­vo en aque­llos casos don­de defi­ni­ti­va­men­te la con­gruen­cia con­cep­tual no corres­pon­die­ra con el fac­tor, se agru­pa­ba éste en el fac­tor corres­pon­dien­te, aun­que su satu­ra­ción resul­ta­ra más baja.

Análisis de resultados

En el aná­li­sis de ítems los resul­ta­dos mos­tra­ron pun­tua­cio­nes de corre­la­ción con la esca­la total arri­ba de .30 para 12 ítems, que­dan­do 15 con poca sen­si­bi­li­dad.  Sin embar­go, al cal­cu­lar la con­fia­bi­li­dad de la esca­la total se obtu­vo un Alfa de Crom­bach de .841, de .735 y .688 para la pri­me­ra y segun­da mitad res­pec­ti­va­men­te en el cálcu­lo de con­fia­bi­li­dad por mita­des. Mis­ma que, al ser corre­gi­da median­te Spear­man Brown, subió a .879 y a tra­vés del aná­li­sis de dos mita­des de Goott­man se obtu­vo una con­fia­bi­li­dad de .881. Los resul­ta­dos del aná­li­sis de ítems se mues­tran en la tabla 1.

Tabla 1. Resultados de la primera prueba piloto del instrumento.

No. de ítem

Nom­bre del ítem

RIE4

µ5

1

¿Te han tra­ta­do con gri­tos?

.591

.706

3

¿Has reci­bi­do algu­na ame­na­za ver­bal?

.631

.700

4

¿Te han pues­to en ridícu­lo fren­te a tus com­pa­ñe­ros?

.503

.712

10

¿Has reci­bi­do crí­ti­cas ofen­si­vas por erro­res míni­mos?

.432

.716

12

¿Sien­tes que limi­ta­ron tu dere­cho a expre­sar­te?

.430

.726

20

¿Con­si­de­ras que en la carre­ra de medi­ci­na exis­ten meca­nis­mos de apo­yo al estu­dian­te para situa­cio­nes injus­tas?

.370

.724

25

¿Con­si­de­ras que la que­ja con el super­vi­sor sir­ve de algo?

.414

.721

28

¿En algu­na oca­sión te hicie­ron bro­mas de índo­le sexual?

.445

.717

30

¿Reci­bis­te comen­ta­rios insi­nuan­tes hacia tu cuer­po?

.450

.713

32

¿Te han hecho soli­ci­tu­des de índo­le sexual a cam­bio de reci­bir algún bene­fi­cio?

.400

.721

33

¿Has reci­bi­do soli­ci­tud de favo­res sexua­les con ame­na­za implí­ci­ta?

.415

.726

35

¿Algu­na vez notas­te que te hicie­ron ges­tos o señas de índo­le sexual?

.364

.725

4 Relación ítem escala y 5 nivel alfa de Cronbach

Auna­do a lo ante­rior, el cálcu­lo de la vali­dez fac­to­rial con rota­ción vari­max iden­ti­fi­có una úni­ca dimen­sión, razón por la cual se pro­ce­dió a la revi­sión y adap­ta­ción de los 12 ítems cuyas pun­tua­cio­nes de corre­la­ción resul­ta­ron bajas para some­ter el ins­tru­men­to a un segun­do pilo­ta­je de prue­ba.

Los resul­ta­dos del segun­do pilo­ta­je de prue­ba mos­tra­ron una con­fia­bi­li­dad Alfa alta y poco mayor al pilo­ta­je 1 (µ de Cron­bach de .858) y por mita­des de .854 para la pri­me­ra mitad y de .775 para la segun­da; en la corre­la­ción entre for­mas se obtu­vo una pun­tua­ción de .535, que al ser corre­gi­da con el coefi­cien­te de Spear­man-Brown subió a .697; aspec­to que se con­si­de­ró acep­ta­ble para medir los cons­truc­tos. No obs­tan­te, en el aná­li­sis fac­to­rial se iden­ti­fi­ca­ron úni­ca­men­te dos fac­to­res bien dife­ren­cia­dos en 25 de los ítems (14 ítems para Mal­tra­to psi­co­ló­gi­co y 11 ítems para Aco­so sexual) de los cua­tro que se había con­si­de­ra­do medir con el ins­tru­men­to en pri­mer lugar. Se reali­zó un ter­cer aná­li­sis fac­to­rial para iden­ti­fi­car mejor los dos fac­to­res, para ello se eli­mi­na­ron del inven­ta­rio los 14 ítems cuyas satu­ra­cio­nes que­da­ron dis­per­sas y con­cep­tual­men­te aje­nas a los fac­to­res, esto es, con­si­de­ran­do sola­men­te los 25 ítems cuyas satu­ra­cio­nes y con­cep­to se rela­cio­na­ban con el fac­tor corres­pon­dien­te. Estos resul­ta­dos se mues­tran en la tabla 2.

Tabla 2. Resultados del tercer análisis factorial del IMARDA con 2 factores

No. De ítem

Nom­bre del ítem

Fac­to­res

1

2

18

4

13

14

23

16

1

20

17

15

24

8

2

9

6

7

3

12

11

19

22

5

10

21

25

¿Te han hecho peti­cio­nes de índo­le sexual?

¿Se han bur­la­do de ti por ser hom­bre o mujer?

¿Te han arro­ja­do obje­tos con inten­ción de dañar­te?

¿Te han hecho insi­nua­cio­nes de tipo sexual?

¿Te han pro­pues­to acti­vi­dad sexual bajo ame­na­za de repro­bar­te si no acce­des?

¿Te han hecho comen­ta­rios insi­nuan­tes por tu for­ma de ves­tir?

¿Te han ame­na­za­do con per­ju­di­car­te aca­dé­mi­ca­men­te?

¿Te han toca­do inne­ce­sa­ria­men­te de for­ma insi­nuan­te?

¿Te han hecho comen­ta­rios insi­nuan­tes por tu cuer­po?

¿Te han hecho bro­mas de índo­le sexual?

¿Has teni­do expe­rien­cias den­tro de la carre­ra que te han lle­va­do a pen­sar en dejar los estu­dios

¿Te han des­acre­di­ta­do tu capa­ci­dad?

¿Te han ridi­cu­li­za­do fren­te a tus com­pa­ñe­ros?

¿Te han cri­ti­ca­do ofen­si­va­men­te por erro­res míni­mos?

¿Te han insul­ta­do en cla­se?

¿Han des­acre­di­ta­do tu tra­ba­jo fren­te a tus com­pa­ñe­ros?

¿Se han bur­la­do de tu físi­co?

¿El docen­te ha obs­ta­cu­li­za­do tu desa­rro­llo aca­dé­mi­co?

¿El docen­te te ha impe­di­do expre­sar tu opi­nión?

¿Te han pro­pues­to acti­vi­da­des de índo­le sexual a cam­bio de reci­bir algún bene­fi­cio?

¿Te han toca­do de for­ma que te inco­mo­da?

¿Se han bur­la­do de tu for­ma de ves­tir?

¿El docen­te te ha igno­ra­do en cla­se?

¿Algún pro­fe­sor de la carre­ra te ha aco­sa­do sexual­men­te?

¿Has teni­do expe­rien­cias den­tro de la carre­ra que te han lle­va­do a repro­bar algu­na mate­ria?

.489

.203

.203

.549

.648

.710

.666

.283

.572

.568

-.303

.327

.280

.228

.251

.500

.188

.434

.072

.791

.791

.312

.134

.569

-.272

.323

.142

.142

.029

.161

.103

.255

.258

.220

.191

665

.770

.533

.800

.533

.468

.619

.585

.486

-.010

-.010

.176

.612

-.004

.684

Nota:
Método de extracción: Análisis de componentes principales.
Método de rotación: Normalización Varimax con Kaiser.

Obsér­ve­se en la tabla 2 que los ítems del fac­tor 1 iden­ti­fi­ca­dos con negri­tas corres­pon­den al aco­so sexual e igual­men­te los corres­pon­dien­tes al fac­tor de mal­tra­to psi­co­ló­gi­co (fac­tor 2) están en negri­tas. Los 14 ítems res­tan­tes fue­ron eli­mi­na­dos del ins­tru­men­to debi­do a su baja satu­ra­ción en los fac­to­res. El IMARDA que­dó con­for­ma­do con 25 ítems y dos fac­to­res.

Conclusiones

Por el momen­to se cuen­ta con un ins­tru­men­to con­fia­ble y váli­do para eva­luar el mal­tra­to aca­dé­mi­co y el aco­so sexualen los estu­dian­tes de medi­ci­na en par­ti­cu­lar y otros estu­dian­tes de áreas de la salud en gene­ral; ya que cum­ple con las pro­pie­da­des psi­co­mé­tri­cas nece­sa­rias para medir con exac­ti­tud y pre­ci­sión estos dos cons­truc­tos. Inven­ta­rio que no duda­mos será de uti­li­dad prác­ti­ca para pro­fe­sio­na­les intere­sa­dos, espe­cial­men­te por las impli­ca­cio­nes psi­co­ló­gi­cas que gene­ra la con­duc­ta abu­si­va y el aco­so sexual, dado que como lo han seña­la­do Man­gus, Haw­kin y Miller (1998, Rau­tio, Sun­na­ri y Nuu­ti­nen, 2005) tie­ne reper­cu­sio­nes impor­tan­tes en el ren­di­mien­to aca­dé­mi­co y efi­cien­cia ter­mi­nal de esta pobla­ción.

Sin embar­go, es impor­tan­te reco­no­cer que, si bien el inven­ta­rio ha demos­tra­do ser sen­si­ble, con­fia­ble y váli­do, en futu­ras inves­ti­ga­cio­nes habrá que seguir pro­ban­do y refor­mu­lan­do los ítems que fue­ron eli­mi­na­dos con la fina­li­dad de que el inven­ta­rio per­mi­ta inda­gar otros com­por­ta­mien­tos abu­si­vos hacia los estu­dian­tes, así como sus con­se­cuen­cias psi­co­ló­gi­cas, aca­dé­mi­cas y socia­les.

Referencias

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Notas

1. Tra­ba­jo pre­sen­ta­do en el II Con­gre­so Inter­na­cio­nal de Trans­for­ma­ción Edu­ca­ti­va: “Alter­na­ti­vas para nue­vas prác­ti­cas edu­ca­ti­vas”. Cele­bra­do del 23 al 26 de sep­tiem­bre de 2015 En la ciu­dad de Tlax­ca­la, Tlax.

Rea­li­za­do con apo­yo del Pro­gra­ma de Apo­yo para la Inno­va­ción y Mejo­ra­mien­to de la Ense­ñan­za (PAPIME: PE307416)

2. Pro­fe­so­ra Titu­lar B, ads­cri­ta a la Divi­sión de Inves­ti­ga­ción y Pos­gra­do de la Facul­tad de Estu­dios Supe­rio­res Izta­ca­la (FESI) de la Uni­ver­si­dad Nacio­nal Autó­no­ma de Méxi­co (UNAM). Email: mrrs@campus.iztacala.unam.mx

3. 3 Pro­fe­so­ras Titu­lar y Aso­cia­das res­pec­ti­va­men­te y ads­cri­tas a la Carre­ra de Médi­co Ciru­jano de la FES‑I UNAM.