Desarrollo de habilidades sociales y cognitivas dependiendo del orden de nacimiento y número de hermanos Descargar este archivo (1. Garcia Georgina Corregido.pdf)

Development of social and cognitive skills depending on birth order and number of siblings

García-López Georgina-Isabel[1] Orozco-Vargas Arturo Enrique[2], Aguilera Reyes Ulises2 Graciela Meza Diaz[3]

Universidad Autónoma del Estado de México
Grupo Colegio Mexiquense

Resumen

Se ha obser­va­do que las inter­ac­cio­nes con los her­ma­nos pro­mue­ven el desa­rro­llo cog­ni­ti­vo y com­pren­sión de las emo­cio­nes. En este estu­dio par­ti­ci­pa­ron 120 estu­dian­tes (16 a 18 años), para obser­var el desa­rro­llo de las habi­li­da­des socia­les y cog­ni­ti­vas res­pec­to al núme­ro de her­ma­nos y lugar que ocu­pan entre ellos. El desa­rro­llo de habi­li­da­des se midió median­te dos esca­las (habi­li­da­des socia­les y habi­li­da­des cog­ni­ti­vas). Se obser­va­ron dife­ren­cias en cuan­to al núme­ro de her­ma­nos en la habi­li­dad social de comu­ni­ca­ción (F= 2,136, p=0,05) y en las habi­li­da­des cog­ni­ti­vas en la com­pren­sión ver­bal (F=2,648, p=0,019), con res­pec­to al lugar que ocu­pan entre los her­ma­nos se encon­tra­ron dife­ren­cias en las habi­li­da­des cog­ni­ti­vas de com­pren­sión ver­bal, espa­cial y flui­dez ver­bal (F= 3,521, p= 0,005; F= 2,426; p=0,039; y F=2,184, p=0,049; res­pec­ti­va­men­te). Estos patro­nes ya se habían encon­tra­do en otras pobla­cio­nes, don­de las habi­li­da­des cog­ni­ti­vas dis­mi­nu­yen en los her­ma­nos meno­res y las habi­li­da­des socia­les se ven favo­re­ci­das.

Pala­bras cla­ve: habi­li­da­des socia­les, habi­li­da­des cog­ni­ti­vas, núme­ro de her­ma­nos, orden de her­ma­nos

Abstract

Inter­ac­tions with siblings have been found to pro­mo­te cog­ni­ti­ve deve­lop­ment and unders­tan­ding of emo­tions. 120 stu­dents (16 to 18 years old) par­ti­ci­pa­ted in this study to obser­ve the deve­lop­ment of social and cog­ni­ti­ve skills regar­ding the num­ber of siblings and the pla­ce they occupy among them. Skill deve­lop­ment was mea­su­red using two sca­les (social skills and cog­ni­ti­ve skills). Dif­fe­ren­ces were obser­ved regar­ding the num­ber of siblings in social com­mu­ni­ca­tion skills (F= 2.136, p=0.05) and in cog­ni­ti­ve skills in ver­bal com­prehen­sion (F=2.648, p=0.019), with res­pect to the pla­ce that dif­fe­ren­ces were found bet­ween siblings in the cog­ni­ti­ve abi­li­ties of ver­bal and spa­tial com­prehen­sion and ver­bal fluency (F= 3.521, p= 0.005; F= 2.426; p=0.039; and F=2.184, p=0.049; res­pec­ti­vely). The­se pat­terns had already been found in other popu­la­tions, whe­re cog­ni­ti­ve skills decrea­se in youn­ger siblings and social skills are favo­red.

Key words: social skills, cog­ni­ti­ve skills, num­ber of siblings, sibling order

Introducción

Las rela­cio­nes entre her­ma­nos mayo­res pro­mue­ven el len­gua­je y el desa­rro­llo cog­ni­ti­vo de los her­ma­nos peque­ños, su com­pren­sión de las emo­cio­nes y pers­pec­ti­vas de otras per­so­nas. Los hijos mayo­res con­tri­bu­yen a la crian­za de sus her­ma­nos meno­res (Jam­bon, M., Madi­gan, S., Pla­mon­don, A., Daniel, E. y J. Jen­kins, 2018). Por esta razón, se han hecho estu­dios per­so­na­li­dad, carre­ra de elec­ción, esta­bi­li­dad emo­cio­nal con res­pec­to a la posi­ción que se tie­ne entre los her­ma­nos; pero no se ha estu­dia­do el desa­rro­llo social y cog­ni­ti­vo en fun­ción de la posi­ción que se ocu­pa entre los her­ma­nos, por lo que en este tra­ba­jo se eva­luó median­te dos esca­las (habi­li­da­des socia­les y cog­ni­ti­vas), este desa­rro­llo depen­dien­do del lugar que se ocu­pa entre los her­ma­nos

Varios auto­res atri­bu­yen sig­ni­fi­ca­dos simi­la­res o inclu­so con­cep­tos sinó­ni­mos, a las habi­li­da­des socia­les y las com­pe­ten­cias socia­les. Sin embar­go, la habi­li­dad, con­cep­tual­men­te es el más alto nivel de ren­di­mien­to de la acción (Jovaiša, 1993 en Lepai­tė, 2003). Las habi­li­da­des socia­les son un con­jun­to de con­duc­tas que per­mi­ten al indi­vi­duo desa­rro­llar­se en un con­tex­to indi­vi­dual o inter­per­so­nal expre­san­do sen­ti­mien­tos, acti­tu­des, deseos, opi­nio­nes o dere­chos de un modo ade­cua­do a la situa­ción. Estas nos ayu­dan a evi­tar o redu­cir los pro­ble­mas y a dar­les solu­ción ya sea en el pre­sen­te o en dado caso en una situa­ción futu­ra, res­pe­tan­do las con­duc­tas de otros indi­vi­duos (Lacun­za y Con­ti­ni, 2011). Los com­por­ta­mien­tos socia­les se apren­den y se desa­rro­llan a lo lar­go del ciclo vital. Se han pro­pues­to seis habi­li­da­des socia­les “bási­cas”: ape­go, aser­ti­vi­dad, auto­con­trol, comu­ni­ca­ción, coope­ra­ción y empa­tía (Rodri­guez, 2013).

Den­tro de los fac­to­res que influ­yen en el pro­ce­so del desa­rro­llo de habi­li­da­des socia­les se encuen­tra el sexo. Se sabe que las muje­res tien­den a desa­rro­llar más sus habi­li­da­des socia­les que los hom­bres, pro­duc­to del rol que les asig­na en la socie­dad. La edad es otro fac­tor que con­tri­bu­ye, así como el entorno esco­lar don­de se desa­rro­lla el indi­vi­duo, pues­to que impli­ca una cons­tan­te inter­ac­ción entre igua­les ya sea por con­vi­ven­cia o para el logro de metas en común (Sem­rud-Cli­ker­man, 2007).

Las habi­li­da­des men­ta­les son des­tre­zas apren­di­das por una per­so­na que le ayu­dan a rea­li­zar una acti­vi­dad, (ya sea sim­ple o com­ple­ja, moto­ra o psí­qui­ca) con efi­cien­cia en cual­quier momen­to de su vida (Maya, 2012). Thurs­to­ne (en 2003, Thurs­to­ne ha plan­tea­do) plan­tea un mode­lo de sie­te fac­to­res inde­pen­dien­tes que for­man la inte­li­gen­cia: com­pren­sión ver­bal, apti­tud espa­cial, razo­na­mien­to gene­ral, habi­li­dad para el cálcu­lo, flui­dez ver­bal, memo­ria y per­cep­ción (San­ta­na, 2007; Pérez, 2013; Sesen­to, 2017).

Diver­sos fac­to­res pue­den influir en el desa­rro­llo de la inte­li­gen­cia de los niños, den­tro de los cua­les se han estu­dia­do la per­so­na­li­dad, el com­por­ta­mien­to de los padres, el estrés, hábi­tos de sue­ño, bilin­güis­mo y el bicul­tu­ra­lis­mo, el nivel socio-eco­nó­mi­co, las meto­do­lo­gías de las escue­las, etc. (Laor­den, C., Gar­cía, E. y S. Sán­chez, 2005; Mayer Foul­kes, D., López Oli­vo, M. F. y E. Ser­ván Mori 2008).

Se defi­ne al orden de naci­mien­to como un pro­ce­so fami­liar que inter­vie­ne en el desa­rro­llo de los niños, los aspec­tos sobre los que influ­ye pue­den incluir ele­men­tos de per­so­na­li­dad, desa­rro­llo cog­ni­ti­vo y social. Esto depen­de­rá del ran­go de naci­mien­to, ya que de algún modo afec­ta­rá la for­ma de actuar, la for­ma en que se afron­tan los pro­ble­mas y las diver­sas situa­cio­nes con los com­pa­ñe­ros de tra­ba­jo, ami­gos y pare­ja. De acuer­do con Cohen (2001: p.255) “Las rela­cio­nes entre los igua­les en la infan­cia con­tri­bu­yen sig­ni­fi­ca­ti­va­men­te al desa­rro­llo del correc­to fun­cio­na­mien­to inter­per­so­nal, pro­por­cio­nan opor­tu­ni­da­des úni­cas para el apren­di­za­je de las habi­li­da­des espe­cí­fi­cas que no pue­den lograr­se de otra mane­ra ni en otro momen­to, e influ­yen en el logro de una per­so­na­li­dad salu­da­ble en la adul­tez”.

Estu­dios rea­li­za­dos sobre el orden de naci­mien­to en tér­mi­nos de per­so­na­li­dad, en bases de datos de Esta­dos Uni­dos, Gran Bre­ta­ña y Ale­ma­nia (Roh­rer, J. M., Egloff, B. y S.C. Sch­mu­kle, 2015), han mos­tra­do que los her­ma­nos mayo­res tien­den a ser más cons­cien­tes y cau­te­lo­sos carac­te­ri­zán­do­los como res­pon­sa­bles, codi­cio­sos, orde­na­dos, y en la mayo­ría de los casos alcan­zan el éxi­to aca­dé­mi­co; mien­tras que los que nacen pos­te­rior­men­te son iden­ti­fi­ca­dos como per­so­nas opti­mis­tas, ser­vi­cia­les, altruis­tas, mues­tran un espí­ri­tu de liber­tad y aven­tu­re­ro por lo que siem­pre están abier­tos a nue­vas expe­rien­cias, cau­san­do así una impre­sión más agra­da­ble en com­pa­ra­ción con los her­ma­nos mayo­res. En gene­ral los pri­mo­gé­ni­tos sue­len ser más tem­pe­ra­men­ta­les y ansio­sos con res­pec­to a su esta­tus, asi­mis­mo son más obje­ti­vos y auto­ri­ta­rios; en cam­bio los her­ma­nos meno­res dis­fru­tan la diver­sión y son más socia­bles (Sullo­way, 2001).

Datt­ner (2006) comen­ta que cada hijo le toca vivir de acuer­do al lugar que ocu­pa con res­pec­to a sus her­ma­nos y men­cio­na que “los padres tien­den a dele­gar res­pon­sa­bi­li­da­des en los hijos mayo­res, quie­nes se iden­ti­fi­can con sus padres y con la auto­ri­dad”, razón por la cual el pri­mo­gé­ni­to bus­ca com­pla­cer a sus padres y cui­dar a sus her­ma­nos meno­res lle­gan­do a ser domi­nan­te, tam­bién desa­rro­lla más con­fian­za en sí mis­mo y una mayor con­cien­cia. Los hijos meno­res se enfren­tan a una mayor aten­ción de sus padres, espe­cial­men­te la de su madre, lo cual favo­re­ce su inte­lec­to e impac­ta de mane­ra nega­ti­va en su madu­rez (Bu y Sullo­way, 2016.)

En una pobla­ción de Norue­ga se hizo un estu­dio la rela­ción entre el orden de naci­mien­to, la per­so­na­li­dad y la elec­ción de carre­ra, don­de se encon­tró que el tama­ño de la fami­lia influ­ye en el desa­rro­llo del indi­vi­duo en cuan­to a recur­sos mone­ta­rios, pero tam­bién en la madu­ra­ción fami­liar y en los logros del indi­vi­duo (Black, S.E., Deve­reux, P.J., Kjell G. y Sal­va­nés, 2007). Tam­bién se ha estu­dia­do si la posi­ción de la per­so­na entre los her­ma­nos tie­ne un impac­to dura­de­ro en el cur­so de la vida, obte­nien­do en un estu­dio lon­gi­tu­di­nal, que el desem­pe­ño en prue­bas psi­co­mé­tri­ca dis­mi­nu­ye lige­ra­men­te de los pri­mo­gé­ni­tos a los naci­dos más tar­de, mien­tras que los efec­tos sobre la per­so­na­li­dad aún no han dado lugar a resul­ta­dos con­clu­yen­tes (Roh­rer, J. M., Egloff, B. y S.C. Sch­mu­kle, 2015). En un estu­dio rea­li­za­do en Esta­dos Uni­dos, Ingla­te­rra y Ale­ma­nia se encon­tró efec­to del orden de naci­mien­to en la extra­ver­sión, la esta­bi­li­dad emo­cio­nal, la ama­bi­li­dad, la con­cien­cia o la ima­gi­na­ción, aun­que no hay efec­to en ras­gos de per­so­na­li­dad amplios fue­ra del domi­nio inte­lec­tual. Sin embar­go, en empa­tía si se obser­va favo­re­ci­da (Brats­ber­ga y Roge­ber­ga, 2018).

Método

Mues­tra. Se apli­ca­ron 120 esca­las de habi­li­da­des socia­les y cog­ni­ti­vas a estu­dian­tes entre 15 a 18 años (68 hom­bres y 52 muje­res): Estu­dian­tes de pre­gra­do de la escue­la Pre­pa­ra­to­ria Ofi­cial Ane­xa a la Nor­mal de Atla­co­mul­co y Cen­tro de Bachi­lle­ra­to Tec­no­ló­gi­co “Mario Colín Sán­chez en el muni­ci­pio de Atla­co­mul­co, Esta­do de Méxi­co. Los par­ti­ci­pan­tes son resi­den­tes del muni­ci­pio mix­to (rural, urbano y semi­ru­ral) de Atla­co­mul­co, Esta­do de Méxi­co con base a lo pro­pues­to por el PNUD (Pro­gra­ma de las Nacio­nes Uni­das para el Desa­rro­llo Méxi­co e INEGI, Cen­so de Pobla­ción y Vivien­da 200)17, con un gra­do de mar­gi­na­ción y de estra­to socio­eco­nó­mi­co medio bajo con míni­ma infra­es­truc­tu­ra sani­ta­ria y con­di­cio­nes bási­cas de salud. (Encues­ta Nacio­nal de Ingre­sos y Gas­tos de los Hoga­res, 2018).

Esca­las

Se con­tem­pló una sec­ción de datos socio­eco­nó­mi­cos, tales como la edad, el sexo, el lugar que ocu­pa entre sus her­ma­nos y el núme­ro de her­ma­nos que tie­ne. La esca­la de Habi­li­da­des Socia­les cons­ta de 30 ítems; está basa­do en la esca­la de empa­tía de Cal­vo, Gon­zá­lez y Mar­to­rell (2001) y el ins­tru­men­to de habi­li­da­des pro­so­cia­les de Mora­les y Suá­rez (2011 ambos ins­tru­men­tos diri­gi­dos a pre­ado­les­cen­tes y a ado­les­cen­tes), estas esca­lan eva­lúan: empa­tía, auto­con­trol, aser­ti­vi­dad, coope­ra­ción, habi­li­dad para comu­ni­car­se y auto­co­no­ci­mien­to. Se con­tes­ta a tra­vés de una esca­la de tipo Likert de 4 opcio­nes (nun­ca, algu­na vez, muchas veces y siem­pre). El ins­tru­men­to de Habi­li­da­des Cog­ni­ti­vas titu­la­do “Habi­li­da­des Men­ta­les Pri­ma­rias” (HMP) crea­do por los doc­to­res Louis Leon Thurs­to­ne y Thel­ma Gwinn Thurs­to­ne para detec­tar las for­ta­le­zas y debi­li­da­des que un indi­vi­duo posee en las cin­co habi­li­da­des espe­cí­fi­cas que eva­lúa: Com­pren­sión Ver­bal (V), Com­pren­sión Espa­cial (E), Racio­ci­nio ®, Mane­jo de Núme­ros (N) y Flui­dez Ver­bal (F.V.) Este ins­tru­men­to ha per­mi­ti­do tam­bién iden­ti­fi­car las carre­ras pro­fe­sio­na­les a las que el indi­vi­duo podría dedi­car­se y tener un buen desem­pe­ño, con base en aque­llas habi­li­da­des que domi­na y que se le difi­cul­tan. Las pri­me­ras cua­tro prue­bas se inte­gran por ejer­ci­cios de opción múl­ti­ple y la últi­ma prue­ba se con­tes­ta de mane­ra abier­ta (Thurs­to­ne y Gwinn, Manual 2003).

Esta­dís­ti­cos

Para la fia­bi­li­dad del ins­tru­men­to de habi­li­da­des socia­les se hizo un aná­li­sis de Cron­bach para com­pa­rar las dife­ren­cias entre cada una de las varia­bles socia­les y cog­ni­ti­vas en fun­ción del núme­ro de her­ma­nos y lugar que se ocu­pa entre ellos se hizo un aná­li­sis de ANOVA con­si­de­ran­do las inter­cep­cio­nes sig­ni­fi­ca­ti­vas las que tie­nen una p≤0,05.

Resultados

Para el ins­tru­men­to de habi­li­da­des socia­les se vali­dó con un Alpha de Cron­bach de 0,86. Se obser­va­ron dife­ren­cias esta­dís­ti­ca­men­te sig­ni­fi­ca­ti­vas en cuan­to al núme­ro de her­ma­nos en la habi­li­dad social de comu­ni­ca­ción (F= 2.136, p=0.05) y en la habi­li­dad cog­ni­ti­va de com­pren­sión ver­bal (F=2.648, p=0.019) (Tablas 1 y 3), con res­pec­to al lugar que ocu­pan entre los her­ma­nos se encon­tra­ron dife­ren­cias en las cog­ni­ti­vas de com­pren­sión ver­bal y espa­cial y flui­dez ver­bal (F= 3.521, p= 0.005; F= 2.426, p=0.039 y F= 2.184, p=0.049; res­pec­ti­va­men­te) (Tablas 2 y 4).

Las habi­li­da­des cog­ni­ti­vas que aumen­tan con la posi­ción que se tie­ne con res­pec­to a los her­ma­nos son las rela­cio­na­das con las habi­li­da­des ver­ba­les, mien­tras des­cien­de la com­pren­sión espa­cial y racio­ci­nio (Figu­ra 1 y 2). Estos patro­nes ya se habían encon­tra­do en otras pobla­cio­nes, pues se sabe que las habi­li­da­des cog­ni­ti­vas dis­mi­nu­yen leve­men­te en los her­ma­nos meno­res y las habi­li­da­des socia­les se ven favo­re­ci­das.

TABLA 1, Des­crip­ción de las medias de las habi­li­da­des socia­les con base al núme­ro de her­ma­nos (χ= media; F= valor esta­dís­ti­co de la prue­ba de ANOVA y p= sig­ni­fi­can­cia de la prue­ba F)

 
 

N

Núme­ro de her­ma­nos

Empa­tía

Auto­con­trol

Aser­ti­vi­dad

Coope­ra­ción

Comu­ni­ca­ción

Auto­co­no­ci­mien­to

χ

9

1

22,56

17,89

14,22

20,56

12,44

10,44

34

2

19,82

17,56

12,94

19,38

12,21

10,15

56

3

20,61

17,7

12,55

19,05

11,09

8,7

15

4

20,27

17,87

12,53

19,6

10,93

8,53

3

5

20,33

16,33

13,33

20,33

14

11

2

6

18,5

17,5

12

16,5

10

9,5

1

7

20

20

15

22

11

12

 

F

8,78

0,259

1,065

0,708

2,136

2,082

 

p

0,513

0,954

0,388

0,643

0,05

0,051

TABLA 2, Des­crip­ción de las medias de las habi­li­da­des socia­les con base al lugar que ocu­pan entre los her­ma­nos (χ= media; F= valor esta­dís­ti­co de la prue­ba de ANOVA y p= sig­ni­fi­can­cia de la prue­ba F)

N

Lugar que ocu­pa entre los her­ma­nos

Empa­tía

Auto­con­trol

Aser­ti­vi­dad

Coope­ra­ción

Comu­ni­ca­ción

Auto­co­no­ci­mien­to

χ

54

1

20,2

17,76

12,93

19,17

11,8

9,69

41

2

20,39

17,44

12,63

19,41

11,2

9,05

16

3

21,25

18

12,94

19,5

11,44

8,63

6

4

19,83

17,5

12,5

18,83

11,17

8,33

2

5

23,5

17

12,5

21,5

14

12

1

7

20

20

15

22

11

12

 

F

0,574

0,276

0,319

0,376

0,841

1,338

 

p

0,719

0,925

0,901

0,864

0,524

0,253

TABLA 3, Des­crip­ción de las medias de las habi­li­da­des cog­ni­ti­vas con base al núme­ro de her­ma­nos (χ= media; F= valor esta­dís­ti­co de la prue­ba de ANOVA y p= sig­ni­fi­can­cia de la prue­ba F).

N

Núme­ro de her­ma­nos

Com­pren­sión ver­bal

Com­pren­sión espa­cial

Racio­ci­nio

Mane­jo de núme­ros

Flui­dez ver­bal

χ

9

1

11,67

31

53,89

7,78

21,44

34

2

15,74

42,09

58,74

12,06

14,03

56

3

14,14

45,91

60,04

13,14

18,7

15

4

14,33

45,6

67,07

17,93

11,27

3

5

18

62

62

32,67

5

2

6

36,5

45,5

88

9

1

1

7

50

54

88

18

10

120

F

2,648

0,405

0,761

0,937

1,076

 

p

0,019

0,874

0,602

0,471

0,381

TABLA 4, Des­crip­ción de las medias de las habi­li­da­des cog­ni­ti­vas con base al lugar que ocu­pan

entre los her­ma­nos (χ= media; F= valor esta­dís­ti­co de la prue­ba de ANOVA y p= sig­ni­fi­can­cia de la prue­ba F)

N

Lugar que ocu­pa entre los her­ma­nos

Com­pren­sión ver­bal

Com­pren­sión espa­cial

Racio­ci­nio

Mane­jo de núme­ros

Flui­dez ver­bal

χ

54

1

12,98

41,17

53,91

8,94

15,07

41

2

15,27

56,78

70,8

17,93

21,98

16

3

16,75

25,75

55,38

13,94

8,75

6

4

17,33

31,33

62,67

17,5

7,17

2

5

37,5

45,5

68

27,5

2,5

1

7

50

54

88

18

10

 

F

3,521

2,426

2,279

1,535

2,184

 

p

0,005

0,039

0,051

0,184

0,049

Figu­ra 1. Gra­fi­cas de habi­li­da­des cog­ni­ti­vas con base al núme­ro de her­ma­nos y lugar que ocu­pa entre ellos (se repre­sen­ta la media y la des­via­ción están­dar para cada caso).

Figu­ra 2. Gra­fi­cas de habi­li­da­des cog­ni­ti­vas con base en el núme­ro de her­ma­nos y lugar que ocu­pa entre ellos (se repre­sen­ta la media y la des­via­ción están­dar para cada caso).

Discusión y conclusión

Los her­ma­nos mayo­res jue­gan un papel impor­tan­te en la vida de sus her­ma­nos meno­res, al igual que los padres, los her­ma­nos y her­ma­nas mayo­res actúan como mode­los a seguir y maes­tros, ayu­dan­do a sus her­ma­nos meno­res a apren­der sobre el mun­do. Se cree que esta influen­cia posi­ti­va se extien­de a la capa­ci­dad de los her­ma­nos meno­res de sen­tir cui­da­do y sim­pa­tía por los nece­si­ta­dos: los niños cuyos her­ma­nos mayo­res son ama­bles, cáli­dos y soli­da­rios son más empá­ti­cos que los niños cuyos her­ma­nos care­cen de estas carac­te­rís­ti­cas. Un estu­dio lon­gi­tu­di­nal ana­li­zó si los her­ma­nos meno­res tam­bién con­tri­bu­yen a la empa­tía de sus her­ma­nas y her­ma­nos mayo­res en la pri­me­ra infan­cia, cuan­do las ten­den­cias empá­ti­cas comien­zan a desa­rro­llar­se. La inves­ti­ga­ción encon­tró que más allá de la influen­cia de los padres, los her­ma­nos mayo­res y meno­res influ­yen posi­ti­va­men­te en la preo­cu­pa­ción empá­ti­ca de los demás a lo lar­go del tiem­po (Brats­ber­ga y Roge­ber­ga, 2018).

Noso­tros encon­tra­mos que las habi­li­da­des socia­les que tie­nen influen­cia por el núme­ro de her­ma­nos son auto­co­no­ci­mien­to y coope­ra­ción, una expli­ca­ción es que el perío­do com­pren­di­do entre dos y tres años es for­ma­ti­vo para el desa­rro­llo cog­ni­ti­vo social, y tam­bién es un momen­to en que muchos niños expe­ri­men­tan el naci­mien­to de un her­mano (Bay­dar, Greek y Brooks-Gunn, 1997; Song y Volling, 2018). Dunn (2008), ha encon­tra­do que el aumen­to en las dis­cu­sio­nes de los niños sobre sí mis­mos y sobre otros (es decir, el bebé) tie­ne un poten­cial impac­to en la com­pren­sión social y esto podría estar ayu­dar a las varian­tes que noso­tros en las habi­li­da­des cog­ni­ti­vas que noso­tros hemos encon­tra­do.

Las habi­li­da­des cog­ni­ti­vas aso­cia­das con la comu­ni­ca­ción son las que tie­nen mayor influen­cia, dada la posi­ción que se tie­ne entre los her­ma­nos, al igual que otros estu­dios, las habi­li­da­des que se ven favo­re­ci­das hacia los her­ma­nos meno­res son las de la comu­ni­ca­ción (Brid­ges y Hoff, 2014). La dis­mi­nu­ción de las habi­li­da­des cog­ni­ti­vas hacia los her­ma­nos meno­res, que noso­tros tam­bién encon­tra­mos (indi­car tabla en la que se mues­tra el men­cio­na­do resul­ta­do) podría deber­se a una mayor aten­ción de los padres (citar). Un estu­dio en el que se eva­luó el acce­so a edu­ca­ción supe­rior depen­dien­do del orden de naci­mien­to en gru­pos de her­ma­nos bio­ló­gi­cos y her­ma­nos que habían teni­do un inte­gran­te adop­ta­do, don­de se vio que inde­pen­dien­te­men­te de la adop­ción, la diná­mi­ca de ser menor lle­va a ingre­sar con menos éxi­to a la edu­ca­ción supe­rior, lo que lle­va a pen­sar que esta diná­mi­ca de esfuer­zo cog­ni­ti­vo en los her­ma­nos meno­res es por la diná­mi­ca que hay entre fami­lias (Bar­clay, 2015).

En con­clu­sión, el núme­ro de her­ma­nos que se tie­ne favo­re­ce las habi­li­da­des socia­les de coope­ra­ción y auto­co­no­ci­mien­to, y en cuan­to a la posi­ción que se tie­ne entre ellos las habi­li­da­des de comu­ni­ca­ción.

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Notas

  1. Cen­tro Uni­ver­si­ta­rio UAEM Atla­co­mul­co, Uni­ver­si­dad Autó­no­ma del Esta­do de Méxi­co. Correo elec­tró­ni­co gigarlo@hotmail.com

  2. Facul­tad de Cien­cias, Uni­ver­si­dad Autó­no­ma del Esta­do de Méxi­co

  3. Gru­po Cole­gio Mexi­quen­se