Epistemología Neopositivista en Psicología Descargar este archivo (Epistemología neopositivista.pdf)

Mauricio Mercado Aravena1, Mónica Pino Muñoz2

Universidad del Bío-Bío

Resumen

El pre­sen­te artícu­lo tie­ne por obje­ti­vo plan­tear el cues­tio­na­mien­to en la uti­li­za­ción del con­cep­to post­po­si­ti­vis­mo como un equi­va­len­te direc­to del con­cep­to neo­po­si­ti­vis­mo en la inves­ti­ga­ción en psi­co­lo­gía. Se rea­li­za una revi­sión biblio­grá­fi­ca de diver­sos pos­tu­la­dos para con­cluir la dife­ren­cia entre ambos. Ade­más, inten­ta plan­tear los cues­tio­na­mien­tos bási­cos que sub­ya­cen a la epis­te­mo­lo­gía neo­po­si­ti­vis­ta como para­dig­ma que uti­li­za al méto­do cien­tí­fi­co como un ins­tru­men­to y un fin en sí mis­mo para gene­rar el cono­ci­mien­to.

Pala­bras cla­ve: para­dig­ma, posi­ti­vis­mo, neo­po­si­ti­vis­mo, epis­te­mo­lo­gía.

Abstract

This arti­cle aims to rai­se the ques­tion on the use of the con­cept of post-posi­ti­vism as a direct equi­va­lent of neo­po­si­ti­vism in psy­cho­logy research. A biblio­graphic review of diver­se pos­tu­la­tes is carried out to con­clu­de the dif­fe­ren­ce bet­ween both. In addi­tion, it tries to pose the basic ques­tions that under­lie neo-posi­ti­vist epis­te­mo­logy, as a para­digm that uses the scien­ti­fic method as an ins­tru­ment and as an end in itself to gene­ra­te know­led­ge.

Key­words: para­digm, posi­ti­vism, neo-posi­ti­vism, epis­te­mo­logy

Introducción

En cien­cias socia­les con­ti­nua­men­te se está deba­tien­do res­pec­to de la natu­ra­le­za de los dis­tin­tos obje­tos de estu­dios que se ana­li­zan, cómo es su mira­da onto­ló­gi­ca, cómo se con­ci­be la epis­te­mo­lo­gía que los sub­ya­ce (Bueno, 2011) y cómo, meto­do­ló­gi­ca­men­te, se pue­de rea­li­zar el pro­ce­so de aná­li­sis de la infor­ma­ción que se ha pes­qui­sa­do (Tello, 2011).

La psi­co­lo­gía no está exen­ta de este deba­te. Esto no sig­ni­fi­ca per se una pro­ble­má­ti­ca, sino todo lo con­tra­rio, man­tie­ne a la psi­co­lo­gía en una bús­que­da cons­tan­te res­pec­to de lo que pre­ten­de teo­ri­zar y cómo pre­ten­de ana­li­zar su obser­va­ción (Soto, 2015); es decir, se per­pe­túa en la inter­ac­ción dia­léc­ti­ca entre teo­ría y reali­dad.

Cuan­do se rea­li­za una inves­ti­ga­ción en psi­co­lo­gía, apar­te de no pres­cin­dir de los res­guar­dos éti­cos nece­sa­rios, ya sea para mini­mi­zar el impac­to en los par­ti­ci­pan­tes o para res­pe­tar su volun­ta­rie­dad en el pro­ce­so sin que se ejer­za algún gra­do de dis­tin­ción entre los par­ti­ci­pan­tes (Fra­nça-Tarra­gó, 2012), nos encon­tra­mos con un tópi­co que vie­ne a com­ple­ji­zar y a enmar­car el camino que se va a tra­zar para estu­diar un fenó­meno en par­ti­cu­lar.

Sí, se está hablan­do de la epis­te­mo­lo­gía, pero esta no enten­di­da des­de la com­ple­ji­dad y la apor­ta­ción cons­tan­te que rea­li­zan los estu­dios cua­li­ta­ti­vos, sino vis­ta des­de la mira­da más clá­si­ca, es decir, des­de lo cuan­ti­ta­ti­vo (Fer­nán­dez, 2008). En otras pala­bras, exis­te un para­dig­ma epis­te­mo­ló­gi­co que es nece­sa­rio acla­rar al momen­to de abor­dar estu­dios des­de lo psi­co­ló­gi­co.

El concepto de Paradigma

Pri­me­ro que todo, un para­dig­ma se entien­de como la mira­da con­jun­ta con la cual tan­to el cono­ci­mien­to como las creen­cias inten­tan tri­bu­tar en su máxi­ma expre­sión para la expli­ca­ción de cómo fun­cio­na la reali­dad estu­dia­da (Cer­da, Cha­pe­la y Jari­llo, 2009). La epis­te­mo­lo­gía, por su par­te, podría defi­nir­se como una de las ramas de la filo­so­fía que vie­nen a res­pon­der aque­llas pro­ble­má­ti­cas o dile­mas filo­só­fi­cos que se crean al ini­ciar un pro­ce­so de inves­ti­ga­ción con­si­de­ran­do los pre­su­pues­tos que deter­mi­nan el pro­ce­der del cono­ci­mien­to cien­tí­fi­co (Tole­do, 1998).

De esta mane­ra, al hablar de un para­dig­ma epis­te­mo­ló­gi­co para las inves­ti­ga­cio­nes cuan­ti­ta­ti­vas en psi­co­lo­gía, el que pri­me­ra­men­te apa­re­ce es el para­dig­ma posi­ti­vis­ta (Fer­nán­dez, 2008).

Paradigma Positivista

El Posi­ti­vis­mo tuvo una amplia rele­van­cia has­ta el siglo XIX y aún con­ti­núa sien­do rele­van­te debi­do a la con­cep­ción con­men­su­ra­ble de base, en la cual abso­lu­ta­men­te todo lo que se pre­ten­día cono­cer se podría medir (Fer­nán­dez, 2008).

En otras pala­bras, cabe recor­dar el pos­tu­la­do prin­ci­pal del posi­ti­vis­mo, el cual tie­ne su ori­gen en el reduc­cio­nis­mo abso­lu­tis­ta, en el cual la lógi­ca y la racio­na­li­dad del ser humano es solo un sim­ple tra­ba­ja­dor de la racio­na­li­dad que entre­ga la mate­má­ti­ca, por lo tan­to, esta últi­ma es exac­ta y cuan­ti­fi­ca­ble (Bun­ge, 1995).

En sín­te­sis, toda pro­duc­ción huma­na liga­da al cono­ci­mien­to está dada por lo que pue­de com­pro­bar a tra­vés de la mate­má­ti­ca, redu­cien­do al máxi­mo la limi­tan­te per­cep­ti­va del inves­ti­ga­dor, por lo que mien­tras pue­da medir­se el obje­to de estu­dio este exis­te de mane­ra obje­ti­va (Bun­ge, 1995). Sin embar­go, no es has­ta 1929, en el Círcu­lo de Vie­na, en don­de se demos­tra­ban que los diver­sos cues­tio­na­mien­tos epis­te­mo­ló­gi­cos que dicho para­dig­ma expre­sa­ba no eran capa­ces de expli­car aque­llo que no era medi­ble (Pérez, 2015).

De aquí en ade­lan­te, diver­sas corrien­tes teó­ri­cas han inten­ta­do expli­car la reali­dad des­de su cono­ci­mien­to situa­do, iden­ti­fi­can­do a todos estos para­dig­mas emer­gen­tes como pos­te­rio­res al posi­ti­vis­mo (Pérez, 2015), y en algu­nas oca­sio­nes deno­mi­nán­do­los post­po­si­ti­vis­tas.

¿Postpositivismo o Postpositivismos?

El cre­cien­te auge que tuvie­ron los para­dig­mas alter­na­ti­vos en torno a la apro­xi­ma­ción de la reali­dad (Murea & Josan, 2014), sobre todo del ámbi­to social y psi­co­ló­gi­co, tra­jo con­si­go que diver­sas corrien­tes filo­só­fi­cas tuvie­ran un domi­nio sobre el acer­ca­mien­to onto­ló­gi­co de estu­dio (Hama­ti, 2012). Es en este pun­to tam­bién don­de se rein­ven­ta el posi­ti­vis­mo, crean­do des­de lo cuan­ti­fi­ca­ble al post­po­si­ti­vis­mo (Cham­lers, 1999).

Sin embar­go, a nivel con­cep­tual tam­bién pue­den lla­mar­se post­po­si­ti­vis­tas a todos los para­dig­mas de inves­ti­ga­ción que inten­ta­ban expli­car en cier­ta medi­da la reali­dad. Para con­tex­tua­li­zar este pro­ce­so, se pue­de ir a los plan­tea­mien­tos de Karl Pop­per (en Que­ral­tó, 1996), que des­de su crí­ti­ca al mode­lo impe­ran­te rea­li­za su pro­pio para­dig­ma cien­tí­fi­co, deno­mi­na­do Fal­sa­cio­nis­mo, el cual pos­tu­la que la pro­duc­ción del cono­ci­mien­to está cons­tan­te­men­te supe­di­ta­do a aná­li­sis que pue­dan refu­tar lo expues­to (Qui­rós, 2013). Por lo tan­to, con­ci­be la reali­dad como algo con­je­tu­ral, que nece­si­ta pre­sen­tar una res­pues­ta pro­vi­so­ria mien­tras se prue­be (o no) lo con­tra­rio.

Otro de los auto­res para­dig­má­ti­cos y revo­lu­cio­na­rios con­cer­nien­tes a lo que suce­día con el posi­ti­vis­mo es Laka­tos, quien asu­me una espe­cie de “rela­ti­vis­mo cien­ti­fi­cis­ta” que deter­mi­na que el cono­ci­mien­to gene­ra­do por una per­so­na cien­tí­fi­ca va a tener lími­tes, tal como suce­de con el cono­ci­mien­to humano como tal (Cova, Inciar­te & Prie­to, 2005).

La impor­tan­cia de Laka­tos radi­ca en la pra­xis que rea­li­za el desa­rro­llo del pen­sa­mien­to cien­tí­fi­co como una pro­duc­ción en la cual el inves­ti­ga­dor o inves­ti­ga­do­ra se sitúa den­tro de este con­ti­nuo entre desa­rro­llo cien­tí­fi­co y para­dig­ma que sos­tie­nen la inves­ti­ga­ción (Cova et al., 2005). En otras pala­bras, la pro­duc­ción de este cono­ci­mien­to siem­pre es cons­trui­do con un ideal de obje­ti­vi­dad en el pro­ce­so, pero que no se pue­de alcan­zar como tal (Cham­lers, 1999).

Fren­te a lo expues­to, ¿será correc­to deno­mi­nar post-posi­ti­vis­mo a la corrien­te epis­te­mo­ló­gi­ca des­de lo cuan­ti­ta­ti­vo que rige los pos­tu­la­dos cien­tí­fi­cos en la inves­ti­ga­ción social, y en par­ti­cu­lar a la inves­ti­ga­ción psi­co­ló­gi­ca?

Neopositivismo

El neo­po­si­ti­vis­mo como para­dig­ma filo­só­fi­co y epis­te­mo­ló­gi­co de inves­ti­ga­ción tie­ne en su ori­gen el inten­tar des­li­gar­se de su corrien­te pre­de­ce­so­ra posi­ti­vis­ta (Díaz, 2014), con una inten­cio­na­li­dad que debe sur­gir a par­tir de un con­sen­so, con una carac­te­rís­ti­ca pro­vi­so­ria y no dura­de­ra (Cham­lers, 1996).

Es impor­tan­te con­si­de­rar que, al hablar de neo­po­si­ti­vis­mo, se está hablan­do de cien­cia, pues se tra­ta de invo­lu­crar­se en los pro­ce­sos liga­dos a la explo­ra­ción, des­crip­ción y/o expli­ca­ción de los fenó­me­nos (Díaz, 2014). Por ello, la deli­mi­ta­ción de la psi­co­lo­gía al momen­to de entre­gar una expli­ca­ción cien­tí­fi­ca esta­rá deter­mi­na­da por los com­po­nen­tes que la con­for­man, es decir, los fenó­me­nos bio­ló­gi­cos, socia­les y/o con­tex­tua­les (Cepe­da, 2014), los cua­les serán un aspec­to para con­si­de­rar en esta ver­dad pro­vi­so­ria.

Pero a pesar de reco­no­cer estas limi­tan­tes se bus­ca que el cono­ci­mien­to gene­ra­do pue­da extra­po­lar­se a otros con­tex­tos, con­si­de­ran­do cier­tos res­guar­dos (Lugo, 2010). Esta noción liga­da a la re-pro­duc­ción de patro­nes en otras situa­cio­nes se debe a la con­cep­ción de la reali­dad como algo está­ti­co (Ace­ve­do, Vás­quez y Man­na­se­ro, 2007).

Sin embar­go, esta carac­te­rís­ti­ca se pue­de con­si­de­rar como una ven­ta­ja, ya que se entre­la­za con la uti­li­za­ción y la apli­ca­bi­li­dad del méto­do cien­tí­fi­co, enten­dien­do este últi­mo como “el con­jun­to de pro­ce­di­mien­tos por los cua­les se plan­tean los pro­ble­mas cien­tí­fi­cos y se ponen a prue­ba las hipó­te­sis cien­tí­fi­cas” (Bun­ge, 1995, p. 67), lo que sig­ni­fi­ca que los plan­tea­mien­tos que sus­ten­tan la cien­ti­fi­ci­dad de las inves­ti­ga­cio­nes en psi­co­lo­gía debe­rían vol­ver a tener una carac­te­rís­ti­ca deduc­ti­va, al inten­tar extra­po­lar los resul­ta­dos encon­tra­dos en un corre­la­to exhaus­ti­vo con el domi­nio teó­ri­co que se espe­ci­fi­que, anclán­do­se con la onto­lo­gía del obje­to estu­dia­do y la meto­do­lo­gía uti­li­za­da (Cha­cón, 2001).

Cada vez que se reco­ge la expe­rien­cia sen­so­rial a tra­vés del pro­ce­so per­cep­ti­vo, este debe estar some­ti­do a algún tipo de aná­li­sis y veri­fi­ca­ción, enten­dien­do la limi­tan­te pro­pia del pro­ce­so, liga­da a la per­cep­ción huma­na. Sin embar­go, esta bus­ca su pro­ce­so de obje­ti­vi­dad al reco­no­cer las pro­pias limi­ta­cio­nes, gene­ran­do dis­po­si­ti­vos que esta­blez­can a prio­ri estas carac­te­rís­ti­cas (Carri­llo de la Rosa, 2008).

En el pro­ce­so de pro­du­cir el cono­ci­mien­to, cobra mayor rele­van­cia la cla­ri­dad del len­gua­je que se uti­li­za, pues­to que este para­dig­ma epis­te­mo­ló­gi­co pre­sen­ta la nece­si­dad de expre­sar cien­tí­fi­ca­men­te las “expe­rien­cias del mun­do físi­co sin­te­ti­za­das en los núcleos sen­so­ria­les, lo cual per­mi­te tomar al cuer­po como deno­mi­na­dor común” (Cer­da et al., 2009, p. 5). De esta mane­ra, el cono­ci­mien­to se vol­ve­ría obje­ti­vo al hacer­lo cog­nos­ci­ble y con­men­su­ra­ble (Alca­lá, 2017).

Lo ante­rior demues­tra que el neo­po­si­ti­vis­mo tie­ne una fun­ción prin­ci­pal en la pro­tec­ción de la per­so­na que inves­ti­ga, ya que uti­li­za la obje­ti­vi­dad (Cova­rru­bias, 2007) para que los aspec­tos sub­je­ti­vos no inter­fie­ran de mane­ra com­ple­ta y direc­ta en el obje­to de estu­dio.

Reco­no­ce, en otras pala­bras, su no neu­tra­li­dad total, ya que se asu­me a prio­ri que la reali­dad como tal no pue­de ser aprehen­di­da en su tota­li­dad (Cova­rru­bias, 2007), demos­tran­do que esta no pue­de ser cog­nos­ci­ble en su tota­li­dad (Bun­ge, 2004). Sin embar­go, la obje­ti­vi­dad sigue sien­do un fin regu­la­dor en sí mis­mo, vis­to como un ideal al que se debe­ría lle­gar median­te la apli­ca­ción de diver­sos pro­ce­sos lógi­cos y teó­ri­cos, que estén sus­ten­ta­dos en lo empí­ri­co (Bun­ge, 1995, Cha­cón, 2001).

Neopositivismo e investigación en Psicología

La epis­te­mo­lo­gía neo­po­si­ti­vis­ta tie­ne su apli­ca­bi­li­dad a las inves­ti­ga­cio­nes en psi­co­lo­gía, ya que tie­ne como base el pro­ce­so de bús­que­da del cono­ci­mien­to como un fin que nece­si­ta ser resuel­to, estruc­tu­ra­do y sobre todo com­pro­ba­do (Cova­rru­bias, 2007) a tra­vés de las téc­ni­cas empí­ri­cas nece­sa­rias que rigen la apli­ca­ción del méto­do cien­tí­fi­co (Otzen, Man­te­ro­la, Rodrí­guez & Gar­cía, 2017).

Fren­te a esta con­ver­gen­cia, se asu­me que la per­cep­ción huma­na será siem­pre una limi­tan­te para acce­der de mane­ra direc­ta a la reali­dad, ya que estos mis­mos pro­ce­sos serán los media­do­res para lograr el acuer­do de obje­ti­vi­dad (Cue­vas, 2002). Por tal moti­vo, es nece­sa­rio saber a prio­ri cuál o cuá­les serán los aspec­tos por estu­diar, con­si­de­ran­do una apro­xi­ma­ción al cono­ci­mien­to que ade­más ten­drá el carác­ter de pro­vi­so­rio (Cham­lers, 1996). Auna­do a ello, la obje­ti­vi­dad, al enten­der­se como un ideal regu­la­to­rio, per­mi­ti­ría que se pre­sen­te una alian­za entre la teo­ría y la estruc­tu­ra­ción de ins­tru­men­tos per­ti­nen­tes que con­tri­bu­yan a la com­pren­sión del obje­to de estu­dio (Guyot, 2005).

Como eje cen­tral, se deter­mi­na que el neo­po­si­ti­vis­mo apor­ta a las inves­ti­ga­cio­nes psi­co­ló­gi­cas al momen­to de reco­no­cer las limi­tan­tes res­guar­dán­do­las median­te la uti­li­za­ción de la esta­dís­ti­ca, como media­do­ra entre suje­to obser­va­do y suje­to obser­van­te (Sul­ba­rán, 2017). Es median­te esta herra­mien­ta que los aná­li­sis corres­pon­dien­tes van apor­tan­do al cono­ci­mien­to pro­vi­so­rio de las teo­rías en una con­tras­ta­ción cons­tan­te con la reali­dad.

Discusión

De acuer­do con lo expues­to, al momen­to de inves­ti­gar en psi­co­lo­gía des­de la epis­te­mo­lo­gía neo­po­si­ti­vis­ta, sería nece­sa­rio que todos aque­llos pos­tu­la­dos o ase­ve­ra­cio­nes que no pre­sen­ten per se algu­na expli­ca­ción racio­nal o que su expli­ca­ción no pue­da estar suje­ta a algún méto­do de com­pro­ba­ción o, en un nivel más bási­co aún, de veri­fi­ca­ción empí­ri­ca a tra­vés de la esta­dís­ti­ca (Sul­ba­rán, 2017), no podrían erguir­se como cono­ci­mien­to cien­tí­fi­co (Cha­cón 2001).

Esto resig­ni­fi­ca al neo­po­si­ti­vis­mo, en com­pa­ra­ción con el para­dig­ma posi­ti­vis­ta tra­di­cio­nal, ya que se exter­na­li­zan las pro­pias limi­tan­tes sen­so­ria­les que se sus­ten­tan en la dia­léc­ti­ca obser­va­dor-obje­to en un pro­ce­so inves­ti­ga­ti­vo, ade­más espe­ci­fi­can a la esta­dís­ti­ca como un agen­te regu­la­dor (Sul­ba­rán, 2017). En otras pala­bras, se reco­no­ce que, a pesar de pre­sen­tar­se como un cono­ci­mien­to racio­nal y obje­ti­vo, este podría ser fali­ble (Bun­ge, 1995), lo que le da una carac­te­rís­ti­ca diná­mi­ca, ya que este pue­de cons­tan­te­men­te nutrir­se de diver­sas apor­ta­cio­nes, com­ple­men­tar­se con otros pos­tu­la­dos, o sim­ple­men­te refu­tar­se para lograr un cam­bio con­cep­tual y pro­ce­di­men­tal en las inves­ti­ga­cio­nes en psi­co­lo­gía.

Como se expli­có en este docu­men­to, el neo­po­si­ti­vis­mo es el para­dig­ma que sus­ten­ta epis­te­mo­ló­gi­ca­men­te las inves­ti­ga­cio­nes cuan­ti­ta­ti­vas, cues­tio­nan­do la reali­dad des­cu­bier­ta a tra­vés de núme­ros, y asu­mien­do que los resul­ta­dos son pro­vi­so­rios (Bun­ge, 1995). De esta mane­ra, cada hallaz­go se pue­de ir acu­mu­lan­do, con­tras­tan­do o refor­mu­lan­do con la inten­ción de la bús­que­da cons­tan­te en la corro­bo­ra­ción del cono­ci­mien­to y de las limi­tan­tes pro­pias exis­ten para acce­der a él (Cha­cón, 1998).

Las limi­tan­tes dadas por la per­cep­ción huma­na son con­si­de­ra­das un pun­to de infle­xión, pero tam­bién de par­ti­da den­tro de la comu­ni­dad cien­tí­fi­ca, ya que per­mi­ten que las obser­va­cio­nes que se reali­cen sean con­sen­sua­das y así estas sub­je­ti­vi­da­des pue­dan trans­for­mar­se en un ideal regu­la­to­rio lla­ma­do obje­ti­vi­dad (Cha­cón, 2001).

En este pun­to, el obje­to de estu­dio de la psi­co­lo­gía al estar más allá del soma, al cons­ti­tuir­se en una inter­ac­ción de diver­sos aspec­tos rele­van­tes que le dan la sub­je­ti­vi­dad a la medi­ción que se quie­ra rea­li­zar (Lope­ra, Man­ri­que, Zulua­ga & Ortiz, 2010) y ade­más, al pre­sen­tar carac­te­rís­ti­cas abs­trac­tas, pero veri­fi­ca­bles a tra­vés de la con­duc­ta, nece­si­ta de un sus­ten­to epis­te­mo­ló­gi­co que le garan­ti­ce, por un lado, la com­pren­sión onto­ló­gi­ca del suje­to obser­va­do y; por otro lado; que res­guar­de la crea­ción de ins­tru­men­tos como un medio para lograr una pes­qui­sa par­cial de la reali­dad obser­va­da (Cepe­da, 2014). Enten­dien­do que la per­cep­ción es y segui­rá sien­do el medio imper­fec­to para inten­tar alcan­zar el ideal de la obje­ti­vi­dad.

Fren­te a esto, es impor­tan­te con­si­de­rar a la obje­ti­vi­dad como un cri­te­rio de cali­dad (Her­nán­dez, Fer­nán­dez & Bap­tis­ta, 2014) más que un requi­si­to exclu­yen­te de fenó­me­nos, debi­do a que, en lo que com­pren­de a la psi­co­lo­gía, por más que se inten­te mirar de mane­ra está­ti­ca un fenó­meno, éste será cons­tan­te­men­te permea­ble tan­to al obser­va­dor como a la reali­dad en la que se des­en­vuel­ve, dán­do­le a la psi­co­lo­gía una corrien­te inter­mi­na­ble de pos­tu­ras epis­te­mo­ló­gi­cas depen­dien­do de cómo con­ci­ba su obje­to de estu­dio.

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Notas

1. Facul­tad de Edu­ca­ción y Huma­ni­da­des de la Uni­ver­si­dad del Bío-Bío. Correo elec­tró­ni­co: mauricio.mercado.aravena@gmail.com.

2. Facul­tad de Edu­ca­ción y Huma­ni­da­des de la Uni­ver­si­dad del Bío-Bío. Correo elec­tró­ni­co: mpinom@ubiobio.cl.