Exclusión-inclusión sociodigital: sistemas de creencias y significados de una madre de familia ¹ Descargar este archivo (5 - Exclusión-inclusión sociodigital.pdf)

Jessica Dorantes Segura ², Patricia Trujano Ruíz ³

Universidad Nacional Autónoma de México

Resumen

 

Este tra­ba­jo ana­li­zó, des­de el cons­truc­cio­nis­mo social, los sis­te­mas de creen­cias y sig­ni­fi­ca­dos cons­trui­dos por una usua­ria de las Tec­no­lo­gías de la infor­ma­ción y la comu­ni­ca­ción (TIC) en su pro­ce­so de exclu­sión-inclu­sión socio­di­gi­tal en el mar­co de la Socie­dad del Cono­ci­mien­to (SC). Se empleó un méto­do cua­li­ta­ti­vo con dise­ño narra­ti­vo y una entre­vis­ta a pro­fun­di­dad para tra­ba­jar con una mujer de 35 años de edad. Se encon­tró que el pro­ce­so de exclu­sión-inclu­sión socio­di­gi­tal de la infor­man­te comen­zó al inmi­grar a la zona cén­tri­ca del país y se ace­le­ró por las expec­ta­ti­vas y res­pon­sa­bi­li­da­des de ser usua­ria de las TIC, madre de fami­lia, y los patro­nes de vida carac­te­rís­ti­cos del indi­vi­dua­lis­mo occi­den­tal con­tem­po­rá­neo. Se pue­de con­cluir que las medi­das guber­na­men­ta­les dis­po­ni­bles para garan­ti­zar el dere­cho cons­ti­tu­cio­nal de inclu­sión socio­di­gi­tal de la pobla­ción nacio­nal resul­tan insu­fi­cien­tes, pues éstas con­ti­núan foca­li­zán­do­se en el per­fil de los(as) usuarios(as) mexicanos(as) de las TIC.

Pala­bras cla­ve: Creen­cias y sig­ni­fi­ca­dos cons­trui­dos, Tec­no­lo­gías de la Infor­ma­ción y la Comu­ni­ca­ción (TIC), Socie­dad del Cono­ci­mien­to (SC), Exclu­sión-inclu­sión socio­di­gi­tal, Cons­truc­cio­nis­mo Social.

Abstract

This paper analy­zes, on the basis of Social Cons­truc­tio­nism, the beliefs and mea­nings sys­tems cons­truc­ted by a user of Infor­ma­tion and Com­mu­ni­ca­tion Tech­no­lo­gies (ICT), on her social-digi­tal exclusion/inclusion pro­cess within the fra­me­work of the Know­led­ge Society (KS). A qua­li­ta­ti­ve method with a narra­ti­ve design was emplo­yed, and the in-depth inter­view, to work with a 35-year-old woman. It was found that the informant’s socio­di­gi­tal exclusion/inclusion pro­cess began when she immi­gra­te to the cen­tri­cally area of the country and was acce­le­ra­ted by the expec­ta­tions and res­pon­si­bi­li­ties of being an ICT user, mother of a family, and the pat­terns of life cha­rac­te­ris­tic of the Con­tem­po­rary Wes­tern Indi­vi­dua­lism. It could be con­clu­ded that the govern­men­tal mea­su­res avai­la­ble to gua­ran­tee the cons­ti­tu­tio­nal right of socio­di­gi­tal inclu­sion of the natio­nal popu­la­tion are insuf­fi­cient, sin­ce the­se are con­ti­nued foca­li­zing on the pro­fi­le of the Mexi­cans users of ICT.

    

Key­words: Cons­truc­ted beliefs and mea­nings; Infor­ma­tion and Com­mu­ni­ca­tion Tech­no­lo­gies (ICT); Know­led­ge Society (KS); Socio­di­gi­tal inclusion/exclusion; Social Cons­truc­tio­nism.

Introducción

La glo­ba­li­za­ción, el Neo­li­be­ra­lis­mo y la domi­nan­te entra­da e inser­ción de las Tec­no­lo­gías de la Infor­ma­ción y la Comu­ni­ca­ción (TIC) con­for­man a la hoy deno­mi­na­da Socie­dad del Cono­ci­mien­to. La exclu­sión social al res­pec­to de ésta con­sis­te en la tra­yec­to­ria de un suje­to o gru­po de per­so­nas a tra­vés de una serie de impe­di­men­tos que han deja­do de con­te­ner­se en el ámbi­to eco­nó­mi­co, en tan­to que el cono­ci­mien­to ha comen­za­do a ser uti­li­za­do como un ins­tru­men­to de con­trol y cam­bio social (Esti­vill, 2003; Gómez-Her­nán­dez, Her­nán­dez-Pedre­ño, & Rome­ro-Sán­chez, 2017; Mar­tí­nez, 2014), capaz de tra­zar una nue­va lógi­ca de poder y gobierno exten­si­vo a los indi­vi­duos, sus con­duc­tas, valo­res y deseos. Así como a sus rela­cio­nes con los otros y con­si­go mis­mos (Meyers, Erick­son, & Small, 2013; Serrano-Cin­ca, Muñoz-Soro, & Brus­ca-Ali­jar­de, 2015; Vega, Vico, & Rebo­llo, 2015).

En este tenor, val­dría la pena acla­rar que si bien el trán­si­to de la exclu­sión a la inclu­sión socio­di­gi­tal se fun­da­men­ta en el efec­ti­vo acce­so a la infor­ma­ción, ade­más del apren­di­za­je y la prác­ti­ca de un con­jun­to de téc­ni­cas para poder adop­tar el uso estra­té­gi­co, polí­ti­co y crea­ti­vo del cono­ci­mien­to pre­exis­ten­te y el dis­po­ni­ble por medio de la tele­fo­nía fija y la celu­lar, Inter­net y la cre­cien­te varie­dad de dis­po­si­ti­vos con cone­xión a la web, es decir, las TIC (Esti­vill, 2003; Gómez-Her­nán­dez et al., 2017; Meyers et al., 2013), la ten­den­cia a nivel inter­na­cio­nal ha sido uti­li­zar los indi­ca­do­res de acce­so, uso y pose­sión de Inter­net. Este últi­mo como expo­nen­te máxi­mo de las TIC. Con el fin de mapear el vir­tual pro­ce­so de inclu­sión socio­di­gi­tal que está suce­dien­do en el mun­do, el cual, de acuer­do con el más recien­te comu­ni­ca­do de la Inter­na­tio­nal Tele­com­mu­ni­ca­tion Union (ITU), enti­dad de la Orga­ni­za­ción de las Nacio­nes Uni­das (ONU), ni siquie­ra se apro­xi­ma al 50% de la pobla­ción mun­dial, pues se cal­cu­la que exis­ten más de 3,900 millo­nes de per­so­nas que toda­vía no uti­li­zan Inter­net, fren­te a los 3,500 millo­nes de usua­rios de esta tec­no­lo­gía (ITU, 2016).

Situa­ción que en Lati­noa­mé­ri­ca se mani­fies­ta en un ter­cio de su pobla­ción sin uso de Inter­net (Gal­pe­rin, 2017; ITU, 2016), y que, espe­cí­fi­ca­men­te en Méxi­co, es común, a pesar de la aspi­ra­ción del Gobierno Fede­ral enca­be­za­do por Enri­que Peña Nie­to, de “hacer de Méxi­co una diná­mi­ca y for­ta­le­ci­da Socie­dad del Cono­ci­mien­to” (Gobierno de la Repú­bli­ca, 2013, p. 16), ya que tan solo duran­te 2016, la por­ción ofi­cial­men­te reco­no­ci­da de con­na­cio­na­les mayo­res de 6 años, que no eran usua­rios de Inter­net en el terri­to­rio nacio­nal ascen­día al 46% (Agen­cia Infor­ma­ti­va Conacyt, 2017). Cifra que con­si­de­ra­mos cons­ti­tu­ye una aler­ta sobre la exis­ten­cia de un colec­ti­vo inme­dia­to sen­si­ble a la exclu­sión socio­di­gi­tal en el país, que de acuer­do a la infor­ma­ción con­te­ni­da en el Plan Nacio­nal de Desa­rro­llo (PND) (Gobierno de la Repú­bli­ca, 2013) y a las esta­dís­ti­cas más actua­les de pene­tra­ción de las TIC en el con­tex­to mexi­cano (Aso­cia­ción de Inter​net​.MX, 2018), sabe­mos que se con­for­ma por los acto­res socia­les que reba­san la edad de 34 años y están fue­ra de algu­na situa­ción edu­ca­ti­va for­mal o labo­ral que deman­de el uso con­ti­nuo de estas tec­no­lo­gías.

Ante este pano­ra­ma, en don­de el gobierno fede­ral peñis­ta pare­ce haber­se foca­li­za­do en fomen­tar la inclu­sión socio­di­gi­tal entre los(as) niños(as) for­mal­men­te inscritos(as) en los últi­mos gra­dos de la edu­ca­ción pri­ma­ria, median­te la dis­tri­bu­ción gra­tui­ta de casi 2 millo­nes de orde­na­do­res por­tá­ti­les y table­tas, no pode­mos dejar de insis­tir en que el pro­ce­so de exclu­sión-inclu­sión socio­di­gi­tal afec­ta a la pobla­ción en gene­ral.

Por­que no tan dis­tan­te de esa gene­ra­ción de jóve­nes esco­la­ri­za­dos están todos aque­llos padres, madres, tuto­res y/o hermanos(as), que aun con la imple­men­ta­ción de la Estra­te­gia Digi­tal Nacio­nal (EDN) (Méxi­co Digi­tal, 2018) y la pues­ta en mar­cha del pro­gra­ma Pun­to Méxi­co Conec­ta­do (Pun­to Méxi­co Conec­ta­do, 2018), siguen mos­trán­do­se como un colec­ti­vo social, que sin el res­pal­do de una ins­ti­tu­ción edu­ca­ti­va (Meyers et al., 2013; Truc­co, 2013), ni noción cla­ra de las impli­ca­cio­nes del ejer­ci­cio del poder ofi­cial y los con­tra­po­de­res que pue­den emer­ger ante la ins­tau­ra­ción de un gobierno elec­tró­ni­co (Mar­tí­nez, 2014; Serrano-Cin­ca et al., 2015), están tenien­do que bus­car sus pro­pios recur­sos tan­gi­bles y rela­cio­na­les para posi­bi­li­tar su acce­so, uso, adqui­si­ción y adop­ción de las TIC. Asi­mis­mo de la infor­ma­ción, las habi­li­da­des y el cono­ci­mien­to nece­sa­rios, que como con­jun­to de apren­di­za­jes y expe­rien­cias per­so­na­les, les per­mi­tan enfren­tar los dis­cur­sos tota­li­za­do­res que están tenien­do lugar y van ganan­do terreno en el con­tex­to de la Socie­dad del Cono­ci­mien­to (Esti­vill, 2003; Mar­tí­nez, 2014; Mén­dez & Rodrí­guez, 2011).

Por todo lo ante­rior, en el pre­sen­te tra­ba­jo nos apro­xi­ma­mos al fenó­meno del pro­ce­so de exclu­sión-inclu­sión socio­di­gi­tal des­de el mar­co teó­ri­co del sons­truc­cio­nis­mo social; el cual par­te de la pre­mi­sa de que cual­quier repre­sen­ta­ción del mun­do social es un pro­duc­to pro­pen­so a la cons­truc­ción y recons­truc­ción del ‘yo’ indi­vi­duo, que emer­ge fren­te a, a tra­vés de y entre la otre­dad (Ger­gen & Ger­gen, 2011). Por ello, sub­ra­ya la nece­si­dad de dia­lo­gar con ese(a) otro(a), que aun­que se crea ajeno(a), resul­ta esen­cial para com­pren­der la mul­ti­pli­ci­dad de voces y ecos que reper­cu­ten en la cons­truc­ción de la reali­dad social (Ibá­ñez, 1994; Limón, 2005).

De esta mane­ra, se asu­me que el mun­do social en cuan­to sim­bó­li­co se vuel­ve orga­ni­za­do y real median­te el uso del dis­cur­so como acción y pro­yec­ción de la con­cien­cia huma­na duran­te los inter­cam­bios socia­les (Ger­gen & Ger­gen, 2011; Witt­gens­tein, 1988). Ya que la matriz cul­tu­ral se com­po­ne y modi­fi­ca acti­va­men­te por la cons­truc­ción de los cono­ci­mien­tos y de las reali­da­des, los cua­les, en tan­to ejes de la inter­sub­je­ti­vi­dad, las con­ven­cio­nes lin­güís­ti­cas y los pre­su­pues­tos com­par­ti­dos, crean un con­sen­so sobre la exis­ten­cia de un mun­do de sig­ni­fi­ca­dos comu­nes (Ber­ger & Luck­mann, 1968; Ibá­ñez, 1994; Limón, 2005). De ahí que el obje­ti­vo de este estu­dio sea ana­li­zar los sis­te­mas de creen­cias y sig­ni­fi­ca­dos con­te­ni­dos en el rela­to que una usua­ria de las TIC y madre de fami­lia cons­tru­yó de su pro­ce­so de exclu­sión-inclu­sión socio­di­gi­tal en el Esta­do de Méxi­co.

Método

Dise­ño. La inves­ti­ga­ción tuvo un enfo­que cua­li­ta­ti­vo, que en coin­ci­den­cia con la pers­pec­ti­va teó­ri­ca del cons­truc­cio­nis­mo social y el dise­ño narra­ti­vo, inda­gó los hechos y los pro­ce­sos que cons­ti­tuían la expe­rien­cia y el sen­ti­do con­te­ni­do en el rela­to de nues­tra cola­bo­ra­do­ra (Her­nán­dez, Fer­nán­dez-Colla­do, & Bap­tis­ta, 2010).

Ins­tru­men­to. Par­tien­do de la idea que Ger­gen y Ger­gen (2011) e Ibá­ñez (1994), tie­nen acer­ca del len­gua­je como un ins­tru­men­to de acce­so a las prác­ti­cas socia­les, las con­duc­tas inten­cio­na­das y al flu­jo inter­sub­je­ti­vo, rela­cio­nal y coti­diano del cono­ci­mien­to que sir­ve para defi­nir la reali­dad social, se dise­ñó un guion de entre­vis­ta a pro­fun­di­dad, para cono­cer y ana­li­zar des­de la expe­rien­cia sub­je­ti­va de una usua­ria de las TIC, su pro­ce­so de exclu­sión-inclu­sión socio­di­gi­tal. Se abor­da­ron los temas de la esti­ma­ción de las fuen­tes pro­vee­do­ras de inclu­sión socio­di­gi­tal y sus efec­tos para la adhe­sión a la Socie­dad del Cono­ci­mien­to; la iden­ti­fi­ca­ción, pos­tu­ra y posi­ción en la Socie­dad del Cono­ci­mien­to; los fac­to­res que faci­li­ta­ron y/o difi­cul­ta­ron su inclu­sión socio­di­gi­tal; y su acce­so, par­ti­ci­pa­ción y apro­pia­ción real y efec­ti­va de las TIC en la Socie­dad del Cono­ci­mien­to.

Par­ti­ci­pan­te. Se tra­ba­jó con una mujer que lla­ma­re­mos Rei­na, de 35 años, con estu­dios de edu­ca­ción pri­ma­ria, ori­gi­na­ria del esta­do de Gue­rre­ro, habi­tan­te del Esta­do de Méxi­co des­de hace 19 años, en don­de vivía con su mari­do, sus dos hijas ado­les­cen­tes y un hijo de 5 años y com­bi­na­ba las labo­res del hogar con un tra­ba­jo como emplea­da domés­ti­ca.

Rei­na empe­zó a rela­cio­nar­se con las TIC sien­do una ado­les­cen­te, cuan­do lle­gó al Esta­do de Méxi­co. Se iden­ti­fi­có como usua­ria de las TIC, pero no al gra­do en el que sus hijas, hijo y espo­so sue­len emplear­las y dis­fru­tar­las. En casa se vin­cu­ló con el telé­fono celu­lar guia­da por su espo­so. Pos­te­rior­men­te, ella y su fami­lia adqui­rie­ron y adop­ta­ron el uso de Table­tas, X‑box y Smart TV, así como del telé­fono fijo, Inter­net y tele­vi­sión por cable. Al exte­rior de su domi­ci­lio, se con­vir­tió indi­rec­ta­men­te en usua­ria del café-Inter­net y en el prin­ci­pal sopor­te eco­nó­mi­co de las tareas extra­es­co­la­res enco­men­da­das a sus hijas, en sus cla­ses de compu­tación. Su vin­cu­la­ción con las TIC le per­mi­tía man­te­ner­se al pen­dien­te de ellas y en con­tac­to con sus fami­lia­res al uti­li­zar el móvil, Face­book y WhatsApp, ade­más de comu­ni­car­se vía celu­lar y telé­fono fijo con las per­so­nas con quie­nes labo­ra­ba antes y al momen­to de la entre­vis­ta.

Pro­ce­di­mien­to. La par­ti­ci­pan­te fue ele­gi­da deli­be­ra­da­men­te toman­do en cuen­ta el per­fil del seg­men­to de la pobla­ción (Mer­tens, cita­do en Her­nán­dez et al., 2010) pro­pen­sa a la exclu­sión socio­di­gi­tal en Méxi­co, el cual se defi­nió con base en la infor­ma­ción dis­pues­ta en el PND (Gobierno de la Repú­bli­ca, 2013) y las esta­dís­ti­cas nacio­na­les de usua­rios de Inter­net (Aso­cia­ción de Inter​net​.MX, 2018).

Se con­tac­tó a la entre­vis­ta­da direc­ta­men­te en su con­tex­to labo­ral, pues éste coin­ci­dió con el de una exten­sa varie­dad de usuarios(as) de las TIC. De este modo, se le invi­tó a for­mar par­te de la inves­ti­ga­ción expli­cán­do­le el obje­ti­vo gene­ral y el pro­ce­di­mien­to de la mis­ma. Habien­do acep­ta­do par­ti­ci­par, se revi­só el Con­sen­ti­mien­to Infor­ma­do ela­bo­ra­do para este estu­dio, a tra­vés del cual nues­tra infor­man­te cono­ció los dere­chos y las obli­ga­cio­nes del par­ti­ci­pan­te-inves­ti­ga­dor, esco­gió el seu­dó­ni­mo de Rei­na para refe­rir­nos a ella en este tra­ba­jo y auto­ri­zó que se audio-gra­ba­ra la entre­vis­ta con fines aca­dé­mi­cos y de divul­ga­ción cien­tí­fi­ca.

Aná­li­sis de datos.La entre­vis­ta a pro­fun­di­dad fue ana­li­za­da des­de la secuen­cia narra­ti­va con­te­ni­da en los ejes temá­ti­cos del dise­ño de la inves­ti­ga­ción (Valles, 1999). Pos­te­rior­men­te, dicha narra­ti­va fue orga­ni­za­da e inter­pre­ta­da median­te una estruc­tu­ra tri­di­men­sio­nal (Her­nán­dez et al., 2010; Vega et al., 2015), en la cual se con­tem­pla­ron aque­llas situa­cio­nes (físi­cas, his­tó­ri­co-polí­ti­cas y socio-cul­tu­ra­les), secuen­cias de tiem­po e inter­ac­cio­nes de nues­tra par­ti­ci­pan­te, con­si­go mis­ma y con los otros(as), que cons­ti­tuían los sis­te­mas de creen­cias y sig­ni­fi­ca­dos, las nor­mas y expec­ta­ti­vas socia­les y el mun­do rela­cio­nal, que daban sen­ti­do a su pro­ce­so de exclu­sión-inclu­sión socio­di­gi­tal.

En con­gruen­cia con el obje­ti­vo de este estu­dio, a con­ti­nua­ción pre­sen­ta­mos exclu­si­va­men­te el aná­li­sis corres­pon­dien­te a los sis­te­mas de creen­cias y sig­ni­fi­ca­dos, que, acor­de al cons­truc­cio­nis­mo social, cons­ti­tu­yen la par­te del rela­to que dota de con­ti­nui­dad, orga­ni­za­ción y jerar­quía a las for­mas de vida, ya que vin­cu­lan el sis­te­ma de reglas y las con­ven­cio­nes com­par­ti­das (Ger­gen & Ger­gen, 2011; Witt­gens­tein, 1988), que nos pro­veen de sen­ti­do y enten­di­mien­to para refor­mu­lar­nos y cohe­sio­nar­nos a la reali­dad social.

Resultados

Dado que los sis­te­mas de creen­cias y sig­ni­fi­ca­dos cons­trui­dos por nues­tra entre­vis­ta­da en su pro­ce­so de exclu­sión-inclu­sión socio­di­gi­tal con­ver­gie­ron en torno a su expe­rien­cia en cali­dad de usua­ria de las TIC y madre de dos mucha­chas ado­les­cen­tes y un niño, en este apar­ta­do mos­tra­re­mos los resul­ta­dos del aná­li­sis de los dos ejes temá­ti­cos más rele­van­tes.

Esti­ma­ción de las fuen­tes pro­vee­do­ras de inclu­sión socio­di­gi­tal y sus efec­tos para la adhe­sión a la Socie­dad del cono­ci­mien­to

La migra­ción en el siste­ma de creen­cias y sig­ni­fi­ca­dos de Rei­na apa­re­ce como una expe­rien­cia cru­cial para comen­zar a vin­cu­lar­se con las TIC, que si bien evo­ca un sen­ti­do de per­te­nen­cia escin­di­da entre su natal esta­do de Gue­rre­ro y el Esta­do de Méxi­co, tam­bién mues­tra la supera­ción de las defi­cien­cias eco­nó­mi­cas e infra­es­truc­tu­ra­les que le impe­dían, a ella y a la comu­ni­dad en la que vivía, uti­li­zar e inclu­so acce­der al telé­fono en su moda­li­dad públi­ca, debi­do al des­abas­to de una red de cablea­do tele­fó­ni­co.

(…) yo no soy de aquí y de don­de yo ven­go no había ni telé­fono. Enton­ces, cuan­do yo lle­gué aquí (…) fue cuan­do empe­cé a usar­lo, y a saber, (…) pues ya de ahí para acá ya he teni­do telé­fono (…)

De esta mane­ra, su tras­la­do a las demar­ca­cio­nes de la Zona Metro­po­li­ta­na del Valle de Méxi­co (ZMVM) adqui­rió el sig­ni­fi­ca­do de una bús­que­da y cons­truc­ción de opor­tu­ni­da­des, que empe­za­ron a mate­ria­li­zar­se una vez que se inte­gró al ámbi­to labo­ral como tra­ba­ja­do­ra del hogar. Esta situa­ción favo­re­ció su inde­pen­den­cia eco­nó­mi­ca, al mis­mo tiem­po que la con­vir­tió en su prin­ci­pal fuen­te pro­vee­do­ra de inclu­sión socio­di­gi­tal por más de tre­ce años, perio­do duran­te el cual soli­ci­tó a la seño­ra con quien tra­ba­ja­ba que le ense­ña­ra a uti­li­zar el telé­fono fijo y se lo ren­ta­ra para lla­mar a unos fami­lia­res que, vivien­do en Gue­rre­ro, media­ron la comu­ni­ca­ción entre ella y sus padres, has­ta que la her­ma­na, con quien se alo­jó recién lle­ga­da al Esta­do de Méxi­co, pudo con­tra­tar su pro­pia línea tele­fó­ni­ca y cedió a arren­dar­le dicho ser­vi­cio.

Pos­te­rior­men­te, el espo­so de nues­tra entre­vis­ta­da intro­du­ci­ría el telé­fono celu­lar como un dis­po­si­ti­vo alter­na­ti­vo para man­te­ner­se comu­ni­ca­dos, con lo cual reem­pla­zó el sopor­te mate­rial que le ofre­cían la emplea­do­ra y la her­ma­na de Rei­na. Con esta acción, ade­más de cola­bo­rar afec­ti­va­men­te a la rela­ción de pare­ja, tam­bién aumen­tó su par­ti­ci­pa­ción eco­nó­mi­ca, lo que des­em­bo­có en la con­tra­ta­ción del ser­vi­cio de tele­fo­nía fija e Inter­net para el hogar. 

Por lo tan­to, otra fuen­te, si bien no eco­nó­mi­ca, ni mate­rial, pero sí afec­ti­va de suma impor­tan­cia en el pro­ce­so de inclu­sión socio­di­gi­tal de Rei­na ha sido su fami­lia, quien le ha com­pro­me­ti­do a bus­car y for­ta­le­cer diver­sos cana­les de comu­ni­ca­ción, tal y como se mues­tra a con­ti­nua­ción:

(…) por lo menos digo “un men­sa­je con mi fami­lia y sé que están bien” (…) Eso es lo que [a mi] más me intere­sa, ¡la fami­lia! (…) y con mis hijas (…) que mis hijas tie­nen como más cono­ci­mien­to, [y] apren­den más (…)

Asi­mis­mo, la inten­si­dad del sig­ni­fi­ca­do en torno a su fami­lia, le ha hecho esfor­zar­se por des­ple­gar ante sus hijas e hijo un cúmu­lo de nue­vas opor­tu­ni­da­des a las que, tal vez sin haber podi­do acce­der o habi­tuar­se duran­te su niñez o ado­les­cen­cia, ya como madre pare­ce dar­se cuen­ta de que depen­den cada vez más del cono­ci­mien­to desa­rro­lla­do en el ámbi­to aca­dé­mi­co y del obte­ni­do median­te las TIC. Creen­cia que pare­ce haber­se afian­za­do cuan­do sus hijas comen­za­ron a reci­bir cla­ses de compu­tación como una asig­na­tu­ra del currícu­lo ofi­cial en la ins­ti­tu­ción edu­ca­ti­va bási­ca y públi­ca a la que asis­tían:

(…) en la mis­ma escue­la ya como que era pro­pó­si­to (…) que ellas más o menos fue­ran apren­dien­do (…) [por­que] les (…) daban la cla­se (…) [y] deja­ban tarea del mis­mo Inter­net (…) [mi hija] me decía “me voy a meter aquí y bus­car esta con­ver­sa­ción”, [yo le decía] “¡aja!, ¿y de qué te lo deja­ron?”, [ella me decía] “¡de Inter­net!”, [y yo] “¡ah!, ¡bueno!, ¿vas a tus cla­ses de Inter­net y te dejan tarea del [café] Inter­net?”, (ríe)

Del pasa­je ante­rior, lla­ma la aten­ción la inme­dia­tez con que la fami­lia de Rei­na fue obli­ga­da a ceder a las deman­das de la ins­ti­tu­ción edu­ca­ti­va, pues aun­que por dis­po­si­ción fede­ral la mate­ria de Compu­tación era impar­ti­da gra­tui­ta­men­te y den­tro del hora­rio esco­lar, esto no impi­dió que las tareas extras sig­ni­fi­ca­ran un gas­to no pro­gra­ma­do de dine­ro y tiem­po. Así como de una bús­que­da de los sitios y las per­so­nas que les podrían auxi­liar ante su inex­pe­rien­cia y caren­cia de los bie­nes y ser­vi­cios rela­cio­na­dos con las TIC, que des­de ese momen­to se vol­vie­ron esen­cia­les para que sus hijas cum­plie­ran con sus com­pro­mi­sos aca­dé­mi­cos.

Con­se­cuen­te­men­te, la expo­si­ción de las hijas de Rei­na al cur­so de compu­tación pare­ce haber faci­li­ta­do y has­ta ace­le­ra­do la intro­duc­ción de la fami­lia en una carre­ra por poseer y adop­tar la mayor can­ti­dad de dis­po­si­ti­vos y ser­vi­cios afi­nes a las TIC. Entre ellos se dis­tin­guen: dos table­tas que Rei­na le rega­ló a sus hijas para sus­ti­tuir los telé­fo­nos celu­la­res que ante­rior­men­te les había obse­quia­do y que las jóve­nes ter­mi­na­ron des­com­po­nien­do, un X‑box que su espo­so le com­pró espe­cí­fi­ca­men­te a su hijo menor, y una smart TV para el uso de la fami­lia. Ade­más de haber­se con­ver­ti­do en bene­fi­cia­rios de un ser­vi­cio que al pro­veer­les de línea tele­fó­ni­ca e Inter­net, tam­bién incluía tele­vi­sión por cable.

Iden­ti­fi­ca­ción, pos­tu­ra y posi­ción en la Socie­dad del Cono­ci­mien­to

Si bien Rei­na se iden­ti­fi­có como usua­ria de las TIC, pudi­mos dis­tin­guir que sus sis­te­mas de creen­cias y sig­ni­fi­ca­dos pare­cían estar más vin­cu­la­dos al hecho de fun­gir como madre de fami­lia y a su con­cep­ción acer­ca de la mater­ni­dad, en con­tras­te con el gus­to, inte­rés y fas­ci­na­ción que sus hijas, su espo­so e inclu­so su hijo menor sue­len mos­trar al emplear, explo­rar y apren­der de los dis­po­si­ti­vos y ser­vi­cios TIC dis­po­ni­bles en su vivien­da. 

A pesar de eso, Rei­na reco­no­ció que su labor de madre se había favo­re­ci­do los últi­mos dos años debi­do al uso de la línea tele­fó­ni­ca en casa, pero sobre todo por su adop­ción del telé­fono celu­lar. Pues aun­que este había sido intro­du­ci­do por su mari­do cin­co años atrás, no fue has­ta que sus hijas entra­ron a la ado­les­cen­cia y a la escue­la secun­da­ria que ella comen­zó a per­ci­bir la uti­li­dad que ambos dis­po­si­ti­vos le otor­ga­ban para man­te­ner­se comu­ni­ca­da y aten­ta a las acti­vi­da­des de sus hijas e hijo, sin des­cui­dar el cum­pli­mien­to de las nume­ro­sas acti­vi­da­des del hogar y de su tra­ba­jo fue­ra de casa:

(…) como ten­go a mis hijos, ya pro­cu­ro siem­pre car­gar [el celu­lar] (…) por­que yo me sal­go a tra­ba­jar y ya lle­ga mi hija de la escue­la y me habla (…), lle­ga la otra [y lo mis­mo] (…), enton­ces ya como que hay más tran­qui­li­dad, yo ya sé que están en la casa (…)

Sin embar­go, la expe­rien­cia de ser madre, auna­da a las expec­ta­ti­vas de cui­da­do y vigi­lan­cia de las(os) hijas(os), han urgi­do a que Rei­na se replan­tee tan­to su pos­tu­ra como su iden­ti­dad ante las TIC. De este modo, su fal­ta de inte­rés, fas­ti­dio y dis­gus­to por Inter­net se han con­ver­ti­do en ele­men­tos secun­da­rios de cara a la atrac­ción de sus hijas por las TIC, así como de su pre­di­lec­ción por las redes socia­les en Inter­net y la inde­sea­ble cer­ca­nía con per­so­nas que, aun des­de terre­nos supues­ta­men­te vir­tua­les, ya les han pro­vo­ca­do daños muy reales. Tal y como nos comen­tó Rei­na que le suce­dió a su hija mayor sema­nas antes de siquie­ra haber­la con­tac­ta­do, pues la mucha­cha fue víc­ti­ma de las publi­ca­cio­nes emi­ti­das por un des­co­no­ci­do en su per­fil de Face­book, en las que ase­gu­ra­ba haber sos­te­ni­do rela­cio­nes sexua­les con la menor de quin­ce años. Así se refi­rió nues­tra entre­vis­ta­da:

(…) nota­ba a [mi hija] rara pero no me decía nada (…) [Ya] has­ta des­pués (…) me [ente­ré] por una ami­ga [mía] (…) [pero] dejé que [mi hija] me dije­ra, por­que tam­bién [las ado­les­cen­tes] se ponen como en un plan así de como que pien­san que uno las ata­ca (…)

Esta situa­ción en par­ti­cu­lar evi­den­cia que si ya de por sí la crian­za es una tarea ardua, actual­men­te pue­de com­pli­car­se aún más al tener que apren­der a lidiar con las des­ven­ta­jas y ries­gos de las TIC, como lo repre­sen­ta el hecho de que muy a pesar del pro­pó­si­to de nues­tra infor­man­te y su espo­so de pro­veer a sus hijas de table­tas e Inter­net en el hogar para favo­re­cer su apren­di­za­je y el cum­pli­mien­to de sus res­pon­sa­bi­li­da­des aca­dé­mi­cas, así como para incre­men­tar la tran­qui­li­dad de Rei­na al redu­cir la nece­si­dad de visi­tar el café-Inter­net, sus hijas podrían estar igual o tal vez más expues­tas a difa­ma­do­res, aco­sa­do­res y otros tan­tos abu­sa­do­res en la red. Esto debi­do en gran par­te al esca­so, sino es que nulo, cono­ci­mien­to digi­tal por par­te de muchos padres y tuto­res del hogar, quie­nes no han logra­do pro­po­ner un cer­co de segu­ri­dad ciber­né­ti­ca en torno a los dis­po­si­ti­vos y ser­vi­cios TIC que la fami­lia ente­ra ha ido aco­gien­do gra­dual y volun­ta­ria­men­te.

Des­afor­tu­na­da­men­te, el des­co­no­ci­mien­to de Rei­na fren­te a las TIC, el des­con­cier­to que le pro­du­ce la tran­si­ción de sus hijas por la ado­les­cen­cia, y la ausen­cia dis­ci­pli­nar de su mari­do en estos tópi­cos, la han ori­lla­do a dele­gar el esta­ble­ci­mien­to de medi­das cau­te­la­res que podrían con­si­de­rar­se bási­cas a per­so­nas y gru­pos aje­nos a su ámbi­to fami­liar. Val­ga como ejem­plo la reac­ción exhi­bi­da por par­te de los(as) amigos(as) de su hija mayor, quie­nes des­pués de leer en Face­book las publi­ca­cio­nes sobre el supues­to encuen­tro sexual de la menor, actua­ron de la siguien­te for­ma según nos con­tó Rei­na:

(…) [Mi hija] tuvo pro­ble­mas con sus ami­gos (…) de la escue­la, [por­que] (…) [ella] dice que le decían “¡zorri­ta!” (…) Enton­ces, ella así como que se moles­ta­ba. Pero le digo “esas son las con­se­cuen­cias de que tú acep­tas per­so­nas sin cono­cer”, y lo más peor es que ella tam­bién se puso a decir que sí era ver­dad, o sea, se le hizo fácil (…)

Res­pec­to a este pun­to, resul­ta intere­san­te el modo en que Rei­na se rela­cio­na con sus hijas des­de una pos­tu­ra de madre joven, inten­tan­do ser com­pren­si­va con las deci­sio­nes que toman para resol­ver por ellas mis­mas los retos de esta eta­pa de sus vidas al inter­ac­tuar con las TIC. Sin embar­go, al mis­mo tiem­po con­si­de­ra que ellas han come­ti­do erro­res cuyas con­se­cuen­cias ya están sufrien­do. Por ello, den­tro de esta com­ple­ji­dad fami­liar se pudo apre­ciar el peso de las opi­nio­nes ver­ti­das por ter­ce­ras per­so­nas, pero sobre todo, la nece­si­dad y capa­ci­dad para nego­ciar cons­tan­te­men­te las reglas de acce­so a los dis­po­si­ti­vos tec­no­ló­gi­cos y sus con­te­ni­dos, des­de lo más coti­diano, como el uso o no de con­tra­se­ñas para blo­quear­los.

Discusión y Conclusiones

A la luz de las ten­den­cias mun­dia­les que pos­tu­lan a la Socie­dad del cono­ci­mien­to como el pró­xi­mo orden social impe­ran­te (Aven­da­ño & Chao, 2010; Esti­vill, 2003), y las foca­li­za­das, sino es que insu­fi­cien­tes accio­nes lle­va­das a cabo por el gobierno mexi­cano con el fin de garan­ti­zar la inclu­sión digi­tal de la pobla­ción (Agen­cia Infor­ma­ti­va Conacyt, 2017; Gobierno de la Repú­bli­ca, 2013; Méxi­co Digi­tal, 2018; Pun­to Méxi­co Conec­ta­do, 2018), el caso de Rei­na pare­ce recor­dar­nos que el eje cen­tral de este mega pro­yec­to lo cons­ti­tu­ye cada per­so­na en lo indi­vi­dual, aun­que en un con­tex­to rela­cio­nal (Gómez-Her­nán­dez et al., 2017; Meyers et al., 2013; Truc­co, 2013; Vega et al., 2015). Es decir, que su con­cre­ción depen­de de la com­pren­sión y vin­cu­la­ción con que cada per­so­na, en cali­dad de usuario(a) poten­cial de la infor­ma­ción, el cono­ci­mien­to y las habi­li­da­des dis­po­ni­bles tan­to fue­ra como por medio de las TIC, pue­da apro­xi­mar­se y aprehen­der de este fenó­meno aun en desa­rro­llo.

Por eso, para hablar de Rei­na como usua­ria de las TIC y par­ti­ci­pan­te en el pro­to­ti­po de orga­ni­za­ción social que repre­sen­ta la Socie­dad del cono­ci­mien­to,resul­ta esen­cial hacer refe­ren­cia a la cons­truc­ción de una reali­dad socio­cul­tu­ral, en la que sus creen­cias y sig­ni­fi­ca­dos acer­ca de la bús­que­da de más y mejo­res opor­tu­ni­da­des coin­ci­die­ron para rede­fi­nir tan­to su plan como su esti­lo de vida. Lo cual deri­vó en que su pro­ce­so de inclu­sión socio­di­gi­tal ini­cia­ra en res­pues­ta a una nece­si­dad per­so­nal por per­ma­ne­cer comu­ni­ca­da con su fami­lia, para con­so­li­dar­se una vez que la ins­ti­tu­ción guber­na­men­tal y la esco­lar agre­ga­ron la asig­na­tu­ra de Compu­tación en el plan de estu­dios de edu­ca­ción bási­ca. De este modo, ambas enti­da­des pue­den ser reco­no­ci­das como fuen­tes pro­vee­do­ras de inclu­sión digi­tal median­te coac­ción (Mén­dez & Rodrí­guez, 2011), pues estas urgie­ron el uso de las TIC por par­te del padrón de alumnos(as) que comen­za­ron a ser evaluados(as) por los con­te­ni­dos peda­gó­gi­cos de dicha mate­ria, mien­tras que las res­pon­sa­bi­li­da­des de acce­so a esas tec­no­lo­gías reca­ye­ron en los fami­lia­res con sol­ven­cia eco­nó­mi­ca de los(as) meno­res.

Aspec­to que en el caso de la iden­ti­fi­ca­ción de Rei­na como usua­ria de las TIC, pare­ce haber sido inter­pre­ta­do como una invi­ta­ción a adhe­rir­se a un esti­lo de vida más afín al indi­vi­dua­lis­mo occi­den­tal con­tem­po­rá­neo y sus carac­te­rís­ti­cas con­duc­tas ten­dien­tes al con­su­mis­mo y al ais­la­mien­to (Mar­tí­nez, 2014; Meyer et al., 2014). Por­que a medi­da que la fami­lia de nues­tra infor­man­te fue invir­tien­do en la pose­sión de dis­po­si­ti­vos y ser­vi­cios afi­nes a las TIC, sus acti­vi­da­des antes aco­pla­das a los hora­rios y tari­fas del café-Inter­net, comen­za­ron a ubi­car­se en el espa­cio físi­co de la casa. Lo cual, aun­que ha per­mi­ti­do que Rei­na dis­pon­ga en su pro­pio hogar del apo­yo afec­ti­vo y cog­ni­ti­vo de su fami­lia para con­sul­tar sus dudas sobre las TIC (Vega et al., 2015), even­tual­men­te tam­bién pudie­ra afec­tar su inter­ac­ción con otras per­so­nas que como ella, estén apren­dien­do a afron­tar las reper­cu­sio­nes cog­nos­ci­ti­vas y psi­co­afec­ti­vas que el aco­so esco­lar (Gon­zá­lez, 2016), pue­de sig­ni­fi­car para las víc­ti­mas, per­pe­tra­do­res y comu­ni­da­des pró­xi­mas a tal fenó­meno.

Ya que esa cada vez más acen­tua­da pre­sen­cia de las TIC, las redes socia­les digi­ta­les y las exi­gen­cias aca­dé­mi­cas actua­les, pue­den favo­re­cen el acce­so de los(as) meno­res a con­te­ni­dos por­no­grá­fi­cos o a célu­las de pros­ti­tu­ción y de tra­ta de per­so­nas, así como a ver­se gra­dual, exten­di­da y reite­ra­da­men­te inva­di­dos en su inti­mi­dad del espa­cio vir­tual al físi­co, y del físi­co al vir­tual, tal y como le suce­dió a la hija mayor de Rei­na. O inclu­so, que los debe­res y expec­ta­ti­vas en torno a los(as) padres y madres de los(as) niños(as) y jóve­nes usuarios(as) de las TIC, se aco­plen a lo que actual­men­te se con­si­de­ra un patrón de roles de géne­ro tra­di­cio­na­les. Des­de el cual cabría la posi­bi­li­dad de que a Rei­na se le impu­sie­ra aca­tar todas las res­pon­sa­bi­li­da­des de la crian­za de sus hijos, en la rela­ción que están cons­tru­yen­do con las TIC, aun sin que ella mis­ma cuen­te con los recur­sos socio-afec­ti­vos y/o cog­ni­ti­vos esen­cia­les para lle­var­lo a cabo.

En este orden de ideas, nues­tra pers­pec­ti­va acer­ca de Rei­na es la de una per­so­na que ha ido revir­tien­do la insa­tis­fac­ción y el males­tar sub­je­ti­vos deri­va­dos de la exclu­sión social (Esti­vill, 2003; Gómez-Her­nán­dez et al., 2017) que viven­ció más acen­tua­da­men­te has­ta la ado­les­cen­cia, momen­to en que comen­zó a visua­li­zar su impli­ca­ción en esa reali­dad social (Ber­ger & Luck­mann, 1968; Ibá­ñez, 1994), y a con­su­mar el plan de vida al que aspi­ra­ba para sí mis­ma y, pos­te­rior­men­te, tam­bién para su fami­lia.

Así pues, en el pro­ce­so de la exclu­sión a la inclu­sión socio­di­gi­tal de Rei­na, es posi­ble apre­ciar un uso estra­té­gi­co de la infor­ma­ción, sus agen­tes y medios (Gómez-Her­nán­dez et al., 2017; Meyers et al., 2013), pues ha apren­di­do a ope­rar y aco­ger el telé­fono fijo, el móvil, WhatsApp y Face­book, en ambien­tes pre­do­mi­nan­te­men­te infor­ma­les auxi­lia­da de una red de per­so­nas que le resul­ta esen­cial, ya que ella per­te­ne­ce al colec­ti­vo de ciu­da­da­nos mar­gi­na­dos que el Gobierno Mexi­cano no ha logra­do cap­tar, pese a que el obje­ti­vo de la EDN y el pro­gra­ma Pun­to Méxi­co Conec­ta­do, es pro­mo­ver y capa­ci­tar a la pobla­ción en gene­ral en lo rela­ti­vo al uso de Inter­net y las TIC (Agen­cia Infor­ma­ti­va Conacyt, 2017; Méxi­co Digi­tal, 2018; Pun­to Méxi­co Conec­ta­do, 2018).

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