1. Frecuencia e intensidad de conflictos con los padres en adolescentes bachilleres Descargar este archivo (1 - Frecuencia e intensidad de conflictos con los padres en adolescentes bachill)

Alejandro Cesar Luna Bernaly, Carmen Cruz Abundis

Universidad de Guadalajara1

Resu­men

El obje­ti­vo del estu­dio fue iden­ti­fi­car la per­cep­ción de los ado­les­cen­tes bachi­lle­res res­pec­to a los gra­dos de fre­cuen­cia e inten­si­dad de los con­flic­tos con sus padres, con­si­de­ran­do los temas de dispu­ta así como posi­bles dife­ren­cias de edad y géne­ro. La mues­tra (N = 414) estu­vo com­pues­ta por estu­dian­tes de bachi­lle­ra­to con eda­des entre 15 y 19 años, quie­nes res­pon­die­ron la Esca­la de Con­flic­to Fami­liar en la Ado­les­cen­cia (Parra y Oli­va, 2002; Pérez y Agui­lar, 2009). Entre los resul­ta­dos se encon­tró mayor fre­cuen­cia e inten­si­dad de con­flic­tos con res­pec­to a temas domés­ti­cos, mayo­res con­flic­tos con la madre que con el padre, así como dife­ren­cias sig­ni­fi­ca­ti­vas por géne­ro y edad. Estos resul­ta­dos se dis­cu­ten des­ta­can­do la pro­ba­ble impor­tan­cia de los roles de géne­ro tra­di­cio­na­les en la diná­mi­ca de los con­flic­tos entre padres e hijos duran­te la ado­les­cen­cia.

Pala­bras cla­ve: con­flic­to fami­liar, con­flic­to paterno-filial, ado­les­cen­cia, rol de géne­ro, socia­li­za­ción dife­ren­cial.

 

Fre­quency and inten­sity of con­flicts with parents in ado­les­cents high-school stu­dents

Abs­tract

The objec­ti­ve of this study was to iden­tify the per­cep­tion of high-schools ado­les­cents on degrees of fre­quency and inten­sity of con­flicts with their parents, con­si­de­ring various the­mes of con­flict, as well as poten­tial dif­fe­ren­ces in age and gen­der. The sam­ple (N = 414) was com­po­sed of high school stu­dents aged 15 to 19 years. They res­pon­ded the Sca­le of Family Con­flict in Ado­les­cen­ce (Parra y Oli­va, 2002; Pérez y Agui­lar, 2009). Among the results, we found grea­ter fre­quency and inten­sity of con­flicts over domes­tic issues, grea­ter­con­flict of ado­les­cents with the mother, as well as sig­ni­fi­cant dif­fe­ren­ces by gen­der and age. The­se results are dis­cus­sed high­ligh­ting the likely impor­tan­ce of tra­di­tio­nal gen­der roles in the dyna­mics of con­flict bet­ween parents and chil­dren during ado­les­cen­ce.

Key­words: family con­flict, parent-ado­les­cent con­flict, ado­les­cen­ce, gen­der role, dif­fe­ren­tial socia­li­za­tion.

Introducción

El obje­ti­vo del pre­sen­te estu­dio fue iden­ti­fi­car la per­cep­ción de los ado­les­cen­tes bachi­lle­res res­pec­to a los gra­dos de fre­cuen­cia y de inten­si­dad de con­flic­tos con sus padres con­si­de­ran­do diver­sos temas de con­flic­to así como posi­bles efec­tos de la edad y del géne­ro sobre dichas varia­bles. La fre­cuen­cia se refie­re a la can­ti­dad de veces que padres e hijos dis­cu­ten en torno a un deter­mi­na­do des­acuer­do; la inten­si­dad, al nivel de ten­sión emo­cio­nal per­ci­bi­do duran­te ellas (Parra y Oli­va, 2002; Pérez y Agui­lar, 2009).

Con rela­ción a los temas de con­flic­to, estu­dios rea­li­za­dos tan­to en Espa­ña como en Esta­dos Uni­dos (Alli­son y Schultz, 2004; Ber­ne­do, Fuen­tes y Fer­nán­dez, 2005; Fuen­tes, Motri­co y Ber­sa­bé, 2003; Megías, 2003; Motri­co, Fuen­tes y Ber­sa­bé, 2001) repor­tan una mayor fre­cuen­cia de con­flic­tos en temas rela­cio­na­dos con asun­tos domés­ti­cos tales como la hora de lle­gar a casa, el queha­cer domés­ti­co, las tareas del cole­gio, las cali­fi­ca­cio­nes, el dine­ro, entre otros. La inten­si­dad ha sido, en gene­ral, menos estu­dia­da que la fre­cuen­cia, sin embar­go, algu­nos estu­dios coin­ci­den en seña­lar con­flic­tos sobre temas per­so­na­les (elec­ción de carre­ra, polí­ti­ca o reli­gión) y con­duc­tas de ries­go (uso de dro­gas, taba­co y alcohol, con­duc­ta sexual) entre los más inten­sos (Alli­son y Schultz, 2004; Parra y Oli­va, 2002). En Méxi­co, el estu­dio rea­li­za­do por Valle­jo, Agui­lar y López (2004) con ado­les­cen­tes toto­na­cas en Vera­cruz en el que se ana­li­zó la fre­cuen­cia de sus con­flic­tos con su padre, tam­bién se obser­vó mayor fre­cuen­cia de con­flic­tos en los temas domés­ti­cos.

Con rela­ción al géne­ro, los estu­dios de Alon­so (2005), Damian, Estra­da, San­do­val y Sosa (2010), Fuen­tes, et al. (2003) y Men­do­za, Tria­na, Rubio y Mar­tí­nez, (2006), han encon­tra­do dife­ren­cias sig­ni­fi­ca­ti­vas tan­to en lo que corres­pon­de al géne­ro de los padres como al de los pro­pios ado­les­cen­tes. En gene­ral, los y las ado­les­cen­tes mani­fies­tan una mayor inti­mi­dad y una comu­ni­ca­ción más abier­ta con la madre que con el padre; sin embar­go, sien­do mayor la cer­ca­nía e inter­ac­ción con ella, exis­te mayor posi­bi­li­dad de apa­ri­ción de dis­cre­pan­cias en su rela­ción. En el estu­dio de Motri­co, et al. (2001) los ado­les­cen­tes afir­ma­ron, en gene­ral, dis­cu­tir más con sus madres que con sus padres, así como tener más con­flic­tos con ellas en los temas de tareas de la casa y del cole­gio, uso del dine­ro, hora de lle­gar a casa, for­ma de ves­tir, taba­co, alcohol y dro­gas; en cam­bio, afir­ma­ron dis­cu­tir más con sus padres en el tema de ver la tele­vi­sión.

Con rela­ción al géne­ro de los ado­les­cen­tes, tam­bién se han encon­tra­do dife­ren­cias sig­ni­fi­ca­ti­vas; sin embar­go, los estu­dios coin­ci­den par­cial­men­te en cuan­to a los temas de con­flic­to más fre­cuen­tes e inten­sos para hom­bres y muje­res. En Espa­ña, el estu­dio de Motri­co, et al. (2001) repor­ta mayor fre­cuen­cia de con­flic­tos de los varo­nes con ambos padres res­pec­to a temas como las tareas del cole­gio, el uso del dine­ro, la hora de lle­gar a casa, y la músi­ca. Tam­bién, los varo­nes repor­ta­ron más con­flic­tos con el padre en el tema rela­ti­vo a los ami­gos con quie­nes sale, así como más con­flic­tos con las madres por los temas rela­ti­vos al uso de taba­co, alcohol y dro­gas. Por su par­te, las muje­res repor­ta­ron mayor fre­cuen­cia de con­flic­tos con ambos pro­ge­ni­to­res en los temas rela­ti­vos a las tareas de la casa, así como más con­flic­tos con el padre en el tema de ver la tele­vi­sión. Parra y Oli­va (2002) encon­tra­ron que las chi­cas dis­cu­ten más con sus padres en los temas rela­cio­na­dos con hora de regre­so a casa y ligues, mien­tras que los chi­cos tie­nen con­flic­tos más fre­cuen­tes en lo rela­cio­na­do con estu­dio y cali­fi­ca­cio­nes, empleo del dine­ro y del tiem­po libre, la for­ma de ves­tir y arre­glar­se, las adic­cio­nes y la pro­fe­sión que van a ele­gir.

Con res­pec­to a la inten­si­dad, los ado­les­cen­tes per­ci­ben más inten­sa­men­te que las chi­cas los con­flic­tos sobre temas sexua­les y aca­dé­mi­cos, el fumar y beber, y el empleo del tiem­po libre. En los Esta­dos Uni­dos, Alli­son y Schultz (2004) encon­tra­ron que las muje­res repor­tan mayor fre­cuen­cia de con­flic­tos en los temas de tareas de la casa, apa­rien­cia, auto­no­mía y com­por­ta­mien­to irri­ta­ble, así como más inten­si­dad en los temas de tareas de la casa, arre­glar el cuar­to, apa­rien­cia, comi­da y auto­no­mía. Por su par­te, los hom­bres repor­ta­ron mayor fre­cuen­cia en temas rela­cio­na­dos con la escue­la. En Méxi­co, el estu­dio de Valle­jo, et al. (2004) repor­ta mayor inci­den­cia de con­flic­tos con el padre en los varo­nes toto­na­cas res­pec­to de los temas rela­ti­vos a su salud, inges­ta de alcohol y taba­co; mien­tras que los temas de mayor fre­cuen­cia entre el padre y las ado­les­cen­tes resul­ta­ron ser los rela­ti­vos al ren­di­mien­to esco­lar.

Con rela­ción a la edad, la lite­ra­tu­ra no mues­tra acuer­do en la tra­yec­to­ria que sigue la fre­cuen­cia de los con­flic­tos entre padres e hijos duran­te la ado­les­cen­cia. Según expli­can Laur­sen, Coy y Collins (1998), pers­pec­ti­vas teó­ri­cas y popu­la­res sos­tie­nen que la evo­lu­ción del con­flic­to paterno-filial sigue una fun­ción en for­ma de U inver­ti­da que alcan­za su pico duran­te la ado­les­cen­cia; sin embar­go, los resul­ta­dos obte­ni­dos por dichos auto­res a tra­vés de un meta-aná­li­sis con­tro­vier­ten ésta carac­te­ri­za­ción. Sus datos más bien apun­tan a que, con la edad, se pro­du­ce un decre­ci­mien­to lineal de la fre­cuen­cia de los con­flic­tos entre los ado­les­cen­tes y sus padres.

En cuan­to a la fre­cuen­cia de con­flic­tos, Laur­sen, et al. (1998) encon­tra­ron que se expe­ri­men­ta un incre­men­to duran­te los años de ado­les­cen­cia. Por su par­te, los resul­ta­dos del estu­dio de Parra y Oli­va (2002) mos­tra­ron que tien­den a decre­cer con la edad, direc­triz que resul­tó ser un poco más acen­tua­da en las muje­res. Por su par­te, Motri­co, et al. (2001) encon­tra­ron que los ado­les­cen­tes de 15 a 17 años pre­sen­tan más con­flic­tos con ambos padres que los de 12 a14 años en el tema rela­cio­na­dos con tareas del cole­gio. Asi­mis­mo, los ado­les­cen­tes de 15 a 17 repor­tan más con­flic­tos con las madres por las tareas de la casa, chi­cos que les gus­tan, y hora de regre­sar a casa, y con los padres por los ami­gos que tie­nen. En cuan­to a la inten­si­dad, los resul­ta­dos indi­ca­ron que, por un lado, en las chi­cas la inten­si­dad de los con­flic­tos se vive sin gran­des cam­bios a lo lar­go de la ado­les­cen­cia, mien­tras que en los varo­nes tien­de a decre­cer. Los auto­res hacen notar que la pri­me­ra de las ten­den­cias coin­ci­de con el estu­dio de Laur­sen, et al. (1998), mas no la segun­da.

Objetivo

Con­si­de­ran­do las dis­cre­pan­cias encon­tra­das en la lite­ra­tu­ra, así como la esca­sez de estu­dios rea­li­za­dos en Méxi­co que con­tem­plen, espe­cí­fi­ca­men­te, temas de con­flic­to entre padres e hijos ado­les­cen­tes, es que el pre­sen­te estu­dio se plan­teó como obje­ti­vo el iden­ti­fi­car, en una mues­tra de ado­les­cen­tes bachi­lle­res mexi­ca­nos, la per­cep­ción que tie­nen sobre los gra­dos de fre­cuen­cia y de inten­si­dad de sus con­flic­tos con los padres con­si­de­ran­do diver­sos temas de con­flic­to así como posi­bles efec­tos de la edad y del géne­ro.

Método

Par­ti­ci­pan­tes

La mues­tra estu­vo com­pues­ta por estu­dian­tes de bachi­lle­ra­to (N = 414) con ran­go de edad de 15 a 19 años (M = 16.47, DT = 1.00), de los cua­les, 221 (53.4%) se ubi­ca­ron en el gru­po de edad de 15 y 16 años y 193 (46.6%) en el gru­po de 17 a 19 años. En cuan­to al sexo, 175 (42.3%) fue­ron hom­bres y 239 (57.7%) muje­res. Los par­ti­ci­pan­tes per­te­ne­cían a dos escue­las par­ti­cu­la­res (n = 192; 46.4%) y una públi­ca (n = 222; 53.6%) de la Zona Metro­po­li­ta­na de Gua­da­la­ja­ra, Jalis­co, dis­tri­bui­dos en los seis semes­tres de bachi­lle­ra­to.

Ins­tru­men­to

La Esca­la de Con­flic­to Fami­liar en la Ado­les­cen­cia (ECFA) infor­ma sobre el gra­do de fre­cuen­cia y de inten­si­dad de con­flic­tos que el ado­les­cen­te per­ci­be tener con sus padres. El ins­tru­men­to fue dise­ña­do en Espa­ña por Parra y Oli­va (2002) con una mues­tra de 513 ado­les­cen­tes sevi­lla­nos con eda­des entre 12 y 19 años. En Méxi­co, Pérez y Agui­lar (2009) vali­da­ron el ins­tru­men­to con una mues­tra de 380 estu­dian­tes de una escue­la secun­da­ria públi­ca, repor­tan­do índi­ces de con­fia­bi­li­dad alfa de 0.74 a 0.77 para las esca­las de fre­cuen­cia, y de 0.69 a 0.73 para las de inten­si­dad, con una varian­za expli­ca­da total de 57.8% con­si­de­ran­do ambos fac­to­res. Los coefi­cien­tes de con­fia­bi­li­dad alfa de Cron­bach obte­ni­dos con los datos de la pre­sen­te mues­tra fue­ron de 0.82, 0.84, 0.82 y 0.82 para las esca­las de fre­cuen­cia de con­flic­tos con la madre, inten­si­dad de con­flic­tos con la madre, fre­cuen­cia de con­flic­tos con el padre e inten­si­dad de con­flic­tos con el padre, res­pec­ti­va­men­te.

Se com­po­ne por 14 reac­ti­vos, cada uno de los cua­les enun­cia un posi­ble tema de con­flic­to del ado­les­cen­te con sus padres (la hora de vol­ver a casa, las tareas domés­ti­cas, la con­duc­ta sexual, entre otros). Res­pec­to de cada reac­ti­vo, el ado­les­cen­te debe mar­car sus res­pues­tas en cua­tro esca­las:

  1. Fre­cuen­cia de con­flic­tos con la madre.
  2. Inten­si­dad de con­flic­tos con la madre.
  3. Fre­cuen­cia de con­flic­tos con el padre.
  4. Inten­si­dad de con­flic­tos con el padre.

En las esca­las de fre­cuen­cia se le pide al par­ti­ci­pan­te res­pon­der si, con rela­ción a cada uno de los temas men­cio­na­dos, se pre­sen­tan entre él y sus padres: 1 = Nin­gún con­flic­to, 2 = Algu­nos con­flic­tos, 3 = Bas­tan­tes con­flic­tos o 4 = Muchos con­flic­tos. En las esca­las de inten­si­dad se le pide al ado­les­cen­te res­pon­der si se tra­ta de 1 = Con­flic­tos leves, 2 = Con­flic­tos de inten­si­dad media o 3 = Con­flic­tos fuer­tes. Para su cali­fi­ca­ción, se cal­cu­la la media arit­mé­ti­ca de los 14 reac­ti­vos para cada una de las cua­tro esca­las.

Pro­ce­di­mien­to

La apli­ca­ción se reali­zó den­tro de las aulas ordi­na­rias de cla­se. Se soli­ci­tó a los par­ti­ci­pan­tes su cola­bo­ra­ción volun­ta­ria, expli­cán­do­les el obje­ti­vo del estu­dio e invi­tán­do­les a con­tes­tar con sin­ce­ri­dad. Se les garan­ti­zó la abso­lu­ta con­fi­den­cia­li­dad de la infor­ma­ción y su uso para fines exclu­si­va­men­te cien­tí­fi­cos.

Resultados

En las Tablas 1 y 2 se pre­sen­tan los pun­ta­jes obte­ni­dos por los par­ti­ci­pan­tes en las esca­las de fre­cuen­cia de con­flic­tos con la madre, fre­cuen­cia de con­flic­tos con el padre, inten­si­dad de con­flic­tos con la madre e inten­si­dad de con­flic­tos con el padre. Se reali­zó, en cada caso, la prue­ba t para mues­tras rela­cio­na­das, con el fin iden­ti­fi­car las dife­ren­cias sig­ni­fi­ca­ti­vas entre con­flic­tos con la madre y con­flic­tos con el padre. Como se pue­de obser­var, en todos los temas de con­flic­to las pun­tua­cio­nes de fre­cuen­cia y de inten­si­dad resul­ta­ron ser más altas para los con­flic­tos con la madre que para los con­flic­tos con el padre. Úni­ca­men­te en los temas de Tomar dro­gas y de Elec­ción de carre­ra o pro­fe­sión las dife­ren­cias no resul­ta­ron sig­ni­fi­ca­ti­vas. Asi­mis­mo, se obser­va que los temas de con­flic­to más fre­cuen­tes e inten­sos, tan­to en el caso de los con­flic­tos con la madre como en los con­flic­tos con el padre, resul­ta­ron ser los rela­ti­vos a Queha­cer domés­ti­co, Hora de vol­ver a casa, y Estu­dio y cali­fi­ca­cio­nes.

Tabla 1. Frecuencia de conflictos con la madre y con el padre según temas de conflicto.

 

Madre

Padre

t (413)

Hora de vol­ver a casa

2.04 (0.93)

1.77 (0.87)

5.69**

Empleo del tiem­po libre

1.77 (0.89)

1.57 (0.81)

4.70**

Estu­dio y cali­fi­ca­cio­nes

1.81 (0.91)

1.60 (0.82)

5.76**

Ami­gos

1.62 (0.92)

1.38 (0.70)

5.96**

Ligues

1.49 (0.82)

1.40 (0.77)

2.49*

Con­duc­ta sexual

1.24 (0.65)

1.14 (0.47)

3.82**

For­ma de ves­tir­se y arre­glar­se

1.52 (0.83)

1.41 (0.78)

2.87**

Queha­cer domés­ti­co

2.36 (0.99)

1.72 (0.86)

13.46**

Fumar y beber

1.48 (0.88)

1.37 (0.80)

4.00**

Tomar dro­gas

1.26 (0.78)

1.24 (0.74)

1.03

Sitios a don­de sale

1.71 (0.83)

1.57 (0.82)

3.89**

En qué gas­ta el dine­ro

1.69 (0.88)

1.48 (0.78)

5.15**

Polí­ti­ca o reli­gión

1.30 (0.70)

1.21 (0.59)

2.58*

Elec­ción de carre­ra o pro­fe­sión

1.30 (0.70)

1.26 (0.67)

1.35

Total

1.61 (0.46)

1.44 (0.41)

9.21**

Nota: *p < .05, **p< .01
Tabla 2. Intensidad de conflictos con la madre y con el padre según temas de conflicto.

 

Madre

Padre

t (413)

Hora de vol­ver a casa

1.92 (0.84)

1.72 (0.86)

4.58**

Empleo del tiem­po libre

1.69 (0.81)

1.50 (0.76)

4.71**

Estu­dio y cali­fi­ca­cio­nes

1.76 (0.89)

1.58 (0.82)

4.63**

Ami­gos

1.56 (0.85)

1.34 (0.64)

5.69**

Ligues

1.47 (0.82)

1.36 (0.74)

3.03**

Con­duc­ta sexual

1.21 (0.62)

1.16 (0.52)

2.13*

For­ma de ves­tir­se y arre­glar­se

1.45 (0.76)

1.36 (0.74)

2.65**

Queha­cer domés­ti­co

2.17 (0.90)

1.68 (0.83)

11.42**

Fumar y beber

1.48 (0.88)

1.38 (0.83)

3.38**

Tomar dro­gas

1.27 (0.78)

1.27 (0.80)

0.13

Sitios a don­de sale

1.68 (0.82)

1.56 (0.81)

3.46**

En qué gas­ta el dine­ro

1.57 (0.78)

1.44 (0.75)

3.30**

Polí­ti­ca o reli­gión

1.29 (0.67)

1.21 (0.59)

2.41*

Elec­ción de carre­ra o pro­fe­sión

1.25 (0.63)

1.24 (0.63)

0.40

Total

1.56 (0.45)

1.42 (0.41)

7.48**

Nota: *p < .05, **p< .01

Como se pue­de obser­var en las Tablas 1 y 2, los pun­ta­jes glo­ba­les de fre­cuen­cia e inten­si­dad de con­flic­tos se ubi­ca­ron en todos los casos entre el pun­to 1 y el pun­to 2 de las esca­las res­pec­ti­vas, lo que corres­pon­de a un gra­do de fre­cuen­cia bajo y un gra­do de inten­si­dad de bajo a mode­ra­do. Con el fin de iden­ti­fi­car posi­bles dife­ren­cias sig­ni­fi­ca­ti­vas por sexo y edad del ado­les­cen­te, según los 14 temas de con­flic­to de la ECFA, las pun­tua­cio­nes de fre­cuen­cia y de inten­si­dad de dichos temas se suje­ta­ron a un Aná­li­sis de Varian­za (ANOVA) mul­ti­va­ria­do con dise­ño de 2 x 2 (dos nive­les de sexo por dos de edad) don­de no resul­ta­ron ser sig­ni­fi­ca­ti­vos los efec­tos de inter­ac­ción, pero sí los efec­tos prin­ci­pa­les de ambas varia­bles.

En cuan­to al sexo, como se obser­va en la Tabla 3, las muje­res pun­tua­ron más alto que los varo­nes en los temas de Ami­gos y Ligues, mien­tras que en Hora de vol­ver a casa resul­ta­ron tener con­flic­tos más inten­sos con la madre que los varo­nes. Los hom­bres, por su par­te, pun­tua­ron más alto en Estu­dio y cali­fi­ca­cio­nes y en Fumar y beber alcohol tan­to en los con­flic­tos con la madre como en los con­flic­tos con el padre.

Tabla 3. Diferencias significativas por sexo del adolescente en Frecuencia e Intensidad de conflictos con los padres.

 

Hom­bre

Mujer

F(1,412)

Fre­cuen­cia de con­flic­tos con la madre

 

 

 

Estu­dio y cali­fi­ca­cio­nes

2.01(0.95)

1.67(0.85)

14.80**

Ami­gos

1.49(0.80)

1.71(0.99)

5.49*

Ligues

1.33(0.72)

1.60(0.87)

11.48**

Fumar y beber alcohol

1.58(0.89)

1.40(0.87)

4.05*

Inten­si­dad de con­flic­tos con la madre

 

 

 

Estu­dio y cali­fi­ca­cio­nes

1.93(0.94)

1.64(0.83)

11.07**

Ligues

1.32(0.70)

1.59(0.88)

11.49**

Fumar y beber alcohol

1.62(0.95)

1.38(0.82)

7.47**

Hora de vol­ver a casa

1.82(0.85)

2.00(0.84)

4.75*

Fre­cuen­cia de con­flic­tos con el padre

 

 

 

Estu­dio y cali­fi­ca­cio­nes

1.71(0.85)

1.52(0.79)

5.56*

Ami­gos

1.29(0.58)

1.45(0.78)

4.76*

Ligues

1.24(0.61)

1.51(0.85)

12.70**

Inten­si­dad de con­flic­tos con el padre

 

 

 

Estu­dio y cali­fi­ca­cio­nes

1.69 (0.86)

1.51(0.78)

5.05*

Ami­gos

1.25(0.50)

1.41(0.73)

5.20*

Ligues

1.21(0.58)

1.48(0.81)

12.45**

Fumar y beber alcohol

1.51(0.94)

1.29(0.72)

7.17**

Nota: *p < .05, **p< .01

En cuan­to a la edad, como se obser­va en la Tabla 4, el gru­po de 15 y 16 años pun­tuó más alto que los del gru­po de 17 a 19 años en los temas de Estu­dio y cali­fi­ca­cio­nes y Queha­cer domés­ti­co. Por su par­te, el gru­po de 17 a 19 años pun­tuó sig­ni­fi­ca­ti­va­men­te más alto que el de 15 y 16 en dos temas: Fumar y beber alcohol y Con­duc­ta sexual.

Tabla 4. Diferencias significativas por edad en Frecuencia e Intensidad de conflictos con la madre y el padre.

 

15 y 16

17 a 19

F(1,412)

Fre­cuen­cia de con­flic­tos con la madre

 

 

 

Fumar y beber alcohol

1.37 (0.78)

1.58 (0.98)

6.63*

Inten­si­dad de con­flic­tos con la madre

 

 

 

Fumar y beber alcohol

1.39 (0.81)

1.58 (0.95)

4.24*

Estu­dio y cali­fi­ca­cio­nes

1.85 (0.91)

1.67 (0.86)

5.42*

Con­duc­ta sexual

1.15 (0.53)

1.29 (0.71)

4.32*

Fre­cuen­cia de con­flic­tos con el padre

 

 

 

Con­duc­ta sexual

1.08 (0.35)

1.21 (0.58)

7.40**

Estu­dio y cali­fi­ca­cio­nes

1.67 (0.87)

1.52 (0.77)

4.01*

Queha­cer domés­ti­co

1.81 (0.92)

1.63 (0.76)

4.19*

Inten­si­dad de con­flic­tos con el padre

 

 

 

Con­duc­ta sexual

1.08 (0.35)

1.24 (0.65)

10.34**

Nota: *p < .05, **p< .01

Discusión

Como se obser­vó, los ado­les­cen­tes del pre­sen­te estu­dio repor­tan per­ci­bir, en pro­me­dio, pocos con­flic­tos con sus padres así como ser de una inten­si­dad entre baja y mode­ra­da. Este resul­ta­do es con­gruen­te con la mayor par­te de los estu­dios empí­ri­cos sobre rela­cio­nes paterno-filia­les en la ado­les­cen­cia en los que se ha encon­tra­do que, en gene­ral, tan­to los ado­les­cen­tes como los padres tie­nen a repor­tar una con­flic­ti­vi­dad baja en sus rela­cio­nes, en con­tras­te con la ima­gen popu­lar que repre­sen­ta a dichas rela­cio­nes como par­ti­cu­lar­men­te con­flic­ti­vas (Oli­va, 2003, 2006; Stein­berg, 2001; Sme­ta­na, Cam­pio­ne-Barr y Metz­ger, 2006).

Tam­bién, en con­gruen­cia con la lite­ra­tu­ra, en el pre­sen­te estu­dio se encon­tró que los temas de con­flic­to más fre­cuen­tes e inten­sos resul­ta­ron ser los rela­ti­vos a pro­ble­mas domés­ti­cos (Queha­cer domés­ti­co, Hora de vol­ver a casa y Estu­dio y cali­fi­ca­cio­nes). Este resul­ta­do es simi­lar al obte­ni­do en Espa­ña por Parra y Oli­va (2002), así como a otros estu­dios cita­dos (Alli­son y Schultz, 2004; Ber­ne­do, et al., 2005; Fuen­tes, et al., 2003; Megías, 2003; Motri­co, et al., 2001; Valle­jo, et al., 2004). Según los auto­res, los con­flic­tos más fre­cuen­tes resul­tan sobre este tipo de temas debi­do a que se rela­cio­nan con cues­tio­nes que los ado­les­cen­tes comien­zan a con­si­de­rar den­tro de la esfe­ra de su res­pon­sa­bi­li­dad no coin­ci­dien­do en dicha apre­cia­ción con sus padres (Musi­tu y Cava, 2001; Sme­ta­na, Yau y Han­son, 1991). Ade­más, según Parra y Oli­va (2002), como se tra­ta de temas que per­te­ne­cen al ámbi­to de lo coti­diano, cons­ti­tu­yen un con­tex­to idó­neo para el reajus­te de las rela­cio­nes fami­lia­res y la pau­la­ti­na afir­ma­ción de la auto­no­mía del ado­les­cen­te ya que por lo gene­ral no com­pro­me­ten valo­res o intere­ses vita­les para la iden­ti­dad de estos últi­mos.

En cuan­to al géne­ro de los padres, en todos los temas de con­flic­tos, las pun­tua­cio­nes de fre­cuen­cia e inten­si­dad resul­ta­ron ser más altas para los rela­cio­na­dos con la madre; resul­ta­dos con­gruen­tes con lo repor­ta­do en la lite­ra­tu­ra don­de fre­cuen­te­men­te se ha lla­ma­do la aten­ción sobre el hecho, apa­ren­te­men­te para­dó­ji­co, de los que ado­les­cen­tes seña­lan mayor fre­cuen­cia de con­flic­tos con la madre y, al mis­mo tiem­po, mayor y mejor comu­ni­ca­ción con ella que con el padre. Lo ante­rior pue­de expli­car­se en vir­tud de los roles de géne­ro pre­va­le­cien­tes, don­de con­ti­núan sien­do las madres quie­nes se ocu­pan mayor­men­te de las tareas del hogar y de la crian­za de los hijos, en la medi­da en que ello posi­bi­li­ta una mayor fre­cuen­cia de inter­ac­cio­nes entre ellos que con el padre y, por tan­to, mayo­res opor­tu­ni­da­des de comu­ni­ca­ción pero tam­bién de con­flic­to (Alon­so, 2005; Holm­beck y Hill, 1991; Megías, 2003; Men­do­za, et al., 2006; Motri­co, et al., 2001).

En cuan­to al géne­ro de los ado­les­cen­tes, las muje­res pun­tua­ron más alto que los varo­nes en los temas de Ami­gos y Ligues con ambos padres, mien­tras que en Hora de vol­ver a casa resul­ta­ron tener con­flic­tos más inten­sos con la madre que los varo­nes. Los hom­bres, por su par­te, pun­tua­ron más alto en Estu­dio y cali­fi­ca­cio­nes y en Fumar y beber alcohol tan­to en los con­flic­tos con la madre como con el padre. Esta dis­tri­bu­ción de temas de con­flic­to seña­la la impor­tan­cia que pare­cen tener, en nues­tro con­tex­to, los roles de géne­ro tra­di­cio­na­les (Musi­tu, Román y Gutié­rrez, 1996; Val­dez, Díaz y Pérez, 2005). Según Musi­tu, et al. (1996), actual­men­te las fami­lias inten­tan apo­yar­se en la socie­dad para dar cier­to sen­ti­do de esta­bi­li­dad a la labor de socia­li­za­ción que se rea­li­za en su seno; en este mar­co, pare­ce ser que los este­reo­ti­pos de géne­ro tien­den a ser uno de los refe­ren­tes más esta­bles para la deli­mi­ta­ción del tra­to de los padres hacia los ado­les­cen­tes, lo que expli­ca­ría la pre­sen­cia de pro­ce­sos de socia­li­za­ción dife­ren­cial para hom­bres y muje­res en el seno de la fami­lia (Musi­tu, et al., 1996; Rocha, 2008).

En cuan­to a la edad, son pre­ci­sa­men­te los temas domés­ti­cos los que pare­cen tener mayor gra­do de con­flic­ti­vi­dad en el gru­po de edad de 15 y 16 años, mien­tras que el gru­po de 17 a 19 pare­ce pre­sen­tar mayor gra­do de con­flic­ti­vi­dad en los temas rela­cio­na­dos con Con­duc­tas de Ries­go. Es pro­ba­ble que la mayor preo­cu­pa­ción de los padres con res­pec­to a estos últi­mos temas, pudie­ra impli­car que los temas domés­ti­cos pasa­ran a un segun­do tér­mino duran­te la ado­les­cen­cia tar­día.

Una de las limi­ta­cio­nes del pre­sen­te estu­dio es que la mues­tra sólo se con­for­mó por estu­dian­tes bachi­lle­res, así como el hecho de que la fre­cuen­cia e inten­si­dad de con­flic­tos se midió úni­ca­men­te con rela­ción a los 14 temas del cues­tio­na­rio ori­gi­nal de Parra y Oli­va (2002). Que­da, por tan­to, para futu­ros estu­dios la nece­si­dad de corro­bo­rar los pre­sen­tes resul­ta­dos con mues­tras de ado­les­cen­tes de dife­ren­tes eda­des y gra­dos de estu­dio, así como con­si­de­rar la pre­sen­cia de otros temas de con­flic­to como, por ejem­plo, los rela­ti­vos a los her­ma­nos, el len­gua­je o el uso de auto­mó­vil, el celu­lar o la compu­tado­ra, cuya inclu­sión podría ser rele­van­te al momen­to de eva­luar los gra­dos de con­flic­ti­vi­dad paterno-filial.

Referencias

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Notas

1. Depar­ta­men­to de Filo­so­fía, Uni­ver­si­dad de Gua­da­la­ja­ra. Ave­ni­da de los Maes­tros y Mariano Bár­ce­nas, Colo­nia Alcal­de Barran­qui­tas, 44260, Gua­da­la­ja­ra, Jalis­co (Méxi­co). Telé­fono: 0133 38193377. Correos elec­tró­ni­cos: aluna642@hotmail.com y sofia-lex@hotmail.com