Fundamentos marxistas de la escuela histórico cultural Descargar este archivo (2 - Fundamentos marxistas de la escuela histórico cultural.pdf)

Roberto Arzate Robledo1, Rubén González Vera2, Herminia Mendoza Mendoza3, Norma Leticia Cabrera Fermoso4

UNAM-FES IZTACALA

Resu­men

En el pre­sen­te artícu­lo se expon­drán algu­nos fun­da­men­tos mar­xis­tas de la escue­la his­tó­ri­co-cul­tu­ral vigots­kia­na, así como de su sur­gi­mien­to como cien­cia. La estra­te­gia para la obten­ción del cono­ci­mien­to con­cre­to-abs­trac­to-con­cre­to es uno de los sopor­tes del méto­do mar­xis­ta, la dia­léc­ti­ca de la tota­li­dad con­cre­ta y de esta mane­ra su deri­va­ción en una con­cep­ción psi­co­ló­gi­ca his­tó­ri­co cul­tu­ral, que se con­cre­ti­za en una serie de prin­ci­pios y cate­go­rías que guia­ron a Vigotsky hacia diver­sos intere­ses inves­ti­ga­ti­vos y meto­do­ló­gi­cos. La con­cep­ción de cien­cia que desa­rro­lló Vigotsky, está con­for­ma­da por prin­ci­pios encar­na­dos en una visión his­tó­ri­co-cul­tu­ral, dia­léc­ti­ca, refle­xi­va, inte­gra­do­ra y crí­ti­ca brin­dán­do­le a los aspec­tos social, his­tó­ri­co, cul­tu­ral, polí­ti­co y éti­co un lugar impor­tan­te.

Pala­bras cla­ve: Psi­co­lo­gía his­tó­ri­co cul­tu­ral, meto­do­lo­gía mar­xis­ta, méto­do gené­ti­co-expe­ri­men­tal, méto­do con­cre­to-abs­trac­to-con­cre­to pen­sa­do

Abs­tract

In this arti­cle, we will pre­sent some Mar­xist foun­da­tions of the his­to­ri­cal cul­tu­ral school of Vygotsky, as well as its emer­gen­ce as a scien­ce. The stra­tegy for obtai­ning con­cre­te-abs­tract-con­cre­te know­led­ge is one of the sup­ports of the Mar­xist method, the dia­lec­tic of the con­cre­te tota­lity and thus its deri­va­tion in a cul­tu­ral his­to­ri­cal psy­cho­lo­gi­cal con­cep­tion, which is con­cre­ti­zed in a series of prin­ci­ples and cate­go­ries which gui­ded Vigotsky to various research and metho­do­lo­gi­cal inter­ests. Vigotsk­y’s con­cep­tion of scien­ce is made up of prin­ci­ples embo­died in a his­to­ri­cal-cul­tu­ral, dia­lec­ti­cal, reflec­ti­ve, inte­gra­ti­ve and cri­ti­cal vision, giving the social, his­to­ri­cal, cul­tu­ral, poli­ti­cal and ethi­cal aspects an impor­tant pla­ce.

Key­words: Cul­tu­ral-his­to­ri­cal Psy­cho­logy, Mar­xist Metho­do­logy, Gene­tic-expe­ri­men­tal Method, Con­cre­te-abs­tract Method, Spe­ci­fic Plan

La psi­co­lo­gía de Vigotsky (1997) basa­da en una con­cep­ción mar­xis­ta sovié­ti­ca, se fun­dó a prin­ci­pios del siglo XX con una carac­te­rís­ti­ca impor­tan­te: ser una psi­co­lo­gía que se con­si­de­ra, entre otras par­ti­cu­la­ri­da­des, inte­gra­ti­va y crí­ti­ca.

Las inves­ti­ga­cio­nes que reali­zó Vigotsky estu­vie­ron en corres­pon­den­cia con el pen­sa­mien­to de su épo­ca, tan­to psi­co­ló­gi­co, como cul­tu­ral, eco­nó­mi­co, social, polí­ti­co y esté­ti­co, entre otros; es decir, son inves­ti­ga­cio­nes per­mea­das de su ambien­te social como pro­duc­to de la revo­lu­ción sovié­ti­ca, de un espí­ri­tu de trans­for­ma­ción social en todos los nive­les, así como de la bús­que­da de un sis­te­ma pro­pio de prin­ci­pios filo­só­fi­cos, socia­les y cien­tí­fi­cos que die­ra cuen­ta de esa trans­for­ma­ción, de la socie­dad y del hom­bre, por lo que impli­ca­ba tam­bién una posi­ción éti­ca.

Des­de esta pers­pec­ti­va, el para qué de una cien­cia es fun­da­men­tal, y en ese sen­ti­do, es impor­tan­te lo que tie­ne que ver con la posi­ción éti­ca; por tal razón Duar­te (2011), Duar­te y Suá­rez (2009), Colus­si (2007), Hobs­bawm (2011) y Woods (2009) men­cio­nan que Vigotsky más bien pre­sen­ta pun­tos de par­ti­da a inves­ti­gar y un méto­do inves­ti­ga­ti­vo, y para com­pren­der­lo hay que enten­der tam­bién a Marx y al mar­xis­mo, ya que lo sus­ten­ta la bús­que­da de la jus­ti­cia, la equi­dad, la igual­dad y la uto­pía.

Vigotsky (1997) con res­pec­to a su posi­ción éti­ca gene­ral seña­ló: “En la nue­va socie­dad, nues­tra cien­cia se halla­rá en el cen­tro de la vida. El sal­to del rei­no de la nece­si­dad al rei­no de la liber­tad” (p. 406), por­que la nue­va socie­dad crea­rá al hom­bre nue­vo, dado que la psi­co­lo­gía será la cien­cia del hom­bre nue­vo; se habla­rá de la re-fun­da­ción del hom­bre como ras­go dis­tin­ti­vo de la nue­va huma­ni­dad, pre­ten­dien­do no sólo trans­for­mar la socie­dad, sino pro­mo­ver el desa­rro­llo del ser humano

Su ensa­yo El sen­ti­do his­tó­ri­co de la cri­sis de la psi­co­lo­gía cons­ti­tu­yó su pla­ta­for­ma con­cep­tual sis­te­má­ti­ca y crí­ti­ca; en él, la cons­truc­ción teó­ri­ca y crí­ti­ca de la cien­cia psi­co­ló­gi­ca estu­vo orien­ta­da al desa­rro­llo de una meta-teo­ría que per­mi­tie­ra la com­pren­sión e inte­gra­ción de diver­sos fenó­me­nos, entre ellos la ima­gen, la sen­sa­ción, el acto, el refle­jo, la con­duc­ta, el incons­cien­te, la for­ma ges­tál­ti­ca, que habían sido des­cri­tos de modo par­cial des­de los mar­cos de las dife­ren­tes micro-teo­rías, mode­los espe­cí­fi­cos que inten­ta­ban expli­car los fenó­me­nos, a par­tir de mar­cos psi­co­ló­gi­cos que se habían esta­ble­ci­do en el estu­dio de la psi­co­lo­gía (Vigotsky, 1997). Es por ello que su orien­ta­ción cien­tí­fi­ca en gene­ral se orien­ta­ba en plan­tear la labor de cons­truir medios, méto­dos de inves­ti­ga­ción y con­cep­tos sobre los obje­tos que se con­ce­bían orga­ni­za­dos de modo com­ple­jo, como sis­te­mas (Vigotsky, 1997, 1997b).

Vigotsky (s/f, 1996,1997 y 2000) encon­tró que el méto­do dia­léc­ti­co cons­ti­tuía el sus­ten­to epis­te­mo­ló­gi­co de la cien­cia, que inte­gra­ba lo indi­vi­dual y lo social en una uni­dad con­tra­dic­to­ria, capaz de refle­jar la diná­mi­ca de desa­rro­llo del obje­to de estu­dio de la psi­co­lo­gía: el de la psi­quis, con una géne­sis fun­da­men­tal­men­te social e his­tó­ri­ca, deter­mi­nan­te de diver­sas fun­cio­nes psi­co­ló­gi­cas y de sis­te­mas de regu­la­ción; de orga­ni­za­ción, de com­pren­sión inte­gral, a veces refi­rién­do­la como con­cien­cia, auto­con­cien­cia, sis­te­ma, sen­ti­do, cam­po de sen­ti­dos, per­so­na­li­dad, y sub­je­ti­vi­dad, vin­cu­la­das a la emo­ción y a su carác­ter gene­ra­dor.

Febles (2015) dice que el méto­do dia­léc­ti­co en la escue­la  his­tó­ri­co-cul­tu­ral con­ci­be la par­ti­ci­pa­ción acti­va de los suje­tos en la solu­ción del pro­ble­ma interno por medio de obje­tos exter­nos; que tra­ta de repre­sen­tar el camino que sufren los estí­mu­los antes de ser ana­li­za­dos e inte­rio­ri­za­dos por el suje­to, des­cri­bien­do las eta­pas o tareas que estruc­tu­ran “las for­mas supe­rio­res de con­duc­ta”, y que van des­de el méto­do de la doble esti­mu­la­ción has­ta las estra­te­gias meto­do­ló­gi­cas más com­ple­jas crea­das hoy para la for­ma­ción de fun­cio­nes com­ple­jas de la per­so­na­li­dad.

Gon­zá­lez, Men­do­za, Arza­te y Cabre­ra (2012, 2014) seña­lan que para Vigotsky lo social es esen­cial en la cons­truc­ción de lo psí­qui­co en cuan­to al res­ca­te del poten­cial de recur­sos que los indi­vi­duos tie­nen para lograr trans­for­ma­cio­nes, muchas veces invi­si­bles para ellos debi­do a con­di­cio­nes his­tó­ri­cas, cul­tu­ra­les y con­cre­tas —ésta últi­ma enten­di­da como aque­lla reali­dad en que cada suje­to se desa­rro­lla. Es una sín­te­sis de lo interno y lo externo (situa­ción social de desa­rro­llo), en don­de la acción tie­ne impor­tan­cia para la trans­for­ma­ción.

La con­cep­ción de cien­cia que desa­rro­lló Vigotsky, está con­for­ma­da por prin­ci­pios encar­na­dos en una visión his­tó­ri­co-cul­tu­ral, dia­léc­ti­ca, refle­xi­va, inte­gra­do­ra y crí­ti­ca brin­dán­do­le a los aspec­tos social, his­tó­ri­co, cul­tu­ral, polí­ti­co y éti­co un lugar impor­tan­te; una cien­cia orien­ta­da al desa­rro­llo del suje­to, de su per­so­na­li­dad y capa­ci­dad de actuar, por lo que el cono­ci­mien­to de lo sin­gu­lar es cla­ve de toda psi­co­lo­gía, de lo indi­vi­dual.

Fundamentación del método marxista de la escuela histórico cultural

Para Galin­do (1990) la psi­co­lo­gía his­tó­ri­co-cul­tu­ral es mar­xis­ta, entre otras cosas, por reto­mar el méto­do de Marx en la inves­ti­ga­ción cien­tí­fi­ca en psi­co­lo­gía, y que los estu­dios rea­li­za­dos des­de esta visión son resul­ta­do de un exten­so pro­ce­so de cons­truc­ción que se han defi­ni­do des­de dis­tin­tas pos­tu­ras y se carac­te­ri­zan entre otros aspec­tos por ser inte­gra­ti­vos y crí­ti­cos.

Fari­ñas (2015) plan­teó que para com­pren­der y lle­var a los hechos el enfo­que his­tó­ri­co-cul­tu­ra­lis­ta es nece­sa­rio enten­der su filo­so­fía y en con­se­cuen­cia su lógi­ca de pen­sa­mien­to, no sólo sus con­cep­tos ais­la­dos. Indi­có que “la con­cep­ción his­tó­ri­co cul­tu­ra­lis­ta no fue cons­trui­da como una gene­ra­li­za­ción lineal y direc­ta des­de la prác­ti­ca (induc­ción) en el sen­ti­do empi­ris­ta, sino de la ela­bo­ra­ción de una pla­ta­for­ma con­cep­tual crí­ti­ca, cuyo refe­ren­te prin­ci­pal fue lógi­ca­men­te la prác­ti­ca, pero no en el sen­ti­do de la lógi­ca for­mal, sino del méto­do de ascen­sión de lo abs­trac­to a lo con­cre­to pen­sa­do […] que no es otro que el méto­do de Marx” (p. 34). Fari­ñas tam­bién resal­tó que la expli­ca­ción his­tó­ri­co-cul­tu­ra­lis­ta de los pro­ce­sos y fenó­me­nos del desa­rro­llo humano debe ser cons­trui­da bási­ca­men­te a tra­vés del méto­do dia­léc­ti­co de ascen­sión de lo abs­trac­to a lo con­cre­to pen­sa­do, o posi­cio­nes que se apro­xi­men a dicho mar­co (dia­léc­ti­ca de la tota­li­dad con­cre­ta).

Des­de el pun­to de vis­ta de De la Gar­za (1983), el méto­do mar­xis­ta se pue­de con­ce­bir como una estra­te­gia cons­truc­to­ra de teo­ría, fuer­te­men­te rela­cio­na­da con lo empí­ri­co y con la prác­ti­ca, que par­te de que al hom­bre no se le pre­sen­tan el mun­do y las cosas direc­ta­men­te como son, no pue­de pene­trar direc­ta­men­te en la esen­cia de ellas, sino que tie­ne que dar un rodeo para cono­cer­las, que las pue­de lle­gar a des­cu­brir, obte­nien­do un cono­ci­mien­to de las mis­mas a tra­vés de un cir­cui­to que va de lo con­cre­to a lo abs­trac­to, retor­nan­do a lo con­cre­to (con­cre­to pen­sa­do). En dicho pro­ce­so se va cons­tru­yen­do la teo­ría para el obje­to y no como tra­di­cio­nal­men­te se con­ci­be, a par­tir de la expli­ca­ción del obje­to des­de un sis­te­ma teó­ri­co fijo. Dicho méto­do o estra­te­gia para la obten­ción del cono­ci­mien­to pre­ten­de dar cuen­ta del movi­mien­to de lo real, de su trans­for­ma­ción y de cómo se cap­ta este movi­mien­to. Des­de esta pers­pec­ti­va, cons­truc­to­ra de teo­ría, este méto­do es la vía para alcan­zar la esen­cia de las cosas, no inten­tan­do evi­tar el esfuer­zo que impli­ca rea­li­zar la teo­ri­za­ción cons­tan­te sobre el obje­to, y no que­rien­do cap­tar direc­ta­men­te la esen­cia de las cosas.

De modo seme­jan­te Kosik (1967) indi­ca que sólo la crea­ción de la teo­ría vin­cu­la­da a su obje­to y a lo empí­ri­co ase­gu­ra la no impo­si­ción al obje­to de mode­los que pudie­sen resul­tar obso­le­tos, y de esta mane­ra ser con­gruen­te con una meto­do­lo­gía que con­ci­bie­se a la reali­dad en cons­tan­te movi­mien­to, en con­cor­dan­cia con el supues­to epis­te­mo­ló­gi­co de que la mate­ria está en movi­mien­to espi­ral, orien­ta­do al cono­ci­mien­to del obje­to hacia un nivel supe­rior de com­pren­sión, dis­tin­to del que se par­tió ori­gi­nal­men­te. De la Gar­za (1983) seña­la: “si movi­mien­to sig­ni­fi­ca trans­for­ma­ción del obje­to, inclu­so de sus leyes de fun­cio­na­mien­to y cam­bio, sólo la crea­ción teó­ri­ca pue­de ase­gu­rar la no impo­si­ción al obje­to de mode­los” (p. 23). Es decir, una teo­ría espe­cí­fi­ca se cons­tru­ye para expli­car el movi­mien­to de un obje­to par­ti­cu­lar.

Kosik (1967) men­cio­na que el méto­do de Marx, mode­la­do en la estra­te­gia con­cre­to-abs­trac­to-con­cre­to pen­sa­do, per­mi­te des­truir el mun­do de la pseu­do­con­cre­ción, “el mun­do de los fenó­me­nos exter­nos; el mun­do de la pra­xis feti­chi­za­das; el mun­do de las repre­sen­ta­cio­nes comu­nes; el mun­do de los obje­tos feti­chi­za­dos” (p. 14), enten­dien­do este mun­do como aquel de los cono­ci­mien­tos que no tie­nen rela­ción entre sí, la mayo­ría de las veces super­fi­cia­les, como acu­mu­la­ción de hechos, bajo un modo espon­tá­neo de cono­cer, irrea­les; una per­cep­ción caó­ti­ca, adqui­ri­da de mane­ra direc­ta, por el con­tac­to con otros hom­bres y cosas sin refle­xión (nivel de lo con­cre­to real); con­di­cio­nes irrea­les, de repre­sen­ta­ción caó­ti­ca e inme­dia­ta del todo, que se pue­den des­truir.

Tal per­cep­ción caó­ti­ca se pue­de eli­mi­nar cuan­do se per­mi­te lle­gar al pen­sa­mien­to, al con­cep­to, a la deter­mi­na­ción con­cep­tual abs­trac­ta (arti­cu­la­ción de lo gene­ral y lo par­ti­cu­lar), que aban­do­nan esa reali­dad caó­ti­ca, incom­pren­di­da de la per­cep­ción inme­dia­ta, retor­nan­do al pun­to de par­ti­da, al con­cep­to de reali­dad, que con­ci­be a los obje­tos y a los fenó­me­nos de dicha reali­dad en su vida viva, al todo rica­men­te arti­cu­la­do y com­pren­di­do (nivel de lo con­cre­to pen­sa­do).

El camino de la repre­sen­ta­ción caó­ti­ca del todo (mun­do de la pseu­do­con­cre­ción) a la rica tota­li­dad de las múl­ti­ples deter­mi­na­cio­nes y rela­cio­nes (con­cre­to pen­sa­do, cons­truc­ción de la teo­ría) coin­ci­de con la com­pren­sión de la reali­dad. El méto­do de ascen­so de lo abs­trac­to a lo con­cre­to es el méto­do del pen­sa­mien­to, un movi­mien­to que ope­ra en los con­cep­tos, en la abs­trac­ción; un movi­mien­to de la par­te al todo y del todo a la par­te, del fenó­meno a la esen­cia y de la esen­cia al fenó­meno, de la tota­li­dad a la con­tra­dic­ción y de la con­tra­dic­ción a la tota­li­dad, del obje­to al suje­to y del suje­to al obje­to, deno­mi­na­do “un pro­ce­so de corre­la­ción en espi­ral, en el que todos los con­cep­tos entran en movi­mien­to recí­pro­co y se ilu­mi­nan mutua­men­te, alcan­zan­do la con­cre­ción” (p. 62).

El pro­gre­so de lo abs­trac­to a lo con­cre­to, es el méto­do mate­ria­lis­ta del cono­ci­mien­to de la reali­dad, es la dia­léc­ti­ca de la tota­li­dad con­cre­ta, en la que se repro­du­ce ideal­men­te la reali­dad en todos sus pla­nos y dimen­sio­nes. En este pro­ce­so no úni­ca­men­te se pre­sen­ta el todo tras­pa­ren­te de los con­cep­tos, sino que duran­te este pro­ce­so se dise­ña, deter­mi­na y com­pren­de, al mis­mo tiem­po, el todo mis­mo. Es por ello que la cate­go­ría de tota­li­dad con­cre­ta es pri­me­ro y antes que nada una con­cep­ción sobre la reali­dad (onto­lo­gía). Se con­si­de­ra la reali­dad como una tota­li­dad con­cre­ta, un prin­ci­pio epis­te­mo­ló­gi­co (una estra­te­gia de obten­ción de cono­ci­mien­to que va de lo con­cre­to a lo abs­trac­to y regre­sa a lo con­cre­to, pero ya con­cep­tua­li­za­do) y meto­do­ló­gi­co (que impli­ca no con­for­mar una meto­do­lo­gía gene­ral, bue­na para toda oca­sión, sino cri­te­rios meto­do­ló­gi­cos abier­tos y fle­xi­bles). Es por eso que Kosik seña­la que el hom­bre, para cap­tar la esen­cia de una cosa, debe dar un rodeo, emplean­do dos acti­vi­da­des espe­cia­les, que son la cien­cia y la filo­so­fía, pues a tra­vés del méto­do cien­tí­fi­co se pue­de esta­ble­cer “la dis­tin­ción de lo esen­cial y lo acce­so­rio como sen­ti­do obje­ti­vo de los hechos” (p. 68), exis­tien­do una osci­la­ción entre los hechos y el con­tex­to, sien­do el cen­tro media­dor acti­vo de está osci­la­ción el méto­do de inves­ti­ga­ción, como fue men­cio­na­do ante­rior­men­te en su víncu­lo con la epis­te­mo­lo­gía, con la dia­léc­ti­ca de la tota­li­dad con­cre­ta, que sería la filo­so­fía que lo sus­ten­ta.

Kosik sub­ra­ya que la obra de Marx, El Capi­tal, es un buen ejem­plo del méto­do cien­tí­fi­co emplea­do en el pro­ce­so de desa­rro­llo del cono­ci­mien­to con­cre­to-abs­trac­to-con­cre­to pen­sa­do, y de cómo su con­cep­ción gené­ti­co-diná­mi­ca de la tota­li­dad es un supues­to de la com­pren­sión del sur­gi­mien­to de nue­vas cua­li­da­des, en don­de se escla­re­cen las con­di­cio­nes del sur­gi­mien­to del capi­ta­lis­mo y las con­di­cio­nes de su exis­ten­cia his­tó­ri­ca. El aná­li­sis del inter­cam­bio de mer­can­cías en el capi­ta­lis­mo, en esa mis­ma obra, seña­la a los hom­bres como sim­ples ven­de­do­res o com­pra­do­res, lo que resul­ta ser una apa­rien­cia, la cual se encuen­tra deter­mi­na­da y media­ti­za­da por pro­ce­sos inten­sos y esen­cia­les del sis­te­ma capi­ta­lis­ta (mer­can­cía, valor, plus­va­lía, tra­ba­jo, divi­sión del tra­ba­jo, lucha de cla­ses, entre otras), así como por la explo­ta­ción del tra­ba­jo asa­la­ria­do y la pro­duc­ción de mer­can­cías, lo que se desa­rro­lla y rea­li­za como des­igual­dad y fal­ta de liber­tad.

Para De la Gar­za (1983) se tra­ta de lle­var la per­cep­ción vivi­da al pen­sa­mien­to abs­trac­to y de éste a la prác­ti­ca, pues “tal es el camino dia­léc­ti­co del cono­ci­mien­to de la reali­dad” (p. 18). Flo­res (2014), por su par­te, men­cio­na que en el cono­ci­mien­to de lo real los valo­res son igual de impor­tan­tes que la razón, en don­de la visión del suje­to está rela­cio­na­da con el sis­te­ma de creen­cias vin­cu­la­do a su his­to­ria y acti­tu­des, y cons­ti­tu­yen par­te de la pra­xis inves­ti­ga­do­ra; es un suje­to his­tó­ri­co social que trans­for­ma su medio social y se trans­for­ma a sí mis­mo. Kosik (1967) indi­ca que dicho nivel del con­cre­to real como el ver­da­de­ro pun­to de par­ti­da —en don­de la cues­tión prin­ci­pal es cómo se pro­du­ce la rela­ción suje­to y objeto—la inci­den­cia del obje­to sobre el suje­to no se da como con­tem­pla­ción o apli­ca­ción de la teo­ría al obje­to, sino como pra­xis prin­ci­pal­men­te his­tó­ri­ca y social, no indi­vi­dual y abs­trac­ta. Si el obje­to está en rela­ción de praxis/conocimiento con el suje­to, el con­cre­to real sería la uni­dad entre obje­to y suje­to en rela­ción prác­ti­ca.

Para Kosik (1967) la tota­li­dad en un sen­ti­do mate­ria­lis­ta es crea­ción de la pro­duc­ción social del hom­bre. A dife­ren­cia del estruc­tu­ra­lis­mo, en don­de la tota­li­dad sur­ge de la acción recí­pro­ca de las cone­xio­nes y estruc­tu­ras autó­no­mas, Kosik la deno­mi­na mala tota­li­dad; en ella, la reali­dad social se com­pren­de como la for­ma de obje­tos, de resul­ta­dos y de hechos ya dados, y no sub­je­ti­va­men­te, como pra­xis huma­na; es decir, los fru­tos de la acti­vi­dad son sepa­ra­dos de la acti­vi­dad mis­ma. Dicha fal­sa tota­li­dad se mani­fies­ta de tres mane­ras: 1) como tota­li­dad vacía, sin la deter­mi­na­ción de ele­men­tos ais­la­dos y su aná­li­sis; 2) como tota­li­dad abs­trac­ta, en la que todo es for­ma­li­za­do fren­te a las par­tes. La tota­li­dad es un todo cerra­do, le fal­ta la géne­sis y su desa­rro­llo; y 3) como mala tota­li­dad el autén­ti­co suje­to es sus­ti­tui­do por un suje­to mito­lo­gi­za­do. Es decir, se pres­cin­de de “su dimen­sión gené­ti­co-diná­mi­ca, la rela­ción inter­na entre fenó­meno y la esen­cia y en el desa­rro­llo de las con­tra­dic­cio­nes pro­pias de esta rela­ción” (p. 76–77). 

Para Ander- Egg (1987) el pen­sa­mien­to no pue­de des­lin­dar­se de lo real, es decir de: 1) su con­tex­to y de la cate­go­ría de tota­li­dad con­cre­ta; 2) de la opción cien­tí­fi­ca e ideo­ló­gi­ca des­de la cual se abor­da la reali­dad; y 3) de la posi­ción de cla­se y de los fac­to­res psi­co­ló­gi­cos de una per­so­na­li­dad. La reali­dad, el hom­bre la trans­for­ma a tra­vés de su acti­vi­dad, de las rela­cio­nes de los hom­bres entre sí y de estos con la natu­ra­le­za exte­rior —rela­cio­nes que se expre­san en la acti­vi­dad pro­duc­ti­va, en las rela­cio­nes de pro­duc­ción, y a tra­vés de los modos de cono­cer, de un deter­mi­na­do cuer­po de cono­ci­mien­tos, des­de un mar­co refe­ren­cial como lo es la cien­cia, el arte y la moral, que son a su vez for­mas de prác­ti­ca social. Estas rela­cio­nes del hom­bre con la reali­dad son diná­mi­cas, en uni­dad dia­léc­ti­ca con la socie­dad y la natu­ra­le­za.

Se pue­de com­ple­men­tar con Con­chei­ro (2012) al decir que la cons­truc­ción teó­ri­ca de Marx no “que­da atra­pa­da en una con­cep­ción que seg­men­ta la vida social y, por tan­to, en una incom­pren­sión del aná­li­sis crí­ti­co mar­xiano de la tota­li­dad” (p. 21), de la cual úni­ca­men­te se pue­den com­pren­der sus apor­ta­cio­nes teó­ri­cas, entre­la­za­das con su prác­ti­ca polí­ti­ca, su impe­tuo­sa toma de pos­tu­ra, su com­pro­mi­so con las inten­sas luchas que en su tiem­po se pro­du­je­ron, así como su labor orga­ni­za­ti­va.

Des­de otra pers­pec­ti­va, Cabre­ra (2008) sugie­re que el sen­ti­do del mun­do —que pue­de expre­sar­se en una filo­so­fía como la mate­ria­lis­ta dia­léc­ti­ca— sólo pue­de cap­tar­se a tra­vés de una com­bi­na­ción estra­té­gi­ca y amo­ro­sa de sen­ti­do y sen­si­bi­li­dad, defi­ni­da como una racio­na­li­dad lógi­ca y afec­ti­va al mis­mo tiem­po, y pro­po­ne que una mane­ra didác­ti­ca de apro­piar­se del sen­ti­do del mun­do des­de esta pers­pec­ti­va filo­só­fi­ca pue­de encon­trar­se en la lite­ra­tu­ra, en el cine y en el video. Como ejem­plo, Cabre­ra plan­tea lo siguien­te: el cine con­tri­bu­ye a la apro­pia­ción de la expe­rien­cia vivi­da de un pro­ble­ma filo­só­fi­co; enten­der­lo impli­ca, entre otros aspec­tos, asu­mir­lo en un len­gua­je emo­cio­nal y poé­ti­co; en ese sen­ti­do, reco­mien­da para la viven­cia y com­pren­sión de la posi­ción mar­xis­ta comen­ta­da con ante­rio­ri­dad ver la pelí­cu­la Z de Cos­ta-Gavras y JFK de Oli­ver Sto­ne, así como los fil­mes polí­ti­cos de Ser­gei Eisens­tein, orien­ta­dos a pro­du­cir emo­cio­nes que de mane­ra per­sua­si­va pro­duz­can la con­vic­ción para la trans­for­ma­ción de la reali­dad a tra­vés de la pra­xis. Estos fil­mes mues­tran la mane­ra en que los hechos socia­les ais­la­dos son abs­trac­cio­nes, ele­men­tos sepa­ra­dos del con­jun­to de mane­ra arti­fi­cio­sa, en las cua­les sólo el aco­pla­mien­to al todo, al con­jun­to, adquie­ren vera­ci­dad y con­cre­ción.

Un fenó­meno social es un hecho his­tó­ri­co en cuan­to se le exa­mi­na como movi­mien­to, como ele­men­to del todo; se defi­ne al mis­mo tiem­po a sí mis­mo y al con­jun­to. Así, la inves­ti­ga­ción his­tó­ri­ca cul­tu­ral en psi­co­lo­gía de la con­duc­ta no es algo que com­ple­men­ta o ayu­da al estu­dio teó­ri­co, sino que cons­ti­tu­ye su fun­da­men­to. Estu­diar algo his­tó­ri­ca­men­te sig­ni­fi­ca estu­diar en movi­mien­to su desa­rro­llo his­tó­ri­co. Esa es la exi­gen­cia fun­da­men­tal del méto­do dia­léc­ti­co. Cuan­do una inves­ti­ga­ción des­cu­bre el pro­ce­so de desa­rro­llo de algún fenó­meno en todas sus fases y cam­bios, des­de que sur­ge has­ta que des­apa­re­ce, eso impli­ca dar visi­bi­li­dad a su natu­ra­le­za, cono­cer su esen­cia, ya que sólo en movi­mien­to el cuer­po demues­tra que exis­te (Vigotsky, 1995, en Fari­ñas, 2015).

Conclusión

La estra­te­gia mar­xis­ta en la escue­la  his­tó­ri­co-cul­tu­ral impli­ca aper­tu­ra del méto­do, vacía de con­te­ni­do y regu­la­do por cri­te­rios epis­té­mi­co-meto­do­ló­gi­cos, en el que el cri­te­rio meto­do­ló­gi­co cen­tral es el de tota­li­dad, que impli­ca: 1) recons­truc­ción; 2) arti­cu­la­ción de nive­les y rede­fi­ni­ción; 3) aper­tu­ra de teo­ría; 4) pro­ce­so recons­truc­ti­vo; 5) inter­ven­ción abier­ta en lo teó­ri­co y lo his­tó­ri­co; y 6) expli­ca­ción de lo con­cre­to pen­sa­do (enten­di­da ésta como teo­ría, como sín­te­sis de múl­ti­ples deter­mi­na­cio­nes). De la Gar­za (1983) seña­la que “el cir­cui­to con­cre­to-abs­trac­to-con­cre­to pen­sa­do no ter­mi­na en éste últi­mo, sino en la pra­xis” (p. 30).  

Dia­léc­ti­ca sig­ni­fi­ca cam­bio; cam­bio sig­ni­fi­ca ausen­cia de fije­zas, ausen­cia de esen­cias, de com­por­ta­mien­tos cons­tan­tes —sig­ni­fi­ca visión de y des­de la tota­li­dad diná­mi­ca; dia­léc­ti­ca sig­ni­fi­ca inter­pe­ne­tra­ción y apro­pia­ción de y entre los nive­les onto­ló­gi­cos del mun­do, así como de los nive­les epis­te­mo­ló­gi­cos; es el aná­li­sis del movi­mien­to y el movi­mien­to como tota­li­dad, la tota­li­dad como modi­fi­ca­ción que revo­lu­cio­na el mun­do.

El méto­do dia­lec­ti­co en la psi­co­lo­gía his­tó­ri­co-cul­tu­ral es siem­pre gené­ti­co y, como toda reali­dad huma­na, es tan­to mate­rial como psí­qui­co: el estu­dio gené­ti­co del hecho humano impli­ca su his­to­ria mate­rial y la his­to­ria de las doc­tri­nas que se le rela­cio­nan. La pro­duc­ción cien­tí­fi­ca de filia­ción dia­léc­ti­co-mar­xis­ta se ejer­ce en dos nive­les más o menos simul­tá­neos: el “par­ti­cu­lar” y el “gene­ral”. Es impor­tan­te, res­ca­tar, en el cam­po de la inves­ti­ga­ción cien­tí­fi­ca, la dia­léc­ti­ca que se esta­ble­ce entre esos dos nive­les. La lógi­ca de estos prin­ci­pios y cate­go­rías de la dia­léc­ti­ca no son esta­ble­ci­dos a prio­ri, sino que son la expre­sión teó­ri­ca de la his­to­ria real de las con­tra­dic­cio­nes del desa­rro­llo psi­co­ló­gi­co, las cua­les dan cuen­ta del movi­mien­to y obso­les­cen­cia de dichos sis­te­mas psi­co­ló­gi­cos.

Referencias

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Notas

1. Pro­fe­sor Aso­cia­do Defi­ni­ti­vo de la carre­ra de Psi­co­lo­gía y Res­pon­sa­ble del Pro­yec­to de Inves­ti­ga­ción “Psi­co­lo­gía de la Acti­vi­dad”. Ads­cri­to a la Divi­sión de Inves­ti­ga­ción y Pos­gra­do de la FES. Izta­ca­la. UNAM. Par­ti­ci­pan­te del pro­yec­to PAPIME de la Direc­ción Gene­ral de Asun­tos Aca­dé­mi­cos (DGAPA), cla­ve PE300112 “Ense­ñan­za didác­ti­ca de los con­cep­tos de Cien­cia, Inves­ti­ga­ción y Meto­do­lo­gía en Psi­co­lo­gía”. Email: arzater@unam.mx

2. Pro­fe­sor Titu­lar de la carre­ra de Psi­co­lo­gía de la FES. Izta­ca­la. UNAM y Res­pon­sa­ble del pro­yec­to PAPIME de la Direc­ción Gene­ral de Asun­tos Aca­dé­mi­cos (DGAPA), cla­ve PE300112 “Ense­ñan­za didác­ti­ca de los con­cep­tos de Cien­cia, Inves­ti­ga­ción y Meto­do­lo­gía en Psi­co­lo­gía”. Email: rubengv@unam.mx

3. Pro­fe­so­ra Aso­cia­do Defi­ni­ti­vo de la carre­ra de Psi­co­lo­gía de la FES. Izta­ca­la. UNAM y corres­pon­sa­ble del pro­yec­to PAPIME de la Direc­ción Gene­ral de Asun­tos Aca­dé­mi­cos (DGAPA), cla­ve PE300112 “Ense­ñan­za didác­ti­ca de los con­cep­tos de Cien­cia, Inves­ti­ga­ción y Meto­do­lo­gía en Psi­co­lo­gía”. Email: herminiamendoza@prodigy.net.mx

4. Pro­fe­so­ra de la carre­ra de Psi­co­lo­gía de la FES. Izta­ca­la. UNAM. Par­ti­ci­pan­te del pro­yec­to PAPIME de la Direc­ción Gene­ral de Asun­tos Aca­dé­mi­cos (DGAPA), cla­ve PE300112 “Ense­ñan­za didác­ti­ca de los con­cep­tos de Cien­cia, Inves­ti­ga­ción y Meto­do­lo­gía en Psi­co­lo­gía”. Email: nlfermoso@hotmail.com