La obra artística y cultural de Iztacala: una apreciación con visión de género Descargar este archivo (La obra artística y cultural de Iztacala.pdf)

Mtra. Rosa María González Ortiz

Programa Institucional de Estudios de Género
Facultad de Estudios Superiores Iztacala UNAM

Resumen

Este artícu­lo abor­da la temá­ti­ca de la apre­cia­ción de una obra artís­ti­ca con una mira­da que toma en cuen­ta la cons­truc­ción del géne­ro. El géne­ro es una cate­go­ría de aná­li­sis que nos per­mi­te visua­li­zar la des­igual­dad entre hom­bres y muje­res, iden­ti­fi­can­do los ras­gos y fun­cio­nes psi­co­ló­gi­cas y socio­cul­tu­ra­les que se atri­bu­yen a cada uno de los sexos en una socie­dad y en cada momen­to his­tó­ri­co. En la cons­truc­ción del géne­ro se asu­me la impor­tan­cia de la fami­lia, la igle­sia, la escue­la, los medios de comu­ni­ca­ción y el Esta­do. Aquí se pro­po­ne que las obras artís­ti­cas con las que con­vi­vi­mos tam­bién influ­yen en la cons­truc­ción del géne­ro. Por lo ante­rior, nos hemos dado a la tarea de obser­var las obras artís­ti­cas que encon­tra­mos en la UNAM, Facul­tad de Estu­dios Supe­rio­res Izta­ca­la (FESI), para iden­ti­fi­car aque­llos men­sa­jes que con­tri­bu­yen a la cons­truc­ción de las iden­ti­da­des de géne­ro. Por otra par­te, la con­vi­ven­cia con el arte tie­ne un alcan­ce en la edu­ca­ción esté­ti­ca y, cuan­do se com­bi­na con la natu­ra­le­za, se favo­re­cen esta­dos salu­da­bles para la salud.  

Pala­bras cla­ves. Obra artís­ti­ca, géne­ro, iden­ti­dad, arte

Abstract

This arti­cle dis­cus­ses the the­me of the appre­cia­tion of an artis­tic work with a look that con­si­ders the cons­truc­tion of the gen­der. Gen­der is a cate­gory of analy­sis that allows us to visua­li­ze the inequa­lity bet­ween men and women, iden­tif­ying the psy­cho­lo­gi­cal and socio­cul­tu­ral traits and fun­ctions attri­bu­ted to each one of the sexes in a society and at every his­to­ri­cal moment. The cons­truc­tion of the gen­der assu­mes the impor­tan­ce of the family, the church, the school, the com­mu­ni­ca­tion media and the sta­te. Here it is pro­po­sed that the artis­tic works with which we live also influen­ce the cons­truc­tion of the gen­der. The­re­fo­re, we have given the task of obser­ving the artis­tic works that we find at the UNAM, Facul­tad de Estu­dios Supe­rio­res Izta­ca­la (FESI), to iden­tify tho­se mes­sa­ges that con­tri­bu­te to the cons­truc­tion of gen­der iden­ti­ties. On the other hand, coexis­ten­ce with art has a sco­pe in aesthe­tic edu­ca­tion and, when com­bi­ned with natu­re, healthy sta­tes are favo­red for health.

Key­words. Artis­tic work, gen­der, iden­ti­ties, art.

Introducción

Ini­cia­mos con la dis­cu­sión acer­ca de la cons­truc­ción de los géne­ros. Con­ti­nua­mos con la impor­tan­cia del patri­mo­nio cul­tu­ral, artís­ti­co y cul­tu­ral en la UNAM. Segui­mos con la apre­cia­ción de las obras selec­cio­na­das de la Facul­tad de Estu­dios Supe­rio­res Izta­ca­la, FESI. Y fina­li­za­mos con una refle­xión. Se asu­me que a tra­vés de la his­to­ria del arte se han pro­du­ci­do este­reo­ti­pos que sugie­ren que las muje­res ocu­pan prio­ri­ta­ria­men­te el lugar de musas o ins­pi­ra­do­ras y los varo­nes el papel de crea­do­res. Sin embar­go, han ocu­rri­do cam­bios, las muje­res eli­gen ser artis­tas, y a par­tir del movi­mien­to femi­nis­ta se les ha visi­bi­li­za­do y reco­no­ci­do, por lo que el patri­mo­nio artís­ti­co es un agen­te socia­li­za­dor en pro de la equi­dad de géne­ro.

La construcción del género y la creación artística

El tér­mino géne­ro es una tra­duc­ción del voca­blo inglés “gen­der”. El voca­blo es difun­di­do a par­tir de los años ochen­ta y pre­ten­de evi­den­ciar el hecho de que los roles mas­cu­lino y feme­nino no están deter­mi­na­dos por el sexo sino que van evo­lu­cio­nan­do a par­tir de dife­ren­tes situa­cio­nes cul­tu­ra­les, socia­les y eco­nó­mi­cas.

El géne­ro está ins­ti­tu­cio­nal­men­te estruc­tu­ra­do, es decir, se cons­tru­ye y per­pe­túa a tra­vés de un sis­te­ma de ins­ti­tu­cio­nes socia­les: fami­lia, escue­la, Esta­do, reli­gio­nes, medios de comu­ni­ca­ción, sis­te­mas sim­bó­li­cos (len­gua­je, cos­tum­bres y ritos) y de sis­te­mas jurí­di­cos, cien­tí­fi­cos y polí­ti­cos.

Se asu­me que los modos de pen­sar, sen­tir y com­por­tar­se de ambos géne­ros, más que tener una base natu­ral e inva­ria­ble, se deben a cons­truc­cio­nes socia­les que alu­den a carac­te­rís­ti­cas cul­tu­ra­les y psi­co­ló­gi­cas asig­na­das de mane­ra dife­ren­cia­da a muje­res y hom­bres. Por medio de tal asig­na­ción, a tra­vés de los recur­sos de la socia­li­za­ción tem­pra­na, unas y otros incor­po­ran cier­tas pau­tas de con­fi­gu­ra­ción psí­qui­ca y social que hacen posi­ble la femi­ni­dad y la mas­cu­li­ni­dad. Des­de este cri­te­rio, el géne­ro se defi­ne como la red de creen­cias, ras­gos de per­so­na­li­dad, acti­tu­des, sen­ti­mien­tos, valo­res, con­duc­tas y acti­vi­da­des que dife­ren­cian a muje­res y varo­nes. Tal dife­ren­cia­ción es pro­duc­to de un lar­go pro­ce­so his­tó­ri­co de cons­truc­ción social que no sólo gene­ra dife­ren­cias entre los géne­ros feme­nino y mas­cu­lino, sino que, a su vez, esas dife­ren­cias impli­can des­igual­da­des y jerar­quías entre ambos.

Cuan­do rea­li­za­mos estu­dios de géne­ro, pone­mos énfa­sis en ana­li­zar las rela­cio­nes de poder que se dan entre varo­nes y muje­res. Has­ta aho­ra los estu­dios se han cen­tra­do en la pre­do­mi­nan­cia del ejer­ci­cio del poder de los afec­tos en el géne­ro feme­nino; del poder racio­nal y eco­nó­mi­co en el géne­ro mas­cu­lino, y en las impli­ca­cio­nes que tal ejer­ci­cio del poder tie­ne sobre la cons­truc­ción de la sub­je­ti­vi­dad feme­ni­na y mas­cu­li­na (Burín y Meler, 1998).

A la fecha se reco­no­ce una con­di­ción de inter­sec­cio­na­li­dad de géne­ro, es decir, es el resul­ta­do de la suma de las con­di­cio­nes de: sexo, edad, ras­gos físi­cos, situa­ción eco­nó­mi­ca, ori­gen social, fami­liar, lugar de vida, esco­la­ri­dad y otras más, pro­du­cien­do con­di­cio­nes indi­vi­dua­les en las per­so­nas. Por lo que es inade­cua­do hablar de todas las muje­res o todos los hom­bres por igual.

Si bien se habla de una per­pe­tua­ción, la bue­na noti­cia es que las rela­cio­nes de géne­ro varían y evo­lu­cio­nan con el tiem­po, no son está­ti­cas ni ina­mo­vi­bles, por ello en la actua­li­dad se hacen gran­des esfuer­zos para deve­lar y trans­for­mar con­di­cio­nes de géne­ro de inequi­dad, des­igual­dad y vio­len­cia.

Aho­ra bien en el cam­po del arte pode­mos obser­var des­igual­da­des, asi­me­trías y dife­ren­cias entre artis­tas hom­bre y muje­res. La crea­ción artís­ti­ca se obser­va des­de prin­ci­pios de la huma­ni­dad, ya que ha per­mi­ti­do a los seres huma­nos habi­tar este mun­do de una mane­ra más sen­si­ti­va, crea­ti­va y cons­truc­ti­va; es un refle­jo de las con­di­cio­nes bajo las cua­les exis­ti­mos. Cuan­do estas pro­duc­cio­nes artís­ti­cas son refle­xio­na­das des­de una mira­da de géne­ro, nos hace­mos las siguien­tes pre­gun­tas ¿cómo se repre­sen­tan a los hom­bres y a las muje­res?, ¿qué acti­vi­da­des hacen ellas, cuá­les ellos?, ¿quién ela­bo­ró la obra, hom­bres o muje­res? ¿exis­te regis­tro de las apor­ta­cio­nes de las muje­res?

Si bien la his­to­ria del arte pue­de cons­ti­tuir­se como una his­to­ria de la huma­ni­dad crea­da por hom­bres y muje­res, el enfo­que que se le ha dado ha sido andro­cén­tri­co, corres­pon­dien­te a un mode­lo patriar­cal. El tér­mino andro­cen­tris­mo pro­vie­ne del grie­go Andros, aso­cia­do con el hom­bre, defi­ne lo mas­cu­lino como medi­da de todas las cosas y repre­sen­ta­ción glo­bal de la huma­ni­dad, ocul­tan­do otras reali­da­des, entre ellas, la de las muje­res.

Por patriar­cal enten­de­mos al tér­mino antro­po­ló­gi­co usa­do para defi­nir la con­di­ción socio­ló­gi­ca don­de los miem­bros mas­cu­li­nos de una socie­dad tien­den a pre­do­mi­nar en posi­cio­nes de poder; mien­tras más pode­ro­sa sea esta posi­ción, más pro­ba­bi­li­da­des habrá de que un miem­bro mas­cu­lino lo reten­ga en su mayo­ría.

Los efec­tos obser­va­dos des­de el andro­cen­tris­mo y lo patriar­cal en el arte es que es común que se adju­di­que la crea­ción a lo mas­cu­lino. Lo feme­nino casi siem­pre repre­sen­ta a las muje­res como las musas y mode­los para la crea­ción. Afor­tu­na­da­men­te, a par­tir de los años 60 del siglo XX, a tra­vés de la con­so­li­da­ción del movi­mien­to femi­nis­ta y la lucha por los dere­chos de la mujer, dio ini­cio la rei­vin­di­ca­ción de la posi­ción feme­ni­na en el arte y su visi­bi­li­za­ción a tra­vés de su nom­bre y no de la otre­dad mas­cu­li­na, hacien­do visi­bles las apor­ta­cio­nes de muje­res en el mun­do del arte.

El tér­mino “arte” hace refe­ren­cia a la acti­vi­dad y pro­duc­to rea­li­za­do por el ser humano con una fina­li­dad esté­ti­ca y comu­ni­ca­ti­va, a tra­vés de la cual se expre­san ideas, emo­cio­nes y una visión del mun­do, por medio de la uti­li­za­ción de diver­sos recur­sos: plás­ti­cos, lin­güís­ti­cos, sono­ros o mix­tos. El arte es un com­po­nen­te inhe­ren­te de cual­quier cul­tu­ra huma­na, el cual refle­ja en su con­cep­ción los sus­tra­tos eco­nó­mi­cos y socia­les, y la trans­mi­sión de ideas y valo­res en el espa­cio y el tiem­po (Robles y Gon­zá­lez: 114p, en Doran­tes y Torres, 2015).

El arte en Ciudad Universitaria

La cons­truc­ción de la Ciu­dad Uni­ver­si­ta­ria en la déca­da de los cin­cuen­ta se hizo bajo un mode­lo en que el arte pic­tó­ri­co y escul­tó­ri­co estu­vie­ra pre­sen­te (Are­nas, Cruz y Gon­zá­lez, p. 9, en Doran­tes y Torres, 2012). Se invi­ta­ron a los más gran­des artis­tas del momen­to: Die­go Rive­ra, Juan O´Gorman, David Alfa­ro Siquei­ros, José Chá­vez Mora­do, Fran­cis­co Eppens, etc. Como es de notar­se, sola­men­te par­ti­ci­pa­ron varo­nes. Si bien ya había muje­res artis­tas, éstas hacían prin­ci­pal­men­te pin­tu­ra de caba­lle­te, tra­ba­jos peque­ños en la pri­va­ci­dad de sus casas. Para la déca­da de los seten­ta, en la que se pla­nea la cons­truc­ción del Espa­cio Escul­tó­ri­co de Ciu­dad Uni­ver­si­ta­ria, se invi­ta­ron a gran­des escul­to­res: Manuel Fel­gué­rez, Sebas­tian, Mathias Goe­ritz, Fede­ri­co Sil­va, Rufino Tama­yo y Helen Esco­be­do. Por pri­me­ra vez una mujer for­mó par­te del gru­po que cons­tru­yó obras monu­men­ta­les, ela­bo­ra­das en metal y con­cre­to arma­do. Helen Esco­be­do y Sebas­tian tam­bién dise­ña­ron obras para la FES Izta­ca­la, que des­cri­bi­mos más ade­lan­te.

El rec­tor, Enri­que Graue Wie­chers (2016), men­cio­na que mura­les y escul­tu­ras son enton­ces, ade­más de mara­vi­llo­sas obras de arte, una herra­mien­ta que nos per­mi­te fomen­tar la edu­ca­ción esté­ti­ca y enal­te­cer los muros y espa­cios de nues­tra Uni­ver­si­dad Nacio­nal Autó­no­ma de Méxi­co.

Según Tania Rocha (Doran­tes y Torres, 2016, p:), el arte es una herra­mien­ta más para incor­po­rar la pers­pec­ti­va de géne­ro ya que el arte pue­de ser un agen­te socia­li­za­dor a par­tir del cual se han repro­du­ci­do, duran­te siglos, un sin­nú­me­ro de este­reo­ti­pos de géne­ro; no obs­tan­te, se des­ta­ca tam­bién que es un agen­te de trans­for­ma­ción.

Por lo ante­rior sigue sien­do una tarea impor­tan­te nom­brar a las muje­res, hacer­las visi­bles como pro­ta­go­nis­tas de sus crea­cio­nes artís­ti­cas y no ver­las sólo en el papel de subor­di­na­das o musas. Es nece­sa­rio que en el uso actual del len­gua­je se repre­sen­te equi­ta­ti­va­men­te a las muje­res y a los hom­bres.

Las obras artísticas en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala

Para la déca­da de los seten­ta, la Ciu­dad Uni­ver­si­ta­ria resul­tó insu­fi­cien­te para res­pon­der a la deman­da de edu­ca­ción supe­rior. Las con­di­cio­nes socio his­tó­ri­cas per­mi­tie­ron que la UNAM cre­cie­ra. Es así como el 10 de diciem­bre de 1974, sien­do rec­tor el Dr. Gui­ller­mo Sobe­rón, el Con­se­jo Uni­ver­si­ta­rio apro­bó la crea­ción de una enti­dad nom­bra­da Escue­la Nacio­nal de Estu­dios Supe­rio­res ENEP con cin­co cam­pus: Cuau­titlán, Izta­ca­la, Acatlán, Zara­go­za y Ara­gón (a la fecha los todos los cam­pus cuen­tan con el ran­go de Facul­tad, aho­ra son Facul­tad de Estu­dios Supe­rio­res FES).

En Izta­ca­la se acor­dó impar­tir carre­ras del área de la salud: Medi­ci­na, Ciru­jano Den­tis­ta, Enfer­me­ría, Psi­co­lo­gía y pos­te­rior­men­te Opto­me­tría. Se ini­cia­ron labo­res el 19 de mar­zo de 1975 bajo la direc­ción del Dr. Héc­tor Fer­nán­dez Vare­la. Izta­ca­la se encuen­tra en el Esta­do de Méxi­co y tie­ne 420 mil metros cua­dra­dos. Las cifras de ini­cio son: 4,865 alum­nos, 276 tra­ba­ja­do­res, 252 pro­fe­so­res, 67 ayu­dan­tes de pro­fe­sor (Are­nas, Cruz y Gon­zá­lez, p: 17, en Doran­tes y Torres, 2012). En ese enton­ces, las cifras esta­dís­ti­cas no se des­agre­ga­ban por sexo, aho­ra se exi­ge esa infor­ma­ción y es uno de los logros de la pers­pec­ti­va de géne­ro.

En el año 2010, encon­tra­mos que del total de la matrí­cu­la estu­dian­til, 67 por cien­to son muje­res y 33 por cien­to hom­bres. La cifra total del per­so­nal docen­te es de 2042: 1081 hom­bres y 961 muje­res. El per­so­nal admi­nis­tra­ti­vo suma 976 per­so­nas, el 53 por cien­to son muje­res y 47 por cien­to son hom­bres (Ríos, p: 46, Torres, p: 89, Robles, p: 164, en Doran­tes y Torres, 2014). Pode­mos obser­var que la FESI es un espa­cio con cla­ra pre­do­mi­nan­cia feme­ni­na. Tam­bién es evi­den­te el cre­ci­mien­to que la FESI  ha teni­do, ya que la matrí­cu­la para el semes­tre 2015–1 fue de 15 mil 240 alum­nos (inclui­dos los que per­te­ne­cen al Sis­te­ma de Edu­ca­ción a dis­tan­cia de Psi­co­lo­gía SUAYED).

La peque­ña ficha téc­ni­ca ante­rior nos per­mi­te vis­lum­brar el impac­to his­tó­ri­co, social y cul­tu­ral que tie­ne la FESI. Tam­bién cabe decir que des­de su cons­truc­ción se ini­ció la con­vi­ven­cia con el arte.

Las ins­ti­tu­cio­nes de edu­ca­ción supe­rior se des­ta­can por el poder trans­for­ma­dor hacia el con­jun­to de la socie­dad, éstas no sólo son cúmu­lo de cono­ci­mien­tos, sino memo­ria hecha pie­dra, azu­le­jos, vidrio, metal u otros mate­ria­les. Obras de arte por don­de trans­cu­rre la vida. Indis­cu­ti­ble­men­te reci­bi­mos de ellas men­sa­jes explí­ci­tos e implí­ci­tos.

Importancia del arte en la educación

Res­pec­to al arte exis­ten mitos en don­de se pien­sa que sólo per­so­nas edu­ca­das y con gran­des cono­ci­mien­tos pue­den acer­car­se al patri­mo­nio artís­ti­co, noso­tros pro­po­ne­mos que el arte debe ser vis­to y vivi­do por las per­so­nas comu­nes y des­de las polí­ti­cas públi­cas debe ser vis­to como una inver­sión social para la cul­tu­ra, la liber­tad y el desa­rro­llo y debe incul­car­se en las per­so­nas el gus­to por el arte.

Esta pro­pues­ta de pro­mo­cio­nar el gus­to por las artes está basa­da en la ini­cia­ti­va pre­sen­ta­da en la XVII Asam­blea de la Aso­cia­ción Inter­na­cio­nal de Artes Plás­ti­cas AIAP efec­tua­da en 2011 en el Ins­ti­tu­to Caba­ñas en la ciu­dad de Gua­da­la­ja­ra, Jalis­co. La AIAP pro­pu­so el día 15 de abril como el Día Mun­dial del Arte en home­na­je al día del naci­mien­to de Leo­nar­do da Vin­ci (1452- 1519), acción que fue ava­la­da por la Orga­ni­za­ción de las Nacio­nes Uni­das para la Edu­ca­ción la Cien­cia y la Cul­tu­ra UNESCO.

Entre las accio­nes para la cele­bra­ción del Día Mun­dial del Arte se plan­tea pro­mo­ver el gus­to por la pin­tu­ra, la escul­tu­ra, el dibu­jo y el gra­ba­do en los diver­sos paí­ses del pla­ne­ta. Acer­car el mun­do de las artes a la comu­ni­dad glo­bal. Crear con­cien­cia de la impor­tan­cia de las artes en el mun­do, infor­mar a la socie­dad acer­ca de las dife­ren­tes expre­sio­nes actua­les, reva­lo­rar los aspec­tos socia­les y eco­nó­mi­cos del mun­do del arte.

Se habla del “virus de la pri­sa” como una epi­de­mia mun­dial, hecho que se con­fir­ma en la pro­li­fe­ra­ción de la ven­ta de comi­da rápi­da, las per­so­nas desean comer algo que satis­fa­ga su estó­ma­go, nada más, no per­der tiem­po en esa acti­vi­dad. Mirar el entorno no es reco­men­da­ble, se pier­de el tiem­po. Nues­tra vida dia­ria es ver­ti­gi­no­sa. Sin embar­go, sabe­mos que no hay nada más salu­da­ble que comer dis­fru­tan­do del acto de comer, tam­bién es salu­da­ble dis­fru­tar de los rayos del sol o la llu­via o el vien­to y, si tene­mos la for­tu­na de mirar obras artís­ti­cas fun­cio­na­re­mos más salu­da­ble­men­te.

Esta­mos en la era de la pri­sa, la sobre­car­ga de tra­ba­jo a la que nos some­te­mos por cum­plir con la pro­duc­ti­vi­dad exi­gi­da nos lle­va a pade­cer el sín­dro­me de “bur­nout”. Sín­dro­me que se tra­du­ce como un esta­do de ago­ta­mien­to, de sen­ti­mien­to de fal­ta de efi­cien­cia, lite­ral­men­te se dice “estar que­ma­do”. Es decir, inha­bi­li­ta­do para reac­cio­nar posi­ti­va­men­te a las deman­das del día a día. Aquí es don­de la con­vi­ven­cia, la apre­cia­ción de obras artís­ti­cas y la cer­ca­nía con la natu­ra­le­za nos pue­den ayu­dar a recom­po­ner­nos, a dejar de sen­tir­nos ago­ta­dos.

La con­tem­pla­ción de la natu­ra­le­za, mirar el cie­lo, las nubes, las estre­llas y conec­tar­nos con la mag­ni­fi­cen­cia, ayu­da a eli­mi­nar el estrés. Hemos per­di­do la capa­ci­dad de asom­bro (Cac­cia, p: 7, 2015). Conec­tar­nos con las dife­ren­tes obras artís­ti­cas como la pin­tu­ra, músi­ca, dan­za, poe­sía, lite­ra­tu­ra, cine, dan­za y leer poe­sía, nos hace recar­gar ener­gía vital para vivir más en armo­nía y con ganas de enfren­tar nues­tras tareas coti­dia­nas. Nos per­mi­te conec­ta­mos con nues­tro ser ver­da­de­ro, nues­tra sen­si­bi­li­dad. El bos­que, el desier­to, el mar, las mon­ta­ñas son espa­cios que nos invi­tan a refle­xio­nar en lo sagra­do, en lo subli­me y exqui­si­to del alma.

Apreciación de las obras artísticas

La Cerca Caída

La obra escul­tó­ri­ca La Cer­ca Caí­da, de Helen Esco­be­do (1934- 2010), es la más visi­ble y la más anti­gua en la FESI. Se tra­ta de un con­jun­to de 18 cilin­dros de con­cre­to arma­do des­can­san­do en una alfom­bra de pas­to ver­de que pro­por­cio­na un mar­co muy atrac­ti­vo. Es un lugar don­de pode­mos con­tem­plar la ener­gía pro­pia de la juven­tud, ellos y ellas se citan para estu­diar, des­can­sar, tomar ali­men­tos, o rea­li­zar encuen­tros amo­ro­sos.

Helen Esco­be­do Ful­da nació en la ciu­dad de Méxi­co el 28 de julio de 1934 y falle­ció el 16 de sep­tiem­bre de 2010. Su padre, Manuel Gre­go­rio Esco­be­do Díaz de León, fue un abo­ga­do mexi­cano y su madre, Elsie Ful­da Ste­ward, una ingle­sa espe­cia­lis­ta en el estu­dio del arte.

Helen estu­dió Filo­so­fía y Letras en la Uni­ver­si­dad Moto­li­nía y pasó dos años estu­dian­do escul­tu­ra en el Cole­gio de la Ciu­dad de Méxi­co (hoy Uni­ver­si­dad de las Amé­ri­cas). En 1954 ganó una beca por tres años en el Royal Colle­ge of Art de Lon­dres, don­de obtu­vo una maes­tría.

Su obra refle­ja la preo­cu­pa­ción por el ser humano y su rela­ción con el entorno, cali­dad de vida, eco­lo­gía, uso racio­nal del agua y dere­chos huma­nos. En algu­nas de sus obras se pro­pu­so uti­li­zar mate­ria­les de reci­cla­je natu­ra­les, con un con­cep­to efí­me­ro. Se vio influi­da por la bús­que­da de la inte­gra­ción del arte y del espa­cio. Es una de las pri­me­ras en preo­cu­par­se por la eco­lo­gía. Des­cu­brió que es impor­tan­te que el espec­ta­dor inter­ac­túe con las obras de arte, se iden­ti­fi­que y viva la obra a su modo de tal mane­ra que com­pren­da el sen­ti­mien­to que con­du­jo a rea­li­zar­la. Tam­bién le intere­só la refle­xión del papel de la mujer en la socie­dad.

En una entre­vis­ta para el perió­di­co El Uni­ver­sal en 2006 dijo: “Lo que ven­go hacien­do es des­per­tar por la maña­na y pen­sar que lo úni­co per­ma­nen­te es el ama­ne­cer, y lo que pasa a par­tir de ahí es que pue­do usar mis cin­co sen­ti­dos al máxi­mo, miran­do, escu­chan­do, olien­do, dejan­do que entre por mis poros todo lo que en mi entorno es fas­ci­nan­te y apro­ve­char­lo para que cada vez que me invi­ten a par­ti­ci­par en espa­cios alter­na­ti­vos, en luga­res abier­tos al sol, a los vien­tos y a la luna –que son los que más me gustan‑, ten­ga de dón­de aga­rrar­me. Diría que estoy en un momen­to más esen­cial y siem­pre vital”.

Con base en los datos bio­grá­fi­cos, coin­ci­di­mos con Patri­cia Qui­jano (Robles y Gon­zá­lez, p: 112, en Doran­tes y Torres, 2015), quien iden­ti­fi­có que la mayo­ría de las muje­res que acce­die­ron a la crea­ción artís­ti­ca fue­ron en gran medi­da pri­vi­le­gia­das, ya sea por su posi­ción social, eco­nó­mi­ca y cul­tu­ral, o bien, por ser hijas de extran­je­ros. Es de des­ta­car que Helen Esco­be­do for­mó par­te del gru­po mas­cu­lino que dise­ñó el espa­cio escul­tó­ri­co en Ciu­dad Uni­ver­si­ta­ria. Sin lugar a dudas abrió bre­chas para futu­ras escul­to­ras.

Por últi­mo, comen­ta­mos que aún no exis­te pla­ca infor­ma­ti­va con el nom­bre de la auto­ra. La comu­ni­dad des­co­no­ce el títu­lo y a la escul­to­ra.

Fig. 1. La Cerca Caída. Fuente: Archivo personal (2015)

El hombre y la ciencia biomédica en el Siglo XXI

Mural inau­gu­ra­do en 1990 para la con­me­mo­ra­ción del XV Ani­ver­sa­rio de la FESI. Su autor, Rafael Ortiz­gris Mei­xuei­ro, nació en el año de 1948 en la ciu­dad de Oaxa­ca. Reali­zó sus estu­dios pro­fe­sio­na­les en la Escue­la Nacio­nal de Pin­tu­ra y Escul­tu­ra La Esme­ral­da, depen­dien­te de la Secre­ta­ría de Edu­ca­ción Públi­ca, en la ciu­dad de Méxi­co. Se espe­cia­li­zó en el estu­dio del mura­lis­mo al lado de su maes­tro Beni­to Mes­se­guer en la Escue­la Nacio­nal de Artes Plás­ti­cas de la UNAM.

Su obra artís­ti­ca abar­ca varios muros exter­nos e inter­nos del edi­fi­cio Uni­dad de Docu­men­ta­ción Cien­tí­fi­ca. El autor la divi­de con varios títu­los en los que se des­ta­can: La jus­ti­cia sólo se da entre igua­les, La dan­za del peri­ta­ná­ti­co, Los tras­plan­tes, Pro­yec­ción de los nue­vos genes A.D.N., Crea­ción de órga­nos vita­les- Apo­lo­gía de los nue­vos des­cu­bri­mien­tos cien­tí­fi­cos, La tec­no­lo­gía bio­mé­di­ca espa­cial al ser­vi­cio de la salud. La cien­cia y las nue­vas mani­fes­ta­cio­nes de vida y La mar­cha de los des­va­li­dos (Ávi­la: 2010).

Con res­pec­to a La dan­za del peri­ta­ná­ti­co, el autor comen­ta que se tra­ta de “Un ins­tan­te de tiem­po antes de la muer­te, repre­sen­ta­do por tres per­so­na­jes, dos varo­nes y una mujer, expre­sa­dos de una mane­ra diná­mi­ca, tan­to de for­ma como de color. La muer­te expre­sa­da no como fin de todo, sino como erup­ción de la bio­gé­ne­sis de una nue­va raza (Ortiz­gris, op. cit).

Con res­pec­to a Los tras­plan­tes, el artis­ta nos dice que “La cien­cia médi­ca pone al alcan­ce de la huma­ni­dad la evo­lu­ción de tras­plan­tes cere­bra­les que van más allá de nues­tro pro­pio tiem­po” (Ortiz­gris: op. cit). Por eso hizo una escul­tu­ra de la neu­ro­na. El cere­bro cuen­ta con 86 mil millo­nes de neu­ro­nas y cada una de ellas se conec­ta con otras 5 mil, así que den­tro de nues­tra cabe­za hay 430 billo­nes de sinap­sis y comu­ni­ca­ción neu­ro­nal.

La obra se expre­sa en color, armo­nía, lumi­no­si­dad y gran­dio­si­dad. El artis­ta seña­la que “Al hacer uso de la armo­nía pude crear una atmós­fe­ra esce­no­grá­fi­ca, en que la luz par­tie­ra del vér­ti­ce y se des­pla­za­ra por los muros, abar­can­do gran­des espa­cios has­ta extin­guir­se y dar paso a la obs­cu­ri­dad pro­fun­da, per­mi­tien­do así que mis per­so­na­jes se des­pla­za­ran a velo­ci­da­des del soni­do al silen­cio y que mi expre­sión plás­ti­ca pudie­ra mani­fes­tar­se de for­ma más cla­ra para el espec­ta­dor” (Ortiz­gris, op.cit.).

En su obra obser­va­mos figu­ras feme­ni­nas y mas­cu­li­nas. La mujer dará paso a la nue­va crea­ción y el hom­bre pue­de acu­nar en su rega­zo a su hijo. Hom­bres y muje­res han hecho apor­ta­cio­nes impor­tan­tes, pero las de las muje­res se menos­pre­cian. Una de las con­quis­tas de la pers­pec­ti­va de géne­ro es que se nom­bre a las muje­res ya que la cate­go­ría de Hom­bre sola­men­te los nom­bra a ellos.

Son miem­bros del Taller del Maes­tro Ortiz­gris: Sil­via Maga­ña Llo­vet, Car­los Mar­tí­nez Con­tre­ras, Mar­co Anto­nio Pérez Ure­ña, Eduar­do Oso­rio Sal­dí­var, Eduar­do Mar­tí­nez Ser­vín, Móni­ca Deuscht Ague­rre­be­re, José de Jesús Villa­nue­va. Pode­mos iden­ti­fi­car a tres muje­res que cola­bo­ra­ron en esta gran obra, pero se des­co­no­cen sus iden­ti­da­des.

La obra de Ortiz­gris es, sin lugar a duda, la de mayor for­ma­to, la pin­tu­ra mural ha sido un cam­po casi exclu­si­va­men­te mas­cu­lino. Algu­nos mura­lis­tas han segui­do patro­nes simi­la­res. Por ejem­plo, nacie­ron en esta­dos de la repú­bli­ca y emi­gra­ron para con­ti­nuar su for­ma­ción a la capi­tal, abrién­do­se paso ante las adver­si­da­des, ya que social y cul­tu­ral­men­te ellos fue­ron pre­pa­ra­dos para con­ti­nuar con sus sue­ños de artis­tas. A las muje­res aún no se les pre­pa­ra para ejer­cer esas liber­ta­des que les alla­nan el camino de la rea­li­za­ción artís­ti­ca.

Obser­va­mos que algu­nas muje­res han cola­bo­ra­do como pin­to­ras, como es el caso de Móni­ca y Sil­via que for­ma­ron par­te del taller de Ortiz­gris y son nom­bra­das en la pla­ca de crea­do­res. Exis­ten casos don­de las muje­res no se nom­bran y sus crea­cio­nes pasan des­aper­ci­bi­das para la his­to­ria del arte.

Fig. 2. Mural de la Unidad de Documentación Científica.  Fuente: Archivo Personal (2015).

El árbol de la justicia

El árbol de la jus­ti­cia es una escul­tu­ra de ace­ro pin­ta­da en color rojo. El autor Sebas­tian (Enri­que Car­ba­jal), nació en Camar­go, Chihuahua, en el año de 1947. A los 19 años se tras­la­dó a la ciu­dad de Méxi­co para con­ti­nuar con sus estu­dios de arqui­tec­tu­ra en la UNAM, abrién­do­se paso ante las adver­si­da­des, ya que no con­ta­ba con apo­yo eco­nó­mi­co, pero esta­ba segu­ro de su talen­to.

Su obra está sus­ten­ta­da en lo geo­mé­tri­co y lo abs­trac­to, el autor ha comen­ta­do que sus obras han cau­sa­do con­tro­ver­sia. El artis­ta se sien­te uni­ver­si­ta­rio, en sus pala­bras: “me sien­to bien aquí por­que soy uni­ver­si­ta­rio, la UNAM me for­mó y me ha dado la posi­bi­li­dad de que mi labor sea reco­no­ci­da nacio­nal e inter­na­cio­nal­men­te” (2017).

En la Ciu­dad Uni­ver­si­ta­ria ha deja­do varias obras, entre ellas Coatli­cue, ade­más de su coau­to­ría para el Espa­cio Escul­tó­ri­co.

Cuen­ta con más de 200 obras urba­nas en dife­ren­tes paí­ses, algu­nas son mega estruc­tu­ras pin­ta­das con colo­res sen­sa­cio­na­les, que las hacen visi­bles des­de dis­tan­cias leja­nas, con­vir­tién­do­se con el tiem­po en íco­nos del lugar. Esto mis­mo ha suce­di­do en Izta­ca­la, su obra pin­ta­da en color rojo escar­la­ta con el tiem­po se ha mime­ti­za­do con el pai­sa­je botá­ni­co del cam­pus. El color mono­cro­má­ti­co atra­pa las mira­das.

A tra­vés de diver­sos enfo­ques, luces, mati­ces, tex­tu­ras y voces, los artis­tas hacen que lo coti­diano se tor­ne extra­or­di­na­rio, logran que la mira­da se pose, se tras­to­que, se trans­for­me y final­men­te, sope­se su per­te­nen­cia al cam­pus, a la Uni­ver­si­dad.

Fig. 3. El árbol de la Justicia. Fuente: Archivo personal (2015)

Plaza del tiempo (Reloj solar)

Se tra­ta de una serie de pie­zas hechas de ace­ro y pin­ta­das en color rojo que fun­cio­nan como un reloj solar. Se inau­gu­ró en noviem­bre de 1994. La obra fue una dona­ción del Ins­ti­tu­to Tec­no­ló­gi­co y de Estu­dios Supe­rio­res de Mon­te­rrey, cam­pus Esta­do de Méxi­co (ITESM – CEM). El dise­ño lo hizo Emi­lio Alva­ra­do y fue­ron ela­bo­ra­das por los escul­to­res Andrés y Miguel Pera­za.

Este espa­cio dise­ña­do bella­men­te  para medir el tiem­po, nos invi­ta a refle­xio­nar acer­ca de la mane­ra en que hom­bres y muje­res usa­mos el tiem­po. El tiem­po es limi­ta­do y esca­so, ade­más es cons­trui­do. La cons­truc­ción es per­so­nal y varía de acuer­do a  la posi­ción del suje­to en las estruc­tu­ras socia­les y de su asig­na­ción sexual.

Estu­dios demues­tran que los roles asig­nan dife­ren­tes usos para hom­bres y muje­res. Se reco­no­ce his­tó­ri­ca­men­te que ellas dedi­can más tiem­po para tareas domés­ti­cas lo que ha limi­ta­do las posi­bi­li­da­des de desa­rro­llar­se fue­ra del hogar, tan­to en el plano per­so­nal como el pro­fe­sio­nal. Los hom­bres dedi­can menos tiem­po a las acti­vi­da­des domés­ti­cas, dedi­can más tiem­po en tra­ba­jo remu­ne­ra­do, logran­do: esta­tus, poder, rea­li­za­ción. En cam­bio, las muje­res al dedi­can más tiem­po a las acti­vi­da­des domés­ti­cas, no reci­ben ingre­sos, no les pro­por­cio­na ni poder ni esta­tus ni reco­no­ci­mien­to, ade­más si usan su tiem­po para tareas domés­ti­cas y tra­ba­jo remu­ne­ra­do ten­drán que hacer dobles y tri­ples jor­na­das. En resu­men, esta des­igual dis­tri­bu­ción de las tareas domés­ti­cas  encie­rra el núcleo duro de la des­igual­dad entre los géne­ros.

Fig. 4. Reloj Solar. Fuente: Archivo personal (2015)

Iztacala en el tiempo

Ale­jan­dro Rojas es el autor del mural Izta­ca­la en el tiem­po, que se encuen­tra en la cafe­te­ría de la Uni­dad de Semi­na­rios Dr. Héc­tor Vare­la Mejía, apro­ba­do en 1995 e inau­gu­ra­do en 1998.

Se tra­ta de un mural que abar­ca tres muros. Con­tie­ne esce­nas des­de la épo­ca de los caza­do­res-reco­lec­to­res en el Valle de Méxi­co y con­clu­ye con la fun­da­ción de la FESI. Se obser­va a un con­jun­to de hom­bres cazan­do un mamut, en el gru­po se pue­de iden­ti­fi­car una mujer, idea intere­san­te por­que algu­nos his­to­ria­do­res docu­men­tan que las muje­res no eran caza­do­ras.

Está pre­sen­te Nopal­tzin lan­zan­do fle­chas a los 4 pun­tos car­di­na­les, uno de ellos a Tena­yu­ca. Se obser­va la rique­za de las plan­tas de Méxi­co.

Des­pués de la con­quis­ta espa­ño­la se lle­va a cabo la tra­za de la ciu­dad de Méxi­co, la edi­fi­ca­ción de edi­fi­cios espa­ño­les sobre las rui­nas de edi­fi­cios pre­his­pá­ni­cos en don­de des­ta­ca la crea­ción de la Real y pon­ti­fi­cia Uni­ver­si­dad de Méxi­co. Tlal­ne­pantla se fun­da en 1553, apro­ve­chan­do pue­blos exis­ten­tes y todos ellos son impor­tan­tes pro­vee­do­res de ali­men­tos, man­tas y artícu­los ela­bo­ra­dos en barro. Jun­to con Tlal­ne­pantla se fun­da Izta­ca­la.

Le sigue La orga­ni­za­ción social en el siglo XX en don­de se des­ta­ca la fun­da­ción de la FES Izta­ca­la, iden­ti­fi­ca­mos a la matrí­cu­la tan­to feme­ni­na como mas­cu­li­na que estu­dian carre­ras para la aten­ción de la salud.

Pasar por la uni­ver­si­dad para encon­trar el des­tino como pro­fe­sio­nis­tas, como for­ma­do­res de una fami­lia, per­so­nas úti­les a la huma­ni­dad y patrio­tas aman­tes de las tra­di­cio­nes, de la his­to­ria y la geo­gra­fía.

Se tra­ta de un mural que otor­ga impor­tan­cia social, cul­tu­ral e his­tó­ri­ca tan­to a hom­bres como a muje­res. Sin lugar a duda, los men­sa­jes son posi­ti­vos para lograr cam­bios en la cons­truc­ción de los géne­ros a favor del res­pe­to y la equi­dad.

Fig.6. Mural: Iztacala en el Tiempo. Fuente: Archivo personal (2015)

Iztacala: casa blanca sobre el agua

Luis Nishi­za­wa (1918–2014) es el crea­dor de este mural, ela­bo­ra­do en cerá­mi­ca coci­da. Nishi­za­wa nació el 2 de febre­ro de 1918 en Méxi­co, es hijo de padre japo­nés y madre mexi­ca­na. Murió el 29 de sep­tiem­bre de 2014. En 1996 reci­bió el Pre­mio Nacio­nal de Artes. Tam­bién le fue otor­ga­do el Doc­to­ra­do Hono­ris Cau­sa por la UNAM, fue pro­fe­sor Emé­ri­to de la UNAM. El gobierno de Japón le otor­gó la desig­na­ción “Teso­ro sagra­do de Japón”. A Nishi­za­wa se le con­si­de­ra pin­tor, escul­tor, vitra­lis­ta, gra­ba­dor y mura­lis­ta.

Su obra en Izta­ca­la demos­tró que una téc­ni­ca arte­sa­nal como la cerá­mi­ca vidria­da alcan­za la uni­ver­sa­li­dad. Se tra­ta de cerá­mi­ca Kazan ela­bo­ra­da en Tolu­ca.

En la pla­ca de inau­gu­ra­ción se lee, inau­gu­ra­da en 2002, es un mural de 8x2 metros que se ubi­ca en el edi­fi­cio A‑2, ela­bo­ra­do con téc­ni­ca cerá­mi­ca de alta tem­pe­ra­tu­ra por Ampa­ro Con­tre­ras.

Al dejar cons­tan­cia en la pla­ca del nom­bre de la cera­mis­ta Ampa­ro Con­tre­ras, se reco­no­ce la par­ti­ci­pa­ción de una mujer en esta gran obra.

Fig. 7. Mural: Casa Blanca en el Agua. Fuente: Archivo personal (2015)

Los cuatro elementos

José Jai­me Ávi­la Val­di­vie­so es el autor de la obra escul­tó­ri­ca hecha en con­cre­to arma­do. Los cua­tro ele­men­tos hablan de iden­ti­dad, evo­lu­ción, impul­so y res­pon­sa­bi­li­dad. Es la obra de más recien­te crea­ción en la FES Izta­ca­la.

El autor reto­ma la idea de Aris­tó­te­les de que la fun­ción del arte es “repre­sen­tar no la apa­rien­cia exter­na de las cosas, sino su sig­ni­fi­ca­do inte­rior” (Iri­za­rri: 2015).

José Jai­me es médi­co ciru­jano, con 34 años de anti­güe­dad en la FESI, a la fecha se ha desem­pe­ña­do como Coor­di­na­dor Edi­to­rial.

El autor que no se con­si­de­ra artis­ta, pero lo es, deci­de para la obra el nom­bre de: Los cua­tro ele­men­tos, para dar cuen­ta de la cele­bra­ción de los cua­ren­ta años de la FESI en 2015.

El núme­ro cua­tro es impor­tan­te para la huma­ni­dad, cua­tro son los sig­nos car­di­na­les, cua­tro los ele­men­tos más impor­tan­tes para la civi­li­za­ción: aire, agua, tie­rra y fue­go. Cua­tro los sig­nos car­di­na­les de la infla­ma­ción: calor, rubor, dolor, hin­cha­zón.

La obra for­ma­da por 4 blo­ques de con­cre­to arma­do que se alzan del piso sin tocar­se, dan­do la pau­ta para seguir cre­cien­do, son como cua­tro pilas api­la­das en for­ma de pirá­mi­de. Esta idea de blo­ques que siguen cre­cien­do repre­sen­tan la for­ma­ción pro­fe­sio­nal que se impar­te en la FESI, las per­so­nas egre­san con un pro­yec­to que debe­rá cre­cer hacia ade­lan­te, siem­pre en ascen­so.

El autor le apues­ta a que la obra se incor­po­re a la comu­ni­dad y la adop­te como un icono, la dis­fru­te y se sume a la obra artís­ti­ca que ya exis­te en Izta­ca­la.

Des­co­noz­co el pro­ce­so para ele­gir esta últi­ma obra artís­ti­ca. Pero advier­to el man­da­to patriar­cal que asu­me que los varo­nes son capa­ces de ser más crea­ti­vos en com­pa­ra­ción con las muje­res. Sólo pue­do decir que no ten­go refe­ren­cias de la exis­ten­cia de con­vo­ca­to­ria algu­na que invi­ta­ra a la par­ti­ci­pa­ción de la comu­ni­dad de FESI.

Fig.8. Los Cuatro Elementos. Fuente: Archivo personal (2015)

Reflexiones finales

Las obras de arte, ade­más de fomen­tar la edu­ca­ción esté­ti­ca y enal­te­cer los muros y los espa­cios uni­ver­si­ta­rios, apor­tan ele­men­tos para la for­ma­ción de la sub­je­ti­vi­dad de hom­bres y muje­res. Tal dife­ren­cia­ción es pro­duc­to de un lar­go pro­ce­so his­tó­ri­co de cons­truc­ción social, que no sólo gene­ra dife­ren­cias entre los géne­ros feme­nino y mas­cu­lino, sino que, a su vez, esas dife­ren­cias impli­can des­igual­da­des y jerar­quías entre ambos.

Nos pro­pu­si­mos inda­gar con una mira­da des­de el géne­ro las obras artís­ti­cas que se encuen­tran en la Facul­tad de Estu­dios Supe­rio­res Izta­ca­la FESI. Con auto­ría de: Sebas­tian, Rafael Ortiz Gris Mei­xuei­ro, Luis Nishi­za­wa, Helen Esco­be­do, Emi­lio Alva­ra­do, Andrés y Miguel Pera­za, Ale­jan­dro Rojas y José Jai­me Ávi­la Val­di­vie­so. Par­ti­ci­pan­tes del Taller del Maes­tro Ortiz­gris: Sil­via Maga­ña Llo­vet, Car­los Mar­tí­nez Con­tre­ras, Mar­co Anto­nio Pérez Ure­ña, Eduar­do Oso­rio Sal­dí­var, Eduar­do Mar­tí­nez Ser­vín, Móni­ca Deuscht Ague­rre­be­re y José de Jesús Villa­nue­va. Así como, la cera­mis­ta Ampa­ro Con­tre­ras, cola­bo­ra­do­ra de Nishi­za­wa. Se pudo obser­var cla­ra­men­te el pre­do­mi­nio mas­cu­lino en la crea­ción artís­ti­ca.

Si pen­sa­mos en un mun­do con equi­dad hay que seguir revi­san­do las cons­truc­cio­nes de las sub­je­ti­vi­da­des mas­cu­li­nas y feme­ni­nas. Los men­sa­jes para las muje­res siguen apun­tan­do a que son seres para el cui­da­do de otros y otras, lo que impli­ca limi­ta­cio­nes en la pla­ni­fi­ca­ción de pro­yec­tos de rea­li­za­ción per­so­nal. Ade­más de no reci­bir los apo­yos nece­sa­rios des­de la fami­lia, las ins­ti­tu­cio­nes y las polí­ti­cas públi­cas.

Toma­mos la tarea de insis­tir en el patri­mo­nio artís­ti­co de la FES por­que a veces las per­so­nas no dan impor­tan­cia a las obras de arte con las que con­vi­ven. Viven de pri­sa ensi­mis­ma­das en sus preo­cu­pa­cio­nes. La con­vi­ven­cia con el arte, ade­más de brin­dar­nos goce esté­ti­co, nos ayu­da a refle­xio­nar en aspec­tos de géne­ro, reco­no­cer las obras feme­ni­nas y gene­rar cam­bios posi­ti­vos en la cons­truc­ción de un mun­do más equi­ta­ti­vo.

Referencias

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Sebastian. (2017). Periódico Reforma, Forma y Fondo, 12 de noviembre.

Notas

1. Pro­fe­so­ra Aso­cia­da de la Carre­ra de Ciru­jano Den­tis­ta en la FES Izta­ca­la. Correo elec­tró­ni­co: Kikinfan50@hotmaill.com