¿Qué puede aportar el Enfoque Histórico-Cultural a la Neuropsicología Contemporánea? Descargar este archivo (8 - Qué puede aportar el Enfoque Histórico-Cultural.pdf)

Nadir Díaz Simón1

Departamento de Neurociencias Educacionales del Centro de Neurociencias de Cuba

Resumen

La preo­cu­pa­ción cons­tan­te de la cien­cia psi­co­ló­gi­ca por el bien­es­tar humano ha reclu­ta­do a sus dife­ren­tes ramas a que, ade­más de des­cri­bir la estruc­tu­ra y fun­cio­na­mien­to de los pro­ce­sos psi­co­ló­gi­cos, sean res­pon­sa­bles de trans­for­mar la reali­dad (en el cam­po de acción que le corres­pon­de) cuan­do estas afec­ten el correc­to desa­rro­llo de un indi­vi­duo. La neu­ro­psi­co­lo­gía des­de su naci­mien­to tuvo la res­pon­sa­bi­li­dad de desa­rro­llar su cuer­po teó­ri­co con el obje­ti­vo de rea­li­zar un con­jun­to de accio­nes para que per­so­nas con afec­ta­cio­nes trau­má­ti­cas en el cere­bro pudie­ran reto­mar de mane­ra segu­ra, pro­duc­ti­va e inde­pen­dien­te sus acti­vi­da­des coti­dia­nas. El pre­sen­te artícu­lo inten­ta expo­ner la rele­van­cia de los pos­tu­la­dos de Ale­xan­der R. Luria y demás pro­fe­sio­na­les sovié­ti­cos en las inter­ven­cio­nes neu­ro­psi­co­ló­gi­cas en la socie­dad actual, ade­más de eva­luar las posi­bi­li­da­des de apli­ca­ción en áreas emer­gen­tes como las Neu­ro­cien­cias Edu­ca­cio­na­les, don­de no se ha explo­ta­do toda la poten­cia­li­dad de los con­cep­tos de este mar­co refe­ren­cial.

Pala­bras cla­ves: Reha­bi­li­ta­ción neu­ro­psi­co­ló­gi­ca, Enfo­que His­tó­ri­co-Cul­tu­ral (EHC), Neu­ro­cien­cias Edu­ca­cio­na­les.

Abstract

The cons­tant con­cern of psy­cho­lo­gi­cal scien­ce for human well-being has recrui­ted its dif­fe­rent bran­ches, besi­des des­cri­bing the struc­tu­re and fun­ctio­ning of the psy­cho­lo­gi­cal pro­ces­ses, to be res­pon­si­ble for trans­for­ming the reality when the­se affect the pro­per deve­lop­ment of an indi­vi­dual. Neu­ropsy­cho­logy sin­ce his foun­da­tion had the res­pon­si­bi­lity to deve­lop a theo­re­ti­cal fra­me­work to per­form a set of actions to return safely, pro­duc­ti­vely and inde­pen­dently to their daily acti­vi­ties the peo­ple with trau­ma­tic brain dama­ges. The arti­cle aims to explain what is the rele­van­ce of the pos­tu­la­tes of Ale­xan­der R. Luria and other Soviet pro­fes­sio­nals in reha­bi­li­ta­tion and neu­ropsy­cho­lo­gi­cal inter­ven­tions in current society, which pre­sents new cha­llen­ges to this field of know­led­ge, in addi­tion to eva­lua­te the poten­tial appli­ca­tion in emer­ging areas such as Edu­ca­tio­nal Neu­ros­cien­ces.

Key­words: Neu­ropsy­cho­lo­gi­cal reha­bi­li­ta­tion; His­to­ric-Cul­tu­ral Approach; Edu­ca­tio­nal Neu­ros­cien­ce.

Introducción

En la últi­ma déca­da se ha pro­du­ci­do un desa­rro­llo expo­nen­cial en el cam­po de las neu­ro­imá­ge­nes que ha per­mi­ti­do un cono­ci­mien­to más deta­lla­do y pro­fun­do de la mor­fo­me­tría de las estruc­tu­ras cor­ti­ca­les, de mate­ria blan­ca y del fun­cio­na­mien­to in vivo de las estruc­tu­ras cere­bra­les duran­te la eje­cu­ción de deter­mi­na­das tareas. Esta rama de las neu­ro­cien­cias per­fec­cio­na cons­tan­te­men­te los méto­dos para la obten­ción de los datos de las estruc­tu­ras cere­bra­les y los aná­li­sis esta­dís­ti­cos que per­mi­ten su inter­pre­ta­ción, infe­ren­cias y rela­cio­nes con otras varia­bles. Esto ha pro­vo­ca­do que exis­ta en la mayo­ría de los gran­des cen­tros de inves­ti­ga­ción de la acti­vi­dad neu­ral una preo­cu­pa­ción exce­si­va por el uso de méto­dos sofis­ti­ca­dos como ilu­sión de rigor cien­tí­fi­co. Por otra par­te, la emer­gen­cia de un mono­po­lio finan­cie­ro como el de la indus­tria far­ma­céu­ti­ca y la apa­ri­ción de sis­te­mas diag­nós­ti­cos y taxo­nó­mi­cos de los tras­tor­nos men­ta­les que poten­cian la infla­ción diag­nós­ti­ca y la exce­si­va medi­ca­ción, cons­ti­tu­yen un peli­gro para el sano desa­rro­llo de los prin­ci­pios éti­cos, los pos­tu­la­dos teó­ri­cos de la psi­co­lo­gía y los inten­tos por mejo­rar el bien­es­tar psi­co­ló­gi­co de la socie­dad con­tem­po­rá­nea.

Una de las vir­tu­des que han per­mi­ti­do a las neu­ro­cien­cias su pre­ci­so y ace­le­ra­do desa­rro­llo es su enfo­que mul­ti­dis­ci­pli­na­rio, en el cual se le ha hecho nece­sa­rio incluir a la neu­ro­psi­co­lo­gía den­tro de las cien­cias que pue­den ayu­dar a des­en­tra­ñar las leyes que gobier­nan el tra­ba­jo del cere­bro como órgano de la acti­vi­dad men­tal. Pero, con el pano­ra­ma actual men­cio­na­do ante­rior­men­te, basa­do en un exce­si­vo enfo­que en los méto­dos y la pro­li­fe­ra­ción de la medi­ca­men­ta­li­za­ción como res­pues­ta fre­cuen­te­men­te exclu­si­va a los tras­tor­nos de las fun­cio­nes psí­qui­cas supe­rio­res del hom­bre, ¿Es posi­ble un ver­da­de­ro desa­rro­llo de la neu­ro­psi­co­lo­gía en nues­tros días? ¿Qué pue­de apor­tar los plan­tea­mien­tos de los padres de la neu­ro­psi­co­lo­gía al diag­nós­ti­co y la reha­bi­li­ta­ción en las situa­cio­nes de la socie­dad con­tem­po­rá­nea?

Análisis histórico del surgimiento

Si rea­li­za­mos un aná­li­sis filo­só­fi­co de la his­to­ria, y uti­li­zan­do la tria­da dia­léc­ti­ca fich­tea­na2, la pro­pues­ta teó­ri­co-meto­do­ló­gi­ca de A.R. Luria emer­ge como sín­te­sis de la pro­duc­ción cien­tí­fi­ca de su épo­ca enfo­ca­da al estu­dio de la rela­ción entre la acti­vi­dad del sis­te­ma ner­vio­so y los pro­ce­sos men­ta­les. El pro­pio Luria supo rea­li­zar un aná­li­sis crí­ti­co del esta­do de arte en esta área domi­na­da por las con­cep­cio­nes psi­co­mor­fo­ló­gi­cas. Por un lado, se encon­tra­ba la varian­te loca­li­za­cio­nis­ta, según la cual la cor­te­za cere­bral esta­ba com­pues­ta por un núme­ro de cen­tros espe­cia­les, res­pon­sa­bles cada uno de la géne­sis de un deter­mi­na­do fenó­meno psí­qui­co. Sus argu­men­tos se basa­ron en los pos­tu­la­dos teó­ri­cos de Franz J. Gall, y en los datos encon­tra­dos en las inves­ti­ga­cio­nes ana­tó­mi­cas y fisio­ló­gi­cas de la épo­ca. Entre ellas cabe des­ta­car el des­cu­bri­mien­to de la estruc­tu­ra celu­lar fina de la cor­te­za cere­bral rea­li­za­dos por Mey­nert en 1867; los expe­ri­men­tos de esti­mu­la­ción de la cor­te­za cere­bral de los perros lle­va­dos a cabo por Fritsh y Hitzig en 1870; las inves­ti­ga­cio­nes his­to­ló­gi­cas del Pre­mio Nobel de Fisio­lo­gía en 1906 San­tia­go Ramón y Cajal (Perez-Lache, 2008) y prin­ci­pal­men­te en los des­cu­bri­mien­tos de Bro­ca y Wer­nic­ke sobre la rela­ción entre las fun­cio­nes de pro­duc­ción y com­pren­sión del len­gua­je y áreas espe­cí­fi­cas late­ra­li­za­das en el hemis­fe­rio izquier­do (Xoms­ka­ya, 2002).

Por otro lado, tene­mos la apa­ri­ción de nue­vos datos clí­ni­cos y expe­ri­men­ta­les, como los estu­dios de abla­ción de regio­nes cere­bra­les en mode­los ani­ma­les de Flou­rens y Goltz; así como las hipó­te­sis de Hugh­lings Jack­son, que no podían ser abor­da­dos des­de esta pers­pec­ti­va, fue­ron debi­li­tan­do la robus­tez de este mode­lo y dan­do paso a una nue­va con­cep­ción psi­co­mor­fo­ló­gi­ca. El anti­lo­ca­li­za­cio­nis­mo, a la vez que acep­ta­ba la exis­ten­cia de cen­tros espe­cia­les y espe­cí­fi­cos para dife­ren­tes acti­vi­da­des psí­qui­cas, par­tía del carác­ter com­ple­jo de la con­duc­ta huma­na, por lo que pro­po­ne que el abor­da­je de los pro­ce­sos men­ta­les debía rea­li­zar­se des­de el pun­to de vis­ta del nivel de su cons­truc­ción (Luria, 1977;1978), don­de las con­duc­tas de mayor com­ple­ji­dad son el resul­ta­do de la acti­vi­dad con­jun­ta del cere­bro como un todo.

La res­pues­ta de Ale­xan­der R. Luria a esta cri­sis bebe de dos fuen­tes prin­ci­pa­les. Por una par­te, se nutre del desa­rro­llo alcan­zan­do por la fisio­lo­gía rusa, quien tuvo en sus ini­cios a la figu­ra de Iván M. Seché­nov como su prin­ci­pal expo­nen­te (Zuma­la­be, 2003). Este autor exten­dió la con­cep­ción refle­ja de la acti­vi­dad del sis­te­ma ner­vio­so, pos­tu­la­dos que fue­ron con­ti­nua­dos y desa­rro­lla­dos por Iván P. Pavlov, des­cu­bri­dor de una nue­va for­ma de refle­jo ner­vio­so, deno­mi­na­do refle­jo con­di­cio­na­do. Por el otro lado, la teo­ría neu­ro­psi­co­ló­gi­ca de Luria es con­ti­nua­ción de los plan­tea­mien­tos de la psi­co­lo­gía his­tó­ri­co-cul­tu­ral que había desa­rro­lla­do Lev S. Vygots­ki acer­ca de las fun­cio­nes psi­co­ló­gi­cas y de la teo­ría de la acti­vi­dad de Leon­tiev y Rubins­tein (Gon­zá­lez-Moreno, Solo­vie­va, Quin­ta­nar-Rojas, 2012). Uno de los tan­tos apor­tes nove­do­sos que tra­jo con­si­go es su basa­men­to epis­te­mo­ló­gi­co en el mate­ria­lis­mo dia­léc­ti­co e his­tó­ri­co desa­rro­lla­do por los filó­so­fos ale­ma­nes Marx y Engels (Gon­zá­les-Rey, 1993). Como con­se­cuen­cia teó­ri­ca de esta asun­ción, la bús­que­da en el cere­bro, como órgano mate­rial y ele­men­to cons­ti­tu­ti­vo para la géne­sis de las fuen­tes de la acti­vi­dad volun­ta­ria, que jun­to al ente social per­mi­ten la emer­gen­cia de las fun­cio­nes psí­qui­cas supe­rio­res en el hom­bre (Rivie­re, 1984).

Luria (1978) defi­ne a la neu­ro­psi­co­lo­gía como la cien­cia cuyo fin úni­co y espe­cí­fi­co es inves­ti­gar el papel de los sis­te­mas cere­bra­les par­ti­cu­la­res en las for­mas com­ple­jas de acti­vi­dad men­tal” (p.16). Detrás de esta con­cep­tua­li­za­ción se escon­de una com­ple­ji­dad teó­ri­ca y meto­do­ló­gi­ca a la que pocas ramas de la cien­cia moder­na se han teni­do que enfren­tar. Pues­to que es el estu­dio de la rela­ción de dos sis­te­mas, don­de el fun­cio­na­mien­to del pri­me­ro resi­de en acti­vi­da­des mole­cu­la­res, elec­tro­quí­mi­cas y hemo­di­ná­mi­cas de orden bio­ló­gi­co; y de un segun­do sis­te­ma fun­cio­nal, que emer­ge de la rela­ción entre este y del ente social, que posee ele­men­tos cua­li­ta­ti­vos supe­rio­res al pri­me­ro. El reto meto­do­ló­gi­co con­sis­te en el inten­to de inte­gra­ción de estos dos sis­te­mas, con nive­les fun­cio­na­les dife­ren­tes, sin exa­cer­bar la impor­tan­cia de una de sus par­tes, ni caer en reduc­cio­nis­mos.

“Los filó­so­fos no han hecho más que inter­pre­tar de diver­sos modos el mun­do, pero de lo que se tra­ta es de trans­for­mar­lo” (p. 28), ase­ve­ró Marx (1968) sobre la pro­duc­ción filo­só­fi­ca ante­rior al desa­rro­llo de los ras­gos prin­ci­pa­les de su teo­ría mate­ria­lis­ta de la his­to­ria en su tesis XI sobre Feuer­bach. El tra­ba­jo de diag­nós­ti­co y reha­bi­li­ta­ción de las fun­cio­nes psí­qui­cas supe­rio­res fue­ron desa­rro­lla­das por los pro­fe­sio­na­les sovié­ti­cos por el mis­mo móvil que ha hecho posi­ble el avan­ce de la cien­cia y la tec­no­lo­gía, la nece­si­dad. Pos­te­rior a la Segun­da Gue­rra Mun­dial, pacien­tes con heri­das en estruc­tu­ras ence­fá­li­cas pre­sen­ta­ban gran­des alte­ra­cio­nes en las fun­cio­nes psí­qui­cas. La con­se­cuen­cia en la pra­xis del pos­tu­la­do mar­xis­ta ante­rior hace que en la nacien­te rama de la cien­cia psi­co­ló­gi­ca tra­za­ran dos obje­ti­vos prin­ci­pa­les: 1) Estu­diar méto­dos para el diag­nós­ti­co de las lesio­nes foca­les del cere­bro y los efec­tos secun­da­rios de la enfer­me­dad cau­sa­dos por las lesio­nes cere­bra­les; y 2) Desa­rro­llar méto­dos cien­tí­fi­cos para la reha­bi­li­ta­ción de los pro­ce­sos cog­ni­ti­vos alte­ra­dos prin­ci­pal­men­te en pro­ble­mas de len­gua­je (Kuzo­vle­va, 1999) (cita­do por de Rubén, 2002).

Postulados fundacionales de la Neuropsicología

No es casual que Luria, en su obra El cere­bro en acción (1977), lue­go de rea­li­zar un aná­li­sis crí­ti­co del desa­rro­llo his­tó­ri­co de los pos­tu­la­dos de las posi­cio­nes psi­co­mor­fo­ló­gi­cas, pre­sen­te tres defi­ni­cio­nes medu­la­res en su teo­ría, y que impli­can un avan­ce cua­li­ta­ti­vo con res­pec­to a las teo­rías ante­rio­res. Se tra­ta de los con­cep­tos de “fun­ción”, “loca­li­za­ción” y “sín­to­ma”. A tra­vés de estas defi­ni­cio­nes, Luria (1978) aler­ta sobre la estruc­tu­ra com­ple­ja de las for­mas más ele­va­das de la acti­vi­dad men­tal, las cua­les “deben estar orga­ni­za­das en sis­te­mas de que tra­ba­jan con­cer­ta­da­men­te, cada una de las cua­les ejer­ce su papel den­tro del sis­te­ma fun­cio­nal com­ple­jo”, y que la cau­sa de una alte­ra­ción en un deter­mi­na­do pro­ce­so men­tal, no debe cen­trar­se en la bús­que­da de un daño focal en una estruc­tu­ra orgá­ni­ca, sino a la iden­ti­fi­ca­ción del fac­tor bási­co que sub­ya­ce tras el sín­to­ma obser­va­do.

En con­tra de la loca­li­za­ción en regio­nes cor­ti­ca­les espe­cí­fi­cas de los pro­ce­sos men­ta­les, Luria pro­po­ne que el cere­bro está orga­ni­za­do en for­ma de sis­te­mas fun­cio­na­les com­ple­jos, que tra­ba­jan como un con­jun­to de zonas cere­bra­les cer­ca­nas o no, que duran­te la eje­cu­ción de una tarea espe­cí­fi­ca se unen para tra­ba­jar de mane­ra con­jun­ta, obte­nien­do un resul­ta­do cons­tan­te o inva­ria­ble (fun­ción psi­co­ló­gi­ca) (Sar­mien­to-Bola­ños & Gómez-Acos­ta, 2013). Estas uni­da­des se encuen­tran orga­ni­za­das de la siguien­te mane­ra: 1) Uni­dad para regu­lar el tono, vigi­lia y esta­dos men­ta­les (for­ma­dos por estruc­tu­ras como la For­ma­ción reti­cu­lar, el Sis­te­ma Reti­cu­lar Ascen­den­te y el Dien­cé­fa­lo). Este con­jun­to de estruc­tu­ras man­tie­ne una estre­cha rela­ción con sis­te­mas psi­co­neu­ro-endo­crino-inmu­no­ló­gi­cas (Bush­nik, Englan­der & Katz­nel­son, 2007). 2) Uni­dad para reci­bir, ana­li­zar y alma­ce­nar infor­ma­ción (for­ma­do por estruc­tu­ras loca­li­za­das detrás de la cisu­ra cen­tral y com­pren­de toda la cor­te­za de los lóbu­los parie­tal, tem­po­ral y occi­pi­tal). 3) Una uni­dad para la pro­gra­ma­ción, regu­la­ción y veri­fi­ca­ción de las fun­cio­nes men­ta­les (Com­pren­de las estruc­tu­ras pre-fron­ta­les) (Luria, 1977).

Otro de los ele­men­tos dis­tin­ti­vos en la pro­pues­ta de Luria, y que tie­ne una gran reper­cu­sión en la pra­xis clí­ni­ca, es el con­cep­to de “fac­tor neu­ro­psi­co­ló­gi­co”, cons­ti­tui­do por el resul­ta­do del tra­ba­jo de una u otra estruc­tu­ra cor­ti­cal alta­men­te espe­cia­li­za­da (Luria, 1995; Quin­ta­nar y Solo­vie­va, 2002) (Cita­do por Mora­les, Láza­ro, Solo­vie­va & Quin­ta­nar, 2014). Los dife­ren­tes fac­to­res neu­ro­psi­co­ló­gi­cos (Xom­sa­ka­ya, 2002) tra­ba­jan de mane­ra con­jun­ta, con­for­man­do los diver­sos sis­te­mas fun­cio­na­les, expli­ca­dos pre­via­men­te. Des­de esta pers­pec­ti­va neu­ro­psi­co­ló­gi­ca, la alte­ra­ción de uno u otro fac­tor con­lle­va la alte­ra­ción del sis­te­ma fun­cio­nal del cual hace par­te y, a su vez, pro­du­ce una alte­ra­ción sis­te­má­ti­ca en todo sis­te­ma fun­cio­nal que requie­ra su par­ti­ci­pa­ción (Sar­mien­to-Bola­ños, Gómez-Acos­ta, 2013).

¿Siguen vivos los postulados de Luria en la actualidad?

En línea con el plan­tea­mien­to que pro­po­nía en un ini­cio, en oca­sio­nes nues­tros pro­fe­sio­na­les mues­tran una preo­cu­pa­ción exce­si­va al res­pec­to de los méto­dos y téc­ni­cas de diag­nós­ti­co de últi­ma gene­ra­ción, enga­ña­dos por la fala­cia de la nove­dad. En el ámbi­to del diag­nós­ti­co, actual­men­te la mayor par­te de los inves­ti­ga­do­res uti­li­zan el mode­lo cog­ni­ti­vo. Dicho mode­lo está basa­do en la Teo­ría Clá­si­ca de los Test, lo que per­mi­te la des­crip­ción y cuan­ti­fi­ca­ción de fac­to­res psi­co­ló­gi­cos (Muñiz, 2010) que, según Quin­ta­nar, Láza­ro & Solo­vie­va, (2009) pro­po­ne la valo­ra­ción de fun­cio­nes psi­co­ló­gi­cas ais­la­das a tra­vés de prue­bas psi­co­ló­gi­cas o neu­ro­psi­co­ló­gi­cas estan­da­ri­za­das. Según estos auto­res, otra de las limi­ta­cio­nes con las que se cuen­ta en la neu­ro­psi­co­lo­gía con­tem­po­rá­nea es la incon­sis­ten­cia entre el diag­nós­ti­co y las pro­pues­tas de reha­bi­li­ta­ción, las cua­les están basa­das en patro­nes gene­ra­les de las afec­ta­cio­nes, y no en la bús­que­da de los fac­to­res bási­cos dis­fun­cio­na­les o defec­to pri­ma­rio en el indi­vi­duo, lo que pro­vo­ca una desin­te­gra­ción del sis­te­ma fun­cio­nal (Tay­pe-Huar­ca & Fer­nán­dez-Gon­zá­lez, 2015).

Una de las prin­ci­pa­les ven­ta­jas del mode­lo his­tó­ri­co-cul­tu­ral en neu­ro­psi­co­lo­gía es su con­se­cuen­cia entre las Bases teó­ri­co-meto­do­ló­gi­cas, los ins­tru­men­tos que se usan para la eva­lua­ción, la inter­pre­ta­ción de los resul­ta­dos y los pro­gra­mas de inter­ven­ción (Quin­ta­nar, Láza­ro & Solo­vie­va, 2009). Estos se basan el uso ins­tru­men­tos sen­si­bles, cuyos datos se ana­li­zan a tra­vés del prin­ci­pio de cua­li­fi­ca­ción de las difi­cul­ta­des y los plan­tea­mien­tos del EHC. Tan­to el pro­ce­so de diag­nós­ti­co con reha­bi­li­ta­ción debe tomar en cuen­ta la Situa­ción Social de Desa­rro­llo (SSD) del suje­to, ana­li­zan­do el desa­rro­llo de los pro­ce­sos afec­ti­vos y cog­ni­ti­vos, y la situa­ción par­ti­cu­lar de la acti­vi­dad y el sis­te­ma de comu­ni­ca­cio­nes.

Des­de fina­les del siglo pasa­do, la pro­duc­ción cien­tí­fi­ca desa­rro­lla­da res­pec­to a la reha­bi­li­ta­ción neu­ro­psi­co­ló­gi­ca ha teni­do un gran auge y se han pro­pues­to un gran núme­ro de mode­los de inter­ven­ción. Es por ello que cada vez la ayu­da pro­fe­sio­nal debe ser lo más pre­ci­sa y efec­ti­va posi­ble (Díaz, Soto & Orte­ga, 2016), y el pro­ble­ma prin­ci­pal ya no radi­ca en deter­mi­nar si la reha­bi­li­ta­ción cog­ni­ti­va fun­cio­na correc­ta­men­te, sino en qué tipo de inter­ven­cio­nes son más efi­ca­ces en casos indi­vi­dua­les de per­so­nas con dife­ren­tes per­fi­les de capa­ci­dad cog­ni­ti­va, con la fina­li­dad de corre­gir al máxi­mo los resul­ta­dos fun­cio­na­les, con base a las metas plan­tea­das para cada indi­vi­duo (Mateer, 2003).

Según Shklovsky (1998) (cita­do por Solo­vie­va, 2013) es nece­sa­rio con­tar con el cum­pli­mien­to de varios indi­ca­do­res para lograr una mayor efec­ti­vi­dad: 1) Ini­cio tem­prano de la reha­bi­li­ta­ción, 2) Inten­si­dad y dura­ción ade­cua­da de los pro­ce­di­mien­tos, 3) Pues­ta en mar­cha de una cola­bo­ra­ción inter­dis­cil­pli­na­ria, 4) Diag­nós­ti­co apro­pia­do de sín­dro­mes obser­va­dos, 5) Uso de pro­gra­mas dife­ren­cia­dos para sín­dro­mes diver­sos, y 6) Inclu­sión en la vida social acti­va.

Varios son los pro­yec­tos de inter­ven­ción neu­ro­psi­co­ló­gi­cos guia­dos por las pro­pues­tas del EHC con resul­ta­dos alen­ta­do­res. Den­tro de estos pode­mos men­cio­nar las inves­ti­ga­cio­nes desa­rro­lla­das en casos indi­vi­dua­les de pacien­tes con afa­sia de tipo diná­mi­ca (Morán, Solo­vie­va, Quin­ta­nar & Machins­ka­ya, 2013; Mar­tí­nez, 2016), moto­ra efe­ren­te (Escot­to, 2013), moto­ra mix­ta (López, Quin­ta­nar, Perea & Lade­ra Fer­nán­dez, 2013), tras­tor­nos del apren­di­za­je (Moli­na, Gar­cía, Machins­kay & Láza­ro, 2013; Moreno & Boni­lla, 2013) y mode­los de inter­ven­ción rela­cio­na­dos con la prác­ti­ca de la medi­ta­ción (Sar­mien­to-Bola­ños & Gómez-Acos­ta, 2013), en los que se expo­nen los datos de la eva­lua­ción antes y des­pués de la apli­ca­ción del pro­gra­ma de reha­bi­li­ta­ción neu­ro­psi­co­ló­gi­ca con resul­ta­dos satis­fac­to­rios.

Nuevos derroteros de la Neuropsicología desde el EHC

Has­ta este momen­to hemos remar­ca­do has­ta dón­de los prin­ci­pios de la neu­ro­psi­co­lo­gía basa­da en el EHC han podi­do pene­trar en cuan­to a la inter­ven­ción de las fun­cio­nes psí­qui­cas. En este momen­to expon­dre­mos un ejem­plo de dón­de es nece­sa­ria la apli­ca­ción de este mar­co refe­ren­cial en la socie­dad actual.

Cabe des­ta­car que, ini­cial­men­te, la pro­duc­ción cien­tí­fi­ca de Luria y las pro­pues­tas de inter­ven­ción neu­ro­psi­co­ló­gi­ca que lle­va­ron a cabo sólo abar­can el tema de la reha­bi­li­ta­ción; es decir, la recu­pe­ra­ción de fun­cio­nes psí­qui­cas afec­ta­das a cau­sa de un trau­ma cere­bral. Los tras­tor­nos del apren­di­za­je son dis­ca­pa­ci­da­des de ori­gen con­gé­ni­to que en la actua­li­dad cons­ti­tu­yen un reto para los sis­te­mas edu­ca­cio­na­les. Los estu­dian­tes que pre­sen­tan este tipo de tras­tor­nos requie­ren una aten­ción espe­cia­li­za­da por par­te de los pro­fe­so­res, ade­más de que los défi­cits cog­ni­ti­vos rela­cio­na­dos con estos tras­tor­nos inter­fie­ren sig­ni­fi­ca­ti­va­men­te en el ren­di­mien­to aca­dé­mi­co, desem­pe­ño pro­fe­sio­nal, en las acti­vi­da­des de la vida coti­dia­na que requie­ren habi­li­da­des aca­dé­mi­cas (Díaz, 2015), y ade­más pue­den aca­rrear pro­ble­mas de con­duc­ta, exclu­sión social, cri­mi­na­li­dad, difi­cul­ta­des al acce­so de empleo, y a mediano pla­zo pue­den afec­tar el desa­rro­llo eco­nó­mi­co de las nacio­nes (Bed­ding­ton y cols., 2008).

Es por ello que en las últi­mas dos déca­das se ha desa­rro­lla­do un nue­vo cam­po de inves­ti­ga­ción carac­te­ri­za­do por una alta inter­dis­ci­pli­na­rie­dad. Lo que se ha dado en lla­mar Neu­ro­cien­cias Edu­ca­cio­na­les (NE) han reclu­ta­do los esfuer­zos de la edu­ca­ción, la psi­co­lo­gía del apren­di­za­je y los avan­ces más nove­do­sos de las neu­ro­cien­cias, con los obje­ti­vos de mejo­rar las prác­ti­cas edu­ca­ti­vas a tra­vés del uso de los resul­ta­dos de múl­ti­ples nive­les de des­crip­ción de datos con­duc­tua­les y bio­ló­gi­cos aso­cia­dos con el apren­di­za­je (Fisher, 2010; Bruer, 2016; Howard-Jones, et al., 2016).

Se pue­den dis­tin­guir tres cau­sas prin­ci­pa­les que han crea­do un cli­ma favo­ra­ble para el desa­rro­llo de esta rama del cono­ci­mien­to. La pri­me­ra es el reco­no­ci­mien­to de los tras­tor­nos del apren­di­za­je como un pro­ble­ma de gran impac­to social y la sub­se­cuen­te nece­si­dad del for­ta­le­ci­mien­to de los sis­te­mas edu­ca­cio­na­les. El segun­do se refie­re al con­si­de­ra­ble cúmu­lo de inves­ti­ga­cio­nes mul­ti­dis­ci­pli­na­rias que han arro­ja­do gran núme­ro de cono­ci­mien­tos basa­dos en la evi­den­cia cien­tí­fi­ca acer­ca de los meca­nis­mos de apren­di­za­je del cere­bro, tan­to en suje­tos nor­ma­les como con este tipo de tras­tor­nos. La ter­ce­ra razón, deri­va­da de las ante­rio­res, se refie­re a la emer­gen­te coa­li­ción crea­da entre pro­fe­sio­na­les de la edu­ca­ción e inves­ti­ga­do­res que ha per­mi­ti­do un mejo­ra­mien­to de los sis­te­mas edu­ca­cio­na­les tan­to en los sis­te­mas regu­la­res, como el mane­jo de niños con algún tipo de tras­torno de esta índo­le (Coy­ne, Kame’enui & Sim­mons, 2001)

En opi­nión per­so­nal, varias son las ideas del EHC que podrían visua­li­zar­se en el cam­po de las NE. Sobre todo, pue­de ayu­dar­nos a dilu­ci­dar dos pre­gun­tas de suma impor­tan­cia en lo que a pro­gra­mas de inter­ven­ción se refie­re: ¿cuán­do? y ¿cómo?

El pri­me­ro de ellos se refie­re a la nece­si­dad de la detec­ción e inter­ven­ción tem­pra­na de los tras­tor­nos del apren­di­za­je. La plas­ti­ci­dad cere­bral pue­de ser pen­sa­da como la habi­li­dad que tie­ne el cere­bro de ser modi­fi­ca­do por la expe­rien­cia, lo que a su vez per­mi­te un mejor des­en­vol­vi­mien­to en las tareas que impo­ne el ambien­te (Nel­son, 1999). A tra­vés de estu­dios lon­gi­tu­di­na­les se ha demos­tra­do el efec­to sig­ni­fi­ca­ti­vo que tie­nen las expe­rien­cias en las pri­me­ras eta­pas de la vida en la mor­fo­lo­gía y la fun­ción de deter­mi­na­das regio­nes cere­bra­les (Rao, et al., 2010). Ade­más, se ha demos­tra­do que patro­nes de fun­cio­na­mien­to y conec­ti­vi­dad de áreas cere­bra­les espe­cí­fi­cas pue­den ser modi­fi­ca­dos a tra­vés de pro­gra­mas de entre­na­mien­to, lo que a su vez per­mi­te un mejor ren­di­mien­to a nivel con­duc­tual (Hayes, et al. 2003). Es por ello por lo que se hace nece­sa­rio la explo­ta­ción de las poten­cia­li­da­des de la plas­ti­ci­dad cere­bral en esta­dios tem­pra­nos del desa­rro­llo. Esto enca­mi­na el tra­ba­jo de las NE a la iden­ti­fi­ca­ción (a tra­vés de estu­dios lon­gi­tu­di­na­les) de habi­li­da­des neu­ro­cog­ni­ti­vas bási­cas en suje­tos pre-esco­la­res que sir­van como pre­dic­to­res del ren­di­mien­to aca­dé­mi­co y sobre las cua­les sea posi­ble crear pro­gra­mas de inter­ven­ción.

La otra de las cues­tio­nes que pue­den apor­tar luces a la inte­rro­gan­te de cómo es posi­ble la inter­ven­ción de las capa­ci­da­des neu­ro­cog­ni­ti­vas bási­cas, refe­ri­das ante­rior­men­te, es el con­cep­to de Situa­ción Social del Desa­rro­llo. Espe­cí­fi­ca­men­te cabría des­ta­car que los méto­dos que se uti­li­cen para diag­nos­ti­car e inter­ve­nir dichas habi­li­da­des deben estar en con­cor­dan­cia con el sis­te­ma de acti­vi­da­des de la eta­pa (Elko­nin, 1980). En este caso, sería pro­ve­cho­so uti­li­zar la acti­vi­dad lúdi­ca en este inten­to. El desa­rro­llo tec­no­ló­gi­co nos brin­da una ven­ta­ja en nues­tros días; la posi­bi­li­dad de auxi­liar­nos de dis­po­si­ti­vos elec­tró­ni­cos nos per­mi­te abar­car gru­pos de suje­tos sin nece­si­dad de la pre­sen­cia de un adul­to dedi­ca­do a cada suje­to. En esto momen­to ya exis­ten varias evi­den­cias que ofre­cen pis­tas sobre la rele­van­cia de los video­jue­gos en el mejo­ra­mien­to de los pro­ce­sos neu­ro­cog­ni­ti­vos, tan­to de domi­nio gene­ral como la aten­ción (Green & Bave­lier, 2003) o habi­li­da­des direc­ta­men­te rela­cio­na­das con el pro­ce­sa­mien­to lec­tor (Fran­ces­chi­ni et al., 2003) y arit­mé­ti­co (Wil­son, Rev­kin, Cohen, Cohen, Dehae­ne, 2006; Sella, Tres­sol­di, Lucan­ge­li, Zor­zi, 2016). Aun­que con este pro­pó­si­to se han uti­li­za­do video­jue­gos comer­cia­les, con­si­de­ro que los pro­yec­tos de inter­ven­ción deben desa­rro­llar­se con base en la crea­ción de méto­dos compu­tari­za­dos que per­mi­tan esti­mu­lar pro­ce­sos neu­ro­cog­ni­ti­vos espe­cí­fi­cos, que según las evi­den­cias cien­tí­fi­cas pue­dan influir sobre el ren­di­mien­to aca­dé­mi­co futu­ro.

Pero ¿la apli­ca­ción masi­va de este tipo de méto­dos a gran­des pobla­cio­nes y la con­si­de­ra­ción de las dife­ren­cias indi­vi­dua­les de la Zona de Desa­rro­llo Pró­xi­mo (ZDP) cons­ti­tu­yen una con­tra­dic­ción? En la actua­li­dad se ha pro­pues­to una alter­na­ti­va a esta pro­ble­má­ti­ca, los méto­dos adap­ta­ti­vos (Mccand­liss, 2010; Howard-Jones, Ott, Leeu­wen, De Smedt, 2014). La idea gene­ral que sub­ya­ce a esta pro­pues­ta es que, en desa­rro­llo de las sesio­nes de entre­na­mien­to de los suje­tos, la difi­cul­tad de cada ensa­yo, estí­mu­lo o tarea está con­di­cio­na­do por el patrón o nivel de acier­tos que ten­ga el suje­to en las res­pues­tas ante­rio­res; por lo que el trans­cur­so del pro­ce­so de inter­ven­ción de cada suje­to esta­ría guia­do por el nivel de difi­cul­tad que el pro­pio suje­to sea capaz de sobre­pa­sar. En opi­nión per­so­nal, aun­que esta sea una alter­na­ti­va via­ble para aten­der las dife­ren­cias indi­vi­dua­les de los suje­tos, toda­vía no logra abar­car cua­li­ta­ti­va­men­te todo el con­cep­to de ZDP. Es por ello que se hace nece­sa­rio que se con­ti­núen desa­rro­llan­do pro­pues­tas con­cre­tas pen­sa­das des­de el EHC, que pue­dan poner en la prác­ti­ca neu­ro­psi­co­ló­gi­ca las con­si­de­ra­cio­nes teó­ri­cas de esta pro­pues­ta psi­co­ló­gi­ca.

Conclusiones

En el aná­li­sis rea­li­za­do, hemos tran­si­ta­do des­de la nece­si­dad his­tó­ri­ca de la supera­ción de los pos­tu­la­dos de la neu­ro­fi­sio­lo­gía pre­lu­ria­na (si se per­mi­te el neo­lo­gis­mo), los basa­men­tos epis­te­mo­ló­gi­cos de la pro­pues­ta His­tó­ri­co-Cul­tu­ral, los ele­men­tos nove­do­sos de su teo­ría, su con­sis­ten­cia inter­na y la posi­bi­li­dad de lograr un cam­bio cua­li­ta­ti­vo en las con­cep­cio­nes sobre los pro­ce­sos men­ta­les, ade­más de su impli­ca­ción con la reali­dad de su épo­ca, que requi­rió un desa­rro­llo en los méto­dos de inter­ven­ción, has­ta la visua­li­za­ción de pla­nes de inter­ven­cio­nes actua­les.

Lue­go de esta tra­yec­to­ria pode­mos ase­gu­rar tres ele­men­tos prin­ci­pa­les. El pri­me­ro, que el aná­li­sis y la con­cep­tua­li­za­ción de la rela­ción entre las estruc­tu­ras ence­fá­li­cas y los pro­ce­sos men­ta­les pudo supe­rar la barre­ra teó­ri­ca y meto­do­ló­gi­ca de estu­diar el fun­cio­na­mien­to con­jun­to de dos sis­te­mas con nive­les cua­li­ta­ti­vos dife­ren­tes. En segun­do lugar, que lejos de ser el non plus ultra de la con­cep­ción sobre el fun­cio­na­mien­to del cere­bro, y que sus pos­tu­la­dos son sen­si­bles de ser enri­que­ci­dos a la luz de los nue­vos des­cu­bri­mien­tos en las dife­ren­tes áreas del cono­ci­mien­to, la pro­pues­ta His­tó­ri­co-Cul­tu­ral tie­ne en el desa­rro­llo actual de la cien­cia una gran vigen­cia y pue­de gene­rar (y tie­ne la res­pon­sa­bi­li­dad de hacer­lo) un cam­bio sig­ni­fi­ca­ti­vo en la vida de las per­so­nas que sufren alte­ra­cio­nes de las fun­cio­nes psí­qui­cas supe­rio­res. Por últi­mo, pode­mos afir­mar igual­men­te que ha teni­do una gran influen­cia en el desa­rro­llo de mode­los teó­ri­cos acer­ca de la rela­ción entre los pro­ce­sos men­ta­les y sus bases orgá­ni­cas, y un gran impac­to en la con­cep­tua­li­za­ción de los mode­los de inter­ven­ción de las fun­cio­nes psí­qui­cas supe­rio­res, por lo que es nece­sa­ria la apli­ca­ción en cam­pos del cono­ci­mien­to emer­gen­tes como las Neu­ro­cien­cias Edu­ca­cio­na­les. En este últi­mo inten­to toda­vía tene­mos una limi­ta­ción de orden meto­do­ló­gi­co, y es la ope­ra­cio­na­li­za­ción en varia­bles cuan­ti­fi­ca­bles de las cate­go­rías y con­cep­tos del EHC.

El final de este reco­rri­do no debe ser otro que la noción de que, aun­que se han rea­li­za­do gran­des avan­ces a nivel teó­ri­co que han teni­do impor­tan­tes reper­cu­sio­nes en cuan­to al mejo­ra­mien­to de la cali­dad de vida en gene­ral y el bien­es­tar psi­co­ló­gi­co en par­ti­cu­lar, toda­vía que­dan muchas lagu­nas en el cono­ci­mien­to e inte­rro­gan­tes que aún no tie­nen res­pues­ta. Tomar con­cien­cia de esta pro­ble­má­ti­ca nos hará tra­ba­jar en pos del enri­que­ci­mien­to con­ti­nuo, basa­do en evi­den­cias cien­tí­fi­cas, de este mar­co con­cep­tual.

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Notas

1. Licen­cia­do en Psi­co­lo­gía de la Facul­tad de Psi­co­lo­gía de la Uni­ver­si­dad de la Haba­na. Espe­cia­lis­ta para la Cien­cia la Tec­no­lo­gía y el Medio Ambien­te del Depar­ta­men­to de Neu­ro­cien­cias Edu­ca­cio­na­les del Cen­tro de Neu­ro­cien­cias de Cuba. E‑mail: nadirdiaz91@gmail.com.

2. Se refie­re a las cate­go­rías de tesis, antí­te­sis y sín­te­sis pro­pues­tas por el filó­so­fo ale­mán Johann Gottlieb Fich­te (1762–1814) (Mar­quet, 1994).