Relación entre la diferenciación del yo y la comunicación familiar en adolescentes
José de Jesús Vargas Flores1, Edilberta Joselina Ibáñez Reyes2 y Miguel Ángel Mendoza Espinosa3
Facultad de Estudios Superiores Iztacala
Universidad Nacional Autónoma de México
Resumen
La familia, al ser el primer grupo con el que interactúa el ser humano, es donde aprende a relacionarse emocional e intelectualmente con otras personas. La teoría desarrollada por Bowen y el modelo de comunicación familiar de Barnes y Olson permiten dar explicación a estas relaciones; desde una perspectiva evolucionista. El objetivo del presente trabajo es describir la relación entre la diferenciación del Yo y la comunicación familiar en adolescentes. Se realizó un estudio de corte cuantitativo y se utilizaron dos cuestionarios, uno para medir la diferenciación y otro para medir la comunicación familiar en adolescentes. Los resultados mostraron relaciones significativas entre la comunicación familiar y la diferenciación del Yo, esto permite corroborar que una persona desarrolla su grado de diferenciación mediante la comunicación que exista dentro de la familia, ya que la diferenciación se transmite entre generaciones mediante procesos comunicativos.
Palabras Clave: Diferenciación, familia, comunicación, adolescentes.
Differentiation of self in family communication in adolescents
Abstract
Family is the first group where humans interact and is also where the emotional and intellectual relationships are learned. The theory developed by Bowen and the familiar communication model by Barnes and Olson can explain these relationships, since an evolutionist view. The aim of the present work is to describe the relationship between differentiation of self and family communication in adolescents. A quantitative study was made, and two tests were used, one to evaluate self-differentiation and the other to evaluate family communication in adolescents. Results were discussed by Murray Bowen´s theory and Barnes and Olson´s familiar model. Suggestions were made to coming research.
Key Words: Self differentiation, family, communication, adolescents.
La familia ha evolucionado a través de los años, y sus características y comportamientos también, por lo que es necesario mantener actualizada la información sobre la dinámica familiar; durante las últimas décadas se han desarrollado diferentes teorías que dan explicación al funcionamiento familiar; de la misma manera, se han investigado los diferentes factores que conforman a una familia como por ejemplo, los roles, el tipo de familia, el número de integrantes, las relaciones al interior y exterior de la familia, la comunicación, entre muchos otros.
El concepto de familia se ha descrito de diferentes formas a lo largo de la historia y es posible encontrar concepciones como institución, elemento natural, sistema, elemento social, grupo social, núcleo, entre otros (Montalvo, Espinosa y Pérez, 2013). Por lo anteriormente mencionado, es posible concebir a la familia como un grupo de dos o más personas que pueden o no poseer lazos consanguíneos de pertenencia primaria y convivencia generalmente bajo el mismo techo (Macías, 1995).
Dentro de la dinámica familiar, es posible establecer una diferencia entre lo interno y lo externo, lo que permite una clasificación para la dinámica; dinámica interna y externa. Esto permite regular a la familia situaciones sociales e internas (Viveros, 2010). A partir de la dinámica familiar se establecen procesos familiares como aculturación, socialización, humanización, subjetivación e identificación. Dentro de la dinámica familiar es posible establecer siete dimensiones en las que se desarrolla: los roles, la autoridad, las normas, los límites, las relaciones afectivas, la comunicación y el uso del tiempo libre.
La familia como unidad de análisis representa, en ocasiones, un reto, ya que actualmente con los diferentes tipos de familias que existen, se crean diferencias y es cada vez más complicado llegar a una normalización en el discurso que intenta explicar a la familia. Si bien aún se cuenta con la estructura familiar tradicional, es decir, la familia nuclear, es necesario indicar que ésta no es la misma que años atrás.
Teoría de Bowen
La familia evoluciona conforme lo hace el ambiente que la rodea, se adapta a ciertas prácticas, costumbres y crea relaciones para su subsistencia. Es en estas relaciones donde cabe la posibilidad de investigaciones enfocadas al funcionamiento familiar y los vínculos emocionales que se crean a partir de estas interacciones. Sin embargo, es importante ver el funcionamiento familiar en forma diferente y no en una concepción lineal; es por esto por lo que para este trabajo se emplea la teoría familiar de Bowen.
La teoría sobre Diferenciación del Yo tiene sus bases en los estudios desarrollados por Murray Bowen sobre los sistemas familiares. Este autor consiguió formular su teoría a partir de la interacción que tenía con su familia y su educación, sin dejar a un lado el contexto social y profesional en que se encontraba y por último se dedicó, a afinar su teoría con la experiencia obtenida de sus investigaciones y práctica clínica (Titelman, 2014).
La teoría de Bowen estudia los sistemas familiares y refiere que es en la familia donde el individuo crea su diferenciación, la cual influye en su dependencia o autonomía emocional y esta a su vez determina la forma en que la persona establece sus vínculos interpersonales con los individuos que interactúa (Vargas, Ibáñez y Mares, 2015).
Kerr (2001), a su vez, menciona que la emocionalidad de las personas es tan fuerte, que es capaz de afectar la mayoría de las actividades humanas debido a que es la fuerza principal detrás del desarrollo de los problemas. Conocer cómo opera el sistema emocional en las familias, trabajos y sistemas sociales, revelará opciones nuevas y más efectivas para resolver los problemas en cada una de estas áreas, debido a que la gente busca la atención, la aprobación y el apoyo de los demás; reacciona a las necesidades, expectativas y trastornos de los otros. Pero no busca la satisfacción de uno mismo y éstas son cuestiones que empiezan a surgir dentro del contexto familiar. Es por esto por lo que Bowen, de acuerdo con Bou (2003), es uno de los autores que más ha trabajado la individuación de las personas como punto de partida para lograr autonomía dentro del contexto familiar.
Como ya se mencionó anteriormente, la teoría de los sistemas familiares es de carácter evolucionista y se centra en la emoción como unidad central del sistema familiar. Sin embargo, Bowen desarrolló distintos conceptos en la búsqueda de explicar la dinámica familiar como principal influyente en la vida emocional de las personas. Si bien, el concepto de Diferenciación puede parecer el más importante, es necesario establecer los conceptos circundantes para poder generar un mayor entendimiento de la teoría.
De acuerdo con Bowen, la diferenciación es un constructo muy difícil de evaluar de manera cuantitativa. Se tendría que hacer una entrevista en profundidad para conocer el grado en que una persona es diferenciada. Sin embargo, se han llevado a cabo propuestas que demuestran que posible evaluar cuantitativamente el constructo (Skowron y Friedlander, 1998; Miller, Anderson, y Kaulana, 2004; Linch y Chabot, 2006). En México hay varias propuestas que tienen un cierto grado de validez y confiabilidad (Vargas, Ibáñez, Guillén y Tamayo, 2014). De ahí la importancia de seguir aplicando este último cuestionario, con la finalidad de observar sus características estadísticas.
Comunicación Familiar
El proceso de comunicación en la familia tiene como objetivo la negociación de roles, tareas, etcétera y es aquí donde cobra mayor sentido, ya que durante la adolescencia se negocian las normas familiares que hasta ese momento se habían establecido, los roles cambian de acuerdo con la dinámica familiar y la relación emocional entre padres e hijos puede cambiar a conflictiva o abierta.
Toombs (2014), menciona que cuando el conflicto se origina durante la adolescencia, genera un reto para ambas partes, ya que se pretende satisfacer las necesidades que ambas partes demandan. Sin embargo, no siempre se logra, por lo que es necesario incrementar la calidad de la relación para evitar los efectos negativos de las negociaciones. Asimismo, el aumento del conocimiento de los padres sobre sus hijos influye en la comunicación positiva dentro de la relación entre padres e hijos; esto ayuda a ambas partes a establecer límites, reglas y concede un seguimiento al adolescente por parte de los padres.
Forma gráfica del modelo de Barnes y Olson (1982)
El modelo de comunicación de Barnes y Olson (1982), permite dar una explicación amplia a este proceso, ya que expone que la comunicación es una de las tres grandes dimensiones que componen al sistema familiar; considerando que esta es un proceso facilitador en la dinámica familiar. Asimismo, la comunicación es considerada por estos autores como una respuesta afectiva que hace funcionar al sistema familiar, además de ligar los cambios generacionales en la comunicación con la maduración emocional en el adolescente.
La comunicación dentro de la etapa de la adolescencia representa en el futuro la forma en la que se desarrolla la identidad y la habilidad de tomar roles. De igual forma, las discusiones entre padres e hijos en esta etapa desarrollan un alto grado de razonamiento moral. Cabe mencionar que un proceso importante que se da en la comunicación durante esta etapa es la capacidad de los miembros de la familia para lidiar con la separación y conexión emocional, tratando de lograr un balance entre ambas.
Este modelo proporciona una clasificación familiar, principalmente con dos dimensiones curvilíneas, la cohesión que corresponde al grado emocional entre los miembros de la familia y por otro lado la adaptabilidad que caracteriza a la familia para reorganizarse en situaciones de estrés; así el funcionamiento óptimo en la familia es dado por el balance entre estas dos dimensiones; es por esto que los cuatro niveles de cohesión y los cuatro niveles de adaptabilidad periten identificar 16 tipos de sistemas familiares.
En este sentido, el objetivo del presente trabajo es conocer el grado de relación entre la diferenciación del Yo y la comunicación familiar. Esto se llevará a cabo aplicando el instrumento ya validado de Barnes y Olson (1982) y el de Vargas, Ibáñez, Guillén y Tamayo (2014).
Método
Participantes
Para el presente estudio se utilizó una muestra total de 200 participantes, de los cuales 100 eran mujeres y 100 hombres. Las edades de los participantes oscilan entre los 18 y 21 años con una media de 19.09 años; asimismo, los participantes pertenecen a la población estudiantil de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. Se utilizó un muestreo no probabilístico de sujetos voluntarios.
Instrumentos
Para este estudio se emplearon dos instrumentos estandarizados, uno evalúa la Diferenciación del yo y otro Comunicación Familiar. El primer instrumento es el Cuestionario de Diferenciación del Yo elaborado por Vargas, Ibáñez, Guillén y Tamayo (2014). Este instrumento consta de 50 ítems que evalúan cinco categorías dentro de la diferenciación:
Diferenciación Básica: Es un comportamiento resultante de la separación que logra el individuo de los pensamientos y sentimientos en sí mismo, este tipo de diferenciación se caracteriza por la separación emocional que logra el individuo de su familia de origen, cabe mencionar que el grado de separación emocional que logra el individuo es resultado de un proceso multigeneracional (Vargas, Ibáñez, Guillén y Tamayo, 2014).
Indiferenciado- Desconectado: Esta categoría es lo contrario a la fusión, pero al mismo tiempo, sigue siendo una expansión de la indiferenciación. Ya que una persona desconectada, busca la separación física y emocional que tiene con la relación conflictiva con su familia; pero sin lograrlo, ya que en vez de buscar solucionar dicha relación, la pospone. Ya sea evitando cualquier tipo de comunicación que dé pie al diálogo o mudándose a miles de kilómetros de su familia (Vargas e Ibáñez, 2009).
Indiferenciado- Fusionado: Esta categoría hace referencia a la unión emocional que se da entre dos personas, de tal forma que una dependerá de la otra y viceversa. Las personas al encontrarse fusionadas se sienten unidos a sus seres queridos, por lo que exigen perfección, devoción, protección y felicidad, pero cuando esto no se llega a cumplir (como casi siempre sucede), la partes empezarán a exigir un cambio, en busca de obtener sus deseos (Vargas, Gerónimo e Ibáñez, 2015).
Diferenciación Funcional: Este tipo de diferenciación describe el proceso relacional dentro del individuo, es decir, la separación emocional que se establece con los otros, esta diferenciación estará determinada por la capacidad que desarrolle el individuo de diferenciarse de personas con las que mantiene interacción (Vargas, Ibáñez, Guillén y Tamayo; 2014).
Diferenciación Total: Es el resultado de la suma de todos los reactivos, por lo que contiene la información total de la diferenciación. Es decir, que describe el grado en que los sujetos son o no diferenciados. Describe las características generales del sujeto, tales como impulsividad, emotividad y dependencia emocional del sujeto, hacia sus relaciones íntimas.
Por otro lado, el instrumento empleado para medir la comunicación familiar es el Cuestionario de Evaluación de la Comunicación Familiar (CA‑M/CA‑P), elaborado por Barnes y Olson (1982). Este instrumento consta de 20 ítems que evalúan cuatro categorías de la comunicación familiar:
Comunicación Ofensiva: Evalúa los aspectos de intercambio en la conducta comunicativa de manera instrumental y emocional, haciendo referencia a la intención del mensaje.
Comunicación Evitativa: Esta categoría evalúa el grado de proximidad existente entre los participantes en el acto comunicativo.
Apertura a la Comunicación: Evalúa la existencia de un intercambio fluido de información, tanto instrumental como emocional, así como el entendimiento mutuo y la satisfacción experimentada en la interacción.
Problemas de Comunicación: Evalúa los aspectos negativos en la comunicación como la resistencia a compartir, estilos de interacción negativos y selectividad y cautela en el contenido de lo que se comparte.
Procedimiento
Para la aplicación de los instrumentos los participantes se reunieron en las aulas dentro de las instalaciones de la FES Iztacala; se le asignó un lugar a cada participante y se procedió a entregarle un juego de cada cuestionario, un consentimiento informado y un lápiz a cada uno. Posteriormente se leyó el consentimiento informado, las instrucciones de cada instrumento y se preguntó si había dudas. Asimismo, dichas instrucciones se encontraban impresas en la parte superior de los instrumentos; una vez aclaradas las dudas se inició la actividad cuya duración fue de aproximadamente de 45 minutos.
Análisis estadísticos
Para la realización de los análisis estadísticos se utilizó el software “Paquete Estadístico para las Ciencias Sociales (SPSS) versión 20”, dentro del programa se capturaron los datos arrojados por los 200 cuestionarios y a su vez se realizaron correlaciones r de Pearson de los diferentes factores que componen el cuestionario de diferenciación de yo y el cuestionario de comunicación familiar.
Resultados
En la tabla 1 se muestran los coeficientes alfa de Cronbach de los instrumentos utilizados; se observa que en el instrumento de Diferenciación se obtuvo un coeficiente de confiabilidad de .874 y en el instrumento de comunicación un coeficiente de .783.
Tabla 1. Coeficientes de confiabilidad del instrumento de diferenciación y comunicación.
Instrumentos |
Coeficiente Alfa de Cronbach |
Diferenciación |
.874 |
Comunicación |
.783 |
Tabla 2. Correlaciones entre las categorías del cuestionario de Diferenciación del Yo y del Cuestionario de Comunicación Familiar.
Diferenciación Básica |
Indiferenciado Desconectado |
Indiferenciado Fusionado |
Diferenciado Funcional |
Diferenciación Total |
||
Comunicación Ofensiva Madre |
Correlación de Pearson |
-.199** |
-.262** |
-.115 |
-.247** |
-.296** |
Sig. (bilateral) |
.006 |
.000 |
.112 |
.001 |
.000 |
|
N |
192 |
193 |
193 |
193 |
192 |
|
Comunicación Ofensiva Padre |
Correlación de Pearson |
-.272** |
-.108 |
-.286** |
-.097 |
-.282** |
Sig. (bilateral) |
.000 |
.144 |
.000 |
.189 |
.000 |
|
N |
184 |
185 |
185 |
185 |
184 |
|
Comunicación Evitativa Madre |
Correlación de Pearson |
-.286** |
-.135 |
-.030 |
-.093 |
-.199** |
Sig. (bilateral) |
.000 |
.060 |
.674 |
.198 |
.006 |
|
N |
194 |
195 |
195 |
195 |
194 |
|
Comunicación Evitativa Padre |
Correlación de Pearson |
-.364** |
-.116 |
-.271** |
-.009 |
-.273** |
Sig. (bilateral) |
.000 |
.117 |
.000 |
.908 |
.000 |
|
N |
184 |
185 |
185 |
185 |
184 |
|
Apertura a la Comunicación Madre |
Correlación de Pearson |
.174* |
.226** |
.016 |
.135 |
.192** |
Sig. (bilateral) |
.015 |
.001 |
.828 |
.060 |
.007 |
|
N |
194 |
195 |
195 |
195 |
194 |
|
Apertura a la Comunicación Padre |
Correlación de Pearson |
.297** |
.098 |
.180* |
.177* |
.279** |
Sig. (bilateral) |
.000 |
.186 |
.014 |
.016 |
.000 |
|
N |
184 |
185 |
185 |
185 |
184 |
|
Problemas de Comunicación Madre |
Correlación de Pearson |
-.275** |
-.245** |
-.094 |
-.187** |
-.295** |
Sig. (bilateral) |
.000 |
.001 |
.195 |
.009 |
.000 |
|
N |
192 |
193 |
193 |
193 |
192 |
|
Problemas de Comunicación Padre |
Correlación de Pearson |
-.345** |
-.132 |
-.311** |
-.080 |
-.324** |
Sig. (bilateral) |
.000 |
.073 |
.000 |
.276 |
.000 |
|
N |
184 |
185 |
185 |
185 |
184 |
|
Comunicación Total Madre |
Correlación de Pearson |
-.197** |
-.085 |
-.106 |
-.123 |
-.197** |
Sig. (bilateral) |
.006 |
.237 |
.142 |
.087 |
.006 |
|
N |
192 |
193 |
193 |
193 |
192 |
|
Comunicación Total Padre |
Correlación de Pearson |
-.085 |
-.044 |
-.161* |
.088 |
-.072 |
Sig. (bilateral) |
.251 |
.554 |
.028 |
.233 |
.330 |
En la Tabla 2 se muestran las correlaciones entre las categorías del cuestionario de diferenciación del yo y las categorías del cuestionario de Comunicación Familiar; se realizaron correlaciones de Pearson en todos los casos por la naturaleza de los datos; la primera categoría a analizar fue “Diferenciación Básica” en la cual se encontraron diferencias significativas con la comunicación ofensiva en la madre (r=-.199, p< .05), la comunicación ofensiva con el padre (r=-.272, p<.05), comunicación evitativa con la madre (r=-.286, p<.05), comunicación evitativa con el padre (r=-.364, p<0.5), apertura a la comunicación madre (r=.174, p<.05), apertura a la comunicación padre (r=.297, p<.05), problemas de comunicación madre (r=-.275, p<.05) y problemas de comunicación padre (-.345, p<.05); asimismo, no se encontraron diferencias significativas entre la diferenciación básica y el total de comunicación en madre y padre (r=-.197, p>.05 y r=-.085, p>0.5; respectivamente).
La segunda categoría a analizar fue la de “indiferenciado desconectado” en la cual se encontraron diferencias significativas con la comunicación ofensiva en la madre (r=-.262, p< .05), la comunicación ofensiva con el padre (r=-.108, p<.05), comunicación evitativa con la madre (r=-.135, p<.05), comunicación evitativa con el padre (r=-.116, p<0.5), apertura a la comunicación madre (r=.226, p<.05), , problemas de comunicación madre (r=-.245, p<.05); de la misma manera, no se encontraron diferencias significativas en la apertura a la comunicación padre (r=.098, p>.05), problemas de comunicación padre (-.132, p>.05) y el total de comunicación en madre y padre (r=-.085, p>.05 y r=-.044, p>0.5; respectivamente).
La tercera categoría fue indiferenciado fusionado, en la cual se encontraron diferencias significativas con la comunicación ofensiva con el padre (r=-.286, p<.05), comunicación evitativa con el padre (r=-.271, p<0.5), apertura a la comunicación padre (r=.180, p<.05), y problemas de comunicación padre (-.311, p<.05) y total de comunicación padre (r=-.161, p<0.5); así mismo, no se encontraron diferencias significativas entre la comunicación ofensiva en la madre (r=-.115, p> .05), comunicación evitativa con la madre (r=-.030, p>.05), apertura a la comunicación madre (r=.016, p>.05), problemas de comunicación madre (r=-.094, p>.05), y el total de comunicación en madre (r=-.106, p>.05).
La cuarta categoría fue diferenciado funcional, en la cual se encontraron diferencias significativas con la comunicación ofensiva en la madre (r=-.247, p< .05), apertura a la comunicación padre (r=.177, p<.05), problemas de comunicación madre (r=-.187, p<.05) y; no se encontraron diferencias significativas en la comunicación ofensiva con el padre (r=-.097, p>.05), comunicación evitativa con la madre (r=-.093, p>.05), comunicación evitativa con el padre (r=-.009, p>0.5), problemas de comunicación padre (-.080, p>.05) apertura a la comunicación madre (r=.135, p>.05), total de comunicación en madre (r=-.123, p>.05) y el total de comunicación padre (r=.088, p>0.5).
La quinta categoría en la cual se encontraron diferencias significativas con la comunicación ofensiva en la madre (r=-.296, p> .05), la comunicación ofensiva con el padre (r=-.282, p>.05), comunicación evitativa con la madre (r=-.199, p>.05), comunicación evitativa con el padre (r=-.273, p>0.5), apertura a la comunicación madre (r=.192, p>.05), apertura a la comunicación padre (r=.279, p>.05), problemas de comunicación madre (r=-.295, p>.05), problemas de comunicación padre (-.324, p>.05) y el total de comunicación en madre (r=-.197, p<.05); no se encontraron diferencias significativas en el total de comunicación padre (r=-.072 p<0.5).
Discusión y Conclusión
Como se ha revisado, la diferenciación nos permite describir el grado de balance emocional que existe en una persona, y la comunicación permite dar cuenta de ese hecho; ya que de acuerdo con Barnes y Olson (1985), la comunicación afecta el funcionamiento emocional en la persona siendo este un indicador de la diferenciación. Es por esto por lo que el presente trabajo reunió el factor comunicacional en la familia y la diferenciación del Yo, a fin de describir ambos procesos en la etapa de la adolescencia.
Dentro de los resultados obtenidos se puede destacar que la muestra estuvo balanceada entre hombres y mujeres, por lo que las correlaciones permiten describir el proceso de comunicación y diferenciación en ambos sexos. Como se puede ver en la Tabla 2, se correlacionaron las diferentes categorías del cuestionario de diferenciación del Yo y del cuestionario de comunicación familiar; se encontraron 33 correlaciones significativas de las 50 esperadas.
En categoría Diferenciación Total se encontraron correlaciones significativas en todas las categorías del cuestionario de comunicación familiar, a excepción del total de comunicación con el padre; si bien esto nos indica que a mayor grado de diferenciación existe un menor grado de comunicación ofensiva, evitativa y problemas en la comunicación con el padre y madre, también indica que a mayor apertura a la comunicación con el padre y la madre mayor es el grado de diferenciación en el adolescente.
Con lo anteriormente mencionado, es razonable haber encontrado diferencias significativas dentro de los totales de ambas pruebas, ya que evalúan rasgos generales de los constructos de interés. De acuerdo con la teoría de Bowen (1991, 2001), una persona diferenciada es aquella que tiene un balance en su sistema emocional e intelectual; y tomando en cuenta el modelo de Barnes y Olson (1985), donde se menciona que una comunicación eficiente permite a la persona un desarrollo emocional estable, es posible confirmar la relación entre estos dos constructos, de la misma forma, los resultados encontrados reafirman esta hipótesis.
De la misma forma, se relacionaron las categorías del cuestionario de diferenciación del Yo y del cuestionario de comunicación; en la primera categoría, diferenciación básica se encontraron diez correlaciones significativas, cabe mencionar que la diferenciación básica se caracteriza por el grado de separación emocional que logra el individuo a través de un proceso multigeneracional (Vargas e Ibáñez, 2009). Estas características de la diferenciación básica con la primera categoría del cuestionario de comunicación (Comunicación Ofensiva Madre y Padre), muestran una correlación significativa negativa, lo que indica que a menor comunicación ofensiva con la madre y padre existe una mayor diferenciación básica. Es decir, existe un mayor grado de separación emocional cuando la comunicación con la madre y padre no es de carácter ofensivo.
Con respecto a la segunda categoría (Comunicación Evitativa Madre y Padre), se encontró una correlación significativa negativa, la cual indica que, a mayor grado de separación emocional, menor comunicación evitativa con el padre y la madre; lo cual indica, de acuerdo con el modelo de Barnes y Olson (1985), que la comunicación se encuentre en un nivel medio.
En la tercera categoría (Apertura a la Comunicación Madre y Padre) se encontró una correlación significativa positiva, lo que indica que a mayor grado de separación emocional mayor disposición existe a la comunicación por parte del padre y la madre. Cabe mencionar que esta relación fue la única positiva para la Diferenciación Básica; esto de acuerdo con el modelo de Barnes y Olson (1985), reafirma que la comunicación se desarrolla en la medida en que el aspecto emocional es positivamente expresado entre los miembros de la familia. En la siguiente categoría (Problemas en la Comunicación Madre y Padre), se encontró una correlación significativa negativa; por lo que a mayor grado de separación emocional, existen menos problemas para comunicarse con la madre y el padre.
La última categoría fue el total de comunicación, en donde se encontró una correlación significativa negativa, por lo que se puede decir que a mayor grado de separación emocional, menor comunicación existe con la madre y el padre; de acuerdo con el modelo de Barnes y Olson (1985), la comunicación familiar es un mecanismo que las familias utilizan para compartir sus preferencias, necesidades y sentimientos. Sin embargo, a medida que los adolescentes crecen, esta comunicación disminuye. Por lo que de acuerdo con la teoría, esta correlación toma sentido con las características de la diferenciación básica antes mencionadas.
Se encontraron correlaciones significativas en la categoría de Indiferenciado Desconectado, que se caracteriza por evitar cualquier tipo de comunicación en busca de una separación física y emocional con la relación conflictiva. En relación con la comunicación ofensiva madre y padre, indica que a mayor comunicación ofensiva de madre y padre, el grado de indiferenciación desconexión es menor. Es decir, de acuerdo con Vargas e Ibáñez (2009), la persona trata de separarse de la relación conflictiva pero no lo logra, por lo tanto evita el diálogo.
En la siguiente categoría, comunicación evitativa madre y padre, se encontró una correlación significativa negativa por lo que a mayor comunicación evitativa con la madre y el padre, existe un menor grado de indiferenciación y desconexión. Sin embargo, se encontró una correlación significativa entre la apertura a la comunicación con la madre y el grado de indiferenciación desconexión; lo cual indica que a mayor apertura en la comunicación con la madre, existe un menor grado de desconexión. De acuerdo con la teoría, la persona indiferenciada desconectada evita el diálogo para poder escapar de la relación conflictiva; pero en este caso la apertura a la comunicación indica una relación no conflictiva por lo que el grado de indiferenciación desconexión tiende a disminuir.
Dentro de la siguiente categoría indiferenciado fusionado del cuestionario de diferenciación del Yo, sólo se encontraron diferencias significativas en las categorías del padre (ofensiva evitativa apertura la comunicación problemas en la comunicación y el total de comunicación); de estas categorías sólo se encontró una positiva en la apertura la comunicación del padre, indicando que, a mayor sea la apertura, la comunicación por parte del padre, menor será el grado de indiferenciación fusión en el adolescente; en cambio, las demás fueron diferencias significativas pero negativas Lo cual indica en primera instancia, que a mayor comunicación ofensiva con el padre, menor es el grado de indiferenciación fusión; a mayor comunicación evitativa con el padre menor es el grado.
Dentro de la siguiente categoría diferenciado funcional, se encontraron dos correlaciones significativas negativas en las categorías de la madre siendo estás comunicación ofensiva y problemas en la comunicación, lo cual indica que a menor comunicación ofensiva con la madre, mayor es el grado de diferenciación funcional; y a menos problemas en la comunicación con la madre mayor es el grado de diferenciación funcional. Asimismo, se encontró una correlación significativa positiva entre la apertura la comunicación con el padre y la diferenciación funcional; lo cual indica que a mayor grado de apertura de comunicación con el padre mayor es el grado de diferenciación funcional en el adolescente.
Si bien, no se obtuvieron todas las correlaciones esperadas, es necesario mencionar que los marcos teóricos de ambos instrumentos no corresponden por completo uno con otro; es decir, existen diferencias teóricas entre ellos. Esto es evidente en los sistemas que utilizan, la teoría de Bowen utiliza el sistema emocional e intelectual dentro de la diferenciación del Yo; en cambio, el modelo de Barnes y Olson sólo toma en cuenta el factor emocional.
Dentro de esta investigación se emplearon dos instrumentos estandarizados y válidos para medir los constructos para los que fueron elaborados. Cabe mencionar que el instrumento de diferenciación del Yo mide un constructo complejo, pero a pesar de eso los datos se pueden considerar confiables. Dentro de los resultados se obtuvieron diferencias que apoyan la relación entre la comunicación familiar y el grado de diferenciación de la persona.
Lo que a su vez nos indica que no existe una homogeneidad en los datos obtenidos, indicándonos que los participantes se encuentran dispersos en el espectro de la diferenciación. Si bien es posible mencionar categorías en las que las diferencias fueron constantes, como es el caso de la apertura a la comunicación y los totales de ambas pruebas; estos resultados reflejan la necesidad de realizar nuevas investigaciones para describir las características de los rubros que esta investigación no alcanzó a cubrir como la descripción del proceso de comunicación dentro de las diferentes categorías del cuestionario de diferenciación del Yo.
Dentro de la revisión bibliográfica, no se encontraron investigaciones que relacionen directamente ambos factores. Sin embargo, las investigaciones revisadas mencionan el papel de la comunicación en un proceso más complejo como la dinámica familiar, la satisfacción dentro del matrimonio, etcétera. Es importante señalar que la comunicación, al ser un proceso básico, no es señalada de manera directa en la teoría de Bowen.
Sin embargo, tomando en cuenta la teoría y los análisis realizados en el presente trabajo, es posible concluir que, el grado de balance emocional entre la cercanía y lejanía de la persona con su familia de origen y las personas con las que se relaciona, depende, entre otros factores, del grado de comunicación familiar que expresa.
Esto último permite confirmar que la diferenciación se desarrolla mediante la comunicación que exista dentro de la familia. Es decir, conforme a los patrones de comportamiento emocional aprendidos, ya que estos se transmiten entre generaciones mediante el proceso de comunicación.
Sin embargo, los resultados no permiten realizar conclusiones sobre las categorías donde la comunicación no es verbal, como por ejemplo, la categoría de comunicación evitativa, ya que la forma de evaluar este tipo de comunicación es mediante la percepción individual del participante.
Para futuras investigaciones sería recomendable la aplicación de entrevistas a profundidad, para explorar aspectos más complejos sobre el proceso de diferenciación y la comunicación familiar. Esto permite centrarse en los detalles que los cuestionarios dejan a un lado. Por otro lado, se recomienda la creación de un instrumento de comunicación, congruente con el marco teórico de la teoría de Bowen; esto permitiría explorar las relaciones entre ambos conceptos de una manera detallada, y permitiría dar explicación a procesos propios de la misma teoría como por ejemplo, el proceso de transmisión multigeneracional o el proceso de proyección familiar.
Referencias
Barnes, H. y Olson, D. (1985). Parent-Adolescent communication and the circumplex model. Child Development, 56, (2), 438-447.
Bou, J. (2003). Cuando el vínculo se convierte en el problema: La individuación. Información Psicológica, (82), 30-35.
Bowen, M. (1991). De la familia al individuo. La diferenciación del sí mismo en el sistema familiar. Barcelona: Paidós.
Kerr, M. (2001). La historia de una familia: Un libro elemental sobre la teoría de Bowen. Washington: Centro de la Familia de Georgetown.
Linch, C. y Chabot, D. (2006). The Chabot Emotional Differentiation Scale: a theoretically and psychometrically sound instrument for measuring Bowen’s Intrapsychic aspect of Differentiation. Journal of Marital and Family Therapy, 32 (2), 167-180.
Macias, R. (1995). Antología de sexualidad humana. La familia (11). México: CONAPO.
Miller, R., Anderson, S. y Kaulana, D. (2004). Is Bowen theory valid? A review of basic research. Journal of Marital and Family Therapy, 30 (4), 453-465.
Montalvo, J., Espinosa, M. y Pérez, A. (2013), Análisis del ciclo vital de la estructura familiar y sus problemas en algunas familias mexicanas. Alternativas en Psicología, (28), 73-91.
Skowron, E.A. y Friedlander, M.L., (1998). The Differentiation of Self Inventory: Development and Initial Validation. Journal of Counseling Psychology, 45 (3), 235-246.
Titelman, P. (2014). The Concept of Differentiation of Self in Bowen Theory. En P. Titelman (Eds.) Differentiation of Self. Bowen Family Systems Theory Perspectives. New York: Routledge.
Toombs, E. (2014). Evaluating the parent adolescent communication toolkit: usability, measure assessment and preliminary content effectiveness. Nueva Escocia, Canadá: Dalhousie University.
Vargas, F. e Ibáñez, R. (2009). Fusión y desconexión emocional: dos extremos en el concepto de diferenciación. Alternativas en Psicología, XIV (21), 16-27.
Vargas, F., Gerónimo, G. e Ibáñez, R. (2015). Nivel de diferenciación en matrimonios con hijos adultos y la dinámica familiar. Revista Electrónica de Psicología Iztacala, 18 (1), 327-357.
Vargas, F., Ibáñez, R. y Mares, K. (2015). La dinámica de la familia y la diferenciación. Alternativas en Psicología, (33), 133-159.
Vargas, F., Ibáñez, R., Guillén, P. y Tamayo, H. (2014). Construcción de un cuestionario trifactorial de diferenciación del yo. Revista Electrónica de Psicología Iztacala, 17 (2), 1665–1695.
Viveros, E. (2010). La alteridad familiar. Una aproximación desde el concepto de alteridad de Emmanuel Lévinas. Medellín: Universidad de Manizales.
Notas
1. Profesor Titular de la Carrera de Psicología. Correo Electrónico: jjvf@unam.mx
2. Profesora Titular de la Carrera de Psicología. Correo Electrónico: joselinai@hotmail.com
3. Profesor de Asignatura de la Carrera de Psicología Correo electrónico: miguel180694@gmail.com