Terapia breve y ruptura amorosa (estudio de caso) Descargar este archivo (10.pdf)

Diana Cuellar Ballesteros[1] y Argelia Gómez Ávila[2]

Centro de Apoyo y Desarrollo Integral (CADI). Hermosillo, Sonora
Facultad de Estudios Superiores Iztacala UNAM

Resumen

Supe­rar una rup­tu­ra amo­ro­sa se ha con­ver­ti­do en un moti­vo de con­sul­ta fre­cuen­te que plan­tean las muje­res jóve­nes a los psi­co­te­ra­peu­tas. Algu­nas sue­len expre­sar cul­pa, des­con­cier­to, la nece­si­dad de recu­pe­rar a la pare­ja, entre otras emo­cio­nes. El pre­sen­te artícu­lo expo­ne la inter­ven­ción des­de el mode­lo de Tera­pia Bre­ve Cen­tra­da en Pro­ble­mas (TBCP) y solu­cio­nes (TBCS) en el caso de una mujer de 25 años que atra­ve­só por una rup­tu­ra amo­ro­sa des­pués de año y medio de rela­ción. El tra­ba­jo tera­péu­ti­co inclu­yó ana­lo­gías, metá­fo­ras, ancla­jes, pre­gun­tas de esca­la, entre otras téc­ni­cas. La joven gene­ró nue­vas for­mas de rela­ción con­si­go mis­ma y con los demás, cues­tio­nan­do las ideas en que se sus­ten­ta­ba su inten­to de solu­ción. La TBCP y la TBCS ofre­cen herra­mien­tas efi­ca­ces para este tipo de pro­ce­sos.

Pala­bras Cla­ve. Pare­ja, due­lo, muje­res, tera­pia bre­ve

Abstract

Over­co­ming a love brea­kup has beco­me a fre­quent point of inquiry that young women pose to psy­chothe­ra­pists. This demand has various effects on the per­son, inclu­ding guilt, bewil­der­ment, the need to reco­ver the couple. The pre­sent arti­cle expo­ses the inter­ven­tion from the model of brief the­rapy focu­sed on pro­blems (TBCP) and solu­tions (TBCS) in the case of a 25-year-old woman who went through a love break up after a year and a half rela­tionship. The­ra­peu­tic work inclu­des ana­lo­gies, metaphors, anchors, sca­le ques­tion. This young woman deve­lo­ped new ways of rela­ting to others and her­self. She lear­ned to exa­mi­ne every idea with which she tried to sol­ve situa­tions. TBCP and TBCS offer effec­ti­ve and fast tools for this type of pro­cess and their solu­tions.

Key­words. Couple, berea­ve­ment, women, brief the­rapy

INTRODUCCIÓN 

Las rela­cio­nes de pare­ja corres­pon­den a una de las inter­ac­cio­nes más inten­sas que esta­ble­cen los seres huma­nos, es el víncu­lo más sig­ni­fi­ca­ti­vo fue­ra de la fami­lia de ori­gen (Gar­cía y Ila­ba­ca, 2013). La pér­di­da de la rela­ción de pare­ja se expe­ri­men­ta con carac­te­rís­ti­cas simi­la­res a las de un due­lo por falle­ci­mien­to, sal­vo que impli­ca la toma de deci­sión de algu­na de las dos par­tes de ter­mi­nar una rela­ción que se había cons­ti­tui­do libre­men­te y con expec­ta­ti­vas en común (Moreno y Espar­za, 2014). Es un due­lo ambi­guo que sue­le ser muy común en la vida de los seres huma­nos don­de se expe­ri­men­tan esta­dos afec­ti­vos y cog­ni­ti­vos nega­ti­vos, tam­bién se pre­sen­tan con­flic­tos en las rela­cio­nes socia­les de su entorno ínti­mo (Gar­cía, 2014).

Gar­cía y Ila­ba­ca (2013) afir­man que es poco usual que ambos miem­bros de la pare­ja estén de acuer­do con fina­li­zar la rela­ción; por lo gene­ral, uno de ellos sigue aman­do mien­tras el otro no, por lo que hay que con­si­de­rar que ambas par­tes atra­ve­sa­rán por dis­tin­tos pro­ce­sos emo­cio­na­les que toma­rán par­ti­cu­la­ri­da­des de acuer­do con varia­bles tales como la edad, dura­ción de la rela­ción, expec­ta­ti­vas, redes de apo­yo, recur­sos per­so­na­les, entre otros.

La rup­tu­ra de la rela­ción y la inne­ga­ble pér­di­da de la pare­ja con­lle­va una serie de efec­tos, tan­to en quien ter­mi­na como en quien no espe­ra­ba o desea­ba la rup­tu­ra. Uno de los estu­dios que explo­ró lo que le ocu­rría a hom­bres y muje­res, es el rea­li­za­do por Moreno y Espar­za (2014), quie­nes entre­vis­ta­ron a vein­te per­so­nas de nacio­na­li­dad mexi­ca­na, cuya edad en el momen­to de la entre­vis­ta era entre die­ci­nue­ve y vein­tio­cho años. Los inves­ti­ga­do­res con­si­de­ra­ron dos cri­te­rios: que hubie­sen sufri­do la rup­tu­ra de una rela­ción de pare­ja y que su rela­ción hubie­ra dura­do entre seis meses a cua­tro años. Los ins­tru­men­tos apli­ca­dos fue­ron “Bre­ve inven­ta­rio de due­lo” y la “Esca­la de estra­te­gias de afron­ta­mien­to”. Al ini­cio de la rup­tu­ra ambos expe­ri­men­ta­ron des­es­pe­ran­za, y fal­ta de auto­no­mía, sen­ti­mien­tos que no les per­mi­tía enfren­tar la rup­tu­ra ni hacer uso de sus recur­sos emo­cio­na­les. Se encon­tró que las muje­res pre­sen­ta­ban aflic­ción agu­da, cons­cien­cia de la pér­di­da, una cri­sis de iden­ti­dad, inse­gu­ri­dad, afec­ta­ción en su auto­es­ti­ma y auto­con­cep­to.

Gara­bi­to y Gar­cía (2020), estu­dia­ron en hom­bres y muje­res la acep­ta­ción y bús­que­da de apo­yo social y su rela­ción con la satis­fac­ción con la vida, des­pués de haber ter­mi­na­do una rela­ción de pare­ja. Su mues­tra fue de 66.8% muje­res y 34 % hom­bres, en eda­des entre los 18 y 40 años y apli­ca­ron las esca­las Brief COPE de estra­te­gias de afron­ta­mien­to, esca­la SWLS de satis­fac­ción vital, esca­la de depre­sión CES‑D del cen­tro de estu­dios epi­de­mio­ló­gi­cos y un cues­tio­na­rio socio­de­mo­grá­fi­co. Encon­tra­ron que el tiem­po trans­cu­rri­do des­de la rup­tu­ra, la acep­ta­ción, la supre­sión, el broo­ding y el uso de sus­tan­cias se aso­cia­ron a una sin­to­ma­to­lo­gía depre­si­va, sien­do las muje­res las que más la pre­sen­ta­ban. Por otro lado, el broo­ding, la acep­ta­ción y la bús­que­da de apo­yo social se aso­cia­ron a la satis­fac­ción con la vida. Los auto­res sugie­ren que los hallaz­gos ofre­cen líneas de acción para pro­mo­ver res­pues­tas más adap­ta­ti­vas.

Tam­bién se han rea­li­za­do inves­ti­ga­cio­nes sobre efec­ti­vi­dad de inter­ven­cio­nes psi­co­ló­gi­cas para el logro de cam­bios a nivel afec­ti­vo pos­te­rio­res a la rup­tu­ra. Juá­rez (2016) pre­sen­ta el abor­da­je de un caso de due­lo por sepa­ra­ción en una pacien­te que tenía más de 3 años de rela­ción, des­de enfo­ques de tera­pia bre­ve cen­tra­da en solu­cio­nes y cog­ni­ti­vo con­duc­tual. La inter­ven­ción demos­tró ser efec­ti­va en la reso­lu­ción del due­lo y en la mejo­ría de su esta­do de áni­mo, repor­tan­do en la pre­gun­ta de la esca­la un avan­ce de un dos a un diez, sien­do diez el esta­do ideal en el trans­cur­so de seis sesio­nes. 

Esque­da (2018) ana­li­zó el caso de un joven de 33 años, des­em­plea­do, que vive con sus padres a cau­sa de una sepa­ra­ción. Entre sus obje­ti­vos se encon­tra­ba cerrar el ciclo con su expa­re­ja. El caso se tra­ba­jó con los mode­los cog­ni­ti­vo con­duc­tual y tera­pia bre­ve cen­tra­da en solu­cio­nes uti­li­zan­do, entre las téc­ni­cas de inter­ven­ción, crea­ción de la deman­da, pre­gun­ta mila­gro, pre­gun­ta esca­la, bús­que­da de excep­cio­nes y men­sa­je final. Tenien­do como resul­ta­dos de la inter­ven­ción: la dis­mi­nu­ción de los sen­ti­mien­tos de cas­ti­go, pesi­mis­mo, tris­te­za, irri­ta­bi­li­dad e inuti­li­dad que tenía con­si­go mis­mo, aumen­tan­do el dis­fru­te a las situa­cio­nes, con­cen­tra­ción, horas de des­can­so y mejor ali­men­ta­ción. Las prue­bas apli­ca­das para medir los avan­ces fue­ron: pre­test y post test de la prue­ba BDI-II,  esca­la del per­dón.

El estu­dio de Fer­nán­dez y Vala­dez (2018), docu­men­ta once sesio­nes con la tera­pia bre­ve cog­ni­ti­vo con­duc­tual y cen­tra­da en solu­cio­nes con un hom­bre homo­se­xual, de 29 años, para tra­ba­jar el due­lo por rup­tu­ra de pare­ja. Los resul­ta­dos obte­ni­dos mos­tra­ron un avan­ce de seis pun­tos, comen­zan­do en el cua­tro. Las esca­las de depre­sión y ansie­dad repor­ta­ron una dis­mi­nu­ción de los sín­to­mas.

El abor­da­je sis­té­mi­co sugie­re diver­sas inter­ven­cio­nes tera­péu­ti­cas, den­tro de las que se inclu­yen: Iden­ti­fi­car el esti­lo de ape­go, eva­luar la influen­cia de la orga­ni­za­ción fami­liar de ori­gen en la rela­ción actual, reco­no­cer los bene­fi­cios de la rela­ción, reco­no­cer los erro­res come­ti­dos, reac­ti­var las acti­vi­da­des coti­dia­nas, iden­ti­fi­car metas pen­dien­tes y ela­bo­rar pla­nes para rea­li­zar­los (Gar­cía, 2013). 

Las tera­pias bre­ves se con­si­de­ran una alter­na­ti­va via­ble ante las cri­sis que expe­ri­men­tan las per­so­nas. La tera­pia bre­ve cen­tra­da en pro­ble­mas (TBCP) es un abor­da­je desa­rro­lla­do en 1969 por Watz­la­wick, Wea­kland y Fisch, con influen­cia y cola­bo­ra­ción de Mil­ton H. Erick­son. Cabe men­cio­nar que los ele­men­tos cla­ves en este mode­lo se deri­van de lo que el tera­peu­ta explo­ra en la entre­vis­ta (Fish, Segal y Wea­kland 1984). El o la con­sul­tan­te requie­re expo­ner una preo­cu­pa­ción acer­ca de con­duc­tas, accio­nes, pen­sa­mien­tos y sen­ti­mien­tos, desa­rro­lla­dos por él o la otra per­so­na con la que está sig­ni­fi­ca­ti­va­men­te com­pro­me­ti­do. Se eva­lúa: a) si la con­duc­ta, por ejem­plo: vigi­lar, recla­mar sin cau­sa apa­ren­te, pade­cer insom­nio, sobre­pen­sar son com­por­ta­mien­tos des­cri­tos por el con­sul­tan­te y los otros como des­via­dos, infre­cuen­tes o inade­cua­dos, b) si estas con­duc­tas gene­ran un daño poten­cial para el con­sul­tan­te o para los demás, c) si el con­sul­tan­te refie­re haber rea­li­za­do esfuer­zos para dete­ner o para modi­fi­car esta con­duc­ta, sin haber teni­do éxi­to.

Tam­bién es impor­tan­te tener en cuen­ta que el mode­lo se cen­tra en el aquí y aho­ra de lo intrap­sí­qui­co y rela­cio­nal, explo­ra la pau­ta, ve el pro­ble­ma (De Oroz­co 2014). Así mis­mo, es impor­tan­te iden­ti­fi­car la pos­tu­ra del pacien­te, es decir, la lógi­ca que lo lle­ve a insis­tir en sus inten­tos de solu­ción que obvia­men­te no fun­cio­nan. Tam­bién se iden­ti­fi­ca el tipo de pacien­te que es el/la con­sul­tan­te: “com­pra­dor fin­gi­do”, ejem­plos con esta cla­se de pacien­tes está cons­ti­tui­do por la per­so­na que vie­ne “arras­tra­do” por sus padres a quien ven que no pue­de supe­rar la rup­tu­ra amo­ro­sa, o el con­sul­tan­te “com­pra­dor” que está cla­ra­men­te con­ven­ci­do (a), de que nece­si­ta ayu­da, esta­ble­ce obje­ti­vos cla­ros, y está com­pro­me­ti­do (a) con la tera­pia.

La Tera­pia cen­tra­da en solu­cio­nes (TBCS) se suma a la efec­ti­vi­dad que ofre­ce la TBCP, debi­do a que ofre­ce diver­sas téc­ni­cas que per­mi­ten ampliar los cam­bios cuan­do estos ya están ocu­rrien­do (O‘Hanlon,1989).

 Des­de este mode­lo de TBCP pode­mos enten­der que la rup­tu­ra amo­ro­sa es un acon­te­ci­mien­to que, si bien pue­de tener con­se­cuen­cias des­afor­tu­na­das, no es el acon­te­ci­mien­to en sí mis­mo el pro­ble­ma, sino apre­cia­cio­nes como que reite­ra­da­men­te le ocu­rri­rá lo mis­mo, sobre todo si dicha reite­ra­ción es impro­ba­ble, mani­fies­tan con­duc­tas evi­ta­ti­vas o bien, lla­mar cons­tan­te­men­te a la pare­ja espe­ran­do que ésta cam­bie de opi­nión, lo que cons­ti­tu­ye un pro­ble­ma. Des­de el mode­lo de TBCS se inter­vie­ne sin cono­cer deta­lla­da­men­te la que­ja, bas­ta con rea­li­zar cual­quier con­duc­ta dife­ren­te para gene­rar e impul­sar una solu­ción, todo se resu­me en que la per­so­na haga algo dis­tin­to y sea amplia­do por el tera­peu­ta. De Sha­zer (1985) afir­ma que no se nece­si­ta cam­biar a la per­so­na, solo lo que está hacien­do. No es que el pro­ble­ma sea incam­bia­ble, es más bien la for­ma en que lo ha esta­do tra­tan­do de resol­ver. La mejo­ría ocu­rri­rá en peque­ños incre­men­tos, pero no requie­re un esfuer­zo monu­men­tal. El tera­peu­ta des­de este mode­lo hace un esfuer­zo acti­vo por cap­tar pri­me­ro la pos­tu­ra del con­sul­tan­te, y uti­li­za des­pués el voca­bu­la­rio, el tono y el rit­mo de los inter­lo­cu­to­res, tra­ba­jar con sus creen­cias es decir, de una for­ma cohe­ren­te con su mane­ra de ver la reali­dad. La base de todo ello es su escu­cha acti­va y el inte­rés genuino por su con­sul­tan­te y su pro­ce­so.

Método

Se pre­sen­ta un estu­dio de caso de una mujer que lla­ma­re­mos Pau­la. La inter­ven­ción cons­tó de ocho sesio­nes, se agen­da­ron con un inter­va­lo de dos sema­nas cada sesión. Cua­tro sesio­nes se rea­li­za­ron con super­vi­sión de prác­ti­ca, en cáma­ra de Gesell en una Uni­ver­si­dad de la Cd de Her­mo­si­llo, Sono­ra. Las otras cua­tro sesio­nes se die­ron en un con­sul­to­rio par­ti­cu­lar. La con­sul­tan­te fir­mó el con­tra­to tera­péu­ti­co y el con­sen­ti­mien­to infor­ma­do auto­ri­zan­do la gra­ba­ción de las sesio­nes.

Datos generales

Con­sul­tan­te de 25 años, con estu­dios aca­dé­mi­cos supe­rio­res, Den­tis­ta, en la Cd de Her­mo­si­llo, Sono­ra. Su fami­lia está con­for­ma­da por sus padres de pro­fe­sión maes­tros (ambos jubi­la­dos), y her­ma­nas: La mayor de 29 años, casa­da, des­pués la con­sul­tan­te (Pau­la) de 25 años; su her­ma­na de 24 años, una her­ma­na de 21 años y la menor de 19.

Pau­la acu­dió a con­sul­ta por­que hace un mes ter­mi­nó con su últi­ma rela­ción de noviaz­go (la cual duró un año), refi­rió sen­tir­se afec­ta­da en su esta­do de áni­mo tras la rup­tu­ra amo­ro­sa.  

Se tra­ta de una fami­lia nuclear con cin­co hijas. Se iden­ti­fi­có que en la fami­lia están pre­sen­tes tra­di­cio­nes y creen­cias, como, “las muje­res salen de casa casa­das”, “las niñas bien son apre­cia­das, tole­ran­tes”, y varias pre­mi­sas del deber ser, así como, lo que hace un miem­bro, afec­ta a todos. Se iden­ti­fi­ca­ron mitos del amor román­ti­co, den­tro de los cua­les están “el amor todo lo pue­de”, “las muje­res deben de ser tier­nas, deta­llis­tas, tran­qui­las y sen­si­bles”, “el amor requie­re entre­ga total”. En su fami­lia pre­do­mi­nan las accio­nes de “todos jun­tos”, den­tro de sus reglas explí­ci­tas e implí­ci­tas se encuen­tran: no es acep­ta­do que los novios ten­gan tatua­jes; no es acep­ta­do salir de casa, si no es median­te el matri­mo­nio por la igle­sia. No es acep­ta­do vivir en unión libre, las pare­jas deben tener los mis­mos valo­res. Todos deben saber e inter­ve­nir en asun­tos de los miem­bros de la fami­lia. Para la con­sul­tan­te sus padres han man­te­ni­do una rela­ción muy uni­da con res­pec­to a su rela­ción de pare­ja.

PROCESO TERAPÉUTICO

El caso fue abor­da­do des­de la Tera­pia Bre­ve Cen­tra­da en Pro­ble­mas y Tera­pia Bre­ve Cen­tra­da en Solu­cio­nes.

El obje­ti­vo de la sesión 1, fue obte­ner datos gene­ra­les, ela­bo­rar el fami­lio­gra­ma, explo­rar el moti­vo de con­sul­ta, iden­ti­fi­car la pau­ta y esta­ble­cer la meta tera­péu­ti­ca.

Se rea­li­za­ron pre­gun­tas tales como: ¿Cuál es el pro­ble­ma? ¿Ocu­rre todo el tiem­po? ¿En qué con­tex­to ocu­rre? ¿Cómo había esta­do tra­tan­do de mane­jar­lo? ¿Cuál sería una señal de cam­bio? Pau­la comen­tó que per­ma­ne­ce tris­te el 80% del tiem­po. Su tris­te­za aumen­ta­ba cuan­do su fami­lia la com­pa­de­cía. En rela­ción con los inten­tos de Pau­la para afron­tar la pér­di­da de la rela­ción fue ence­rrar­se en casa, no salir con sus ami­gos para que no le pre­gun­ta­rán sobre la rela­ción, dejar de rea­li­zar acti­vi­da­des que antes le gus­ta­ban. Los inten­tos de solu­ción de su fami­lia eran com­pa­de­cer­la por­que no había podi­do rete­ner la rela­ción. Su pen­sa­mien­to gira­ba en torno a demos­trar­le a él lo que había per­di­do. Pau­la creía que con la tera­pia él podría regre­sar.

A tra­vés de pre­gun­tas sobre su inde­pen­den­cia labo­ral, la per­cep­ción de los demás y la posi­bi­li­dad de repe­tir un patrón, Pau­la replan­teo su obje­ti­vo: “Amar­me a mí mis­ma” lograr 1 )incre­men­tar los días en que se sien­ta bien con­si­go mis­ma, dis­fru­tar de su tiem­po a solas, con amis­ta­des, hacer acti­vi­da­des que repre­sen­ten con­sen­tir­se, cui­dar­se, tales como mejo­rar su arre­glo per­so­nal, ali­men­ta­ción, cali­dad de sue­ño y 2) no repe­tir el mis­mo patrón en todas sus rela­cio­nes.

Se iden­ti­fi­có que Pau­la era una pacien­te de tipo com­pra­dor[3], es decir acu­dió por pro­pia volun­tad, con dis­po­si­ción para hacer cam­bios. Se com­pro­me­tió a hacer tareas y acu­dir a las citas de mane­ra pun­tual.  Se pre­gun­tó por dón­de le gus­ta­ría comen­zar. Ella comen­tó que que­ría saber por qué le pasa­ba esto en todas sus rela­cio­nes.

El obje­ti­vo de la segun­da sesión. Se iden­ti­fi­có que ella creía que, si ser­vía en todo momen­to a sus pare­jas olvi­dán­do­se de sus pro­pias nece­si­da­des, estar dis­po­ni­ble, y que­rer estar jun­to a ellos en todo momen­to, su pare­ja valo­ra­ría la rela­ción y desea­ría hacer lo mis­mo. Comen­tó que cree en esto por­que sus padres “siem­pre están jun­tos”, “su madre atien­de a su padre y tra­ta de man­te­ner­lo con­ten­to a él y a sus hijas”. 

El com­por­ta­mien­to de Pau­la es 

  1. Des­pués de tres meses de rela­ción incre­men­ta el núme­ro de lla­ma­das. En éstas soli­ci­ta más aten­ción, recla­ma pasar más tiem­po jun­tos y cues­tio­na la mane­ra de amar. El pro­me­te más aten­ción
  2. Pau­la comien­za a des­cui­dar su vida social y per­so­nal.
  3. Él se ale­ja de la ciu­dad por cues­tio­nes de tra­ba­jo y Pau­la inter­pre­ta que la rela­ción de pare­ja se debe cui­dar más ante la dis­tan­cia físi­ca.
  4.  Él se ale­ja y Pau­la cree que ella no está luchan­do lo sufi­cien­te por la rela­ción, así que insis­te más.

Pau­la com­pren­dió la pau­ta, se sin­tió iden­ti­fi­ca­da y se deci­dió ofre­cer el siguien­te men­sa­je por par­te del equi­po tera­péu­ti­co:

“Dema­sia­da cer­ca­nía no sig­ni­fi­ca amor, así como, dis­tan­cia no sig­ni­fi­ca recha­zo.

En este pun­to, es impor­tan­te men­cio­nar que se detec­tan creen­cias fami­lia­res sobre los mitos del amor román­ti­co, y la mane­ra en que se rela­cio­na Pau­la con sus pare­jas.

En nues­tra socie­dad alta­men­te indi­vi­dua­lis­ta, capi­ta­lis­ta, se nos edu­ca y socia­li­za de for­ma gene­ral y en el amor, en par­ti­cu­lar, de un modo cla­ra­men­te patriar­cal. El amor román­ti­co se con­so­li­da en la depen­den­cia entre hom­bres y muje­res, encon­tran­do jus­ti­fi­ca­cio­nes en esta supues­ta nece­si­dad de com­ple­men­ta­ción. Nacen este­reo­ti­pos, man­da­tos y roles de géne­ro. Otro mito que se des­pren­de es, y con­se­cuen­cia de ejer­cer­lo, está la tole­ran­cia ante situa­cio­nes de mal­tra­to, ideas en que el amor todo lo pue­de, y que es nor­mal sufrir por amor, tenien­do como nece­si­dad, estar a como dé lugar en una rela­ción de pare­ja (Pas­cual, 2016).

En la ter­ce­ra sesión Pau­la con­ti­nuó des­cri­bien­do cómo se con­du­cía en la rela­ción de pare­ja, se le pla­ti­co la ana­lo­gía de la bal­sa con dos nave­gan­tes una com­pa­ra­ción de la rela­ción de pare­ja:

La rela­ción de pare­ja es como el via­je de dos per­so­nas en una bal­sa. Hay un des­tino, y se rema a un rit­mo, ¿qué pasa si solo uno de los nave­gan­tes rema y el otro des­can­sa? ¿Qué pasa si uno desea remar más rápi­do para lle­gar al des­tino y no acuer­da con el otro tri­pu­lan­te el rit­mo? Duran­te la sesión se hicie­ron algu­nas pre­gun­tas como:  antes de la rup­tu­ra, ¿A qué rit­mo rema­ban? ¿iban en la mis­ma direc­ción? ¿Quién rema­ba más rápi­do? ¿Quién rema­ba más des­pa­cio? ¿Uno deci­dió bajar­se e irse a otra bal­sa? ¿Esta­ban con­ten­tos con el via­je? ¿Cómo está ella aho­ra en la bal­sa?

Ella con­clu­yó que el des­tino era el matri­mo­nio, pero que en estos momen­tos se encon­tra­ba sola en la bal­sa y que esta­ba encon­tran­do su pro­pio rit­mo. Ella iden­ti­fi­có que era quien rema­ba más rápi­do. Con­clu­yó que la mane­ra en que podría en otra rela­ción remar a un buen rit­mo es rea­li­zar acti­vi­da­des indi­vi­dua­les y algu­nas de pare­ja. La mane­ra en que ella se regu­la­ría sería con afir­ma­cio­nes tales como ¡bája­le a tu rit­mo! Se con­ver­só tam­bién en ¿Cómo iden­ti­fi­ca­ría que la otra per­so­na rema más len­to o rápi­do? seña­ló que él esté estan­ca­do con metas y que no tra­ba­je en la rela­ción o bien que se qui­sie­ra casar muy rápi­do.

En esa sesión el men­sa­je del equi­po tera­péu­ti­co fue “las bal­sas no están exen­tas de entrar a aguas tur­bu­len­tas pero las habi­li­da­des y el amor pro­pio de cada tri­pu­lan­te hace una dife­ren­cia” La tarea fue rea­li­zar algu­na acti­vi­dad para sí que repre­sen­te el amor pro­pio.

En la cuar­ta sesión Pau­la refi­rió estar sin­tién­do­se mejor. Con las inter­ven­cio­nes ante­rio­res se logró un cam­bio de per­cep­ción y el aban­dono del patrón o inten­to de solu­ción, para man­te­ner una rela­ción de pare­ja. La pacien­te refi­rió que la ana­lo­gía de la bal­sa resul­tó ser de gran impac­to, ya que aún seguía pen­san­do en cómo podría con­du­cir­se ella en la rela­ción, refle­xio­nó que solo lo que cono­cía era lo que hacía, y se pre­gun­ta­ba ¿Y aho­ra qué?

El obje­ti­vo de esta sesión era seguir for­ta­le­cien­do la auto­no­mía y en la sesión se entre­gó el dibu­jo de un eclip­se, en don­de escri­bie­ra a su pare­cer, acti­vi­da­des de lo que una per­so­na pue­de rea­li­zar de mane­ra indi­vi­dual y qué acti­vi­da­des se pue­den com­par­tir en pare­ja (en el espa­cio de la inter­sec­ción). Este ejer­ci­cio le cau­só gran impac­to, al reco­no­cer que cada uno podía tener su tiem­po libre, esta nue­va idea se con­si­de­ró una excep­ción y se amplió con pre­gun­tas como ¿Qué te lle­vó a esa con­clu­sión? ¿Qué otras nue­vas ideas acom­pa­ñan esa? Tam­bién repor­tó que se dedi­ca­ba dos horas de tiem­po libre y se le pre­gun­tó ¿Cómo logras­te dedi­car­te y dis­fru­tar de tu tiem­po estas dos sema­nas? Cam­bios que se iden­ti­fi­can como excep­cio­nes.

La pacien­te men­cio­nó que en las últi­mas sema­nas se pre­sen­ta­ron las siguien­tes excep­cio­nes: Un día se encon­tra­ba en un par­ti­do de volei­bol cuan­do reci­bió una lla­ma­da de su exno­vio, ella deci­dió no con­tes­tar ya que se encon­tra­ba pasan­do un rato agra­da­ble con sus ami­gas. En otra oca­sión, se encon­tra­ba aten­dien­do a un pacien­te en su tra­ba­jo, reci­be un men­sa­je de su exno­vio para ver­se en ese momen­to, Pau­la comen­tó que tiem­po atrás ese men­sa­je hubie­ra sido moti­vo para can­ce­lar sus citas, pero en esa oca­sión su deci­sión fue res­pon­der que se encon­tra­ba tra­ba­jan­do.

Tam­bién den­tro de las excep­cio­nes estu­vie­ron el seguir dis­fru­tan­do de su tiem­po a solas como el baño en tina, con vino y celu­lar apa­ga­do. Estas tres excep­cio­nes se amplia­ron y se pro­fun­di­zó en sus efec­tos, a lo cual la pacien­te refi­rió sen­tir­se con mejor esta­do de áni­mo. En algu­nas oca­sio­nes, Pau­la pen­sa­ba en cómo sería regre­sar con él, por lo que se nor­ma­li­zó ese pen­sa­mien­to. Nor­ma­li­zar ese tipo de creen­cias o deseos es par­te del cam­bio.

En el mode­lo de las tera­pias bre­ves, una vez que se iden­ti­fi­can cam­bios e inclu­so un pen­sa­mien­to dife­ren­te o peque­ñas accio­nes, se abre la posi­bi­li­dad a nue­vas pre­mi­sas, para­dig­mas y nue­vos cons­truc­tos sobre el amor.

En la quin­ta sesión, Pau­la comen­tó que comen­za­ba a salir con sus ami­gos y que, si pre­gun­ta­ban por la rela­ción de pare­ja, ella con­ta­ría la ana­lo­gía de la bal­sa. Refi­rió que al cono­cer­se más a sí mis­ma pudo dar­se cuen­ta de lo que él en reali­dad per­dió. La inter­ven­ción impli­có ampliar los cam­bios y reco­no­cer la nue­va ima­gen que tie­ne de sí mis­ma.

En la sex­ta sesión se reali­zó la pre­gun­ta de la esca­la: ¿Qué tan satis­fe­cha, ple­na, te sien­tes en esta eta­pa de tu vida del 0 al 10, don­de cero es nada satis­fe­cha y 10 es muy satis­fe­cha? Tareas: Una cita con su madre para hablar de cómo se dio cuen­ta y cómo le hizo para ser más inde­pen­dien­te. Tener una char­la con su her­ma­na sobre cómo man­tie­ne una rela­ción ́ pare­ci­da a un eclip­se. Pau­la comen­tó que le gus­ta leer en sus tiem­pos libres y que ha que­ri­do leer o escu­char el audio libro: El caba­lle­ro de la arma­du­ra oxi­da­da, por lo que se le dijo que lo hicie­ra y que nos con­ta­ra que le dejó la lec­tu­ra.

En la sép­ti­ma sesión se habló de las mejo­ras, le fue de gran impac­to la plá­ti­ca. Pudo des­cu­brir recur­sos de dos de las muje­res que más admi­ra: su madre y su her­ma­na mayor, se dio cuen­ta que son inde­pen­dien­tes y feli­ces con sus pare­jas, dudó acer­ca de por qué apren­dió que había que ser depen­dien­te y ser­vi­cial. Mis­mas muje­res que tam­bién fue­ron cons­tru­yen­do de mane­ra dis­tin­ta sus creen­cias del amor, de un amor más inde­pen­dien­te, recí­pro­co y cons­truc­ti­vo. Pau­la pla­ti­có que el audio libro que tenía curio­si­dad por escu­char, le había ayu­da­do en per­ca­tar­se que la arma­du­ra con la que car­ga­ba eran estas pre­mi­sas, creen­cias de dar todo e insis­tir, con­clu­yó que es una arma­du­ra de la cual se ha esta­do libe­ran­do.

En la mis­ma sesión se tra­ba­jó la téc­ni­ca del ancla­je. El ancla­je fue una pul­se­ra, en don­de ella mis­ma colo­ca­ba sím­bo­los que repre­sen­ta­ban su cam­bio, colo­res favo­ri­tos, nue­vos sím­bo­los de for­ta­le­za (reli­gio­sas), sím­bo­los que para ella sig­ni­fi­ca­ban la fuer­za. Este ancla­je fue de gran impac­to para recor­dar sus cam­bios. 

En las tera­pias bre­ves es con­si­de­ra­ble el impac­to favo­ra­ble en el pro­ce­so tera­péu­ti­co de las tareas para casa, ya que son con­si­de­ra­das un entre­na­mien­to de las habi­li­da­des de la pro­pia sesión. La mayo­ría de las tareas de las tera­pias bre­ves, son modi­fi­ca­bles, adap­ta­bles a las cir­cuns­tan­cias, en don­de la crea­ti­vi­dad tie­ne un papel impor­tan­te. Hay tareas dise­ña­das cuan­do se acer­ca el cie­rre del pro­ce­so, y par­te de estos dise­ños están el anclaje/amuleto. Des­crip­ción de esta tarea: pedir a la per­so­na que eli­ja o cons­tru­ya un amu­le­to que le recuer­de la nue­va per­so­na que quie­re ser, o vol­ver a ser, la indi­ca­ción es lle­var enci­ma el amu­le­to como un recor­da­to­rio de sus habi­li­da­des y sus obje­ti­vos tera­péu­ti­cos, para esta tarea, es impor­tan­te haber dedi­ca­do un par de sesio­nes (Beye­bach y Herre­ra 2010).

En la octa­va sesión la pacien­te refi­rió que en esos días vio a su exno­vio, a quien no había vis­to a lo lar­go del últi­mo mes, refi­rió que tenía que ir a hacer depor­te y su exno­vio le pidió que se que­da­ra más tiem­po con él,  ella al ver su amu­le­to en su muñe­ca de cam­bios, recor­dó quien era y de una mane­ra edu­ca­da, se des­pi­dió de él y acu­dió a sus acti­vi­da­des. Pau­la refi­rió tener más segu­ri­dad en sí mis­ma, tran­qui­li­dad y cla­ri­dad.

Se cerró la sesión con una car­ta que se le entre­gó fir­ma­da por todo el equi­po de tera­peu­tas, don­de se le reco­no­cen sus cam­bios.

Que­ri­da Pau­la.

“El equi­po te quie­re reco­no­cer los cam­bios que has rea­li­za­do a lo lar­go de las sesio­nes, hemos vis­to tu inte­rés y esfuer­zo por lle­gar a tu meta, la cual ha impli­ca­do no solo cam­bios en accio­nes, sino tam­bién refle­xio­nes que han ori­gi­na­do modi­fi­ca­ción en algu­nas de tus creen­cias con res­pec­to a una rela­ción de pare­ja, al amor, para así poder acer­car­te cada vez más a don­de deseas ir.

El equi­po ve muchos recur­sos y habi­li­da­des en ti, de los cua­les con­fia­mos que te segui­rás valien­do para man­te­ner­te en el camino. Admi­ra­mos el hecho que pre­fie­ras encon­trar­te en el pre­sen­te en tu pro­pia bal­sa, reman­do a tu pro­pio rit­mo, diri­gien­do tu pro­pio rum­bo, el cual te está per­mi­tien­do cono­cer­te, y refor­zar más estas nue­vas creen­cias.

Al equi­po le inte­re­sa­ría saber sobre tu segui­mien­to, y esta­re­mos en con­tac­to con la tera­peu­ta para saber cómo van estos cam­bios”.

¡El equi­po te envía un enor­me abra­zo y feli­ci­ta­cio­nes! 

Pau­la agra­de­ció la ayu­da pro­por­cio­na­da y refi­rió sen­tir que la meta tera­péu­ti­ca se cum­plió. 

Se con­tac­tó a la pacien­te vía tele­fó­ni­ca un mes des­pués, repor­tó que seguía con los cam­bios, se sen­tía bien y no tenía pare­ja.

CONCLUSIÓN

Se con­clu­ye que el mode­lo ofre­ce com­pren­sio­nes sobre la mane­ra equi­vo­ca­da en que las per­so­nas solu­cio­nan o afron­tan deter­mi­na­das situa­cio­nes ante la sepa­ra­ción de pare­ja, modi­fi­ca la mane­ra de per­ci­bir las situa­cio­nes y de actuar dife­ren­te. En el caso des­cri­to, Pau­la iden­ti­fi­có la pau­ta y empe­zó a cues­tio­nar las creen­cias e inten­tos de solu­ción falli­dos que la sos­te­nían.

Como se pue­de ver en el pre­sen­te estu­dio de caso, se uti­li­za­ron los mode­los TBCP y TBCS. El uso y com­ple­men­ta­ción de ambos mode­los fue de gran impor­tan­cia para lle­gar a la meta tera­péu­ti­ca. Se rea­li­za­ron diver­sas inter­ven­cio­nes sig­ni­fi­ca­ti­vas, la pacien­te gene­ró cam­bios de segun­do orden, y den­tro de las inter­ven­cio­nes se con­clu­ye que el uso de metá­fo­ras, ana­lo­gías, pre­gun­tas de inter­ven­ción, visi­bi­li­zar y vali­dar las excep­cio­nes, así como sus efec­tos y las tareas ori­gi­na­ron cam­bios sig­ni­fi­ca­ti­vos en cada una de las sesio­nes. Pau­la refle­xio­na­ba, las inter­pre­ta­ba, y hacía que se cues­tio­na­ra creen­cias con res­pec­to a la pau­ta, sien­do cada una de las inter­ven­cio­nes cla­ves para el pro­ce­so tera­péu­ti­co (rede­fi­ni­cio­nes, metá­fo­ras, pre­gun­tas esca­la, ancla­jes, excep­cio­nes, pre­gun­ta del mila­gro, con­ver­sa­cio­nes cen­tra­das en la solu­ción).

Los mode­los de tera­pia bre­ve cen­tra­da en pro­ble­mas y solu­cio­nes ofre­cen una for­ma de con­cep­tua­li­zar un caso e inter­ve­nir foca­li­za­da­men­te, es una opción que ofre­ce resul­ta­dos satis­fac­to­rios.

Referencias

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Notas

  1. Maes­tra en Tera­pia Fami­liar. Cen­tro de Apo­yo y Desa­rro­llo Inte­gral (CADI). Her­mo­si­llo, Sono­ra Her­mo­si­llo, Sono­ra. Correo elec­tró­ni­co dianacuellarballesteros2@gmail.com

  2. Doc­to­ra en Psi­co­lo­gía. Tuto­ra SUA­yED. Fes Izta­ca­la. UNAM. Correo elec­tró­ni­co argelia.gomez@iztacala.unam.mx

  3. En la TBCP los pacien­tes pue­den ser de tres tipos: com­pra­dor, visi­tan­te deman­dan­te.